Sus ojos se cerraron instintivamente al sentirlo entrar por completo en el, dejando una línea blanca entre sus parpados, un gemido se escapo de sus labios rosas sintiendo sus fuertes y bronceados brazos apretarle contra su cuerpo perlado de sudor, resbalo entre ese trabajado vientre y estampo sus glúteos contra su pelvis tocando el cielo con cada embestida, el cielo que le hacía tocar el mismo demonio, sus labios se encontraron mutuamente devorándose con fervor.
Jonghyun era un hombre sensual con cada una de sus letras, podías notar moverse de manera curiosa el tatuaje que llevaba por toda la espalda, haciendo que aquellas alas pintadas con tinta negra se movieran al compas de sus arremetidas, el llevaba a un ángel a la perdición... de un amor completamente peligroso; el éxtasis los consumía por completo, los rayitos color rosa en aquella rubia cabellera se pegaban en su frente totalmente perlada de sudor, sus ojos tatuando un delineado negro mostraban una perfecta línea de placer al ser cerrados. Esto era perfecto… a su manera, pero completamente perfecto.
Un amor consumido por la pasión.
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El ruido de una persona gritando lo asusto en su camino a casa, aun cuando el tenia los audífonos puestos pudo escuchar perfectamente el grito proveniente de un callejón oscuro.
Kibum se paralizo por completo, sus ojos se abrieron en su máxima extensión y sus pies se pegaron al pavimento, lo que lo sorprendió mas fue el ver a ese chico desde la oscuridad con una sonrisa pintada en su rostro, algo retorcida y demente pero una sonrisa al fin y al cabo, tenía las manos apenas manchadas de rojo, rojo sangre.
Unos ojos redondos y oscuros lo encontraron en medio de la calle, en plena noche de otoño, totalmente solo, Kibum sintió su piel enchinarse pero no precisamente por el frio. Sus pasos lo acercaron lentamente a el rubio y este no pudo hacer nada porque el cemento se había fundido junto con su calzado, sus felinos ojos mostraban unas pupilas dilatadas y su corazón bombeo rápidamente. El peligroso desconocido se paró a su lado y miro detenidamente las facciones de ese rubio porcelana, “una muñequita de colección” fue lo que pensó. Aspiro su aroma frutal y cerro sus ojos impregnándose de él, el arrítmico corazón del menor, casi se detiene al verle tan cerca.
- Fresas- una voz profunda le hablo a la nada pero Kibum lo escucho perfectamente.
Las sirenas comenzaron a sonar y el moreno despertó de su trance, como un aviso… era hora de partir.
La música se seguía reproduciendo en el Ipod y los audífonos seguían en el mismo lugar, ni siquiera el viento soplaba en dirección contraria, pero parecía que todo había cambiado por completo.
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El oscuro y húmedo lugar hacia eco de sus jadeos y gemidos, el nombre del contrario era expresado en gritos de puro placer…
Tan ligero como una pluma, su espalda fue aventada contra el colchón de manera brusca, el miembro de Jonghyun se había salido en el acto haciendo a Kibum soltar una queja por la desunión.
- Jjong~- rogo el rubio, pero el mayor solo dibujo una media sonrisa en su rostro.-entra- con ambas manos tomo su rostro y le obligo acercarse a el suyo, plantándole un beso hambriento y necesitado.-entra- su pelvis se alzo pidiendo contacto contra la piel del moreno, el mayor rio y se acerco hasta su oreja
- No tan rápido gatito-lamio el contorno de su oreja y Kibum sintió esa oleada de placer expandirse por su cuerpo de manera desquiciante.
- Ah~ Jjong- una de las grandes y morenas manos del mayor viajaron hasta su glúteo izquierdo y apretó con fuerza- ¡Entra!- su esfínter se contraía ansiosa de su regreso pero Jonghyun solo se dedicaba a admirar ese hermoso cuerpo debajo suyo, la poca luz hacia relucir lo húmedo de este y notaba como su pecho subía y bajaba completamente agitado, deslizo su mano por toda la parte baja de su pierna levantándola, mientras se relamía los labios rojos de tantos besos. Bajo hasta su pezón y lo presiono contra sus dientes, sacando más ruegos y gemidos del menor.
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Su segundo encuentro ocurrió después de meses, Kibum aun no olvidaba esa sensación de miedo, se había vuelto parte de su cuerpo, pareciera que siempre le acompañaba.
Podía temblar al recordar su sonrisa retorcida, sus ojos negros y sin vida o quizás las manos manchadas de sangre, le volvía loco el solo recuerdo, pero al mismo tiempo no se permitía olvidarle, le desesperaba su propia existencia.
- ¿Estás listo?- por última vez reviso su traje en el espejo, quedando satisfecho con su vestimenta y salió.
Dongwoon era su novio desde hacía dos meses, el chico le prometió la luna y las estrellas, sin dejar que le falte algo en la vida y no mintió pues le dio una vida distinta a lo que ya conocía, era ese tipo de vida con la que Kibum siempre soñó, donde la ropa nunca podría faltar, las cenas elegantes, las fiestas de sociedad y las citas a lugares lujosos.
Dongwoon nunca le mintió, pero Kibum sabía que no tardaría mucho ese tipo de relación, pensó que podría ser un poco distinto pero pareciera que no más lo tenía como trofeo, el chico rico con el chico bonito.
- ¿Podrías por lo menos sonreír un poco?- le hablo de manera brusca a la cara, tomándole del mentón.
- Me lastimas- se quejo el rubio-
- Vamos muñeca, muestra un poco de tu linda cara- estaba molesto, las copas se le estaban pasando y olvidaba su dulce y falsa manera de tratar al menor. El rubio frunció el ceño, lanzándole una mirada llena de odio y se libero del agarre yendo hasta los sanitarios – discúlpenlo no está acostumbrado a ir a reuniones de clase. – se burlo, Kibum aun en el camino pudo escucharlo y también a los demás riéndose de él.
- Idiota-
Delante el espejo miro su reflejo y ensayo una sonrisa que no se notara falsa, no podía ser la burla de esa gente, tomo un poco de fuerza, reacomodo su maquillaje y entonces decidió salir de nuevo hacia la fiesta con un nuevo aire.
Sus ojos miraron alrededor del salón y encontró a su pareja, con otra chica a una distancia demasiado corta como para ser solo una amiga. La ira se le subió a la cabeza, si bien sabía que no fue algo serio por su parte pero debería respetar que lo había llevado a él a esa reunión.
- Lo menos que pudiste hacer es cambiarme con una prostituta más bonita- soltó indignado, dejando al moreno perdido en sus palabras mientras la chica le miraba con odio, Kibum dio media vuelta y emprendió su camino a la salida, una mano le tomo de la muñeca y lo jalo rápidamente lastimándole. - ¿Qué haces?- lo aventó al piso al llegar al jardín haciendo que se lastimase la muñeca al caer -
- Se nota que solo tienes bonita cara y nada de cerebro- sus ojos se abrieron por completo.- deberías aprender donde es tu lugar de una buena vez-le propino una patada haciendo que el rubio gimiera de dolor.
Todo paso muy rápido, el ruido de una moto surcando los verdes jardines de la mansión y la visión de un chico de chamarra negra tirándose contra el chico de clase alta, el ruido seco de los golpes en su rostro, manchas de sangre de nuevo entre sus toscas manos, Kibum sintió ese escalofrío recorrerle por completo.
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Tomo fuerza desesperado y enredo su pierna por encima del hombro del mayor acercándolo hasta su cuerpo, su flexibilidad era divina su pierna pegada a su pecho y enredada en el cuerpo del mayor.
- Penétrame- le ordeno. Jonghyun soltó una carcajada y levanto la otra blanca pierna dejándola en la misma posición que la anterior.
- Estas muy ansioso, Honey- le lamio la punta de la nariz hablándole pausadamente, pero Jonghyun no se daría por vencido, quería hacerle perder el control por completo a Kibum, así que mientras le distraía dejando besos por todo su rostro deslizo dos de sus dedos a su rosada entrada. – ¿aquí?- metió ambos dedos jugando con su paciencia, Kibum soltó su aliento contra su rostro.- Tienes mucha hambre- se mofo al sentir sus dedos ser absorbidos con fuerza por su entrada.
- Jjong~- se contraria apropósito para atrapar a esos dedos eternamente, el castaño lo noto y se sorprendió-
- Estas muy atrevido esta noche-sintió como ese delgado cuerpo se movía en búsqueda de mas contacto con sus falanges, lo estaba provocando y estaba funcionando-
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Kim Kibum, ese era el nombre del hijo de una señora de clase media, la cual siempre le había enseñado, la diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo.
La sociedad tenía muchas reglas y todos debían acatarlas para poder vivir en armonía.
Kibum nunca dudo de ellas.
Pero Kibum conoció a Jonghyun.
Kim Jonghyun, ese era el nombre del hombre que amaba, porque lo hacía… era la persona que jamás le importo la sociedad y las reglas… eso no existía.
- Debes aferrar tus dedos bien al arma- susurro a su oído mientras deslizaba su manos descaradamente por todo su blanco brazo hasta llegar a sus delgadas manos y tomar el arma por encima de una de ellas, mientras posaba la otra por encima de la cadera, colándola entre esa delgada camisa blanca- de esta manera- beso la curva de su cuello y Kibum soltó un suspiro largo-
- Mmh~-el mayor resoplo en su cuello y mordió ligeramente castigándolo-
- No te desconcentres gatito, eso podría matarte-lamio toda la orilla de su cuello, deleitándose de su sabor, era el fruto prohibido y Jonghyun amaba esa sensación. El rubio espabilo un poco intentando mantener la concentración pero en ese momento unos dedos apretaron el pezón con tal fuerza que le hizo gemir y doblar las rodillas débilmente-
- Mala suerte- el moreno hizo un ligero ruidito mostrando su confusión pero sin dejar de succionarle el cuello-terminare muerto- volteo su cuerpo rápidamente y soltó el arma al mismo tiempo, no tenía tiempo de aprender a utilizarla teniendo tal atención de su chico, deslizo su blanca mano por uno de los fornidos brazos del moreno y delineo el tatuaje de su nombre escrito en él- y será tu culpa- se aventó a su cuerpo y cayeron al suelo entre besos.-
Kim Jonghyun, se crio en un mundo distinto al de Kim Kibum… en esa clase de mundo donde solo el más fuerte sobrevive. Era una pelea contra todos… robaba sin importar quien sea y asesinaba solo si era necesario…
El estafaba y mentía, pero no le importaba…
El estaba enamorado de un criminal.
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Sin poder soportar ese juego Kibum tomo la fuerza de sus piernas y se separo del mayor sacando aquellos traviesos dedos de su interior, gimiendo nuevamente.
- Maldición-se compuso de manera tambaleante y antes de caer entre los brazos del mayor quien pensaba en voltearlo y dejarlo contra la cama Kibum uso toda su fuerza y termino encima de su cuerpo dejándolo acostado y a su merced-
- Me encanta que te pongas de esa manera- sonrío satisfecho el mayor al ver el lado de rebeldía del rubio salir a flote-
- Y esto no es todo- lamio todo el torso de Jonghyun saboreando el sudor en el, hasta morder uno de sus pezones- ahora me las cobro- tomo el miembro del moreno acomodándolo entre sus glúteos, perfilándolo en su esfínter y empalándose en una- ¡Ah!- gimieron al unisonó, Kibum cerró los ojos y suspiro pesadamente, dolía hacerlo de manera tan brusca pero tampoco podía soportar más tiempo; sus paredes palpitaban y su miembro dolía de tanta excitación.
- Estás loco-
- Es tu culpa- unió sus manos con las contrarias entrelazando sus dedos, gimiendo en su rostro mientras se auto penetraba- ah~
Nunca fue mencionado un “te amo” entre ellos, pues ambos sabían lo que sentían, se complementaban de manera perfecta.
- Estén preparados, el sujeto es peligroso- hablaba un oficial por el radio, alertando a los demás mientras rodeaban el edificio antiguo.
- Según los informantes, se encuentra en el sótano-respondió otro mientras acomodaba el arma-
- Vayan con cuidado- estaban completamente rodeados
Sus dedos tomaban sus caderas y lo ayudaban a enterrarse por completo en su interior, partiéndolo en dos y haciéndole gritar de éxtasis
- ¡Jjong! – su voz se cortaba por el placer recibido, sus ojos no podían permanecer abiertos y sus labios buscaban desesperadamente los ajenos- bésame- una mordida en sus labios fue la respuesta, mezclando ese sabor metálico entre sus bocas, el clímax les alcanzo en cuestión de segundos haciendo que Kibum tense su cuerpo por completo y escuchando un estallido entre sus gritos de placer- ¿Qué fue eso?-pregunto con la respiración completamente descontrolada. Un segundo estallido fue escuchado
- Lo tenemos rodeado- el sonido de una voz a través del megáfono. Jonghyun por primera vez en su vida sintió miedo, miro el blanco y sudado cuerpo de su amante encima suyo y temió por el.- será mejor que salga con las manos en alto, si no dispararemos-
- Kibum- susurro al chico felino quien aun lo tenía dentro, en respuesta recibió un beso, Kibum no planeaba dejarlo por nada del mundo-
- Hasta el fin del mundo-le sonrió y se levanto sintiendo el goteo del semen entre sus piernas y vistiéndose con gran velocidad.
El tiroteo se llevo a cabo después de la cuenta regresiva del jefe de los policías, todo estaba planeado, ese día Jonghyun caería. Las balas traspasaron las paredes y destruyeron todo a su paso, al cabo de unos minutos de silencio entraron con cuidado a la habitación. El oficial miro a su alrededor y llamo desde el radio.
- El sospechoso ha escapado-