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Caffeine por AvengerWalker

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Notas del capitulo:

Bueno.. es la ¿segunda? vez que escribo un fanfic de KPOP. La verdad es que soy fiel seguidora de éste género musical pero nunca me animé a escribir nada serio, a excepción de un Woogyu que se quedó inconcluso lamentablemente.


Soy fiel seguidora de Junhyung y Yoseob de Beast, siendo una de las parejas que más me gustan, tanto en general como de la banda, y por esa razón desde que salió el album (solo de Yoseob producido por Junhyung) pegué un grito en el cielo porque pensé.. "¿qué más puedo pedir?" y se me ocurrió que sería perfecto material para un fanfic.

Lo hablé con varias conocidas y concordaron en que sería buen material, pero yo ya "me retiré" del mundo de la escritura porque mi musa se tomó vacaciones "forever" (?) y no quería arriesgarme... pero la verdad es que fue divertido hacerlo, incluso aunque me convenció una chica en un rol haciendo de Yoseob cuya user no conozco, pero ¡éste fic va para ella :D! Porque me convenció de finalmente hacerlo, espero que sinceramente le guste.

 

Y bueno... la verdad es que al principio no sabia como iba a quedar ni tampoco cómo le iba a dar un final, pero personalmente quedé MUY conforme con ésto, siento que a pesar de todo todavía puedo escribir algo entretenido :D

 

En fin, ya lean y disfrútenlo! Reviews si les gustó tanto como si no, pues ayuda a mejorar y encontrar los errores ^^

"Es tarde, tengo que dormir
Ya he contado mentalmente todas las ovejas
He intentado de todo para quedarme dormido
Incluso tomé una ducha otra vez
Sigo dibujando tu rostro en el techo
Y cuando cierro mis ojos
Se abre el libro de nuestra historia terminada"


- Neujettne jaya dwineunde meoritsoge yangeun beolsseo da sesseo..


Y su voz se cortó. Carraspeó repetidas veces pues el nerviosismo hacía mella en él de una manera realmente incómoda.. ¿cómo podía ser que estaba a unos días de la grabación y aún sonaba temblorosa? Era esa típica sensación que uno tenía cuando sabía que la persona que más le gustaba le oiría cantar. Y su corazón latía a máxima velocidad como si corriese una maratón, pero en realidad estaba sentado en una de las sillas de Cube, la misma sala donde en sus principios había tenido clases de canto y críticas de su profesora, quien buscaba que creciera para poder hacer un debut impecable junto con los demases miembros de su grupo.

- Y pensar que ahora estoy parado aquí... es mi solo... y de nadie más... -Pero estaba equivocado.

Sentía que ese era su debut y que lo haría todo solo, pero ahí estaba su rapero favorito, uno de los más habilidosos de Corea, uno de los más llamados para hacer apariciones en MV's, canciones y una que otra sugerencia de actuación en ciertos lugares. Pero Yong Junhyung no quería, porque su lugar no estaba allí. Quería ayudar al falso maknae de Beast a cumplir finalmente sus sueños. Las canciones que habían escrito eran sin lugar a dudas perfectas para su delicada pero potente voz y ni hablar del baile, hecho adecuadamente para su cuerpo. Todo estaba en el lugar en que debía estar, y por eso Junhyung se sentía completamente cómodo y a gusto. No obstante aún había algo que le tenía preocupado... y ese "algo" era el pequeño joven que se removía entre las sábanas. Podía sentir cada noche su cuerpo moverse de manera continua y quedarse quieto, como si acabara de despertarse y temiera haber alertado a sus compañeros de que sus brillantes y grandes ojos estaban abiertos. Entonces, muy silenciosamente, se deslizaba hasta que los dedos de sus pies tocaban el suelo y se escabullía a la cocina. ¿Para qué?... no lo sabía.

- Descansa, Seob -Interrumpió el apodado "Joker" mientras pasaba a su lado en el estudio, colocando una mano en su hombro para darle ánimos y dedicarle una sonrisa.

Pero si se suponía que esa sonrisa tenía que aliviar su corazón, lo único que hizo fue estremecerlo y hacer que se desatara la tormenta. Porque quizás... solo quizás, Junhyung no sabía que la verdadera cafeína de Yoseob si existía y no se trataban de granos molidos. No se trataba de ése líquido que a los pocos días, harto de ver que se despertaba, descubrió que bebía todas las noches para mantenerse despierto y ensayar un poco más pero cuidadosamente para no despertar a sus compañeros. Se trataba de una persona, y ese era su mismo productor. Y es que Yoseob estaba perdidamente enamorado de Junhyung, cliché sería decir que desde que se vieron por primera vez, pero realmente así era. Lo primero que le había llamado la atención por sobre el resto de los demás era su manera de ser silencioso. Incluso en los programas y cuando hicieron el primero, el Joker era extremadamente reservado, y excepto que le hicieran tomas, preguntas o que tuviera que decir algo importante no abría la boca. Pero por sobre los demás "bestias", era a Yoseob a quien más se acercaba. Y esa "enfermedad" comenzó a "empeorar" y extenderse por su cuerpo como un cáncer cuando los conciertos comenzaron a aumentar, ya que el fanservice por consecuencia también lo hizo. Abrazos, manos entrelazadas, alguna que otra foto donde sus cuerpos estaban cercanos... infinidades de cosas más y que al tiempo comenzaron a indicarle a Yoseob que estaba realmente enamorado.

Quizás por esa razón su voz se oía tan sentimental en las tantas melodías de amor que estaban dispuestos a cantar. Quizás por eso a veces se quebraba en los conciertos con una sonrisa amplia. Quizás por eso cuando se enteró de la relación de Junhyung con Hara, sus sollozos se elevaron hasta volúmenes incapaces de disimularse, teniendo que poner la excusa de que se sentía realmente mal físicamente cuando sus compañeros le hubieron preguntado que sucedía.

 

"Eres mala para mí, tan mala para mí
oh nena, eres como cafeína"

 

- Ya sabes que no falta mucho para la grabación, Jun.. -Murmuró con un tono de voz bajo, casi susurrante. La hermosa y clara voz del menor prácticamente acarició las mejillas de quien ahora llevaba su cabello claro.

- Lo sé... pero también sé que lo harás bien, ¿vale? Deja de presionarte. -Fue una orden, pero con palabras suaves. Yoseob sabía bien que así era, pues le conocía como algunos no y por eso no era necesario que su hyung tuviese que tener algunos comportamientos con él. Mediante pocas palabras se entendían perfectamente, e incluso sin ellas.- Regresemos al dormitorio.

 

 

 

"Shp. Shp. Shp"

- Mnh.. -Volteó hacia un lado en la cama y luego hacia el otro, para finalmente decidir que ninguno de los dos satisfacía su búsqueda de un rinconcito frío. El clima estaba inusualmente caluroso de noche y eso había ocasionado que durmiera con una holgada y fina camiseta de algodón.

"Shp. Shp. Shp"

El ruido volvió a repetirse durante varias veces y, ya sin poder ignorarlo, se levantó como impulsado por un resorte, acomodándose los ahora puntiagudos mechones de cabello que disparaba cada uno hacia un lado diferente. Tenía los ojos un poco hinchados por el sueño y sus pupilas yacían ocultas tras sus finos párpados. Un ruido a lo lejos terminó por convencerle de levantarse de la cama y, pateando con todo el malhumor las sábanas se levantó. De más estaba decir que sus ropas en la parte de abajo se trataban de un boxer y nada más.. todo culpa del clima que ese día había decidido molestarles, aunque por alguna extraña razón el resto de sus compañeros no se veían afectados por las oleadas que había. Y ni hablar de los mosquitos. Le resultaban tan desagradables a Junhyung que se mantenía despierto casi todo el tiempo. Seguramente por eso se habia despertado. Sin embargo, su desición no era quedarse pensando el por qué del clima, de su odio hacia los insectos o de por qué las manzanas caen de los árboles, sino continuar y ver qué era lo que hacía el menor despierto... sabiendo que era él no solo por su últimamente obsesión de aferrarse a la cafeína sino también porque parecía verse afectado por el calor igual que él.

- A veces parece que estamos conectados -Pensó mientras avanzaba hasta la sala. No tenía puestas pantuflas ya que no quería hacer el mismo ruido insoportable que Yoseob había hecho al caminar.

Y entonces, con toda la tranquilidad del mundo, dio varios pasos, perezoso y tranquilo como estaba a causa del sueño. Sus puños se aferraban a sus ojos para refregarlos mientras intentaba mantener al menos durante unos segundos los mismos abiertos y sin parpadear.

Y entonces... le vio.

Estaba parado a tan solo unos metros mirando completamente concentrado la máquina de café que hacía unos cuantos meses se habían comprado y colocando cuidadosamente una taza para que el líquido cayera en el interior de la misma. Pero no. Lo importante no era ver cómo el falso maknae había aprendido a hacer café sin ayuda de nadie, ni tampoco sus cabellos despeinados y su piel blanca y suave como la porcelana. Tampoco el por qué sus falanges se veían extrañamente más atractivas que de costumbre... era su cuerpo. En la parte de arriba, donde se suponía que la gente usaba prendas para cubrirse el pecho, no había nada. Absolutamente nada. Su piel quedaba al descubierto, permitiendo que Junhyung pudiese examinar el color claro, sus rosados botones y la ligera capa de sudor que le recubría... Era totalmente sugerente, más por el último rasgo. Y recordaba a Yoseob burlarse perfectamente de ser pálido y de tener mejillas grandes.. y luego se encontraba con una imagen tan apetitosa como esa: Yoseob frente a él con solamente un par de boxers puestos que no dejaban nada a la imaginación, sus blancos brazos cuidadosamente flexionados mientras acomodaban la taza y sus rosados labios, que resaltaban entre tanto color claro. Para empeorarlo, la manera en la que respiraba hacía que siguiera el movimiento de su pecho al inflarse y desinflarse, y que gracias a la luz de la luna le permitía observar el atrayente brillo que las gotas de sudor producían contra su piel.

No supo el momento en el que estuvo parado exactamente en frente de él, sin ningunos centímetros que molestasen el encuentro entre ambos cuerpos. Pero Yoseob le miró, con esas orbes grandes y llenas de vida, y una expresión inocente que no hizo más que endurecer la entrepierna de Junhyung. Y cuando ambas bocas se encontraron fue la experiencia más exquisita de todas... el sentir sus mullidos labios contra los propios moviéndose en busca de quién se apoderaría de la soberanía de una acción tan simple como esa era endemoniadamente excitante. Mientras sus labios se besaban con deseo, recorriendo la lengua del más bajo los labios ajenos para degustar de mejor manera esas carnosidades que tanto le habían atrayendo siempre, poco a poco comenzaron a avanzar los pies del rapero hasta que la espalda del más bajo se topó contra la pared.

Excitados, así estaban ambos. Los dos se encontraban en boxers, boxers que ahora incomodaban al apretujar sus órganos reproductores y que impedía pudieran rozarse. Pero no les importaba porque la fricción se presentó de todas maneras, más cuando la pierna derecha de Junhyung habilidosamente se coló entre las de Yoseob, buscando que el cosquilleo que recorría su propio vientre hasta la punta de su miembro aumentara. Y pese a que detestaba el calor con toda su alma, ahora mismo sentía uno agradable y que le traía sensaciones de bienestar: nada de sentirse sofocado. Era todo un orgullo ver lo que producían sus caricias en el cuerpo ajeno, cosas como su pecho agitándose, sus labios entreabiertos en busca de aire y dominar el beso que el mayor había empezado y sus manos aferrándose a sus omóplatos, buscando marcar la zona de su espalda que tanto le atraía y a la que siempre terminaban por posarse sus manos en cada abrazo. Pero pronto no fue suficiente... para nada. Ambas durezas necesitaban libertad, sus pulmones clamaban por oxigeno y la camiseta de Junhyung el ser retirada a tirones. Y claro, el visual cumplió con sus expectativas al pie de la letra.

Pronto se encontraron ambos en ropa interior, observándose fijamente a los ojos. En ningún momento la pregunta "¿por qué?" se filtró entre ambos. Porque no hacía falta que dijeran nada ni mucho menos una respuesta a una pregunta que nadie había formulado. Ellos se entendían tan solo con mirarse. Y por eso, cuando Yoseob sonrió, supo que lo que hacía era correcto... y sobretodo que estaba en el lugar correcto. Al demonio la máquina de café, pensó. Le tomó de las caderas y de un pequeño impulso le obligó a que sus piernas rodearan su cintura, permitiendo que el roce entre ambos miembros fuese más directo. No hacía falta mirar para saber que el menor estaba completamente duro y jodido. No sólo por el estado que había tomado su miembro sino por la humedad que podía sentirse.. además del olor a sexo, ese típico olor que quedaba impregnado en el aire luego de que dos personas unían sus cuerpos. Cosa extraña, ya que la unión no se había producido... aún.

Y sin más pensamientos dominando su cabeza, caminó hasta la mesa del comedor donde siempre se sentaban a almorzar y cenar, recostándole e inspeccionando su cuerpo con la lengua. Lo primero que hizo fue deslizarla por su cuello, sintiendo directamente en sus oídos y mente la voz del menor repitiendo su nombre.. "Junhyung, Junhyung" en forma de gemidos y jadeos, alargando las vocales de su nombre. Su piel sabía exactamente a Yoseob, y eso no era ningún sabor en particular, solamente el suyo. Ese típico aroma que el menor tenía cuando salía de bañarse y que le atrapaba siempre que rondaba cerca de él. Bajó un poco más y allí encontró un objeto para entretenerse durante un rato: sus pezones. Los lamió y se apoderó de ellos con sus labios mientras que sus manos apretujaban sin descaro alguno las nalgas del más bajo, quien se retorcía continuamente y buscaba meter la mano a como diera lugar en su duro falo encerrado.

- Yoseob.. -Susurró mientras daba algunas mordidas suaves y delicadas a la zona del pecho, colocando su entrepierna exactamente en la entrada del menor y haciendo movimientos como si le penetrase, aunque claramente aun era imposible- Tengo unas jodidas ganas de hacerte el amor... -Mencionó con voz pesada, cargada con un tono que denotaba la excitación que le inundaba. Había sido claro. El no quería sexo, aunque sus palabras sonasen jodidamente sucias no por el contenido sino por el tono empleado, el quería hacerle el amor. De manera dura, suave... como el contrario quisiera, pero apoderarse (amablemente) de su cuerpo hasta dejarle sin oxígeno, hasta que sus pulmones se vaciasen en gritos aclamando su nombre.

Pero Yoseob no le respondió, porque se encontraba demasiado ocupado deshaciéndose en gemidos y jadeos encantadores que no dejaban de llenar las orejas del mayor. Continuó bajando.. cada vez más hasta el límite de su ropa interior, el cual terminó por bajar con los dedos, sonriendo ladino (esa típica sonrisa descarada y malévola que Yoseob tanto amaba) al notar que se encontraba más que húmeda. Pero el glande de Yoseob no fue tocado por sus dedos, ni tampoco su prepucio, ni mucho menos toda su longitud... ¿para qué? Si estaba su boca para hacer todo el trabajo. Ver las rechonchas mejillas del mayor ahuecarse para darle paso a su miembro en el interior de su cavidad bucal era increíblemente excitante. Ese fue el primer pensamiento que atacó la mente de Yoseob... ¿el segundo? No existía, porque se deshizo el abecedario en mil pedazos en cuanto continuó con el perfecto y singular trabajo. Su lengua húmeda envolviendo aquel trozo de carne le sacó de sus casillas y pronto sus gemidos alcanzaron una alta tonalidad, un tanto aguda pero siempre manteniendo la tierna masculinidad que poseía el castaño.

Notando el grado de excitación que su compañero tenía, buscó acercar sus dígitos hasta la boca ajena, introduciéndolos. Quizás un pequeño pecado, pues la dureza de su miembro aumentó cuando notó la manera en la que su lengua preparaba sus dedos y las mordidas se hacían presente en la yema de las mismas... jodidamente atractivo y excitante. Unos segundos pasaron así, con algunos ruidos inundando el ambiente tales como los chasquidos de los labios contra el pene del menor junto con los gemidos de éste último. Aquel sí que sería un buen "solo". Y cuando notó que sus dedos estaban lo suficientemente húmedos como para poder lubricar la entrada del castaño, acercó el primer dígito a su entrada, acariciando de manera circular la misma antes de simplemente meterlo. Pero Yoseob no se dio cuenta en ningun momento, porque estaba demasiado ocupado gimiendo, para gusto de Junhyung, por la felación. Sin embargo el segundo si lo notó, pero solamente gruñó de incomodidad... algo perfectamente lógico. Y en el tercero ya mencionó que era doloroso.

- Jun duele.. -Susurró echando el cuello hacia atrás y apegando todo su cuerpo a la larga mesa del lugar, notando como dos de sus dedos se abrían en tijeras y por consiguiente el tercero también, haciendo espacio en el lugar. Junhyung no respondió, tampoco es que podía mucho que digamos.

A los segundos Yoseob dejó de quejarse y simplemente comenzó a gemir más alto que antes, ya completamente acostumbrado a la intromisión y dejando que los dedos del Joker hicieran el trabajo. Supo que "se venía" cuando dejó de sentir tanto placer en su parte delantera y sus dedos pronto se retiraron, frunciendo ligeramente el ceño y mirando al contrario como pidiendo una explicación. A modo de respuesta, Junhyung simplemente se bajó la incómoda prenda que cubría su erección y la dejó libre... y Yoseob no pudo evitar sorprenderse.. ¿Cómo mierda se suponía que algo así le entraría?

- Tranquilo.. -Susurró ante la expresión del castaño, tomando con firmeza su miembro para comenzar a masturbarlo.

Así es. Yong Junhyung tocándose en frente de él.. ¿acaso algo podía ser mejor? Lo supo cuando el contrario se acercó hacia él y le abrió un poco más las piernas, separándolas.

- Dolerá.. pero solo al principio. Luego, te haré sentir mejor que el estúpido café que te tomas siempre... -Acomodó el glande de su pene contra el orificio lubricado del menor.. y empujó, poco a poco y con las quejas del más bajo llenando sus oídos, pero eso no le hizo detenerse en ningún momento.

Cuando estuvo completamente dentro de él se detuvo por completo, oyendo la respiración más agitada del menor al igual que sus quejas. No estaba llorando, pero algunas lágrimas habían caído a causa del pánico que sentía su parte trasera. Le entretuvo con dulces besos y atractivas caricias en los testículos, y cuando movió las caderas para decirle que se animaba a continuar, entonces el Joker movió sus caderas.

Era difícil de describir las sensaciones que estaban en juego. Por un lado, Yoseob sentía que le iban a partir en medio. Ese insoportable dolor como si estuvieran separándole con fuerza y de manera obligada, pues sus músculos se tensaban como obligándole, además impulsados por el malestar que sentía el más bajo de los dos. Por otro lado, Junhyung temía perder su entrepierna en el camino. Había un encuentro de sensaciones que podían describirse como "arrebatadora y dolorosamente placentero". Era realmente agradable el sentir el interior cálido y la estrechez de su compañero, pero de igual manera sus paredes le apretaban tanto que resultaba doloroso y difícil moverse.. pero debía hacerlo o no llegarían a nada. Por esa misma razón el vaivén comenzó un poco forzoso (por el esfuerzo hecho por Junhyung de moverse) pero suave, deteniéndose de vez en cuando para contemplar el rostro del menor. Era una imagen digna de alguien tan hermoso como él: sus párpados apretados por el dolor, sus rosados labios entreabiertos y sus adorables mejillas encendidas en un carmín furioso.

- Muévete más Junhyung.. -Ordenó a los pocos segundos.. Y Junhyung simplemente sonrió, de esa manera atrevida en que sólo él podía.

Segundos pasaron hasta que las embestidas comenzaron a hacerse más certeras y rudas; la velocidad era ahora una fiel amiga de sus caderas y la fuerza su mano derecha y consejera, e incluso le indicaba en qué puntos el cuerpo del menor se agitaba hasta el máximo placer. Cada vez era más placentero sumergirse en el estrecho y cálido interior del más bajo, cuyo cuerpo temblaba y se movía como una hoja al viento. Los roces entre ambos pechos desnudos, las gotas de sudor deslizándose por sus rostros y los gemidos de placer que clamaban más movimientos.. más fuertes. E incluso las palabras sucias que Junhyung nunca pensó Yoseob podría decir.


- ¡Ahh! Hyung.. ¡métela más fuerte! - y eran órdenes casi hechas como chillidos, pues el estado de excitación alcanzado era inexplicable.

Incluso acompañando a los gemidos del menor estaba el constante choque de sus testículos contra la piel del menor, formando un tono similar al de una persona aplaudiendo, y hacía que Junhyung se revolcase sobre el contrario y dejase ir todas sus energías disparando exactamente a su próstata, punto erógeno por excelencia. Quizás por esa razón Yoseob terminó eyaculando contra el abdomen propio y del rapero sin necesidad de que le tocasen y acariciaran allí. Quizás por esa razón pronto Junhyung marcó su interior de manera violenta pero agradable, llenándole con su escencia.

Quizás por esa razón...

Quizás...

- Oye... Junhyung -Llamó con una pequeña sonrisa, esperando a que el contrario reaccionara, pues parecía haberse perdido en un mundo completamente ajeno mientras yacía parado frente a él, viéndole con los ojos como platos. Cuando lo hizo, le enseñó su expresión más agradable y simpática, oyendo de fondo el sonido del ligeramente amargo líquido cayendo sobre la taza.- ¿Quieres beber café conmigo?

Notas finales:

Yyy éste es el final, espero que haya gustado <3 últimamente he visto más fics de ésta pareja, espero que sigan aumentando cada vez más~

 

Hasta (quizáaaaaaaas) una próxima!


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