Un chico está observando a un chico que platica alegremente en un grupo tanto de chicas como de chicos, y parece ser el centro de atención con los aspavientos y gestos que hace, haciendo reír a los demás.
-¡Joven Dark!
El muchacho voltea. Un profesor cualquiera que requiere de su ayuda y, al igual que sus compañeros, lo llama por su apodo. Aunque en realidad es Darkcless, todos preferían reducirlo a Dark.
Pero este profesor debía de estar planeando algo malo, porque enseguida llama la atención de alguien más, alguien con quien Dark prefería no convivir.
-¡Joven Ronnie!
Detiene su plática y cuando dirige su mirada en su dirección, su cara enseguida demuestra que le han arruinado la fiesta. Se despide del grupo y se coloca a un lado de Dark, frente a su profesor.
-¿Sí?
-Muchachos, necesito que trabajen juntos para que hagan…
-¿Juntos? –interrumpen los dos chicos-. Profesor –prosigue Dark-, usted sabe bien que Ronnie y yo…
-Sí, sí –lo detiene el maestro con un gesto de mano, sabiéndose bien la historia-. Y precisamente por eso deben hacerlo juntos.
-Señor, ningún trabajo en equipo con nosotros dos saldrá bien –aporta Ronnie.
-No me importa, chicos –les dice el maestro-. Tendrán que estar juntos y serán vigilados, los detalles se los dará ella.
Acto seguido, el maestro le entrega un papel a Dark. Ahora los mira amenazante.
-Si no quieren que me asegure de que no aprueben ninguna de las materias, les sugiero que hagan lo que les pido.
Dark y Ronnie se sorprenden y miran se miran el uno al otro, recelosos.
-No voy a decir nada aún –dice Ronnie-. Aún no sabemos qué vamos a hacer…
-Muy bien.
Las clases pasaron con el parecito echándose miradas de sospecha a cada rato. Al momento de salir, se reúnen los dos en la puerta de entrada. Dark saca el papel que el maestro les dio, pero ninguna de los dos ubica la dirección.
-¿Y ahora?
-Pues a buscar la dirección, ¿qué más?
-Has pensado que soy idiota, ¿no es así?
-No quieres saber eso –dice con una sonrisa divertida.
-Si serás idiota…
-Hmph, como si me importara…
-¡Ahg! Como me desesperas, Dark
-El sentimiento es mutuo, Ronnie.
El par se mira con fastidio, se encogen de hombros.
-¿Alguna idea?
-¿Un taxi?
-¡Pues claro! Es bueno saber que aun puedes usar el cerebro.
-¿¡Qué!? ¡Yo lo he pensado, al que no le sirve el cerebro es a ti!
-Hmph, ¿y se lo dices a alguien que tiene mejores calificaciones que tú?
Ronnie arquea una ceja, molesto de verdad.
-Te partiré la cara.
-Inténtalo.
Pero la verdad era que ninguno de los dos se sentía con el ánimo de partirle o pelearse con alguien; menos a ellos mismos. Eso era lo más extraño del asunto: ninguno quería dañar al otro. ¿Por qué? Razón desconocida.
Tomaron el taxi, dándole la dirección al taxista. Éste puso una cara extraña, como nerviosa y los miró más atentos. “¿A qué viene eso?” pensó Dark.
En cuanto le pagaron al taxista, salió disparado y se volvieron para ver la casa de la chica a la que tenían que ver. Dos pisos, color crema, portón grande café y ancha. ¿Viviría con alguien más o necesitaba espacio? Fuera como fuera, no le daba buena espina a Dark. ¿Qué quería hacer aquella chica? Hasta el nombre le inspiraba desconfianza <> decía la tarjeta de presentación.
-Esto no me gusta, Ronnie. Parece la única casa habitada de la calle.
-Ya lo sé… -miró a un lado y al otro-. Bueno, a tocar, no quiero tener más problemas de los que ya tengo con las fucking calificaciones.
Dark recordó que Ronnie era bilingüe, sabía inglés, español, alemán y su propio idioma, japonés. La clase de idiomas era la única en la que no batallaba. “Un momento, ¿cómo se supone que sé eso?” sacudió la cabeza a un lado y al otro. ¿Qué le sucedía?
Para cuando regresó del mundo de sus pensamientos, Ronnie ya tocaba como un cobrador.
-¡Oi, ¿qué te pasa?! No toques así.
-Es una casa grande, quizá no nos oiga.
-Bueno, sí, pero no es para que toques como vieja desesperada.
-¿Acaso le vas a poner peros a cada cosa y movimiento que haga?
-¿Y qué si lo hago?
-Jejeje, ¡perfectos!
Los dos voltearon rápidamente a la puerta, por la escalofriante y risueña voz que había osado interrumpir su “pacífica charla”. Era una chica de 20 a 25 años, cabello azabache, profundos ojos negros, 1.70 aproximadamente. Más alta que los jóvenes.
-Mucho gusto, chicos, yo soy Valeria Kazuna. Investigadora del comportamiento humano.
“¿Comportamiento humano?” se extrañó Dark. ¿Qué tenía que ver eso con ellos?
-Ajá, sí, claro, ¿qué quiere?
-¡No seas brusco, Ronnie!
-Esto me fastidia, cállate, Dark.
-Pasen, chicos, no se queden parados.
Los hizo pasar y los llevó a lo que parecía un despacho. El lugar estaba lleno de libros, archiveros y papeles sueltos. Una vez que les ofreció algo de beber que rechazaron, se puso a explicarles para qué los había llamado.
-Bueno, ahora mismo estoy interesada en saber cómo es la convivencia entre dos personas que se llevan mal…
-Bad y punto. ¿Ya nos podemos ir?
-Déjame terminar, niño –lo miró con reprobación-. Con convivencia, me refiero a que siento curiosidad por saber qué pasaría si dos personas que se caen mal viven juntas… -sonrió malvadamente, Ronnie y Dark estaban petrificados-. Jejeje, por supuesto que para eso me puse a investigar entre escuelas a los chicos perfectos para la investigación… su maestro los ofreció –muy bien, eso era demasiado. Ninguno de los chicos estaba contento con la persona que los había mandado de a conejillos de indias. ¿Quién se creía?-. Y como seguro ya los amenazaron, le diré algunos detallitos de esto de vivir juntos, ¿ok?
De uno de los tantos archiveros sacó unas esposas. “¿¡Y por qué mierda tiene unas esposas!?” pensaron los dos chicos a la vez.
-Para asegurarme de que no se separarán, les pondré esto… como ven, la cadena es larga, tendrán mucha libertad…
Si no tenían opción, por lo menos podrían tener espacio personal… Dejando a Dark de lado, que sólo pensaba en aquello en una gran molestia… Ronnie era todo otro cuento… sí, ni Ronnie mismo se creía que se había enamorado de un chico… y menos de Dark.
Al principio sí que le caía mal, pero pues el tiempecito tuvo que pasar, lo conoció un poco mejor a su manera, y ¡bam! Hola a la enfermedad del amor. De tanto negarlo, creó su actitud actual… era el más desagradable de los dos, así que no había absolutamente nada de riesgo en ser descubierto…
Ronnie casi dio un respingo, ¡pero tendrían que vivir juntos! No podría comportarse de esa manera todo el tiempo que esa loca de Valeria decidiera ponerlos juntos. Casi podía dar por seguro de que si Dark no descubría que estaba enamorado tanto como una loca adolescente, por lo menos sí que no le caía mal… y eso era suficiente para que Dark empezara a verlo mal de verdad, lo que menos quería… Scheiße, why he amaba tanto a Dark? Tenía que calmarse, estaba recordando todo y ya estaba empezando a pensar combinando idiomas…
-¡Oi, Ronnie! –su voz lo trajo de vuelta-. ¿Estás escuchando?
Ronnie sólo volvió la vista hacia otro lado.
-¿Qué pasa contigo? Honestamente…
-Déjalo, chico… le explicas luego lo que dije, ya pueden irse.
En cuanto se fueron, Valeria susurró con un “fufufu” << aunque en realidad no se llevan mal…>>
***
Ronnie no podía recordar el momento en que había dejado que le ataran con la esposas a Dark. En cuanto salieron de la casa…
-Bien, Ronnie… como decía, ¿no hay problema si vienes tú a mi casa, verdad?
-No –respondió pensativo-. Mis padres se fueron de viaje justo hoy… creo que no regresan hasta dentro de unos tres o cuatro meses…
-Valeria nos quiere juntos sólo unos dos meses y medio, más o menos… no recuerdo las razones que me dio, demasiado aburrido…
Ronnie no pudo evitar soltar una risita.
-Así que el listo también sólo puede oír el “blablá” de las personas, ¿eh?
-Oye, también soy humano, también me aburro… además, la convivencia que se tiene con una persona que te cae mal no es muy de mi interés.
El supuestamente más odioso se sintió herido. Era cierto, le caía mal a Dark. Tenía que recordar aquello…
-Pues claro que no, nadie quiere saber algo como eso… bueno, quitando a Valeria…
¿Qué clase de aquella chica era aquella? ¿Por qué no un hombre y una mujer? Le daba la impresión de que esa Valeria Kazuna sabía más de lo que aparentaba. Ojalá que no fuera lo que él creía… si era así se enfrentaba a un duro enemigo: ¡una vieja fan del yaoi! Oh, ese tipo de chicas no humanas serían capaces de cualquier cosa… lo sabía porque su hermana menor lo era… pero no estaba en casa, ella siempre acompañaba a sus padres en los viajes…
-¿Y? ¿Cómo se supone que sabe cómo es nuestra convivencia?
-Dijo que lo sabría en cuanto nos viera después del plazo…
-¿Pero qué mierda es esa? –Ronnie resopló-. Debería mantenernos vigilados…
-¿Prefieres ser vigilado?
-Tch, no, pero… ah, olvídalo… entonces, ¿qué? ¿tengo que vivir contigo a partir de hoy? Sino para que vaya por algunas de mis cosas…
-Vayamos, Ronnie…
-Sí, bueno, lo que sea…
Se dirigieron a su casa en silencio. La gente que veía las esposas los miraba muuuy extrañados. Bueno, suponía que no era nada usual ver a dos personas esposadas con el tipo de cadena que ellos llevaban… pero a Ronnie le valía shit lo que pensarán… se suponía que lo odiaba, que odiaba estar encadenado a él, cuando en realidad se sentía estúpidamente feliz… maldita sea, ¿por qué no podía ser más normal? ¿más hombre?
-Ah, cierto… ¿y tu familia?
-No les importará, diré que es un simple proyecto de investigación…
Un simple proyecto… suspiró.
-Muy bien…
Llegaron a casa del más chico y entraron en su habitación. Ronnie reunía su ropa y unas cosas para el entretenimiento en una maleta como podía. Mientras tanto, a Dark se le veía embelesado observando los distintos posters del grupo de musical que estaban pegados por toda la pared, tapizándola.
-¿Te gusta este grupo?
Ronnie se sorprendió caminando a casa del chico del cual estaba enamorado, enfrascado en una conversación de grupos, música, etc… les gustaba lo mismo.
***
-¿Y este chico, Rubén-nii? –preguntó la chica de cerca de 12 años que abrió la puerta-. ¿Y qué pasa con las esposas?
¿Nii? ¿No había oído mal? ¿Dark tenía una hermana menor? Eso le recordaba a la suya… la única diferencia es que su hermana tenía casi 15 y lo llamaba “aniki” en vez de “nii”.
-Un compañero y un proyecto escolar.
-Ah, ok…
El mismo proceso se repitió con las padres de Dark, por supuesto que Ronnie no dijo nada. Igual cenaron en silencio.
Llegó la hora de dormir, pero muy pronto Ronnie se dijo idiota por no haber traído nada para dormir en el suelo.
-Ah, joder, lo olvide…
-No importa, podemos dormir en mi cama…
-¡De ninguna manera! ¿¡Cómo shit quieres que durmamos en tu cama individual?
-Vamos, sí se puede.
-Pero sería demasiado incómodo, maldición… ningún tipo de persona podría dormir bien con otra en una individual.
-No seas quejumbroso, ¿o prefieres dormir en el suelo sin ni una almohada?
-Hijo de…
-¿Qué dices?
-Nada –ese no era momento para insultos mexicanos. ¿Suelo o la comodidad de una cama a pesar de ser compartida? La mejor era obvia…- Ah, está bien…
En algún momento se quedó dormido con el rostro frente al de Dark.
En cambio Dark recordaba perfectamente el momento en que su compañero de proyecto se había quedado dormido. Nada más acostarse en la cama, el sueño se apoderó de él… sí que debía de estar cansado. Dark se quedó despierto un rato más, observando los finos rasgos que no había notado antes en Ronnie, la tersa piel, la completamente inocente expresión, el dulce cabello liso y castaño, se veía tan hermo…
Sacudió la cabeza lo suficientemente quedo para no despertar al otro. ¿En qué estaba a punto de pensar?