Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Finding love por cherrymusic14

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

kuadgaksg este fic lo hice por que tuve una amiga secreta llamada Maka >:333 espero ue te guste aunque francamente soy un asco narrando cosas fantásticas x__x y sobre todo Mpreg......................... es mi primer Mpreg y mi primer fic sobre Yomi de Nigthmare y Kai que meimagino es Kai de The Gazette .__. pero bueno C:

Espero que te gustey perdon por la tardanzaaa!!!

A leer!

Notas del capitulo:

Bueno DD: pues espero les guste.. sé que lomio es Girugamesh xDD peor creo que no soy tan mala escribiendo de todo un poco :333

A leer!!

-Perdido… no se a donde voy ni a donde llegaré… solo sé que quiero salir de este bosque, necesito refugiarme, no quiero que “esto” pase por algo horrible. Lo lastime demasiado, he lastimado demasiado a la gente que me quiere, pero ¿Qué mierda hice para merecer todo esto?.. la respuesta es fácil, simplemente eres una hada estúpida Yomi… estúpida.-

 

-¿Y si supiste lo que paso con el hijo del rey?-

-No, ¿Qué pasó? No me digas que de nuevo…-

-¡¡Siii!! Pero esta vez no solo se fue al bosque y a hacer “tú sabes que cosa” si no que se robó el néctar de la reserva de su padre y se fue a embriagar con  sus amigos.-

-Me imagino que pasó después de ese momento de poca lucidez de su parte…-

-Y, ¿Sabes con quien fue a… “eso”?-

-¡¡Con quien no lo ha hecho dirás!! Ajajajajajaja!!-

-Dejen de decir cosas, que hablamos del rey de roma y se asoma.-

Dejaban de hacer sus respectivas tareas y le hacían una reverencia a un chico que caminaba con gran porte parecido al de un pavorreal.

-¿Y ustedes qué eh? Anden, quítense que voy a pasar.- las demás personas se hacían a un lado y queriendo o no le reverenciaban de nuevo.

-Eso es, así me gustan…-

Cuando el menor terminaba de pasar por ese pasillo y subía unas escaleras, los presentes empezaban a cuchichear de nuevo sobre él.

-Ahh, por fin en mi casa…-

-¿A dónde te habías metido Yomi?-

-Por ahí, por ahí, padre.- el chico se acostaba en una cama hecha con paja y unas sábanas de seda.

-¿Qué puedo hacer yo para que dejes de hacer eso? ¿Qué mierda te pasa por la cabeza?-

El joven de cabello rubio ignoraba las palabras de su padre y comenzaba a dormirse.

-¿¡Qué hice yo para merecer un hijo así?!-

El rubio se levantaba de su cama y abría una ventana que estaba frente a él y se sentaba en esta.

-No has hecho nada malo padre pero me aburre tanto la vida aquí… y ¿sabes? Iré al bosque de los Maples.. por lo menos ahí si me comprenden.-

-¿Comprenderte? ¿Tú qué crees que he tratado de hacer? Y tú ¿Cómo nos pagas? ¡¡Siendo la deshonra de la familia real!-

-¡No me dicen que hacer y como comportarme, me dejan ser libre!- volteaba a ver a su padre y este lo tomaba del brazo y lo jalaba hacia su habitación.

-No vas a ir a ninguna parte… hoy te quedas en este cuarto, debes de reflexionar todo lo que has hecho.-

-A nadie le importa si hago o no hago algo, las demás hadas son tan…- el chico ponía cara de asco y desaprobación.

-Las demás hadas están a nuestra orden, son plebeyos que sirven a sus reyes pase lo que pase.-

-Se me hace tan absurdo eso….-

-Eres el príncipe, y a tus 160 años debes de empezar a pensar en cómo vas a dirigir a tu pueblo.-

-Si, si, el príncipe que será rey, ¿Por qué no mejor vas y les sigues dando pan y circo a tu gente?-

-Al parecer, yo ya no debo de dedicarme a eso, mi hijo lo está haciendo y de una manera excelente.- decía con cierto sarcasmo el mayor.

--¿Qué no me puedo divertir un poco?-

-¡Pero ir de cama en cama con cada hada sea mujer u hombre no es una diversión sana!-

-Ay padre, ¿Qué cuando fuiste joven como de unos 150 o 180 años no quisiste probar los placeres carnales del sexo?- sonreía para si mismo el joven lamiéndose los labios. Al ver ese gesto, su padre le proporcionaba una bofetada bastante fuerte haciendo que el menor tambaleara un poco y de su comisura labial derecha sangrara un poco.

-Espero que te quede claro cuál es tu lugar en esta aldea ¿Ok?-

-Claro, a golpes todos entienden, todos deben de obedecer al gran rey ¡por que él es el que manda! ¡Sólo por eso! No sabes cuanto odio que mi madre haya fallecido.-

El señor de mediana edad ponía una cara algo triste pero enseguida cambiaba su rostro para imponer cierta seriedad enfrente de su hijo menor.

-Tus demás hermanos y hermanas ahora son responsables de ciertos clanes y algunos están próximos a ser reyes de otras comunidades, ¿Tú no quieres ser algo como ellos?-

-Mejor lárgate de mi cuarto padre, no quiero decirte más cosas, sólo déjame solo.-

-Recapacita Yomi…-

-Sólo quiero vivir la vida al máximo.-

-Hasta que encuentres aquello que te frene, dejarás de actuar así.- el mayor se daba media vuelta y dejaba a su hijo solo.

-Por fin.. algo de tranquilidad.- Yomi volvía a abrir su ventana y miraba el cielo estrellado con la luna la cual parecía le estaba sonriendo pícaramente. –Oh si, tengo ganas de irme de nuevo, pero hoy solo deseo descansar, ese idiota me lastimo mucho…- el chico se acostaba boca bajo ya que su parte trasera estaba un poco adolorida. –Fue divertido, pero, ¿Por qué no siento nada cuando lo hago con esas hadas? Con la hija de la sirvienta de mi padre no sentí nada en lo absoluto, fue placentero para ella pero no para mi y lo mismo pasó con las otras chicas, con los otros chicos… ehhh… ok, creo que me gusta más cuando ellos me lo hacen; con el de ayer que no sé ni cómo coño se llama fue tan excitante, pero solo eso, y hoy.. ahh me duele…- cerraba sus ojos y suspiraba un poco. –Mañana si voy al bosque de los Maples, quiero experimentar algo nuevo.- poco a poco, el chico se iba quedando dormido.

 

En otra parte del bosque de eucaliptos, el rey caminaba hacia una de las pequeñas chozas que estaba alrededor del su castillo.

-Disculpe, ¿Sabe donde está la casa del hada llamada Kouyo?- le preguntaba a un hada que pasaba por ahí.

-Ahhh, ¿el hada que hace conjuros extraños? Pues es la siguiente choza, pero querido rey, sus conjuros y hechizos son demasiado peligrosos.-

-Sólo deseo hablar con él.-

-Ok, pero tenga en cuenta lo que le dije.-

-Si, muchas gracias noble aldeano.-

-De nada, su majestad.-

El rey tocaba en una choza bastante pequeña pero algo lujosa a la vez.

-¡Voy!- se escuchaba desde el otro lado de la puerta. Al abrirse salía un chico de muy alta estatura para ser un hada, pero sus finísimas facciones lo hacían lucir como una bella hada. –Oh su majestad, ¿Qué viene a hacer por estos lares?-

-Seré directo, necesito un hechizo, conjuro, pócima o lo que sea para que mi hijo deje de irse por el camino del mal, parece un troll sin control.-

-Oh si, su hijo, es bastante sonado por toda su aldea, majestad, y vaya que tiene un gran historial el pequeño Yomi, ¿Tendrá acaso unos 150 años apenas? Demasiado poco para ser un hada tan… ¿alborotada?-

-Solo quiero que deje de hacer eso que hace…-

-Le quiere dar un escarmiento a su hijo, ¿Verdad? O ¿Quiere que para siempre deje de andar como una abeja de flor en flor?-

-No me importa, solo quiero que asiente cabeza de una vez por todas.-

-Oh mire, que buena luna ha escogido, nos esta sonriendo de una linda forma, creo que ella le va a ayudar un poco.- el chico sonreía ampliamente y comenzaba a preparar algo en un pequeñísimo caldero. Terminando de mezclar unas cuantas hierbas, algunos frutos y unas cuantas pócimas más, vaciaba el contenido en un frasquito color violeta y se lo entregaba al rey.

-Mire, sólo déselo en una copa de vino, mañana antes de que se duerma o… bueno, estamos hablando de que el pequeño le gusta salir de noche, así que déselo en la noche antes de que salga, y pídale a la luna que lo ayude, ella le ayudara.-

-Gracias…- el rey iba a dar un paso hacia atrás y el hada lo detenía.

-Sabe que esto tiene un precio, y pues, me gustaría un poco de tierra.-

-¿Tierra?-

-Ampliarme un poco más y claro, sin pagar impuesto de frutos por esa tierra nueva.-

-Ok, dos chozas más para usted.-

-Muchas gracias su majestad, pero.. je, espero que su hijo no le resulte con una gran sorpresa.-

-Más de las que me ha dado, lo dudo.- rápidamente el rey salía de esa choza y caminaba hacia su castillo.

-Ahh, me encanta como vienen y me piden tantas cosas, ¿Por qué no solamente ven que es lo que en realidad necesitan aquellos que serán y fueron hechizados? Pero mientras tanto, podré ampliar mi choza sin pagar impuestos.- reía un poco el chico tatareando una canción.

 

Llegaba la siguiente noche, y el rey iba a la habitación de su hijo para despertarlo.

-Yomi, no has bajado en todo el día, ¿Estás bien?- lentamente la puerta de la habitación del menor se abría y veía que el chico estaba completamente adormilado.

-Bajé, pero tu con tus asuntos de rey no me viste, como siempre.-

-Oh… pero bueno, te traigo este pan y este poco de vino.-

-¿Por qué tan servicial eh?- el chico le arrebataba a su padre la charola donde llevaba esos alimentos.

-Por que el vivo es nuevo, una nueva cosecha de los humanos que nos dieron para que les demos más para la siguiente temporada.-

-Ah, entonces ¡Salud!- el chico se bebía todo el contenido de esa copa color plata y al terminar eructaba un poco.

-Yomi, cuida tus moda..-

-Uff, ¡Qué buena cosecha! Por cierto, ¿Serías tan amable de dejarme en mi cuarto? Quiero seguir durmiendo.-

-Ok... pero, Yomi, piensa bien las cosas por favor.-

-Si, si, ya sé, ya sé, ¿Te vas?- el chico le cerraba la puerta en la cara a su padre y este veía, desde una ventana contigua a la habitación de Yomi, la luna la cual estaba empezando a toma forma de círculo.

-Por favor… haz que mi hijo deje de ser un fácil, que siente cabeza por favor…-

Al oír que su padre se marchaba, con un leve soplido a sus ventanas, Yomi abría cada una de los vidrios de estas y extendía sus casi invisibles alas.

-Ahora si, bosque del Maple ¡Ahí te voy!-

Daba un brinco desde su ventana y comenzaba a revolotear riéndose un poco y sintiendo en su rostro el aire un poco frío de esa noche.

Al llegar a aquel bosque, lentamente el rubio plegaba sus trasparentes alas y empezaba a caminar por una pequeña aldea donde se escuchaba música y risas.

-Una fiesta, es momento de aprovechar.- entraba a un bar y ahí veía a muchos seres miniatura: duendes, elfos, hadas y uno que otro troll los cuales disfrutaban de aquella fiesta.

-¡¡Ajajajajaja!! ¡¡Si!! ¡¡Y mañana será mejor!! Recuerden que es día en que los humanos les ofrecen a los elfos del bosque de los Robles un gran festín de frutas y cereales para que les ayuden con las cosechas de trigo.- decía un duende que al parecer estaba ya en estado de ebriedad.

-Oh si, pero, ¿Esos estarán invitados?- Un hada con alas color azul y parecidas a las de las mariposas, señalaba a los trolles que estaban tomando en una esquina de ese bar.

-Obvio no, que asco tener a unos trolles ahí.-

-Entonces ¿Es solo fiesta de hadas, duendes y elfos?- se acercaba Yomi llenado un tarro con cerveza.

-Ohh Yomi, su majestad, ¿Qué os trae por aq…-

-No me digan así, soy solo un hada más, pero me encanta su idea sobre la fiesta.-

-Los elfos en buen plan nos invitaron a su fiesta, pero ¿cree usted que aquellos puedan ser aceptados?-

-Ja, obvio no, somos seres bellos, ellos son solo un adefesio de la naturaleza.-

Todos los presentes se reían pero se escuchaba como una mesa caía al piso y las risas descontroladas de los trolles.

-Ni que quisiéramos ir a su estúpida fiesta, creo que es mejor hacerla ahorita.- tronando los dedos, aparecían otros 10 trolles más y estos eran más grandes que las hadas, duendes y elfos.

-Mierda, aquí no por favor.- decía un viejecillo el cual estaba sirviendo las cervezas.

-Usted cállese viejo decrepito.- uno de los trolles aventaba al pobre elfo hacia una esquina haciendo que se este gritara del dolor.

-Que empiece la fiesta.-

Los primeros en correr eran las hadas, menos Yomi.

-Oh, una pelea, mi primer pelea.- extendía sus alas, apretaba su puño derecho y al abrirlo, soplaba un poco haciendo que un polvo rojizo cayera en los ojos de los trolles que lo miraban desde el piso.

-¡¡Aaaahh!!- se quejaban algunos seres de cabello enmarañado y de mal olor.

-Jajajaja, no se metan con un hada.-

Algunos elfos usaban sus poderes para invocar espíritus, animales o plantas para auxiliarse pero los trolles ganaban en fuerza física.

Agotados, algunos duendes y elfos aprovechaban que el príncipe Yomi dejaba parcialmente ciegos al os trolles para así poder escapar rápidamente.

-¡Salgan! Yo aquí hago lo que pue…- antes de terminar su frase, sentía un buen golpe en su costado derecho y caía al piso.

-A ver nene, ¿Por qué no estás en tu casa durmiendo como bebé en vez de estar a punto de morir eh?- le decía un troll el cual lo tomaba del cabello.

-Ahh, por que… ahhh, por que en casa me aburro idiota.- con algo de fuerza, el rubio le pegaba en sus partes bajas al troll y apenas y daba unos pasos para ser acorralado de nuevo pero esta vez por 2 trolles más.

-Ay, miren pobre niño, tan lindo y morirá tan joven…- sacaban unas pequeñas espadas y uno de ellos golpeaba el estómago del menor para que cayera al piso por el dolor.

-¿Alguna última palabra?-

-Fuera de aquí apestosos.-

-¿Eh?-

Una sombra se acercaba a ellos y junto a ella se veía como por el piso de ese bar, salían unas raíces con espinas color rojo.

-Oh, ¿Un elfo?-

-Exacto.- un chico de larga cabellera color castaño claro, atada en una coleta, de ojos verde oscuro y con unos zafiros colgado de sus puntiagudas orejas, se acercaba cautelosamente a los 3 trolles que tenían en el piso al príncipe de las hadas del bosque de Eucaliptos.

-¿Y tú que nos va a hacer?-

-Nada.- levantaba su cara y les sonreía pero al mismo tiempo todas aquellas raíces espinosas se clavaban en el cuerpo de cada uno de los seres de piel escamosa haciendo que se paralizaran en segundos.

-¡Maldito! ¡¿Usas herbolaria y tus asquerosos poderes de elfo para causarnos esto?!- poco a poco cada troll caía al suelo y empezaban a perder el conocimiento.

-No me maldigas, no es mi culpa que use más mi cabeza que la fuerza bruta.- se acercaba al menor de cabellos rubios y veía que estaba por desmayarse. –Oye, reacciona.- le daba una leve bofetada y Yomi despertaba un poco.

-Qué.. demonios..-

-Me largo de aquí queridos trolles, y pues por esto no los invitan a fiestas, existe el rio y el perfume de las rosas, no les cuesta nada un baño ¿Eh?- saliendo del bar, el chico elfo de ojos verdes cargaba a un Yomi algo inconsciente.

-¿Quién eres tú?-

-Kai.-

-No me importa si te caíste o no idiota… te pregunte tu nom..- el mayor ponía un dedo en los labios del hada y le sonreía ampliamente.

-Ajajajaja, no me he caído, pero me llamo Kai, su alteza.-

-Kai….- susurraba el rubio mientras perdía el conocimiento.

-Oh santas runas, Majestad, su Majestad, oiga. Ahh, ya que.-

Caminando hacia lo profundo de ese bosque, el elfo ojiverde movía sus manos y las plantas alrededor del se iban haciendo de lado liberando un pequeño camino que llevaba hacia una muy humilde casita hecha con madera.

-Muy bien Kai, tienes al hijo del Rey de las hadas del bosque de los Eucaliptos, ahora ¿Qué mierda harás?- dejaba caer el cuerpo del chico sobre una cama de pajas y se le quedaba mirando.

-Je, apenas tendrá como unos 150 años de hada, es un niño.- el mayor se sentaba junto a él y le quitaba algunos cabellos que tapaban su rostro. –Lindo, ¿No?- sonreía para si mismo y se levantaba rápidamente para acostarse en otra cama que se encontraba en la misma habitación.

 

La mañana llegaba lentamente, y el hada rubia empezaba a despertar.

-Ahh, mi cabeza, mi costado derecho, mi..-

-Mil disculpas pero ¿Qué cree su Majestad? Que debe de levantarse y ayudarme a buscar algo de comida, aquí no se está de a gratis.

-¡¿Qué!? Óyeme, si sabes que soy el príncipe por qué carajos no…-

-Anda, anda, ve, lávate la cara que tienes lagañas.-

-¡¿Ah?!- sonrojado, Yomi se levantaba de esa cama y corría a una fuentesita que estaba afuera de la cabaña del elfo. –Ahhh, estúpido elfo, no es cierto que tenga lagañas.- decía mientras se lavaba la cara.

-Digo, si no, ¿Cómo iba a lograr que te lavaras la cara?- decía atrás de él el ojieverde.

-Oye, me puedes dejar a solas por favor, no ando de humor, y me duele todo..

-SI te duele todo, me lo hubieras dicho, bueno, aunque aquí tengo algunas plantas medicinales.

-¿Sabes de eso?-

-No es muy difícil, más cuando tus padres te enseñaron cosas sobre herbolaria y un poco de medicina natural.- Kai se hincaba y recogía unas cuantas plantas y flores y las ponía en una canasta.

-Entonces sigues la tradición familiar o ¿me equivoco?- lo veía despectivamente sentado a la orilla de la fuente.

-No, de hecho no, mis padres ahora son dueños de una aldea, yo simplemente le tome amor a esto y no me cupo en la cabeza la idea de ser el amm, pues un mandamás, ya que ¿no se supone que todos somos iguales? Claro, menos entre nosotros linda hada.-

-Oye.- se sonrojaba el menor.

-Pues si, hadas, duendes, elfos, trolles; tenemos en común que somos humanos en miniatura, aunque no todos toman forma humana, pero ustedes se dejan llevar por la belleza externa, los duendes solo quieren lo mejor para si mismos, los trolles son antisociales por las burlas delas hadas hacia ellos, y nosotros…. Ehh somos una combinación de hadas y duendes, aunque no somos tan ególatras ni tan locos como los duendes y mucho menos apestamos como los trolles, pero, somos creaturas del bosque, vivimos en armonía con la naturaleza, por todo esto no me gustaría sentirme o que me viesen como algo mayor ya que no lo soy.- el chico tocaba una rosa y esta se abría lentamente dejando emanar de su centro un dulce aroma.

-Ya veo… y si, concuerdo con que no me gusta que me vean como si fuese no sé… un..-

-No digas mentiras, ustedes las hadas entre más las elogies más se van creyendo la gran mierda del mundo.-

-¡Pero tampoco es para que hables así de nosotros!-

-Sólo dije la verdad, no hay nada como la libertad.-

-Si, y es horrible ser un pájaro encerrado en una jaula de oro…..- Yomi veía las ondas que se formaban ante el caer del agua en la fuente y sentía como alguien se sentaba junto a el.

-¿Quieres ser libre?-

-Si, quiero poder hacer lo que se me antoje, cuando quiera, como quiera, donde quiera, con quien quiera.-

-Sólo deseas obtener pero para obtener necesitas sacrificar, ¿estarías de acuerdo en sacrificar tus lujos, tus comodidades, tu belleza?-

Yomi seguía mirando las ondas en la fuente y miraba a Kai detenidamente.

-Podría, pero…-

-Checa los pros y los contras, querida hada.-

-Y si te dijera ¿Qué me gustaría intentarlo?-

Kai se acercaba demasiado al chico y le miraba retadoramente.

-Día 1.-

Yomi se sonrojaba pero le regresaba la mirada al mayor.

-O-ok.. Kai.-

Kai lo aventaba a la fuente haciendo que el chico se empapara por completo.

-¡¿QUÉ CARAJOS?!-

-Ajajaja, ahora vete a secar por ahí, cuando regrese quiero que tengas por lo menos algo de fruta para desayunar y un buen néctar para beber.-

-Ash, ni que no pudiese hacer eso.- Yomi extendía sus alas y empezaba a volar lejos de la casa del elfo.

-A ver si eres capaz de hacerlo.. Yomi.-

Kai iba y empezaba a cortar unos leños para poder tener reserva para la noche, iba a la aldea para comprar unas sábanas nuevas para su “visita”.

Mientras tanto, el príncipe del Bosque de los Eucaliptos buscaba de donde sacar un poco de néctar y un poco de fruta.

-Ok, sé que esto es venenoso, esto se come, esto no se come, esto hace que los humanos vean animales decolores, y esto otro amm.. creo que esto si se come- decía agarrando unas bayas azules y unas zarzamoras. –Ok, espero que con esto quede contento don perfección.-

Llegaba a la cabaña y sacaba unos trastos para poner la comida y unas copas de metal para poner el néctar que se había robado de algunas flores de los humanos.

-Bien, y ¿ahora que otra cosa pondré? Ahh, bueno ya, de que me preocupo, si solo es un elfo más…- el chico miraba las copas llenas de néctar y suspiraba un poco. –No es feo, pero.. no sé, no me llama estar de esa forma con él.-

Al acabar su frase, se escuchaba la puerta y se veía como entraba el mayor algo cansado.

-Uff, que día.-

-Y ¿bien? ¿Qué tal tu día de compras?-

-Bien, bien, pero anda, a comer algo que me muero de hambre.- Kai veía las frutas puestas en la mesa y se reía un poco.

-Con estas bayas te vas a morir envenenado.-

-Pero ¿Qué no son comestibles?-

-Jajajaja, no, pero bueno sirven para enfrentarme con más trolles.-

-Para la otra ve tu.-

-Nop, siempre vas a ir tu, necesitas aprender mucho para sobrevivir solo, recuerda que debes de sacarifciar tus comodidades, no habrá quien te traiga de comer o de beber.-

-Pero…-

-Sin peros, come.- Kai le sonreía y Yomi se sonrojaba al ver esa sonrisa.

-Estúpido elfo… pero… me gusta estar aquí, se respira cierto aire de tranquilidad.-

-Espero que aprendas muchas cosas Yomi…-

-Quizá extrañe mis comodidades de príncipe, pero je, eso espero.-

-¿No te estarán buscando?-

-No lo sé, mi padre se la vive tanto en sus cosas de rey que se olvida de su hijo….-

-Si quieres puedes irte.- decía serio el elfo.

-No, no, me quiero quedar un poco más, hasta que me harte de ir por la comida yo solo.-

-¿Seguro?-

-Si.-

Kai levantaba su copa y el chico de ojos avellana hacia lo mismo.

En la noche, el clima enfriaba un poco y Yomi ya estando dormido empezaba a temblar.

-¿Mm? Está temblando ¿eh?- el elfo lo miraba de cerca y le ponía una frazada más abrigadora. –hace tanto que no hay alguien en esta casa que no sea solo yo…..-

 

Cada día que pasaba, Kai le encomendaba otras labores al menor, ya fuesen de la casa o de cuidar el jardín, así mismo le iba enseñando que plantas y flores eran buenos para enfermedades, para cocinar. Yomi se sentía un poco cómodo aunque se burlara de él y a veces le tocara hacer tareas pesadísimas, pero le agradaba estar con aquel elfo. Cuando podían se iban a tomar a la cantina donde se habían conocido.

-¡!Ajajajaja!! tu si que te pasas Kai.-

-¿Por qué lo dicen?-

-Tienes al hijo del rey de los Eucaliptos, ¿No te da miedo que hagan una guerra solo por un crio?-

-Ya estás muy viejo como para meterte en tonterías de niños.-

-Tienes 280 años, no jodas, y el niño tendrá sus… ¿150 o 160 de hada?-

-Creo…-

-Kai..- se acercaba el menor.

-¿Qué pasa Yomi?- el ojiverde ya estaba un poco ebrio.

-Llevamos casi amm 5 días juntos, y mi padre no me ha buscado.-

-Ehh, no sé, quizá eehh….-

-¿Sabes? Agradezco que me hayas salvado de esos trolles.- al igual que su mayor, Yomi ya estaba muy alcoholizado.

-Ya estás ebrio, pocas veces me agradeces.-

-¿Qué no lo puedo hacer?- decía mientras le miraba fijamente.

-Oye, oye, de seguro vas a vomitar.-

-Si…-

-¡¡Ajajajajajajajajajaja!!- los pocos elfos que estaban ahí llevaban al hada hacia el baño paraqué vomitara y uno de ellos se acercaba a Kai.

-Oye, estás siendo muy buen elfo con ese hada, recuerda que son traicioneras.-

-Si pero, ese chico lo veo diferente..

-¿Qué no es el chico que se acostó con media aldea del Eucalipto?-

-No me se su pasado y no me interesa.- decía el chico de coleta alta frunciendo el ceño.

-Mira mi querido Kai, algo me dice que ya te sabías el pasado de este chico, y que te interesa.-

-Obvio me interesa.-

-Pero no como un amigo o acompañante más.-

-Mira Aoi, no me metas ideas  a la cabeza por que si no..-

-¡¡No te meto nada y ni quiero hacerlo!! ¡¡¡Ajajajajaja!!! Pero yo creo que te interesa ese chico, admítelo.-

-Yomi, ¡YOMI! Es hora de irnos.- Kai caminaba al baño y lo sacaba cargando en su espalda.

-Ahh.. quiero vomitar de nuevo.-

-Lo harás en cuanto lleguemos a casa pero tendrás que limpiar ¿ok?-

-Nouuu…- se reía un poco el menor y ponía su cara de lado en la espalda de Kai.

-¡Nos vemos chicos!-

-Adiós Kai, ahí cuidas al niño de papi.-

-No soy ningún niño de papi, ¿qué no ven que ni me viene a buscar?-

Kai veía que el chico se deprimía un poco y rápidamente salía de la taberna.

Al arribar a su casa, Kai bajaba lentamente a Yomi y este entreabría sus ojos.

-Kai…-

-Me largo a dormir ¿vale?-

-Espera.- Yomi le tomaba por el brazo y jalaba a Kai el cual caía a la cama junto a el.

-Oye, ¿quieres vomitar de nuevo verd…- no terminaba de hablar cuando el menor lo jalaba hacia si mismo y le besaba apasionadamente.

Kai trataba de levantarse pero al estar algo borracho no podía reaccionar rápidamente, por lo que cedía ante el contacto de labios del menor. Lentamente se separaban sus labios y Yomi le veía sonrojado.

-Kai…-

-Tú…-

Sin decir nada, ambos seguían con ese juego de besos y caricias, hasta que sus cuerpos estaban completamente desnudos.

-Házmelo.- decía Yomi moviéndose lentamente por debajo de Kai.

-Pero….-

-Házmelo, quiero sentirte, quiero hacerlo contigo.-

-Yo…-

Yomi empezaba a besarle el cuello al mayor incitándolo a que le siguiera el juego haciendo que el elfo se excitara un poco.

-Házmelo…-

-Yomi….-

En esa habitación y sobre esa cama de paja, se veía a los chicos moverse poco a poco, se escuchaban algunos gemidos, algunas peticiones de ambos, y por último unas cuantas palabras más entendibles.

-Ka-Kai…Me- importa un bledo si.. ahh… eres 12 años mayor que yo, si eres..!aaahh! varón, y si eres.. ¡aahhmm! ¡Ahhh! Si eres un elfo… me gustas.- Yomi totalmente sonrojado decía esto mientras Kai callado, seguía penetrándole al compás de los gemidos del menor.

Ambos llegaban a aquel punto de excitación máxima haciendo que el menor arqueara su espalda y gritara el nombre del elfo. Después de ese excitante momento, Kai se acostaba junto al menor y le acariciaba aquellos rubios cabellos.

-Estás ebrio Yomi…-

-Lo estoy, pero ahh… me gustas, te quiero me encantas, y..-

-Duerme, mañana hablamos.-

-¿Y tu…?

-Duerme.- Kai le besaba los labios y Yomi iba cayendo dormido entre sus brazos.

A la mañana siguiente Yomi se despertaba lentamente.

-Yomi… lo hiciste con Kai ¿verdad? Pero sentí tan diferente este sexo… fue hecho con sutileza, con cierto cuidado… nunca me lastimo, y cuando llegamos al orgasmo, no me penetró tan bruscamente, sentí mi cuerpo lleno de tantas sensaciones… Yomi ¿acaso te enamoraste?- el chico se levantaba de la cama y veía que sus ropas estaban esparcidas por todas partes.

-Oh claro, ropa por aquí y por allá…- sonreía un poco y al agacharse no sentía ningún dolor tan fuerte en su parte trasera por lo que se sonrojaba un poco. –Aagdlasgdasdg…… Yomi, ¿Esta vez no duele verdad?-

Después de vestirse, iba al jardín y veía al elfo mirándola fuente pasivamente.

-Kai…- caminaba hacia el chico de cabello castaño y este seguía perdido en las ondas de la fuente. –Kai…-

-Perdóname Yomi, no era mi intención hacerte eso y más estando ebrios los dos.-

-No, no te disculpes, por que yo lo quería.-

-Yomi… creo que es momento de que te vayas de esta cabaña, has aprendido lo suficiente.-

-¿Eh? Pero si me gusta vivir aquí, contigo soy libre, y un poco más independiente, me has enseñado lo que mi padre no me ha podido enseñar y me has cuidado de una forma que me hizo tan…-

-Vete, tu padre te está buscando y sino te entrego atacará la aldea.-

-Pero ¿por qué? Ese maldito viejo nunca…- el menor se tapaba su boca y corría hacia un árbol a vomitar.

-¿Yomi?- Kai, un poco alarmado corría a ver al menor y este se tomaba su estómago.

-Creo que ese vino estaba muy fuerte.-

-Vete a descansar, tu padre vendrá por ti al medio día.-

-No, no, ¡No me quiero ir de aquí!- Yomi abrazaba fuertemente al más alto y este escondía su mirada en su cabello.

-Debes de irte…-

-No, No, es que… Kai, creo que, me di cuenta, que me he enamorado de ti.-

-No digas tonterías pequeño, eres todavía un niño.-

-¡Pero no me importa! Me fui enamorando de tu forma de ser, de tu carácter, de tu aroma… de tu sonrisa.- Yomi le tocaba el rostro al elfo y este alejaba su cara rápidamente.

-No, no podemos.-

-Kai, por favor…-

El chico chasqueaba los dedos y detrás de Yomi aparecía una flor color violeta la cual florecía rápidamente y de su centro emanaba un ligeropolvo causándole a Yomi mucho sueñoi.

-Kai….. yo…-

Lo último que veía el príncipe de ojos claros, era a Kai con su mirada baja y sin expresión alguna.

 

-Hijo… hijo, despierta, despierta por favor.-

-¿Papá?- Yomi abría sus ojos y veía a su padre junto a él.

-¡Qué bueno que ya estás consciente!- su padre lo abrazaba efusivamente pero esneguda el meor reaccionaba y veía a su padre un poco enojado.

-¿Dónde estamos?-

-Estás en casa hijo mío, en casa.-

-¿En casa? Kai, ¡Kai! ¿Dónde está el elfo que…-

-¿Ese elfo qué? ¿Qué te hizo?-

-Nada, pero quiero irme con él.-

-¿Para que? Yomi, de verdad no quiero que te vuelvas a escapar tantos días y sobre todo si..-

-Sobre todo si qué ¿Eh?-

-Nada, pero si me entero que ese elfo te hizo algo, atacaré su aldea.-

-No te atrevas, ellos son buenos, no hacen nada malo, más que vender un poco de vino, ¡Pero solo eso!-

-Te lavaron la cabeza, de seguro te hechizaron y..-

-¡NO! ¡NO PADRE! ELLOS ME ENSEÑARON MUCHA COSAS QUE AQUÍ NO Y SOBRE TODO ME ENAMORE DE..- el menor empezaba a sentir unas nauseas tremendas y corría al baño que estaba en su habitación.

-Maldita sea….-

-Yomi, vendrá un hada médico a verte, no es normal que tengas esas nauseas.-

-Cállate padre…-

-Sin peros…-

Después de una hora, llegaba el hada médico y revisaba al menor.

-Eh… necesito hablar con tu padre.-

-Oiga, por ahí puede decir si me pueden traer un gran plato de moras con miel y con un gran vaso de néctar de manzana ¿por favor? Y ah si, y un poco de pan de avena les sobro y unas cuantas semillas de ajonjolí y…-

-Esto esta mal, necesito ver a su padre.- sin hacerle caso a las peticiones del menor el médico corría a ver al rey.

-¿!QUÉ!? ¿PERO COMO PUEDE SER ESO POSIBLE?-

-N-no lo sé, pero los síntomas y el examen físico y el aura que tiene su hijo no es normal…-

-Pero él es un hombre, ¿CÓMO DIABLOS PUEDE ESTAR PREÑADO?-

Se escuchaba como la puerta del despacho del rey se entreabría y al mismo tiempo se caía una charola llena de frutas y semillas.

-¿Preñado?-

-Yomi………- Su padre abría sus ojos como platos y el menor se tomaba su vientre.

-Embarazo… ¿cómo el de las mujeres? ¿Estoy embarazado?-

-Ese maldito elfo, ¡ALGO TE DIO O ALGO TE HIZO! Dime pro favor Yomi, que no te acostaste con él.-

-Yo.. Yo……- Yomi se tomaba su cabeza y corría lo más rápido que podía para salir del castillo.

-Su majestad, sé que es imposible que su hijo se embarace pero…-

-Llama a todos los soldados que estén en el castillo, que los convoco a reunión para atacar la Aldea del Bosque de Maple por haber secuestrado al príncipe Yomi.

-O-ok…-

 

Yomi desplegaba sus ligeras alas y volaba en dirección a la aldea de Maple, para buscar a Kai.

-Kai, ¡KAI! NECESITO VERTE, ¡NECESITO HABLAR CONTIGO!- desde el cielo veía la pequeña cabaña del ojiverde y rápidamente aterrizaba en el jardín del la cabaña. –¡Kai! ¡Kai! ¡Necesito verte! Es algo.. ¡algo sumamente importante!- el menor entraba a la cabaña y no veía al chico, así que asumía que estaría en la taberna. –Ahí debe de estar, debe de.-

Llegaba lo más rápido que podía y veía que de nuevo había una gran fiesta en esa aldea.

-Ajajaja, ¡otra! Anda kai, eres el que más botellas de vino lleva, ¡Échate otra!- lo incitaba su amigo Aoi.

-Trata de olvidar a ese hada, tu mismo sabías que es un fácil y que se acostó con casi toda la aldea donde el reina, a parte, ya eres un adulto, ¡Deja que la vida se laspague! Ese niño va a terminar muy mal.-

Kai veía la botella de vino y empezaba a tomar de esta hasta que la aventaba contra el piso.

-Aoi… chicos, estúpidamente me enamoré de ese niño, yo ya lo conocía desde las fiestas a las que iba, lo conocía y sabía lo que hacia y era, pero me enamoré de él y más al tenerlo ese tiempo junto a mi, pueden decir que es un niño consentido, pero cuando quiere algo, no lo abandona… no es cobarde como yo, que fui a decirle a un hada de su aldea que estaba refugiado en casa de un elfo algo estúpido… lo quiero, pero no esta bien, siendo muchos años mayor que él, el hecho que yo lo ame y que estemos juntos.-

-Kai…-

-¿No está bien? Pero entonces ayer..él y yo.- afuera de la taberna Yomi había escuchado la últimas parte de la conversación y tocaba su vientre. –¿Y por qué de él? ¡¿Por qué de él?!- se veía a lo lejos como varios soldados que le servían a su padre estaban por llegar a aquella pequeña aldea. –Debo de prevenirlos, ellos no tuvieron la culpa de lo que pasó entre Kai y yo.- Yomi entrando a la taberna empezaba a gritar que su padre iba a atacar la aldea por que se había puesto loco y que sería mejor que escaparan de ahí.

-No, no podemos joven Yomi, este es nuestro hogar y si es necesario enfrentarnos, lo haremos.- decía el viejito que atendía la taberna.

-No, no, por favor, tienen tiempo de irse y de refugiarse, ¡Váyanse!-

-Oh, todo por culpa de Kai, todo por esconder y cogerte al princesito.- decía un elfo cercano a Kai y se veía como este le daba un buen puñetazo en la cara.

-Lárgate de aquí Yomi, nosotros defenderemos nuestra dignidad, ya que no hicimos nada malo.-

-Kai, si es necesario defenderé tu aldea.-

-No lo hagas.-

-¿Por qué no?-

-¡SÓLO LÁRGATE YOMI!- Kai tomaba a Yomi de un brazo y unas raíces lo tomaban de pies y manos para llevarlo lejos de la aldea.

-¡KAI! ¡KAIII! NOO, ESPERA! ¡ESPERA POR FAVOR! ¡KAI!-

Al ver eso, unas hadas comenzaban a aventar algunas flechas con fuego a aquellas raíces dejando caer a Yomi al piso.

-Les declaro la guerra estúpidos elfos, ¡LE HICIERON MUCHO DAÑO A MI QUERIDO HIJO!-

-Padre, ¡estás equivocado!-

-¡Tú cállate Yomi!-

Kai daba un paso al frente y veía retadoramente al rey.

-Lo siento mucho pero nosotros no le hicimos nada a su hijo.-

-Tu, tú de seguro le hiciste algo para que él quedara tan… para que él… como sea, Ejercito..-

-No se atreva a atacar..-

-¡ATAQUEN!-

Las hadas empezaban a atacar a los elfos pero estos eran más inteligentes y con sus poderes ayudados con la naturaleza parecían que iban a ganar.

-Ya, ya, por favor.- decía Yomi atado a un poste de madera.

Kai no hería de muerte a los soldados pero estos al parecer querían ver algo de sangre.

-Chicos, ¡no los maten! Solo déjenlos inconscientes, ¡usen sus poderes hipnóticos y cosas parecidas pero no los maten!-

Los elfos hacían lo que el pelilargo les decía hasta que alguien hería al viejo cantinero.

-¡Ahhh!- se escuchaba un quejido.

-No.. no usted no!- Gritaba Kai tratando de cohibir el sangrado del estómago del elfo de cabello cano.

-Ah.. no, no Kai, no sobreviviré.-

-No, usted no por favor.-

Yomi como podía se soltaba de aquella soga aunque eso le haya costado unas cuantas laceraciones en su fina y blanca piel, pero corría con Kai y el viejo cantinero.

-No, no, usted se pondrá bien ¿si?-

-Yomi…-

-¿Ustedes se quieren verdad?- el viejo les tomaba de las manos a cada chico y juntaba estas entre si. –El pasado queda en el pasado y tu Yomi, trata de borrar ese asqueroso pasado, por que tienes algo que te va a unir permanentemente a este elfo.-

Yomi impactado tomaba su vientre y empezaba a llorar al ver que el elfo se empezaba a desintegrar en leves pedacitos de luz.

-No, no por favor… ¿quién nos dará el vino de ahora en adelante? No, no..-

-Vivan la vida al máximo, pero recuerden, que siempre hay que tener límites, por que pueden causarle mucho daño a los que aman.- con una sonrisa el viejo elfo terminaba de desintegrarse quedando solo las ropas que vestía ese día.

-Él.. era como mi padre adoptivo…- Kai tomaba fuertemente las prendas del viejito y Yomi le ponía una mano en sus manos.

-Kai… yo.. yo..-

Antes de que dijese algo, se veía como un hada iba a atacar a Kai pero una rama hacia que la espada se clavara en el costado de Yomi.

-Yo…Yomi..-

-Kai……………- caía al suelo empezando a desangrarse.

-Mi hijo… ¡¡MI HIJO!!- el rey dejaba caer su espada y recogía el cuerpo de su pequeño.

-Tu… tú maldito elfo, ¡mira todo lo que has causado!-

En ese momento una nube gris se aparecía entre todos esos soldados y elfos aquel hechicero que había ido a ver el rey días atrás.

-Oh,, no pensé que llegaría a tanto.-

-¡¿Kouyo?!- decía sorprendido el elfo ojiverde.

-Oh Kai, perdón por meterte en este problemón, pero el rey así lo quiso.-

-¿El rey?-

-Mire su majestad, su bebé esta preñado, y le aseguro que tendrá ojos verdes muy lindos, pero, aahh ¿por que hace todo esto? Mire acaba de morir un elfo inocente, y su hijo esta moribundo.-

-¡TÚ PROVOCASTE TODO ESTO!-

-No, no no.- decía cantadito el hechicero. –Yo solo le di algo para que su hijo dejase de estar de putito, piruja o como le quiera llamar, y lo hizo, por más de 5 días no estuvo de cama en cama, quizá solo pasó por una, pero en esa cama no hubo solo sexo, hubo amor.- el chico de cabello castaño extra claro se hincaba y veía a Yomi. –Todo lo causo tu padre, pero lo hizo por que se preocupaba por ti, llego a un extremo muy fuerte, pero veo que ya no serás de todos, ya tienes dueño, pequeño.- Kouyo ponía sus manos en el costado de Yomi y lentamente se cerraba su herida.

-Ahhh, a veces me gusta tanto ve como se arruinan la vida entre ustedes, si por mi fuese dejaba que se muriera este crio, pero no puedo hacerlo, ya que mi mejor amigo de la infancia puede quedar muy lastimado.- acariciaba la cara de Kai y este abrazaba fuertemente el cuerpo de Yomi. –Y usted querido rey, creo que aunque su hijo sea un niño, ya es momento de que lo deje solo, gracias a Kai, aprendió a valerse por si mismo en unos días, aprendió muchas cosas y sobre todo, aprendió a amar; su hijo no iba de cama en cama solo por diversión o quizá sí, pero encontró el amor en un elfo.-

El rey veía a sus súbditos y estos bajaban la mirada y unos lo veían fijamente.

-Sólo… por que lo has salvado…. Yo..-

-Deberá de dejar a su hijo con Kai ¿entendido? Si no, morirá al instante, la herida esta sellada con un hechizo y con el plus de algo más fuerte que cualquier pócima o cualquier encantamiento.. el amor.-

Yomi abria sus pequeños ojos avellana y Kai derramaba unas cuantas lágrimas y estas eran de color azul turquesa.

-Yomi…-

-Kai.. estoy… bueno yo..-

-Y eso del bebé, decide Yomi, quieres tenerlo o fácilmente puedo romper el hechizo.- decía Kouyo seriamente.

-Yo… yo…-

-Como gustes, amor.-

Yomi veía a todos a su alrededor y se sonrojaba un poco.

-El problema será cuando nazca.. no como entro va a salir o ¿si?-

-¡Ajajajajajajajaja!!- reían los presentes ante el comentario del menor.

El padre de Yomi se acercaba lentamente y le sonreía un poco.

-Tendrás muchas niñeras para ese bebé…-

-Gracias, padre…-

 

Cinco meses pasaron, Yomi vivía felizmente con Kai en esa cabaña, pero ahora estaba protegida por soldados del rey y por algunos elfos los cuales habían proclamado como líder o casi rey al elfo de ojos verdes, así que todo estaba tan perfecto hasta que…-

-¡AAAAAAAAHHH CON UN COÑO! ¡¿POR QUÉ MIERDA DUELE TANTO!? ¡AAHH!-

-Maldito Kouyo, si no vienes en seguida te juro que…-

-Tada!! He llegado!- decía el hada mientras volaba arriba de la cama del menor.

-¡ESTUPIDO KOUYO! ¡APÚRATE QUE ME DUELE TODO!-

El hada mágica se reía fuertemente y con sus manos tocaba el vientre ya marcado de Yomi y se veía como una luz invadía toda esa parte de Yomi y en una cobijita color verde, estaba una bebé empezando a llorar.

-Oh fuck……….-

-¿Te dolio?-

-No.. pero.. ahhh mierda………..-

-¡Ahahahahaha!! Como tu dijiste, ¡no como entra salió!-

-Kai.. es tan.. bonita.-

-Cabello rubio y ojos verdes, gritona igual que tu…-

-Es hermosa…-

-Ahh, yo me largo, tanta miel empalaga.- Kouyo sonriendo de oreja a oreja salía volando desde la habitación de Yomi y estos solo se despedían de esa hada burlona.

-Kai…-

-¿Mande?- decía el mayor embobado con la pequeña hada.

-Nada… solo que.. ¿Sabes? Te amo.-

-Yo te amo más.-

 

Tanto que pasé, tanto que pasó.

Tanto que pudo haber ocurrido si no te hubiese conocido.

Lo que buscaba no era solo placer.

Era amor.

Buscaba amor.

Notas finales:

alsgdaskjgdalksgdak JITOMATAZOS, PLATANAZOS, CRITICAS CONSTRUCTIVAS Y TU OPINIÓN QUERIDA MAKA!! ;w;

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).