Se paseo por el estudio una y otra vez. Llevaba alrededor de dos semanas que casi ni veía a Kai. El batero llegaba a altas horas de la noche y se levantaba de madrugada. Kai estaba ahogado en trabajo. Deseaba ayudar, pero la idea de pasarse horas con los técnicos de sonido y grabación no le resultaba precisamente divertido. Lo único en lo que se había atrevido a ayudar había sido en negociar entrevistas y presentaciones.
Se asomo a la sala de reunión donde Kai estaba, pero no parecía que fuera a terminar pronto, volvió a sentarse y tomo los papeles que le faltaban por revisar. Aquello le resultaba algo tan tenso y aburrido que inevitablemente su admiración por Kai creció más.
Suspiro agotado. Desde que el batero se había unido a la banda no había tenido que ocuparse de ese tipo de trabajos, aunque en aquella época, si tenían una entrevista en dos meses era mucho. Pero no ahora… actualmente todos los requerían… desde el más insulso programa de variedades hasta la más importante revista de música.
Lo venia notado al recibir tweet de personas de otros países; la popularidad de the GazettE crecía a pasos agigantados. Ahora que ordenaba aquellos documentos lo confirmaba, su banda, su sueño en la cima. Y aun faltaba tanto por escalar…
Lo único que deseaba era no volver a ocuparse de papeleo, pero Kai tampoco porque entonces su tiempo se reduciría.
“¡Y, está terminado!”
Se levanto feliz y fue por las cosas del batero y de él. Las ansias por abandonar el estudio estaban ahogándolo. Pero la suerte no parecía ser su amiga… Ruki lloriqueo cuando unos documentos que sobresalían de entre la chamarra de Kai cayeron al suelo. Aun había tarea por hacer.
Los recogió y reviso. Sonrió con resignación, pero al menos solo tenía que enviar ese reporte al contador. Kai ya había hecho el trabajo.
Cuando hubo terminado cerró el portátil. Desvió su mirada al salón de juntas, de Kai ni sus luces. Saco su móvil, tecleo rápidamente y mando el mensaje. Solo esperaba que Kai no se molestara por haberlo interrumpido en plena reunión.
Cinco, diez minutos. Ruki se desespero, Kai era de los que contestaban los mensajes en los primeros dos minutos. Casi diez minutos más, tuvo una escuálida respuesta.
“Tardare un poco más. Ve a casa”
Ya espera una respuesta así, Kai parecía estar casado con el trabajo. Maldito trabajo. Se levanto violentamente.
“Iré directamente a casa y dormiré lo más que pueda…
O eso creo, pero…”
*
Sentado en el suelo, apoyo su espalda en el sofá, Ruki estaba ligeramente enfadado. Kai aun no llegaba. Suspiro y arrojo la lata de cerveza al bote de basura, el aluminio hizo un ruido desagradable al caer y rodar en el piso. Se levanto a recoger la lata y la hecho directamente al cesto. Abrió una nueva lata.
—Ahora que todo esta hecho no puedo dormir. Incluso si mi cuerpo esta cansado, mi mente esta clara como el cristal… o tal vez solo estoy en un estado de excitación.
“…pero…
Actualmente estoy en un estado… de animo para el sexo”
Un poderoso sonrojo se apodero de sus mejillas, no supo si era por el alcohol o de recordar las agitadas noches que Kai le daba. Quizás una mezcla de ambas…
“¡Quiero hacerlo!” arrojo la lata de cerveza y halo su telefono. “Bueno, cuando los animales se enfrentan a una crisis sus instintos le dictaban que debian dejar descencencia para seguir su linaje”
Rio internamente ante su barata excusa. Jugueteo con el movil, una sonrisa picara cruzo su rostro.
“.. oh bueno, si es por instinto no creo que se pueda hacer nada”
Sonrio nuevamente y marco.
—¿Hola? ¿Kai?
—Ah, Ruki… Acaba de terminar la reunión y el staff me invito a beber algo— frunció el ceño, molesto. — Creo que esto se ha convertido en una fiesta— Kai rio despreocupadamente, no se fijo en el desplante que le había hecho a Ruki.
—Oh, así que es eso… — suspiro resignado. A veces Kai era tan lento que le sorprendía como se las arreglaba para liderar the GazettE.
—¿Eh? ¿Qué? ¿Qué ocurre?
—Nada… solo estaba tomando algo después de volver a casa y…— se mordió la lengua. No quería mostrarse tan necesitado —yo… bueno… estaba un poco… solitario, así que pensé que ya venias… —Ruki nunca lo supo, pero del otro lado de la línea, Kai sonrió victorioso. ¡Ruki lo extrañaba!
—¿Qué? ¿En serio? ¡Iré ahora mismo! Dame treinta minutos y estaré allí. ¡Espera!
Colgó. Una sonrisa de satisfacción se apodero de él. “Kai, ya viene” le pareció que el batero era bastante mancito… bastante manipulable. Siempre dispuesto a cumplirle sus antojos, hasta el más infantil capricho. Kai solo sonreía y lo hacía.
“Ahora que está arreglado, supongo que debería prepararme…” corrió rumbo a la habitación. Sacó una muda de ropa, la imagen era importante. Incluso si Kai lo había visto innumerables veces con el cabello alborotado como nido de pájaros, con ojeras y sin gota de maquillaje, en ese momento deseó verse presentable.
“¡Cierto! ¡Primero una ducha!”
15 minutos más tarde, terminaba de secarse el cabello, rápidamente se puso un poco de perfume. Sonrió satisfecho con la imagen que le devolvió el espejo. Un poco de delineador y listo.
Casi se atraganta cuando vio el desorden en el que había convertido la habitación. Abrazo el reguero de ropa y la metió al closet, sin doblar, apilada y arrugada. Estaba seguro maldeciría después, pero tampoco es que tuviera tiempo.
En dos minutos cambio las sabanas. De reojo observo el reloj de pared, 35 minutos habían corrido ya.
—Me pregunto que está demorando a Kai — Hecho un vistazo a la habitación. Pulcramente limpia. Nadie sospecharía el desastre que minutos antes había habido ahí. Nadie sospecharía, excepto Kai. Se alzo de hombros sin darle importancia — Tarda… ¿Por qué tarda? Incluso cambie las sabanas en el transcurso… — el ding-dong del timbre se dejo escuchar repetidas veces. Supo de inmediato que era Kai. No se pregunto porque tocaba el timbre, sospechaba que el batero había perdido u olvidado las llaves, como si eso le importara en esos momentos.
>>—¡Esta aquí! — corrió a abrir. Y al hacerlo se llevo la sorpresa de su vida, una muy desagradable, molesta e irritable sorpresa.
—¡Ruki! — Saludo entusiasta el líder — ¡aquí es la fiesta! —sonreía feliz. Ruki quiso matarlo y cortarle lo que llevaba entre las piernas… ¡maldito Kai! lloriqueo mentalmente.
—¡Buenas noches! — saludo a coro toda la multitud que acompañaba a Kai. Casi todo el staff estaba presente.
—E-espera. ¿Qué hay con toda esta gente?
—eh, bueno… dijiste que te sentías solo así que traje a todos conmigo— sonrio tan dulce que Ruki a duras penas pudo evitar golpearlo.
—¡Tu!
—¡Oh, no te preocupes por las bebidas! Compre algunas… — “¿Y quién se está preocupando por las bebidas, idiota?
—¡También compramos comestibles! —informo alegremente un miembro del staff. Ruki solo pudo fulminarlo con la mirada cuando Kai se dio la vuelta.
El vocal no supo explicarse como había sido que su casa se había convertido en un salón de fiesta, así como tampoco se explico cómo fue que una cerveza llego a su mano.
—¡Entonces, vamos a beber! — Kai choco su lata con la de Ruki, sonriendo alegremente — ¡Hasta el fondo!
“Esta persona… ¡es un reverendo idiota!”
Ruki se apropio unas cervezas más y se alejo de la algarabía, nadie se le acerco. Nadie tuvo el valor de hacerlo, no después de las miradas de odio que les dirigía desde su lugar.
Dos horas más tarde sus gruñidos de molestia eran más notables, el único que no se daba cuenta era Kai. Asegurándose que la mayoría lo viera y que el batero estuviera lejos, Ruki rompió accidentalmente una botella. Con sumo cuidado jugueteo con los vidrios mientras se pasaba casualmente una mano por la yugular, la mirada de odio siempre presente.
Los invitados supieron que lo más sano para todos era… evacuar.
—¡Woah! ¡Mira la hora! —dijo un hombre que fingía ver su teléfono, Ruki se dio cuenta que era una cajetilla de cigarros. — Creo que mejor volvemos a nuestras casas — sonrió nervioso bajo la atenta mirada del vocal. La victoria en sus manos, pero…
—Kai-kun ya se durmió. Así que… eh… nos retiramos…
—Cuida de él, ¿sí?
—Seguro — respondió mordaz. En dos segundos no quedaba un solo miembro del staff.
>>—¡Entonces ahora vamos! — se dio la vuelta para buscar a Kai. y hasta entonces las palabras del hombre le llegaron.
Kai kun ya se durmió, Kai-kun ya se durmió, Kai-kun ya se…
Las palabras resonaron en su cabeza como un eco. Se quedo en blanco al ver a Kai tendido en el suelo. Casi roncando y con una sonrisa boba…
“¡Este idiota…! ¡Nunca presta atención a lo que me conviene, solo irrumpe pidiendo recompensas y esas cosas! ¡¿Por qué solo cuando estoy en este estado de ánimo él no hace nada?!”
—Bien, entonces… —una sonrisa malévola cruzo su rostro mientras empezaba a sacarse la ropa — si es así como va a ser… entonces tendré que hacerlo yo mismo— la cremallera del pantalón de Kai cedió fácilmente.
Se relamió los labios al tiempo que bajaba los bóxers del batero. Y sin perder un segundo más se llevo su recompensa a la boca. Entre sueños, Kai gruño extasiado para deleite de Ruki.
No tardo mucho para que aquel mástil de carne se pusiera tan duro como una roca. Dio un morboso beso a la cabeza roja y goteante de pre-semen y se posiciono sobre el batero.
Tomo el duro falo y lo posiciono en su entrada. Ni un solo segundo se tomo para auto prepararse. Estaba tan necesitado que no le importo el dolor que pudiera sentir, bajo bruscamente la cadera, empalándose. Gruño como gato en celo.
—¡Ah, si! — roncos gemidos inundaron la sala de estar.
*
Y al día siguiente.
Kai despertó sobresaltado.
—¡Qué demonios! ¿Por qué estoy desnudo?
—¡Oh eso! —Ruki termino de peinarse y volteo a verlo —Lo siento…. hice un buen uso de tu… parte baja… anoche — sonrió satisfecho al ver la incrédula mirada de Kai. El vocal regreso su atención al espejo.
—¿Qué? ¡De ninguna manera! No me acuerdo de nada… ¡Una vez más, Ruki! — al vocal la piel se le enchino de excitación al escuchar la oferta.
—No, ya termine… — se dirigió a la salida, no caería. No lo haría, Kai aprendería a…
—¿Seguro que no quieres? — volteo ligeramente solo para encontrarse con la infartante y sensual imagen de Kai pasándose la lengua por los labios al tiempo que se masturbaba…
Los ojos de Ruki brillaron…
*** *** ***
Ese día, Uruha y Reita se quedaron eternas horas esperando la llegada de Ruki, pero el vocal nunca apareció.
—Es extraño que no haya llegado. Takanori nunca se perdería un día de compras… ¿Le habrá pasado algo? — Justo al terminar de preguntar aquello, recibió un mensaje de la segunda guitarra…
Kai-kun no llego. ¿Está con ustedes?
Era obvio…
—¡inmorales! ¡Gatos en celo! ¡Sinvergüenzas! —rezongaron a coro. Ambos músicos suspiraron… Kai y Ruki eran caso perdido. Siempre con sus… imprevistos.