En esta vida hay muchas cosas para disfrutar: la lluvia, el viento, el calor del sol… Ciertamente pase muchos años disfrutando de aquellas cosas que la naturaleza me brindaba, el día, la noche, todo a mi alrededor, y sentía la felicidad sin mas que eso, claro, no sabia lo que había mas allá…
Ella llego cuando el sol deslumbraba… y quemaba con todas sus fuerzas, resguardándose en mi sombra, por cierto, soy un árbol, los años me brindaron un gran tamaño, aquella niña me miro con asombro y se sentó frente a mi aún mirándome fijamente con esos negros y enormes ojos que tenia.
– ¡Woah! – Dijo asombrada – ¡Eres enorme! El árbol mas grande que he visto – sonríe – me llamo Mikoto árbol-san, Mikoto Uchiha, mucho gusto, y… emm… no se si ya tenga un nombre… ¡pero le llamare Naruto! ¿Le parece si vengo mañana también? – Hizo una pausa – espero que no, ¡hasta mañana: Naruto-san! – se alejo de ahí entre brinquitos hasta desaparecer entre el espeso bosque, en muchos años pocas personas yo había visto, si, me miraban con cierto asombro, pero nunca nadie… me había hablado, pueden llamarme loco, pero ese día yo estaba muy feliz…
A partir de ese día Mikoto acudió a mí muy frecuentemente por no decir a diario, se sentaba frente a mí, bajo mi sombra y hablaba felizmente de cualquier trivialidad, yo escuchaba atentamente, cuando ella se iba no hacia más que esperar su regreso, y así día con día, pasaron los meses; pasaron los años, y ahora quien me visitaba no era aquella niña sonriente y disparatada si no una hermosa señorita que yo esperaba con mas ahínco.
Pero no podía ser así para siempre, la sonrisa que ella siempre llevaba en el rostro repentinamente ya no estaba…
– Naruto-san… ¿recuerdas que te había contado que mi tía regreso a casa con su familia hace unos meses? – “por supuesto, yo recuerdo cada cosa queme haz dicho” – pues… Fugaku-kun me ha dicho que yo le gusto, el es mi primo, verdaderamente estoy muy asustada… – Su rostro se notaba lleno de angustia.
A partir de ese día no hubo momento en que hablara de otra cosa, me sentía feliz de que todavía fuera, feliz de verla sonreír, pero sentía cierto dolor a sus palabras… “El me beso” “Creo que el me gusta” “Quiere que hablemos con mis padres, tengo miedo” “¡Lo han aceptado!” “Me siento tan feliz” “Me ha pedido que me case con el”
– Naruto-san, dentro de un mes Fugaku y yo nos mudaremos a la ciudad, soy tan feliz con el, pero ya no podre venir aquí todos los días como hasta ahora, ¿sabes? Eres mi mejor amigo, te extrañare mucho… prometo venir a verte, ya no podrá ser tan seguido, ¡pero vendré!
Aquella noche el viento fue tan fuerte que se escuchaba un ruido fuerte por todo el bosque, el tiempo estaba tal y como me sentía.
El tiempo paso, a Mikoto la veía una vez al año, con eso era suficiente para mi, esperaba su visita ansiosamente. Una vez vino a verme en menos de dos meses, llego emocionada anunciándome la espera de su primer hijo, la vi tan feliz… durante todo su embarazo estuvo al cuidado de sus padres, por lo tanto iba a verme muy seguido, cuando su estomago ya se veía bastante abultado se ausento un tiempo, la próxima vez que la vi ya no iba sola, el pequeño en sus brazos, encantador como ella.
– Mira, Naruto-san… el es Itachi – me presento a su pequeño con la hermosa sonrisa que solo ella poseía.
Estuvo viniendo con su bebe un tiempo, hasta que regreso a su casa, a lado de su marido, de su familia.
Nuevamente regresaba cada año, el pequeño bebe que me había mostrado en sus brazos años atrás comenzaba a caminar, luego corría y jugueteaba por todos lados, me hablaba sobre como le había asustado el perro en el parque, que si ya tenia un amigo, una fiesta, sus padres, que ya iba a ir a la escuela… Aquella vez Mikoto fue ella sola, llevaba una sonrisa que ya había visto antes en su rostro…
– Naruto-san, tengo una noticia que darte – hizo una pausa para continuar, la sonrisa nunca desapareció de su rostro – Itachi tendrá un hermanito – soltó una pequeña carcajada – quería contártelo primero, Sasuke… Así se llamara, por favor cuida de el – sonrió mas ampliamente – cuando el nazca vendremos a verte los tres… adiós, Naruto-san – se fue de ahí lentamente mientras balanceaba su mano en lo alto de un lado a otro.
Desde ese día espere y espere, pero Mikoto no apareció.
Los años pasaron, la preocupación me invadía a tal punto que la vida se iba de mí, sentía como mis hojas, amarillas, secas caían poco a poco a pesar de estar en plena primavera, me estaba dejando vencer, no quería dejar ir la esperanza, pero se me estaba escapando…
En este planeta toda forma de vida es única y asombrosa, todo tipo de cosas increíbles suceden en este lugar, a aquellas cosas se les llama “milagros”
Aquel árbol grande y fuerte ahora estaba muriendo poco a poco, un ser que sufría, que estaba muriendo, pero no podía salir de aquella agonía por alguna razón, ¿Por qué a pesar de tener una salida fácil seguía aferrándose a la vida? Aún tenía algo que hacer, algo importante, por ello no podía morir.
“¿Qué es? ¿Qué quieres? ¿Qué es aquello que deseas?”
“Quiero saber que pasa con ella, porque no viene, porque… no regreso como ella dijo que haría… siento que tengo que ir…”
“Tienes que ir, hay algo que tienes que hacer…”
Esa mañana sentí el frio que nunca me había afectado, cuando abrí los ojos vi todo en cierta forma diferente… espera… ¿ojos? Si, ojos, trate de moverme y si lo hice, la sorpresa me invadió, ¿Qué era aquello? Podía moverme, la forma en que podía ver era diferente, y tenia un cuerpo, intente procesar lo ocurrido, recordaba vagamente aquel sueño, pero no podía entender nada, hasta que por fin me di cuenta, podía moverme, podía desplazarme, no tenia que quedarme ahí, podía ir a buscar a Mikoto, sin pensarlo tome el camino por el cual siempre la veía partir, de ahí solo continúe haciendo caso a mi instinto, pude ver mas allá, había cosas nuevas, seguí hacia adelante hasta que pude ver algo diferente a aboles y plantas, personas, continúe y me adentre a aquel lugar, las personas me veían… evitaban mirarme, me pregunto que tenia de malo, lucia como ellos ¿no?
– ¡HEY, MUCHACHO, POR FAVOR CUBRETE!
– … ¡AHH! ¡LO SIENTO…! – con que era eso, olvide por completo que viéndome como ellos tenia que hacer lo que ellos, escondido desde los arbustos a las afueras del lugar vi una cuerda de la cual colgaban ropas, con que así era como las conseguían, tome una y la puse como pude, era complicado, pero ya cubría lo que había visto que ellos cubrían, me acerque a la primera persona que vi, era una mujer que llevaba a un niño de la mano – disculpa, este… ¿Mikoto Uchiha?
– ¿La hacienda de los Uchiha? Si, justo ahí – dijo señalándome hacia una dirección, agradecí y me encamine hacia Mikoto, el lugar era grande, y me di cuenta que era ahí ya que dentro todos se veían con un parecido a ella, ojos negros, cabello negro… me acerque a la casa mas grande que se encontraba en aquellos alrededores
– Disculpe… – pregunte a una señora que se encontraba cerca de la entrada – estoy buscando Mikoto Uchiha… – su cara se transformo en sorpresa y miro preocupada al interior de la puerta
– ¿Quién es usted? Disculpe pero no puedo ayudarle, por favor vallase
– … ehh…
– vallase, ¡ahora! ¡Rápido! Por favor… – No entendía la reacción de aquella persona, así que di la vuelta y me aleje como ella me lo había pedido ¿Qué hago? ¿Quién me podrá ayudar a encontrar a Mikoto?
– ¡ESPERA!
– ¡SASUKE! ¡VUELVE AQUÍ! – Me detuve, ¿Podría ser? “Sasuke… Así se llamara, por favor cuida de el”
– ¡TU! ¿QUIÉN ERES? – cuestiono aquella voz a mis espaldas, no pude evitar voltear, al verlo lo supe, definitivamente era el, el hijo de Mikoto, le mire atentamente, ya no era el bebe que estuve esperando junto a su madre, pero definitivamente… era el
Continuara