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El pequeño gato por Destroy_Rei

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Notas del fanfic:

Siempre habia querido leer un fic así, como nadie nunca lo escribió, aqui estoy yo~

-       Hyung, es muy lindo – sonrió Taemin, mirando al pequeño gato blanco que le observaba fijamente, moviendo la cola con suavidad, como si estuviera listo para atacar en cualquier momento.

-       Ten cuidado – sonrió un chico alto, viendo al pequeño animalito también, pero con una mirada cargada de cariño – es un poco celoso.

-       Pero quiero cargarlo – pidió el chico de cabello rojizo, mirando al mayor con un puchero, intentando persuadirle.

-       No hermano, si intentas cargarle solo recibirás un enorme rasguño – tomó al pequeño gato entre sus brazos y este se acomodo al instante, frotando su cabecita contra el pecho de su amo.

-       Lo tienes mal criado – bufo el más joven, cogiendo su mochila del suelo – bueno, se me hace tarde para la escuela hyung, vamos.

 

Minho asintió, volviendo a dejar al felino en el suelo con cuidado, pero este se agarró al instante de la camisa del muchacho, enterrando sus uñas en la tela mientras maullaba, no queriendo separarse. El alto lo volvió a alzar con ternura, dejando un pequeño beso en el puente de la nariz del minino “Tengo que ir gatito, te juro que será solo unas horas y volveré a la hora de siempre para que juguemos, ¿bien?” el gato volvió a maullar mientras los dedos largos acariciaban su cabecita. Riendo, Choi volvió a dejar al animal en el suelo y cerró la puerta a su espalda, mientras el felino le seguía observando, agitando su cola animadamente.

 

-       Me da una pena terrible siempre dejarlo – suspiró mientras caminaba junto a su hermano menor al estacionamiento, Taemin le contempló con diversión.

-       ¿Sabes qué? Todo eso de darle besitos a tu gato es muy gay – se burló, esperando a que el mayor quitara el seguro al auto

-       qué vas a entender tú diablillo – negó el mayor, sentándose mientras su hermano hacia lo mismo pero en el asiento de copiloto – la única mascota que has tenido fue ese hámster que se murió porque te olvidaste de darle comida en un mes.

-       Por lo menos no lo ahogué en besos

-       Cállate o te vas caminando

 

El alto chico había encontrado al pequeño gato hace un par de semanas. Venía de la pastelería luego de comprar un pastel de frambuesa, extrañaba los que le hacía su madre, luego de irse a vivir solo había experimentado un sentimiento de nostalgia hacia su familia terrible, contrario a lo que pensaba, no le gustaba mucho vivir sin su madre, su padre y su hermano, de hecho siempre les llamaba o les visitaba, se sentía demasiado solitario en su departamento,  hasta que encontró a su nuevo mejor y pequeño amigo. Lo vio temblando afuera de la pastelería, con su pelaje blanco manchado de gris por barro y aceite de auto. Lo cargó con cuidado, tenía miedo de que no sobreviviera porque estaba demasiado delgado, pero luego de un baño y una buena cena, su gato se transformó en un hermoso felino blanco de intimidantes y agudos ojos café. Jamás había visto un gato de ojos tan oscuros, pero no importaba, amaba a su nuevo gatito y estaba seguro de que el pequeño también le amaba a él.

 

-       ¿Puedo ponerle un nombre? – inquirió su hermano pequeño, cuando estacionó el auto afuera de su colegio

-       Lo siento Taem, pero ya está bautizado – sonrió con orgullo, ante la expresión decepcionada de su hermano

-       ¿En serio? ¿Y cómo le pusiste?

-       Key

-       ¿Key? ¿por qué? – preguntó confundido, estaba esperando un nombre más ridículo, no confiaba mucho en la creatividad de su hermano.

-       Porque sabe abrir todas las puertas, incluso la ventana, es muy hábil e inteligente, como una pequeña llavecita – sonrió más amplio, con más orgullo aún.

-       ¿En qué momento te volviste tan nena? – el menor lo observaba escéptico.

-       Bájate de mi auto si no quieres que te baje yo a patadas – le dedicó una mirada amenazante, haciendo que el otro se bajara al instante, entre risas

-       Solo bromeaba, ¡Gracias hyung!

 

Minho negó viendo cómo su hermano caminaba apresurado hacia donde se encontraban sus amigos, y suspirando se dirigió a su trabajo, solo quería que terminara la jornada para volver a casa a jugar con su gatito.

 

 

 

 

Apenas giró las llaves y estas hicieron un pequeño ruido al chocar entre si, desde dentro empezó a sonar cada vez más cerca el cascabel que Key llevaba en su cuello, Minho se sintió lleno de felicidad al entrar en su apartamento y ser recibido por su gato, quién comenzó a frotar afectivamente su cabeza contra la pierna del muchacho de ojos grandes. Lo alzó para abrazarlo con fuerza, ¡Amaba a su gato montones!

 

-       ¿Cómo estás gatito? ¿Qué tal tu día? – el felino ronroneó en su pecho, cerrando sus ojos - ¿tienes hambre?

 

Siempre le dejaba la comida del día,  en la noche le daba la segunda ración y un tazón de leche, porque su gato amaba la leche. Comían juntos, Minho preparaba un ramen simple y se sentaba a comer con Key, quién también comía en la mesa. El alto pensaba que quizá su hermano tenía razón, su gato estaba mal criado por que comía en la mesa, se sentaba en su regazo a ver televisión y siempre dormían juntos, pero Minho se sentía tan cómodo con ello, Taemin no lo entendía, Key era como su bebé.

 

-       tengo mucho sueño gatito – sonrió cansado, acariciando la espalda del felino mientras ambos veían televisión en el sofá, el gato maulló complacido mientras los dedos largos de su amo repasaban desde la nuca hasta la punta de su cola - ¿vamos a dormir?


Intentó levantarse, pero el  minino se aferró con las garras al pantalón, mirándole fijamente, como si le dijera ‘no te vayas’. Lo cogió con cuidado, y lo miró con dulzura,  “vamos Key, ya es tarde” susurró contra la panza peluda del gato, quién sin dejar de mirarle empezó a tocarle las mejillas con sus suaves patas traseras, haciendo reír al alto. Quizá el gato llenaba ese recoveco de soledad que a veces consumía a Choi, pero él sentía que era algo más fuerte, que de verdad ese animalito era como su amigo, porque aunque la gente dijera que ellos no sentían, casi podía palpar el amor de su Key cada vez que llegaba a casa y se encontraban.

 

Luego de darse una ducha se colocó el pantalón del pijama – no estaba habituado a usarlo completo – y se recostó tranquilo, Key trepó al instante en la cama y se sentó junto a su amo, temblando un poco, Minho se había dado cuenta que su gatito no era muy bueno resistiendo al frío, así que lo envolvió en una de sus playeras viejas y se acomodó para que el minino se pudiera acostar en el hueco que dejaba siempre entre su brazo y su torso, el felino se apegaba mucho a su cuerpo, como si buscara su calor. Le acarició tras la oreja con cariño y apagó la luz, no tardó mucho en dormirse, estaba realmente agotado.

 

 

 

 

El reloj marcaba pasado las tres y media de la mañana de ese sábado, Minho despertó desorientado, se acostumbró un poco a la oscuridad y levantó los ojos observando la ventana sobre la cabecera de su cama: Estaba en su nuevo apartamento, no en la casa de sus padres. Sintió un peso extra en el brazo izquierdo, el que siempre doblaba para reposar la cabeza sobre su mano para dormir, volteó curioso y se quedó sin aire, ahí, apoyada contra sus bíceps, había una cabeza castaña brillante. Pestañeó un par de veces, confundido, ¿se había llevado a alguien al departamento? Lo último que recordaba había sido irse a dormir con Key.

 

Bajó la mirada inspeccionando el cuerpo junto al suyo, era delgado, la luz de la luna iluminaba la piel blanca de un cuello esbelto y estaba vestido con su playera del equipo de fútbol de la secundaría, con el número 11 y el apellido ‘CHOI’ impreso en grande. No entendía qué estaba ocurriendo ahí, no sabía quién era ese chiquillo, podría haber sido Taemin, pero no tenía el cabello rojizo y nunca compartían cama, además ni siquiera vivían en la misma casa. Pensó en cerrar los ojos y seguir durmiendo, eso debía solo ser un sueño surreal de interpretación extraña, pero apenas la idea cruzó por su mente sonó el pequeño cascabel de Key, y aquel ser se volteó hacia su cuerpo, dejando ver su rostro sereno, sus pómulos señalados, unos ojos felinos que le observaban fijamente y una hermosa sonrisa en unos bonitos labios rosados. Minho no pudo con la impresión y al intentar alejarse de ese extraño se cayó al suelo de espaldas.

 

-       ¡Amo! – gritó sorprendido el extraño, enderezándose de un salto en la cama, mirando preocupado hacia el chico que soltó un quejido involuntario cuando su nuca chocó contra el armario.

 

Minho se sentó en la cama con cuidado, sobándose la cabeza, mientras observaba confundido al muchacho que ahora le miraba asustado, esto tenía que ser un sueño, el chiquillo se acercó suavemente, acariciando con sus manos el cabello desordenado del alto, como revisando con sus dedos en su cuero cabelludo para ver si había resultado herido.

 

-       ¿Quién eres? – preguntó espantado el dueño de casa, al ver que llevaba el mismo collar de su gato en el cuello.

-       Amo Minho… – susurró como dolido el joven, mirándole con tristeza en sus ojos gatunos – soy yo, Key.

-       ¿Key? – le observó aún más confundido, el muchacho asintió con seguridad y levanto sus delgados y blancos brazos, tomando entre sus manos un par de orejas que salían de su cabeza, Minho no se había dado cuenta de aquello y palideció un poco más – no puede ser.

-       Si puede ser – refunfuñó, sentándose sobre las piernas largas de Choi, aferrándose a su torso, ronroneando suavemente contra su pecho

 

Taemin tenía razón, esto era raro, ¿cómo podía haber evolucionado su relación con su gato a esta fantasía sin sentido? Bajó los ojos hacia el muchacho, acarició su oreja derecha con cuidado y escucho un maullido suave de esa boca humana. No, aquello no tenía sentido alguno. Lo separó bruscamente, tomándolo por los hombros flacos, contemplando el rostro sorprendido del joven. No podía ser Key, su gatito era pequeño, con el cuerpo de un gato mediano; tenía una tierna barriga de tanta leche y comida; tenía su pelaje blanco, hermoso; tenía unos preciosos ojos negros… bueno, este chico también los tenía, pero Key era un gato, no un chico raro con orejas y con… se congeló un momento, una larga cola blanca estaba acariciando su mano. El chico extraño sonrió con diversión, viendo la respuesta de Minho a su caricia, y el alto se quedó en silencio, intentando comprenderlo todo.

 

-       No puede ser – volvió a repetir, el muchacho que se autoproclamaba un felino bufó con fastidio

-       Minho-ah – empezó tentativamente, abrazándose con sus brazos al cuello largo del otro  - Soy Key, soy tu gatito~

-       Mi gato es pequeño y es peludo

-       Mi cola y mis orejas siguen siendo peludas – hizo un puchero, señalando a esas orejas blancas y la cola hizo un poco más de cosquillas en la mano del más grande.

-       Pero esto no tiene sentido – intentó explicarse, el chico le miró con tristeza

-       Es lo que desee – dijo con vergüenza, empuñando sus manos sobre el pecho desnudo del alto – Hoy había eclipse de luna, ¿sabes lo que pasa en un eclipse de luna? – Minho negó confundido, “Key” sonrió suavemente – cada vez que ocurre un eclipse de luna, nosotros podemos pedir un deseo – la cola se agitaba de un lado a otro en extraños movimientos, su gato siempre la movía así cuando estaba feliz – la mayoría pide un pescado bien grande u otra vida o una novia, pero yo quería abrazar a mi amo con dos brazos humanos – se abrazó con fuerza a Minho, dejándolo sorprendido – yo quería que Minho me amara como a un humano, yo quiero amarle como a un humano – volvió a ronronear, ahora contra su hombro – ¡Estoy tan feliz!

-       ¿Key? – fue lo único que pudo hacer, volver a preguntar confundido, alejándolo nuevamente para ver esos ojos castaños y felinos “ son los mismos” pensó sorprendido, el muchacho asintió tímidamente, sin dejar de agitar su cola, y Choi lo abrazó con cuidado, inseguro, quizá esto era un sueño raro y solo debían volver a dormir para olvidarlo.

 

Se volvió a recostar, sin soltar al más pequeño, aunque realmente “Key” no era tan pequeño, se veía más frágil pero solo era algunos centímetros más bajo que él. Se acomodaron de nuevo sobre la cama, el de orejas volvió a acurrucarse bajo el brazo de Choi, moviendo su cola contento. Minho suspiró, los ojos gatunos le observaban fijamente, con amor y, como siempre hacía de gato cuando quería una caricia, empezó a frotar un lado de su cabeza contra el cuerpo de su dueño. El moreno suspiró, moviendo sus largos dedos tras la oreja izquierda del muchacho, hasta que este volvió lentamente a quedarse dormido. El alto lo observó un poco, era un joven muy guapo, mucho, recordó que la gente decía que era imposible soñar con un rostro desconocido y se sintió afortunado de haber visto alguna vez a un chiquillo tan guapo. Cerró sus enormes y cansados ojos extrañamente feliz, y volvió a quedarse dormido, con sus dedos tras las orejas peludas de su gato.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, pronto subiré la otra parte, espero sea hoy pero no lo veo muy probable para ser franca xD


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