EL BEBE QUE NOS UNIO
La grandes orbes, concentradas escribiendo, debía terminar ese discurso para su compañía ya que lo presentaría a primera hora del día siguiente, Corporación Choi era la empresa que había heredado de su familia, aunque él se negaba a asumir algún cargo, siempre recibía la misma respuesta la familia es la familia y terminaba cediendo.
Nuevamente miro la hoja escrita, no le convencía y cuando se disponía borrarla por milésima vez, se detuvo derrotado.
-aishhh, es lo mejor que hare será mejor que lo guarde – suspiro cansado
-tomare una ducha… necesito relajarme… tanto café ha hecho mella en mi cuerpo – dijo hablando solo
-Creo que me estoy volviendo loco, necesito compañía!! – suspiro adentrándose en el baño para tomar una ducha.
Luego del baño el chico alto, de grandes ojos, y escultural cuerpo se cambio y decidió descansar, al día siguiente solo tendría que dar su discurso de felicitación por la producción de empresa y luego podría hacer lo que le venía en gana, antes de poder recostar su cuerpo en su cómoda y gigante cama se acerco al gran balcón que tenía en su habitación salió tomando el aire fresco, se apoyo con sus codos en el balcón y comenzó a mirar el cielo recordando su niñez y como había sido prácticamente obligado a asumir la posición de su padre que había desaparecido misteriosamente, dio un largo suspiro al recordar lo que le pedía a las estrellas constantemente cuando era niño “estrella roja por favor hazme normal”, “por favor estrella déjame ser normal”, “quiero ser normal”, ahora las cosas habían cambiado, Choi Minho era relativamente normal, era un simpático hombre de 24 años, millonario, heredero de una de las corporaciones más grandes de Asia y sobre todo él ya podía controlar esa rareza que lo hacía único, volvió a suspirar, se sentía tan solo, bien era cierto que cualquier persona envidiaría su estilo de vida, trabajar solo cuando quieres solo siendo obligado a cumplir los compromisos que le pedían, como hacer acto de presencia en reuniones y representaciones públicas, Minho tenía la apariencia de un Dios reencarnado; envidiable, era la palabra que lo describiría, sin embargo para Minho eso distaba de lo que realmente quería para su vida, el soñaba con una familia normal, con muchos hijos una esposa o esposo que lo esperara con una sonrisa en su casa, tal vez un trabajo normal, Minho miro nuevamente al cielo, si bien era cierto aquella estrella jamás lo hizo normal, está vez deseaba profundamente que su nuevo deseo se haga realidad “por favor, estrella, desde el fondo de mi corazón, te pido, que des la oportunidad de tener compañía… eh pasado mi vida solo... por favor estrella” deseo Minho después de un último suspiro se adentro a su habitación sin llegar a ver como en ese momento la estrella roja cambio de color a un brillante plateado.
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El discurso y las celebraciones por los 80 años de corporación habían terminado, Minho estaba agotado el día anterior a pesar de haber terminado el discurso relativamente temprano conciliar el sueño le había sido muy difícil daba varias vueltas en su cama hasta que por fin Morfeo vino en su auxilio para regalarle un hermoso sueño donde un unos felinos lo miraba con un brillo lleno de felicidad, por Minho se hubiera podido quedado a soñar eternamente ese maravilloso sueño, pero la insistencia del despertador y su celular lo hicieron abrir sus ojos a la fuerza sintiendo lejano e imposible ese maravilloso sueño. Minho no tenía ganas de regresar a su lujoso departamento, y aunque se sentía inapropiadamente vestido, decidió dar unas vueltas por la ciudad antes de regresar a su solitario hogar.
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En otra parte de la ciudad
Un chico hermoso de cabellera rubia, ojos felinos y de aura angelical, suspiraba cansado, ese día lo habían regañado innumerables veces, por algo que él considera una reverenda injusticia, enojado y con un hermoso puchero en los labios miraba enojado al gerente de aquella tienda.
-encima que ayude para que esa delincuente no se lleve las cosas sin pagar, me regañas – susurraba mirando enojado al gerente y sacándole la lengua, obteniendo su venganza personal
-hey, Key, sabes que no lo nota, ¿verdad? – pregunto uno de sus amigos
-lo sé, Aishh – dijo mirando al muchacho que lo miraba sonriente
-hasta ahora no entiendo como las prendas se quedaron pegadas a las vitrinas – comentaba el amigo del muchacho de orbes felinas
-ya sabes, los misterios de la vida – dijo irónico con una sonrisilla que hizo sospechar a su amigo
-enserio, tuviste que ver? –pregunto confundido el amigo
-claro, como tengo súper poderes – contesto burlón el muchacho angelical
-bueno no es la primera vez – suspiro el amigo mirando sonriente al rubio
-te juro que si no es porque me hacen un increíble descuento en las prendas hace tiempo hubiera dejado de trabajar aquí – dijo pucheroso el rubio
-HEY KIBUM, SUNGMIN, YA DEJEN DE CUCHICHEAR COMO DOS COMADRES Y ATIENDAN A LOS CLIENTES – grito el gerente haciendo rodar los ojos a ambos dejando la conversación para ir a atender a aquellas bestias que solo buscaban la atención del par de chicos.
El día había sido agotador, entre su jefe, los incidentes, los habituales pervertidos de siempre y las sospechas de su único amigo, habían dejado agotado a Kim Kibum, el hermoso chico de JI-NORMOUS la mejor tienda de moda en Seúl, Key como era conocido y habitualmente llamado, tenía unos ojos castaños oscuros hermosamente felinos, cabellos rubios, una contextura delgada y completamente envidiable para cualquier mujer, con largas piernas torneadas, provocativo trasero y una cintura por la que muchas modelos matarían, era por eso que era constantemente fastidiado en donde trabajaba si no eran las envidiosas, los pervertidos, el pobre Kibum, no tenía ni un solo día en paz, aunque no podía quejarse, tenía un trabajo casi envidiable, solo trabajaba por las tardes y tenía 2 días enteros de descanso, aparte de los fabulosos descuentos en las prendas de temporada y aún más en las de SALE, y por supuesto el salario no era nada escaso, pero lo mejor era que no necesitaba presentar tantos documentos acreditando su casa y ubicación. Tomo su celular de su bolso viendo la hora, ya era de noche como siempre cansado miro el cielo aquella brillante estrella roja no la miraba por ningún lugar en el cielo.
Los acontecimientos de la noche anterior invadieron su mente, “estrella roja, por favor, dame una familia, concédeme la dicha de conocer alguien que me acepte tal y como soy” le había pedido, como muchas otras veces de niño también pedía por una familia, un hogar, por ser normal, recordó su ultimo cumpleaños con su familia, la felicidad, a su madre, a su padre, ese había sido el ultimo día que los había visto, se sintió solitario, triste y abatido, decidió dar unas vueltas antes de llegar su solitario departamento.
Key caminaba por las calles sin mucho ánimo, se sentó en un parque cercano a un edificio nuevo, recordó que había visto en las noticias sobre aquel lugar, un lugar que se dedicaba a la investigación de cómo mejorar el mundo y el medio ambiente, se sintió feliz y sonrío de manera esplendida, se sintió alegre al saber que no todas las empresas eran unas malditas explotadoras.
Fijo su vista visualizo una silueta acostada en el pasto, el hombre tenía los ojos cerrados, relajado en el pasto, sin importarle su a simple vista carísima ropa, Key pensó que dormía, así que se animo a dar un vistazo más profundo, cabello castaño, pestañas largas, nariz puntiaguda, piernas largas, en si el hombre era bastante alto, hermoso a simple vista, mirándolo más detalladamente tenía mucho mejor apariencia que los modelos de las campañas de la tienda en la que trabajaba, su curiosidad le ganaba y tenía muchas ganas de adentrarse en los pensamientos de aquel ideal individuo, parecía tener tanta paz, pero algo lo detuvo sintió unos susurros, pero no cualquier clase de susurro si no unos infantiles.
Minho abrió los ojos por un minuto se sintió observado pero para el eso ya no era novedad, lo había despertado unos susurros infantiles, parecían estar apurados el podía sentir vibrar claramente sus pequeños y apresurados pasos, dos pequeños.
-niños, a esta hora? – susurro Minho viendo su reloj de pulsera eran las 10 de la noche
-que les pasa a los padres hoy en día? – susurro y se levanto para verificar que los niños estén debidamente acompañados, a unos metros pudo ver una silueta delgada con cabellera rubia la observo durante unos segundos pero la vibración que sintió al sentir como uno caía lo alerto a que era mejor comprobar por la seguridad de los pequeños.
Key por su parte intentaba sentir la presencia de otro adulto, pero nada, aparte del hombre en el pasto, solo las presencias infantiles al fondo en donde se encontraban los juegos infantiles era lo que percibía, preocupado decidió tomar el camino más corto por la acera cerca al edificio.
Por su parte Minho, decidió correr saltando los obstáculos de los pequeños arbustos del lugar hasta ver a los niños, pero cuando llego no encontró a nadie, corrió hasta los extremos buscando a los pequeños que había sentido, sin resultado. Key también al llegar no vio a nadie y las presencias de los niños habían desaparecido.
-Pero cómo? – se pregunto Key confundido
SEGUNDOS ANTES
-lo siento Minie, lo siento, pero es lo mejor… así estarás a salvo… para que no tengas el mismo destino que yo y Jongiee – se despedía el mayor de los niños con lagrimas en sus ojos
-Onew, debemos darnos prisa, ellos deben ya saberlo – susurro asustado el otro pequeño
-solo déjame dejarlo seguro Jongiee – pidió el mayor
-mira Minie, aquí está mi conejito, debes cuidarlo de ahora en adelante, yo ya no podre, te prometo que saldré, huiré con Jongiee y te encontrare, seremos una familia feliz, lo prometo Minie…. Adiós – dijo sollozando el mayor de los niños
-adiós Taeminie… yo cuidare a Dubu… - dijo el otro niño sollozando y dejando un sobre
Ambos niños sintieron pasos por dos direcciones diferentes, se asustaron y antes de ser atrapados el mayor de los niños tomo fuerte la mano del mas pequeño, corrió un trecho tropezando, parándose y como sentían los pasos más cerca, uso su habilidad, y desaparecieron.
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Minho rodeo el lugar no había señales de los pequeños, acaso sus instintos le habían fallado, pensó, imposible, sus habilidades no tenían fallas, sintió un llanto suave, melódico, un llanto no tan lejano, un llanto de bebe y se asusto, y corrió en dirección hacia esa casita de niños de donde venía el llanto.
Kibum estaba perplejo sus habilidades jamás le habían fallado, y no podía estar soñando estaba seguro que los había percibido, dos presencias, dos niños, pero como, se preguntaba en su mente, hasta que sintió un llanto suave, un llanto necesitado, un llanto de bebe, sus instintos lo hicieron correr hasta la casita de la cual venía el llanto.
Minho llego por la parte trasera, abrió la puertita pequeña y al abrirla noto que por la parte de delante de la casa aquella silueta que vio en la entrada del parque había abierto la puerta delantera, el llanto de aquel pequeñísimo ángel, los saco del asombro de verse por primera vez, miraron en el interior y un bebe envuelto en unas frazadas amarillas, lloraba desconsolado, tanto Minho como Kibum estiraron sus manos para tocarlo y calmarlo, sus manos se rozaron, una fuerte corriente se apodero de sus tactos, sus miradas se reencontraron, se miraron con los ojos bien abiertos y nuevamente el llanto del pequeño ser, los trajo a la realidad, el bebe lloraba más fuerte, Kibum estiro su otro brazo y llego a tomarlo en sus brazos sacándolo delicadamente de aquella casita, Minho inmediatamente tomo el sobre y se puso de pie y casi corrió hasta quedar al lado del rubio.
-oh por Dios, quien pudo dejar a este pequeño angelito aquí – susurro Kibum con el corazón roto y con lagrimas en los ojos, el ver al bebe abandonado le traía muchos recuerdos y sobre todo le daba rabia saber que alguien fuese tan sangre fría de abandonar a un ser tan indefenso.
-por su parte Minho ya a su lado, miro preocupado al precioso ángel en brazos del rubio con apariencia angelical, recordó el sobre y lo abrió, lo que vio lo dejo pasmado , confundido e impresionado.
“Su nombre es: Lee Taemin, tiene 6 meses, aunque no estoy muy seguro, mis padres se fueron y ellos nos tienen cautivos en esa cueva de cristal, yo no quiero que mi hermanito, pase por las pruebas que me obligan hacer, por favor cuídenlo mucho… les prometo que los encontrare y compensare, yo soy Lee Jinki, no dejen que se lo vuelvan a llevar, yo también saldré… no sé cuando, pero escapare de la cueva de cristal”
-Lee Jinki – susurro Minho mientras el rubio miraba conmocionado aquella nota y como el alto no cabía en sí ante lo que leía.
-cueva de cristal? – susurro esa pregunta Kibum
-es un niño, quien dejo a este bebe tuvieron que ser esos niños – contesto el alto aún ido en sus pensamientos
-pero… debemos ir a la policía, no… pruebas?, usan a niños para hacer pruebas? Qué clase de pruebas? Quien pude ser tan despreciable? – pregunto Kibum asustado
-no estoy seguro… y si el bebe regresa a ese lugar al llevarlo a la policía? – argumento el alto quitándole suave y delicadamente el bebe al rubio y Key tomaba la cartita en sus manos.
-tienes razón pero como… no pue… - se calló no quiso decirlo y si ese bebe era la compañía que tanto había estado anhelando pensó Kibum
-no te preocupes… yo puedo hacerme cargo… - hablo el alto embelesado mirando al bebe en sus brazos
-es precioso… yo puedo cuidarlo – agrego Minho mirando maravillado el bebe que había dejado de llorar y con sus bracitos intentaban alcanzarlo, esas palabras despertaron a Key que se sintió desplazado, el también quería cuidar de aquel hermoso bebe.
-y como se que no eres una mala persona?, no te dejare a mi angelito – dijo el rubio con un puchero extendiendo los brazos a Minho para que le entregara al bebe, Minho quedo aún mas extasiado al ver el rostro del rubio con sus labios de corazón en un delicioso puchero que no le hubiera importado para nada hacerlos suyos.
-no soy una mala persona! – se defendió el alto subiendo sus cejas
-así?, eso siempre dicen las malas personas – argumento el rubio
-y como yo verifico que tu eres una buena persona? – pregunto el alto desafiante pero divertido al ver las muecas de ofensa del rubio
-como se te ocurre! Eres babo?... aigo… las personas tan hermosas como yo no somos malas personas! – explico Key señalándose con vanidad
-yo también soy hermoso, entonces no puedo ser una mala persona no? – se defendió el alto haciendo inflar sus mejillas al rubio que lo miraba enojado
-no es justo, yo lo vi y tome primero – aclaro el rubio
-claro que no, yo corrí primero – indico Minho volteándose con el bebe cuando sintió unas 3 tipos de vibraciones, algo le decía que ese bebe y ellos estaban en peligro
-ni se…. – Key se detuvo al sentir la presencia de 3 personas que no tenían tan buena energía, temió, por segunda vez en su vida sentía aquellas presencias, la primera vez fue cuando sus padres lo habían abandonado y temió por el bebe, por el alto y por él.
-tómalo, debemos salir de aquí – indico el alto rápidamente acomodando el bebe en brazos de Key mientras el pequeñito daba un gritito alegre.
-tu… - Key quiso decir algo pero al darse cuenta ya tenía al bebe sonriente en brazos y sentía como el alto prácticamente lo arrastraba hacia un extremo oscuro.
-shhh – pidió silencio Minho
-puedes sentirlos? – pregunto asombrado el rubio era la primera vez en toda su vida que encontraba alguien igual a él.
-si… guarda silencio… no sé porque pero siento que no saldrá nada bueno si nos encuentran… aparte le debemos eso a ese niño… – susurro Minho señalando la carta que tenia Key aún en sus manos, Kibum asintió y se dejo llevar por el alto, en algún punto sintió como unas luces como láseres rojos aparecían en el lugar, trago duro, miro a Minho suplicante y el alto lo abrazo a él con el pequeño en brazos y no sintió miedo, se sintió seguro y protegido.
-cuando cuente 3, debes correr, lo más rápido que te den las piernas, al final del parque está un auto rojo, un Lamborghini, para ser exactos, súbete – indico el alto
-pero cómo? – susurro Key y Minho le mostro el llavero automático para abrir el auto
-1, 2, 3 corre… - susurro grave el alto y con Key se echo a la carrera hasta el final de aquel parque.
Las piernas de Minho lo hicieron tomar la delantera pero noto que el rubio corría pero no tan rápido como hubiera deseado, arrancó hasta donde el rubio y sin pensarlo mucho y mientras Key se detenía a verlo confundido, lo tomo en brazos cargándolo como una princesa con el bebe en brazos.
-agárralo – indico Minho cargando y echando carrera con Key, Key sintió que alguien los seguía de lejos asustado, uso un poco de su habilidad eh hizo que las luces del lugar de repente se apagaran masivamente.
Minho llegó a su auto, lo abrió a unos metros con las llaves automáticas abrió la puerta y acomodo al rubio como pudo.
-conduce, conduce, rápido – pidió Key haciendo que Minho lo suelte
-Minho de un brinco llego hasta el asiento del conductor y con su huella dactilar encendió el auto, acelerando a toda velocidad para salir de ahí.
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-Leeteuk, no hay nada aquí ningún bebe, pregúntale bien donde lo dejo a Onew – pidió el pequeño chicho buscando por los juegos infantiles
-demore, porque tuve que esquivarme a toda la seguridad – indico enojado el pequeño
-Teuki, ellos ya están aquí – susurro el pequeño escondiéndose dentro de la casita como pudo.
-ya lo tienen de vuelta – indico decepcionado el pequeño
Mientras el pequeño castaño miraba atónito como entre esos tres peligrosos hombres buscaban con sus herramientas, podía ver el fastidio y las caras molestas, la alta pelirroja enojada, tiro uno de los laser detectores y frustrada llamo por radio.
-no está aquí, creo que se lo llevaron, alguien apago las luces del lugar no llegamos a ver nada – indico la mujer por radio recogiendo molesta el laser que anteriormente había lanzado.
El pequeño asustado se arrimo más a la sombra para evitar ser descubierto, cuando sintió que todos se habían ido tomo el teléfono y llamo a su amigo con el que anteriormente había estado hablando.
-Leeteuk… el bebe está a salvo… alguien se lo llevo… no fueron ellos… seguramente… alguien normal… - explico el pequeño por teléfono
-si estaré pendiente… debemos encontrarlo… lo bueno es que ellos no lo tienen devuelta… tu planea como sacarlos… yo buscare al hermanito de Onew – indico el pequeño lanzando un suspiro y colgando.
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Dentro del auto de Minho el silencio reinaba, Key miraba, por la ventana mientras abrazaba fuertemente al bebe en sus brazos, pensaba en lo rápido que su vida había dado un giro, hoy en la tarde su gerente lo había estado regañando y ahora iba en un auto del año a toda velocidad, dios sabe donde, con un extraño y un hermoso bebe en brazos.
-por cierto… cómo te llamas? – pregunto Key rompiendo el silencio que empezaba a ser perturbador
-Minho, Choi Minho – se presento el alto
-y tú?… - pregunto Minho
-Kibum, Kim Kibum, pero dime Key – contesto el rubio fijando su vista en el velocímetro del auto
-estás loco, llevas una carga preciosa dentro y vas a 80 kilómetros por hora – casi grito Key
-por si no lo sabías debíamos perderlos… - dijo Minho en un suspiro bajando la velocidad
-lo siento pequeño – agrego en un susurro
-hey, con carga preciosa me refería a mi también – indico Key con un puchero haciendo reir a Minho
-a donde vamos? – pregunto Key
-pensaba ir a mi departamento, está cruzando… - cuando Minho intento explicar Key lo interrumpió abruptamente
-iremos a mi departamento está cerca y este bebe no tardara en despertarse hambriento – indico Key mientras Minho no quitaba su vista de la carretera asintiendo.
-ok, dime el lugar… - pregunto Minho
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En 5 minutos estaban ya en la entrada del edificio donde el departamento de Kibum se encontraba, Minho estaciono el auto y le puso la alarma de siempre, seguía a Key, que sonriente cargaba al bebe sin prestarle atención al alto. Al llegar al vestíbulo el alto se adelanto a apretar el botón del ascensor.
-no funciona – indico Key empezando a subir las gradas
-diablos, nunca odie tanto vivir en el 8vo piso – dijo cansado Key mirando las escaleras haciendo salir una risita en el alto.
-dámelo – pidió Minho tomando al bebe en brazos y comenzando a subir con un rubio que parecía desfallecer con cada grada subida haciendo ocultar su sonrisa entre las frazaditas del bebe
-enserio es hermoso… - susurro Minho
-mmm… si lo soy – respondió Key
-me refería al bebe – jugueteo el alto mientras miraba el hermoso sonrojo en las mejillas del rubio
-ah…ah… si… lo es… - confirmo nervioso Key
El alto siguió a Key hasta una puerta al final del pasillo de ese piso en aquel edificio, el rubio abrió la puerta y antes de que entrara o pudiera decir algo las palabras del rubio ya habían salido.
-bueno gracias, por acompañarnos, un placer conocerte Choi Minho, ahora puedes darme a mi bebe y seguir viviendo tranquilo – dijo el rubio estirando sus brazos con una sonrisa
-ahh? – pregunto confundido Minho
-que me des el bebe, yo me hare cargo de Taeminie – aclaro Key
-pero yo también quiero cuidarlo… no te lo daré – dijo Minho aferrándose al bebe
-aishh... pensé que eso ya lo habíamos aclarado – contesto Key con una mueca de fastidio
-no claro que no, yo también tengo derecho a cuidarlo, aparte no me separare de él hasta estar plenamente seguro de esta a salvo de esos raros hombres – contesto Minho haciendo reflexionar a Key
-ok, tienes razón, pasa – indico el rubio abriendo, más la puerta y con su brazo estirado dándole a entender que entre
Cuando Minho entro a aquel lugar, lo primero que noto era lo pequeño que era, pequeñísimo en realidad, tan diferente a su departamento, este a pesar de tener un espacio tan reducido le parecía tan acogedor y hogareño, la sala y el comedor eran una sola habitación que solo se separaba de la cocina con una pequeña barra, a la derecha había una puerta blanca que supuso que sería la habitación y luego una pregunta se formo en su cerebro “y el baño?”, mientras Minho estaba perdido en sus pensamientos sobre el lugar Key ya había dejado su bolso en el perchero de la entrada, había asegurado la puerta por si acaso y se quedo mirando al simpático, mejor dicho escultural chico con el que se encontraba.
-mmm… cof..cof…cof – tosió llamando la atención Key trayendo a la realidad a Minho
-deseas té, café, leche, jugo, agua no sé, dime – ofreció Kibum
-baño? – pregunto confundido el alto siendo lo único que pudo articular al ver al hermoso rubio
-ohh, si claro déjame llevarte – contesto Key
Key lo llevo a través de la puerta blanca como lo había sospechado era la habitación, finamente decorada y sumamente organizada a pesar de ser pequeña, Key abrió una puerta que parecía más de un armario que de un baño y le indico que ese era el baño.
-el bebe – pidió Key
-ahh? – decía confundido Minho
-entraras con el bebe? – pregunto burlón Key haciendo que el pelinegro se sonroje haciendo reir estrepitosamente a Key
-ehh…. Si lo siento… toma – susurro Minho entregándole el bebe al rubio y metiéndose rápidamente al lugar.
Al entrar, se dirigió al lavatorio abrió el grifo y comenzó a mojarse la cara, Minho se sentía tan estúpido, iba decirle a Kibum que deseaba café, pero su curiosidad innata le había ganado y había preguntado lo que no lo dejaba en paz en ese momento.
-diablos.. – susurro
Mientras tanto Key había acostado al bebe en su cama lo había rodeado de almohadas y peluches para evitar una caída o algo así. Noto que entre las frazadas del bebe había un conejito blanco, sonrió y lo puso al costado de Taemin.
-no te preocupes pequeño… yo te cuidare – susurro Kibum dejando un beso en una de las mejillas del bebe
-yo también – agrego Minho saliendo del baño
-Minho ajusshi también – agrego sonriente Kibum mientras Minho fruncía el seño
-no soy ajusshi tengo 24 – se defendió el alto
-ohh! Perdón... yo también – indico Key con una sonrisa tímida
- de que mes? – pregunto Minho
-septiembre y tú? – pregunto animado Kibum
-diciembre – contesto Minho mirando sonriente al rubio que sonreía de forma maravillosa
-wouu… si definitivamente no eres un ajusshi – intervino el rubio haciendo reir a Minho que se había acercado a la cama
-qué lindo conejito – comento Minho
-estaba con Taemin – respondió Key
-pero por que le pusiste una barrera? – pregunto Minho mirando confundido la obra de Kibum
-tengo miedo que se caiga, entonces si llegara a rodar, eso lo contendrá – explico Kibum
-o ya veo – asintió el alto
-pero es más fácil si lo cargo – dijo sonriente Minho intentando tomar al bebe
-no… debe estar exhausto déjalo dormir un ratito seguro ahora despierta y tendremos que alimentarlo – indico Key
-ahh… comida de bebe! – dijo Key llevando su palma a su frente
-no te lastimes… yo tampoco lo hubiera previsto – dijo el alto tomando suavemente la mano de Kibum que volvía a mandarle descargas en el cuerpo
-si pero… - Key intentaba hablara pero Minho lo interrumpió
-ire por esa comida, abra en algún súper mercado no?... mmm… mientras tanto podrías preparar algo de comida… no comí nada y muero de hambre si? – pidió Minho poniendo una esplendida sonrisa asiendo asentir a Key
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