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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Holaaa a tod@@@@zzz!!!!
Vengo otra vez con un nuevo capi,,,fiuuuu me apure para poder actualizar hoy =), y bueno aki esta, me kedo un pokito largo, espero que eso no sea precisamente un inconveniente ;D!!!
Espero que les guste:

POV MATT

Aspire una vez más mirando el móvil que cargaba su batería en uno de los cargadores comunitarios de la estación de autobuses de Arizona. Fue una suerte hallar mis dos botas en el automóvil, y hasta ese instante me acorde de algo que debió ser prioridad: mi billetera. Afortunadamente se quedó atrapada en mi bolsillo del pantalón, mis identificaciones seguían allí, lo único que falto fue…el dinero que cargaba. Lo cual, ya no era de extrañarse a estas alturas del partido.
No me atrevía a llamar a Mello aun, me sentía como una especie de novio infiel (lo cual no se alejaba mucho de mi realidad) asustado por encarar el berrinche melodramático de una chica vestida de rosa…el problema es que Mello no era una chica, ni muerto vestiría ese mugroso color y…su reacción seria todas menos melodramática.
O quizás no haya notado mi ausencia.
Aún seguía en medio de mi indecisión cuando un guardia de seguridad capto mi atención, ya que, me miraba fijamente con la mano en su arma. Resople y me di la vuelta tomando mi móvil de nuevo encendido, era mejor salir de allí lo antes posible. Digo, los baños públicos sirvieron para revisar en el reflejo el desastroso aspecto que tenía pero…no era suficiente evidentemente.
Cuando salí de la estación el frio temprano me hizo sentir un escalofrío, y yo sin chaleco ni chamarra…un momento, estoy en ese maldito lio por una sudadera que acabo de perder.
¡Magnifico, Matt!
Subo a mi auto de nuevo, aún tengo unas horas antes de que llegue el atardecer para volver a California y a Richmond…
--Quizás si no le menciono nada…--me dije—una buena explicación y nada más…Él se ha acostado con alguien más, estas seguro, Matt—hablo conmigo mismo—además él estuvo ocupado en la reja, tú saliste a dar una vuelta y no lo noto. Sí, eso sucedió.
Mi móvil timbra una vez anunciándome algo, cuando lo tomo en mis manos me doy cuenta de que tengo…ocho llamadas perdidas de Mello.
--Hay mierda—me lamento, estoy perdido.

POV NEAR

Halle sigue mirándome furiosa a través del espejo retrovisor, esa resolución no se ha apagado en sus pupilas desde que llego, desde la agencia especial, a la oficina de policía del estado, y hasta ahora que Rester conduce a casa.
Ni siquiera me dejo solo cuando pise la estación de policía; cuando ella necesito realizar algún trámite con Rester, Giovanni ocupaba su lugar, tomaba asiento frente a mí en la sala de espera de la comisaria y se dedicaba a vigilarme.
El silencio es algo que en verdad aprecio en esos momentos…y en todos, en realidad, aunque en esta ocasión representa algo mejor.
No me fue permitido abandonar las instalaciones de la oficina en toda la mañana y parte de la tarde, mas estoy seguro que no se trató de un simple procedimiento administrativo que se sigue como parte de un protocolo de persona extraviada que llega por si (o por alguien más) a la policía. No, hay algo más allí, dos agentes especiales del FBI en calidad de padres adoptivos no tienen la necesidad de permanecer allí y obligarme a lo mismo…no, incluso si creen que tuve algo que ver en el tiroteo de Richmond del día anterior.
Apoyo la barbilla en la mano sobre mi rodilla junto al pecho, de forma indiferente, pero en el fondo…desesperado, como si todo ese silencio y calma ya no fuesen suficientes después de lo ocurrido la noche anterior, con Mello. La piel de mi pecho todavía arde cuando recuerdo su mano sobre el…mi cuello se eriza de forma vergonzosa cuando extraigo de mi memoria su aliento…
Quisiera creer que es producto de mi cabeza vendada.
--¡Nate!—llama Halle con fuerza. Alzo los ojos. No voy a repetir de nuevo que no se nada acerca del incidente en Richmond. Ella frunce los labios y decide no hablarme más.
--Nate—habla Rester con calma--¿Por qué finges que no estuviste en Richmond?—pregunta en el mismo tono.
--¿Por qué fingen que debía estar en la estación de policía a pesar de no haber cometido delito alguno?—gire los ojos retorciéndome el cabello, el agente ya no dijo más.
El silencio otra vez inunda el automóvil, lo único que se escucha es el zumbido del motor al funcionar.
Miro por el cristal, Rester toma un rumbo directo al centro de la ciudad, cruzarlo es la forma más rápida de llegar a la casa.
Las calles se abarrotan de personas que se dirigen a los centros comerciales, y de recreo. Todos son ajenos a mi… ajenos al mundo que se desarrolla traspasando sus avenidas coloridas y seguras.
Rester detiene el automóvil por fin.
--Nate—dice mi padrastro—Hablaremos adentro.
Le miro atentamente antes de salir del automóvil.
Sigo a mis padres adoptivos mientras caminamos en medio de una barata actuación de familia funcional. Alguno que otro vecino me mira con mala cara mientras camino hacia la puerta, no es una sorpresa de ninguna manera pues mi aspecto físico no debe ser el mejor con la camisa manchada de sangre, la cabeza vendada y la ropa sucia.
No importa mucho. Para la mayoría de los vecinos Beyond es la oveja negra de una trabajadora familia feliz, y quizás no es de extrañarse que ahora luzca un poco más a él.
Doy unos pasos hacia el salón, y lo veo.
Esta sentado sobre el sofá con las piernas pegadas al pecho, el cabello negro despeinado que cubre casi todo su perfil, y la playera blanca, mira hacia al frente sin moverse.
Mi corazón se oprime al instante, las probabilidades de volver a ver a Elle eran de…cero. ¿Qué podría estar haciendo mi hermano mayor aquí?
Doy unos pasos hacia él, y gira el rostro para mirarme.
--Beyond—murmuro deteniéndome. Por un momento su figura me pareció el retrato de Elle, o quizás sufrí alguna contusión más fuerte de lo que imagine.
Me mira un momento y luego aparta los ojos para sumirse en la misma inmovilidad. Me acerco unos pasos más hasta llegar con él, sus ojos están normales, dentro de su monotonía, con una diferencia: su rostro luce furioso, conteniéndose por algo.
La herida de su labio que parecía estar curándose de su pelea en Richmond se volvió a abrir, y el hematoma bajo su ojo está recuperando su color negruzco.
--B—llevo mi mano al cabello.
--Nate, que tal—saluda la amable voz de Giovanni, no note que estaba sentado frente a mi hermano, cuidándolo seguramente.
--Giovanni te agradecemos mucho tu cooperación—exclamo Rester, el agente asintió y se puso en pie. Le mire fijamente, con frialdad, está claro que se trata de un agente especial de inteligencia ¿Por qué aceptaría ser la niñera de B? Definitivamente nuestros padrastros no se preocupan por fingir más con nosotros su actividad filantrópica al adoptar a un par de huérfanos.
--Necesitamos hablar, Beyond, Nate—comenzó Lidner sentándose frente a nosotros, ocupando el lugar que Giovanni dejo un momento atrás.

POV MATT

Estaba cansado de caminar, no podía sentir mis pies mientras seguía mi camino. Había andado por lo menos los últimos veinte kilómetros, o más, desde que se terminó el gas del depósito. Ahora tendría que ir a buscarlo a la carretera después.
La tarde estaba cayendo, no había comido nada en todo el bendito día, conducido sin parar…antes de dejar botado el vehículo junto a la carretera estatal, revise toda la cabina, cajuela y hasta el motor…sorpresivamente halle el arma de Mello intacta, lo cual era un alivio, aunque bueno, ni siquiera ebrio podría decir que era violento.
La guarde detrás de mí pantalón, sujetándola con el cinturón y cubriéndola con la playera…esperando que en serio no se notara.
La mitad del camino lo recorrí forzando la memoria para hallarle sentido a mis actos, buscando un solo rayo de consciencia que me mostrara la verdad, lo que sucedió…lo que hice. Sin resultado, por cierto. Incluso la cabeza me punzo fuertemente, pero quizás ayude el que no he probado bocado.
Como sea, comencé a creer que tampoco era tan malo…digo ¿Quién no ha perdido por lo menos un día de su vida al no poder recordar nada?
Probablemente la mayoría de los adolescentes…o eso quiero creer.
Avance por las calles a punto de oscurecerse, iba tan ensimismado en mi último cigarro, cuando una fuerza externa me detuvo de golpe por el hombro. Gire los ojos para encontrarme frente a un trio de policías. Perfecto, lo que me faltaba, otra entrevista de la “justicia”.
--¿A dónde vas?—pregunto de golpe. Me saque el cigarrillo de los labios para contestar.
--¿Vives aquí?—me interrumpió otro de ellos, me fije en este nuevo, era más alto que los uniformados, y se distinguía por estar metido en un traje oscuro. Vaya, no me di cuenta antes de eso…he estado pensando en otras cosas, como ¿Qué mierda sucedió?
El ligero viento le alborotaba su negro cabello, sus ojos castaños oscuros, casi negros, me miraban con atención analítica.
No era cualquier oficial de policía.
--¿Sucede algo?—quise saber, articulando con cautela.
--¿Dónde estuviste ayer?—inquirió.
Buena pregunta.
--En otro…estado—dije al fin, en estos casos quizás sea mejor decir la verdad, debido a que últimamente la policía ha estado rondando por aquí más de lo normal. Cargarse una sospecha en realidad no era lo más inteligente.
--¿Y dónde, muchachito?—se acercó uno de los uniformados, palmeándome el pecho con su macana.
Alce la mano para apartar el objeto de mí.
--Mi compañero te hizo una pregunta—amenazo uno.
Iba a abrir la boca de nuevo cuando me vi interrumpido otra vez por el trajeado.
--Esta limpio—soltó de la nada. Parpadee confundido. ¿En serio? ¿Así de fácil?
Sus subordinados le miraron con la misma muda pregunta.
--Si es un sospechoso, lo sabremos—dijo con su profunda voz--¿Cuál es tu nombre?
Dude.
--Matt—dije al fin.
--Agente especial Giovanni—se presentó antes de darse la vuelta y volver por la calle.
Los uniformados me echaron miradas de advertencia y también me dejaron solo.
¿Qué fue todo eso?
El auto en el cual subieron, encendió y se alejó por la calle, pasando frente a mí; tarde un segundo en reaccionar llevándome el cilindro de vuelta a los labios. Se había convertido en una simple colilla con una larga extensión de ceniza.
--Maldición—murmure, ese era mi último cigarro, ahora no podría engañar al hambre de ninguna manera.
Resople, derrotado, y volví a mi calvario.

POV NEAR

Realmente resulto algo más que predecible las reacciones de mis supuestos padres, Rester metido en su papel de padre preocupado soltó su sermón, que a la primera parte deje de escuchar en realidad. Lidner soltando algunas lágrimas solitarias, quizás más forzadas que cualquier otra acción antes realizada.
Por fin, luego de permanecer presente en cuerpo en el salón, retorciéndome el cabello, mirando de vez en vez a mi hermano mayor, quien, seguía con la misma resolución aburrida en el rostro, la cual no sufrió cambio alguno en las cuatro horas que duró la “reprimenda”.
Respire hondo una vez más, avanzando por el pasillo hacia mi habitación, me detuve frente a la puerta que correspondía al cuarto de Beyond. La empuje con la punta de los dedos, jugando con mi cabello al mismo tiempo.
B empacaba.
Noto mi presencia y me miro un momento. Le extendí lo que llevaba en las manos, sus ojos volaron a las aspirinas y luego a mis ojos, evite su mirada.
Se iba, era obvio.
--No iras a donde Rester dijo—musite.
No respondió a lo evidente. Beyond no pensaba recluirse en algún lugar. No, tenía otros intereses, además de la edad legal para considerarse un adulto…no podían obligarle a nada que no quisiera hacer, no mientras no le comprobaran culpabilidad por algo.
--¿Y Linda?—me acerque lentamente hasta mi hermano, sentándome sobre el borde de la cama, juntando una rodilla al pecho.
--Podrá quedarse con el dormitorio—exclamo.
--Quizás esté muerta—avise.
--No lo está—aseguro, me miro entonces--¿Dónde la viste?
Fue directo, algo normal en Beyond, como lo era el que se diera cuenta que estuve con Linda…aunque en realidad, al mencionarla era lo que cualquiera deduciría.
--Viste a Matt—dijo lentamente, apartando la maleta que nos separaba, acercándose hasta mí para mirarme fijamente.
Evite su mirada torciéndome el cabello.
--Tú eras quien quería verlo—dije antes de que me hiciera más preguntas, si, seguramente Beyond había ido a su dormitorio y enviado a Linda a buscar a Matt…el único detalle que salía de su plan era precisamente todo el interés que tenía por el muchacho…¿Por qué no acudir el en persona? La respuesta era demasiado complicada al estar sumida en la simpleza para ambos: alguien no se lo había permitido.
Y de la misma forma en que yo podía deducir eso con facilidad, B sabría con mayor rapidez que sabía más de lo que estaba diciéndole.
Me miro, sus ojos oscuros se endurecieron mientras escrutaba en los míos, sus pupilas se inyectaron de esa furia que siempre llegaba con una sola persona…
--Elle—musito con un resoplido, echándose para atrás.
--Yagami Light—murmure.
No respondió, sin embargo su silencio era suficiente para que supiera la verdad: fue el castaño quien llego, el mismo que menciono Linda en ese antro, el mismo quien intercepto las intenciones de mi hermano por ir por Matt. Y no iba a hablar sobre lo ocurrido con Yagami sobre Elle…para estar seguro me vería en la necesidad de buscar a Linda.
B tomo su mochila y tiro de ella por un asa, dejándola caer por el suelo y arrastrándola por el suelo hacia la puerta.
--B…--dije sin mirarlo, jugando con un mechón.
--Nate…--volvió el rostro sobre su hombro.
--No vuelvas a Richmond—dije con frialdad.
Una media sonrisa curveo sus labios.
--Elle no va a inmiscuirse en esto…y si lo hace—la sonrisa se perdió en su mirada determinada…el mismo brillo apagado que mire cuando era un niño, mientras temblaba dentro del despacho de mi padre, mirándolo ahogarse, expulsar espuma por la boca…con Beyond en la puerta…
No pude evitar entornar los ojos.
--Ni en tu vida, Nate—agrego mirándome.
--No me refiero a Elle…--exclame con cuidado, mi hermano ladeo la cabeza con curiosidad—Rod...—mencione—es el nombre del sujeto que está buscándote—dije, decidido a no mencionar también a Mello en la situación, no si Beyond decidía que no importaba.
--Nate—se giró por completo—no estas tratando de advertirme, tampoco de persuadirme para no regresar a Richmond. Porque no funcionara—dio un paso--¿Qué estás haciendo entonces?—se preguntó a sí mismo.
La respuesta era clara para mí: sacando a Mello del mapa de B. Mi hermano iba a volver a ese lugar, nadie se lo evitaría…y como seria así, prefería poner a Rod en la lista de B que a Mello…aquello era frustrante.
No era en realidad como si el rubio necesitara protección, estaba claro que no…sin embargo…
Mire al vacío, tratando de hallar una respuesta lógica a aquello. Tenía que tenerla.
--¿Fue el quien te hizo eso en Richmond?—soltó de golpe, mirando mi cabeza rodeada de vendas y decidiendo que quería saber de mi obvia excursión al barrio.
Le eche una mirada fugaz sin dejarme el cabello libre.
--Beyond—masculle—Matt aconsejo que no volvieras a Richmond…si valoras tu vida.
Me dio la espalda y desapareció por la puerta.

POV MATT

--¡Matt!—oí que me llamaban por encima del sonido del automóvil al avanzar.
Me volví, en medio de la oscuridad los faros del vehículo deslumbraron mis pupilas, de por sí ya débiles.
Alce una mano trémulamente para saludar a los cuatro sujetos que me miraban desde el interior.
--¿Dónde estuviste con Mello ayer?—pregunto el copiloto con su acento latino, sacando el cuerpo sobre la ventanilla.
--¿Qué?—parpadee confundido. Claro estaba que no había estado con Mello.
--Los perros de Rod te vieron con el ayer…andan muy bravos—dijo--¿están con la banda?—parecía una orden antes que una pregunta.
--Yo…bueno---eso dependía de a que pandilla se refería.
--“El latino” y Rod están cuidadosos—me interrumpió haciendo ademanes exagerados con las manos—Andan buscando a ese tal B…trabaja con la policía…y aquí le vamos a atorar…
Asentí con la cabeza.
--¿Mello está dispuesto a jugársela?—antes de que contestara volvió a hablar—Espero que si—el automóvil arranco entonces alejándose en la noche.
“El latino” era el líder de una de las pandillas latinoamericanas que habían convertido Richmond en su hogar, los contrarios a Rod y a sus esbirros norteamericanos, ambos grupos peleando el comercio de droga…sin embargo, las cosas debían estar críticas si ambos estaban dispuestos a unirse y encontrar a B…y no era para menos, nunca había visto movimientos policiacos tan llamativos y organizados con tanta frecuencia…o B en serio era encubierto…o era demasiado peligroso o importante para que se usaran esos medios de búsqueda.
Resople, recordarlo solo me hizo volver a mi realidad: con hambre, frio, débil y sin memoria.
Gire sobre mis talones para encontrarme con el conocido edificio.
Subirlo fue…un manojo de expectación y nervios.
Con cada escalón que subía sentía que mi cuerpo se bamboleaba presa de los nervios y de la propia debilidad.
Aspire hondo un par de veces antes de buscar el pomo dela puerta, mi corazón estaba agitado por completo, mi respiración estaba aumentando su ritmo…
Corrí el cerrojo y empuje la puerta con la mano.
La estancia estaba vacía.
Camine lentamente, asomando mis ojos por la oscuridad que reinaba. Una respiración agitada lleno mis oídos, junto con unos entre cortados gemidos de esfuerzo. Fruncí el ceño confundido…¿sería posible que Mello estaba…?
Di unos cuantos pasos hacia el dormitorio, la cama estaba revuelta…pero nadie estaba sobre el colchón.
Pase saliva mientras rodeaba el mueble…y pude verlo.
Tenía la espalda contra el suelo, y ejercitaba su cuerpo con abdominales.
Ladee la cabeza divertido, hacía tiempo que le veía hacer algo así…¿exceso de energía que no había quemado…conmigo?
Tuve el impulso de hacer una broma, y entonces sus furiosos orbes azules me miraron. Me pasme al instante. Bromear no era la mejor de las ideas.
Se puso en pie y se acercó.
“Piensa, Matt, piensa” me ordene mentalmente.
Seguía moviéndose hacia mí. Retrocedí trémulamente, inseguro. No era como si debía mandarle un horario entero de mis ocupaciones ¿verdad?
--El móvil perdió toda su carga…--explique , las piernas me traicionaban ya que, aun no había probado bocado--¿Por qué llamaste tantas veces?
Y sus labios se estamparon contra los míos con violencia.
Abrí los ojos con asombro cuando sentí su boca chocar contra la mía, exigiendo con brusquedad que le correspondiera.
Cuando me recupere del asombro, trate torpemente de devolverle el movimiento, mas mi cabeza estaba dándome vueltas, estaba mareado, se me acababa el oxígeno.
Intente separarme un milímetro para tomar aire, más una de sus manos se enredó en mi nuca juntándome a su rostro, sin dejar un solo espacio entre ambos.
Su lengua se abría paso por mi cavidad, explorándola con avidez, con fuerza.
Cuando el aire era brutalmente necesario, retrocedí unos pasos para respirar, me siguió aferrando mi rostro con ambas manos.
Gemí su nombre en sus labios, quejándome, estaba ahogándome.
Por fin mis manos volaron a sus hombros para aferrarlos y separarlo de mi de golpe, funciono, quizás no esperaba que lo hiciera, o simplemente use toda mi fuerza.
El aire frio entro a mis pulmones de nuevo gracias a las bocanadas de oxigeno que estaba dando.
Me incline al frente para recuperar el equilibrio ahora que el cerebro estaba recibiendo aire, alcance a mirar los brazos de Mello que caían flojos a sus costados. Levante la mirada para contemplarlo, fruncía los labios con descontento, la contradicción brillaba en sus ojos.
--Mello…
--Cállate—ordeno pasando por encima de la cama sin verme más, cuando estuvo del otro lado se inclinó debajo para sacar su, odiosa para mi e importante para él, caja mágica.
Mientras la abría, me incorpore para tratar de buscar algo que pudiera comer…lo primero que recordé fue el cereal. Anduve hasta donde recordaba que lo había guardado, lo tome y decidí que no iba a buscar donde comerlo. Metí mi mano a la caja para tomar un puñado de hojuelas y llevármelo a la boca. Maravilloso, así fue comer. Aunque el malestar de la resaca no se había disipado del todo.
Iba a comer otra vez cuando sentí la fuera de Mello tirar de uno de mis brazos, la caja con mi valiosa comida cayó al suelo.
Trastabille para no caerme mientras me remolcaba con fuerza.
--Mello…
Se volvió a mí, aun no poseía síntoma físico de algún efecto pero…seguro tenía alguna toxina dentro.
Parpadee un par de veces antes de que su mano me aferrara por la nuca sacándome de golpe los googles para mantener nuestra mirada fija en el otro…Estaba confundiéndome… ¿Qué sucedía? ¿Por qué me miraba como si quisiera convencerse de algo?
Iba a abrir la boca, sus labios poseyeron los míos otra vez. Sus azules pupilas estaban fijas en mis ojos, me miraba casi con furia mientras su boca chocaba contra la mía, exigente. Le correspondí el beso obedientemente pero…sin comprender.
Sus manos bajaron por mi cuello, por los hombros, mis brazos, rodeándolos para llegar hasta mi vientre, allí hizo presión para empujarme contra el suelo.
Mi espalda resintió el golpe, mi cabeza me retumbo como nunca, volví a sufrir vértigo; antes de que pudiera recuperar el enfoque de mi mirada, el cuerpo de Mello subió sobre mí, acomodándose en cuatro puntos para volver a besarme.
Sus palmas bajaron ansiosas hasta el borde de mi playera, levantándomela al tiempo que bajaba los suaves labios por mi mandíbula, haciéndome cosquillear la piel. Llego hasta el pecho, su húmeda lengua recorrió la extensión de mi torso, me estremecí debajo de él, el calor comenzó a subirme a la cabeza cuando la humedad llego a uno de mis pezones, jugando con el como si lamiera un pequeño caramelo.
Comencé a hiperventilar. Se me olvido que sufría malestar.
Sus dientes rodearon con fuerza el pezón, curvee la espalda en medio de un gemido que no pude contener; una honda de placentero dolor se abalanzo sobre mí, rodeándome por completo. Sus labios chocaron contra mi piel otra vez, succionando la parte herida para aliviar el dolor con su deliciosa saliva.
Trate de incorporarme en busca de sus labios, su mano aferro mi garganta regresándome al piso, cubriéndome el rostro con mi playera; hundiéndome en la oscuridad, sin quitarme si quiera la playera por completo.
No podía mirarlo, simplemente sentía como sus dientes mordían cada centímetro de mi torso, sus manos enterradas en mi cintura para levantar mi cuerpo hacia su boca. La humedad de su saliva me ardía con urgencia.
La tela contra mi rostro me limitaba la respiración, lo cual podría ser peligroso si seguía acelerando mi ritmo…pero no importaba…Mi extensión estaba palpitando contra el cierre del pantalón buscando la forma de salir de su caliente encierro.
Y de pronto se detuvo. Espere un segundo, ¡mierda! Está volviendo a hacerlo: me dejara así. Lleve mi mano a la tela de la playera para apartarla de mi rostro y poder ver lo que ocurría, cuando una nueva mordida contra mi garganta me hizo temblar.
Fue como si hubiera decidido que prefería terminar lo que comenzó.
Sus ansiosas manos buscaron el broche de mi sucio pantalón, la prenda pronto dejo de cubrirme; mi miembro palpito con fuerza, duro por completo.
No puede ahogar el jadeo que surgió de mi garganta cuando sentí el calor abrasador de la boca de Mello rodear mi extensión. El cuerpo me hormigueaba.
La cavidad era húmeda y caliente, succionaba mi sexo mientras me mantenía inmóvil con sus manos alrededor de mi cadera. Mis manos volaron hasta mi entrepierna, encontrándome con el cabello sedoso de Mello hundido en medio de mi cuerpo. Cerré los ojos incluso si con abrirlos no veía mas que oscuridad, las sensaciones despertaron ante la expectación a no ser capaz de mirar…simplemente sentir…
Aumento la velocidad con la que lamia mi cuerpo, estrechando las paredes de su cavidad para presionar mi miembro caliente contra su mojada boca. Mi garganta se rebeló con sonoros gemidos satisfechos…gustosos…
La tela que me cubría el rostro estaba por humedecerse también gracias a mis jadeos…
Enterró sus uñas en la piel de mi cadera, rasguñándola a su camino mientras llegaba hasta mi trasero, luego volviendo por su camino hasta mi costado, encajándose debajo de mis costillas, me sacudió un estremecimiento.
Luego bajo por mi vientre de nuevo, jugando con sus dedos en el…su labios subieron hasta la punta de mi sexo, lo aprisionaron mientras su lengua jugaba con ella…Por detrás de mis parpados comencé a mirar destellos. Estaba perdido por completo.
Siguió enfocado en la punta, una de sus manos abandono mi abdomen para centrarse en rodearme el miembro y masajearlo con fuerza.
Mi cuerpo tembló casi de inmediato, una honda de placer y poderoso hormigueo me obligo a curvear la espalda cuando el calor se centró en mi miembro, tensándome las piernas y viajando por todo el cuerpo. Gemí con fuerza cuando mi miembro exploto contra su caliente y mojada boca. Mordí luego la tela que me cegaba para soportar el orgasmo del momento, fue excelso…me sentí como si hubiese sido la primer vez…
El calor de su boca de abandonó mi extensión, luego cuando mi corazón bajo del frenesí a una aceleración más o menos normal, Mello se separó de mi.
Un nuevo mareo me asalto, quizás mi cuerpo estaba recordándome lo débil que estaba, además que de pronto mi cuerpo se adormeció…
Relaje el cuerpo un momento…y entonces la tela que me cegaba desapareció. Mis ojos tardaron en acostumbrarse. Gemí de nuevo cuando su lengua subió por mi ombligo hasta el pecho, oh, si seguía sensible. Temblé levemente. Mi cuerpo se agito de nuevo cuando note el rastro blanquecino que estaban dejando sus labios sobre mi cuerpo, Mello estaba embarrando con su lengua mi propia esencia. Antes de llegar a mi cuello se incorporó hasta hincarse sobre mi abdomen con las piernas abiertas.
Le mire a los ojos, sus hermosas pupilas estaban dilatas como un par de aceitunas…respiraba más rápido de lo normal…los efectos de lo que se haya inyectado o inhalado o tomado o lo que fuera estaban presentes ya.
Sin dejar de mirarme con la resolución peligrosa en los ojos, se desabotono el pantalón para dejar libre su miembro. Por automático mi vista viajo a esa parte de su cuerpo.
Lo oí reírse divertido con mi reacción. Tomo con una de sus manos su extensión y volvió a inclinarse sobre mí, frotando la punta de su miembro contra el rastro blanco que había embarrado en mi torso. Recogiendo todo lo viscoso con su suave y palpitante sexo erguido.
Mi respiración volvía a agitarse ante el inusual pero excitante momento.
Cuando humedeció su miembro se apartó de mí, creí que iba a dirigir mis labios son embargo, de pronto me vi con la cara contra el suelo. Un nuevo mareo me hizo ver nuevos destellos y perder el enfoque.
Sentí el peso de su cuerpo sobre mi espalda, apoyo las manos a los costados de mi cabeza, quizás debía detenerlo porque estaba volviendo a sentirme mal…pero…
Trate de acomodarme sobre mis brazos y rodillas, pero al parecer la comodidad era algo ajeno a Mello en ese instante, pues su brazo se apoyó contra mi espalda para mantenerme inmóvil con todo el cuerpo contra el piso.
Separo con sus piernas las mías apenas. Un estremecimiento de miedo me invadió cuando me di cuenta que probablemente esta vez dolería un poco más de lo usual. Se acomodó en mi entrada, froto su punta húmeda unas veces y…de golpe se introdujo.
Me mordí los labios.
Apoyo ambas palmas en el suelo y comenzó a impulsarse contra mi cuerpo, abriéndose paso en las paredes de mi entrada, llenándome por completo.
Esta vez estaba preocupándose solo por el mismo…quizás por eso primero se ocupó de mí, para luego olvidarme…El golpeteo frenético estaba destinado simplemente a su satisfacción.
Mi cuerpo contra el suelo frio hacia presión contra mi miembro aun sensible, aquello no era muy agradable en realidad.
--Mello—me queje.
--Calla, perro—ordeno contra mi oreja. Su aliento jugo en mis cabellos.
Seguía moviéndose contra mí, embistiendo mi cadera con violencia. Tras un momento, se tensó sobre mi cuerpo, gruño satisfecho contra mi cabello, y su caliente líquido inundo mi interior.
Los destellos se volvieron más intensos hasta convertir los colores en oscuridad.


POV NEAR

Las sombras de mi habitación se me antojaban más taciturnas que de costumbre. Fije los ojos en el puzzle que no había terminado de resolver, pues con cada ficha que colocaba buscando concentración esta escapaba de mi mente, dirigiendo mis pensamientos a Richmond…a Mello…
Resople cansinamente, no quería optar por una de las formas de B de perder la consciencia por un rato: alcohol. O podía simplemente usar algo de lo que robe de la casa de Mello…
Apoye la frente en el helado cristal de la ventana, mirando a través de este la desierta calle.
“Mello”
Oí su nombre, entorne los ojos levemente ¿estaba perdiendo el sentido de la realidad? Entonces me di cuenta que la única respuesta racional era que…pronuncie su nombre.
Antes de encontrarle una explicación, un zumbido llena el silencio. Miro entonces el móvil de Beyond que vibra contra la madera del mueble. Lo alcance y mire la estrellada pantalla que brillaba en medio de la noche. Vaya, no preví apagarlo, ya que creí que estaba roto.
Analice lentamente las letras que alcanzaban a distinguirse en medio de las rajaduras de la pantalla, un poco de deducción ortográfica y listo, a B le llamaba un tal: L.
No paraba de vibrar. Resople, lo mejor sería dejarlo de lado. Pero volvió a vibrar.
Abrí el teléfono para apagarlo, una posibilidad me detuvo.
“L”
--L…—musite apretando la tecla para contestar.
--B—dijo del otro lado la monótona voz que esperaba.
--Elle…
Beyond había creado una buena analogía basada en la pronunciación: L=Elle.

Notas finales:

Gracias por leer =D


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