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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

LAMENTO MUCHO HABER DESAPARECIDO, GRACIAS POR QUIENES ME DESEAROBN QUE ESTUVIERA BIEN =D

POV MATT

La información extraoficial sobre el asesinato era la única verdad. Ningún medio de comunicación se enteró de la violenta muerte, no era como si en realidad importara mucho, pues se trataba de una muerte más en Richmond. Un ajuste de cuentas que no podía pasar de la sección amarillista de morbo público en algún periódico de poca monta.
De cualquier manera, la muerte de Sneider no reflejaba por ningún lado algún ajuste de cuentas entre pandillas, aunque eso no sustituyera una ligera sospecha de ello. Por el contrario, en las evidencias era sencillo encontrar rastros de una violencia exagerada, que cualquier idiota podría diferenciar de los modus operandi de las bandas criminales al trabajar, ya que, no encajaba con los normales disparos en las frentes, las violaciones a las mujeres y su natural balazo.
Era ese el hecho que más me llamaba la atención, la forma tan metódica de asesinar, ningún asesino a sueldo se dedicaría a ello si no existiera una clausula en su contrato que así lo estipulara, las pandillas estaban descartadas (al menos para Mello y para mi), en todo caso, se trataría de una venganza más personal, algo dedicado y profundo.
La puerta que tuvieron que derribar los seguidores de Rod para poder acceder al departamento, el crack intacto sobre la mesa, pero algunos paquetes de mercancía desaparecida; el cuerpo prácticamente destazado pero vuelto a vestir, y por si fuera poco, la enorme “M” escrita con sangre en la escena.
Di una profunda calada a mi cigarro mientras esperaba sobre el capote de un viejo auto desvalijado, alguna vez perteneció a algún ejecutivo de la ciudad.
Me sentía terriblemente cansado, no había tenido la oportunidad de conciliar el sueño (descartando las horas en que perdí el conocimiento gracias a la falta de alimento y el exceso de energía utilizada con Mello); saque el humo de mi sistema y me enfoque en recordar el nombre que había utilizado para cambiar el dinero robado de cuenta.
--¡Hola!—oí una animosa vocecilla femenina.
Alce los ojos con curiosidad mirando la calle vacía ¿Qué demonios? ¿Estaba acaso perdiendo la cabeza?
--¡Aquí estoy, tontito!—aviso la misma voz apareciendo de repente frente a mi vista, eche el cuerpo atrás por instinto.
Era rubia con dos coletillas, pequeña, de grandes ojos azules y extravagante atuendo negro.
Parpadee un momento, hurgando en mi memoria algún recuerdo de ella, pero no, no la conocía. ¿Sonaría demasiado descortés preguntarle quién era?
--¡Estoy exhausta! –exclamo subiéndose al cofre, sentándose a mi lado y haciendo un exagerado ademan de cansancio.
Analice su apariencia, era una chica linda, definitivamente, llamativa también, el único problema era que…se dedicaba a vender su cuerpo.
--Tranquilo, chico lindo—me guiño un ojo acercándose a mí, debió notar como la miraba—voy camino a casa.
Sonreí avergonzado, nunca había pedido los servicios de alguien en mi vida.
--No, yo no quería…
--Descuida—sonrió ampliamente—solo quería preguntarte por Linda—su rostro aniñado se contrajo en una mueca de preocupación—no la he visto.
--Tampoco yo si a esas vamos—respondí como disculpa—pero…¿Cómo sabes que ella y yo nos conocemos?
--Por favor, no sé cómo te llamas, pero…--hizo un gesto de astucia—andas con Mello todo el tiempo…
--Y por sistema de eliminación, la conozco—concluí.
--¿con que?—parpadeo confundida.
Antes de poder explicarle, la cortina de metal tras nosotros se enrolló hacia arriba, nos giramos para mirar. Mello salió del interior, o su reunión había terminado o simplemente le habían exasperado. Echo a andar calle arriba sin decir palabra.
Balbucee una despedida y brinque del cofre torpemente, corrí un momento hasta alcanzarlo y caminar a su lado.
Mordió con fuerza su chocolate, como si quisiera asesinarlo.
--Mello…--¿tan mal había resultado su “junta de trabajo”?
--Creen que yo lo hice—tajo.
--¿Qué?
--¿Estas sordo, perro?—gruño.
--Pero… ¿solo por la letra en la pared?—inquirí, ignorando el insulto.
Me echo una mirada irritada, obviando algo. Hice memoria: hacia algunas horas apenas que Mello casi deja sin nariz a Sneider de por vida.
Baje los ojos, si Rod creía que Mello era el culpable…lo cazarían, le darían muerte…
No note que Mello se había detenido hasta que me volví para hablarle, me frene y mire hacia atrás, el rubio tenía la mirada fija en la carretera, seguí la dirección de sus pupilas hasta encontrar un ostentoso automóvil deportivo que se acercaba ronroneado sobre el asfalto. Paso frente a nosotros. Vidrios polarizados.
Mello entorno los ojos al verlo detenerse metros atrás, justo frente a la muchacha rubia.
--Amane—mascullo.
--¿La conoces?—quise saber.
--Camina, Matt—ordeno reanudando el camino.
Le seguí de nuevo, caminando en silencio. Tenía en mente una cuestión que aún estaba dando vueltas en mi cabeza, estaba seguro que Mello no mato a Sneider, sin embargo, me inquietaba saber quién era la persona que a los ojos de todo Richmond supuestamente se trataba de mí.
--Mello…--dude un momento, sacando un nuevo cigarro de mi pantalón, posándolo entre mis labios. No me respondió pero era claro que me escuchaba.
--¿Sabes de Linda?—sondee.
Me echo una mirada fugaz, algo molesta, y mordió su chocolate.
--Sí.
--¿En serio?—sonreí sin pensar, era agradable saber que estaba bien luego de abandonarme--¿Dónde está?
--No me estés molestando, Matt.
Caminamos un momento más en silencio, cruzándonos con un vagabundo de aspecto cadavérico.
--Mello…
--¡¿Qué?!
--Podemos irnos—ofrecí tímidamente, me apresure a seguir hablando antes de que pudiera decir algo—hay suficiente dinero en el banco para salir de California de inmedia…
Sus manos me tomaron por el cuello de la playera y me llevaron hasta el muro con violencia.
--Escúchame bien, perro—amenazo—no pienso huir como un cobarde de mierda ¿está claro? Eso es para los imbéciles perdedores—tajo.
--No digo eso, Mello—tome sus manos para apartarlas de encima—solo que sin importar nada, pueden matarnos a ambos aquí, no veo cual es el proble…
--¡Joder, no hay nadie quien me haga huir de aquí o de algún maldito lugar!—gruño presionándome contra la pared.
--Te vieron golpear a Sneider…
--Me vieron salir de Richmond contigo—contradijo astuto, dedicándome una media sonrisa confiada de su próxima victoria en la discusión.
--Solo que…no era yo—dije en voz baja, esperando que nadie nos oyera.
--No importa eso—ensancho el gesto. Eso dolió, a mí me importaba.
Molesto aparte sus manos de mí para alejarme. Me miro con frialdad.
--Voy a encontrar al bastardo que busca que me asesinen—exclamo—y no vas a interferir en eso.
Aparte la mirada.
--Vas a conseguir que te maten—contradije, hasta ese momento habíamos sobrevivido gracias al cuidadoso actuar de ambos, a la forma peligrosa de Mello de intimidar a quien se le pusiera enfrente y a que en realidad…las peleas de pandillas y zonas de poder no eran de su interés especial—Linda trata que Mikami no la mate…--compare.
--¡No me compares, perro estúpido! Linda es una estúpida—soltó con poca disposición—si a estas alturas sigue viva luego de lo del viernes cometerá un nuevo error.
--¿el viernes?—pregunte prestando especial atención a aquello, lo único que causo ruido en mi cabeza, fue el mismo día en que tenía la “cita” para recuperar mi ropa--¿la viste ese día?—la única posibilidad era que la hubiera visto por la noche…luego de separarnos en el club.
Maldijo en voz baja, apartando la furiosa mirada. Así es Mello, impulsivo en cada fibra de su cuerpo, debió creer que había cometido un error al hablar de eso.
No me respondió de inmediato, permitiéndome pensar ¿era Linda la persona con la que vieron a Mello salir? Una sonrisa curveo mis labios, no comprendía porque se empeñaba ese rubio en que ni siquiera yo me diera cuenta de su lado amable.
--Mello…
--Oye bien, Matt—interrumpió de golpe, acercándose unos pasos—Si tú quieres largarte de aquí, es tu maldito problema.
Mis pupilas se dilataron sorprendidas ¿en serio lo dijo? Tras el momento de confusión y asombro, llego la indignación y, por supuesto, la molestia.
--De acuerdo—exclame enojado, dándome la vuelta para seguir caminando.


POV NEAR

Era la primera vez que un día llegaba con más o menos esperado. El día anterior, luego de descubrir la sombra de Elle sobre nosotros, dándole la certeza a las eternas sospechas de B, me dedique a mirar en los ordenadores de mis supuestos padres. Tal como lo esperaba, y a decir verdad no esperaba menos, no había un solo registro de Elle, o Giovanni, simplemente un registro de los casos en que trabajaron tanto Halle como Rester, incluyendo las fugaces y forzadas incursiones de B. Eran agentes especiales, y no sería sencillo simplemente encontrar las respuestas de esa manera.
No. El acertijo era mayor.
Ahora que por fin era lunes, podría volver a la escuela y realizar una nueva investigación directamente al dormitorio de Beyond…y, por supuesto, me libraba por completo de los ojos inquisidores de mis padres falsos, teniendo la oportunidad también de investigar algo sobre Mello.
Antes de salir de mi habitación guarde la pequeña bolsilla de toxinas que tome de Richmond. Seguramente entrarían a catear el lugar, y no me arriesgaría a cometer semejante equivocación tan burda. No podía tener un triste final. No, ni yo, ni B…ni por supuesto Elle aceptarían uno así.
Cuando cruce la puerta de salida me encontré con Rester esperándome dentro del auto, aparte la mirada con aburrición cuando note su falso acto de padre preocupado, y me encarame en los asientos de atrás.
Ser llevado como un pequeño crio era más de lo que esperaba proviniendo de ambos agentes.
--Nate…--hablo mi padrastro una vez que estuvimos frente a la propiedad de la escuela.
Espere en silencio. Suspiro cansinamente.
--No vamos a mentirte—dijo con calma—Giovanni se encargara del cuidado de tu hermano, considéralo, es por su propia seguridad.
Le eche una sola mirada.
--No quiere que interfiera con su vigilancia—deduje.
--Es su propia seguridad—repitió ahora con más dureza. Me mantuve impasible.
--Está cometiendo un error a propósito o simplemente espera que crea que no habrá nadie detrás de mí—exclame retorciéndome el cabello—el que alguien esté o no detrás de mí o B no cambia ningún escenario que mi hermano pueda prever—agregue manteniendo la conversación lejos de mis propios inexplicables planes.
Parpadeo confundido un instante, luego una sonrisa paternal jugo en sus labios.
--Tan perspicaz como tu hermano. Iguales—murmuro, fingí no escucharlo.
--Si es todo…
--Nate—volvió a llamar—nadie estará detrás de ti. Confío en tu buen juicio.
Me negué a mirarlo.
--La confianza es un concepto subjetivo, no importa en realidad. Lo que llama un buen juicio no se traduce en confianza—abrí la portezuela—sino en un examen psicológico que ha hecho de mí y de Beyond—y salí del auto sin decir más.
Era bastante obvio, cualquiera con un poco de atención podría darse cuenta: si no me vigilaba nadie (en el supuesto de que así fuera) era precisamente porque mi nivel de peligrosidad estaba muy por debajo de la escala de B. Y como agentes ambos lo sabían, por tanto, era su prioridad mantener a raya a Beyond…o incluso podría ser que esa fuera la tarea de Elle…
Ese era el rompecabezas.
Sin embargo, era factible usar esa situación de “confianza” que Rester depositaba en mí, de modo que mantuviera el enfoque en mi hermano mayor y sobre mi persona, y en lo que en realidad iba a hacer: regresar lo que Mello había” prestado”. Ya que, a este paso, si Elle estaba inmiscuido en esto, hallaría a B, quien estaría detrás de Matt…con Mello…si no lo ponía sobre aviso, era cien por ciento seguro que terminaría tras las rejas.
Cuando me adentre en las instalaciones de la universidad de B, algunas miradas morbosas se posaron en mí, no eran de vital importancia ni mucho menos, probablemente solo se corrió la voz de los hermanos adoptados, los problemáticos hermanos.
Saque la chamarra que traía dentro de la mochila, no me pertenecía, y en realidad al parecer nadie creyó que fuera relevante que hubiese aparecido afuera de la central de policía de California, vistiendo un abrigo evidentemente de alguien más.
La policía y los agentes estaban entrenados para prohibir (en mi caso volver a Richmond), no la razón por la cual seguía vivo (Mello). Esa era la segunda razón para planear regresar la prenda: para la policía paso por alto, los agentes no tardarían mucho en descifrarlo pero Elle…lo sabría de inmediato, buscaría a quien me saco de Richmond con vida y…esa no era una opción válida.
Me la pase por los brazos, me quedaba grande, pero incluso hacia juego con la normal forma en que visto; lo único obvio allí era el color sangre que tenía. Me cubrí con la capucha, me sentí ridículo.
Y me eche a andar hacia el dormitorio de B, allí debía haber algo que pudiera llevarme hasta Giovanni…y por el mismo camino hasta Elle. Y al mismo tiempo también daría con la forma de distraer la vigilancia de mí hasta que pudiera llegar a Richmond.
Era la primera vez que no sabía con exactitud porque hacia algo.
Cuando entre en la habitación, después de pasar el plástico de mi identificación en medio de la puerta y el marco, todo se me antojo contrario a B. Allí dentro se respiraba un ambiente demasiado…normal…casi vivo. Pero quizás eso se debía a que la última persona que lo habito realmente fue Linda.
Me incline debajo de la cama, buscando en la base de esta, me encontré con algunos bultos pegados al colchón, cuando los despegue y los mire no pude evitar recordar a Linda: eran paquetes de alguna droga.
Sería una pena que ella muriera.
Me puse en pie lentamente, retorciéndome el cabello, analizando los posibles escondites de único lugar de Beyond, del que tenía conocimiento, que había estado fuera de del alcance de nuestros padres adoptivos, hasta ahora.
La perilla se giró de pronto, me volví entonces cuando la puerta se abrió.
Llevaba la mitad del rostro cubierto por un par de gafas protectoras del sol, llevaba el oscuro cabello negro, vestía un largo abrigo, en realidad, la apariencia era por completo del tipo de mujeres cuyos pasos reflejan una soberbia excesiva a la que en verdad merecen.
Dio unos sonoros pasos dentro de la habitación, me lleve la mano al cabello, no la reconocía, y definitivamente no era alguien con quien B gustara tener trato alguno como para que viniera a buscarlo.
--Supongo que no necesito presentación—dijo quitándose las gafas—si no me equivoco eres bastante…perceptivo.
Seguí en silencio, tratando de recordar si alguna vez la había visto, pero no, realmente formaba parte de las personas que se cruzaban en mi existencia.
--Como sea, no me interesa hablar contigo—dijo con superioridad, extendiéndome un sobre—esto es para ti.
Iba a negarme, por supuesto.
--Solo tómalo, Beyond—soltó, la mire fijamente, estaba confundiéndome por completo, lo cual quería decir que no conocía a mi hermano…estaba ahí por indicación de alguien más—no voy a tener un enfrentamiento como lo tuviste con Light, niño—torció los negros ojos, botando el sobre sobre la cama y dándose la vuelta.
Entonces Elle tenía que ver con la visita de aquella mujer, estaba allí para entregarle algo a B.
Tome el sobre, abriéndolo con cuidado. Saque el contenido, un par de fotografías, la primera una M mal pintada sobre un muro, la segunda, un hombre muerto.
Revise ambas imágenes con cuidado ¿estaba Elle amenazando a Beyond de alguna manera?
Di la vuelta a una de las fotografías. “Richmond”, decía en una, más una fecha, retrocedí sobre los días, sábado.
Entorne los ojos levemente, nuestro hermano mayor no quería que B volviera allí, sin embargo, ¿Por qué elegir una amenaza de ese tipo?...seria quizás que estaba no solamente avisándole del peligro que corría al volver…no, si de eso se tratara, Elle enviaría fotografías de alcohol todos los días.
La única vez que Elle “amenazo seriamente” a Beyond fue cuando nuestros padres murieron…
--Elle…--murmure, quería hacerle saber a B que sabía lo que hacía. La pregunta era ¿B era el perpetrador del asesinato?
Necesitaba hallar a B…y a Linda, necesitaba saber exactamente qué fue lo que ocurrió la noche en que debía encontrarse mi hermano con Matt…conocer si aquella visita desequilibro el carácter de mi hermano por un momento.

POV MATT

La necesitaba. Y con urgencia. Encontrar a Linda era más que necesario en estas circunstancias: por ningún motivo iba a derrumbar la versión que Mello hubiera contado sobre “él y yo” en una motocicleta el viernes pasado.
No iba a salir corriendo de Richmond, no iba a dejarlo así como así, no, tenía una decisión más fuerte que esto.
Necesito saber que ocurrió esa noche.
Esa es la razón por la cual sigo caminando por los extensos corredores de la universidad de California.
El sol comenzaba a estar en su punto máximo, el primer turno de clases terminaba, lo cual, estaba poniendo ansioso: nunca me gustaron mucho los lugares concurridos.
Pasee la mirada por el lugar hasta encontrarme con la pequeña oficina que tanto estaba buscando. Solo hacía falta una rápida incursión en el sistema para darme cuenta donde podía hallar a Linda, por eliminación de teorías: donde B estuviera registrado. Di unos pasos, pensando como lograría mi objetivo, cuando una persona cruzo la puerta de entrada de uno de los edificios. Capto mi atención, algo bastante inusual, las personas creen que soy distraído. Esta es una prueba de lo contrario…o quizás se deba a que lleva un atuendo que me parece familiar.
--¿Nate?—inquirí a mí mismo, acercándome al chico. Vaya, eso facilitaba las cosas--¡Nate!
Se detuvo cuando llegue hasta donde estaba, me miro, esta vez sus ojos reflejaban algo más que solo indiferencia…a saber que sea, este chico es igual o más raro que su hermano, B.
--Matt—dijo recuperando la monotonía—por favor, necesito tu móvil—se retorció el cabello con timidez, pareciera que es la primera vez que le pide algo a alguien.
--Nate, necesito preguntarte donde…
--Matt—interrumpió alzando los ojos. Resople sacando mi teléfono celular.

POV NEAR

Era realmente la última persona que esperaba ver allí.
--Gracias—balbucee apartando la mirada, retorciéndome el cabello por debajo de la capucha. Abri el móvil y teclee el único número que conocía de memoria.
Mire por el rabillo del ojo, sin embargo, mi rango de visión no era muy amplio considerando la estorbosa tela de la enorme capucha que me cubría la cabeza. No la soportaría encima por mucho tiempo más.
Por fin decidí mirarlo por completo, curioseaba por el lugar, luego nuestras miradas se cruzaron y me sonrió amigable.
Aparte la mirada. No recibía respuesta además del molesto tono de espera en la línea; lo intente otra vez, paso un segundo, y el tono desapareció, mas nadie halo del otro lado de la línea telefónica.
--B—dije, Matt abrió sus ojos con pánico.
--Nate…--escuche su tono aburrido.
--¿Dónde está Linda?
--No puedo decírtelo, Nate.
--Me parece que debemos hablar.
Silencio.
--¿El?—escupió con molestia.
Le eche una ojeada a Matt, me contemplaba atentamente. Para B fue suficiente respuesta mi silencio.
--Hospital privado del centro—indico y la comunicación se cortó. Aparte el aparato de mi oído lentamente.
--No imagine que no le dirías a tu hermano que estoy aquí—sonrió divertido. Evite mirarlo.
--No tenía conocimiento que estarías aquí—dije mirándolo de reojo, parpadeo confundido un momento y luego sonrió avergonzado.
--Tengo que hablar con Linda y ya que hasta donde se ella estaba aquí…--explico como una disculpa.
--No está aquí.
--Sin embargo, al menos sé que estas bien y no te deje en medio de un montón de cuerpos desnudos—se rio, sacándose el cigarro de los labios. Entorne levemente los ojos sopesando el porcentaje de droga que pudiera correr por su sistema en ese momento.
--De cualquier manera me alegra saber que…--se interrumpió entonces mirando con curiosidad mi cuerpo. Se acercó la distancia que nos separaba, rehuí levemente su contacto, más lo paso por alto; su mano voló hasta uno de los extremos de la pesada chamarra. Al parecer no la había notado antes.
Abrió ese extremo y miro dentro, buscando algo, y encontrando una rajadura en medio de la tela interna, introdujo sus dedos y extrajo una envoltura de chocolate.
La miro sin apartarse de nuestra cercanía.
--Eras tú—murmuro analizando el plástico. Me aparte de él.
. Probablemente acababa de enterarse que estuve presente en Richmond con…Mello. Lo cual, pese a no deber ser un inconveniente, estaba frustrándome.
—Tu hermano y tú tienen una fijación extraña por la ropa de los demás—dijo con una sonrisa divertida. Le mire de nuevo. No lucia contrariado, ni siquiera parecía reaccionar ante el hecho de que acababa de reconocer, gracias a esa seña particular que solo él debía conocer, la chamarra de la persona con la que vivía.
Le di la espalda encaminándome hacia el extremo contrario.
--Vine a asegurarme de algo…y ya lo hice pero…—explico encogiéndose de hombros--¿Cómo llegaste a Richmond?
No respondí.
--Me queda claro que fue Mello quien te ayudo a salir pero no tengo idea de cómo mierda llegaste hasta allá, ¿fuiste con Linda?—siguió hablando.
--¿Por qué estás aquí?
--Bueno…--dudo—el sistema de información de los dormitorios era mi meta--se encogió de hombros. Entorne los ojos.
--¿Qué estás haciendo aquí, Matt?—inquirí sin volverme.
--Necesito a Linda ¿te dijo tu hermano dónde está?—me sonrió.
--No.
Resoplo con frustración.
--No importa—se encogió de hombros— ¿me dirás como salieron tú y Mello de Richmond?
--Quizás deba importarte más que ya no estoy allí—solté con un toque de amargura. Lucio confundido.
--¿Por qué?—quiso saber--¿por tu hermano? Es su decisión si quiere morirse al ir allá. Mello dijo que no te harían daño a ti—le mire—pero aun así no creo que sea una buena idea.
Estaba claro que ese no era asunto suyo.
--Vamos, Nate, no es para tanto. Solo dímelo.
--En su vehículo—masculle evitando sus ojos.
--Eso lo sé pero… ¿es todo?—pregunto interesado.
--No veo porque habría de haber algo más.
--De acuerdo—me extendió su mano. No necesitaba mayor explicación, deslice la chamarra fuera de mi cuerpo y se la entregue, tal vez no con mucha disposición. La tomo y se la echo al hombro.
--Te evitara muchos problemas al devolverla, créeme.
Le mire una última vez, me di la vuelta de nuevo para seguir mi camino. No me siguió, y tampoco insistió más. Podría hablarle a Mello de nuestro encuentro en la institución, y quizás lo haría…una parte de mi estaba segura de lo poco práctico que eso sería, la otra, quería que le hablara de mí. Era peor, nunca antes mi raciocinio se había visto dividido.
--¡Nate!—llamo, me detuve indicándole que le escuchaba,--¿está Linda bien?
Asentí levemente para seguir mi camino.
Conocía plenamente el camino para llegar a aquella institución médica, en realidad, aunque nunca tuve necesidad de asistir, tenía presente las ocasiones en que Halle y Rester se vieron en la necesidad de llevar a mi hermano.
Por primera vez en…toda mi vida, quizás, me sentía ansioso por alguna razón, sin saber con exactitud si se debía a Elle…a las fotografías con la evidente amenaza, o si era simplemente Mello…de nuevo, la frustración me rodeo. Comenzaba a ser una especie de costumbre que nublara mi raciocinio…y eso, no estaba permitido.
En cuanto puse un pie dentro de ese hospital, me sentí totalmente fuera de lugar. Curiosamente ello me importo.
Me retorcí el cabello mientras me dirigía hacia la recepcionista, no me avergonzaba hablarle, mas siempre evite el contacto humano, y esto no debería ser la excepción.
--Disculpe—masculle mirando al vacío, la dependiente me miro con excesiva curiosidad, debo agregar.
--¿Sí?—me sonrió ampliamente.
--Necesito el número de habitación de un paciente—dije. Me miro dubitativa. Aspire hondo, esa era otra de las razones por las que evitaba cualquier lugar como ese: sin una tarjeta de crédito, es normal que eviten contacto alguno.
--Bueno…necesito un nombre…
--Rue Ryuzaki—exclame mirándola, Beyond definitivamente no usaría su nombre o el de Linda…así que esa era mi única opción válida.
--Por supuesto—celebro ella recargándose sobre el mostrador, sus pupilas me miraron fijamente—lo recuerdo.
Evite sus ojos con indiferencia, era asunto de B si acostumbraba llamar la atención de una u otra manera.
--Trajo a su novia—explico—y se ha quedado aquí desde el viernes.
Preste atención a ello…eso significaba que…B no fue a Richmond en ningún momento.


POV MATT

Expulse el humo de mis pulmones, llevaba casi todo el día de tren en tren, indeciso. Luego de encontrarme con Nate, todo volvió más o menos a la normalidad, ahora sabia quien estuvo con el rubio loco la noche del viernes, era agradable saber que Mello devolvió sano y salvo a alguien como Nate, sobre todo si tomamos en cuenta que se trata del hermano de B; podría ahora defender con mayor fundamento la versión de Mello y evitar que lo culparan por la muerte de Sneider, ya que, llevo al chico fuera de Richmond, sería más sencillo convencerlos a todos que estuvimos lejos… el punto era que definitivamente estaba molesto todavía, las palabras de Mello realmente me calaron, sobre todo por la realidad que podían esconder: no le importaba en lo más mínimo.
Nunca le reclamaría alguna de mis propias decisiones, porque nunca me obligo a dejar mi vida para esconderme en un tugurio como Richmond, bueno, digamos que no lo hizo expresamente, simplemente tuve que hacerlo, porque era más sencillo obligarme a eso, que a dejar mi exceso: Mello.
Además ahora estaba presente también la problemática de B, estaba realmente agradecido de no encontrarme directamente con él, sin embargo, si él o Nate eran parte de la policía (lo cual no encajaba con el chico, digo, es demasiado joven, supongo)…eso me ponía a mí en una situación aún peor…y yo…hablándole esta tarde como si nada. Brillante, Matt.
Subí un pie al asiento del tren, di una calada a mi cigarro, y decidí que vagaría un poco más antes de regresar a…casa.

POV NEAR

No tenía interés directo en conocer el estado de salud de Linda, realmente no era mi prioridad en ese, o en cualquier otro momento.
Luego de tres o cuatro horas, la mujer de la recepción se dio por vencida y acepto que no entraría a visitar a la supuesta novia de Rue Ryuzaki.
Recargue la barbilla sobre la rodilla mientras comenzaba la quinta hora de espera, mire fugazmente el reloj en el muro frente a la pequeña sala de espera. No estaba dentro de mis posibilidades el que Beyond simplemente no asistiera.
--Nate—saludo de pronto, con indiferencia—Ven conmigo.
Alce los ojos levemente, luego evite mirarlo y me retorcí el cabello.
--Realmente podrías haber elegido otro lugar—musite.
Se pasó la mano por el cabello, resoplo molesto y se echó a andar hacia la salida. Me incorpore ignorando las miradas de las enfermeras, mientras seguía la espalda de mi hermano me percate de algo bastante peculiar, que hubiera preferido fuera diferente: vestía una sudadera blanca.
Aquella imagen me recordó mucho aquel día en que vi por última vez a Elle.
--Es parte de las reglas sociales, Nate—musito una vez afuera, el cielo estaba apagándose, perdí por completo la noción del tiempo allí dentro.
Me detuve justo cuando él lo hizo.
--No acostumbro seguirlas—agrego—pero: lamento haber tardado.
Entorne los ojos.
--Sube—indico abriendo una de las portezuelas de un auto negro. Le mire fijamente, me miro fingiendo inocencia. Era el auto de Rester.

POV MATT

Me plante frente al oxidado portón corredizo. Sabía que estaba del otro lado. Era ridículo creer que me sentía exactamente como la primera vez que estuve allí…cuando lo conocí.
Moví la mano hasta el borde para correr la pesada puerta de metal, por supuesto, allí estaba, preparándose para salir a la jaula. Esta vez no estaba solo, había un trio de sujetos allí, el primero sentado en el suelo, con la mirada vidriosa, la mitad del rostro estaba inflamado y cubierto con sangre. El segundo y el último, se mantenían al fondo del cuartucho.
Mello me daba la espalda, tenía las manos apoyadas en aquella excusa de mesa, inclinaba el cuerpo al frente dejando que su cabello rubio le cubriera todo el rostro.
Puse un pie adentro, casi al momento dos de los sujetos se acercaron, apartándome del camino para salir rumbo a la bodega; dejándonos con el tipo perdido en droga.
--Mello…--llame. ¿Seguiría molesto?
Movió el rostro levemente hacia mi dirección sin incorporarse. No lograba divisar sus facciones en medio de su cabello y las sombras del lugar.
Entre lentamente cerrando el portón detrás de mí.
Su respiración era agitada pero silenciosa. Seguí acercándome, entonces su mirada bajo hasta lo que llevaba en la mano: la chamarra que recupere. Su abrigo.
Resoplo con algo parecido a la burla y escondió otra vez el rostro en medio de sus manos, lo oí inhalar una…dos…tres veces.
--Mello—me alarme.
Solo entonces despego las manos de la tabla y se volvió por completo. Me detuve de golpe cuando sus ojos azules atravesaron los míos. Se pasó el dorso de la mano bajo la nariz una vez.
Me mordí los labios.
--Mello…--comencé.
--Cállate—ordeno. Trate de no enfadarme otra vez—Si vas a decir algo, dilo y ya. No repitas mi nombre como si fuera lo único que saber decir.
Aspire hondo apartando la mirada. “No te molestes, Matt” me dije.
--Te traje esto—extendí su chamarra. La miro detenidamente sin moverse, creo que el polvo está presentándose con efecto prematuro.
--Lo viste—murmuro fijándose en mi otra vez--¿Te dijo lo que ocurrió?—comenzó a andar.
--Algo así—respondí—Bueno—dude—me voy, solo quería darte esto—en serio prefería quedarme en casa esa noche, hundirme en un poco de vodka y esperar que volviera en una pieza.
--Perro.
Le mire, esperando.
--¿Dónde estuviste esa noche?—llego a escasos centímetros. Maldición.
--Yo…bueno…
Apoyo las palmas contra el metal, dejándome atrapado entre su cuerpo y la fría puerta corrediza.
Acerco sus labios lo suficiente para que pudiera sentir su aliento sobre mi barbilla. Un estremecimiento me invadió, mire al sujeto que estaba dentro, con nosotros, tampoco me gustan las exhibiciones gratis.
--Te lo explicare más tarde—trate de convencerlo, mas era tarde, sus pupilas eran un par de aceitunas.
--Mas tarde—sonrió con burla, se reía de mí, mientras deslizaba sus manos por el metal.
--Si, mas tard…--no pude continuar, una de sus manos sujeto mi entrepierna con fuerza—Mello—me queje.
--¿Más tarde?—quiso saber con aquel tono cruel. Baje la mano para quitar la suya, estaba doliendo en verdad. Una nueva presión me hizo desistir.
Mire al sujeto del suelo, ya no se movía. ¿Debía avisarle a alguien? Podría ser una buena excusa.
--No se mueve…--masculle.
--Debió dejar de moverse hace horas—respondió quitándole importancia, buscando con sus labios mi garganta. Mi cuerpo empezó a hiperventilar contra mi voluntad.
Suavizo el agarre convirtiéndolo en un masaje constante pero fuerte, despertando el hormigueo en mi abdomen, pronto mi extensión haría acto de presencia.
Sus dientes se cerraron en torno a mi cuello, al tiempo que su lengua lamia el pedazo de piel, dejándome una marca, seguramente.
Antes de perder la conciencia mis manos viajaron hasta sus hombros para apartarlo de mí el mismo largo que el de mis brazos.
Fruncí los labios con molestia, era incomoda la dureza de la tela mezclilla, de pronto bastante ajustada, contra mi miembro.
Retrocedió unos pasos, soltándose de mis manos y sentándose sobre aquella tabla, se sacó el chaleco del torso, quedando semi desnudo, dejo caer los brazos entre las piernas y me miró fijamente.
Un ataque de nervios me sacudió, le eche una mirada ansiosa al sujeto del piso, seguía inmóvil.
Mello resoplo, llamando mi atención, lo vi desabrocharse el cinturón de pesada hebilla, deslizarla fuera de las trabillas y sacarlo al fin. Me estremecí.
Mi miembro me punzo un momento, mientras trataba de detener mi imaginación.
Sus manos viajaron hasta el botón de su pantalón para desabotonarlo…y no pude más, me acerque a grandes pasos hasta el rubio, estampando mis labios en los suyos, rodeándole el cuello con los hombros.
Me devolvió mi exigente beso, sus labios atraparon mi lengua, tirando de ella suavemente, sus dientes aprisionaron la comisura de mi boca. Mi cuerpo reacciono pegándose al de Mello con brusquedad. Atrapo mis manos detrás de su cuello y las dirigió hacia el medio de nuestros cuerpos, imagine que quería que lo tocara, sin embargo, no fue así. Guio mis manos hasta mi propia extensión.
Sufrí un ataque de vergüenza, nunca había hecho algo así…no en presencia de alguien al menos…peor, jamás con la razón de mis fantasías. Por tanto, intente retirar mis manos. Se separó entonces, levantando con una mano mi playera, llevándola hasta mi cuello. Me estremecí con fuerza apenas la humedad de su lengua recorrió mi pecho.
Dejo de importarme si el tipo seguía vivo, si nos miraba o no…si aquello me avergonzaba…mis palmas se movieron por si solas, presionadas por la dureza de mi miembro y la tela ajustada, rebuscando dentro de mi pantalón.
La lengua de Mello recorría el ancho de mi pecho, dejando un camino de saliva…mordidas por aquí y allá…
La presión de su cuerpo contra el mío no dejaba mucho rango de movimiento a mis manos pero…no importaba…se sentía bien el tacto de mi propia piel. Cerré los ojos, para dejarme llevar.
--Matt…
Le respondí con un gemido, no podía hacer más. Quizás me hablo otra vez, pero no lo escuche, así que su fuerza me empujo.
Abrí los ojos, por un momento perdí el enfoque…y me acorde: un efecto conocido de la coca es que quien lo inhala cree que todos son sus adversarios…
--Más tarde—dijo mirándome—cuando termines—se bajó de un salto y se encamino hacia la salida. Lo único que oí fue el movimiento metálico de la puerta al abrirse y al cerrarse—Si, tres líneas en mí y el resultado hubiera sido otro—oí decir, a saber a lo que se estaba refiriendo.

POV NEAR
--La puerta de esa habitación está cerrada—fue todo lo que B dijo cuando miro las imágenes. Luego simplemente encendió el automóvil y lo echo a andar.
Mire por el espejo lateral, al principio no logre notar nada fuera de lo normal, más cuando el transito comenzó a desvanecerse mientras nos alejábamos de la zona transitada de la ciudad, fue evidente el automóvil oscuro que nos seguía.
--Giovanni—murmure. Beyond conducía sin prestarme atención, su rostro se tornó vacío, como si condujera automáticamente, seguramente estaba tramando algo.
Entorne los ojos al analizarlo.
--Quiere comenzar este juego…de acuerdo—mascullo de la aparente nada, luego una sonrisa seca se extendió por su rostro.
Resople suavemente fijando los ojos en el camino, las luces de los faros nos iluminaban uno a uno conforme la oscuridad se hacía densa, hundiéndonos en ella. La inminente sensación de problema estaba presente…B ya había resuelto la procedencia de las fotografías, no me la diría, tendría que pensarla por mi cuenta, algo a lo que estaba acostumbrado de todas formas.
Fue hasta ese momento en el que comprendí el camino que seguíamos, no era de mi total agrado, y a pesar de ello me resulto conocido, lo cual fue aberrante: nos encontrábamos en el mismo corredor callejero de clubes nocturnos.
Aparco el automóvil dentro del estacionamiento de uno de ellos y se bajó. Me negué a seguirlo.
--Giovanni vendrá a buscarte—mascullo en forma de aviso, al tiempo que se pasaba la mano por el cabello, mirando hacia la entrada.
Era precisamente lo que buscaba: hablar con Giovanni. Sin embargo, imaginar que solo con preguntarle al agente, este me diría todo, era irreal, casi utópico.
--¿Qué hacemos aquí?
--Demostrando el nivel de compromiso y lealtad que se espera de un amigo—contesto, un lugar así solo podría significar que Linda estaba de por medio. Respondiendo afirmativamente a mi premisa, B levanto un paquete oscuro: droga.
El sonido era menos atronador en comparación a mi última, y primera, visita a uno de esos lugares, el lugar estaba por completo sumido en oscuridad. Mis ojos tardaron un momento en adaptarse por completo, cuando lo hicieron, logre mirar las mesas redondas rodeadas de sillones, la mayoría ocupados, chicas y chicos con una considerable carga de alcohol en sus cuerpos. Alguno que otro sujeto maduro que había decidido estancar su mente en la juventud, sin que su vejez este de acuerdo. Este era del tipo de lugar al que se asiste luego de haber recorrido media ciudad con una botella en la mano. Los preferidos de Beyond, evidentemente.
Se dejó caer en uno de los sofás, recogiendo uno de los vasos. Las ocupantes de esa mesa, muchachas de costosos atuendos, probablemente el tipo de chicas escolares deseosas de parecer más mujeres, con una apariencia que a todos refleja como manipulables y presas fáciles. El tipo de chica que despierta en mi un tanto de lastima.
Una de las chicas, la posible dueña del vaso que B bebió de un sorbo, miro a sus compañeras con una sonrisa desconcertada en el rostro, luego fijo sus pupilas maquilladas en mi hermano. Beyond le devolvió la mirada tomando la botella y llevándosela a los labios.
Me senté un tanto alejado, retorciéndome el cabello con desinterés por lo que ocurría. Nadie bailaba así que tampoco tenía el pretexto de la pista, ese bar simplemente estaba allí para servir bebidas y como un hotel barato de exhibiciones públicas.
Dos de las muchachas con las que ahora compartíamos, se pusieron en pie, una de ellas se tambaleo haciendo además de regresar lo que su estómago ya no quería mas.
Se dirigieron hacia una puertecilla que supuse se trataba del sanitario.
Regrese los ojos a B para pedirle que hiciera lo que tuviera que hacer, cuando a primera vista no logre encontrarlo, pasee los ojos hasta hallarlo sobre la mesita, con la chica. Aquella exhibición estaba fuera de lugar para mí, así que evite ver la forma en que sus lenguas se presentaban entre ellas.
Me puse en pie y me dirigí en busca del sanitario para caballeros.

POV MATT

Di una última calada a mi cigarro, lo bote en el sucio piso. El sujeto aun yacía en el mismo lugar, a decir verdad no sabía si adjudicarlo a mi propio enojo, o simplemente a que había perdido más de la mitad de mi humanidad en Richmond…el asunto era que…dejo de importarme su vivía o no.
Alce los ojos del suelo, me despegue del muro y me quede quieto, esperando que el punzante dolor en mi abdomen y mi extensión se esfumara por completo, ya que, definitivamente no seguí lo que Mello comenzó. Me sentía curiosamente contrariado, algo estaba mal.
Respire hondo una vez, bajando los googles de mi cabeza hacia los ojos, sopesando la idea de hacer pasar por mi tabique nasal una de las preciadas líneas blancas de Mello…¿Qué tan malo podría resultar solo una vez? De acuerdo, no sería la primera vez en estricto sentido pero…yo prefiero el alcohol mil veces, diez mil veces más el cigarro, otro tanto los videojuegos y…a Mello…sobre todo a él.
Di un golpe seco al muro, realmente no comprendía si me sentía molesto con Mello o con la situación o conmigo mismo o con… ¡Mierda!
Me di la vuelta y salí del cuartucho, anduve por el oscuro y pestilente corredor, ya casi era hora, la pelea por la que atestiguaba el resto.
Quería irme, dejarlo que regresara como pudiera si esta vez le rompían algo más que el labio…me sentía frustrado. La situación era peligrosa…muchísimo más.
Cuando la aglomeración cubrió mi rango de vista y el bullicio retumbo en mis oídos, levante la vista, me escabullí entre algunos de los cuerpos sudorosos y pegados para poder acercarme a la jaula.
Pise algo pegajoso. Hice una mueca antes de sacudir mi pierna y alzar los ojos. Apenas podía ver a través del mundo de cuerpos ansiosos y desesperados por más sangre a un precio barato.
--Apostar…apostar—murmure mirando la perfecta silueta rubia que se adentró en la jaula, con el torso desnudo y su hematoma negruzco aun en la espalda; fue extraño que de ambos contendientes fuera el primero en entrar.
La conglomeración comenzó a aullar su nombre. Resople y comencé a retroceder con intención de irme
Algo más capto mi completa atención: unos sujetos estaban apostando en contra del rubio…eso era…inusual, Mello no perdió una sola pelea desde que tengo razón.
La causa fue obvia, y peligrosa, cuando no se adentró en la jaula un sujetos…fueron dos.
Mire alrededor tratando de hallar una explicación. Las cadenas se enredaron en la cerradura para cerrar cualquier oportunidad de escape con el pesado candado.
--Mello—me dije. El rubio se veía casi complacido…pero eso es efecto de la cocaína.
Ambos sujetos se le acercaron.
Mi corazón se agito de pronto, sentí mis pupilas dilatarse con temor. En la vista periférica logre ver a “El latino” reírse junto con un extracto de su pandilla. Eran perros suyos.
Los gritos me sacaron violentamente de mis deducciones, volví mis ojos para mirar, aterrado que eso no sería una pelea…iba a ser una carnicería.
Sin detenerme a pensar por qué aquel ampón ordeno ese “ajuste de cuentas”, me moví por entre los cuerpos, en realidad nunca he sido violento, de peleas escolares nunca pase, así que…a saber si esto resultara bien. Pero, tenía que hacerlo.
Por alguna maldita razón no lograba llegar por más que empujara, me sentí en medio de una conspiración para no dejarme acercarme a la jodida jaula.
Mientras me debatía para pasar logre mirara Mello arremeter una vez contra un sujeto, por supuesto con éxito, más el segundo tipo soltó un golpe directo.
Y los gritos de excitación del público seguían.
Aparte los cuerpos que obstaculizaban mi camino.
“Mello”
Golpes por acá, patadas por allá…el rubio tratando de defenderse, derribo a uno, le siguió al suelo cuando el otro también le ataco. Espera, ahora eran tres ¿en qué momento subió el tercer sujeto? ¿Acaso Mello estaba demostrando poder con solo dos?

POV NEAR

Empuje levemente la puerta con los dedos para asomarme hacia el mundo de tinieblas que era ese lugar. Divise como la muchacha, nueva conocida de B, guardaba lo que mi hermano le entrego dentro de una cajita de maquillaje. Entorne los ojos. Así que el favor si era para Linda.
Decidí que no saldría de allí.
En realidad, prefería estar en otro lugar, sin importar si hubiera gente, gritos, alcohol barato…peleas ilícitas.
Sacudí la cabeza.
Beyond tenía la extensión de su cuerpo recostada boca abajo a lo largo del sofá, con la muchacha debajo. Entre la oscuridad distinguía la falta de ropa superior de mi hermano mayor, y quizás el bulto rosado del suelo, junto a una botella vacía, es el vestido de la joven.
Me retorcí el cabello sin deseos de presenciar otra de las exhibiciones de Beyond.
Definitivamente esperaba pasar mi noche en un lugar menos desagradable, un lugar que despertara en mi interior un poco de genuino interés…un poco más considerable dentro de mi rango de sitios para frecuentar…
Tenía curiosidad por volver a Richmond…
La puerta se abrió de golpe, retrocedí unos pasos. Giovanni me miró fijamente.
--Nate, nos vamos.

POV MATT

--¿A dónde vas, Matty?—cuando al fin logre llegar hasta la jaula, uno de los seguidores de “El latino” me aferro por la playera, casi caigo gracias al brusco tirón.
--Suéltame—dije sin siquiera detenerme a mirar el rostro de mi captor.
--Ah, vamos—se rio con burla—Mello sabe cómo es el juego, y aquí nos gusta jugar—agrego. Fije los ojos en él, llevaba un gorro oscuro, pesaba por lo menos 120 kilogramos.
La reja retumbo detrás de mí, me volví, ese había sido Mello arrojado contra el metal. Se levantó con cierto trabajo, escupiendo sangre.
Lleve mi mano libre hasta mi cinturón, sacando de este el arma. La puse frente al sujeto, sin sentir el más mínimo grado de nerviosismo o duda. Vaya sorpresa, algo bastante conveniente para la situación.
--Abre el candado—ordene. Mi cabeza estaba pensando donde carajo estaba el maldito seguro del arma.
El latino me miro junto con sus pandilleros.
Alguien dentro del círculo cayó con fuerza, pero me negué a quitarle la vista al sujeto.
--Abre la reja—repetí. Su gesto se volvió duro pero me soltó.
Oí claramente el sonido del metal, di un paso atrás, guardando el arma, y por fin, me di vuelta para sacar a Mello de allí…sin embargo, no sería nada sencillo. Antes tendría que por lo menos dejar salir un poco da sangre.

POV LIGHT

Estaba terriblemente aburrido. Seguí caminando por el alfombrado pasillo hasta la puerta de mi departamento.
Acababa de dejar a esa molesta prostituta que tenía que frecuentar. Resople con molestia.
--Idiota—masculle insultándolo, si volvía a ponerme de niñera esta vez iba a lamentarlo.
Anduve por el salón sin encender las luces, me deje caer sobre el sillón, prefería mil veces revisar cosas más importantes que lo que estaba haciendo: un par de molestos humanos un tanto perturbados: uno inestable psiquiátricamente, y el otro, evidentemente traumado.
Además estaba cansado, quería descansar. Yo si acostumbro dormir.
El molesto timbre del móvil me despertó de mi somnolencia.
--¿Sí?
--Enviar personas extras a prisión o a la muerte no es precisamente la idea que tenía en mente—dijo su molesta voz monótona.
--¿Qué necesitas? Este es mi caso, tú mismo me lo delegaste ¿recuerdas?—abrí los ojos.
--Recuerdo todo lo que hago—contradijo, no noto mi sarcasmo o se está burlando de mí—Sin embargo, al seguir tus pasos me he encontrado con lo que humanamente llamamos contradicción.
No está de acuerdo con mi operativo.
--Querías a tu hermano psicópata fuera de Richmond, bueno, a estas alturas debe estar reflexionando si quiere pasar el resto de su vida en una celda acolchada—yo mismo lo pondría ahí.
--Beyond no desistirá solo por eso—contradijo con desinterés.
--Déjame trabajar—pedí tratando de sonar amable. Este era mi planeación, y era brillante, modestia aparte.
--Hay posibilidad de un 34% que tus acciones lleven a Beyond Birthday al lugar que se supone evitamos.
--Se supone que no afecta tu juicio—insinué moviéndome contra su error. A mí me daba igual lo que le sucediera. Si estaba haciendo lo que hacía no era por plena voluntad.
--Y no lo hará—aseguro tras un momento de silencio—Te pedí este trabajo ya que antes no me consideraba lo suficientemente adecuado para intervenir, estoy impresionado con tus progresos—no se oía muy emocionado—sin embargo, asesinar a un sujeto, criminal o no, solo para inculpar a alguien de nombre “M”, y tratar de causar algún tipo de reacción positiva a nuestra tarea por parte de Beyond Birthday es algo con lo que no estoy de acuerdo, es malvado—sentencio.
--Se trataba de un criminal—resople ¿Qué tanto podía importar una escoria así?—mueren todos los días, Sneider murió, Beyond se dará cuenta que lo puedes enviar al psiquiátrico cuando quieras, las pandillas cobran cuentas y se acabó. Si tu hermano no está muerto por ahora es gracias a mí, Elle—exclame—Encontré la forma de que nadie en ese tugurio sospeche de Beyond, sino de ese sujeto…--¿Cómo se llamaba?—ah, sí, Mello, el vago que tuvo varios “contratiempos” con él. Listo, considéralo mi informe de esta semana—me encogí de hombros, soy mejor que esta estúpida novela familiar.
--Light…
Espere en silencio. Cauteloso.
--Beyond Birthday no afecta mi juicio—soltó—tus acciones tampoco lo harán, sin embargo, esta vez voy a intervenir por mí mismo.

Notas finales:

bshooos tronadhozzzz


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