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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

De nuevo...sorry x.x

POV MATT

Probablemente llegue a acostumbrarme al dolor en la última hora y media, y esa era precisamente la razón por la cual no sentí realmente el impacto contra el asfalto. Me apoye en ambas manos para incorporarme. El sonido del plástico quemar contra el asfalto cuando el vehículo arranco, no logro ahogar las risas que les siguieron, alejándose calle abajo.
Abrí la boca para hablarle, más el líquido viscoso salió de mi interior, me acostumbre al sabor…tal vez por eso no sentí la sangre llenar mi cavidad.
Perdía el enfoque a momentos, sacudir la cabeza no ayudaba en realidad…solo tenía fuerzas suficientes para incorporarme. Un sonido constante retumbaba en mis oídos…estaba seguro que en algún momento Mello le había roto el cuello a alguien…pretendiéndolo o no…
Apenas podía distinguir el cielo grisáceo que anunciaba el próximo amanecer…a saber qué hora era.
Mi cuerpo me punzaba…me dolía al mover alguna articulación o musculo, luego se adormecía.
Moví el rostro lentamente fijando los ojos en el cuerpo inmóvil de Mello. Respiraba pesadamente, sin conciencia.
Definitivamente se había llevado la peor parte. Espere un momento para que mis fuerzas se concentraran en un solo lugar, y forcé a mi cuerpo a ponerse en pie. Poco a poco logre incorporar mi cuerpo, atraje las piernas para apoyarme sobre el cemento. Me tambalee, por un momento cruzo por mi mente el pedir ayuda, sin embargo me detuve ¿Quién demonios iba a prestarnos ayuda?
Aspire una última vez agachándome para sujetar al rubio.
--Matt…--balbuceo. Me sorprendió gratamente oírlo con vida—Lo…siento.
Mi corazón se detuvo un momento, nunca había escuchado decir eso a él…mucho menos a mí, lo cual era irónico pero cierto.
--No te preocupes—murmure poniendo su brazo detrás de mí hombros para remolcarlo por las escaleras y por fin adentro.
Mientras avanzábamos, trémulamente, casi podía oír aun mis oídos zumbar gracias a la adrenalina.

POV NEAR

Aun no ponía un pie afuera del automóvil. Giovanni no condujo hasta la casa de Rester, en realidad esperaba pacientemente que saliera del vehículo, sin embargo había decidido que no ocurriría, al menos no aun. El agente suspiro con calma echándole una mirada rápida, el auto seguía inmóvil tres cuadras de la ubicación exacta de la casa.
--Nate, debes regresar a tu casa, antes de que tus padres organicen una búsqueda por todo el Estado—intento una vez más.
--Si estaba allí para vigilar a B…--musite--¿Por qué razón solo estoy yo aquí?—evite su mirada, retorciéndome el cabello.
--Me pareció factible sacarte a ti de allí—respondió con aquel tono indiferente que se usa en los interrogatorios a sospechosos de algún crimen—No eres mayor de edad, Nate.
--Agente, su tarea era vigilar a mi hermano, y no lo ha hecho, por tanto ha fallado a su superior—dije.
--Nate, tu hermano es mayor de edad…y cuenta con conceptos firmes acerca de la vida, dos cualidades difíciles de modificar.
Quería decirme, por supuesto, que yo aun podría ser susceptible de ser llevado por un camino distinto al de B.
--Dígame, Giovanni—le mire por el rabillo del ojo para poder analizar su expresión--¿Para quién trabaja exactamente?
Sus ojos por un momento fugaz vibraron en pánico, sin embargo, casi de inmediato recuperaron su seriedad.
--Trabajo junto con tus padres, Nate, ya lo sabias.
Entorne los ojos. Falso.
--Rester y Halle, al igual que usted, Giovanni, prestan sus servicios a una agencia de investigación; el pretexto ideal para vigilar a mi hermano es precisamente la ayuda que su intelecto puede presentar a sus propósitos—exclame con frialdad—sin embargo, protegerme a mi antes que a él, bajo el pretexto de preocupación por mi bienestar…es…casi un insulto a mi inteligencia o a la de Beyond.
Entrecerró los ojos con cautela.
--¿Qué interés podría tener un agente en dejar su trabajo en uno de los sitios donde debería vigilarlo con mayor propósito?—señale—Ninguno, obviamente. Sobre todo, tomando en cuenta que arriesgaría su puesto en su agencia.
--Nate…estás haciendo conclusiones precipitadas…
--Es osado que lo diga, Giovanni, sobre todo después de lo ocurrido esta noche. Solo confirma mi hipótesis al estar aquí, no llevarme como un buen cuidador hasta la casa de Rester… ¿es así porque espera que no sepan que abandono su vigilancia hacia Beyond o…simplemente sigue órdenes distintas?—me volví por completo a él, su expresión era cautelosa, sin embargo, una leve vibración tintineaba en sus pupilas, producto de la posible sorpresa non grata que estaba llevándose en ese momento, al verse descubierto.
Giro los ojos hacia el exterior del automóvil, tamborileo los dedos sobre el volante indeciso, pensando…
--Usted conoce a “alguien”. Alguien que trabaja de una forma distinta a la usual, de resultados que nunca serán inaceptables…
Siguió en silencio, sin mirarme, respirando más pesadamente.
--Y es para el para quien ha trabajado siempre.
Me miro entonces, un atisbo de comprensión de asomo por sus ojos.
--Si de verdad quiere saber que hay en Richmond que mantiene ocupado a mi hermano—dije volteando la mirada—deberá hacer su mejor esfuerzo, algo mejor que esto. Y decirme exactamente—le mire de reojo—la razón por la cual han amenazado a mi hermano con un asesinato.
--Esa no fue decisión mía, Nate—replico. Esta vez, dándome la razón por completo.
--Lléveme a Richmond—exclame enredando los dedos en mi cabello—y podrá hacer que su jefe evite despedirlo cuando se dé cuenta de su error—sentencie, abrí la portezuela para bajar del auto y dirigirme hacia la casa.
--Nate—llamo antes de que bajara. Me detuve para escucharlo—Lo conoces ¿no es así?
Entorne los ojos levemente, aquella pregunta revelaba mucho más de lo que sería conveniente para el agente, pues significaba que probablemente no conocía la relación que guardábamos Beyond y yo con Elle.
Decidí no responder, baje y me eche a andar hacia la calle apenas iluminada por el sol temprano que despertaba rayos grisáceos en medio de la despedida de la negrura.
Esta vez volvería a Richmond…y también averiguaría que era lo que planeaba Elle.

POV LIGHT

Me adentre al edificio cruzando la puerta de cristal. Era la parte más aburrida al llegar cada día, cruzarme con todas esas personas del personal era demasiado molesto, insoportable.
Fingir que me agradaban ya era suficientemente desagradable.
Seguí mi camino por el encerado piso, ignorando en realidad a todo aquel con el que pudiera llegar a tener algún tipo de contacto. El amplio rascacielos tenia demasiadas oficinas destinadas a varios departamentos, que suponían eran sucursales bancarias, matrices de empresas o despachos importantes.
Nunca en realidad una agencia especializada. Mi lugar de trabajo, un lugar donde gracias a mis notas logre entrar para realizar un currículo decente. Prácticas profesionales mientras no me gradúe de la universidad.
Y también el centro de todo mi tiempo, mi planeación y, por supuesto, hipócritamente, el sitio donde conocí a mi excéntrico jefe directo.
Aborde el espacioso elevador, espere un momento. Cuando llegue al cuarto piso, seguí mi camino por el pasillo.
--¡Light!
Me volví al escuchar su voz.
--Kiyomi—se nivelo a mi paso—Entregue tu pedido. ¿Ya podre saber porque razón sigues aceptando las peticiones de...el?—pregunto torciendo los ojos en señal de su desagrado.
--Por ahora debo hacerlo—respondí.
--¿También frecuentaras a esa…cualquiera?—escupió con indignación propia de una mujer de principios sobrevalorados.
--Kiyomi, si tuve que dirigirme a esa mujer fue por mera necesidad—exclame con aburrición, sin muchas ganas de recordar a la rubia prostituta, que tenía más senos que cerebro—una fuente confiable de información, Misa conoce Richmond. De otra manera no hubiese sabido nunca de la controversia entre Sneider y el tal Mello.
--¡Light!—una nueva voz me distrajo. No podía ser. Me di la vuelta, se acercaba por el pasillo.
El monótono paso que desesperaba mis emociones, el vacío en su oscura mirada que pone mis nervios de punta. Su desarreglado cabello negro que en su vida ha conocido un peine. La simpe ropa que desentona por completo con el lugar donde trabaja…que tiene prácticamente a su cargo.
Se acercó arrastrando los desgastados tenis. Takada resoplo sutilmente, sumamente molesta por la interrupción.
--Debo irme—avise mirándolo.
--De cualquier manera no quería tener alguna plática con el—apoyo ella—pero a ti te veré en la cena ¿cierto?—pregunto sumamente interesada.
--Por supuesto—le sonreí con la mejor disposición posible antes de que siguiera el camino.
--Espero que no se haya molestado—exclamo con su normal tono indiferente, tratando de sonar educado sin ningún buen resultado, cabe mencionar.
--Kiyomi tenía mucho trabajo—explico.
-Light, por favor acompáñame a la cafetería, tengo que hablar contigo—pidió
--Elle…tengo trabajo que…de acuerdo—me eche a andar a su lado--¿Qué es lo que quieres decirme?
--Quiero pedirte que dejes de conocer el caso que te encargue antes—dijo sin miramientos, mirando al frente.
Mantuve el gesto impasible.
--Desde un principio se trataba de un asunto familiar, Elle. Te lo dije—recordé fingiendo paciencia—Incluso si Beyond Birthday ha participado activamente en algunas investigaciones…
--No me refiero a eso—exclamo—Light—me miro de reojo—tu resultado fue menor al que esperaba.
Aunque aquello me molesto sobremanera logre seguir con el rostro amable.
--No es culpa mía que tu hermano sea psiquiátricamente inestable—dije recordando aquella única vez que tuve que verlo, era demasiado parecido a Elle—Además, en todo caso, no querrá volver a Richmond y tampoco corre peligro gracias a la entrada conveniente de ese vago: Mello.
--Inculpar a alguien más usándolo como una pantalla no es precisamente una definición de justicia—replico.
--¡Elle! Son solo criminales, si no es esta tarde, morirán mañana. Y por supuesto, para la ejecución de mi plan utilice la carpeta de investigación que tú mismo me proporcionaste de Beyond: la escena es exactamente igual a la que se encontró en el asesinato de Quarter Queen—me defendí. Soy un genio—No querías que tu hermano volviera a ese lugar, estoy seguro que su intelecto lo llevara a evitar un hospital mental.
--Si te facilite esa información sobre Beyond no era para que la usaras tratando de asustarlo con una falsa acusación de asesinato. No funcionara.
--Es por eso que ahora me pides que deje esto…--concluí.
--Beyond y Nate están por encima de cualquier otro resultado—dijo llevándose el pulgar a los labios. Entorne los ojos. Nos detuvimos en la puerta de la extensa cafetería—Sin embargo, Nate estará siempre por encima de cualquier problema. Gracias por comprenderlo, Light.
Guarde silencio.
--Light…algo más.
--¿Sí?
--¿Crees que haya pastel hoy?—miro la vidriera que protegía los postres, con un brillo infantil sobre las pupilas.


POV LINDA

Al abrir mis ojos la luz brillante me deslumbro las pupilas, de inmediato rehuí su toque girando el rostro. Mi visión se aclaró conforme me acostumbraba al color blanco de las paredes.
Me queje, odiaba estar en ese lugar, desportegida.
--Tu herida se abrirá—musito la aburrida voz de B.
Separe el rostro de las mantas y busque la habitación hasta encontrarlo, estaba sentado con las rodillas al pecho, sobre un escritorio.
--Ya casi estaré lista para irme de aquí, B—replique.
Me devolvió la mirada.
--Los hospitales son para ricos—dije mirando a mi alrededor.
--Es un lugar privado.
--Son para millonarios—avise incorporándome hasta quedar sentada.
--Necesito que me facilites un lugar seguro donde pueda depositar los dividendos—se encogió de hombros, exprimiendo un paquete de mermelada dulce.
Ahora que estaba segura de que tenía alguna que otra posibilidad de vivir un poco más. Si debía considerar el salir del estado…o del país.
Mire directo a B. Realmente era gracias a él, y solo a él, que siguiera como vida.
--Gracias, B—dije sinceramente--¿Cuándo me dejaran salir de aquí?
Quizás estaba pensando en otra cosa por completo distinta, ya que, mi voz lo distrajo de su tarea de exprimir hasta el último gramo de dulce.
--No estudio medicina—dijo con simpleza, resople, era la forma extraña de B de indicarme que no lo sabía con exactitud.
--¿De dónde sacaste eso?—quise saber.
Movió la cabeza hasta encontrar un bote negro, la basura. Estire el cuello para mirar en el interior, un pastelillo intacto estaba dentro. De acuerdo, no comería eso.
--Hay un lugar—retome—es un casillero público en el andén 2H del tren—el hecho de que Beyond estuviera prestándome su ayuda sacando adelante la venta no era muy alentador para ninguno…algo querría a cambio en algún momento, y solo podía pensar en alguien: Matt.
--Tengo que irme, Linda—exclamo bajándose del escritorio. Le mire atentamente ¿B hablando directamente, sin frases metafóricas o complicadas?
--B…
--Cuando puedas irte…--comenzó a decir caminando rumbo a la puerta, con desinterés y su normal paso aburrido—asegúrate de que nadie te encuentre—cruzo el umbral, dejándome sola.
--Lo hare—balbucee.
Aspire hondamente, sin B ahora estaría muerta en el mejor de los casos, en el peor, y más seguro, era en sumida en la oscuridad, agonizando…
Destape mi pierna para mirar la venda que la rodeaba, limpia, quizás tampoco era tan grave y mi herida no se abriría de nuevo. Era cuestión quizás incluso de horas.
--B…
Su presencia en mi vida era demasiada importante como para dejarlo pasar…

POV MATT

Abrí los ojos cuando el sonido del televisor del departamento de abajo me despertó de golpe, aunado claro al llanto de algún niño o niña.
El enfoque no fue muy bueno al principio, mas luego logre mirar con mayor claridad. Me removí sobre el colchón hasta lograr incorporarme sobre los codos; la cabeza estaba a punto de explotarme. Sentía la sensación molesta y dolorosa de los golpes por todo el cuerpo.
--No sabía que podía soportar tantos golpes—me dije en un murmullo. Me punzaron los labios cuando los separe.
Volví los ojos hacia un lado, y lo vi. Mello seguía con los ojos cerrados, respiraba con mayor constancia. Apenas tuve fuerzas para lavarme la cara y pasarle un pedazo de tela húmedo por el rostro.
No creo que hayamos sufrido alguno una lesión que amerite una incursión a un hospital, y aun así, me siento fatal.
Trate de ponerme en pie. Un profundo dolor en el abdomen me doblego en un instante.
--Matt…
Volví los ojos al rubio, me miraba con la única pupila que podía contemplar, pues la otra se hallaba sumergida en un feo hematoma negruzco que inflamaba su piel.
--Imbécil—mascullo mirando al techo.
Sentí una media sonrisa cruzarse por mi rostro, me arrepentí en el mismo momento cuando la piel me dolió.
--Nadie te pidió que llegaras a empeorarlo todo—mascullo sin moverse.
--No me importa—exclame—estas vivo—me puse en pie trémulamente. Arrastre los pies hasta el cuarto de baño, rebusque con poca delicadeza en nuestro botiquín. Si, nada realmente que pudiera ayudarnos. Curioso.
Tome la primera botella que encontré, por lo menos podría adormecer mi cuerpo un rato. Extraje también uno de los paquetillos de Mello. Por esta vez no me opondría.
Volví, Mello hacia un gran esfuerzo por sentarse para poder evaluarse. Yo no tenía ánimos de mirar mi propio lamentable estado.
Le extendí el botecillo que daba la impresión de contener analgésicos. Me deje caer con cuidado en el sofá, botando lejos el tapón de la botella y llevándomela a los labios.
--Matt…
Me vuelvo a Mello mientras doy un trago.
--Tendrás que irte—soltó de golpe.
Casi me atraganto con el alcohol.
--¡¿Qué?!—mi voz tembló ligeramente.
--Voy a hacer lo que se necesite para cobrar esto—dijo con dureza, en medio de una media sonrisa ¿Cómo pude sonreír en un momento así?—Y eso implica que Rod trabajara para mí.
A mi particular criterio eso significaba formar parte de una de las pandillas más violentas y numerosas, ya no se diga peligrosas, en California.
--Encontrare al imbécil hijo de puta que intenta que me asesinen—prosiguió con fiereza—Rod no quiere a más de sus perros muertos…
--¿El latino lo sabía?—quise saber. Mello guardo silencio. Eso era una respuesta afirmativa para mí, así que esa debió ser la razón por la cual ese sujeto envió a sus matones a medio matar a Mello a golpes…si el rubio elegía un lado, en este caso el que más nos convenía, significaba ser enemigo del otro. Era obvio. El latino era de cuidar.
Sin embargo, ahora trabajar a la par con Rod evitaba un peligro peor: de haber elegido a “el latino” estaría aceptando que asesino a Sneider…algo que incluso El latino iba a despreciar.
--¿Qué paso con el trabajo en equipo entre Rod y el?—pregunte con curiosidad.
--Eso fue antes de que apareciera ese imbécil muerto—replico—de cualquier manera, de encontrarse con B…cualquiera va a enviarlo al infierno.
Algo dentro de mí se encogió, pero no estuve seguro de que, quizás se debía a que Nate cruzo por mi mente un segundo, no me parecía una persona que pudiera sobrevivir solo… ¿Qué haría sin su hermano?
Me sacudí esa idea de la mente, Nate no era para nada alguien que debiera importarme.
--Mello…
Me echo una mirada.
--No me iré—dije esperando sonar lo demasiado amenazante como para que no se atreviera a replicar.
--Como quieras, perro—aparto la mirada, depositándola de nuevo en el techo.
Di un último trago antes de ponerme en pie.
--Rod querrá saber que nada cambiara—exclame andando hacia la salida, en esos momentos era el único que podía moverse con mayor libertad. Y presentarnos ante nuestra nueva pandilla criminal era en realidad lo más…inteligente.

POV NEAR

--Sube, Nate—dijo Giovanni mirándome a través de sus gafas oscuras, fingiendo que en realidad no lo hacía.
Mire a mi alrededor, algunos estudiantes de la escuela me echaban miradas curiosas, sin embargo, el que el automóvil cambiara no significaba que no estuvieran acostumbrados a verme ser entregado y despedido de las aulas por mi padrastro tal cual un crio.
Me encarame al vehículo sin mirar al agente. Le extendí una hoja de papel con las instrucciones precisas para llegar a nuestro tan esperado destino.
Condujo en silencio, con el zumbido del motor al trabajar como fondo, Giovanni lucía un semblante inescrutable, convencido de que ahora estaba por resolver el problema en que se había metido al darme a entender tan fácilmente que trabajaba con Elle en realidad…fingiendo todo el tiempo con Rester y Halle…Ahora…conmigo.
La carretera se hizo accidentada conforme nos alejábamos de las zonas seguras de California, adentrándonos de nuevo en los suburbios.
Fue realmente inquietante la sensación de reconocimiento que recorrió mi cuerpo una vez que los escenarios grises y amenazadores de Richmond llenaron mis pupilas. No tendría más sentido en verdad el hecho de sentirme tranquilo al estar allí, despejada mi mente de ansiedad o del deseo por volver…
Ahora estaba allí.
--Agente—hable por primera vez, retorciéndome el cabello--¿Por qué intentan inculpar a mi hermano de un asesinato?
--Te mencione que esa no fue decisión mía, Nate—respondió con frialdad. Le mire fugazmente por el rabillo del ojo.
--A decir verdad, Giovanni, esperaba que pudiera responder mi pregunta luego de nuestra última charla…
Pude sentir su mirada un segundo antes de volverla al camino.
--Nate, cuando murió la mujer llamada Quarter Queen la policía no encontró pistas de ningún tipo además de droga en su sistema o la puerta cerrada. Ese “alguien” , como le llamas ,está seguro que tu hermano tuvo algo que ver con el homicidio, simplemente no desea que Beyond vuelva a este lugar, y si debe recurrir al miedo que logre causar en tu hermano para evitar la prisión…lo hará.
Entorne los ojos levemente, esa actitud arrogante y egocentrista no encajaba por ningún lago al carácter de Elle…no, esos resultados eran demasiado burdos, debía conocer a B: saber que eso no le detendría de su nueva obsesión.
--Si lo quiere a salvo, ¿Cómo poder asegurar su bienestar cuando le ha puesto en el centro de una cacería de mafias?—musite, preguntándomelo a mí mismo. Aunque claro, no era como si en realidad B no fuera ya poco deseado en Richmond desde un principio. Todo gracias a Matt. Lo cual, evidentemente no era información que Elle tenia.
--Un chivo expiatorio—soltó el agente. Volví el rostro levemente hacia él—Un sujeto de la misma clase que Sneider, con quien tuvo el ultimo percance de su vida…un tal…Mello—supe que se esforzó por recordar el nombre. Sin controlarlo mis ojos se abrieron de golpe. El centro de la cacería no era Beyond…era Mello.
Mi cuerpo se tensó de forma inesperada, mi hermano estaría más o menos a salvo…sin embargo…
--Bien Nate, ya llegamos—anuncio un tanto desconfiado. Fue hasta ese momento que me percate que el auto estaba inmóvil frente a la enorme y oxidada bodega. Un par de personas nos miraron un segundo, se dijeron algo por lo bajo, y luego desaparecieron.
--¿Nate?
Alce los ojos.
--Mi hermano tiene un gusto inexplicable por el dinero ensangrentado—exclame restándole importancia a mi falsedad. Giovanni miro el lugar.
--¿Le gusta apostar?—resoplo—Debí saberlo. Un muchacho de esa edad con deseos de adrenalina…
Le mire un momento.
--Estoy seguro que conoce a la perfección a mi hermano, agente—insinué.
--¿Por qué lo dices, Nate?
--Lo menciono como una posibilidad—replique sin prestarle mucha atención—seguramente esta consiente de cómo funciona el cuerpo de B…
Sentí un carraspeo ahogado cuando escucho el tono y el contenido de mi sutil argumento.
--Nate… ¿Qué estas dicien…--dejo al aire su comentario así que me vi en la necesidad de seguir la dirección de su mirada. Inconfundible, por desgracia para él.
Matt salió de la bodega andando con paso lento, ensimismado en su mente, con una botella casi vacía de algún licor y el cigarro en los labios.
--Te conozco—murmuro Giovanni mirando al muchacho a través de cristal—Nate, quédate aquí—ordeno mientras bajaba.
Mi mano de inmediato voló a la manija de la portezuela, unos cuantos segundos mientras Giovanni se acercaba al camino distraído de Matt…Me subí la capucha de la sudadera blanca hasta casi cubrir mi rostro con la sombra que proyectaba.
Por ese momento me pareció grata mi habilidad no declarada por ser silencioso, pues me permitió bajar del vehículo para recorrer un camino distinto, usando la memoria y un poco de orientación natural.
POV MATT

El piso normalmente no perdía su firmeza con solo media botella de vodka, sin embargo, luego de toda esa tensión, oír las palabras de Rod “tranquilizadoras”, intentando convencerme de que tanto Mello como yo éramos indispensables para su mafia (lo cual dude bastante, al menos tratándose de mi); mi cuerpo se relajó casi al punto de sueño, aunque también estoy cansado. Y adolorido como si hubiese estado en los mil infiernos.
Esa relajación corporal logro que el alcohol subiera hasta mis neuronas de golpe.
Di una calada a mi cigarro y alguien me detuvo. Volví los ojos a mi costado.
El sujeto de camisa blanca y pantalón oscuro se sacó las gafas de los ojos para dejarme ver su rostro. La primera expresión que cruzo por su cara fue la de morbosa sorpresa, seguramente por ver el mal estado de mi piel sobre los hematomas.
Lo conocía, o me parece.
--Te recuerdo—dijo de golpe.
--El agente que vigilaba aquella vez—me dije al fin.
--¿Conoces a B?—pregunto sin rodeos. Trate un segundo en comprender su cuestionamiento. Negué con la cabeza. No me creyó—Cada noche se juega aquí dinero—exclamo—quiero encontrarme con B esta noche—pareció encogerse de hombros.
Me tambalee antes de recuperar el equilibrio, su fría mirada me evaluó de pies a cabeza.
El sonido de la puerta de metal al correrse capto mi nublada y dispersa atención, al igual que la del agente, cuyo nombre no lograba recordar. Dos pandilleros de Rod nos miraron. Mierda, uno no puede platicar con nadie en este maldito estado sin que la gente crea que estas planeando un golpe contra ellos.
Mi interlocutor saco de su pantalón algo y me lo tendió, creí que se trataba de su placa, sin embargo al mirar de cerca divise un fajo de billetes.
--¿Esta sobornándome?—pregunte estúpidamente, lo admito.
--Estoy buscando una apuesta y…algo de calidad—siguió como si ambos supiéramos de que hablaba. Este sujeto estaba tratando de hacerse pasar como un simple ciudadano deseoso de los placeres morbosos de la droga.
--Tómalo—ordeno, mirando de refilón a nuestros perros guardianes—Ven conmigo.
--¿Qué?—no estaba cavilando bien mis ideas.
--Te arrestare aquí mismo o puedes seguir con tu “vida”—sugirió con seriedad. Su otra mano voló hasta su bolsillo, quizás tuviera una arma—serás nuestro pase esta tarde.
Quería que lo sacara vivo de Richmond. Vaya agente de policía, astuto e inteligente…y sin escrúpulos por mi seguridad.
¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Soy acaso el único tipo que vive en Richmond?
Arrastre los pies detrás del agente hasta el automóvil oscuro, los pandilleros se sonrieron creyendo posiblemente que estaba a punto de prostituirme. Eso era más degradante aun, sobre todo porque notaron mi falta de coordinación mental.
Abrió la portezuela.
--¡Nate!—mascullo al ver el interior vacío.
Aquello me intereso en realidad. B y Nate.
Al diablo la inocencia de la coincidencia, ese sujeto era uno de los policías con los que los hermanos zombi tienen algo que ver…

POV NEAR

Por un segundo casi llegue a perder la orientación, de lo único que me valía para llegar hasta mi destino. Sin embargo, allí estaba, frustrantemente reconociendo las sucias escaleras, el sonido insoportable de vidas destrozadas tras cada pared, el olor a humedad, el piso repleto de colillas y manchas decoloradas.
Richmond era gris por sí mismo.
Aspire una vez al detenerme frente a la puerta indicada. Alce la mano, dude un momento, pero aquello era infantil por no llamarlo cobarde. Me lleve la mano al cabello y llame a la puerta.
Espere. Silencio.
Sin darme cuenta aferre con mis dedos el borde de las mangas de mi sudadera. Casi enredo los dedos en el cabello.
Paso otro segundo más…la puerta se abrió, recibiéndome el cañón de un arma frente a mis ojos.

Notas finales:

Bshooos tronahoozzzz


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