Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXCESOS por HakudiNN

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ok, ya el ultimo porq me tarde siglosss!! xD u.u

POV MATT

Busque con la mirada mi abrigo, cada vez era más sencillo hallarlo en completa oscuridad, cuando logre encontrarlo, tire de el para pasármelo por los hombros. Mi cuerpo se sentía entumecido debido a las pocas horas que alcance a dormir la noche anterior…me la pase con las pupilas fijas en el ordenador, haciendo lo único que hacía para “ganarme la vida”, robar electrónicamente.
Mello se puso en pie en silencio, pasando a traer su chamarra mientras se alejaba rumbo a la puerta. Le mire cuando salió.
Deje caer la cabeza sobre el sofá, recostándome otra vez, ignorando los rayos de luz de medio día que se colaban por la ventana, por un momento mis ojos volaron por nuestro departamento, estaba más desordenado a lo habitual…simplemente las cosas habían cambiado desde unas semanas atrás, cuando El latino fue asesinado por Mello.
Desde aquella noche, Richmond había cambiado de dueño, el comercio de drogas y enervantes ahora no se dividía en dos, ahora pertenecía por completo a Rod. Absolutamente todos los habitantes declararon su lealtad a el de inmediato, demasiado asustados, creyendo que la repentina lejanía de la policía se debía al mafioso, sin embargo, aquel cambio de parecer de los uniformados, luego de acechar Richmond gracias a los hermanos zombi, era una cuestión que aún me tenía inquieto. Alguna orden superior les hizo desaparecer del sitio, o al menos era mi teoría.
Mello se convirtió no solo en parte de la mafia de Rod, aún más, peor a mi particular criterio, el sujeto no movía un dedo sin que el rubio estuviera de acuerdo. Mello nunca se equivocó en ninguno de sus movimientos, ni contratando policías corruptos o decidiendo a quien debían asesinar y a quien no…Rod confiaba plenamente en los planes de Mello. Hacia todo lo que él decía, como lo decía, cuando lo decía. Mas yo tenía mis reservas…nadie me convencería jamás de que efectivamente eso alquilaba la seguridad de Mello…o la mía.
La venta por menudeo de drogas reservo algo mucho más redituable, aunque eso no evitara que Mello encontrara necesario su uso…o el mío.
Él estaba…lejos, por decirlo de algún modo. Desaparecía la mayor parte del día, luego volvía al anochecer, se reunía con los mafiosos; si quería, le destrozaba a alguien el rostro en la jaula…y luego, al final, estaba yo. Matt.
Por mi parte, seguí con mi vigilancia a Misa Amane, el mismo auto, de Light Yagami le recogía a la misma hora cada dos días, no estuve muy seguro de porque continúe haciéndolo…quizás era simplemente porque quería serle de ayuda a Mello…hacerle recordar que aun respiraba.
No podría decir que me ignoraba por completo, no, tampoco se trataba de algo así; sin embargo, comencé a creer que algo estaba ocurriendo cuando mis insinuaciones comenzaron a ser rechazadas con mayor frecuencia…excepto cuando alguna toxina le freía el raciocinio, entonces volvíamos al comienzo, con sus manos alrededor de mi cuerpo, sus labios contra los míos, su calor entre mis piernas…y su miembro en mi interior. Esa comenzaba a ser una especie de regla para nuestra intimidad: con droga hay sexo, sin ella, Matt que se de placer solo.
Resople con desgana.
Más de una ocasión escuche en voz de varios pandilleros que “el perro de Mello” se había transformado en “la perra de Mello”, no entendía el fondo ni la razón.
Pero no importaba, apuesto a que se debe solamente a la nueva presencia dentro del bajo mundo de la mafia, pronto nos acostumbraríamos, me gustara o no, y volvería a hundirme en el alcohol mientras Mello lo haría en chocolate o éxtasis…antes de enredarme en sus piernas y terminar con la boca en medio de sus muslos.
Hubo algo más que también me inquieto, al paso de las últimas tres semanas, se suscitaron tres asesinatos con las mismas características que la muerte de Sneider, y, por alguna razón, solo una imagen llego a mi mente: B.
Hablando de él, solía encontrarme con él, bien, quizás exagero, pues, sorprendentemente, solo se trataron de choques de miradas de acera a acera mientras buscaba a Misa. Me miraba atento, y luego simplemente se alejaba. Tal vez estaba dejando atrás su estado de acosador.
Alargue la mano hasta mis cigarros, regados sobre el suelo, cogiendo uno y encendiéndolo para relajarme un poco con el humo del tabaco…solo existía una imagen que podía llenar el inusual vacío de estas semanas: Mello.

POV NEAR

Mire con desgana el cristal del vaso, fingiendo interés en las gotas de oxigeno que subían desde el fondo hasta la superficie para perderse en el ambiente.
Como era costumbre el bar estaba vacío a excepción de mi presencia.
Me retorcí el cabello algunas veces mientras esperaba…no paso más de diez minutos cuando la puerta del bar se abrió, alce los ojos y allí estaba.
Mello se acercó hasta mi con su normal arrogancia. Vire la mirada hacia abajo, fingiendo que no lo miraba, sin poder ahogar una sonrisa leve que jugara en mis labios.
Las últimas tres semanas pase de largo el hecho de que se suponía que me encontraba a la mitad de un tratamiento psicológico con una trabajadora social, a cuyas citas en realidad no tenía interés en asistir. La fiabilidad de un buen resultado no correspondía a un alto porcentaje.
Recibí un par de llamadas de Beyond, mas en general lo consideraba desaparecido, Giovanni tampoco estaba vigilándome a mi…puesto que de haber sido así, hubiera notado que Mello le había reemplazado. Francamente espere que en realidad se hubiesen tratado de palabras sin sentido ni fundamento, una parte de mi deseaba algo más, aunque no estaba acostumbrado a guiarme por las emociones.
De cualquier manera, Mello estuvo allí, afuera del instituto, puntual en ocasiones, otras antes, evitándome soportar más argumentos infundados que presenciar dentro del salón de clases.
Y esta ocasión, era la primera que decidía esperarlo por mi cuenta en el mismo bar, al que de igual forma llegaríamos…pretendiendo que le permitía vigilarme, mientras él se aseguraba que no corría peligro alguno que la policía fuera culpa mía.
Allí, en la misma mesa, siendo siempre los primeros clientes, Mello y yo platicábamos, si así le podría llamar a una charla donde rara vez podía mantener un solo estado de ánimo. Pero…me gustaba, puesto que encontraba su compañía de forma casi sedante, olvidándome por esas horas si Elle seguía tratando de mantenernos a mí y a Beyond fuera de Richmond…tratando de incriminar a Mello...
Cada vez se convirtió en una práctica común el encontrarlo de pie, junto a su motocicleta, esperando…esperándome…con aquella sonrisa retorcida cargada de autosuficiencia y peligro, asombrosamente egocéntrico ante los demás, quienes a pesar de su presencia constante, no olvidaban su curiosidad morbosa, mirándolo…mirándonos…
Rodeaba con mis brazos su cintura y hundía el rostro en su espalda mientras avanzábamos por la carretera…
--¿Qué se supone que pretendes, Nate?—soltó a modo de brusco saludo, dejándose caer sobre la silla.
--Por favor, especifica, Mello, de otro modo no podre darte una respuesta que convenza tu curiosidad—respondí sin dejar de retorcerme el cabello. Bufo con irritación.
--Eres fastidioso—murmuro mirando hacia otro lado. Transcurrió un minuto en total silencio, hasta que fue el mismo quien lo rompió--¿Por qué estás aquí?
--Aquí suelo platicar contigo—dije con simpleza.
--¡Quiero decir que estuve como imbécil esperándote!—gruño. La mesera esta vez no se inmuto, acostumbrada a la bipolaridad del rubio. Al oír sus propias palabras, evito mirarme, frunciendo los labios con descontento.
--No me parece que explotes lo suficiente tu capacidad para esperas—hice ver—transcurrieron solamente diez minutos desde que debiste llegar al instituto—obvie, era demasiado evidente, pero también difícil para la mente impulsiva de Mello.
--Cállate—ordeno con poca disposición.
Fije la mirada en el vaso de nuevo, aun intacto.
Lo cierto era que no tenía intenciones de esperarlo en el mismo lugar, debido a que precisamente era esa tarde que mis padrastros regresaban, o al menos ese era el plan, su vuelo llegaría por la mañana, y Rester podría decidir vigilarme.
No me di cuenta que me miraba hasta que apoyo sonoramente ambas palmas en la superficie de la mesa, captando mi atención. Le mire tímidamente, sus orbes profundamente azules se acercaron cuando deslizo los brazos por la mesa, cerrando la distancia.
--¿Sucede algo en especial, Mello?—quise saber.
--Solo usas tu mente—musito con molestia, entre dientes--¿Qué demonios te pasa hoy?
--Por favor no me hagas repetirlo: se especifico en tus preguntas y las respuestas serán de la misma calidad—jugué con mi cabello otra vez.
--¿Por qué tienes esa estúpida expresión de nostalgia?—inquirió de golpe, mirándome fijamente. Esta vez su cuestionamiento no daba pauta a que la evadiera…sin tener que mentirle.
--¿Qué? ¿Tus padres saben que estas aquí y van a dejarte sin juguetes?—se burló, buscando mis ojos, ahora que había vuelto a esconder la mirada, Mello prácticamente se recostó sobre la madera, mirándome entre las pestañas.
Allí estaba de nuevo el efecto distractor de Mello. Si yo me guiaba por mi mente, él lo hacía siempre por su impulsividad…y desesperación por recibir respuestas prontas.
--No precisamente. Tampoco de trata de B—agregue antes de que fuera el rubio quien lo mencionara.
--Pues sea lo que sea…da igual—regreso a su sitio, recostándose con desgana sobre el respaldo—si te importa tanto, haz algo al respecto y deja de joderte la vida—se encogió de hombros.
Fue entonces que alce los ojos, clavándolos en su expresión despreocupada.
--¿Consideras que ser un criminal arruina tu vida?—pregunte de golpe, con interés científico real por conocer la respuesta. Su expresión se alteró levemente.
--No fastidies, Nate—dio una mordida a su dulce—el mundo de afuera no es cómo crees, la gente es una mierda si permites que lo sean.
Repase un momento su argumento, solo la imagen de mi padre encajaba con ese concepto. Podría considerarlo.
--Al parecer esta vez coincidimos en ello, las personas suelen ser egoístas—dije con una renovada repulsión.
Me miro atentamente.
--¿Y que, Nate? Esta vez pretender aconsejarme alejarme de mi vida—sonó como una especie de pregunta irónica.
--No, Mello. Un consejo es demasiado peligroso para poder considerarse, no conozco la totalidad de la situación así que lo único que podría ofrecer son opiniones, si te sirven, considéralas, si no…
--Te ignoro—interrumpió. Podría aceptar que ignorara mis opiniones, lamentablemente no podía decir lo mismo para toda mi persona.
--Suena razonable—acepte, recuperando el buen humor.
Mello sonrió abiertamente, dando una mordida más a su chocolate.

POV LINDA

Baje las escaleras del pequeño cuarto que le rentaba a un par de hermanas solteronas, la verdad es que comenzaba a creer que podría resultar contagioso eso de quedarse sola para vivir del placer que una mano da a regañadientes, aunque no era justo que pensara de esa forma, ya que, hasta ahora habían sido bastante amables. No pretendía quedarme allí toda la vida, no, me faltaba muy poco para lograr zafarme provisionalmente del negocio, y salir del país…o al menos era esa mi intención.
Cuando abrí la puerta para salir, despidiéndome a gritos de una de las dueñas, me encontré con cierto fantasma oscuro.
--¡Maldita sea, Beyond!—refunfuñe empujándole el pecho--¡Te pasas la vida asustándome!—dije mientras salía de la casa, recibiendo el frio de la tarde, en medio de aquel jardín recortado en algo que yo llamaba obsesión por las plantas.
--No era mi intención—no sonó como disculpa.
--¿Y qué?—sonreí amigable--¿vas a llevarme al trabajo o algo así?—me eche a andar por el caminillo de piedras.
--No en realidad, esperaba poder recibir mi entrega—dijo con calma, como si estuviéramos hablando de cualquier estupidez.
Mi expresión cambio, se volvió fría.
--B…en serio tú me crees una idiota—farfulle—Las tres muertes no son coincidencia y ahora también soy cómplice de eso—recrimine en voz baja—Tu pequeña batalla con tu hermano Elle está pasando a traerme a mi…en cuanto la policía se entere que solo hay dos distribuidores de esa droga aquí van a…
--No encuentro fundamento a tu inquietud—se encogió de hombros, metiendo las manos a los bolsillos—morir ahora en algún otro momento suena igual.
--¡Ese no es el punto!—estaba exasperándome, a mi vida no podía agregarle un problema más—Incluso tendré suerte si la policía se entera…pero si Mikami lo hace…sabrá que aún sigo aquí--un escalofrío recorrió mi espalda, era una imagen que quería evitar.
--Aun me parece incongruente—admitió con aburrición, deteniéndose. Resople resignada, buscando en mi mochila para luego poner en su palma el paquete oscuro. Lo tomo guardándolo de inmediato dentro de los bolsillos amplios de su sudadera.
--Linda.
--¿Qué?
--Quisiera encontrar una última respuesta—dijo, alce las cejas con curiosidad—aunque mis opciones porcentuales probablemente sean equivocas.
--¿Tu? ¿B? ¿Equivocado?—dije con sarcasmo. Eso era ridículo.
--Solo en un pequeño porcentaje—me miro con atención.
--¿Y cuál es tu pregunta?—acepte con una sonrisa todavía.
--Me seria satisfactorio comprender la razón que mueve tus acciones con referencia a mí, incluso cuando tu propia vida está en riesgo—soltó de golpe. Sentí la expresión alegre esfumarse de mi rostro, esa pregunta no la esperaba. Me mordí los labios, buscando una respuesta que pusiera fin al tema.
--Te conozco desde que éramos niños, Beyond—me encogí de hombros, sospecho que no me creyó—y además me pagas. Por cierto, espero que no estés practicando como matar a Mello—esta vez era en serio, quizás la insinuación me diera respuestas de B y también me salvara de la situación.
Su expresión se endureció en medio de su normal frialdad.
--Por supuesto—murmuro, dándose vuelta para alejarse.
Resople mirándolo alejarse, me mordí los labios ¿y si se lo decía? ¿Qué podía perder?...
Aspire con fuerza, reuniendo el valor necesario, sin embargo, antes de dar un paso mi móvil timbro, distrayéndome.
--¿Sí?—conteste rápidamente, con el corazón bombeándome con fuerza.
--¿Linda?
--¡Matthew!—salude con un respiro de alivio en la voz.
--Matt—corrigió.
--¿Qué sucede?—pregunte.
--Solo…--dudo.
--Dime.
--Estas enterada que El latino está muerto—sondeo.
--Si, tu novio psicópata lo mato—acepte--¿Qué con eso?
--Mello—enfatizo con molestia—Rod tiene control de Richmond ahora, lo cual significa que…
--Los hombres de Mikami están fuera—deduje casi sin aliento. Necesitando algo para detenerme, eligiendo la cerca.
--Así es, en realidad Mello quería que lo supieras aunque la verdad, Linda, no creo que se sensato que tu…
--Puedo volver—interrumpí.
--¿Qué?
--Gracias, Matthew—le sonreí a pesar de que no pudiera verme y colgué la comunicación sin escuchar con claridad las palabras que se convirtieron en un zumbido pobre a través de la línea.
Reanude mi caminata con mayor ánimo, si los hombres de Mikami estaba fuera del negocio ahora, significaba que Rod tenía al mando a la mayoría de pandillas en Richmond…aquello me garantizaba seguridad allí, sin necesidad de huir del país, alejarme de la única vida que conocía, buena o mala, era lo único que experimente para sobrevivir: y funciono.
Aunado a que no me alejaría de Beyond…
--Aun si quieres acostarte con el distraído de Matt…--me dije—Creo que soy yo la estúpida enamorada, Beyond.
Me reí de mi misma, aliviada de saber que quizás, mis problemas tanto con Mikami como con la policía quedarían en el pasado, y podría volver a mi vida “normal” en Richmond.

POV LIGHT

--Te veré allí, Kiyomi—dije antes de colgar el teléfono, cortando la comunicación. Suspire hondamente entonces, volviendo el rostro hacia Elle, quien tenía la misma posición con la que le había dejado antes de atender la llamada de Takada: las rodillas al pecho, sosteniendo con la punta de los dedos un trozo de papel, una fotografía.
La misma que había estado mirando: su hermano Nate en compañía de un sujeto que definitivamente yo marcaria como desagradable.
Hasta ese momento, estuve convencido de que Misa podría ayudarme a reconocerlo, puesto que en los sistemas aquel vago era un fantasma inexistente. Sin embargo, además de servirme para mis propósitos, lo único para lo que me es útil aquella mujer idiota era para pasar el rato con una mujer que se gana la vida follando. No se le puede llamar de otra manera más romántica. Definitivamente.
Aunado a que me ha sido imposible conseguir una copia de esa fotografía. Si lograra dar con ese sujeto, le pondría fin a la racha de mafia en Richmond que se había desatado, desconocida para los medios y la sociedad en general, pero existente tanto para Elle como para mí, y la agencia de investigación, la cual estaba ocupada sin sentido en tratar de hallar a la verdadera cabeza de esta nueva poderosa mafia…
Si eso ocurría, existía la posibilidad de librarme de Elle y de su ridícula forma de manejar la situación, no era como si me repugnara su presencia o lo creyera un estúpido, al contrario, reconocía su intelecto, el cual iba a ser arrollado por el mío.
--Light…
--¿Si, Elle?—ignore por completo al secretario y casi niñera, Watari.
--¿Crees que podrías estar presente esta tarde?—pregunto sin verme, aunque aquello sonaba más bien como una aseveración.
--Eso depende ¿me necesitas?—anduve por su amplia oficina.
--No en realidad—dijo con simpleza, luego de un momento.
--Entonces debo suponer que solo no quieres estar solo cuando…
--Podría resultar diferente a mis hipótesis—interrumpió—por eso sería conveniente que estés aquí, dos mentes agudas trabajan mejor que una—alzo la mirada, siendo amable.
Me esforcé por sonreírle, lo cierto era que, cada vez me era menos difícil ser cortes con él, poco a poco la espontaneidad resurgía a la superficie de nuestra relación “laboral”, ya que, yo aún me encontraba en trámites escolares, y ese era mi año de servicio…aunque quizá son fuera tan malo pasar después un tiempo en la agencia…con Elle.
Sacudí esos pensamientos, solamente quería vencerlo, ganarle en una competencia real por ver quién era más inteligente, ¿Por qué no comenzar con ver quien era capaz encontrar a esa mafia rápidamente?
--Está bien, Elle—me senté a su lado, tomando la taza de café—me quedare esta tarde.

POV MATT

Expulse el humo de mis pulmones, tratando de imaginar lo que Linda suponía que esto significaba: solo se pondría en peligro…y no estaba seguro de si Mello era precisamente lo que buscaba…
El rubio siempre arriesga, y está acostumbrado a ganar o cobrarse las perdidas…
Di otra calada más, fijando la mirada en el muro oscuro de lámina que tenía al frente, yo mismo estaba recargado en otro igual; dentro del oscuro pasillo, escuchando las estridentes risas que rebotaban contra el metal, repitiéndose contra el eco una y otra vez...
De la aparente nada, y lo digo porque nunca escuche el sonido metálico de las escaleras al ser bajadas hasta mi posición, una fuerza externa sujeto mi hombro derecho, aferrando las aplicaciones blancas de mi chaleco, tirando de mi hacia el frente y obligándome a caminar.
--¿Mello?—parpadee confundido, mirándolo a mi lado, remolcándome con poca amabilidad. Ni siquiera me miraba.
--Es la primera vez que he notado un perro que no sirve para la vigilancia—mascullo con malévola burla.
Torcí los labios levemente, contrariado por su comentario, sin embargo, luego me di cuenta que en parte tenía razón: mi distracción me impedía ser un buen vigilante a menos que me concentrara lo suficiente. Eso me recobro el buen humor.
--Llegaste antes de lo usual—dije como quien no quiere la cosa, soltándome de su agarre y acomodándome la ropa.
No respondió, es más, creo que estaba ignorándome.
--Mello—llame con más dureza.
Siguió en silencio, con nuestros pasos sobre el metal como único sonido.
--Mello…
--No molestes—ordeno con frialdad. Baje los ojos, allí estaba de nuevo esa misma respuesta recibida las últimas tres semanas…aspire con fuerza, hasta yo tenía un límite.
Antes de que llegáramos a nuestro destino al final del corredor, aproveche el hecho de que llevaba la mirada fija al frente; sujete sus hombros con fuerza, empotrándole la pared contra el muro, logrando un ruido bastante estridente allí dentro, junto con su respectivo eco al vacío.
Por un momento sus pupilas se dilataron entre la sorpresa y la confusión, luego la resolución molesta ardió en ellas. Sujeto mis muñecas para tratar de zafarse de mi agarre.
--¡¿Quién te crees que eres, perro estúpido?!—exigió.
--Quiero saber que está pasando—dije mirándolo fijamente, ejerciendo fuerza para mantenerlo quieto. Me arriesgaba a recibir un buen golpe, sin embargo, me mantuve firme, descubriendo que posiblemente nuestra fuerza física se equiparaba.
Me miro como si estuviera en compañía de un lento mental, mientras sonreía a medias con soberbia.
--Realmente eres imbécil ¿no, Matt?
Aspire hondamente.
--Sabes que no me refiero a la situación con Rod…
--Suenas como una estúpida esposa a la que no le han dado en meses—escupió con molestia--¡Y suéltame!
Sus palabras calaron en mi cuerpo, despertando indignación y enojo. Le solté de mala gana, sin dejar mirarlo, me encaro.
--Escucha bien porque no lo repetiré, perro—señalo—esta es la vida que elegí ahora, si no te gusta puedes largarte, ya te lo había dicho.
Me dolió.
--No entiendo—admití en voz baja.
--No me extraña—sonrió con burla, echándose a andar de nuevo hacia la puerta.
--Idiota—masculle entre dientes. Se detuvo.
--Matt…--su voz traspaso una especie de duda—aquí y en estas circunstancias podrías morir en cualquier momento…--dijo con calma, sin volverse—irte te salvaría la vida.
Fije mis ojos en él mientras seguía su camino, luego no pude evitar bajar la mirada, encontrándome con mi cigarro que deje caer cuando sujete a Mello, la ceniza se apagaba lentamente…
El sonido metálico de la puerta al abrirse capto mi atención, Mello desapareció por aquellas otras escaleras, sin prestar atención a los gritos que llenaron el sonido apenas la puerta dejo espacio para acceder a ese otro salón, donde Rod y sus mafiosos de confianza compartían un rato de violencia animal.
Resople con desgana, sintiéndome casi fuera de lugar, al final, me eche a andar hasta la puerta, pero decidí esperar en el pórtico.
En la parte de abajo varios hombres rodeaban a uno más atado a una simple silla de metal. La sangre le escurría por la punta de la nariz y la ceja derecha, el rostro ennegrecido por los golpes, y la ropa apestando a residuos de sangre.
--¿Ya hablo?—quiso saber Mello.
--Dice que el primo del latino huyo como marica y no volverá—respondió Skir.
--Con el fuera del negocio, este lugar es nuestro—exclamo Rod, en medio de un par de chicas de ojos vidriosos debido a la adicción que sufrían por alguna droga barata.
--No—tajo Mello.
--El rubio tiene razón—apoyo Jack, apoyado en la pared, dando un trago a su cerveza.
--¿A quién hay que eliminar?—pregunto Rod, con simpleza.
Mello sonrió con soberbia.
--Mikami.
Mi expresión indiferente a su plática se esfumo, hasta ahora no había tenido interés en entender sus planes, sin embargo, estaba claro que sin importar a cuantas pandillas Rod quitara del camino, absorbiéndolas o asesinando a sus integrantes…Mikami tenía una gran injerencia en Richmond…prueba era la forma de desaparecer personas que le compro casi todo el barrio.
Y entonces pude comprender porque Mello me pidió-ordeno que le avisara a Linda…ella era una pieza clave para dar con Mikami y darle fin a su mundo corrupto, llegar hasta el, hasta su verdadera vida.
Esa sería una nueva especie de guerra de poder allí dentro, muchos iban a ser asesinados, cuentas que habría que saldar, familias torturadas…dinero desviado…una pisca más al normal peligro en Richmond…era cierto, tanto Mello como yo estábamos en serios problemas…quizás por ello el rubio había estado intentando ahuyentarme de allí…podría estar preocupado.
Una honda de alivio se expandió por mi cuerpo, regresándome la tranquilidad, sin importar que su razón pudiera tener un fuerte sustento...no iba a permitir que me ahuyentara de la forma tele novelesca de programas repetitivos de televisión. Tendría listo el dinero para poder disponer en varias cuentas, pero definitivamente estaba convencido de tener a Mello aun para mí.

POV NEAR

Mire fijamente la puerta, no esperaba tener que acudir a ese lugar tan pronto, en realidad mis intenciones directas eran evitarlo hasta decidir si quería tomar el lugar de Beyond ayudando a resolver los casos en los cuales mis padrastros trabajaban. Nunca antes a mi o a mi hermano se nos había pedido encontrarlos en su lugar de trabajo…nunca. Esta era una excepción interesante, quizás seguían tratando de dar con la forma de reemplazar el rastreo y vigilancia de B, por una completa custodia forzada.
De cualquier manera, recibir las indicaciones por vía texto del móvil de Rester fue un hecho que despertó mi alerta, debía pensar en todas las posibilidades mientras me adentraba en el enorme edificio hasta el piso adecuado, recorría el pasillo hasta el número de oficina.
Por fin, gire la perilla, retorciéndome el cabello con la otra mano, empuje la puerta con desinterés.
En cuanto pise la alfombra de la espaciosa oficina, la inesperada presencia de Light Yagami capto mi completa atención.
--Hola, Nate, me alegra verte otra vez—sonrió con algo que pretendió ser amabilidad.
Desconfié de su presencia de inmediato. Estábamos aparentemente solos.
--Es una lástima que no pueda decir lo mismo—dije con acostumbrada frialdad.
Su expresión de arrogante lastima no se modificó.
--Vaya, Nate, no veo la razón para tu descortesía…
--Imagino que me encuentro aquí gracias a otro intento por insinuar que no saben dónde está mi hermano Beyond, tal como la última vez. Pretendiendo que les resuelva una cuestión que en realidad corresponde a su propia investigación—solté con molestia, evitando la mirada, tratando de evitar la mención de Elle.
--Te equivocas, Nate…
--Si es así, solo costara una disculpa—exclame aun sin verlo.
--No es usual que te equivoques en tus sospechas con las personas, Nate. Escuchas y más de lo que sueles preguntar—intervino una nueva voz, con un tono por completo lacónico.
Capto mi atención de inmediato, fije mis ojos en los sillones a nuestro costado, tratando de llegar hasta mi memoria para reconocer aquella voz. Mis pies se movieron por si solos, andando en silencio sobre el piso sin prestarle más atención a Light Yagami, quien me siguió con la, de pronto, analítica mirada.
Rodee el sofá más largo, mirando la superficie acojinada… mis piernas se detuvieron bruscamente, justo frente a El…
Sentí que mi mano perdió fuerza al caer a mi costado, abandonando por completo el cabello; mi respiración se petrifico un segundo junto con mi pecho, el tiempo detuvo su transcurso en ese instante…No podía estar allí…como si nada…frente a mi… las posibilidades de verlo de nuevo eran nulas…y, sin embargo, ahí estaba Elle, mi hermano mayor.
Las piernas pegadas al pecho en su recordaba manía que fue copiada por Beyond cuando eran pequeños, el cabello negro sin cepillar, la piel tan blanca como la mía…
Tenía el rostro agachado, mirando como sus largos dedos llevaban cubito a cubito de azúcar a su taza de café.
--Sin embargo, las excepciones son parte de cualquier teoría congruente con el mundo científico, equivocarse es humano—prosiguió como si nada, sin levantar la vista—por tanto puedo asegurar que te has equivocado, Nate—sorbió de su liquido dulzón en extremo—conozco la razón por la cual frecuentaste Richmond hace unas semanas. Así que quizás sea buena idea que te disculpes con Light—finalizo, y fue hasta que dejo sobre la mesita su taza, que alzo el rostro.
El pecho se me oprimió cuando sus profundos ojos negros, inexpresivos me miraron. Un reflejo de Beyond y de mí dividido en dos…sin embargo ahora podía diferenciarlos por completo en sus pupilas: las de B guardaban algo más…algo casi malvado. Elle solo mantenía la mirada analítica pero vaga…
--Nate—sonrió suavemente, dejando que un poco de emoción cruzara sus ojos negros— ¿Cómo estás?
Por ese exacto momento las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta, incluso cuando mi raciocinio luchaba por ganar la pugna a ese desagrado que había experimentado por mi hermano en estos últimos tiempos…nunca antes estuve en desacuerdo con la decisión que tomo con respecto a mi o Beyond, incluso la catalogue como sensata…sin embargo ahora que corría peligro no solo Mello, si no mi cercanía con el…
--Por favor, siéntate, Nate—invito, con el gesto risueño desapareciendo del rostro, quizás en vista de mi expresión gélida.
Retrocedí en silencio, tomando lugar en el sofá frente a él, pegando una rodilla a pecho, esperando poder alcanzar todo mi nivel de pensamiento. Una fotografía sobre la mesilla de centro lleno mi visión periférica.
Entorne los ojos al levantarla, me retorcí el cabello…éramos Mello y yo afuera del instituto. Nunca me equivoque con respecto a mi hermano: descubrió la razón por la cual frecuente Richmond…
--Si tienes esto en tu poder, significa que…--guarde silencio un segundo—adelante, Elle, dicta tu amenaza.
--¿Amenaza?—parpadeo confundido.
--Por supuesto, al hacerme venir aquí puedo deducir fácilmente que esperas que siga tus órdenes, aun cuando conoces tu nulo derecho para ello…Beyond no es alguien a quien pueda traicionar.
--Te equivocas, Nate—dijo con calma, con una expresión casi apenada—esta vez no se trata de nuestro hermano.
La forma en hablar en plural logro que evitara su mirada, repentinamente molesto, como si al final le diera la razón a Beyond: enojándome con Elle por todo este tiempo…y porque estaba allí para alejarme de Mello.
--Te pedí que te mantuvieras fuera de esta situación, e incluso cuando no lo has hecho, tus actos deben responder a razones diferentes a las de Beyond—explico tomando un tazón de fresas.
--En tal caso, Elle, si estoy aquí gracias a esa fotografía es porque deseas saber quién es esa persona, de otro modo, te hubieses limitado a quitarlo del camino—taje.
--Tienes razón—musito con un trozo de fruta en la boca—aun no resuelvo quien es el—señalo con su largo dedo la imagen de Mello—pero eso no es precisamente un inconveniente ¿cierto, Light?
Mis pupilas se miraron fugazmente en el mencionado, quien se acercó unos pasos con expresión de falsa inocencia.
--Por supuesto, Elle…pero si puedo opinar…quizás sea mejor que expliques a Nate el peligro en el que está poniendo su vida—exclamo con cortesía. Elle le miro en silencio antes de volver los ojos a mi otra vez.
--¿Ahora pretendes preocuparte?—solté de golpe, tratando de desviar el tema de Mello…y a la vez, dejando salir toda la frustración, tampoco soy una maquina contrario a lo que el rubio piensa…
--Nate—intervino Light de nuevo—no tienes idea de todo lo que ha hecho tu hermano para…
--Light—interrumpió Elle sin dejar de mirarme—Dime, Nate, estoy cien por ciento seguro que conoces las probabilidades de que Beyond haya repetido el episodio Quarter Queen…eso es malvado.
--No comprendo cuál es tu punto—dije desviando los ojos.
--Nate…realmente no quisiera enviar a Beyond a prisión…no quise hacerlo ni hace años ni ahora…sin embargo…salvar a uno de mis hermanos suena más noble que simplemente dejar que ambos desprecien su propia vida…--exclamo mirando directamente hacia el tazón con fresas.
Light Yagami le contemplo en silencio, con las pupilas vibrantes en sorpresa…esta vez no podía culparlo…también yo mismo me vi confundido por un momento. Elle…¿estaba preocupado realmente por mi seguridad?
--Sacrificar la vida de las personas no es noble, Elle—solté bruscamente—lo hiciste hace años y lo harás ahora, crees que eso solucionara la situación: enviar a Beyond a prisión, sacrificarlo por mí… no funcionara.
--Estoy consciente de ello—dijo alzando los ojos—la última vez sacrifique dos destinos para evitar el sacrificio de dos vidas, esta vez no habrá error alguno, Nate. Espero que puedas comprenderlo.
--Admitir que puedo seria mentirte—confesé—lo único que puedo concebir es que intentas asegurar lo que pretendes que es mi destino y mi vida a costa de la de Beyond.
--El tomo sus propias decisiones, fue libre y eligió manejar su inestabilidad para romper la justicia—comió una fresa, como si nada.
--Justicia…--murmure—no eres más que un mentiroso, Elle, ni más sin menos.
Me miro con curiosidad.
--No lograste resolver el acertijo, preferiste enviarnos lejos antes de enfrentar la situación…no eres más que un perdedor.
--Nate…--trato Light.
--No, está bien—interrumpió mi hermano de nuevo—Nate tiene un buen argumento, sin embargo, si hubiese hecho lo que me ha sugerido, Beyond habría estado en prisión desde hace mucho tiempo…y probablemente, hubieses preferido irte antes de cumplir la edad que posees esta tarde. Mis acciones siempre fueron encaminadas a conservar sus vidas.
Mi mente busco una sola forma de refutar su argumento, infructuoso…Elle tenia razón, simplemente era yo el equivocado esta ocasión, simplemente era yo quien dejo la defensa cubrir mi raciocinio…y simplemente, era yo quien estaba reprochando toda esa vida de vacio…sin embargo, tampoco permitiría que se inmiscuyera justo en el momento en que aparecía una posible razón para que el exceso de soledad…terminara.
--Me parece muy conveniente—musite, retorciéndome el cabello—demasiado, que ahora desees tomar de nuevo tu lugar como hermano mayor, justo en este momento que he decidido conocer a alguien a quien no puedes investigar ¿tiene algo que ver esta persona en la fotografía con un caso tuyo?—inquirí, mordaz.
--Preocuparme por mis hermanos nunca será conveniente…pero ahora que lo sabes, Nate…preferiría que siguieres mi consejo: mantente alejado no solo de Beyond…también de Richmond y de esta persona, sea quien sea, la pondré tras las rejas en cuanto reconozca quien es. Tú, mejor que nadie, debe saber que alguien que no existe en ningún sistema tiene una buena razón para ello. Considéralo una muestra de mi deseo por devolver tu vida.
Me mantuve en silencio mientras lo escuchaba, también era certera su idea acerca de Mello, no le conocía tampoco yo a fondo, no sabía cómo es que había dado hasta Richmond…sin embargo…era un misterio que guardaba relación con una vida de crimen…eso era claro. Estar cerca de el significaba peligro seguro, no solo en el mundo criminal, también en el policiaco…Tampoco en eso erre con Elle: estaba a punto de ponernos en la línea de fuego de todo Richmond.
Para mí era peligroso estar cerca de Mello.
Para Mello era peligroso estar cerca de mí.
Me puse en pie con calma, sin ningún deseo de compartir un momento más con mi hermano…luego de tanto tiempo había elegido el peor momento para aparecer otra vez.
Me dirigí hacia la salida.
--Nate…
Me detuve, dándole la espalda.
--Es recomendable que utilices esta noche para empacar—dijo—comprenderás que instalar cámaras en tu habitación sería una pérdida de tiempo, tampoco puedo arriesgar a más agentes a vigilarte sin incurrir en un tiroteo, aunado a que has logrado burlar su vigilancia—recordó.
Le escuche con atención.
--En estos momentos la custodia legal pertenece a Anthony Carter y a Halle Bullock—dije, agregando para mis adentros que esa situación seria soportable hasta la mayoría de edad legal en Estados Unidos.
--Dejar de ver lo evidente no es propio de ti, Nate—exclamo. Entorne los ojos, Beyond siempre tuvo razón: Elle siempre estuvo en control de nuestras vidas…y ahora decidía demostrarlo directamente.
No me dejaría volver.
--No temes que pueda escapar…--musite.
--¿Lo harías, Nate? De huir de esa forma podre inferir que la razón que te ha sujetado a Richmond, esta persona—imagine que señalaba a Mello—sobrepasa tu juicio.
Baje la mirada un momento, razonándolo.
--Me obligarías a volver…a mí y a Beyond…pero con destinos diferentes…
--Nada debe afectar tu juicio, Nate…excepto, quizás el miedo.
Volví levemente el rostro.
--El miedo a monstruos que puedan dañar a las personas que afectan tus emociones humanas—prosiguió—yo tengo ese miedo, Nate…
--Solo ha habido dos personas que me han salvado de esos monstruos, Elle, y ninguno eres tu—refute recordando a B mirando a mi padre escupir espuma, y a Mello disfrazarme con su ropa para evitar mi asesinato; sujete la perilla de la puerta.
--Probablemente esconder mi rostro me ha cobrado de alguna manera…pero estoy dispuesto a asumir esas consecuencias. Me dio gusto verte, Nate.
Decir que temía que alguien pudiera dañarme no era precisamente congruente con sus acciones…o quizás si…tal vez no quería aceptar que trataba de salvar mi integridad y mi vida de Richmond…porque implicaría estar lejos de Mello…en ese sentido, esperaba que ni Elle ni Beyond me salvaran.
Salí en silencio, cerrando calladamente la puerta, no fui capaz de echarme a andar de inmediato…estaba aturdido, dividido entre reconocer que ver a mi hermano luego de tanto tiempo tampoco fue tan desagradable y el hecho de que Elle quería guiar mi vida alejándome de Mello.

POV LIGHT

Nunca hubiese imaginado que Elle en verdad fuera una persona, estaba consciente que lo era, sin embargo, nunca mostro interés por demostrar algo más allá de su normal analítica forma de ver las situaciones…
Y ahora…admitía frente a mí que estaba preocupado por sus hermanos, no era como si yo no lo hubiese deducido pero…verlo era distinto.
--Quizás creas lo contrario, Elle, pero pienso que salió bien—dije, curiosamente tratando de animarlo. No respondió—Al menos mejor si es comparado con mi encuentro con Beyond en su dormitorio de la universidad—recordé, avanzando hasta el respaldo del sofá que ocupaba—y definitivamente mucho más sencillo de lo que resultara cuando te encuentres con Beyond directamente…
Guarde silencio cuando me di cuenta que estaba ignorándome, o simplemente no me escuchaba, pues tenía la mirada fija en otra fotografía, maltratada y con las líneas de dobleces enmarcadas.
Me asome discretamente, si no fuese por la diferencia de estatura diría que allí estaban retratados dos gemelos de oscuros cabellos, de al menos doce y nueve años, justo detrás de un niño de cabellos claros de seis años más o menos…los tres con la misma mirada escalofriante…
--En realidad, Light—hablo Elle—Supero mis expectativas.

POV NEAR

Baje del tren mirando aun detrás de la espalda, aun nadie me seguía.
Mis piernas se movieron por si solas, aprovechando los últimos minutos de la tarde gris antes del anochecer…No era difícil deducir que Elle siempre supo quiénes eran nuestros padrastros, incluso quizás controlo todo desde un principio…por lo cual ahora podía volver a hacerlo.
El sonido de mis zapatos contra el asfalto fue sordo mientras andaba por las aceras, cada vez hundiéndome más en la miseria de Richmond.
Cruce mi camino con una mujer obesa de color, que remolcaba a una pequeña niña con evidente desnutrición. Cuando pase a su lado fue inevitable no notar el hematoma negro que rodeaba el ojo de aquella mujer.
Seguí mi camino de largo, evitando pasar cerca de intercepciones o callejones, donde algunos balbuceos pastosos hacían eco en medio de sus lamentos o maldiciones.
Deje el paso libre a una anciana de aspecto andrajoso que empujaba un carrito de compras repleto de basura.
Algunas prostitutas salían de sus burdeles baratos para trabajar. Alguno que otro grupo pequeño de pandilleros de extravagante ropas holgadas fumaban en las esquinas…Me miraron en cuanto pase cerca…
La oscuridad se abrió paso frente a mí, rodeando todo el escenario…fue hasta entonces que me detuve y fije la mirada en el enorme y oxidado bodegón que conocí gracias a B…donde vi por primera vez a Mello…donde esperaba encontrarlo.
Iba a dar otro paso.
--¡Hey, hey!—una mano me sujeto del hombro, volviéndome de golpe. Me aparte levemente para zafarme, funciono.
--¿Qué no eras tú el compañero de ese sujeto…--dudo su compañero—B?
Aparte la mirada.
--Necesito hablar con Mello—musite.
--¿Qué? ¿Con Mello?—se burló—si quieres que te mate puedo llevarte con el…
El otro me miro atentamente.
--Podemos cortarle un dedo—sonrió con soberbia, tratando se verse cruel—mandárselo a B…
--Realmente no veo razón—dije automáticamente—no saben cómo rastrear a B—hice ver.
Sus expresiones se alteraron.
--¡No quiere decir que no podamos hacerte mierda!—grito.
--¿Y qué harán con esa mierda?—intervino la brusca voz de Mello. Los dos tipos se volvieron a él.
Mire de reojo, allí estaba, con el cabello rubio en contraste con las aplicaciones de plumas en su abrigo. Mirándolos fijamente.
--Hay mucho que hacer con la mierda, Mello—respondió.
--¿En serio?—saco ambas manos de sus bolsillos—me gustaría presenciarlo—dijo con un claro tono de amenaza—La mierda que sea B…no “este”—me señalo con la barbilla—suéltenlo—ordeno—y tú, ven acá.
--¿Y que si es policía?
Soltó una risotada burlona.
--¿El? ¿Un policía? Dudo que tenga los suficientes cojones para meterse aquí siendo policía—exclamo con desdén.
Preste especial atención a aquel sobrenombre…”Near”, estaba refiriéndose a mí era evidente…sin embargo…
--Seguramente porque va a estar pegado a las faldas de Mello—se rio el sujeto.
--No estoy interesado en reemplazarlo en su puesto, señor—dije con poco interés.
A Mello le causo gracia, al tipo, furia.
--¡Idiota!—alzo el puño.
Un crujido metálico lo detuvo, mire fugazmente el cañón del arma de Mello directamente apuntado a la frente del atacante…el seguro trono al ser retirado.
--Ya se los dije: nadie tocara a “este”—dijo.
--Lo recuerdo—intervino otro hombre al cual reconocí como Rod luego de unos momentos—en realidad era el trato al que se había llegado desde que B armo un escándalo en la jaula.
Entorne los ojos, eso se retrotraía a varias semanas atrás, cuando recién conocía a Mello.
--Ah si—el hombre retomo una posición relajada—acuerdo con Mello…--hizo ademán de alejarse. No lo vi venir, incluso si podría ser bastante posible, simplemente el impacto me hizo trastabillar unos pasos. De inmediato lleve mi palma al rostro, presionando para detener la hemorragia.
Una sonora explosión cimbro en el ambiente. El sujeto perdió el equilibrio en medio de un quejido, cayendo al suelo, imitándome pero sujetando su rodilla.
--¡Mello, hijo de puta!
El interpelado dio unos pasos, sin bajar el arma.
--Mello…--llame. Me miro de reojo.
--Te lo merecías, Skir—Rod se encogió de hombros, sin importarle que varias personas miraban con interés en la escena. Era inquietante que no reaccionara en contra de Mello…como si hacerlo resultara contraproducente.
El rubio bajo su pistola, guardándola detrás de su espalda; alargo una mano, sujetando el cuello de mi camisa y me obligo a caminar, cruzándonos con algunos sucios espectadores que arribaban para satisfacer su conciencia sub desarrollada mirando un espectáculo de violencia y hombres golpeándose unos a otros.
Tiro de mi ropa durante todo mi camino, hice mi mejor esfuerzo para evitar perder la estabilidad de mis pasos al no poder moverme con libertad.
Ignoramos a cualquier persona que pasara a nuestro lado, en realidad parecían temerle, y yo iba más interesado en contemplar su perfil…sus cabellos despeinados sobre su frente, los mechones que jugaban con el viento…
Subimos las escaleras con la misma dificultad, no me soltó de su fiero agarre, incluso cuando abrió la puerta de su departamento, me empujo dentro y cerró la puerta tras de sí.
--¡¿Qué mierda estabas haciendo allí?!—exigió saber.
--Buscándote—obvie, mirando el puño de mi camisa, se ensuciaba con una mancha negruzca.
Quizás mi simple respuesta fue inesperada, puesto que parpadeo un momento y desvió la mirada maldiciendo en voz baja.
--¿Y qué quieres?—pregunto de mala gana.
Buena pregunta. Por un segundo deje de rozar con los dedos mi rostro, buscando la fuente de la hemorragia, ya que, el dolor era general.
--¡¿Y porque maldita sea no puedes defenderte?!—grito, olvidando se anterior cuestionamiento.
--No acostumbro resolver problemas de esa forma—respondí con un tanto de indiferencia—si es todo lo que tienes que reclamarme, Mello, me gustaría ahora hablar a mí—frunció los labios pero espero—esta vez debo admitir que el azar puede ser una respuesta interesante…
--Si insinúas que fue suerte el llegar allí, estas equivocado—lucia casi feliz por ver que había errado—No todas las noches entra a Richmond alguien con tu…aspecto, Nate—sonó como burla—no desde semanas atrás—su tono fue calmado de nuevo, avanzo por el lugar sacándose el abrigo y dirigiéndose a la habitación.
Mire discretamente, Matt no estaba tampoco allí. Y repare en un hecho importante.
--En tal caso, Mello, me atrevo a decir que posees el poder para contar con informantes dentro y fuera de este lugar—exclame, retorciéndome el cabello con una mano, y sujetando mi rostro con la otra. El dolor comenzaba a agudizarse. Trate de ignorarlo.
--¿Y qué?—dijo desde el dormitorio.
Allí estaba, probablemente la razón por la cual los antecedentes de Mello no aparecían en la investigación de Elle.
--¡Te hice una puta pregunta, Nate, respóndela!
Le ignore, mientras seguía valorando las posibilidades de que Mello fuera parte móvil, un pilar en la delincuencia organizada de Richmond…repasando hechos…
Mello salió de la habitación hecho una fiera y me miro. Parpadeo confundido un momento, quizás al notar que inconscientemente había llegado al suelo, juntando una rodilla al pecho; mas luego recordó que estaba molesto. Tenía el torso desnudo.
--¡Qué respondas!—ordeno.
--Disculpa, Mello, pero no creo que sea necesario—hice notar.
--¡Escúchame bien, Nate!
--Te estoy escuchando, Mello, estamos en la misma habitación.
--Púdrete, Nate—mascullo—hay antiséptico y desinflamatorio allí—señalo con desdén y volvió a la habitación.
Con cuidado pase la tela de la camisa por mi rostro, dejando una estela de sangre en ella; alargue la mano a la despostillada mesa de centro, tomando un botecillo, leí cuidadosamente las indicaciones, tome una pastilla y me la lleve a la boca.
El sonido del agua al caer lleno el silencio de la otra habitación, segui limpiando la herida presionando para evitar la hemorragia, siguiendo el consejo que una vez B me dio: nunca suenes tu nariz luego de un golpe o el rostro se inflamara como un globo. No estuve seguro de los minutos que transcurrieron hasta que el grifo del agua se detuvo de golpe en el otro cuarto.
Casi de inmediato salió Mello, mirándome atentamente. Me arrebato el botecillo y lo abrió.
--Vomita—ordeno.
--Hace unos minutos que ingerí el medicamento, no hay razón para expulsarlo, sería contraproducente—explique desviando los ojos hacia el suelo, jugando con el cabello.
--¡Con una mierda, Nate, que vomites!—grito.
Alce los ojos, mirándolo. Extrañamente su expresión molesta al verse desobedecido sufrió un cambio considerable pero progresivo, pasando del análisis, por la diversión…hasta una malévola sonrisa que se extendió por su cuerpo. Conocía este gesto, lo tenía presente aun…lo vi mientras sus manos recorrían mi cuerpo y sus dientes mi mandíbula.
Un estremecimiento me invadió.
--Supongo que debí explicarte—dijo con sorna. Desconfié de inmediato--¿Cómo te sientes, Nate?
Iba a responderle que aun sentía el punzante dolor en mi rostro, pero que era normal pues no habían transcurrido ni treinta minutos…cuando una extraña aura rodeo el cuerpo de Mello.
Parpadee un par de veces, sopesando la idea de que el golpe hubiese dañado mi capacidad visual o alguna función cerebral pero…tampoco había sido de esa magnitud.
Sujete mi rostro, mirando la sangre, el color era más vivo…ondulaba…perdía enfoque…parpadee una vez más.
Los ojos de Mello estuvieron a mi altura de pronto, su color azul era más…azul de lo normal…más de lo que había notado con anterioridad… ¿un azul más azul?
Sacudí la cabeza para reorganizar mis pensamientos, una honda de mareo me asalto…pero no me sentí mal con ello, es más, fue un desequilibrio agradable, casi gracioso, lo cual era extraño por completo…normalmente muy pocas situaciones me causaba gracia.
El dolor estaba yéndose…una horda de bienestar inundo mi cuerpo… se sentía bien.
Observe mi mano un momento, buscando el origen de esa sensación placentera, nunca había notado lo interesante que podía ser mi palma…
--Nate…
Alce la mirada al rubio, de pronto con ansiedad por confesarle lo bien que pasaba el tiempo cuando estaba con el…lo empático que podía volverme cuando se acercaba… Mi mente estaba dispersa…quería estar con Mello…Me acerque apoyando las palmas en el suelo, el retrocedió el cuerpo sin dejar de mirarme.
¿Estaría pensando en Matt? No importaba, de pronto sabía que podía realizar lo que me propusiera…sin importar el novio de Mello o Elle…Era algo…como fuerza…si… ¿poder?...
Los ojos de Mello son profundamente azules…como el mar…pero el mar es transparente…entonces como el cielo…
Me acerque otra vez, ansioso…eufórico…no me di cuenta hasta que eleve la mano hasta su rostro…tenía que tocarlo…Y sonreí. Sin más, solo sonreí…ni siquiera sé por qué, pero quiero hacerlo…sonreírle…
¿Por qué quiero sonreír?...se siente bien…
Y de pronto…ya no quería tocar su rostro, me puse en pie, el enfoque se perdió un momento en medio de destellos de luz… ¿de dónde provienen? Son…bonitos…tengo que encontrarlos…una nueva meta…un nuevo acertijo: ¿de dónde vienen los rayos? ¿y dónde están?
--Oye…--lo oí detrás de mí; me volví de inmediato, interesado en Mello de nuevo. Otra vez quería estar cerca de el…y él quiere estar cerca de mi…lo se…¡Las luces volvieron!
Me acerque unos pasos, sus orbes me miraban con una resolución extraña…no pude detenerme, ya no me causaba dolor el golpe, ahora solo podía sentirme bien… Cuando llegue hasta el rubio, me sentí casi a la deriva…con el…
Una sonrisa divertida recorrió su rostro, y tuve que corresponderle…no es tan inútil demostrar emociones…
Eleve las manos hasta su cuerpo, rodeándole con los brazos, alargando el cuello para poder llegar a él…acercarme se sentía…muy bien, nada podría en ese momento arruinarlo, no…sea lo que ocurra no soy un perdedor como para no resolverlo.
Roce su mentón con los labios, su suavidad me estremeció, y me hizo sentir feliz…ansioso…desesperado por hacerlo otra vez.
Di otro paso, cerrando todo espacio entre los dos, sin embargo, primero quiero preguntarle su opinión acerca de las luces…quizás Mello no las ve.
--Mello…--mi voz de oye extraña.
Se tensa en medio de mis brazos, puedo sentirlo. Qué curioso. Elevo las manos por sus costados, sin importar si le ensucio la piel con mi brillante sangre, su tacto es suave…me gusta…un hormigueo recorre la piel de mis dedos…
Sus manos sujetan mi espalda, tiemblo…no recordaba que tener sus brazos sobre mi cuerpo fuera así de…placentero…
Sus labios chocan contra los míos de forma exigente, si no fuera porque me sujeta hubiese caído con el contacto brutal…Torpemente seguí el movimiento, buscando la humedad de su lengua…sus dedos se entierran en mi espalda, sobre la tela, cuando nuestras lenguas se encuentran…Un espasmo me sacude…la respiración de pronto me traiciona…pero aún se siente bien.
El piso desapareció debajo de mis pies…una sensación de volar lo reemplazo.
Intento dar otro paso, encajándome en su cuerpo, amoldándome a su torso caliente…su piel huele bien…
Un gemido ronco se abrió paso por su garganta chocando contra mis labios… ¿en qué momento cerré los ojos? Es eso o me he quedado ciego…o no hay luz… ¿y los destellos?
Separo los parpados, Mello me mira fijamente…y de golpe se aleja.
Casi caigo al perder el balance pues era su cuerpo el cual me sostenía; doy otro paso, ansioso…desesperado…
Me acerco, me sujeta las muñecas y me detiene…Es la primera vez que no comprendo una acción…mi mente tampoco puede pensar, ni siquiera me acuerdo de cómo organizar mis pensamientos… está ocupada por completo con la sensación de goce en el cuerpo…
Busco sus labios de nuevo…QUIERO sentirlos…DEBO sentirlos…
--¡Mierda, Nate!—gruñe rodeándome para pasarme de largo.
Giro sobre mis pies para volverme a Mello, le miro atentamente. Voy a dar un paso. Me toma del brazo y tira de mi hasta el dormitorio, me deja dentro…me vuelvo…y Mello clava su mirada en mí.

POV MATT

Me hundo en mi rincón, ignorando las extravagantes luces rojas que parpadean desde el interior de ese prostíbulo barato.
Hace como media hora que sacaron a un sujeto entre varios pandilleros, lo arrastraron hasta el callejón…lo siguiente que pude escuchar fueron los golpes descargados contra su cuerpo.
Hace frio…o quizás es porque preferiría recibir un tipo “especial” de calor, si, quizás es eso…mi mente me ha jugado malas pasadas gracias a mis planes para esta noche…si es que logro volver alguna vez, comienzo a dudarlo ya que, llevo aproximadamente cuatro horas parado en el mismo lugar.
Incluso un par de autos se han detenido frente a mí, esperando que les revele mi tarifa. Las prostitutas se pasean de largo a largo de la calle, esta noche no hubo señal del automóvil deportivo de Light Yagami que recoge a Misa.
Enciendo otro cigarrillo para intentar apaciguar la brisa fría.
--¡Matthew!—el cilindro desaparece de mis manos. Me vuelvo con curiosidad, Linda me sonríe abiertamente, bajo la capucha de su sudadera; se lleva mi tabaco a los labios.
--Hola, Linda. Me da gusto ver que estas bien—digo con una sonrisa.
--Aún tengo cosas que hacer por aquí—se encoge de hombros.
--¿Estas segura de que quieres arriesgarte?—pregunto.
--Los hombres de Mikami están fuera de Richmond hasta que el dicte orden, y cuando eso ocurra, este lugar será de Rod—ensancho la sonrisa, expulsando el humo.
--Si eso pasa, tendrás que sujetarte a un nuevo distribuidor…--insinué.
--Si eso pasa, no tendré que huir de aquí—replico con simpleza—además no comprendo porque quieres echarme de Richmond.
--Yo no…
--Es una broma—torció los ojos, buscando en su maleta—Aquí tienes, lo que me pediste por teléfono.
--Gracias…--tome el paquete oscuro, hurgando en el.
--Me tarde en llegar porque tuve que conseguirlo…y hacer una entrega antes—explico--¡No lo saques en la calle!—detuvo mis manos.
Le sonreí apenado, nunca acabaría de acostumbrarme a esto.
--¿y…para que quieres esto?—arqueo las cejas de forma picara--¿Decidiste darle el sí a B?
Parpadee confundido.
--No.
--¿Entonces solo preparas una noche de sexo animal con tu novio maniático?—se echó a reír.
Desvié la mirada de inmediato.
--Matt…ya te dije, B no es tan malo…y además nunca se equivoca en nada—insinuó.
--Suenas como enamorada—exclame mordazmente. Ella se unió a mi broma, riéndose.
--¿Vas a Richmond ahora?—quiso saber.
--No, aun no—fruncí los labios…en verdad estaba ansioso por regresar. Solo imaginar la forma en que recorrería el cuerpo de Mello…
--Tengo que trabajar también yo—me guiño un ojo y se alejó.

POV NEAR

Nunca antes me hubiese considerado un ridículo perdedor…hasta ahora. Una extraña inquietud acosaba a mi conciencia…y se debía solamente a la humillación que me hice pasar…quizás no se debía solamente a mí, simplemente no me detuve a pensar si aquella pastilla era fiable o no…y no lo fue.
Me incorpore sobre el colchón. Ahora que los síntomas se alejaron de mi cuerpo, abandonando todo atisbo de satisfacción sin sentido, podía darle razón a mis acciones. No estaba seguro de que hora de la noche era, simplemente estaba consciente de que la oscuridad era total, y que estaba en medio de la noche entrada en curso, ahora que las horas habían transcurrido.
Un golpe fugaz de análisis a mis acciones me ataco, de inmediato baje los ojos a mi cuerpo, encontrándolo vestido aun. En realidad bien podría haberme dado cuenta de lo ocurrido…aunque quizás mi mente habría estado en otro lugar…buscado el origen de destellos en la pared…
--¿Me crees tan desesperado como para follarte estando así?—dijo la hosca voz de Mello, al notar mi autoevaluación.
Me lleve la mano al cabello para retorcerlo genuinamente tímido, notando por primera vez que estaba junto a mí, medio recostado sobre los almohadones de su cama, comiendo una barra de chocolate. ¿Había estado allí todo el tiempo mientras resolvía un rompecabezas alucinógeno?
--Eres demasiado ridículo cuando estas drogado, Nate—dijo con malévola sorna, poniéndose en pie.
--Realmente no era mi intención llegar a ese estado—me defendí, desviando la mirada.
Le causo gracia. No encuentro sentido al chiste, ahora el extraño efecto sedante desapareció para dar paso al dolor en mi nariz…pero ya no sangra y la herida se siente limpia ¿Mello la limpio mientras mi mente divagaba?
--Y dime, Nate… ¿Qué hacías aquí?—se volvió a mí.
--Te lo dije, Mello, te buscaba.
--¿Por qué? Para drogarte e insinuárteme—sonrió con autosuficiencia. Le mire de reojo una vez.
--No. Admito que es una sensación desconocida para mí, sin embargo, considero que debe ser usual para ti, por tanto, deduzco que estabas preparado para reaccionar ante mis actos.
Ensancho la sonrisa.
--Si te buscaba era debido a que…--guarde silencio.
--¿Qué?
--Tenía deseos de verte—dije al fin, mirándolo fijamente. Su expresión arrogante desapareció para pasar a la seriedad.
--Nate…¿te gusta Richmond?—pregunto de la nada.
--No comprendo la relevancia de tu pregunta al tema en cuestión—admití, poniéndome en pie deslizándome por la cama, vencido por las ganas de estirar mi cuerpo.
--No te gusta estar aquí pero… ¿te gusta estar conmigo verdad?
Detuve mi movimiento, inmóvil en mi lugar.
--Tu presencia no me es desagradable.
Soltó una risotada.
--Nate ¿de qué venias huyendo hoy?—inquirió.
Alce los ojos a él, dudando de que fuera posible que se diera cuenta que trataba de alejarme de Elle…
--Por favor, Nate, vivo en Richmond—comenzó encogiéndose de hombros, dirigiéndose hasta un pequeño mueble—encontrarme con personas que huyen de sus vidas es…usual—musito en voz más baja.
--¿También tu huiste de algo?—inquirí.
--Eso no es de tu incumbencia—tajo con renovada molestia, abriendo el botecillo que antes había servido de trampa para mí.
--Huir es cobardía en su más pura forma—solté desviando la mirada—escapar es mucho más sencillo que enfrentar el rompecabezas, si no logras armarlo, solo eres otro perdedor—dije.
--¿Venir huyendo hasta aquí fue tu forma de enfrentarlo?—reto.
Guarde silencio.
--Si quieres estar aquí—dudo—o en algún otro lugar lejos de tu vida—se apresuró a corregir--…vas a necesitar algo que te proteja…un…nombre distinto—dijo después de un momento, volviéndose a mí.
--No tengo inconveniente si se trata de mi integridad…sin embargo, no optare por las toxinas dentro mis relaciones sociales—musite, Mello detuvo su mano.
--¿Insinúas que no puedo relacionarme sin esto?—gruño. No respondí--¡Respóndeme!
--En realidad, dudo que alguien, quien sea, sea capaz de hacerlo con alguna otra persona, de forma sincera, ya que, en las circunstancias en las que te encuentras tu seguridad depende de una mentira: tu nombre. Sin revelar esa intimidad personal es imposible crear un vínculo…Y respondiendo a tu pregunta, Mello—le mire atentamente—Sí. La necesitas para sobrellevar tu vida…y para lo que sea que hagas.
Esas palabras eran descorteces, incluso peores…eran un obvio insulto aunque eso no implicaba que no fueran verdaderas…simplemente tuve que decírselo.
Sus ojos llamearon con ira, encendiéndose ante mi comentario….como era de esperarse. Mello a veces podía ser un poco predecible ya que…se guiaba por sus emociones tal cual llegaban a su sistema, sin embargo, esta vez iba a dejarlo hasta allí, puesto que hacia unas horas que mi propia cordura me hizo dudar.
--¡¿Estás diciéndome adicto?!—arrojo lejos la píldora. Seguí con la mirada el rebote del pequeño objeto.
--Solo me limito a decir lo que noto—dije—nunca puse esas palabras en mi boca.
--¡Es lo mismo!—gruño dando unos pasos, me mantuve inmóvil.
--Lo usaste cuando estuve aquí la segunda vez…lo usaste cuando estabas con…Matt—musite a regañadientes—la única vez que no lo hiciste fue cuando me trajiste aquí por primera ocasión.
Contrario a lo que pensaría, se quedó callado, mirándome fijamente con una expresión inescrutable. Se dio vuelta, tal vez decidiendo que iba a ignorarme.
--Mello….
--¿Qué?—pregunto andando hacia la cama, sentándose en el borde.
--¿Hace cuánto que estas aquí?—inquirí.
--¿Qué?—soltó el aire--¿quieres saber cuánto te hace falta para convertirte en un criminal adicto? ¿o qué?—pregunto con clara ironía.
--Quisiera puntualizar que has aceptado por propia voluntad tu depende…
--Al grano—interrumpió, molesto. Le mire tímidamente.
--Me refería a hacia cuanto que estabas en esta habitación…según recuerdo me habías dejado aquí antes de salir…--mencione, de pronto mi corazón se agito, ansioso por conocer la respuesta.
Aquello lo tomo desprevenido, parpadeo confundido unas veces antes de murmurar alguna maldición, y girar los ojos.
--Esta es mi casa—recordó.
--Y de Matt—susurre para mí. Se mordió los labios con indecisión ante la mención del chico.
--Nate… ¿Por qué viniste precisamente a buscarme cuando sabes que tu vida corre peligro? No me refiero a Richmond…si no…a mí—puntualizo.
--Si hubieses querido asesinarme o hacerme algún daño ya lo hubieses hecho—respondí con simpleza.
--¿Y quién te asegura que no estoy solo jugando?—pregunto con una sonrisa torcida, mas sus pupilas se mantuvieron renuentes.
Guarde silencio, jugando con mi cabello…Revisando los hechos…buscando una sola causa suficiente para arriesgarme a responderle.
--Nadie—respondió a su cuestionamiento propio.
--Mello—musite.
--¿Qué?—dijo con fastidio.
--Mello con sus actos me asegura que no vas a lastimarme—murmure, apartando la mirada.
El silencio recorrió la estancia…encontrándolo sorpresivamente molesto, incomodo…lo cual si salía por completo de mi normal concepción. Los silencios de Mello nunca me habían sido tan insoportables.
--Solo estoy vigilándote, Nate—murmuro al fin, con la mirada baja—te dije que estarías aquí porque iba a vigilarte…esto no es nada para mí. Puedo dañarte cuando quiera.
--¿Por qué no lo has hecho?—entorne los ojos, ofuscado por su contestación—las oportunidades han sido un incentivo clave para tu supuesta vigilancia, has rechazado todas y cada una…aun cuando hace más de dos semanas que debiste intuir que mi presencia no es un peligro directo…incluso hace unas horas, mi mente estaba turbada con lo cual sufrir una sobredosis gracias a tu intervención puedo convertirse en una muerte patética de las que Richmond es autor todos los días. Ni siquiera seria culpa tuya—dije y a la vez mentí. Irremediablemente lo hice, estaba contra todo lo ocurrido esa misma tarde con Elle…yo realmente era un peligro para Mello si de justicia se tratara. Pero sabía, cualquiera podría hacerlo, que de hablar con la verdad…las cosas cambiarían por completo.
--Mello…tu no quieres hacerme daño—aventure. Se levantó de golpe, terminando la distancia entre ambos, haciéndome retroceder por instinto, encontrándome con la pared detrás de mí.
Estampo con fuerza una palma al costado de mi cabeza, sus ojos ardían en una furia contenida, pero no hacia mi…¿estaba deteniéndose para decir algo?
--Escúchalo bien, Nate porque no pienso repetirlo…--farfullo—este puto lugar no es lo que piensas…yo no soy quien piensas…
--Probablemente tampoco lo que crees que eres—hice ver, evitando su mirada.
Golpeo el muro con el puño. Podía sentir su respiración molesta contra mi oído, irse apaciguando lentamente conforme los segundos transcurrían.
Por fin, levanto la mirada, clavándola en mis ojos, me estremecí en cuanto sus orbes atravesaron los míos. Aferre los puños desabotonados de mi camisa sucia con los dedos, sorprendentemente nervioso…El pecho se agito casi ruidosamente dado que el corazón me rebotada con violencia.
Vi la distancia desaparecer lentamente hasta ser nula, sus labios rozaron los míos, logrando que un espasmo me sacudiera, mi respiración se agito con el simple contacto de su suave piel contra la mía.
Torpemente le devolví el gesto, permitiéndole acceso a mi boca, fascinado por los choques eléctricos que el contacto húmedo de su lengua provocaba en mi cuerpo.
Sus manos bajaron por los muros, sin tocarme, hasta la altura de mi cadera. Su aliento era fresco…dulce…tenia sabor. Chocolate…me gustaba.
Sus palmas sujetaron mi cadera, atrayéndola hacia si con un golpe sordo, se me escapo un gemido gutural. Su cuerpo se tensó al oírlo.
Sus dientes mordieron mis labios con cuidado, aumentando la fuerza conforme mis manos subieron trémulamente por su silueta, rozando su piel desnuda con la punta de los dedos.
Tiro de mi cadera contra la suya, tallando nuestros cuerpos, subiendo una palma por el interior de mi camisa, su tacto ardiente me hizo temblar. Exploro desde el abdomen hasta el pecho, volvió abajo para recoger mi camisa desde el borde inferior, elevándola lentamente y jalando de mi torso al mismo tiempo. Cuando llego al extremo superior, ejerció fuerza para atraer mi torso al suyo.
Subí los dedos por su cabello, los espasmos eléctricos recorrieron mi espalda de arriba abajo, curveándola para amoldarme al fuerte cuerpo de Mello. Introdujo sus dedos entre los botones y de un solo jalón estos rebotaron contra el piso. Sus manos se deshicieron de las mías para poder sujetar los bordes de mi prenda; aparto el rostro, dejándome una estela ardiente en los labios. Abrí los ojos, me miraba atentamente, y no dejo de hacerlo mientras deslizaba abajo mi ropa.
Me estremecí. Mi respiración acelerada estaba ansiosa…Busque sus labios, atreviéndome a introducir mi lengua en su boca. Gruño complacido. Quise sentir la piel de su pecho contra mis palmas, cuando mis muñecas fueron sujetadas contra la pared, a los costados de mi cabeza.
Casi perdía el aliento, sin dejar de besarme elevo mis manos por el muro frio hasta arriba de mi cabeza; una de sus piernas separo las mías despacio, disfrutando del contacto. Un hormigueo recorrió mis muslos. Me sentía indefenso…mas no en peligro.
Jadee ahogadamente cuando su pierna presiono contra mi entrepierna en movimientos circulares… Rompí el beso en medio de mi hiperventilación. Esta vez usos sus dientes para atraer los míos de vuelta a su boca. Curiosamente…tampoco fue tan doloroso…
Sujeto con una sola mano mis muñecas y bajo el rostro por mi mentón, su nariz acariciaba mi piel, llegaron sus labios a mi cuello; la humedad caliente de su lengua recorrió el largo de mi garganta. Oí mi propio gemido.
Su brazo libre rodeo mi cintura, punzadas estaban llenando mi entrepierna conforme los círculos presionaban contra mi ropa. Perdí el suelo de pronto, mi espalda se deslizo por el frio muro, evitar caerme solo respondía a algo: rodear su cintura con mis piernas…Soltó mis muñecas, bajando los dedos por mi pecho. Su lengua recorrió mi abdomen, subiendo lentamente hasta uno de mis pezones.
Me mordí los labios cuando lo mordió. Arquee la espalda hacia sus labios, sosteniéndome con las palmas en el muro…o al menos lo intente.
Mello soportaba mi peso mientras succionaba mi pecho, concentrándose en el pezón; su otra mano se enterró en la piel de mi espalda.
Mi miembro palpito con fuerza, despertando…excitado…erecto…
Mello retrocedió sobre sus pasos, despegándome de la pared, llevándome consigo. A trompicones llegamos hasta la cama, el colchón recibió mi espalda en medio de una violenta sacudida.
Sujeto mi cintura para llevarme más arriba en el lecho, no fue nada sencillo puesto que estábamos de forma horizontal en la cama, en el lado más estrecho.
Al caer su entrepierna choco contra la mía, temblé, ansioso…gustoso en verdad. Descubriendo que no era el único en ese estado…
Eleve las manos por su espalda, acariciando todo el largo, llegando al borde de su pantalón, rodeándolo hasta la hebilla.
Sus dientes aferraron mi garganta. Gemí, el hormigueo recorría todo mi cuerpo…cada poro despertaba en mi piel.
Torpemente saque su cinturón, acomodándome sobre la cama, lo cual hizo tallar nuestros miembros. Se le escapo un gemido ronco contra mi oído.
El resultado fue que el mismo masajeara mi cadera con la suya…en círculos…una punzada en el abdomen me desespero.
Sus manos subieron tallando mi piel con fuerza, dejando una estela de su contacto, bajaron por mis costados, sujetaron el bode de mi pantalón, desabotonándolo luego… bajándolo sin cuidado, retorciéndose sobre mí para lograr sacármelo llevándose también mi ropa interior; sujeto mi cintura y la elevaron contra su cuerpo.
Una de sus palmas se enterró en mi cabello, enredando los dedos, sus labios succionaban el lóbulo de mi oreja.
Me estremecí cuando su otra mano sujeto mi miembro, masajeándolo contra su propio cuerpo. Oía su respiración acelerada…ansiosa…
Aspire hondo mientras mi extensión ardía en medio de su mano…subía y bajaba la palma…
Rodee su cadera con las manos, llevándolas hasta su espalda baja…siguiendo el camino, dejándome llevar por mis deseos intente quitarle el pantalón…Mello lo estaba esperando:
De pronto me soltó, quitándose la ropa con una ansiedad casi violenta. Se apoyó con las palmas en la cama para levantar el torso.
Baje los ojos hasta el final de su vientre, temblé apenado cuando mis ojos se llenaron con la imagen desnuda de Mello…era…perfecto.
Con cierto temor, guie mis dedos hasta su abdomen, bajando por su vientre, Mello se dejó hacer, cerrando los ojos y echando el rostro hacia atrás…llegue a mi meta…mi respiración se cortó en cuanto rodee con mi mano su miembro…reconocí que o mi mano era pequeña o…ciertamente mis proporciones corporales eras las adecuadas y no podía decir lo mismo de Mello…
Intente imitarlo en los movimientos, sus labios se entreabrieron, lo disfrutaba…
No quería cerrar los ojos, temía que de hacerlo los recuerdos non gratos de mi pasado…mi padre…me acosaran la mente…aunque claro…con Mello allí era probable que aun así eso tendría poca importancia al final.
--Mis ojos están aquí—murmuro con voz ronca pero divertida. Aparte la mirada de su miembro y mis manos para elevarla a sus pupilas, me observaba con una mezcla entre diversión y placer…
Se tensó levemente, mordiéndose los labios y separo mis manos.
Se deslizo por entre medio de mis piernas, rozando la punta de su nariz mi piel, vibre en cuanto su boca húmeda cubrió mi miembro. Nunca antes lo había sentido. Era caliente, húmedo…delicioso…Deje salir algunos gemidos. Aferre las sabanas con las manos, buscando algo en que desquitar esas ansias…toda esa sensibilidad placentera. Cerré los ojos con fuerza, mordiéndome los labios.
El hormigueo aumento su fuerza…el calor…
Y se separó.
Abrí los ojos entonces, Mello se acomodó sobre mí de nuevo entre las piernas; nuestros miembros quedaron sujetos entre los torsos.
Su palma sujeto mi mejilla, me miraba atentamente…con una resolución distinta…sin dejo de violencia o lujuria.
Lo único que podía hacer era…verlo.
Acaricio mi piel hasta los labios, introduciendo un par de sus dedos en mi boca, instintivamente los llene de saliva. Bajo esa mano directamente hasta mis piernas, acomodándose en mi entrada.
Me encogí levemente, desviando los ojos…esperando…
--Mírame, Nate—pidió. Le obedecí. Apreté la mandíbula en cuanto sus dedos entraron en mi cuerpo, dilatando la entrada de lado a lado. No quería quejarme…pero era doloroso…introdujo sus dedos por completo…se agacho hasta mi altura para besarme, jugando con su lengua en la mía…y luego los saco, seguía besándome mientras sujetaba mi rostro con su palma.
Se dirigió con su otra mano…mordí sus labios sin querer en cuanto estuvo dentro. La presión dolía.
Movió su cadera primero lento…introduciéndose más y más…presionado contra las paredes de mi cuerpo. Su palma masajeo mi miembro mientras el vaivén seguía.
El intenso dolor fue disminuyendo…convirtiéndose en algo curiosamente placentero.
Las embestidas cobraron más fuerza y rapidez, conforme sus jadeos eran cada vez sonoros…haciendo eco a los míos.
Acomodo su rostro entre mis cabellos, aspirando…su cadera se movía contra la mía, con embestidas…su sexo palpitaba caliente dentro de mi cuerpo…trataba de relajarme para apaciguar los residuos de sufrimiento, lo cual…estaba siendo una odisea.
Sujeto mi cintura con ambas manos para sostenerme, presiono su cuerpo contra el mío, mi miembro reacciono…me estremecí.
Enterré las yemas de los dedos en su espalda mientras descubría lo placentero que era, jadeando abiertamente contra su oreja.
Mi corazón perdió su ritmo por completo, repiqueteando con violencia contra mis costillas, despertando una sensación más allá de la física.


POV MATT

Aspire el aire frio mientras caminaba llevando en una bolsa tanto el paquete de Linda como mi botella de vodka, lo único que podría hacerme perder la cabeza…si lo mezclaba con un poco de tequila de vez en vez…
Mello iba a perderá cabeza…yo también…y si estábamos en peligro de muerte por lo menos iba a demostrarle que lo que yo quería era estar con el…siempre.
--Nada como el sexo—me dije con una sonrisa.
“Nada como hacer el amor” agregue para mis adentros.

POV NEAR

Mi espalda perdió el colchón, me deje llevar por sus brazos. Mello giro sobre su cuerpo para sentarse sobre el lecho, llevándome consigo. Me acomode hincado sobre su cadera, sin dejar de besar sus labios…Rompí el beso cuando gemí, mordiéndome los labios mientras su miembro entraba de nuevo en mi cuerpo. Cada vez era más sencillo…más placentero.
Sujeto mi cadera, guiando el movimiento de arriba abajo, mi miembro punzaba expectante en medio de nuestros torsos, atrapado por su ardiente piel y la mía. Con la punta de su lengua deshizo el fiero agarre de mis dientes con mis labios.
Mis brazos rodearon su cuello, apoyándose sobre sus hombros. Sus uñas se enterraron en mi espalda, aumentando la fuerza del vaivén sobre su sexo. Sus gemidos chocaron contra mis labios, haciendo eco de mis jadeos…
Su miembro entraba y salía con mayor facilidad.
El calor rodeaba toda la habitación, su sudor goteaba contra mi piel…los espasmos de placer palpitaban desde mi sexo hasta la cabeza…
Me aferre a su cuello, colgándome de el para dejarle todo el trabajo…escondí el rostro en su clavícula, jadeando contra su hombro…Su brazo me rodeo la cadera para hacerme subir y bajar con mayor fuerza. Su otra mano sostenía mi cuello, jugando con mis cabellos.
Temblé… lo oía jadear…Mi corazón vibro.
El calor se concentró en mi vientre…extendiéndose por todo el cuerpo…nunca antes había sentido algo así…mi cuerpo se tensó, mi sexo palpito con fuerza, ardiendo contra la piel de Mello…derramándome contra nuestros torsos desnudos. Me aferre a su cuerpo con fuerza, enterrando los dedos en su piel.
Cada poro de mi cuerpo estaba sensible…cualquier brisa de viento podría hacerme vibrar con satisfacción…
Me sentía cansado…la cabeza me daba vueltas…incluso mi visión fue borrosa luego de esa explosión.
Se impulsó para empujarme suavemente de vuelta a la cama, recostándome en ella…sin salir de mi interior. Apoyo una mano en la cama, mientras que los dedos de la otra sujetaban mi mejilla. Elevo una de mis piernas para que rodeara su cadera otra vez, sus movimientos fueron más suaves…circulares dentro de mí. Sus pupilas azules me miraban atentamente…las embestidas volvieron a subir de fuerza, el rechinido de la cama se ahogaba con sus gemidos, cerró los ojos echando el rostro hacia atrás, mordiéndose los labios. Le contemple fijamente…Mello era…bello.
Su cuerpo se tensó de pronto, agacho el rostro contra mis labios, jadeando con más fuerza, el líquido caliente me hizo vibrar en medio de un último espasmo. Inconscientemente mis manos viajaron hasta su cuello para rodearlo en esos excelsos segundos.
Nuestras respiraciones agitadas se apaciguaron lentamente, boca contra boca.
Suavemente se apartó para salir de mi interior, sentí el líquido derramarse sobre el colchón, embarrarme las piernas.
--Mihael…--musito acomodando el rostro contra mi hombro. Mis pupilas vibraron…ese era su… ¿nombre?
--La verdad abre sinceridad ¿no lo dijiste, Near?...se convierte en…--guardo silencio.
Gire el rostro levemente, buscando encontrarme con sus profundas pupilas azules.
--Mihael—musite. Le causo gracia; alzo el rostro, mientras se apartaba de encima. Soportar su peso extra en realidad no era desagradable.
--Near…--musite de nuevo.
--Estar “cerca” de la persona adecuada evitara que mueras aquí—respondió. Mire atentamente su mirada…el que me revelara eso significaba que…estaría cerca de Mello…solo de él.
Iba a ponerse en pie, mi mano sujeto su brazo.
--¿Te…lastime?—pregunto sin mirarme.
Negué lentamente…sinceramente…seguro de haber sentido algo más que simple placer corporal. No fue por eso que le detuve…en realidad…solo quería…disfrutar del único contacto corporal que era capaz de…despertar mi humanidad…mis emociones.
Puesto que no le dejaba ir, apoyo su costado sobre la cama, dejando caer el cabello rubio sobre su rostro. Devolviéndome la mirada.

POV MATT

Subí corriendo las escaleras, ignorando los jadeos de alguna prostituta mientras estos trataban de ignorar el llanto del niño pequeño.
Anduve por el pasillo hasta la puerta. Aspire con fuerza, sintiéndome curiosamente nervioso, como si se tratara de mi desvirgacion, vaya, eso sonó bastante mal, digamos mi primera vez….no, se debía a que estaría con Mello…lo convencería de que no debía preocuparse por mí, que estaría con el pasara lo que pasara…
Significaba más de lo que él sabía… pero podría arreglarlo: decírselo.
Además el cuerpo me ardía en ansiedad por rozar mi piel contra la suya, no de la misma forma en que había estado sucediendo…quería que volviera a ser un ardor de pasión, de deseo real no de sexo animal (bueno eso estaba bien), mejor dicho, de obligación o instinto descargado.
Iba preparado. Lo había planeado a la perfección.
Metí la llave al cerrojo y abrí la puerta.

POV NEAR

Sus pupilas brillaban con una luz apacible…
--Solo te lo diré una vez, Near—dijo, estaba acostumbrándome a mi nuevo nombre…oírlo de Mello—Tenias razón: no voy a lastimarte. Pero solo a ti—agrego.
Me incorpore lentamente hasta sentarme, seguramente se refería a B…y eso solo me recordó a mis dos hermanos…el peligro…
Se incorporó para sentarse a mi lado, sus orbes fueron más fríos, analíticos contra mi monotonía devuelta.
--Mello…si yo permanezco aquí, significaría no solo un peligro para mi persona…--musite.
--¿Y crees que no se eso?—se burló con una sonrisa burlona—quien sea que te tenga atado a la policía o a lo que sea…es más estúpido de lo que crees puesto que estas aquí.
Le mire fijamente, retorciéndome el cabello…una parte de mi había estado esperando que Mello fuera capaz de deducirlo…allí depositaba mis humanas esperanzas.
--Otra vez eres una máquina—bufo acercándose hasta mis labios—puedo arreglar eso, pequeño e inútil Near…--al parecer Mello tenía una faceta alejada dela violencia. Cerré los ojos, dejándome llevar, sintiendo sus manos rodear mi cuello y cintura: atrayéndome a si…sus dientes mordieron mis labios con ardor…con ansiedad…Su faceta no duraba mucho.

POV MATT

Anduve en silencio hasta el dormitorio, dejando botado el cigarro…puesto que iba a quejarse por el humo en cuanto me viera…
Apoye la mano en la puerta y la empuje

Notas finales:

MIL GRAX POR LEER Y SU COMPRENSION!!

BSHOSS TRONADHOZZZZ


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).