Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXCESOS por HakudiNN

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Actualizo un capitulo!! =D sigo respondiendo reviews y poniendome al corriente con ellos el martes vale??? GRACIAS.

Por cierto agrego debajo del capitulo un one-shot para que no odien a MELLO!! =S espero que funcione!

POV LIGHT

Deje el celular en la mesa, mirándolo con atención, como si con ello pudiera hacer ver mi arrepentimiento real ante los ojos de Takada, quien, en realidad no podría verme. Ahora podía asegurar con toda razón que dejar a una mujer plantada era de las peores ofensas, incluso cuando tampoco estabas tan interesado en ir. Y eso también se aplicaba a Misa Amane…hasta a una prostituta le indigna esperar sin frutos…lo cual, a decir verdad, no está del todo mal. Mujeres al fin y al cabo.
Lo que en realidad era gracioso de esta situación era que ambas, tanto Takada como Misa, me esperaron hasta que descubrieron que no llegaría a su encuentro…lo cual solo empeoraba mi disculpa surgida unas cuantas horas más tarde…sin embargo antes hubiese sido imposible ya que…estaba demasiado ocupado olvidando ambas citas.
Suspire con pesadez dándome vuelta, resignado a tener que actuar con mayor esfuerzo cuando las viera de nuevo. La imagen de Elle capto mi atención de inmediato, incluso cuando la habitación se encontraba por completo en penumbras, iluminada solamente por la luz artificial de los faros exteriores. Cuyo brillo amarillo se colaba por los ventanales en formas rectangulares por la alfombra, sin alumbrar por completo a mi único acompañante…simplemente dejando una estela sobre su cuerpo…sus cabellos negros…su pálida piel que refulgía contra la mortecina luz que apenas y rozaba sus delgadas facciones.
Su expresión era apacible…respiraba con calma, en medio de un ronroneo rítmico mientras se hundía en el sueño. Hacia bastante que no había dormido, eso era evidente gracias a sus ojeras y el tono verdoso que su piel había estado tomando…casi enfermo…pero esta noche pudo conciliar el sueño.
Quizás era porque aun cuando la situación fuera problemática con sus hermanos…aun cuando estaba consciente que arruinaría por completo el, de por sí, débil lazo con ellos…ver a Nate, su hermano…tal vez aun así fue tranquilizador poder tener un contacto otra vez con él. Aunado a que posiblemente estaba recargando fuerzas para enfrentarse a todo lo que tenía en su agenda…
Aspire hondo…Elle también era humano incluso cuando me costara trabajo creerlo en ocasiones…
Me deslice en silencio por la alfombra, sentándome en el sofá justo frente al cual Elle dormitaba, acurrucado como un infante. Tuve el impulso de apartarle los mechones negros del rostro para contemplarlo a gusto…pero me contuve.
Realmente era desagradable, Elle debía desagradarme, por completo. Definitivamente. Era molesto, mandón, lacónico, extravagante, posible diabético, raro…mi jefe…mi competencia.
La persona con la cual pasaba casi toda mi vida. Absorbía mi tiempo…y tampoco era tan malo, eso debía admitirlo.
Alargue la mano hacia el pedazo de papel que Elle no había dejado de mirar desde que su irritante hermano se fue. La contemple con cuidado, el parecido de los tres niños era impresionante, sobre todo en los de cabello oscuro…Debía ser el único recuerdo que poseía…quizás a él le pareciera un incentivo para hacer aflorar sus sentimientos, sin embargo, a mí me parecían solo tres niños extraños, fotografiados en una tétrica escena si tomábamos en cuenta que el más pequeño, Nate, sostenía en brazos una figura de acción. Ninguno se veía muy feliz en ese retrato…ninguno me pareció que hubiese cambiado mucho, con excepción de Elle…el ahora era…fascinante…
La puerta de su oficina se abrió, dejando entrar la luz del pasillo. Guarde en la chaqueta la fotografía y fingí que nada ocurría.
--Joven Yagami ¿Por qué aún sigue aquí?—pregunto Watari con amabilidad, llevando un cobertor doblado.
--Perdi la noción del tiempo trabajando con Elle…
--¿Trabajando?—insinuó—quizás me equivoque Joven Yagami, pero no se me fue requerido ningún archivo sobre el que estén trabajando.
Le sonreí, anciano astuto, no por nada ha permanecido con Elle desde que tengo memoria de conocerlos.
--Charlando sobre lo ocurrido—dije.
--¿Gusta que llame por un taxi?
Antes de contestarle mis ojos se fijaron en Elle de nuevo.
--Es tarde, Watari. Preferiría dormir aquí esta noche—me excuse tomando como pretexto la madrugada. Asintió con cuidado, dejando su cargamento sobre el sofá.
--Le traeré un cobertor y una taza de té—dijo cortésmente, andando hacia la salida.
--Gracias—murmure sin apartar los ojos de Elle…
Resople cansinamente alargando las manos al cobertor y pasárselo por el cuerpo, no podía quejarse de que no me comportaba amable con el…solo era cortesía humana…de colega a colega…de competidor a competidor.
Me quite el saco y me eche sobre el sofá de nuevo, sin dejar de mirar a Elle…Me pregunte si yo sería capaz de sacrificar a alguien de mi familia por otro integrante…porque el definitivamente lo consideraba.
Me recosté sobre los cojines, mirando a Elle…

POV MATT

Contemple en silencio.
El piso desapareció de mis plantas, llevándome lejos…dejándome flotando a merced de la nada...
El aire se hizo pesado, negándose a entrar en mis pulmones…o quizás el problema era yo, que no podía respirar de pronto. Ni siquiera lograba comprenderlo.
El sonido de vidrio estrellándose contra el suelo me desconecto del espacio donde estaba parado, y solo entonces Mello se volvió a la puerta. Fue hasta ese momento que me di cuenta que el problema eran mis manos que habían soltado mi cargamento…de pronto no tenía fuerzas.
El aire se cortó de golpe, una honda de desconcierto total nublo mi mente…dejándola en blanco.
Era imposible. No…no podía suceder.
Los ojos azules de Mello me miraron con incertidumbre, casi asustados, es irónico, es la primera vez que veo una emoción como esa en sus rostro, o quizás es mi rostro lo que le inquieta.
No lograba coordinar las órdenes de mi cerebro así que no lograba moverme, las piernas se negaron a responderme…como el resto de mi cuerpo.
Ni siquiera terminaba de reconocer quien era aquella otra persona que alargaba las manos hasta su ropa para vestirse, imitando a Mello, quien busco sus pantalones.
Mi mente estaba turbada por completo, ocupada por el hecho en sí…
Por fin las pupilas azules se fijaron un momento en…Nate…si, Nate.
¿Por qué con él?... ¿porque lo hizo para empezar?
El rubio me miro entonces, una resolución determinada cruzo los orbes; se puso en pie, acercándose a mí.
Le contemple en silencio, un horrible peso dentro de mi garganta me impedía abrir la boca, emitir sonido alguno…ya no se diga hablar. Los labios me temblaron levemente, mis ideas dispersas.
Sabia en realidad que Mello podía acostarse con alguien más pero era solo sexo ¿Qué podía cambiar con ”el”?...la forma de acercársele…de besarle…como le miro en cuanto noto mi presencia…
Mello se detuvo frente a mí, mirándome fijamente…pero yo no lograba despegar los ojos de la figura inmóvil de Nate, quien evitaba mi mirada.
--Matt…
Al oír su voz la turbación en mi mente de disperso un momento, la suficiente para devolverle la mirada…al principio no logre comprender lo que decía, ni siquiera le escuchaba y es que la maldita imagen daba vueltas en mi mente, repitiéndose hasta nublar mi capacidad: Mello y Nate...en mi casa…mi cama…con MI novio…la persona que yo… ¿con Nate?...Mello y Nate, besándolo…sin ropa…
--Matt—llamo con más fuerza, en vista de mi nula respuesta.
Sufrí un sobresalto, de pronto la realidad se abrió en un profundo telón de sensaciones que se estrellaban en un maremoto de confusión…trayendo la desagradable sensación de la traición…y algo más que solo desconcierto en mi pecho, se liberó.
No pude evitar el fuego en el cuerpo, que mis pupilas se endurecieran en una tormenta de furia, indignación, decepción…y traición…pero sobre todo dolor…una fuerte punzada que se abrió en el pecho…
--Matt…yo…lo lamento—se interrumpió, sus pupilas se ensombrecieron
--Lo lamentas—musite venciendo el nudo en la garganta. Todo estaba en su sitio, lo supe siempre, pero de pronto ese ya no era mi lugar, todo se desubico…me sentía desorientado…fuera de lugar.
Y eso…me enfureció.
--Matt…ven conmigo—pidió elevando la mano con intención de tocarme. La imagen de Mello rozando la mejilla de Nate golpeo mi mente…
--¡No me toques!—ordene, sacándome su mano de encima, preguntándome como se sentiría que alguien rozara tu mejilla sin querer arrancártela con los dientes--¿Cómo…?...¿que…?—no lograba siquiera ordenar mi mente ¿Cómo hacerlo cuando la razón de tu existencia ha decidido burlase de ti…acostándome con alguien más…no…demostrándole algo que a ti jamás se molestó en fingir?
Nate se deslizo fuera de la cama, mi cama, nuestra cama, de Mello y mía. La rodeo, retorciéndose el cabello y se dirigió a mí.
Y se me ocurrió la pregunta más idiota, porque en realidad no quería oír la respuesta.
--¿Por qué?—exigí saber. Mello dudo un segundo--¡Te hice una maldita pregunta!—alce la voz, oyéndola distinta, desconocida hasta para mí. Dolida.
--¿Podemos hablar, Matt?—pidió Nate tímidamente.
Le mire entonces, analizándolo…era más pequeño que yo, más frágil, casi…inferior…era simplemente Nate…Quizás estaba solo equivocado, era un juego más de Mello…una razón escondida que posiblemente no logre ver en estas últimas semanas…
No era posible que Mello se interesara sinceramente en él, sé que el acepto estar conmigo por una razón…estaba seguro de tener por lo menos su interés.
Mello desvió los ojos un momento, pensando.
--Es parte de algún plan de Rod—musite. Los orbes de Mello me miraron de nuevo--¿cierto?
--Matt, escúchame—pidió lentamente—ven conmigo.
--¡Con una mierda, Mello!—grite--¿es eso o no? Porque si lo es…está bien—la voz se apagó—estoy equivocado al enojarme por esto ¿verdad?—realmente fue un ruego por escuchar que era un simple mal entendido. Vi mis esperanzas esfumarse una a una conforme su mirada me revelaba la verdad: lo que vi, lo que oí: TODO era cierto.
--No se trata de Rod—dijo Mello—ahora, Matt, ven conmigo—dio un paso rumbo a la puerta.
El fuego subió por mi cuerpo de golpe. Mis puños se cerraron con fuerza.
--Necesito hablar contigo, Matt—interrumpió Nate.
Mello me miró fijamente.
--No te metas, Nate—ordene entre dientes. Conteniendo mis impulsos.
--Matt—llamo Mello de nuevo, oír mi nombre estaba resultando más doloroso de lo imaginado. Me arrebate de su agarre.
Le mire un segundo, enojado…furioso…traicionado…herido.
--Te ayude—masculle con repulsión, destilando acido puro. Mello parpadeo confundido, pero no me dirigía al rubio—Te ayude…--repetí, dándome vuelta a Nate--¡Te evite la muerte!...incluso….incluso pensé que eras una especie de…amigo—me burle de mí mismo, furioso y humillado por lo iluso que fui--¡Y tu…!—el raciocinio desapareció, la ira era más fuerte. Di unos pasos, decidido por primera vez a descargar la furia que me hacía sentir traicionado, todo ese ardor que picaba en mis manos…desconociéndome por completo.
Las manos de Mello me detuvieron al instante, sujetándome para evitar que me acercara…protegiéndolo.
Me aparto con violencia, situando su cuerpo entre Nate y yo. Aquello hizo temblar mi corazón por completo, hasta ese momento todo había sido furia y traición…ahora se trataba del verdadero dolor que derrumbaba mi fuerza e indignación…las heridas se abrían…me dolían. Algo adentro se derrumbó.
Toda mi vida.
Esa posición que había visto en Mello tantas veces…me estaba amenazando por Nate…
--Esto es entre tú y yo, Matt—dijo con cautela, con verdadera amenaza. Mi rostro se contrajo inconscientemente, empujándolo con fuerza, apartándome automáticamente, rehuyendo ese contacto que me rechazaba a mí. Mello se dejó hacer.
--No…--musite sin pensar, desviando los ojos, buscando algo que apoyara mi teoría.
--En realidad—hablo Nate. Los puños me temblaron al escucharlo—considero justo que sea yo quien hable contigo, Matt.
--¡Cállate, Nate!—amenace—maldito traidor—musite con repugnancia.
--Matt..es mejor que vengas conmigo afuera—intento Mello de nuevo.
--¡Como mierda pudiste hacerlo, Mello!—exigí saber, permitiéndole a la frustración fluir, toda esa indignación--¡Aquí…y con el!—señale.
--Permíteme hablarle—intervino Nate mientras yo hablaba, tocando el brazo de Mello. Solo quería que lo soltara—Mihael…
--No puedo creer que después de lo que…--me interrumpí, preguntándome de que me perdía ahora--¿Quién es Mihael?
La pregunta fue evidentemente estúpida. Nate miro a Mello con atención, el desvió los ojos, bajándolos.
Solté el aire cuando di con la respuesta a mi propia pregunta.
--Ese es tu nombre—solté una risotada amarga. Mello no respondió—Un año…--pase saliva con trabajo gracias al nudo en mi garganta, fue casi doloroso—un maldito año…y tú nunca, NUNCA me lo dijiste—escupí, echándoselo en cara--¡¿Es ese o no tu nombre real?!
Asintió mirándome otra vez, sin atisbo de arrepentimiento.
--Entonces…es verdad—me insulte por aferrarme a lo contrario, tuve la necesidad de buscar un apoyo o me vendría abajo sin fuerzas para sostenerme…
--Iba hablar contigo pronto de cualquier manera—dijo.
--¿Cuándo?--farfulle--¡¿Cuándo te encontrara cogiendo con el imbécil de Nate?!—pregunte con ironía—pues felicidades, porque el momento fue idóneo a tus jodidos planes, Mello. Nunca fallas—exclame entre dientes.
--Escúchame, Matt—allí estaba el Mello que siempre conocí, altivo, arrogante…
--¡No! ¡Tú escucha!—grite, pero no había nada que decirlo, o al menos nada que no se convirtiera en una súplica—escúchame—sucedió, aquello fue un real ruego—Haz que se vaya con su hermano o con quien quiera…y entonces…te escuchare.
--No encuentro inconveniente a ello, necesitan…hablar---musito Nate dando unos pasos para salir.
--No—tajo Mello mirándome fijamente. El traidor se detuvo.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo en cuanto la verdad arremetió contra mí, eso no se trataba de una simple infidelidad, de una traición…no…Mello estaba cambiándome.
No…
Me desubique por completo, buscando apoyo contra la pared. No podía ni siquiera creerlo…comprenderlo…decirle algo, ya que, todo sería un ruego por que reconsiderara su decisión.
--Entonces…lo quieres—murmure, el aire estaba faltándome. La mirada se cristalizo sin que me diera cuenta, mi pecho se agito dolorosamente—No…
Mello bajo los ojos, aspirando con fuerza.
--Si—dijo al fin, alzando la mirada, inescrutable.
Cerré los ojos con fuerza, mordiéndome los labios.
--Mello…--comencé, vencido ante mi propia verdad, a mi realidad—lo olvidare—ofrecí—todo será como antes si él se va y…esta noche podemos…hablar.
Sus pupilas vibraron consternadas, como si presenciara la peor de las humillaciones, y quizás así fuera.
Incluso Nate me miro.
--Prometo no poner en duda tus planes, ni…--aspire con fuerza, dejando atrás la posible dignidad que estaba recriminándome mis actos—insistir en salir de California…solo déjame hablar contigo esta noche…--ofrecí como una súplica, con la vista baja, fija en mis zapatos.
--Tienes que irte de Richmond, Matt—dijo pausadamente. Cada palabra se grabó en mi pecho como una daga de filo dentando…el dolor al oírlo fue casi físico. Mis pupilas se dilataron, asustadas—Si permaneces aquí solo—remarco—vas a morir en cualquier momento.
Era un insulto a mi capacidad pero era el último de mis problemas.
--Y Nate sobrevivirá—solté con sarcasmo—porque estará contigo…No entiendo—admití.
--No perteneces aquí, Matt. Nunca lo hiciste.
--¿Y Nate si?—me burle, buscando una excusa para poder recobrar el interés de Mello por sobre Nate.
--Lo siento, Matt—dijo luego de un momento—Camina, Nate—hizo ademán de irse.
--Sacrifique… ¡sacrifique mi vida por ti!—reclame con fuerza, dejando salir un poco de mi dolor. La voz es escucho quebrada. Aparte la mirada de su periferia, para que no notara las gotas que amenazaban con resbalar por mis mejillas.
--¡Deje todo lo que tenía por ti! Vine aquí, estoy muerto para mis padres y todos los malditos días de mi jodida vida estoy en peligro de morir… ¡por ti!
--Yo no te lo pedí—interrumpió con fuerza, recordándomelo.
--¡Porque no era necesario!—hice ver, mirándolo--¡Sabias que con o sin tu petición yo hubiese venido contigo para amarrarme como un perro a su dueño!
--Viniste aquí por ti, fue tu voluntad desde un principio, ¡tu decisión!—subió el tono.
--Renuncie a todo lo que yo…--no pude seguir, desvié los ojos otra vez en vista de que las lágrimas estaban venciéndome.
Guardo silencio un momento.
--En verdad lo siento, Matt—musito, su tono fue realmente avergonzado—en lo que vale te doy mi palabra que nunca quise que dejaras tu vida atrás. Tu tomaste la decisión conociendo las consecuencias. Lo que ocurrió esta noche es porque Near y yo…nunca fue mi intención lastimarte…
--¿Near?—me eche a reír con amargura--¿ahora se llama “Near”?—dolía demasiado--¿Sabes hace cuanto que no escucho mi propio nombre gracias a ti?
--Es conveniente para ti que recuperes tu vida…Mail—exclamo lentamente. Nate me miro atentamente.
Aspire profundamente…con mi nombre retumbando en mis pensamientos.
--Ve a casa, ahí estarás seguro—musito.
“Tu casa”…
El peso del arma me punzo en la cintura, despertando unas poderosas ganas por descargar el cartucho en Nate…
--Se supone que estoy en mi casa—dije—yo vine a Richmond y tú me echas de tu vida como un perro…--B tuvo razón todo el tiempo, el ciego era yo.
Mello abrió la boca para decir algo, más se calló.
--¿No significo nada, cierto?
Alzo la barbilla con arrogancia sin embargo, curiosamente, sus pupilas vibraban torturadas.
--No.
Todo se derrumbó, una espesa nube negra cubrió mi pequeño, insulso y deplorable mundo…volviéndolo en nada.
--En mi opinión, mereces una explicación y estoy seguro que tu deseo es escucharla—hablo Nate, rodeando a Mello.
--Aléjate—ordene sin verlo. Apreté la mandíbula, odiándolo profundamente—cualquiera lo vería: eres el nuevo perro, el nuevo “Matt” de Mello, perdón, Mihael—dije, el mencionado me contemplo en silencio—Solo que tu si le importas—cada palabra me quemo por dentro. Me aparte del muro, echándome a andar hasta la puerta. Espere en silencio que Mello me cediera el paso, lo hizo con condescendencia, sin dejar de mirarme.
Cruce el salón…de mi…no…su casa…sin importar que ambos nos habíamos mudado allí conseguido el lugar…pagado…conservado…vivido juntos…ahora me sentía por completo ajeno a ese lugar. Un intruso allí.
A cada paso que daba la distancia entre Mello y yo se alargaba, lo sabía, me dolía, me lastimaba…estaba ardiéndome por dentro, rogándome por girarme y decirle que para mí no fue solo sexo. Nunca fue solo sexo.
Gire la perilla de la puerta principal.
--¿Sabes, Mihael?—dije sin volverme—Habría dado mi vida por ti…yo si te amo—abrí la puerta y simplemente hui.

POV NEAR

El pecho de Mello se agito en cuanto el eco de las palabras de Matt voló por la estancia. Sus torturadas pupilas azules vibraban contra la puerta, fijas en ella…su cuerpo inmóvil, sin dar señales de vida…
Por fin, bajo el rostro, cerrando los ojos.
La certeza asalto mi mente: Matt significaba algo para Mello…no estaba seguro exactamente que…pero allí estaba.
Mire la puerta un momento…luego, de nuevo a Mihael…
Nunca imagine que solo yo supiera su nombre real, algo tan íntimo y peligroso…algo que no se atrevió a compartir con Matt…incluso cuando el verdadero nombre del chico fue trivial para el rubio…todo el tiempo.
Matt era…noble…
Tuvo razón, en parte seguía con vida desde un principio gracias a el…a sus actos amables…a su amigable forma de ser, a su buena voluntad natural…Y fue entonces que sentí que había hecho algo malo. El porcentaje de acertar también con eso crecía.
Lo ocurrido había sido demasiado egoísta, pero nada cambiaria ese hecho, lo finalizado y sucedido estaba en el pasado…no iba a negarme a mí mismo el deseo de guardar esos recuerdos y repetirlos…¿Por qué no?
Ambos fuimos egoístas…Matt siempre fue amable…distraído y quizás un tanto negligente…pero noble..
El silencio se extendió por el lugar…me sentí como un criminal…robando la felicidad de alguien más, solo por encontrar el final a una vida de excesiva…simpleza… soledad…frio…Ahora sería peor, una sensación que odie de cada persona por ser de las características más asquerosas de un ser humano: el egoísmo. Y en este momento me sentía más humano que nadie. Quería seguir siendo egoísta, incluso si no era lo correcto…si no era justicia real.
Desvié la mirada, iba a retorcerme el cabello pero mi brazo perdió fuerza a medio trayecto.
--Mihael…
--No, Near—pidió—yo…
Suspire. Me eche a andar hacia la puerta, Matt no debía estar lejos.
Mihael se volvió a mi entonces, avanzando para terminar la distancia que nos separaba. Me detuve. Se detuvo.
Me contemplo fijamente.
En sus orbes aún se notaba el opaco de una decisión difícil…de culpa, incluso dolor.
Sus manos sujetaron los costados de mi cabeza con cuidado, se acercó un paso más, apoyando su frente contra la mía, cerrando los ojos.
Solamente podía oír un sonido: su corazón palpitar.

POV LINDA

El sonido rechinante de los resortes de la cama rompía el silencio. Mantuve la mirada fija en el techo mientras esperaba, tamborileaba los dedos de los pies sobre el colchón, estaba consciente que si seguía así de ansiosa, mis anfitrionas iban a terminar creyendo que estaba revolcándome con alguien en mi habitación. Pero no podía evitarlo. Efectivamente me sentía muy nerviosa, no se debía a que pronto podría recuperar mi clientela y mi vida en Richmond…no.
Se debía solamente a Beyond. No respondía mi llamada, y no iba a hacerlo. Lo conocía lo suficiente como para creer lo contrario.
Gruñí molesta en medio de la oscuridad de la madrugada, mirando la pantalla luminosa de mi móvil.
Si no quise regresar a su dormitorio para evitarle problemas y, de paso, evitarme a mí la desagradable sensación de echarme un problema más al vivir con un probable asesino…alguien a quien no podría decirle nunca que “no”.
Era muy distinto a lo ocurrido alguna vez con Mello…eso fue físico, ardiente…el momento de calentura repetido algunas veces…B era diferente para mí, mas no era estúpida tampoco como para arriesgarme a ser hallada por su hermano también.
--Prefiero huir solo de Mikami—me dije a mi misma, marcando su número otra vez. Como asegure siempre: no soy idiota. He hecho mi tarea, los cadáveres de aquellas personas asesinadas como Sneider y aquella chica ex novia de B, habían aparecido uno por semana, con exactos siete días de diferencia entre uno y otro, sucesivamente. Y esta noche…era “la noche”. Por la mañana podría aparecer otro cadáver con una droga en su sistema de difícil acceso para cualquiera…O era por su hermano, Elle…o por…
Resople irritada cuando oí de nuevo el tono de espera, esta ocasión decidí dejar un mensaje en su buzón de voz:
--B…o Rue Ryuzaki, como jodidamente quieras llamarte hoy—exclame y mi tono se escuchó fastidiosamente como de una madre—si te le acercas al rubio psicópata solo lograras que Matthew se corte las venas ¿comprendes? No eres necrófilo…creo. Hasta entonces, no lo hagas.
Colgué el móvil y aspire profundamente. No iba a haber forma de detener a B, Rue Ryuzaki…y si habría forma, tenía que ser una demasiado fuerte. Y esa, definitiva y dolorosamente, no era yo.
Me di la vuelta para sumergirme en las cobijas y esperar poder dormirme las horas que restaban a la oscuridad.

POV MATT

Seguí caminando. Solo…caminando.
Aun no lograba comprenderlo por completo, era un completo estúpido, eso sí lo tenía bien claro.
No estaba seguro tampoco de cómo era que lograba seguir caminando, ni siquiera sabía dónde estaba. Todo estaba oscuro, incluso los faros encendidos en las calles se me antojaban…nublados…opacos…ajenos.
Por un segundo creí que seguía en Richmond, pero luego descubrí que eran calles que no reconocía…ni siquiera en eso eres un buen perro, Matt…no tienes ni sentido de la ubicación…
No eres un buen vigilante, tampoco buen criminal o mafioso…lo único que eres es un muchachito de veinte años que huye de su vida…y que roba dinero electrónicamente.
Con cada paso el corazón parecía pesarme más y más…hasta no lograr soportarlo dentro del pecho, y eso era irónico ya que…sentía un hoyo allí…que ardía, dolía demasiado, físicamente…
El viento golpeaba mi cabello, alborotándolo en todas direcciones y esa era la única prueba que tenia que el aire estaba descontrolado, pues no lo sentía rozar mi cuerpo…el frio estaba opacado por otro…uno que se abría lentamente por mi interior.
Que desagradable sensación, hubiese preferido mil veces conservar la traición, el enojo, el rencor…hasta la humillación…pero tarde o temprano iba a vencerme este sentimiento…Vino justo después de salir, bajar las escaleras y darme cuenta que…Mello no estaba detrás de mí, nunca lo estuvo ni lo estaría.
A pesar de haber entregado mi vida a ese departamento asqueroso y a el…
Levante el brazo, llevándome la botella a los labios, en algún lugar bote el tapón luego de haberla comprado…su aroma se impregnaba a mi ropa. Esperaba sinceramente perderme en el embrujo sedante del brandy y perderme por completo…olvidarlo…
Tropecé un par de veces en el camino, fingí que nada ocurría, que la humedad en mis mejillas era producto del frio viento que golpeaba mis ojos…pretendí que todo estaba bien. Sin embargo, no soy tan astuto y claro que no logre engañarme.
No era justo. No, no lo era.
Perdí el balance de mi cuerpo presa de un mareo repentino, me apoye en uno de los faros. Las fuerzas me abandonaron…
“No es justo”…me repetí.
Abandone toda mi vida…la deje atrás, le di la espalda a mi familia, a mi futuro…por el…por su maldito cuerpo que se volvió mi obsesión…solo para pretender que me gustaba ese modo de vida, aceptar mi pronta muerte gracias a los excesos de allí…a Mello… o tal vez, no fue culpa suya, probablemente soy solo un simple juguete de los muchos que ha tenido y me reemplazo como lo hará con Nate…
Solté una risotada amarga antes de darle un sorbo al licor, ¿a quién pretendía engañar? Antes de mi llegada, Mello, el rubio demente de las peleas callejeras no vivía con nadie…eso lo supe el primer segundo que pise Richmond…el sexo y la violencia eran parte normal en su vida…pero nada más. Luego llega Mail Jeevas a intentar cambiarlo…y fracasa…y de paso, echa a perder el resto de su vida…
El peso me venció, me vine abajo sobre el duro asfalto, recargue la espalda en algún muro. Nada en mi visión era clara…pero si cerraba los ojos sus pupilas azules y determinadas inundaban mi mente, se abría la caja de recuerdos y me atormentaban…me dolían, me quemaban…
Di un trago más profundo, ahogándome en mi ansia por desaparecer la sensación de traición y vacío que la imagen de Mello y Nate, punzaba en la cabeza.
Escupí algo del líquido caliente para recobrar el aliento…
No, aun no alcanzaba a comprenderlo…
Incluso ahora, luego de todo, regresaría al apartamento, echaría a Nate y luego…podría fingir que nada ocurrió…¿podrías, Matt? Humillarme más…El rubio te mataría si te acercas al chico zombi…al maldito imbécil ese.
--Debí dejar que te mataran—masculle, maldiciendo mil veces la noche en que ayude a Nate y su hermano a salir de Richmond…su muerte me hubiese evitado todo esto…
Solo pedía una noche…para hablar con el…
Arremetí en seco con el puño contra el asfalto, las vibraciones de dolor por un segundo ahuyentaron la realidad.
Pero luego la verdad regreso con más fuerza: estaba solo.
--Mello…--oí mi propia voz rota. Nunca antes llore por nadie…nunca antes había entregado todo a nadie…nunca antes nadie me había roto así. Trate de concentrarme en el dolor físico de mi mano, golpeando el piso hasta sangrarme la piel, buscando que fuera el único dolor sufrible.
Cuando me di cuenta que no funcionaria, me puse en pie trémulamente, buscando una forma de…algo…lo que fuera…
Quería odiarlo, quería poder tener la fuerza de lastimarlo…pero no podía…porque…lo amo…amo al maldito estúpido drogadicto, chocoadicto…ojala también fuera adicto a mi como yo de el…y no de…Nate…
Los puños se me cerraron con fuerza, vencí el nudo de la garganta en medio de un sollozo ahogado, lanzado la botella. El cristal se hizo añicos contra el muro con un sonido estrepitoso.
Mi respiración seguía agitada, furiosa, indignada… el pecho me subía y bajaba con ira…con una mezcla de dolor y desilusión.
No sabía ni que sentía. Estaba perdido….por completo.
No pertenecía a ningún lugar…ni a Richmond…ni a la casa de mis padres…a ningún lado podría volver porque…en ningún lado era precisamente bienvenido…y huir de ambos era más sencillo…no vería a Mello y a Nate…que irónico, no pertenezco a Richmond…pero a ti si, Mello…
¿Cómo pude enamorarme así de alguien como tú?
¿Cómo pudiste hacerme esto?
Me tambaleé levemente a reanudar mi caminada, esperando poder alejarme lo suficiente, como si con eso las heridas disminuyeran.
No había lugar a donde acudir…nadie…absolutamente nadie…y la única persona estaba lejos en todos los sentidos…con alguien más…quizás hasta amándolo.
Richmond no era mi casa…huía de nuevo…pero…podía volver a otro lugar…no sabía cómo sería recibido, hacia bastante que no pisaba ese lugar…
Mis padres creían que estaba muerto, y demostrarles que en realidad los abandone no era precisamente un buen augurio…estarían molestos conmigo por lo que hice, no querrán verme después de lo que les hice pasar, creer y sentir. No se merecían cargar con mis penas también…pero…Sacudí la cabeza para ver si así el alcohol se me iba al cerebro y lo nublaba, y no funciono. ¿Qué esperabas, idiota? Tampoco el calor quemante del licor en tu garganta calentó tu cuerpo ni tus labios…el único que puede hacerlo es el…Mello…hacer que tu desesperación se vaya y regrese a voluntad, venciendo la propia.
Seguí andando por las calles, guiándome inconscientemente por la memoria, adentrándome por las elegantes calles exageradamente iluminadas, atravesando el parque del centro; eligiendo por fin un rumbo…esperando en vano que la furia por la traición ganara la batalla sobre el dolor de su abandono…pero no fue así.
Lo único que buscaba en realidad era calmar el maldito frio…buscar algo de calor…me sujete de una banca para no terminar en el suelo. Y volví a caminar.
Ya no sabía si seguía llorando o ya no…las lágrimas se deslizaban por si solas…creo.
Ignore la hilera de blancas edificaciones hasta detenerme frente a una es especial. Cruce el camino de piedra hasta las escaleras, las subí lentamente, arrastrando los pies.
Temblé levemente al cruzar el largo pasillo, me detuve entonces frente a una puerta. Me alise el chaleco con las manos…trate de limpiar mis ojos…
Mi puño se acercó trémulamente a la superficie de madera, dudo un segundo…no tenía otro lugar…ni a nadie más…no quería estar solo…
Llame un par de veces, con la mirada baja, el cuerpo me vibraba asustado por sí solo, reconociendo el miedo que sentía de enfrentarme solo a las calles, a mi vida…al dolor…tenía miedo, estaba molesto…y dolía mucho. Ya no quería sentirme perdido por esa noche…
Transcurrió un largo minuto, sospese la idea de dar media vuelta y marcharme.
Pero la puerta se abrió, dejando pasar un halo de luz al pasillo en total silencio.
Me quede quieto en el umbral…alzando los ojos hasta entonces.
El anfitrión me miro con curiosidad, dejándome espacio para entrar luego de analizarme…debo tener un muy mal aspecto con la silueta de los golpes que no terminaban de curarse, el hedor a licor, el cabello alborotado…la ropa…mi expresión…las lágrimas…todo…
--Buenas noches, Matt—saludo Beyond desde el interior de su dormitorio.

***

Y EL ONE-SHOT!!!

ONE-SHOT
POV MELLO
Todo era silencio. Un profundo y amargo silencio. Hacia bastantes años que no me molestaba la quietud…normalmente lograba disfrutar sinceramente encontrarme en medio del silencio…aunque fueran escasos aquellos minutos cuando las sirenas de la policía se alejaban…se perdían en el horizonte. Cuando las maldiciones y los disparos se perdían en el aire…y dejaban solamente la quietud…
Sí. Desde que tengo memoria me ha apetecido atesorar esos momentos de tranquilidad mayoritariamente pocos en el rumbo usual de mi vida…incluso más que el dulce sabor del chocolate en mis labios, y por supuesto mucho más que los sedantes tóxicos que suelo introducir a mi cuerpo en búsqueda de olvido…y ¿Por qué no? También de valor.
Mi existencia se basó en la supervivencia, en sobrevivir el día a día, buscar un refugio y quizás algo que comer; siempre hacer lo necesario para ganarle a la vida…. hasta poco antes de llegar a Richond…sin embargo, para esas alturas comprendía de sobra la forma correcta para lograr sobrellevar la vida, y tampoco voy a negarlo, me gusta.
Nunca nadie me ha detenido, en cada competencia contra los golpes de la existencia he ganado, porque siempre he estado dispuesto a hacer lo que se necesite.
Esta es mi vida…sexo fácil, buen sexo en realidad, drogas…violencia…adrenalina…yo mando en mi vida.
Y entonces aparece Mail Jeevas. Con sus expectantes ojos verdes de los que tuve que reírme desde el primer momento en que nuestras miradas se encontraron. Su color de cabello tan peculiar, sus manías infantiles de jugar videojuegos, su adicción creciente por el tabaco y el alcohol…su deseo por permanecer conmigo.
Nunca le pedí que abandonara su vida, en el fondo había dos vertientes contradictorias en mi punto de vista: la primera, se enfocaba en querer enviarlo de vuelta, medio muerto a golpes si era la única forma de hacerlo, tenía algo porque volver. Podía elegir vivir lejos de esta mugrosa vida de mierda…sus convicciones eran masivas, menos que su patética distracción pero allí estaban. Sin embargo, también tenía iniciativa, cuando menos lo pensé ya lo tenía frente a mí, decidido a dejar su vida atrás.
Y aquí entra el otro lado, el más jodido de alguna manera, no lo eche porque…tampoco quise hacerlo. Su compañía me resulto un calmante mucho más efectivo que el cacao o la heroína. Fui egoísta.
Y lo mejor de todo…Mail estuvo dispuesto de buena gana a que le cambiara el nombre, lo convirtiera en mi muñeca inflable algunas veces…hasta que me encontré a mí mismo, jodidamente, preocupado por él. Matt era mi amigo, un buen amigo que no se oponía al sexo, al sonido de los tiroteos constantes, que lograba seducirme cuando se lo proponía, que me gustaba y que…si, lo admito, maldita sea, soy un humano ¡mierda!...me duele lo que ocurre.
No lo pude evitar, más bien, trate de hacerlo pero por primera vez alguien logro sobrepasarme…Nate.
Las tardes frente a él charlando, descubriendo lo intrigante que era darme cuenta que existía una persona con ms problemas internos que yo. Ja. Quién lo diría. Ni siquiera estoy seguro de como ocurrió, y eso es frustrante para mi ego.
Solo ocurrió.
A diferencia de Matt, Nate no se preocupó por convencerme, por sacrificar una vida buena ya que, tampoco la poseía. Simplemente se comportó como cualquier otro idiota sin emociones que usa solo su cabeza…algo así como yo pero a la inversa.
No conozco a fondo su vida, apuesto que debió ser mejor que la mía pero tampoco espero que sea lo suficientemente buena como para no poder desligarse de ella.
Hasta este momento puedo decir que dar un respiro fue una bocanada de calma, de confianza, de algo más que no era lealtad, lujuria, gusto o posesión…
Siempre llame a Matt “perro”, y si, lo trate de esa forma muchas veces, no digo que sea correcto pero de nada sirve ahora negarlo o poner un pretexto barato…sin embargo puedo aseverar que no es debido a cualquier razón que crean, no es por montarlo cuando quiera o patearlo y luego palmearlo…sino porque…era mi mejor amigo…o eso era para mí, hasta ahora me doy cuenta. Mierda, lo sé, hice mal. Me arrepiento, más creí que…podría resultar igual para él.
Esta noche me vi confundido más de una ocasión.
El orgullo se antepuso antes de poder pedirle perdón largo y tendido…vi su espalda alejarse, su expresión…eso fue lo peor. Tener que decirle que nunca significo nada para mí cuando no fue así, nunca lo ha sido ni lo será. Tampoco fue solo sexo para mí, Matt.
Pero ¿de qué otra forma ibas a irte si no te decía que no me importabas? De ninguna, y no es justo para ti, si, puedo llegar a tener una balanza equilibrada de justicia e injusticia, incluso yo…Mello, el criminal, adicto, violento, asesino…para ti, Matt siempre fui y seré Mello…pero para Nate, tuve que ser Mihael Keehl, el ser humano.
Sé que lo que hice estuvo mal, desde el hecho hasta la ejecución pero, después de todo no me arrepiento porque también te da una oportunidad para volver a tu vida. Si es que puedes. Lo cual, en serio espero.
Siento algo en el pecho, me oprime, eres la única persona luego de años y años que ha logrado hacerme sentir mal, hacerme sentir que perdí a alguien, alguien que me importaba, Matt. Tú.
Si, Matt, me importas. Fuiste un pedazo de fantasía en una cruda realidad, paz en medio de violencia…una sonrisa eterna y un cuerpo templado en medio de la noche fría a la que estaba acostumbrado…Y creí, por un momento creí que eras lo que Nate es para mí ahora, así como me convencí que yo era tu simple escape de emoción a tu vida cotidiana, un poco de mierda a nadie le hace daño. Creí que lo que tú eres para mí, yo era para ti…fingí no darme cuenta de la resolución de tus pupilas al mirarme, quise convencerme que eras mío, que me pertenecías y que…yo te pertenecía…que debía estar contigo…
Pero…fue diferente. Nunca he sido dado a demostrar mis sentimientos a pesar de ser impulsivo o temperamental…me acostumbre a ocultar mi humanidad hasta para ti…pero…sin querer, Nate se fue metiendo en mi cabeza borrando toda necesidad física de descargar mi furia en ti; no estaba preparado para sentir algo más, y cuando ocurrió realmente estuve asustado…hasta que dejo de preocuparme mi propia seguridad al frecuentarlo, la de el al aceptarme…la tuya al engañarte…solo me importo estar con él.
Y, lo siento, es lo único que me importa ahora.
Sus ojos abisales tan profundos dejaron de ser fastidiosos para convertirse en una callada necesidad, su piel asquerosamente pálida se volvió en una invitación, sus labios tan monótonos en la tentación más profunda que jamás concebí...su silueta en la mayor fuente de protección y fragilidad…y al final, su forma tan irritante de ser…en una especie de obsesión…un exceso de Nate.
Nate es mi exceso, Matt, como fui el tuyo…creo que así podrías comprenderlo…
Te tuve que dejar ir, traicionarte de esa forma…para entenderlo. No pienso alejarme de la única fuente de calma que, inconsciente e irónicamente contra la realidad, Nate me proporciona.
Fue extraño verlo perdido en una droga de forma accidental, frene mis impulsos cuando, de haber sido tú, hubiese aprovechado tu cuerpo que voluntariamente me ofrecías y…quizás hasta te violaría. Pero Nate…no pude. Lo único que alcance hacer fue mirarlo mientras el tiempo transcurría, contemplar su perfil…sus ojos…su cabello…su cercanía. Solo podía concebir cuidar de él, protegerlo...porque Nate se convirtió poco a poco en paz dentro de mi guerra interna…
Busque con todos los medios el resistir al embrujo del sexo drogado...encontrándome con una sensación más poderosa…que me hizo…feliz. Por primera vez feliz luego de un buen jodido tiempo.
¿Sabías, Matt, hacia cuanto que no sonreía sinceramente? Creo que desde que comprendí que estaba solo en el maldito mundo.
Los excesos fueron una salida fácil para mis problemas, en su momento yo mismo lo fui para ti con todo y tus propios excesos…pero Nate…no es una salida, es una invitación.
Sin darme cuenta la acepte…
Y no voy a dejar ir esa oportunidad de ser feliz.
No voy a mentir más, a ninguno de los dos, Matt…Sé que estas solo allí afuera, no deseo que nada te ocurra pero…si voy afuera a buscarte solo lograre lastimarte más, lo comprendo…no es que no me importes, pero si crees que siempre fuiste solo un juego, será más sencillo para ti odiarme hasta olvidarte de todo esto y…seguir con tu vida.
Lo siento, Matt, en verdad lo siento. Nunca creí que esto pasaría.
A ti, Matt, Mail Jeevas te quiero.
A él, Nate…Near…lo amo.

Notas finales:

Gracias por leer y bshooos tronadhoss!!

PD:COMO VERAN: NO SOY MUY DADA A LAS EXPRESIONES GRAFICAS DE LLANTO..COMO Q KISE HACERLO MAS REALISTA, ACOPLANDO LAS REACCIONES AL MATT PERSONIFICADO DEL FIC =)!! Y CLARO LAS DE MELLO Y NEAR!!!! ESPERO SU OPINION SOBRE EL CAPI Y EL ONE-SHOT PORQUE DE NUEVO ESTOY INQUIETA!!
BSHOSSS TRONADHOOSSS!!!
(Y SENSUALES)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).