Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXCESOS por HakudiNN

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capitulo 21

POV LIGHT

Mire atentamente como Elle se retiraba de la oficina, andando con su andar pausado y aburrido, con ambas manos dentro de los bolsillos del pantalón.
Aquella reunión matutina había destruido mis inexplicables deseos por permanecer a su lado más tiempo luego de que ambos…La sangre subió hasta mi rostro por automático. Eso no estaba bien. No era virgen cuando Elle y yo…Me sentí acalorado, el punto es que lo que ocurrió simplemente fue…distinto. Dejando de lado el hecho de que ambos éramos hombres, en realidad nunca imagine que podría suceder, menos con tan extravagante persona, yo mismo me consideraba heterosexual por completo, incluso podría admitir que aceptaba que Misa Amane además de estúpida era agradable físicamente, Takada tampoco era considerada fea…pero ¿con Elle? Ya no vale la pena, me dije, ocurrió, es más, no me opondría a que pasara nuevamente, de hecho: lo quiero así. Eso es lo importante.
Naomi se aclaró la garganta. Volví mi mirada a ella, me contemplaba fijamente mientras sostenía nuestros avances en la investigación para enviar a Beyond Lawliet a prisión, los mismos documentos que habíamos revisado apenas ella arribo a la oficina de nuevo…varios minutos después de quedar vestidos otra vez.
Ni siquiera tuve la oportunidad de almorzar, y mi cuerpo reclamaba alimento al punto de dolerme la cabeza, aunado a que me sentía terriblemente cansado. Fingí que el sonrojo que sentía por ese hecho no se notara.
--¿Crees que el juicio de Elle llegara al punto de enviar a prisión a su hermano?—inquirió seriamente. De inmediato subí la guardia, esa mujer tramaba algo.
--No estarías de acuerdo, Naomi—fingí no darme cuenta de sus intenciones.
--Estoy consciente de que tratamos con un asesino—le echo una ojeada a las fotografías—sin embargo, el concepto de justicia de Elle me parece extremo.
--¿No crees que merecería un castigo severo alguien como un homicida?—le mire con inocencia.
--Tal vez un castigo que conlleve ayuda también—respondió—es un muchacho solamente, no mayor que tú. Es más, son de la misma edad ¿Cierto?—afilo los ojos.
Por dentro entorne la mirada ante su insinuación.
--Así es, Naomi—suspire con pesar—Me parece increíble que alguien pueda echar a perder su vida de esta forma, y arrastrar a más personas con él.
--Discúlpame, Light—dijo. Abrí los ojos con inocente curiosidad.
--No comprendo…
--No estas afligido por Beyond, tampoco por Nate. Creo que en realidad estas esperando con regocijo que su hermano este tras las rejas—sugirió—Y que el menor de los tres te tiene sin el mayor de los cuidados.
--No estamos en posición de decidir ni opinar, Naomi—dije amablemente, aunque internamente estaba fastidiándome la forma tan estúpida de intentar ayudar a un homicida sin solución—El único con conocimiento de tal situación es Elle—me puse en pie.
--Lo sé—se encogió de hombros—Aun así, he trabajado antes con él mismo y sus métodos nunca habían rozado este nivel. Beyond tampoco es culpable de que Nate este desaparecido, enviarlo a prisión para alejarlos no me parece la mejor de las soluciones tomando en cuenta que Elle tampoco ha sido el mejor de los hermanos.
Evite que divisara como fruncía los labios con irritación ¿Cómo se atrevía a decir algo así del detective?
--No lo considero un sacrificio—repuse—Beyond se ha buscado el peso de la justicia, y Nate realmente necesita estar lejos de ese sujeto llamado ridículamente “Mello”. Tanto él como Beyond han sido influencias negativas que, estoy seguro, Elle quiere corregir trayendo consigo a su hermano—exclame calmadamente pero con autoridad implícita, mostrándole a la mujer una preocupación que a decir verdad me tenía sin cuidado. Moviéndome contra mi error.
Algo en la forma en como me observaba me revelo que no estaba creyéndome.
--Qué curioso, Light, supongo que esa es la razón por la cual trataste de ayudar a Elle contactando a un fiscal de distrito—dijo con fuerza.
Mi cuerpo se pasmo por un segundo, mis manos vibraron con fuerza. ¿Cómo es que lo supo? ¿Qué era lo que sospechaba? ¿Qué tanto peligro podría representar esto? ¿Qué significaba exactamente?
“Tranquilízate, Light” me dije con fuerza, luchando por controlar mi respiración, buscando en mi mente con desesperación la forma de salir ileso…si Misora sospechaba de mí, de mi actuar…significaba un problema ya que, conocía a Elle, y podía, con una simple palabra, cambiar el tablero, deshacer todo lo que había ganado: la mafia de Mello desmantelada, solucione el caso de esa guerra entre mafias, sabía que Mikami era culpable en realidad, también ese caso era mío…Beyond Lawliet estaría en prisión gracias a mis habilidades como detective…le ganaría a Elle en este juego…sin embargo, ahora estaba inmiscuido con un gánster corrupto…un criminal.
--¿Querías una orden de aprehensión o que el Estado se encargara?—pregunto con sarcasmo—Atrapar a Mello…a toda una red de narcotraficantes…un mérito todo tuyo ya que, según tengo entendido: Elle no está enterado de eso.
--No comprendo a dónde quieres llegar—dije, mirándola fijamente.
--Hace unas horas, cuando Elle vino aquí y me pidió salir me topé con…alguien—sondeo—quien me hablo sobre la presencia de más pandilleros en la escena donde supuestamente solo estaría la agencia especial, lo curioso era que no eran parte del grupo criminal de ese sujeto: Mello. Y al mismo tiempo, se desato un tiroteo entre ambas bandas criminales de Richmond en dos carreteras estatales…como si se les hubiere avisado de ambos movimientos, de la policía y de la propia mafia. ¿No te parece curioso, Light?
La escuche atentamente, sintiendo la sangre hervirme por dentro, desatando una poderosa honda de furia e indignación. Esa mujer estaba poniendo en peligro todo lo que logre.
Elle no podía enterarse de ello…perdería en esta competencia por ser mejor detective, iría a la cárcel y…Elle mismo me odiaría al estar consciente de que Nate desapareció de su radar gracias a la gente de Mikami e indirectamente por causa mía.
Ese pensamiento último me distrajo un segundo pero también desato un irremediable deseo porque eso no sucediera.
--Me parece usual dada la situación entre ambos grupos criminales—salí por el camino sencillo—y en realidad, sigo sin comprender por qué estás diciéndome todo esto, Naomi.
--Fuiste tú quien llamo a Mikami Teru, el principal sospechoso de una investigación conjunta de Elle y mía—soltó con brusquedad. Maldición, así que por eso confiaba tanto mi jefe en esa mujer, la misma por la que yo no estuve antes enterado por completo del caso al que estaba sujeto Mikami: quien era los ojos de Elle en ese asunto era precisamente ella: Misora.
Bien, Light, ahora tienes una perspectiva amplia del tablero, definitivamente Elle sabia como moverse…y también ella. De pronto aquella mujer no era más que un estorbo y, maldita sea, un peligro.
Debía moverme rápido.
--Es asesor de mi tesis en la universidad—respondí con simpleza—No veo porque no habría de llamarle—decidí no negar algo obvio.
--Aun así, solamente él pudo controlar los medios para frustrar la operación de la agencia y los planes narcotraficantes al mismo tiempo. Los únicos con posesión de esa información somos cuatro, dos estamos en esta habitación, Elle no lo hizo y Watari…--dejo al aire el comentario.
--Incriminarme con fuga de información al sujeto de una investigación que sin mi culpa es asesor de mi tesis no es nada sustentable, Naomi. No quiero ser grosero, pero considero que compruebes primero de lo que me acusas—replique, ofendido. Asegurándome del sustento en su argumento, esa era prioridad.
--No poseo pruebas materiales, pero…—admitió.
--En ese caso no tiene sentido seguir con esta charla—dije divertido—Aunque por supuesto podrías revelarle tus sospechas a Elle, no me preocupa—le sonreí—no tengo nada que temer, y por otro lado, él confía en mi—asegure—tanto como en ti, Misora, por lo que será él quien llegue a una conclusión. Nunca haría algo como eso, es más, estudio para enviar criminales a prisión no para confabular con uno—rematé ensanchando una sonrisa franca.
Me miro dudosa ante mi seguridad. Ahí estaba, flaqueaba con sus sospechas en cuanto le dije que era libre de decírselo a Elle.
--Te felicito por tu agudeza—le di la espalda buscando mi corbata para sujetarla al cuello de la camisa—En realidad estoy feliz de trabajar contigo en el caso Beyond, espero que en el futuro podamos ser colegas, cuando me gradúe, claro—seguí hablando con fingido entusiasmo infantil—por supuesto que yo en tu lugar se lo hubiera dicho a Elle antes que al sospechoso…
--A Elle le gusta tener pruebas firmes incluso cuando tiene certeza de algo—me interrumpió, distraída. Sonreí para mis adentros, Elle no lo sabía aun. Era una considerable ventaja.
--Tienes razón—traspase una risa cómplice—Quizás mi teoría hubiese fallado de haber procedido primero con decírselo, supongo que está de más que mencione que hubiese consultado mi propia investigación e ido directo a la fuente—parlotee mientras me anudaba la corbata. Por fin, me di la vuelta—aún tengo mucho que aprender, supongo.
Ella asintió de forma mecánica, pude ver sus ojos que estaba analizando mi propuesta, tomándola en consideración.
Iba a morder el anzuelo…iba a hacer precisamente lo que quería que hiciera.
La puerta se abrió entonces.
Mi sonrisa se convirtió en genuina en cuanto vi a Elle cruzar el umbral, llevando en ambas manos una rebanada de pastel, con Watari siguiéndole con una bandeja con té.
--¡Elle!—me descubrí animadamente dándole la bienvenida.
--Hola, Light—me dedico un curioso gesto aniñado que pareció una sonrisa--¿sucede algo, Misora?—pregunto de inmediato, guiado por su avanzado poder de observación.
--Solo le preguntaba a Naomi si alguna vez, en el futuro, podría ayudarme en la formulación de mis teorías—respondí con ligereza.
--Ya veo…esto es para ti—me extendió una de las rebanadas de pastel—aun no has desayunado.
--Gracias, Elle—murmure mirando las calorías hechas postre. No pretendía comer solo eso por el desayuno, comida o cena, al menos quería mantener mis hábitos alimenticios intactos. Pero la verdad era que aquel gesto me fue sumamente grato.
--Misora, Watari tiene el tuyo—señalo comiendo un trozo de su pastel y sentándose sobre el sofá.
--En realidad, Elle, tengo que irme ahora—se puso en pie rápidamente.
--¿eh?
Me mantuve callado, observando.
--Tengo un pendiente, es todo—agrego componiendo el gesto—pero Light tiene la información y…solo hace falta la orden de aprehensión para tener a Beyond como culpable—mascullo rápidamente mientras se dirigía hacia la salida.
Elle, con la cuchara en la boca, le siguió con la mirada. Sonreí para mis adentros, definitivamente iría directo a la fuente: Mikami. Pero no iba a permitirle hacer más.

POV MATT

Frene de golpe, derrapando contra el grasiento asfalto. Me mantuve un momento mirando el volante, mi respiración seguía agitada.
El pecho me reclamaba con fuerza, me oprimían dolorosamente las punzantes heridas que provocaron las palabras de Mello…realmente me lastimaron.
Anoche había pensado que cuando volviera a ver a Mello, todo sería distinto. Que podría enfrentarlo sin ningún problema, que sería lo suficientemente fuerte…ahora ni siquiera sé cómo llegue a pensar algo así. ¡Que estúpido, Mail!
Justo cuando estaba decidido a llevar un momento apacible con Beyond, recibe aquel mensaje de texto, hace la llamada y menciona al “tipo rubio”. Mi corazón reclamó entonces con un repiqueteo feroz, asustado por automático por su seguridad, por su estado…Sin darme cuenta seguí a B hasta su auto, ignore sus palabras y subí, estaba seguro de que le era urgente ir hasta donde Nate, por tanto poco iba a intentar para hacerme desistir de acompañarlo.
Y cuando lo vi…me derrumbé…el calor en mi cuerpo volvió hasta reconocerlo como alegría por verlo…ese cariño que rebasaba el propio significado de la palabra. Todo junto con un alivio por verlo con vida.
Pero mis deseos se esfumaron, además…verlo así, en este estado crítico, débil…vendado…Ni siquiera estaba seguro de lo que ocurrió, ni el origen de sus heridas pero fue…doloroso, lastimero verlo así, casi físico.
Saber que no podía hacer nada por ayudarle, y que, peor, de poder hacerlo, no me dejaría.
Eso definitivamente era culpa de Nate…era el origen de todo…pese a ese hecho, el rubio simplemente no compartió mi felicidad…
Matt estúpido solo pensaba en Mello…y él…solo pensaba en echarme de allí al molestarle mi presencia.
Tal vez lo único que podía rescatar de eso era que el rubio seguía con vida y que…me he cansado de esperar las lágrimas que no han llegado todavía… ¿Qué cambio en estas semanas además de mi creciente dependencia por el alcohol, el tabaco y los videojuegos? Nada según mi criterio, al menos hundirme en excesos no era suficiente…. ¿qué cambio me evito las lágrimas? Por lo menos ya era ganancia.
Pero ¡maldita sea! Otra vez me sentía en medio de una tormenta, estaba tan herido como también furioso.
Di un golpe seco al tablero.
Y recordé que…ese no era mi auto.
Maldición, Matt, acabas de robar un auto del padre policía de Beyond, un posible psicópata en potencia que amenazó abiertamente con asesinar a Mello…
Suspiré, aquello aún no acababa de creerlo.
Necesitaba alcohol, cigarros y mi consola de videojuegos…sobre todo: mucho alcohol.
Había estado dando vueltas con el auto, violando varias normas de tránsito en busca de la forma de sacar toda la frustración y el punzante dolor en mi interior…derrapando por las avenidas de California. Sin hallar camino que fuera lo suficientemente bueno como para considerarse como el indicado para llevarme a un destino que no poseía.
Bajeé del automóvil, sacando un cigarrillo de mi bolsillo, andando hasta la puerta de lámina, bajé las escaleras mientras daba una calda al tabaco y por fin llegue a “casa”. Estaba completamente dispuesto a hundirme de nuevo en un intento barato por olvidarme de la realidad.
Corrí la puerta de metal y…allí estaba.
--¿Qué…? ¿Cómo…?—abrí los ojos con sorpresa, por poco dejo caer el cilindro.
--A decir verdad, Matt, no preví verme sin transporte—mascullo Beyond, en medio de la estancia, con el gesto indiferente—sobre todo cuando eres el segundo interesado en mantener al tipo rubio con vida—agrego lacónicamente.
--¿Qué?....—parpadee confundido en serio. ¿Cómo llego hasta aquí?
-- Cuando llegué supuse que no era tu intención volver a tu casa de inmediato—explico, pasándose una mano por el cabello—pero no me siento molesto.
--No me digas—murmure con ironía, cerrando la puerta tras de mí.
--Gracias a tus impulsivas acciones me vi en la necesidad de convertirme a tu primer catálogo de criminales—resoplo de forma pueril.
--¿Robaste un auto para llegar aquí?—pregunte, recordando la ocasión en que pensé lo mimo acerca de su auto negro que esta vez había tomado yo.
Me miro con atención.
--Nunca seré capaz de comprender porque no arreglas tu problema sobre la distracción—mascullo con expresión resignada—está afuera, estacionado.
Estúpidamente me volví hacia la puerta, ya que estaba claro que no podría ver si aquello era cierto ¿en serio había otro vehículo allá afuera? Me plantee en serio prestar atención a mi entorno. Sin embargo, admitía a mí mismo que era imposible cuando se trataba de Mello.
Resople sin ánimo de echar a Beyond, situación que me sorprendió incluso a mi tomando en cuenta que había prometido asesinar a Mello…alejarlo de Nate…puede que sea por eso.
Quiero convencerme de que luego de la noche anterior juntos, y de lo sucedido hace unas horas, mi calma al estar con B se debe a que de esa forma sabré cuando intente algo contra Mello, o cuando decida alejarlo de su traidor hermano zombi. Si…eso debe ser…no significa nada más…pese a que…quisiera que significara algo más…
Que complicado. Estoy confundido.
--No comprendo porque no estas molesto…
--La impulsividad es un defecto humano —se encogió de hombros.
--No me refiero a eso—repuse—si no a que…bueno, al igual que Linda no te dije que tu hermano estaba con…él—murmure bajando la vista.
--Los móviles fueron distintos. Por esa razón no causa efecto en mi juicio el que hayas ocultado ese particular hecho.
Le mire en silencio, no pude evitar sentir que me revelaba que simplemente no iba ni tenía intención alguna de molestarse conmigo.
Me deje caer sobre la silla, sacando el humo de mis pulmones.
--No voy a dejar que le hagas daño—avise.
--Matt…ver la muerte de cada persona sobre su cabeza representaría un don ficticio de mucha utilidad…por otro lado, el otorgar fechas a discrecionalidad es…una verdad que nos rodea.
No respondí a eso, tampoco tenía argumentos para refutar: Richmond era el más claro ejemplo a sus palabras tan extrañas, rebuscadas y…curiosas.
Di una calada profunda mientras lo veía, Beyond curioseaba despreocupadamente en mis cosas. Como si no hubiese estado aquí antes.
No alcanzaba a comprender como era que logro entrar al departamento mientras yo estaba fuera, varias teorías cruzaron mi mente, desde las poleas hasta una llave maestra, incluso pase por el viejo truco del broche de cabello en la cerradura.
Resople, hundiéndome con desgana en la silla.
--¿Y bien?—quise saber con poca disposición--¿Vas a llevarte lejos a tu hermano?—pregunte de mal modo, recordando la forma en como evito que descargara el arma contra éste, en el momento de mayor impotencia.
Me miro con sus ojos profundos, fingiendo inocencia.
--Vete, Beyond—pedí, decidiendo que prefería estar solo otra vez—tienes planeado atentar contra Mello pero yo no puedo atentar contra nadie—musite entre dientes. Me sentí como un niño pequeño que se sentía encaprichado simplemente por no poder hacer su voluntad, más que por tratarse de un posible asesinato.
Se acercó con pasos calmados.
--En serio esperaba que lograras comprenderlo—dijo como si nada.
--Nate es tu hermano—evite su mirada con desdén—Primero Mello y ahora tú, al parecer no puedo decirle a Nate lo que pienso acerca de él—refunfuñe.
Un extraño gesto de vergüenza cruzo su rostro. Siguió caminando
--Matt…--menciono pasándome de largo, me negué a seguirle, simplemente estaba decidido a ignorarlo. Deje colgada la mano izquierda mientras fumaba con la derecha.
--No entiendo porque ha de causar un tipo de reacción en tu juicio—dijo con voz un tanto pensativa.
Puse mala cara.
--Es obvio.
Algo frio me rodeo la muñeca, seguido de un crujido metálico. Me volví de golpe a mi extremidad izquierda, Beyond había esposado mi mano a la silla.
--¿Qué…cómo? ¿De dónde sacaste eso?--¿eran esposas reales de policías?
--Una considerable ventaja de haber sido adoptado y necesitado por agentes especiales es la facilidad con la que se consigue instrumental interesante—dijo como si nada—extraer lo necesario para sobrevivir es fundamental.
Resople, ¿Quién se lleva esposas de policía cuando escapa de la casa de sus padres?
--Son de tus padrastros—solté el aire. Retrocedió hasta mi altura, inclinándose al tiempo que me pasaba los brazos por los hombros.
--Nate es mi hermano—explico mirándome fijamente, sus vacías pupilas estaban poniéndome nervioso—El que desees hacerle daño gracias al tipo rubio no ayuda a nosotros.
--Beyond—le mire con la mayor frialdad posible—Tu y yo tuvimos sexo, es todo. Mello…y yo…
--También tuvieron solo sexo—sentencio con indiferencia. Iba a replicar pero me contuve cuando me di cuenta que no encontraba argumento válido contra eso. Tenía razón ahora que veía las cosas periféricamente: Mello nunca me beso como se acercó a Nate…
Aquello volvió a causarme punzadas dentro. Baje los ojos, sin voluntad para seguir mirándolo.
Soltó el aire con algo parecido a la resignación, cabeceando al frente, desapareciendo bajo sus oscuros cabellos.
--Matt…
No respondí.
--Existe una forma de deshacerte de aquella sensación tan innecesaria—explico. Le mire con cierta desconfianza—Un puzzle.
--¿Un puzzle?—arquee las cejas con incredulidad.
Se incorporó de nuevo, pasando a traer mi cigarro incompleto, llevándoselo a los labios.
Trate de evitarlo, mas al extender la mano para recuperar mi tabaco, mi mano atrapada me devolvió al asiento. A Beyond le basto retroceder un paso para nulificar mi intento.
Aspiro una vez, una mueca infantil, y adorable ¿para qué negarlo? Cruzo su rostro.
--Amargo—musito sacando la lengua con asco.
--Es tabaco ¿Qué esperabas?—hice ver.
Me miro y una sonrisa dulce se extendió por su cuerpo, sentí que la sangre podía subir a mis mejillas. Era extraño ver una expresión así en su normal monótono y frio rostro, más bien, gélido. Y una ironía total que al sonreír la felicidad rara vez llegaba hasta sus ojos.
Dio otra calada y acerco el rostro a escasos centímetros, expulso el humo en mi rostro, trate de permanecer inmune al smog que jugueteaba en mi cabello. Contemplo con atención mi expresión y se alejó. Busco entre mis cosas, al parecer no hallaba lo que buscaba, así que decidió tomar una playera negra, la llevo a sus dientes, la rasgo y tiro de la tela hasta convertirla en una larga tira.
Le mire con las pupilas dilatadas.
--¡Oye!—me queje, mas mi rango de movimiento era escaso.
No me prestó atención, seguía concentrado en su trabajo. En aquella posición lateral a mi podía contemplar su delicado y pálido perfil, parecía dibujado a mano. La forma despreocupada de permanecer de pie, echando el cuerpo al frente, sosteniendo el peso en las piernas, formando una delineada línea en su espalda, paralela a su abdomen.
Se volvió a mí de pronto, o quizás no, sin embargo estaba ocupado en analizarlo como para darme cuenta si él lo noto.
Termino con la distancia otra vez, más en esta ocasión, paso una de sus piernas sobre las mías para sentarse sobre mis muslos. Un estremecimiento pronto me inundo.
Coloco sus antebrazos sobre mis hombros.
--Un puzzle…un juego—musito acercando su rostro.
--¿Y que se supone que tengo que hacer?—pregunte dudoso, no estaba seguro de si aceptar que intentara recobrarme el buen humor…y la alegría--¿Ya lo has hecho antes?
--Solo una vez—explico, sus vacíos orbes se perdieron en su mente—sin embargo aunque la finalidad era distinta, la base es esencialmente semejante—se encogió de hombros.
Y mi mirada se cubrió con un velo oscuro. La tela desgarrada de mi anterior playera. Un temblor leve me sacudió al verme cegado.
--Solo debes confiar en tu mente—musito, su aliento frio choco contra mis labios—y deducir que parte de mí se acerca a tu cuerpo.
Al escuchar aquello, un escalofrío real me ataco.
Algo suave choco contra mi boca, succionando levemente de mis labios.
--Tus labios—dije, era obvio ¿Qué más podía ser?
Paso el rostro hacia mi costado, otra vez algo suave pero más pequeño rozo contra mi mandíbula. Me esforcé por no sentir el hormigueo de su contacto bajo mi piel y en acertar.
--Nariz—musite.
De la nada su peso desapareció de encima. Por un segundo me sentí desorientado, no supe dónde estaba hasta que algo húmedo y suave se introdujo lentamente en mi oreja, un espasmo me agito en medio de un jadeo sordo.
--¿Y bien?—reto contra mi oído, la humedad jugaba dentro.
--Lengua…--dije en medio de mi evidente agitación.
Algo más filoso se adueñó del lóbulo de mi oreja, tirando de él. Carraspee.
--Dientes…--musite con un gemido ahogado.
Se volvió a separar, otra vez perdido; una ráfaga de viento alboroto levemente mi cabello, oriente el rostro hacia allí: buscando su contacto.
Una honda caliente erizo la piel de mi cuello, mientras el vientecillo ardiente chocaba contra mis poros, haciendo coro con su garganta que emitió un casi inaudible jadeo.
Me estremecí.
Y luego, sus dientes aferraron mi cuello con fuerza, estoy seguro que me ha dejado una marca inmediata.
Me queje.
--Debes utilizar tu mente, Matt—musito.
--Nadie hablo de castigos—hice ver, me escuche como un infante encaprichado.
--La existencia de premios y castigos dentro de las reglas de cualquier juego son un convencionalismo social bastante aceptado—dijo con esa forma tan curiosa de decir cosas que podrían ser sencillas en labios de otra persona.
Aquella brisa caliente regreso para bajar por mi cuello hasta su base con el pecho. Vibre, el hormigueo bajaba por mi abdomen hasta el vientre.
--¿Aliento?…--murmure con la voz ronca.
Nueva mordida, esta vez a la unión de mi hombro con el pecho, esta vez…no me dolió, es más, se trató de una sensación más poderosa y…excitante. Gemí con la garganta sin querer.
¿Qué se supone que debía decir?
Su mano sujeto la mía, la guio al frente ¿había estado frente a mi ese tiempo?
Cogió mis dedos y los llevo hasta un borde rasposo…ropa, si ropa…¿Qué prenda?
Al parecer me tarde, pues esta vez una extraña presión se ejerció sobre mi muslo, peligrosamente cerca de mi miembro. Se me escapo un jadeo en forma, mi extensión estaba despertando con un fuerte hormigueo.
Mis dedos se introdujeron por debajo de algo, supuse su playera, pues el contacto fue cálido al cambio de temperatura; su piel suave vibro contra las membranas de mis dedos, era suave…fría…desprendía una ráfaga de electricidad al contacto.
Y allí, me salí de las reglas: tome control de mi mano, extendí la palma contra su cuerpo, maravillado con el ardor que dejaba conforme tocaba su piel.
De pronto sus labios chocaron contra los míos, su lengua se abrió paso por entre mi boca sellada, aquel acto lascivo me sacudió en un espasmo…mi sexo despertó.
Rasguñe su abdomen, mientras bajaba la palma hasta su vientre.
Jadeo contra mis labios.
Mi mano se encontró con el borde rasposo de nuevo: su pantalón. Ahora lo sabía.
La ansiedad me tomo por completo, quise mover mi brazo atrapado, no pude, y el intento brusco y desesperado le causo gracia. Un repentino espasmo de molestia me inundó, sujete el borde de su pantalón y lo atraje con violencia. También le fue divertido.
Le duro poco, pues logre zafar su botón e introducir la mano por completo a su prenda. La respuesta fue una fuerte mordida al lóbulo de mi oreja.
--¿Aun quieres que adivine?—pregunte con extraña diversión, excitado.
Su mano sujeto la mía, guiando los movimientos circulares…sentir su miembro crecer en mi palma fue…aún más excelso…delicioso…
B despertaba instintos aún más bajos que Mello…
Sujeto mi rostro con ambas manos, echando mi cabeza hacia atrás. Aquel estado se acercaba a la indefensión: aun no lograba ver nada.
La humedad suave recorrió mi cuello en toda su extensión, su lengua. Subió hasta mi mandíbula, se desvió por mi oreja, se introdujo en el interior…lamio todo el espacio.
Gemí.
Sujete con mayor fuerza su sexo, lo sentía por completo duro…erguido…listo…
Jadeo ahogadamente.
Sentía el calor de su cuerpo prácticamente sobre mí, supuse que estaba de pie frente a mí, con las piernas a los costados de la silla, y las mías.
Por un momento desapareció, una sonido sordo de tela al moverse lleno el silencio…mi corazón rompió su ritmo al no conocer lo que ocurría.
Luego la presión de su cuerpo sentado sobre el mío, regreso. Aquella presión contra mi miembro lo despertó por completo. Eleve la mano para atraer su espalda hacia mi cuerpo, sentí por completo su piel…ahora sabia: se quitó la playera. Sus exigentes labios se estrellaron contra mi boca, profundizando el beso usando su lengua, lamiendo mis labios y la comisura de los mismos con demencia.
Una de sus ansiosas manos viajo hasta las esposas, un crujido, y listo, estaba libre.
Aproveche, elevando mi otro brazo, atrayendo con desesperación su cuerpo, chocando contra mi pecho. Jadeo contra mis labios.
Torpemente baje las manos hasta mi playera, sacándomela con algo de trabajo, apenas estuve libre de la tela, sentí el aire pasar por mi pecho, y sus labios prácticamente atacar mi cuello.
Sus manos acariciaban mis costados, mi pecho…enterraba la yema de sus dedos hasta mi vientre, donde los espasmos hacían palpitar mi sexo.
Casi con desesperación bajo el cierre de mi pantalón, el movimiento fue entre demente y ansioso, torpe mientras me desnudaba…
Un momento…sentí que su peso disminuyo levemente, mis manos lo sujetaron evitando que se fuera.
Mi expectante miembro palpito con fuerza contra algo suave…me estremecí…
Las paredes calientes lo rodearon ejerciendo una profunda y placentera presión…de golpe…sin aviso…sin premeditación ni preparación.
Gemí sonoramente, me sacudí en un estremecimiento profundamente satisfecho…B me dejo entrar, no, me hizo entrar en un segundo…
Su cuerpo se tensó un momento, gimiendo contra mi oreja…no se oía adolorido.
Mi sexo latía contra el interior de su cuerpo…excitándome más.
Comenzó a moverse aumentando el ritmo rápidamente, en una oscilación constante contra mi cuerpo; sus manos sujetaron mi cabello…
--No te los comas—me dijo al pasar su lengua por mis labios, no me di cuenta que estaba mordiéndomelos. Cuando los libere note que lo había hecho con bastante fuerza.
Su cuerpo iba de arriba abajo, cada vez era más sencillo para mi miembro el deslizarse por su entrada…Beyond gemía concentrado en sentir cada vez más que en hacerme sentir…no importaba, ambos sabíamos lo bien que yo la estaba pasando.
La fuerza y la rapidez aumentaron, mis jadeos fueron sonoros en forma. Su miembro estaba en presionado contra nuestros cuerpos…lo podía sentir…
Aferre su cadera para sentir el movimiento, rasguñe su espalda, enterró las uñas en mis costados…mordió mi cuello…
Hundo el rostro en su cabello, olía dulce…
El ritmo se aceleró…su entrada chocaba por completo contra mis muslos, con fuerza…con demencia…
El hormigueo llego al éxtasis mismo, se concentró en mi miembro y se extendió por todo el cuerpo, tensando mis extremidades.
Un último jadeo salió de mi garganta…derramándome dentro de B.
Su cuerpo se relajó sobre el mío, colgando los brazos alrededor de mi cuello, apoyando su nariz en mi cuello, permitiendo que recuperara mi respiración entre sus cabellos negros.
-¿Ga…ne?—pregunte aun jadeante, descubriéndome, con gran sorpresa para mí mismo, con un dejo de ánimo en mi estado. La técnica de Beyond funcionó…hasta ahora.
Escuche un vibrar contra mi piel producto de su risa ahogada. Era la segunda vez que le escuchaba reír, independientemente del tipo de diversión, macabro o dulce, ser testigo de ella proviniendo de un zombi era…curioso.
--Posiblemente—respondió alzando el rostro.
No pude evitar sonreírle.
--Aun así no dejare que le hagas daño—avise. Su expresión se ensombreció. Comenzó a moverse para separarse lentamente de mi cuerpo, sentí como se deslizaba dejando mi miembro libre al ambiente de pronto frio. Fue una sensación extraña, que me hizo estremecer ligeramente.
Se puso en pie y se dirigió hasta la cama para recoger algo de la superficie ¿Cómo llego allí su pantalón?
Su expresión capto mi atención, a pesar de ser indiferente no dejaba de traspasar un inusual dejo de molestia, seguramente la causa éramos yo y mi prohibición total para acercarse a Mello.
La culpabilidad me invadió.
Me puse en pie lentamente, mis piernas me temblaron, logre sobreponerme para acercarme hasta donde estaba. Algo en mi piel ardió pero no le di importancia, tal vez solo sentía su tacto en mi piel, grabado en cada centímetro que acarició con fuerza.
--Oye…--dude, extendiendo una palma en su dirección. Se giró para mirarme fijamente—yo…
Espero, mas no encontré palabras adecuadas, y mierda ¿Por qué no me interrumpía?
--Olvídalo, me voy—dije por decir algo, derrotado, buscando mi ropa. No estuve seguro como es que llegue a considerar irme de mi propio departamento.
--¿Por qué quieres hacerlo? Estamos hablando.
--Ni siquiera me hablabas—replique sin mirarlo.
--Interrumpir la idea de un interlocutor no es lo que definiría como: amabilidad—dijo con simpleza.
--¿Matar personas si?—ironice. Admito que eso no venía al caso, pero no quería enfrentarme a Beyond cuando no encontraba nada inteligente que refutarle.
Sus brazos se enredaron a mi cintura, afecto mi balance y me vine sobre su cuerpo, rebotamos en el colchón. Rozar su piel desnuda con mi cuerpo sin ropa me hizo recorrer un espasmo.
--Si por la mañana aun conservas tus mismos pensamientos prefabricados sobre mí, me veré en la necesidad de evitar distraerte de tu miseria—ofreció en tono monótono, sin soltarme.
--¿Qué…quieres decir?—dude, inseguro. Eso de alguna extraña manera significaba que iba a darse por vencido por fin…nunca creí que eso sucediera, no desde haber logrado atreverme a decir que conocía a B como para estar seguro que su determinación era única y admirable.
Apoye las palmas sobre las sabanas para alzar el torso y poder analizar su expresión con cuidado, infructuoso: estaba inexpresivo por completo. Sin embargo, sea lo que fuese…no me molestaba.
--Mail…
Me tense con nerviosismo automáticamente al oírlo llamarme por mi nombre real.
--Beyond…
--Necesito pedirte algo esta ocasión—dijo, acercando los labios a los míos, rozándolos apenas. Le correspondí, besando su boca frenéticamente. Encontrándome ansioso de nuevo, deseando su cuerpo…el único que había logrado que me olvidara de todo…de él…
Di un respingo cuando sus palmas bajaron por mi cintura, rompí el beso ante el punzante ardor. Beyond analizo las puntas de sus dedos con atención, sus yemas se cubrían de sangre.
Mi corazón se agito presa del pánico. ¿Qué? ¿De dónde…? ¿Cómo…? ¿Mía?
Ladeo su rostro, dejando caer los mechones de cabello contra su expresión infantil; seguí la dirección de sus pupilas, encontrándome con delgados hilillos rojos que se extendían por los costados de mi cuerpo, sobre las costillas, derramándose hasta la cadera.
No me di cuenta del dolor, ni de los rasguños. No se trataba de heridas graves ni mucho menos…lo sorprendente era que: ni siquiera lo note, y si alguna sensación ocuparon en mi cuerpo, definitivamente no fue de dolor.

POV LIGHT

El impertinente sonido del ventilador al girar rápidamente y romper el espacio creando un ambiente fresco, estaba empezando a irritarme…aunque en realidad solo llevara unos cuantos minutos dentro de la habitación del hospital. No, en realidad estoy nervioso debido a la presencia de Naomi Misora. Pero pronto ese obstáculo va a dejar de ser una molesta piedrecilla en el zapato.
Elle se sentó pegando las rodillas al pecho, en su excéntrica pero adorable manía, sobre el sofá para las visitas a los internados. Fijo los negros ojos en el agente que estaba tendido sobre la cama blanca del hospital, vendado del pecho hacia abajo, tal como la frente. Presumía varios hematomas en el rostro. Aunque, a decir verdad, fue afortunado al conservar su vida ante la explosión que, según me entere, fue causada por el estúpido, débil mental llamado Mello…el mayor obstáculo para mis planes.
--Me disculpo por entrar sin llamar—musito Elle sin atisbo de arrepentimiento. Suspire en silencio desde el muro, cruce los brazos y me recargue a esperar.
--Señor—hablo Giovanni, débilmente—Yo…no sé qué decir. Falle en la tarea que me fue asignada.
--Descuide, agente—hablo—existieron errores externos producto de una fuga de información clasificada que no pudo haber sido prevenida antes. En todo caso es ganancia que siga con vida—explico como si estuviese leyendo una especie de bitácora.
--Las bajas aun así fueron considerables—las pupilas se apagaron-- Nate está… ¿perdido?—pregunto inseguro.
--Sí.
--No debería estar aquí: Nate se encuentra con Mello, es peligroso, violento y posiblemente necesita ayuda psiquiátrica—resoplo seguramente haciendo alusión a la locura de arrojar fuego a un laboratorio químico.
--Tiene muchos enemigos ¿eh?—murmuro Elle—ya estoy en eso, y la investigación avanzara con mayor rapidez ahora que ha despertado, agente.
--Estaré en el campo de nuevo muy pronto—dijo con determinación. Ahogue las ganas de soltar una risotada de sorna.
--Probablemente ya no sea necesario que se ocupe de una misión de ese calibre—Elle saco de su bolsillo una paleta de caramelo—El grupo bajo el mando de Mello y de Rod…--hablo mientras le quitaba la envoltura a su dulce.
--Gordon Dwhite—convino Giovanni—Si mi memoria no me traiciona, señor, en el archivo que me proporciono para esa movilización, es ese su verdadero nombre.
Elle no respondió, se limitó a poner su paleta en la boca.
--¿La otra mitad del convoy terminó su trabajo?—quiso saber.
--Si, lo hicieron—dijo simplemente, pasando la lengua por la bolita de caramelo. Mis ojos volaron a esa inocente acción que, de pronto, para mi criterio, resguardó en su simpleza un grado considerable de erotismo…Su saliva que iba y venía sobre la superficie rojiza…Mi respiración se agito levemente…dándome ideas, recuerdos de su cuerpo de marfil, su cabello revuelto…su peso debajo del mío…
--Eso estaba diciendo antes de que me interrumpiera, agente—retomo Elle, el mencionado guardo silencio—las rutas que pensaban tomar para transportar los enervantes fueron interceptadas con éxito…--miro su dulce un momento—aunque también sufrimos bajas considerables.
--Había pandilleros del otro bando—musito.
--Logre arrestar a la mayoría, el resto será cuestión de tiempo. Sin embargo, aún no he podido tener acceso a los interrogatorios…estuve…ocupado esta última noche—musito
Sus palabras me devolvieron al presente, descubriendo que me había estado mordiendo los labios, inclinando suavemente el cuerpo en su dirección, como si pudiese arrojarme sobre Elle en cualquier momento. Sacudí la cabeza para ordenar mis ideas coherentemente ¿acaso ese detective había dicho “logre arrestar”? ¡Tenía que ser una broma de mal gusto! Ese era MI merito, gracias a mi intervención fue que esa mafia fue desmantelada…yo le facilite a Mikami la forma de hundirlos, los inútiles agentes de Elle jamás lo hubiesen logrado por si solos, ¿Qué más prueba querían que el que el hermanito traumado estuviese desaparecido?
Apreté la mandíbula con real molestia, pero no podía decir nada para contradecirlo…de hacerlo, era obvio que se daría cuenta que fue mi responsabilidad que su estúpido hermano menor saliera del mapa…Y eso, además de hacerme perder todo lo que había ganado, no pondría a Beyond en la cárcel, y peor…perdería la confianza de Elle…su cercanía…sus ojos mirándome con atención…la suavidad de su piel.
--¿Hay alguna noticia de…Beyond?—dudó en preguntar, y en ese momento decidí prestar atención a la charla de nuevo.
Entorne los ojos ante la mención del trastornado. Elle analizo con cuidado la expresión nerviosa de Giovanni, quien cada vez se le notaba más arrepentido por preguntar.
--Hasta este momento le permitimos hacer lo que creyera conveniente—exclamó con un tono distinto, como si ahora su indiferencia fuera calculada, fingida—sin embargo, los resultados no pueden esperar más—remato—No transcurrirá mucho tiempo antes de que Light resuelva el caso.
Giovanni me hecho una mirada gélida. Le ignore, prestando más de mi atención en que Elle me estuviera dando el crédito prematuro por enviar a Beyond a donde pertenecía.
--¿Quiere decir que saben dónde ir a apresarlo?—pregunto con un sospechoso timbre de voz que definitivamente no pasaría desapercibido por Elle.
--Lo único que importa en estas circunstancias es la justicia. Esta prevalecerá.
Eso era lo que él quería: enviar a su psicópata hermano a prisión, lo mismo que yo deseaba pero con un extra: la inyección letal. Y lo lograría.
La mafia de Mello estaba hundida, hablarían y quizás demos con ellos…está solo y desprotegido…Beyond morirá bajo el peso de la justicia…lo único que debía evitar era que se arruinara por la presencia de un obstáculo que debía eliminar…Ahora…
Naomi Misora.
--Discúlpenme—musite, dirigiéndome hasta la salida.
--Claro, Light—respondió Elle sin girarse, en una muestra evidente de confianza total.
Cerré la puerta tras mi espalda, sacando el móvil de mi bolsillo y comenzar a escribir un mensaje de texto, indicaciones precisas y certeras como siempre, una vez que lo enviara, llamaría a esa misma persona para cubrir mis espaldas como si se trataran de seres diferentes, y luego me regresaría la llamada una vez que regresara a la habitación del agente, interrumpiéndome con el timbre del móvil…terminando por parecer una llamada inocente. Nadie sospecharía. Al final, solo debería esperar un informe.
“Takada”
Era momento de descubrir que tan leal y útil podría llegar a ser.
Antes de terminar de escribir algo llamo mi atención: las palabras dentro del cuarto fueron bajas. Acerque mi oído discretamente, lo único que logre escuchar con claridad fue la voz de Giovanni.
--No ponga a Beyond en una celda…solo necesita ayuda…como Nate…no condene a su hermano a la muerte…
Una sonrisa divertida se extendió por mi rostro, verdaderamente agentes como ellos nunca podrán entender cómo funciona la justicia, el mundo podrido necesita ser limpiado…

POV NEAR

Cuando abrí los ojos descubrí que me había vencido el cansancio por fin.
Toda la habitación estaba sumida en sombras.
Me levante lentamente hasta quedarme sentado sobre el cobertor. Estaba solo.
Busque con la mirada, esperando dar con Mihael. La puerta que conectaba con el sanitario estaba cerrada, así que supuse que estaría allí…pero ¿solo? No era sensato ni inteligente moverse con esas heridas aun recientes.
Me deslice fuera de la cama, el vértigo me asalto un momento rompiendo mi enfoque por unos cuantos segundos, dejándome ver simples destellos de colores. Quizás me levante pronto o…muy tarde.
Espere un minuto a que la desagradable sensación se alejara, solo entonces me acerque hasta la ventana que daba al pasillo del exterior, por donde se llegaba hasta las demás habitaciones del motel.
Asome los ojos por entre el cristal y la percudida cortina que alguna vez fue blanca. Todo estaba oscuro por completo. El día desapareció mientras me hundía en la inconsciencia, la última vez que recordaba haber tenido conocimiento del tiempo fue cuando el sol comenzó a enrojecerse. Mi mente termino por agotarse y vencerse ante toda la adrenalina recibida por el sistema corporal. Ahora debía concentrarme otra vez.
“Algo” capto mi inmediata atención, espere a que mis pupilas se acostumbraran a la poca luminosidad; logre divisar la forma con la que Linda se hacía ovillo contra el muro, probablemente estuvo afuera, en esa misma posición, desde hacía toda la tarde.
Sopese la idea de hablarle, mas su expresión ausente me distrajo de mis propósitos.
Oí una maldición ahogada proveniente de la otra piececilla. Di media vuelta, llevándome una mano al cabello, tome la perilla y abrí sin esperar llamar primero.
Apenas alcance a mirar el cabello rubio de Mihael, ya que, se volvió de golpe, tan rápido que no le preví, su mano se estampo contra la puerta estrellándola contra mi cuerpo al cerrarla otra vez. Retrocedí ante el golpe, mirando solamente la superficie raída de la madera.
--Mihael, el uso de violencia no es necesario ahora—hice ver, pasándome una mano por el rostro, pero ningún liquido salía de algún lugar de este.
--¡Lárgate!—ordeno desde el interior. Al parecer aquel acto de hablar le provoco dolor, puesto que la correspondiente maldición rugida entre dientes no se hizo esperar.
--Por favor, permíteme entrar, no considero adecuado que te muevas con esa libertad aun.
--¿y a ti que te importa, Near?—gruño. Realmente esperaba que no me obligara a responder aquello.
--Mihael…
--¡Mierda, Near! Deja de llamarme por mi nombre—exigió—Y déjame solo.
--¿Son esos tus verdaderos deseos?—inquirí de forma astuta, desviando los ojos mientras me retorcía el cabello. Consciente de la respuesta a ello de antemano.
Se hizo silencio. Apoye la frente contra la puerta, tratando de entender exactamente qué estaba haciendo.
--Necesito que tu mente se enfoque y no distraiga sus pensamientos, Mello—exclame—que seas de ayuda.
Y por supuesto abrió la puerta, furioso. Alce los ojos.
--¡No soy un maldito muñeco que…!—se interrumpió en medio de una mueca de dolor.
--No deberías estar de pie—indique mirando lo que había estado haciendo: quitándose los vendajes. La piel aún viva y rojiza se le veía casi palpitar contra el ambiente, se extendía por su hombro izquierdo. Podría infectarse rápidamente, por suerte aun no había quitado los vendajes de su rostro.
--Hare lo que me plazca—respondió—lo que menos tenemos es tiempo para perderlo inútilmente, joder, Near.
Me acerque hasta los vendajes que había depositado sobre el borde del dudoso lavabo, los tome entre mis manos, contemplando la sangre sobre la textura.
--Necesitare encontrar la forma de buscar lienzos limpios—musite—por ahora será conveniente que los devuelvas a su sitio—se los extendí, tímidamente.
Evito mirarme, fijando los ojos en el espejo que apenas y alcanzaba a reflejar un poco gracias a todo el empaño permanente. Estuve cien por ciento seguro que miraba la quemadura.
Bajo la cabeza un momento antes de dejarse caer sobre la tapadera del sanitario; me acerque hasta donde estaba, enredándole las vendas de nuevo, buscando hacerlo lo más profesional posible. Apenas lograba traspasar unos cuantos gestos de molestia que seguramente era la forma más pacífica de soportar el dolor y convencerse de ser fuerte.
--Necesito algo que me…--se calló mientras me miraba con su ojo no cubierto, seguramente interrumpiéndose esperando mi expresión. Reitere entonces mi pensamiento acerca de lo inútil que encontraba el uso de toxinas…pero no evitaba imaginarlas ahora como una especie de analgésico o anestesia.
--Chocolate—farfullo ansioso.
Vaya, al menos sus pensamientos estaban dirigidos hacia otro rumbo. Seguí con mi trabajo, sujetando el extremo final a través de dos vueltas a la venda; el movimiento desenfrenado (y exasperado) de su pierna al ser agitada, ocupo mi atención.
Rebotaba su extremidad derecha con rapidez, temblando con ansiedad, haciendo juego con su respiración cada vez más agitada.
Entorne la mirada.
--Lo que sea—musito básicamente para sí. Al parecer mi teoría se esfumo, la rompió Mihael en el segundo en que abrió la boca para revelarme su creciente necesidad por conseguir alguna sustancia que le sirviera de sedante o que calmara su desesperación.
--Sufrirá un colapso de ansiedad por abstinencia—apunto la voz apagada de Linda. Le eche una desinteresada mirada, se recargaba sobre el muro del cuarto de baño, sus ojos estaban inflamados y rojizos.
--No jodas, Linda—replico Mello.
Consideré las probabilidades de que eso ocurriera, los datos no fueron alentadores.
--Necesitamos salir de aquí, ya—agrego ella—Y conseguirle “algo” a este psicópata rubio antes de que nos asesine—señalo con descaro. Mello le miro con furia pero no respondió.
--Durante las últimas horas repase los sucesos—exclame retorciéndome el cabello y elevando mi otra mano hasta el empañado espejo—Lo que ocurrió, la forma desorganizada en que la policía se vio en la necesidad de enfrentarse a criminales que no pertenecían a los frecuentados por Mello, solo me revela una posibilidad factible: Mikami Teru encontró la forma de enterarse de esa situación y los envió, sin embargo, no se trató de una revelación proveniente de algún traidor.
--Todos eran vigilados por todos, todos estaban en los camiones para sacar la mercancía—apunto Mello, a mi favor, pero de mala gana.
--Excepto Sidoh, el rubio loco, tú y yo, Nate—aporto Linda—Yo estuve con Sidoh así que él no fue, y ustedes…--torció los ojos—tampoco.
Estábamos distraídos en aquel momento, podía recordarlo con claridad.
--La probabilidad de que algún criminal haya traicionado sus intereses por los propios y entablado un plan con Mikami Teru, dadas las circunstancias y la forma despreocupada con que Rod quitaba de en medio a los sospechosos dentro de su mafia, son del cero por ciento. Aunque es solo una suposición.
--Mikami se enteró por otro medio—tajo Mihael con dureza.
--¿Te acuerdas de lo que dijiste en casa de Rod, Nate?—pregunto ella—Dijiste que Misa Amane era recogida por un sujeto llamado Light Yagami…que ¿trabajaba con…alguien?—dudo, tratando de remembrar mis palabras.
--Light Yagami trabaja con Elle—avise—probablemente su nombre te parezca conocido aunque no logres recordarlo, pero se trata del mismo sujeto que visito a mi hermano y vedo su plan de encontrarse con Matt en la universidad.
Pude ver por el reflejo como Mello entrecerraba los ojos, preguntándose quizás como es que se perdió de ese suceso.
--¡Cierto!—asintió ella—B no reacciono muy bien con su presencia…
--Adelantándonos a ese suceso, la tarde en casa de Rod, mencionaste algo bastante curioso, Linda—hice círculos con la punta de mi dedo sobre el espejo—revelaste que Misa Amane era visitada por Light Yagami por tratarse de un trabajador de Mikami.
--Si, y dijiste que no era así.
--Si trabaja para tu otro hermano fenómeno y policía, entonces o tu hermanito no es tan justo como quiere parecerlo, o simplemente Light Yagami trabaja para sus propios intereses—mascullo Mello.
--Tal como dije…-recordé, evitando mirarlo.
--Pues yo me perdí—admitió Linda
--Al principio mi primera teoría fue que Elle tenía su propia fuente de información fiable de Richmond para vigilar mis movimientos—explique—usando a Misa Amane al ser sabedor que ella es una prostituta que vive allí y que, por si fuera poco, conoce todo acerca del lugar desde el inicio al final.
--¿Aha?
--Si Amane fuera fuente de información de mi hermano, se hubiese limitado a Light Yagami y a Elle, y su redada hubiese sido un éxito.
--Pero parece que esa información llego incompleta a tu hermano fenómeno policía, puesto que no estaba enterado que Mikami enviaría a sus perros de mierda a arruinarle la puta fiesta—agrego Mello.
--Entonces, si Light Yagami es quien recibía la información que daba Misa, significa que fue el quien puedo haberle avisado a Mikami ¿cierto?—aún se notaba insegura.
--Es una suposición—dijimos Mello y yo al mismo tiempo. El me miro con irritación.
--Pues deja mucho que desear—admitió ella con sarcasmo—Solo estamos seguros que Yagami trabaja para tu hermano Elle y que los vigilaba a B y a ti desde antes. ¿En que nos basamos para decidir si conoce a Mikami o sabe acerca de sus gansterismo?—quiso saber.
--¿Eres estúpida?—retó—Tú mejor que nadie sabes que las redadas en sitios como Richmond se hacen con el mayor secreto posible…
--Si nos basamos en ese principio: solo Elle y sus agentes sabían de ese movimiento. Esa es la forma en que mi hermano trabaja—deje de mover el dedo contra la superficie de cristal—un fiscal de distrito no tendría por qué conocer un movimiento como ese.
--Yagami está con Elle, ambos están “del mismo lado”—desmintió, aun incrédula.
--Si tuviera que matarte para sobrevivir, lo haría—sonrió Mello con macabra diversión. Linda le vio con mala cara, sin embargo, comprendió de inmediato lo que quería decir: en el mundo armar su propio puzzle era prioridad antes de preocuparse por el resto…los propósitos de cada uno hacían del egoísmo humano la única forma de elevarse por encima de los demás.
--A decir verdad, la forma de ser de Elle concuerda con la definición de: clasificado. Solo algunos conocerán lo que él sabe y así es como funciona: Light Yagami sabía de B y de mí como hermanos de Elle desde antes, es un hecho.
--Confía en él—concluyo ella.
Mihael puso mala cara, me pregunte si alguna vez podría explicarle largo y tendido las razones por las cuales mi apellido no coincidía con el de mis hermanos.
--¿Cuáles son las posibilidades de que Yagami haya sido quien informo a Mikami para que nos asesinara? ¿Cinco por ciento de cien?—Mello estaba cada vez más irritable, y ansioso. Ahora eran ambas piernas las que vibraban sin control contra el suelo.
--Menos del uno por ciento—corregí. Soltó un bufido fastidiado.
--¿Piensas en el mismo número en cuanto a las probabilidades de que sepa acerca de los negocios torcidos de Mikami?
Guarde silencio, ese porcentaje era incluso menor.
--Nuestra prioridad debe ser alejarnos de este sitio y corroborar la teoría—dije.
--Como sea—soltó Mihael—necesitamos dinero—iba a ponerse en pie pero sus heridas lo regresaron a su sitio—Aunque tampoco estaría mal esperar a que vuelva tu hermano fenómeno hijo de puta--escupió. Comenzaba a salirse de sí.
--A B no le interesa más que matarte—refuto ella entre dientes, de nuevo con esa expresión de reproche en la mirada—lo que él vaya a hacer será aniquilarte, así que mejor nos movemos. Hablé con la mujer de la recepción, me dijo que no llamaría a nadie pero…--se mordió los labios.
--¿No te piensas hincar entre las piernas de B como cuando lo llamaste?—atacó Mello—porque me queda claro que el imbécil ese vino aquí no porque Near le haya buscado.
--¿A ti que te importa, imbécil?—respondió ella mostrándole el dedo medio y dándose vuelta para ir a la otra pieza—Nate, ven aquí.
Le eche una ojeada a Mihael, su expresión aún por debajo del vendaje era iracunda y…exasperada. Su sistema empezaba a resentir los efectos de la abstinencia y, además, de las heridas todavía graves.
Me eche a andar en dirección a Linda, si existía una forma de aliviar el profundo malestar de Mihael, definitivamente la encontraría.
--Ponte esto—se sacó el abrigo negro y me lo extendió con frialdad. Lo tome y comencé a vestírmelo mientras ella me desabotonaba mi, de por si rota, camisa. Mire su acción atentamente--¿quieren dinero, no es así? –Pregunto con falsa indiferencia—acompáñame—ordeno--¡Rubio loco más te vale quedarte donde estas!—dijo sin volverse.
Mire por encima del hombro, Mihael me miraba de forma inescrutable.
Seguí a Linda por el pasillo, apenas salí de la habitación el viento helado golpeo mi rostro, alboroto mi cabello, jugando con los mechones. Bajamos por las escaleras, iluminadas apenas por una sola lámpara empotrada al desvaído techo.
Nos detuvimos justo en el muro frontal de la construcción, frente a la carretera bordeada por campo abierto y grava. Solamente había un faro soldado a la caseta de teléfono, que con su escasa luz, apenas e iluminaba un pequeño círculo a su alrededor. Linda nos movió hasta donde el brillo nos alumbrara un poco.
Se arremango la playera hasta la altura de las costillas y alboroto el castaño cabello. Analice cada movimiento, cada detalle de mi aspecto…
--No te asustes—dijo ella—no será tan malo—agregó—aunque no te ves inquieto ¿Cómo lo haces, Nate?
A decir verdad la palabra miedo no era sinónimo de repulsión. Introdujo una de sus manos en el bolsillo de mi abrigo y extrajo el arma de Mihael, me la paso por detrás del pantalón, sujetándola y escondiéndola debajo del largo de la chaqueta.
--Si me eligen a mí, no te tardes ¿quieres?—dio un tirón suave a la culata, dándome a entender que pretendía que llegara a usarla—el cinturón, la corbata, lo que sea, pero asegúrate de hacer un buen nudo—agrego al dejar de mirarme y pasear sus ojos por la carretera, en ademan de estar esperando algo.
Lo pensé detenidamente…por alguna razón la imagen de las heridas graves de Mihael asaltaron mi mente, quizás era porque en realidad nunca deje de pensar en él…ni un solo segundo, a pesar de haber armado una teoría que nos permitiera dar batalla. Mello aún estaba arriba…grave…
No me di cuenta que mi cuerpo pensaba volver arriba hasta que la mano delgada de Linda me detuvo por el antebrazo.
--Créeme: necesita algo más que sexo en este momento—me dijo. Retrocedí el cuerpo inconscientemente—Por favor, Nate—rodo los ojos—Ya es suficiente con que Beyond crea que soy estúpida como para que lo pienses tú—la forma de decirlo traspaso un enojo particular más allá de la excusa que puso.

POV MATT

Seguía en medio de las sabanas, cubriéndome solo la parte baja del cuerpo y contemplando la forma con la que B sostenía mi móvil, solo con la punta de los dedos, dejando caer el resto del objeto. Siendo sincero conmigo mismo: nunca imagine que lo que fuera a pedirme, era precisamente que le prestara mi teléfono celular. Esperaba algo distinto por completo.
--Mail—hablo sin mirarme. Al parecer Beyond no encontraba reparo alguno en permanecer desnudo por completo aun. Eso estaba poniéndome nervioso, puesto que comenzaba a necesitar de toda mi voluntad para mantener los ojos fijos en su rostro o en alguna otra parte del cuarto…menos en el cuerpo completo y pálido de B.
--¿Sí?—quise saber, parpadeando y elevando la mirada de nuevo a su rostro.
--Me atrevo a asegurar que tienes los conocimientos necesarios para desviar la ubicación de una llamada telefónica—musito, mirando el aparato.
Fruncí el ceño con real confusión ¿eso como lo podría saberlo él? Ante mi silencio, Beyond giro sus pupilas hasta mi ubicación, analizando rápidamente mi gesto anonadado.
--Cuando pagaste este lugar estuve presente, Mail—recordó. Asentí, distraído—de la misma manera que fui testigo de las cuentas bancarias que manejaste bajo el nombre otra persona.
Ladee la cabeza. Nunca imagine que Beyond hubiese prestado tanta atención a mis movimientos. Y eso resultaba increíblemente estúpido considerando la forma en que mi presencia había tenido efectos en B y en su modo acosador.
Definitivamente tendría que buscar ayuda para enfocar mi atención en todo el entorno. Guiarme más seguido por las palabras de B, ya que, hasta este momento no ha errado en ninguna de sus previsiones con respecto a mí o a mi vida.
--Dudo mucho que hayas conservado un empleo lo suficientemente lucrativo para necesitar de una cuenta monetaria, por tanto, deduzco que eres perfectamente capaz de hacer movimientos cibernéticos complicados—se encogió de hombros con aburrición, como si hablar de que Matt era un ladrón cibernético fuera lo más monótono del mundo—así que, realmente espero no estar equivocado: ¿conoces la forma de desvirtuar el origen verdadero de una llamada?—me miró fijamente, atravesándome con sus atentas pupilas.
Lo pensé un segundo, en realidad no encontraba sentido alguno a negar sus palabras, tampoco era como si fuera a afectarme de alguna manera…ni a Mello…Suspire, otra vez estaba pensando en él.
Asentí en silencio. B me acerco el móvil, carraspee con la sangre subiendo a mi rostro cuando la figura sin ropa avanzo.
--Pero…--mire el celular—no tengo un ordenador—avise con algo de pena cruzando por mi rostro—el que tenía lo deje en…Richmond—recordé en voz baja.
--Entiendo—cabeceo de lado, haciendo rebotar su cabello contra la nada. No pude evitar sonreír, su gesto me recordó mucho a algún niño frustrado por no obtener dulces. Me miró fijamente.
--¿Qué?
--No es nada—murmuro—deberé tomar más riesgos—se dijo, extendiendo la mano para recuperar el móvil.
--Puedo…--dude—usar la consola portátil—me mordí los labios, en serio no quería hacerlo, pero me movía una nueva intención por ser útil otra vez—si logro captar señal de internet…
Pero antes debía asegurarme de algo sumamente relevante.
--¿No enviaras a nadie a dañar a…él?—intente asegurarme, evitando la palabra “matar” a como diera lugar.
Su gesto se volvió frustrado otra vez. Se sentó sobre el lecho, ni siquiera parpadeo.
--No cambiare el final del tipo rubio…hoy.
Dicho esto, asentí con cuidado y me dispuse a tratar de desviar la llamada que pensaba hacer.
--Por cierto, Mail. Agradecería que evitaras tardar—dijo.
--¿eh?—no era nada sencillo lo que intentaría hacer como para que me apresurara de esa forma—pues yo…
--Dentro de poco saldrá el sol—murmuro—el cerebro humano relaciona la oscuridad con la sospecha, mas si los hechos ocurren durante el día…no haya nada que temer—se encogió de hombros—sin embargo, tampoco disponemos de las horas completas, solo de la mañana…--se dijo a sí mismo.
--Tratare de hacerlo rápido—exclame lentamente, alcanzando mis googles del suelo y pasándomelos sobre mi visión--¿algún número en particular que quieras que use como cebo?—pregunte atento a mi trabajo.
--Si—la forma en que lo dijo me sonó bastante siniestra, pero no alce los ojos—es hora de un bocadillo—puso en pie en el suelo para ponerse en pie y dirigirse al refrigerador.


POV NEAR

No estuve seguro del tiempo que esperamos, todo era silencio y el frio que me erizaba la piel del pecho. Lo único que alcance a hacer fue retorcerme el cabello con una mano, buscando la forma aumentar el porcentaje a mi teoría…repasando hechos y escenarios…
Su ligero jalón me distrajo. Alce los ojos pero ella no me miraba a mí sino a la carretera. Seguí la dirección de su mirada: un automóvil se detuvo en el costado de la carretera, más vibraba con el motor aun encendido.
Linda ladeo el cuerpo dedicándole una sonrisa. El vehículo avanzo de nuevo, en nuestra dirección hasta que se estaciono frente a nuestra posición. Aparte la mirada de la deslumbrante y desagradable luz potente de las calaveras del auto. Linda no perdió el gesto fingido.
Por fin la luz desapareció junto con el ronroneo del motor. La portezuela se abrió y le permitió salida a un hombre no muy alto. Su anatomía era robusta, su rostro apenas distinguible entre la negrura prometía acné pronunciado en las gordas mejillas. Del tipo de sujetos que no podría conseguir relaciones corporales por sí mismo. Vestía un ajustado traje de segunda categoría.
--Buenas, señor—saludo ella ensanchando la insinuante sonrisa--¿le servimos en algo?
Sopese la idea de que ese entrenamiento era resultado de aplicación real.
El sujeto clavo sus ojos en mí, se relamió los labios y abrió la viscosa boca.
--¿Cuánto?—alargo su mano para alcanzarme, rehuí el contacto. Conocía bien la resolución en la mirada…me traía recuerdos de lo que alguna vez fue mi niñez.
--Lo suficiente—la mano de Linda me empujo al frente—Y la habitación es por cuenta de la casa—guiño el ojo.
El sujeto asintió.
--¿Cómo te llamas?
--Matthew—se apresuró Linda a responder. Mis ojos volaron a ella, tenía una expresión autosuficiente en el rostro: evidentemente estaba dispuesta a vengarse de Mello por ese último insulto, usándome como medio—recuerda todos mis consejos—me hablo con complicidad juguetona—Para que el “señor” regrese—movió su mano ligeramente sobre la base de su cuello—habitación 6.
Mire una sola vez al sujeto: usaba corbata.
La imagen de Mello cruzo mi mente, el dinero no solo se necesitaría para salir de California o droga…también para vendas y medicina.
Retrocedí unos pasos antes de dar la vuelta para subir por las escaleras, escuchando sus gimoteos tras la espalda, a sabiendas que me seguía. Mire fugazmente como Linda se acercaba discretamente al auto del sujeto, luego, seguí mi camino.
A decir verdad no estaba seguro por completo de que debía hacer, ni que se supone que ocurriría…la mayor parte de mi raciocinio señalaba que Mello nunca hubiese aceptado algo así, la otra, estaba en pugna por sobrepasar la idea por otra: el rubio estaba en medio de una psicosis de abstinencia.
Me detuve frente al sucio número seis en la puerta, se trataba de nuestra misma habitación. Mello estaría allí dentro…
La ironía se sujetó a mi mente: Beyond asesino una ocasión para evitarme “esta” situación…y, yo solo estaba por hundirme en una igual. Bien, no se trataba de mi padre, eso le quitaba puntos.
Abrió la puerta con ansiedad, empujándome dentro usando sus manos en mi cadera. De inmediato me aparte, un escalofrío me estremeció de forma desagradable…una honda de asco que terminó por convertirse en inseguridad.
--No seas tímido, Matthew—hablo, quitándose con desesperación la corbata, sin despegar la lasciva mirada de mi pecho.
La puerta del cuarto de baño estaba cerrada…
Se desanudo la corbata…”el nudo”, me dije. Se llevó las manos al cinturón…lo observe con cuidado. La grasa rebosaba con libertad bajo la camisa.
--¿quieres hacerlo tú?—pregunto con voz ronca, seguramente excitado. Las palabras de Linda dieron vueltas en mi mente: “un buen nudo”. ¿Qué hace un nudo? Su única tarea es sujetar. En este caso particular debía esperar que le sujetara para que no se acercara a mí…Bien.
--Sí.
Debía arriesgarme si quería que funcionara, Mihael no podría ayudarme en su estado…mi fuerza física seria rebasada, así que lo único que tenía era mi mente.
--¿Por qué no…se recuesta?—sugerí retorciéndome el cabello y evadiendo sus ojos, con un timbre curioso en mi voz, mas tratando de sonar indiferente.
El sujeto sonrió como si jugáramos a algo estúpido y asintió, la cama se quejó sonoramente cuando su cuerpo cayó sobre esta.
Aspire hondo, tranquilizando mi corazón y me acerque, tomando la corbata en el camino. No quería mirarlo.
La única forma de llegar hasta donde quería era: subiendo también. Lentamente avance sobre el lecho, dude en acercarme más, sin embargo, tuve que hacerlo: subí por su cuerpo hasta su cadera. Me acomode intentando el menor tacto posible, ignorando su pesada respiración y la dureza que sentía debajo de mi cuerpo. Alargue las manos a sus muñecas, rodeándolas con la corbata para evitar que llegaran a mi cintura, como pretendía.
--¿te gusta jugar, verdad, travieso?—me dijo. Le ignore, guie trémulamente sus manos hasta la cabecera de barrotes. Hizo ademan de zafarse para sujetarme.
Me tense.
--¿vas a pedírmelo?—sonrió.
--¿Puedo, señor?—intente, reanudando mi trabajo. Esta vez logre cruzar los extremos de la corbata, iba a hacer el segundo nudo…
--Pídemelo con más fuerza—se movió debajo de mí, tallando la parte baja de su cuerpo contra mis piernas. Tuve el impulso de irme de allí, las imágenes de mi padre asaltaron mis recuerdos…
Si Amane tenía fama por no se brillante, al menos debía ser valiente al enfrentarse a esto…
--Por favor…--musite cerrando el nudo. Algo se rompió en la otra pieza.
--¡¿Qué mierda?!—el tipo volteo la cabeza en esa dirección. Intento soltar sus manos para tocarme--¿Qué es esto?
Me deslice fuera de su alcance, la corbata no iba a detenerlo. Lleve las manos a la parte trasera del abrigo: era la primera vez que tenía un arma entre las manos. El tipo retrocedió el cuerpo sobre la cama, quieto, mirándome con los ojos a punto de salir de sus cuencas.
La puerta del sanitario se abrió con violencia, rebotando contra las bisagras que la mantenían fija al marco. Mihael cruzo la distancia tan corta, quitándome el arma de ambas manos y encañonando al sujeto.
--Pudiste salir antes—musite, descubriendo mi incomodidad ante su poca participación.
--¡No jodas! ¿Te crees que fue sencillo oír a este hijo de puta querer cogerte?—dijo furioso.
Quizás no fue la forma más cortes de decirlo, pero me hizo sentir mejor.
--Bien hecho, Nate—Linda entro apresuradamente, rebuscando en los bolsillos del sujeto hasta hallar su cartera—Creí que no entenderías las indirectas—dijo de paso, rebuscando en cada bolsillo, encontrando las llaves del automóvil.
--¡¿NO LE EXPLICASTE ANTES, IDIOTA?!—exigió Mello.
--Salió bien ¿no?—se defendió— ¿Qué hago con la llave del camión?
--Sus huellas—ordeno Mihael. Ella su cubrió las manos con su playera para evitar dejar marcas en su piel y le puso las llaves en las manos.
El sujeto no emitió ni un solo sonido, se limitaba a mirarnos uno a uno con terror. Dudaba que volviese a recurrir a la prostitución alguna vez.
--Vámonos—Linda tiro de mí para sacarme. La explosión del proyectil retumbo en la habitación cuando Mello descargo una bala en la pierna del sujeto, quien soltó un alarido--¡¿Qué mierda, rubio?!
--Quería cogerse a “Matthew”—insinuó Mello con fastidio, mirándola fijamente--¡Tu cállate, con una mierda!—ordeno, preparando una nueva bala, el tipo trato de ahogar sus sonoras quejas mezcladas en llanto.
Me acerque a Mihael para ayudarle a caminar con mayor facilidad. Linda frunció los labios pero opto por hacer lo propio.
Bajamos las escaleras con trabajo, llegamos hasta el automóvil del sujeto, Linda dejo abierta la portezuela del asiento trasero. Mello se dejó caer sobre este, le di la vuelta y entre por el otro lado. Ella ocupo el asiento del conductor y encendió el automóvil.
La mujer de recepción salió desde su caseta, el proyectil se estampo a centímetros de sus pies, así que, corrió de vuelta a la seguridad del interior, Mihael metió el arma a la cabina entonces.
Las llantas rechinaron contra es asfalto mientras Linda conducía por la autopista.
--¡¿MATTHEW?!—grito Mello.
--No vuelvas a ponerme en una oración a B y a mi ¿entendiste?—exclamo ella sin inmutarse. Definitivamente ahora estaba enojada con mi hermano mayor—Que se las arregle él solo ahora…--murmuro por lo bajo, su voz se rompió por un segundo.
Contemple a Mihael…respiraba agitadamente, mordiendo sus labios, buscando la forma más humana y silenciosa de soportar sus heridas…Busque en mi mente alguna forma de ayudar a su estado…
--Nate…--llamo ella, con un hondo respiro, supuse para tratar de tranquilizarse—mira en la guantera.
Alargue el cuerpo por en medio de ambos asientos, abrí el compartimiento y me encontré con una pequeña bolsilla con pastillas dentro.
--A nuestro amigo le gusta la diversión—exclamo ella—tuviste suerte, rubio idiota.
Volví a mi lugar, mirando atentamente los objetos de colores. La mano de Mihael me las arrebato, las saco con rapidez y se las llevó a la boca.
Le observe tragarse las pastillas, cerrar los ojos y…esperar.

POV LINDA

La carretera comenzó a parecerme malditamente eterna. La forma en que el cielo clareaba hasta ir convirtiendo la negrura en un azul marino profundo tampoco ayudaba a aminorar el cansancio corporal, puesto que me daba la impresión de haber estado conduciendo durante días.
Los ojos me pesaban y lo peor de la situación, si un pudiese concebirse algo más problemático, no sacaba de mi mente la imagen de Beyond…sus palabras…la forma de alejarse…de molestarse por no haberle dicho nada acerca de Nate y el rubio psicópata…La estúpida obsesión por Matthew, el verdadero Matthew, por cierto.
La verdad, mi intento por molestar a Mello fue infantil, no negaba aquello de ninguna manera pero definitivamente se lo merecía, y también Nate, ¿Por qué no? Por culpa suya ahora B estaba decidido a alejarse por completo…luego de todo…
Suspire, francamente ahora dudaba mucho el poder hablarle a Beyond alguna vez acerca de quien estaría dispuesta a cortarse las venas si algo le ocurriese a el…con todo y su maniática forma de pensar o lo peligroso que resultaba…
Por lo menos me quedaría la satisfacción fugaz de haberle hecho pasar un mal rato a la “feliz pareja” del asiento de atrás al recordarles a Matt…una venganza imbécil. Un poco de desgracia, ya que, por causa de esos dos ahora estaba contra la pared y lejos de B…¿Qué estoy diciendo? Los tres estamos hundidos hasta el fondo…Vamos a morir.
Resople, buscando un apoyo en que soportarme y hallar la forma de seguir conduciendo sin caer rendida.
Ya llevábamos algunos kilómetros avanzados pero en algún momento tendríamos que detenernos en algún paradero a cargar gasolina, aunado a que, maldita sea, no estoy segura de sí en mi bolso hay dinero, comienzo a creer que mis nervios, o peor, todo mi temor nublo mis memorias.
Aunado a que ni siquiera sabía hacia donde nos dirigíamos, lo único que conocía era la teoría irreal de Nate.
--¿Y adónde vamos exactamente?--pregunte
Un gemido me respondió.
--¿Qué demonios…?—alce los ojos al espejo retrovisor. La mano de Mello se apartó de la cercanía de la entrepierna de Nate. ¿Qué mierda? Tenían que estar bromeando. ¿Ni siquiera herido de esa forma podía controlarse?—Joder, Mello, amárratelo ¿quieres?—dije, asqueada—no puedo creer que la droga te haya calentado y no sedado…deberías estarte arrastrando de dolor…
Nate subió una pierna al asiento, apoyando la rodilla a su pecho. Evitando mi mirada a través del reflejo.
--No se trata de lo que piensas—musito.
--¿A no?—rete—Par de…
--No estés jodiendo—ordeno Mello con voz débil.
--Mello intentaba alcanzar esto—explico Nate alzando enfrente de su rostro, aun evasivo, la bolsilla con pastillas. Bueno eso tendría algo de sentido, excepto por el hecho de que el chico pudiese gemir de esa forma solo porque el rubio loco rozo su cuerpo…o tal vez, sí. Yo misma pude comprobarlo años atrás…pero eso no importaba. El único contacto que podía provocarme algo así, en realidad era el de B.
Volví los ojos al camino hablando de paso.
--El fuego no te matara lo hará una sobredosis, adicto, y no tenemos chocolate…
Y entonces la carrocería ocupo horizontalmente el medio de los carriles de la autopista. Mi corazón dio un vuelco inmediato, aprisione con fuerza el pedal del freno, con ambas plantas. El auto derrapo un poco antes de detenerse con un rebote pronunciado.
Mi pecho subía y bajaba constantemente, con fuerza que me dolía. Una sensación bastante conocida a estas alturas. Alcance a mirar por el espejo lateral la mirada de Nate fija en el vehículo negro que nos obstaculizaba el camino. La mano de Mello se agarró en el respaldo de mi asiento para acercarse y mirar también.
¿Tan rápido dieron con nosotros? ¿Quiénes? ¿Mikami o Elle?
Las manos me temblaron con pánico… ¿tan pronto iba a…morir? Sujete la palanca de velocidades, arrastrándola hasta la reversa para salir de allí.
--Detente—ordeno autoritario, Nate.
¿Cómo mierda me decía eso ahora? Quería salir de allí, huir pronto.
El arma de Mello hizo un ahogado sonido metálico al apoyarse sobre el costado de mi cien para soportar el peso y poder encañonar a través del parabrisas.
--No te muevas si no quieres que te dispare a ti—mascullo medio mareado.
Contemple en silencio como bajaba del otro auto una mujer, alta, de rubio cabello, metida en un traje sastre bastante masculino. Iba armada, claro. Se acercó lentamente, apuntando su pistola de la misma forma que lo haría un policía entrenado: apoyándola sobre su otra muñeca. Oí el seguro del arma del rubio, al ser retirado.
--Halle…--musito Nate.
--¿La…conoces?—quise saber, entonces debería ser parte del grupo de Elle, lo cual, me tranquilizo lo suficiente como para creer que no moriría necesariamente.
--Viene sola—apunto Mello. Revise alrededor de su auto, no había agentes, ni más vehículos, ni siquiera la acompañaba alguien en el auto del que bajo.
Se detuvo a unos cuantos metros, sin bajar la amenaza.
--Bajen ahora—ordeno con fuerza. Dude. Podría arrollarla…
--Nate, no quiero ir a prisión.
Lo vi entornar los ojos.
--Sé que tienen un herido—hablo otra vez. Retrocedí sin comprender, con el corazón frenético contra la caja torácica—si no vienen ahora, todos van a morir, empezando por la persona lastimada.
La mujer tenía un punto. Con suerte tendríamos dinero para sobrevivir un día más, de ninguna forma saldríamos de California y a la vez evadirle la muerte al rubio loco…era imposible…el detalle aquí era, para empezar, colocar prioridades: la vida de Nate y la mía al huir o…mantener respirando a Mello.
Estoy segura que Nate sabia eso mejor que yo.
Y Mello tiro del gatillo. Di un respingo pero nada ocurrió: solo un simple sonido delgado contra el hueco en la cámara, con un simple “click” revelo que su cartucho estaba vacío.
Me mordí la lengua para no decirle: “estúpido, te dije que no le dispararas al pedófilo del motel ni a la mujer gorda”. Aunque a decir verdad nunca mencione nada acerca de no atentar contra el gordo pretexto femenino de recepcionista.
¿Qué íbamos a hacer?
Mierda…Linda…piensa…
Alcance a mirar a través del espejo retrovisor como Nate miraba fríamente al rubio violento, retorciéndose mechón de cabello constantemente. Quizás calculando las posibilidades de que esta situación resultara más o menos bien, ya que, eso mismo trataba yo, aunque con menos indiferencia ¿Cómo hacia eso?
Por fin, alargo una mano hasta la manija y abrió la portezuela.
La mujer policía elevo su arma hasta la altura de sus ojos, preparándose para cualquier contingencia.
--Nate...—hable con voz trémula--¿Qué…haces?
Si este chico sale del automóvil, Elle va a armarle una grande, ya no se diga sus padres adoptivos…y Mello iría a parar a prisión. Los ojos claros de la rubia vibraron dilatados en cuanto la silueta, de muy mal aspecto, de Near se plantó sobre el asfalto.
No dio señales de moverse de su lugar.
Los labios de la mujer articularon su nombre sin sonido, bajando su arma inconscientemente.
--Halle—saludo, evadiendo su mirada en un gesto sumamente tímido, casi avergonzado.
--Ven aquí—ordeno. El tono se me antojo al mismo que usaron los agentes durante el incidente en el laboratorio químico; un segundo…en ese instante “arrestaron” a Nate…¿seguiría en pie la orden de aprehensión? Si era así, los tres compartiríamos la mesa en el juicio.
--Necesito…que hagas algo por mí—hablo monótonamente pero incluyendo un imperceptible tono autoritario en las palabras
--Estas en bastante peligro aquí solo, Nate—replico—ven aquí, ahora.
De acuerdo esa última frase no hizo juego con lo que ocurría, pues se me antojo el tono que usaría una madre para reprender a su hijo por no hacer algo tan estúpido como, por ejemplo, arreglar su habitación.
Una idea cruzo mi mente fugazmente…Beyond nunca menciono a sus padrastros, se limitaba a expresar lo poco grato que era vivir con ellos al sospechar que su hermano mayor tenia injerencia en sus vidas; o simplemente escapaba de los castigos… ¿sería aquella mujer…?
--No me encuentro solo—repuso, echándome una mirada fugaz—sin embargo, antes de hacerte mi petición, quisiera saber algo—la contemplo fijamente--¿Cómo es que una agente especial está sola en medio de una carretera estatal? Antes de que respondas, por favor, omite cualquier explicación extra: es evidente que esperabas que estuviéramos aquí.
Oí un gruñido desde la parte de atrás, luego la otra portezuela del asiento trasero se abrió.
--¡Mello!—gire sobre mi espalda, buscando a tientas detener su impulsiva acción, luchando contra la incomodidad del cinturón de seguridad; muy tarde, estaba ya afuera.
Se sostuvo del marco superior de la lámina y la propia portezuela para lograr avanzar más o menos constante hasta el cofre, apoyándose con una mano.
Estuve segura que la tal “Halle” no pudo evitar abrir los ojos con consternación, hasta asco, quizás, pero sobre todo con sorpresa; pero no pude cerciorarme, ya que, me enfoque en zafar el cinturón de seguridad, torpemente debo decir.
--Escucha bien—hablo el rubio con fuerza—No tengo interés en ti, en el fenómeno policía de su hermano o en sus vidas. Pero será mejor que te apartes de una maldita buena vez del camino—encañono a sabiendas que no tenía balas.
Los ojos de la mujer se entornaron, mientras elevaba otra vez su pistola.
--Por favor, bajen sus armas—pidió Nate—el uso de la violencia en estas circunstancias a ninguno nos beneficia.
Las pupilas de Mello miraron de reojo al chico.
--¿Cómo sabias que estaríamos aquí?—inquirió el rubio con exigencia.
--Tu hermano estuvo preocupado por ti, Nate—respondió directamente al interpelado.
--En ese caso debo deducir que Elle está presente en esta conversación, de una u otra forma…--su voz destilo fastidio.
--No se trata de él esta vez, de hecho no sabe que estoy aquí—repuso—fue gracias a Beyond que pude dar contigo.
La furia que emano el cuerpo de Mello fue casi material, mientras que el albino lo único que alcanzo a hacer fue abrir los ojos con un ligero toque de confusión.
Por mi parte, estaba a punto de bajar del auto cuando mi cuerpo se frenó de golpe ¿Beyond? ¿Cómo? Busque a través del cristal la silueta de B en la cabina del otro vehículo, pero no. Allí no había nadie.
--Nate, si no salimos de aquí en este momento, te hallaran de la misma forma que lo hice yo…
--¡¿Dónde está ese maldito imbécil?!
--¿Cómo es que estas consciente de esta información?—quiso saber Nate, recuperando el tono inexpresivo. Volví los ojos a la mujer, también yo quería oír la respuesta.
Halle se mordió los labios con obvia duda, más para todos allí era más que claro que de no recibir alguna respuesta pronta: Nate subiría otra vez y le perdería la pista de nuevo.
--No sé dónde está—dijo ella—pero conozco un lugar donde estarás a salvo.
Ahogue las ganas de soltar una risotada: ¿y esa se creía que íbamos a creerle?
--De acuerdo, suena bien—exclamo.
¿Qué?
El rubio le miro en una mezcla de sorpresa, negación y furia.
--¡No!
--Mello—hablo Nate—Su nombre es Halle Bullock, trabaja para una agencia especial de investigación. Es mi…--viro la vista—madre adoptiva.
--¡No me interesa!—grito-- ¡No hay garantía de que no nos lleve a prisión!
--No lo hará—replico—El único agente que descubrí como trabajador de mi hermano Elle, era Giovanni—explico—el indudable vigilante de mis padrastros, por tanto, Halle no estaría consciente ello. Me atrevo a asegurar que está aquí por propia voluntad, de ser de otra forma: habría más autos esperándonos.
--Esta aquí para convencerte de ir con ella, idiota cabezón—insulto el rubio.
--¿De que serviría? Elle tiene bajo su mando la forma de cerrarnos el paso fácilmente, enviar solo un cebo para ganarse un cierto grado de confianza es inaceptable e inservible, dado que, el cerebro humano, ante la traición al revelar su verdadero plan, lograría un resultado peor: le odiaría—casi se encogió de hombros.
Los ojos de la mujer se entrecerraron.
--Y según tú, Near, por eso esta mujer va a ayudarnos así como así—replico Mello con sorna incredulidad.
--Si Halle decidiera cambiar la propuesta seria inevitable un desenlace incluso peor ¿no es así?—la miro—Por ahora, me limitare a pedir un transporte fiable, medicina y la certeza de no ir a prisión…ninguno de nosotros. Le pido que lo piense rápido pero con cuidado, puesto que de recibir una respuesta distinta a la conveniente para nosotros: no habrá forma de encontrarnos de nuevo.
Casi se me cae la mandíbula: incluso yo me sentiría indignada ante tan descarado chantaje emocional cargado de amenaza. Nunca imagine que Nate fuera capaz de ser tan fríamente convenenciero y usara las armas que tenga certeza de que moverán las sensaciones de las personas para obtener el resultado que quiere…
La policía lo pareció sopesar un momento.
--De acuerdo—dijo al fin—pero confiscare sus armas y cualquier otro objeto ilícito—estipulo.
Nate asintió en silencio, se acercó hasta el rubio para coger el arma que aun sostenía.
--No somos piezas, Near—lo oí gruñir entre dientes—No vas a disponer de nosotros de esta forma tan jodidamente estúpida…
--Es nuestra única solución…temporalmente—lo vi retorcerse el cabello mientras deslizaba sus dedos sobre la mano de Mello—estoy cien por ciento seguro que compartes mi opinión-- Su interlocutor giro el rostro con renuencia, pero consciente de la practica resolución del chico…
--Si intenta algo…--dejo al aire el comentario—o tu hermano hijo de puta…
Cuando se separó del rubio loco se llevó entre la mano la pistola. Me dirigió una sola mirada antes de asentir en aprobación. Trague saliva, aun me sentía inquieta pero…tampoco podía moverme por mi misma, debía apegarme a la mejor manera de sobrevivir más tiempo.

POV MATT

“—Por favor, evite interrumpirme—dijo en tono lacónico, sosteniendo el móvil con la punta de los dedos, a una considerada distancia de su oreja—Le pedí que no hiciera juicios previos—musito con expresión fastidiada, ante lo que le dijeron del otro lado de la línea.
Le mire atentamente desde la cama, sosteniendo mi desarreglada consola conectada directamente al celular, robándome de paso la desesperante señal de internet.
--Es necesario que preste su atención: Nate estará en la autopista estatal rumbo a Arizona luego del kilómetro 33, es menester que se encuentre antes que él—exclamo de forma autoritaria.
Entrecerré suavemente los ojos. Una parte de mi mente me acosaba con la necesidad de terminar con la comunicación de golpe ante la posibilidad de que B me hubiese mentido y en verdad estuviera encargándose de la muerte de Mello…Sin embargo, no lo hice, ya que, irremediablemente le creí en cuanto me aseguro que no atentaría en contra de Mello.
--No se dirigirá a ningún otro sitio, puesto que eso implicaría volver sobre los “pasos” que ha recorrido—explico indiferente, cepillándose el cabello con una mano de forma distraída—allí estará—y cerró el móvil.”

Clave las pupilas en Beyond desde que inició con esa llamada hasta este preciso momento, en que simplemente está sentado sobre el suelo, mirando al vacío con expresión indiferente. Vestido al fin, dicho sea de paso.
Y yo, allí, recostado en el lecho sobre mi hombro izquierdo, contemplándolo estúpidamente, esperando por algo…sin saber exactamente que…
Suspire dejándome caer a un lado sobre mi espalda, en medio segundo el techo llenó mi visión.
“Mello”…su estado era crítico, nunca antes le vi así se grave…de cerca a la muerte. Y nunca antes imagine no sentirme molesto, vaya ni siquiera incomodo, estando en compañía de quien abiertamente quería asesinarlo.
Solo entonces repare en que ese día no había bebido nada, fumado, sí, lo hacía ahora en realidad, pero…nada de intoxicar mi cuerpo con algún tipo de alcohol…y eso era gracias a B…De la nada su pálido rostro se interpuso en mi visibilidad, causándome un respingo.
--¡Beyond!—expulse de golpe el humo.
--No estabas escuchándome—musito lacónicamente.
--No sabía que estabas hablándome—me defendí. Su expresión no sufrió cambio alguno.
--Amaneció—avisó. Parpadee confundido, no me había percatado de ello.
--Significa que…--deje al aire el comentario.
--Poseo la esperanza de que tus convicciones para conmigo hayan cambiado—dijo sin más. Cierto, quería aclarar aquello desde que me lo dijo hacia unas horas atrás.
Comencé a incorporarme, apoyándome sobre los codos para acomodarme, B tomo asiento sobre el borde de la cama con las rodillas al pecho, sin reconocer lo bien sabido como “espacio personal”. Pero y eso ¿Qué me importaba ahora, luego de “todo”?
Transcurrió un largo momento en silencio, lo único que podía escuchar era su calmada respiración.
--¿Y bien…?—quise saber.
--Imagine que tu mente había resuelto el acertijo, Mail
--No soy tan brillante, quizás—no pude evitar bromear, curiosamente divertido. Se llevó el pulgar a los labios, sin demostrar emoción alguna ante mi mal chiste. Se me desinflo la sonrisa, probablemente no fue lo mejor que se me pudo ocurrir. No encontré nada más que hacer que dar una calada al cigarro.
--Mail…
--¿Eh?—alce los ojos otra vez.
--He enviado a la mujer que me adopto en busca de Nate—explico, desviando la gélida mirada ¿Qué no sus padres eran policías?—Quizás envíe al sujeto rubio y a Linda a prisión.
Una nota de pánico cruzo mi cuerpo, levantando el torso bruscamente, soportándome en las palmas de las manos. Dejándome el cilindro entre los labios.
--Descuida—agrego—se trata solo de una suposición del treinta por ciento—pareció quitarle importancia.
--¿Y el otro setenta?—inquirí, inquieto. Solo entonces dirigió sus ojos a los míos, observándome detenidamente.
--Realmente es frustrante—musito. Fruncí el ceño sin comprender—Tu interés por el tipo rubio ha sobrepasado cualquier teoría que pude plantearme con anterioridad…supongo que realmente te subestime.
Sacudí la cabeza, ¿quería decir que…lo hizo siguiendo un experimento y verificar si Mello me importaba aun o ya no?
--Creí que lo hacías por tu hermano—masculle con cuidado.
--No tengo facultad para decidir su destino—hablo en tono sombrío—sin embargo, considero mi obligación presentar a su criterio más de un camino que represente posibilidad de ser seguido.
--Ya veo—murmure. Traduciendo: un camino que no siga la vida peligrosa de Mello.
--Además—me miro otra vez—me fue planteada una interesante teoría sobre tu suicidio si el tipo rubio abandonaba este mundo.
Me encogí levemente.
--Usualmente me guio por interesantes experimentos, mas en esta ocasión se trata de un resultado que, agresivamente, no estoy interesado en conseguir—admitió. Una descarga me sacudió el cuerpo, alborotando mis sensaciones ante su confesión.
La seguridad de Nate y… también mi vida…le movieron para no hacer nada contra Mello.
--Beyond…yo…--¿Qué podía decirle?
--No era mi intención hacerlo solo por tu propio bienestar, en realidad, dudo que eso deba importar, ya que, mis acciones fueron egoístas, Mail—esbozo una ligera sonrisa que no subió hasta sus apagados ojos—lo hice netamente por propio confort.
--¿Evitaste que me suicidara…”por ti”?—quizás no estaba formulada correctamente la pregunta pero no se me ocurría una manera más cordial--¿Por qué por alguna razón eso…te…?
--Formaba parte del listado que como a cualquier humano, afectaba mi juicio de manera poco racional—pareció buscar las palabras adecuadas—no soportaba que la hipótesis pudiese llegar a ser certeza.
Había un nudo dentro de mi garganta que me impedía emitir sonido alguno, lo que fuera…es más, ni siquiera alcanzaba a comprender el significado completo de sus palabras.
--Tú…dijiste que…algo del segundo lugar—balbucee—que no te gustaba y que…--mis nervios empezaban a dispararse.
--Y jamás será considerado como una posibilidad dentro de mis planes—interrumpió—frustrantemente no puedo asegurar que aquello sucedió luego de conocerte: serlo fue la única forma de replantearte la hipótesis de muerte…o de sujeto rubio.
--¿Estabas…tra…tratando de…--tartamudee con el cigarrillo dentro de mi cavidad aún.
--La única manera de conseguir un resultado satisfactorio era aceptando el interés que podrías brindarme—replico con monotonía. Así que, después de todo, había aceptado dormir conmigo a pesar de saber mis sentimientos para con Mello porque, según B, era la única forma que concibió para ganar un poco de ¿Qué? ¿Mi cariño? ¿Olvidara al rubio? ¿Desapareciera mi realidad?
--Bueno…--sentí la sangre subir a mis mejillas—tampoco fue como si no hubiera querido…en realidad yo...es decir…esperaste tanto tiempo y la verdad…--comencé a enredarme con mis propias palabras.
--Para ser honesto, no espere esa respuesta proviniendo de ti.
Ya me había dicho eso el día anterior
--¿Qué quieres decir?—ladee la cabeza, confundido por completo.
--No estaba preparado del todo…—hizo un mohín—para no presenciar tu arrepentimiento.
Mis pupilas tintinearon asombradas, Beyond esperó todo el tiempo que me arrepintiera de acostarnos, probablemente esa fue la razón por la que me advirtió que de no cambiar mis pensamientos sobre su conducta terminaría por “dejar de distraerme de mi miseria”, lo que era lo mismo que dejar de jugar a estar tras de mí.
B era sumamente determinado y obsesivo pero…también tenía dignidad. Mucho más que yo, si nos comparamos.
Sin embargo, ahora lo único que tenía cabida en mi mente eran sus pupilas que me abrazaban en medio de una honda de calor que casi podía observar en tonos rojizos.
Algo ardiente punzo en mi estómago, me queje bajando los ojos, descubriendo la ceniza caliente sobre mi piel. Un poco más se desborono desde el cilindro de tabaco hasta mi ombligo.
--¡Maldición!—masculle, sacudiéndomela con una mano.
--Mail—sus fríos dedos sujetaron mi mentón, levantando mi rostro para fijar mis ojos en sus profundas pupilas. Mi respiración se cortó, quedando volando en el ambiente, sin permitirme recuperarla de alguna manera.
La distancia fue terminándose, su otra mano retiro el cigarrillo de mis labios; su posición fue transformándose hasta apoyar las rodillas sobre el colchón, acercándose cada vez más.
Se detuvo a escasos milímetros de mi boca, su aliento fresco chocaba contra mi piel dejándome encima una sensación dulce…
Y pareció esperar algo…
--Yo no…--suspiré—no me arrepiento…Beyond…incluso si estas un poco loco o seas un posible homicida—admití con un dejo de diversión mal sana que se esfumo prontamente—pero eso no quiere decir que…lo que Mello y yo…mejor dicho que yo deje de…
Me vi callado de golpe por sus labios, por todo su peso que se apoyaba contra mi pecho para devolver mi espalda contra el lecho. El asfixia al verme sin oxígeno no resulto molesto en lo más mínimo, al contrario su contacto me traía un calor eléctrico que despertaba mis instintos.
Sus brazos se apoyaron a los lados de mi cabeza, deslizándose para apoyar su torso sobre el mío, enredándome con sus labios, su húmeda lengua que lamia mis labios desde la comisura hasta el centro, introduciéndose en la cavidad poco a poco; el filo de sus dientes que mordió deliciosamente mi piel. Di un ligero respingo pero no me queje en cuanto algo liquido surgió desde la herida que provoco su mordida, mezclándose con la saliva que nos unía.
Mi aliento se agito contra su cavidad, eleve los brazos hasta su cuello para atraerlo hasta mí…y solo entonces me di cuenta que, no me importaba estar con un peligroso asesino, con tan amedrentador sujeto que podía ponerle fin a mi vida aunque intentara defenderme…solo tenía dos opciones a ello: me acostumbre duramente a Richmond y a sus peligros, a Mello y a su violencia…o quizás…y solo tal vez…confiaba y estaba seguro que Beyond Birthday o Rue Ryuzaki, como quisiere llamarse, no rompería su dicho acerca de no dañar a Mello, incluso si fuese temporal…pero sobre todo…no iba a hacer nada en mi contra. No pretendía dañarme de ninguna manera. Y aquello estaba muy lejos de molestarme.

Notas finales:

Gracias por leer y bshoos tronadhosss


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).