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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Hola!! Ya sé! Me tarde como los mil demonios eh???

EN SERIO LO LAMENTO!!!! no me era posible continuar actualizando en esta pagina, asi que no segui haciendolo. En serio les ofrezco mis mas sinceras disculpas!

Ahora, al parecer, puedo volver a actualizar, pero, por si llegase a ocurrir nuevamente quiero comentarles que este mismo fic lo estoy publicando en otro foro en el que es seguro que siga actualizando este y mis otros fics. www.mundoyaoi.forumfree.it

La liga es claro fanfics de death note y alli estoy publicando bajo mi mismo nick: HAKUDINN!!!

De cualquiier manera mientras sea posible seguire actualizando en esta pagina!

GRACIAAAAAAAS!!!!!!!!!!:D

 

POV NEAR

Mihael se puso en pie de golpe.
--Near—habló mientras se echaba a andar rumbo al cuarto de baño. Halle le echó una mirada desconfiada. Me levanté para seguirlo.
--Nate.
Ignoré su llamado mientras caminaba tras Mello, quien simplemente siguió de largo.
--Deja de preocuparte, mujer, necesito ayuda con mis vendas—exclamó con fastidio—no voy a matarlo aquí…aunque tampoco sería tan mala idea—agregó de forma siniestra—es mi rehén incluso estando aquí.
--Traje conmigo a dos criminales—repuso ella, echándole una mirada fugaz a Linda, quien, echa un ovillo sobre el sillón recuperaba las horas perdidas de sueño.
--Linda no me interesa—se encogió de hombros con cinismo.
--Aléjate de él—ordenó mi madre adoptiva.
--En lo que vale te doy mi palabra de que no le haré daño mientras no te metas en esto—replicó con poca disposición, abriendo la puerta.
No me volví para mirar la reacción de Lidner.
Apenas cruzamos el umbral la puerta, ésta se cerró detrás de mí. El cuarto en realidad era pequeño, los muros se separaban por aproximadamente un metro y medio, quizás unos centímetros más. Aquella guarida de la agencia de investigación no estaba acondicionada para mucho personal y tampoco para una estadía larga.
Pasé los ojos por las cromadas paredes, analizando la regadera y la cortina que la separaba del resto del amueblado.
Un estruendo me sobresaltó, volví la mirada a Mihael, quien, apoyándose en la pared, pateó de nuevo el pequeño buró que se empotraba al muro. Me retorcí el cabello mientras él repetía la acción un par de veces más…No tenía la más mínima intención de decir algo para detenerlo, ya que, en realidad, verlo utilizar su fuerza era una especie de respiro puesto que solo significaba algo: estaba mejorando.
Oí claramente como desde la otra habitación Halle se incorporaba.
Un último golpe y el mueble se desprendió de las bisagras que lo sujetaban; lo empujó con fuerza hasta estrellarlo contra la puerta de forma diagonal, ejerciendo presión contra la manija y el suelo.
Física básica: materia contra materia, donde el sólido más fuerte llevaba la victoria: el piso.
Casi al instante Lidner trató abrir, por supuesto sin éxito.
--De acuerdo, Near—la voz de Mello se escuchó curiosamente satisfecha.
--¡Abre!—exigió ella desde el otro lado. La manija vibraba descontrolada contra el buró de lámina.
Calculé la idea de tranquilizar la ansiedad de mi madrastra, sin embargo, no lo encontré útil de ninguna manera.
--¡Nate, abre!
Me volví directamente a Mihael, quien revisaba su aspecto en el espejo, algo me decía que no estaba enfocado en sus quemaduras como debería.
--¿Consideras sensato retar a una agente entrenada dentro de un bunker de investigación?—quise saber, retorciéndome un mechón de cabello.
--Me importa una mierda—respondió de golpe, mirándome.
Evadí sus ojos y di los escasos pasos que nos separaban. Probablemente fuera parte improvisada de la supuesta hipótesis a confirmar, sin embargo, aquello no disminuía bajo ningún concepto que también podría servirnos en la sanación de Mello.
Alargué las manos al botiquín atornillado a la pared, me vi detenido por su firme agarre alrededor de mis muñecas; alcé los ojos con un dejo de curiosidad. Y el rubio simplemente ensanchó una malévola sonrisa.


POV LINDA

Abrí los ojos en cuanto escuché las maldiciones escupidas entre dientes. Levanté el torso lentamente para asomar los ojos y verificar que la policía estaba muy ocupada luchando contra la pesada puerta.
Me mordí los labios. Allí estaba la “magnifica” distracción del rubio psicópata.
Bajé los pies esperando que el rechinido de la tela plastificada del sofá no hicieran mucho ruido, aunque incluso se ser así, la mujer estaba más desesperada por devolver a Nate a su vigilancia total.
Anduve de puntillas, reteniendo el aliento; llegué hasta el escritorio. Mi bolso estaba dentro de un cajón cerrado con llave…pero el móvil de B seguía expuesto. Tal vez esa Halle había estado tratando de dar con Beyond.
Tomé el aparato lentamente, sin despegar los ojos de la exasperada mujer. Una vez dentro de mi bolsillo de la chamarra, alargué la mano otra vez para intentar recuperar mi bolso, esta ocasión tuve que mirar para asegurarme que lidiaba con la cerradura indicada. Un bulto metálico debajo del cajón captó mi atención.
Vaya suerte.
--No te muevas—ordenó la voz de la agente. Di un respingo, levantando de golpe las pupilas—Retrocede—me apuntaba con su arma.
--¿Por qué no disparas a la manija y no a mí?—reté.
--Retrocede—repitió entornando los ojos.
--Bien—alce las palmas de modo conciliatorio y volví al sillón, sentándome en el borde más cercano a la única salida.
Ella bajó el arma para enfocarse de nuevo en la manija. Alguna razón existía para no simplemente descargar el cartucho entero en la perilla y luego en el caliente rubio.
Eso era lo que menos me interesaba ahora, ya que, era conveniente a nosotros por completo.
Aspiré hondo levantándome nuevamente, en completo silencio. Sin despegar los ojos de su espalda, retrocedí hasta chocar sordamente contra el muro.
Bajé los ojos directo a la llave tubular que había logrado despegar desde debajo del escritorio, y luego me giré contra la puerta.
Introduje la llave y bingo.
La abrí usando todas mis fuerzas. No me detuve a esperar que la madre postiza de Nate se diera cuenta, aunque seguramente lo hizo.
Simplemente eché a correr.

POV NEAR

Mi garganta se quejó levemente al instante en que mi espalda fue empotrada contra el muro. El rostro de Mihael se detuvo a centímetros de mi rostro, podía aspirar su mismo aire.
La mano que presionaba mi pecho para dejarme inmóvil contra la pared, fue bajando peligrosamente hasta mi abdomen, rozando mi cadera, rodeándola con sus dedos. Un escalofrío me recorrió la espalda.
Incluso con la mitad del rostro vendado…su presencia estaba desbordando mis sensaciones.
Sus labios rozaron mi boca, mas se dirigieron por mi mandíbula, despertando punzadas de electricidad debajo de mi piel; la humedad caliente de su lengua lamió toda la extensión hasta llegar al lóbulo de mi oreja.
--No ibas a huir de “esto” por más jodidos días, Near—murmuró contra mi oído--¿recuerdas en que estábamos la última vez antes de que tu estúpido hermano interrumpiera?—traspasó una malévola excitación en sus palabras.
Mi cuerpo se tensó en cuanto la humedad se introdujo en mi oreja. Mi respiración comenzó a agitarse al ritmo de las vibraciones que corrían por mis extremidades.
Su cuerpo entero se pegó la mío, cortándome el aire.
Una punzada atacó mi brazo, y solo entonces recordé que seguía con los dedos enredados en mi cabello, intenté bajarlo para aventurarme a rodear la cintura de Mihael, pero me detuvo con su mano izquierda. Los vendajes se estiraron.
Con su mano me incitó a seguir jugando con mi cabello, no tuvo que hablar para darme a entender que aquello de alguna manera…le agradaba.
Embarró su cadera contra la mía, logrando que un espasmo me sacudiera por completo, el cosquilleo bajaba por mi estómago. Mi corazón estaba desbocado.
Por fin, dejó en paz mi oreja, volvió hasta mis labios, esta vez besándolos.
Acalorado le devolví el gesto, torpemente separé los labios para que mi propia lengua pudiese enredarse con la del rubio; su mano soltó mis dedos y voló hasta mi cintura, rodeándola para atraerme.
Seguí los tres pasos que dio, estirando el cuello para no despegarme de sus embriagantes labios. Me sujetó con ambas manos, levantándome sin mucho esfuerzo (que no fuera por el ardor de sus heridas aun no cerradas por completo).
Tardé unos segundos en encontrar más o menos cómodo el lavamanos sobre el que Mello me sentó.
A este punto ya no escuchaba nada más que no fuera la respiración agitada del rubio y mi corazón golpearse contra mis costillas…los golpes y gritos de Halle perdieron sentido y valor.
Aferró mi cadera contra la suya, presionando con fuerza contra el bulto que sobresalía de su pantalón. Un choque eléctrico me convulsionó contra sus exigentes labios.
No respondí a mis propios actos, simplemente dejé que ocurrieran, de pronto deseoso por que continuara. Mis dedos empezaron a desabotonar mi camisa, abriéndola.
Él dejo caer la pesada chamarra que lo cubría, dejando a la vista su fuerte torso, aun enredado en vendas por todo el hombro izquierdo, el pecho y la cintura, entallándose a sus músculos y resalando la figura.
Mihael se despegó de mi boca, bajó por mi garganta hasta el pecho mientras sus manos deslizaban la prenda por mis hombros.
Mordisqueó uno de mis pezones, me encogí. La respiración estaba vuelta en hiperventilación, incluso cuando no quería que Halle escuchara. Un parte de mi cerebro continuaba trabajando…cada vez más lento…
Me sostuve del borde del lavamanos metálico para no caer, Mello llegó hasta el ombligo, introduciendo en el orificio su lengua.
Mi garganta se quebró en un gemido.
El hormigueo estaba caliente en mi entrepierna.
Aferró con los dientes el borde mi pantalón, tirando de éste para desabotonarlo.
Me sentía asfixiado.
Giré los ojos al vacío en cuanto mi miembro recibió el aire del exterior. La sangre subía también hasta mis mejillas.
Oí la risa burlona de Mihael. Divertido con mi pena y mi “estado”.
Me sacudí con fuerza en cuanto tocó con la punta de su lengua el inicio de mi extensión. Un retortijón me dobló el estómago. Mihael solo lamía la cabecilla, y me miraba entre las pestañas. Incluso con su rostro cubierto podía admirar su faceta cruel.
Iba a moverme de allí, cuando la calidez total de su cavidad hundió en su interior mi sexo erecto; arqueé la espalda.
Un jadeo solitario se escapó.
Su boca subía y bajaba por mi miembro, aprisionándolo con las paredes de su mojada cavidad, succionando hasta casi lastimarme con la fuerza.
Separé los parpados, alcanzando a mirar como su mano vibraba rápidamente contra su entrepierna desnuda. Masajeando su propio miembro, ejerciendo fuerza, incluso con solo verlo podía darme cuenta. Eso explicaba sus gimoteos.
Mi cuerpo se contrajo, podía oír claramente mi propia respiración entrecortada.
Su lengua, por dentro, quemaba al contacto, lamiendo a lo largo…sus labios apretaban la dureza…Inconscientemente los dedos de la mano, que no retorcía mi cabello frenéticamente, se enredaron en sus mechones rubios.
No debió parecerle buena acción, puesto que gruñó apartándome la mano. Evidentemente no le era grato sentirse “guiado”. Aun así, mis actos no eran de mi completo control, por lo que regresaron a su anterior sitio, en medio del dorado cabello.
Esta vez dejó libre casi todo mi miembro, a excepción de la punta, sujetándola con sus dientes suavemente. Me tensé. Eso dolía.
Desvié los ojos de su expectante mirada.
Su mano no se detenía contra su sexo…Sin importar que mi cuerpo no la estuviese pasando tan bien por esos segundos…envidié la mano, con más fuerza con la que alguna vez envidié ser Matt…
Aquella mano que rodeaba el falo entero de arriba abajo con firmeza, llegando al glande para masajear la punta con el dedo pulgar varias veces, volviendo después a la base y agitar el miembro para endurecerlo, si es que aquello era posible.
Soltó el agarre de sus dientes y dio una última lamida a mi extensión, lo suficiente como para que el calor me sacudiera por completo, en potentes punzadas de electricidad que viajaron desde la ingle hasta el último poro de mi cuerpo.
Su boca aprisionó por completo mi miembro, hundiéndolo en su garganta y presionándolo hasta hacerlo palpitar.
Un gemido más sonoro resonó en la habitación. Su respiración se cortó.
Mi cuerpo estaba tenso todavía cuando abrí los ojos y me aventuré a mirar a Mello, quien me sonrió con autosuficiencia haciendo un ademán de haber bebido “algo”. Luego abrió la boca con desdén, en medio de una mueca de satisfacción, mostrándome su boca vacía, solo su lengua con algunos hilillos blancos y viscosos.
Me encogí.
Avergonzado desvié los ojos, encontrándome con su mano, cuyos dedos estaban cubiertos por el mismo líquido caliente.
Se incorporó nuevamente, sacudiendo su mano al aire, mientras que la otra rodeaba suavemente mi sensible parte baja. Me dio un espasmo casi desagradable ante las vibraciones que aún estaban presentes.
--Por tu bien…--masculló acercándose hasta mis labios, hablando contra ellos—no dejes que vuelva a hacer ambas a la vez…--su voz fue siniestramente divertida. A decir verdad no encontraba el chiste.
Antes de decirle algo tuve que bajar el brazo, puesto que estaba acalambrado. Su mano rodeó mi antebrazo para rozarlo unas veces.
--Por cierto, Near—me dio la espalda—estuviste a punto de sufrir mutilación—no se escuchaba arrepentido.
Entorné los ojos levemente al instante en que comprendí el significado de sus palabras, cualquiera lo haría.
Probablemente tuviera razón en esta ocasión y si permitía que ocurriera lo mismo “exactamente”, en su momento personal de euforia no controlaría la fuerza de sus dientes tal y como no lo hace con sus impulsos.
Aquello realmente no era un escenario positivo de ninguna forma.
Mihael se vistió de nuevo. Iba a imitarlo, sin embargo, un espasmo me detuvo, de nuevo, todavía no me acostumbraba a esos accesos de placer corporal.
Con cuidado acomodé mi pantalón, notando que me dolían las yemas de la mano izquierda, la misma mano con la que debí aferrar el borde del lavamanos con mayor fuerza de la necesaria.
De la nada, los brazos de Mello me devolvieron al suelo.
--Eres demasiado dependiente—masculló por lo bajo.
--El hecho de que no haya decidido bajar por mí mismo, no significa que no fuera capaz. Es otra forma de definir tu necesidad por ayudarme—repuse tranquilamente.
Gruñó.
--Cállate, Near. Eres débil y se acabó—cruzó los brazos de forma infantil y se dejó caer sobre la tapa del retrete.
Giré los ojos a la puerta, hacía rato que mis sentidos regresaron a un nivel aceptable, y aun así no escuchaban los golpes secos contra la puerta. Entrecerré los ojos. Linda debería estar afuera para este entonces… ¿pero y Linder? Las posibilidades de solo darse por vencida eran tan escasas que no valía la pena enumerarlas con un porcentaje. Quizás fue tras Linda.
--La estúpida de Linda ya debió haberse largado—murmuró el rubio. Al parecer tenía los mismos pensamientos.
No respondí, me limité a acercarme para alcanzar el botiquín.
--¿Qué haces?
--Desde un principio era la meta de la distracción—respondí.
--Tu meta…
Me vi desbalanceado cuando me atrajo hasta su regazo, sentándome con fuerza. Ambos nos estremecimos gracias a la sensibilidad que aun corría por nuestros sexos.
Sujetó mi rostro con sus manos y acercó los labios.
La explosión retumbó por la habitación en el momento justo en que el proyectil disparado destruyo la manija y abrió un agujero enorme en la puerta, logrando que el buró cayera sonoramente.

POV LIGHT

Despegué la espalda del pulcro muro en cuanto Mikami Teru se cruzó en mi visión periférica. Andaba con seguridad por entre los cuerpos trajeados de los otros fiscales y abogados, apurados todos, sumergidos en sus propios asuntos legales.
Mi asesor, con portafolio en mano y su celular en la otra, caminaba con la vista fija al frente.
Me eché a andar por los amplios corredores del Palacio de Justicia, siguiendo a Mikami a través de las columnas de mármol. Mantuve fija mi meta hasta que Teru se detuvo en ante el ascensor.
--Mikami—hablé una vez detrás de su espalda. Algunas personas se detuvieron a nuestros costados.
El fiscal se volvió a mí.
--Light…--en sus ojos oscuros se encendió una pisca de confusión.
--¿Podemos hablar?
--En este momento me encuentro ocupado—hizo ademán de darse vuelta.
--Por favor, Mikami, no me hagas cambiar tu agenda de nuevo—exclamé de forma cansina. Sus ojos volaron hasta mi posición otra vez.
La puerta del elevador se corrió. Todos se adentraron menos mi asesor de tesis.
--Necesito hablar contigo pero no aquí—agregué.
--Tu tesis está dándote problemas ¿no es así?—preguntó con la delicada acusación implícita de cualquier abogado. Desconfiaba de mí y de mis propósitos.
--Es problema de ambos—esbocé una sonrisa.

POV NEAR

Mihael apartó las manos de mi cuerpo con desdén, permitiendo que Lidner me sujetara del cuello de la camisa para alejarme del rubio.
Orienté mi cuerpo hacia lado contrario para soltarme de su agarre.
--Nate—masculló entre dientes, realmente furiosa. Mello sonrió ampliamente.
--Disculpe, Halle…--musité retorciéndome el cabello—no hay nada que esté dentro de sus manos para cambiar algún hecho presente o futuro que surja en relación a Mello y a mi persona.
Sus claros ojos se encendieron en indignación.
--¡Tú!—encañonó a Mihael, quien le miró con cinismo—¡Estas arrestado a partir de este momento! Levántate—ordenó.
Le eché una fugaz mirada a él. Obedeció dando unos seguros pasos hasta mi madre adoptiva.
--¿Linda esta arrestada también?—ironizó. Linder frunció los labios con descontento, suficiente evidencia de que había logrado escapar gracias a la distracción del rubio.
--En ese caso ¿Por qué no arrestas a Near también?—retó.
--Crees que puedes jugar conmigo—sonrió de lado—si no moriste gracias al fuego, yo misma te mataré si vuelves a poner en peligro su vida.
El rostro de Mihael se alteró.
--¡Nate no estará en peligro conmigo, que te quede claro!
Una honda cálida se extendió por mi pecho.
--En cualquier caso, es mi decisión—hablé mirando fijamente a Halle. Sus pupilas vibraron indecisas.
--Si quieres dispararme hazlo de una buena vez—retomó él—En cuanto la situación cambie no volverás a tener la misma oportunidad—dijo de forma siniestra, dándose vuelta para dirigirse hacia el salón—y me llevaré a Nate conmigo.

POV LIGHT

Mikami esperó en silencio, clavando sus frías pupilas en la calma con la que seguí bebiendo de mi taza de café.
Era precisamente la misma cafetería en la que alguna vez desayuné con Elle luego de que pasara por mí de improviso antes del trabajo.
Uno de los lugares en los que esperaba que no tuviese controlado, ya que, carecía de razones lógicas para vigilar un lugar como éste.
El sitio aparentemente ideal para hablar con Teru, puesto que desconfiaba de su propia casa, y por supuesto de su oficina. El único problema era que me traía recuerdos que ahora apreciaba con más fuerza y que amenazaban con distraer mi atención.
--Bien, Light—miró el reloj de su muñeca—tengo poco tiempo y he perdido una audiencia.
Mikami Teru siempre tan metódico.
--Imagino que se trataba de una audiencia que en realidad no tiene relevancia en comparación con las considerables ganancias de la venta de enervantes—curvé las comisuras de los labios.
El rostro del fiscal se alteró por un momento, sus ojos viajaron fugazmente de un lado a otro.
--Por favor, Mikami—rodé los ojos—no vale la pena que intentes negarlo, tengo pleno conocimiento de tu “otra vida”.
Sus ojos se endurecieron.
--Estás haciendo acusaciones bastante serias, Light.
--Quiero ayudarte—solté de golpe—que nos ayudemos mutuamente.
--Me temo, Light que has trabajado dema…--comenzó a ponerse en pie.
--Quiero muerto a Mello—interrumpí.
Sus ojos se posaron en mí con viveza.
--Mello…
Una sonrisa interna se extendió por mi cuerpo. Esas palabras cuidadosamente elegidas eran bastantes para tentar a Teru, y convertir al gánster del narcotráfico en un aliado…o quizás…es un escalón en mis propósitos.
--Entiendo que desconfíes de mi considerando que pronto me graduaré y…bien, eso no importa en este momento, Mikami—proseguí con calma, seguro por completo de tenerlo en mis manos—sin embargo sé que tenemos metas afines.
--¿Cómo cuál?
--Dentro de poco enviaré a prisión a un burdo asesino serial, pero aun necesito terminar lo que inicié: quiero muerto a Mello.
--Fuiste tú quien me dio la información sobre la redada—exclamó.
--Y quien evitó que Naomi Misora te enviara a prisión—agregué encogiéndome de hombros.
--¿Por qué Mello?
--Porque es la último criminal de ese grupo que sigue libre o…con vida. A decir verdad me da igual mientras sea eliminado de nuestro camino—sonreí con autosuficiencia—todos ganamos.
Y además tendría la forma de obligar a Elle a escucharme cuando le devuelva a su hermano traumado.
El gesto del fiscal por primera vez cambió, la piel de sus mejillas se estiró hasta convertirse en una sonrisa en forma.
--Bien, light—aceptó acomodándose sobre el asiento—dado que eres quien posee la mayor cantidad de información, te escucho.
--Antes que nada, Mikami, me gustaría saber que sabes tú de Mello…--era preciso que conociera las posibilidades a donde el estúpido pudo haberse escondido.
--Llegó a Richmond hace cinco años, era parte de una jaula de apuestas clandestinas, no tiene familia ni amigos exceptuando un pandillero.
Esperé en silencio, Teru en realidad conocía bien la ratonera que tenía a su mando.
--Un sujeto, su perro faldero, le llaman “Matt”. No poseo más datos sobre este tipo, en realidad siempre estaba fuera a partir de que Rod y Mello quisieron jugar a la competencia.
“Muy conveniente” me dije mientras daba un sorbo a mi taza de café. El siguiente movimiento era demasiado obvio…si alguien debía conocer el paradero de Mello era ese sujeto.
Era simple sin embargo no debía permitir que algún error desarmara mis cálculos, debía ser preciso si quería ganarle a Elle…
Una vibración externa me asaltó.
Mikami miró en silencio mientras sacaba mi móvil. “Misa”, hacía bastante que no me veía en la necesidad de soportarla, sin embargo, ahora más que nunca me serviría.

POV LINDA

Mire la pequeña pantalla nuevamente. Buscaba por todos los medios hallar una forma para tranquilizar el frenético palpitar de mi corazón, sin embargo, toda esa adrenalina que punzaba en mi cabeza hasta transformarla en miedo, estaba terminando mi autocontrol.
“Todo estará bien” me repetí varias veces, repasando en mi mente las indicaciones del rubio loco y de Nate.
1. Mantener contacto abierto todo el tiempo.
2. Conservar la calma puesto que se supone que no correría peligro en ningún momento. El “brillante” plan se reducía a arriesgarme en todo el maldito tiempo, y esos dos esperaban que Nate podría convencer a su madre policía de enviar a sus colegas por Misa y, en palabras del chico, “cualquier peligro considerable”, cuando fuera necesario, de esa manera mi seguridad estaba comprada ahora y en el futuro cercano, por supuesto mientras no se descubriera mi ocupación podría fácilmente pasar como informante encubierta de la “justicia”.
La rubia no se opondría y tampoco me dejaría sola, aunque las suposiciones de Nate se basaban solamente en el supuesto sentido de justicia de su madrastra, y claro, de su habilidad para convencerla de que era lo mejor para todos, incluyéndola.
Pero era todo una hipótesis. Una confirmación de que, tal como B dijo, necesitaba dejar que Nate hablara.
3. No hacer estupideces. Esta indicación fue un claro ultimátum del rubio psicópata.
Aspiré hondamente de nuevo. Aferré con fuerza el móvil para ingresar en las aplicaciones, intenté no demorarme en revisar su información, lo cual en realidad sería inservible: Beyond jamás se movería dejando algo vulnerable a su paso.
“Grabadora de voz” leí. Apenas comenzó a funcionar el aparato me cercioré de que la conexión a internet fuera suficientemente fuerte.
Otra vez las manos me temblaron, de pronto ya no tenía ánimos de seguir adelante, es más, tuve el poderoso impulso de salir corriendo mientras aún pudiera.
El pecho me dolía sin motivo…
“Estúpida” me insulté para recobrar el coraje, escondí el teléfono celular debajo de la manga de mi sudadera y me encaminé directamente hasta la cabellera rubia recogida en dos coletillas, que me esperaba en la esquina izquierda del establecimiento.

POV MATT

No iba a ganarme, por supuesto que no, sería demasiado patético si ocurriera. Sobre todo con Beyond presente.
Torcí los labios en una mueca de astucia plena al tiempo que sujetaba el paquete con una mano y tiraba del empaque de plástico que lo cubría.
Y al fin logré desgarrar la tela plástica que rodeaba mi paquete de cigarrillos. Sonreí triunfal mientras giraba los ojos a B. No me miraba a mí sino a la puerta. Sus ojos gélidos ni siquiera parecían parpadear; mantenía la misma pose que desde hacía rato: las rodillas al pecho y los brazos reposando sobre éstas.
--¿Estas…bien?—quise saber, acercándome en trémulos zigzags, llevándome un cilindro a los labios.
No respondió.
--¿Beyond?—intenté de nuevo, dudoso. Me detuve frente a él, no reaccionó. Su expresión parecía perdida por completo, hundida en sus pensamientos, y, por alguna curiosa razón, inquieta.
Me mordí los labios con indecisión, no me sentía cómodo con aquella ausencia de B.
Tamborileé los dedos sobre mis muslos antes de atreverme a acercar los dedos a su cabello, me pasmé cuando sujetó mi muñeca antes de que lo tocara.
--¿Serías amable en repetir tu pregunta, Matt?—su rostro se volvió hacia mí lentamente.
--Yo…quería saber si estabas bien, estabas en otro lado—sonreí divertido. Acerqué la flama del encendedor portátil hasta el tabaco con mi mano libre.
Torció el gesto en una mueca de infantil descontento.
--Considero un defecto humano razonable el distraerse en ocasiones—replicó. Me eché a reír, vaya que se encargaba de recordarme esa “virtud” mía.
Me miró en silencio, no estaba muy de acuerdo con mi actitud.
--Matt…tengo para ti un puzzle…
La sangre subió a mi rostro de golpe.
--La distancia no corresponde a un viaje largo…--musitó cambiando la dirección de los ojos a la puerta. El oxígeno regresó a mi cuerpo en cuanto comprendí que había malinterpretado la situación; luego, mi mente se detuvo a analizar sus palabras.
--¿Estamos…esperando…algo?—arqueé las cejas con curiosidad, rogándole al cielo e infierno porque no se le ocurriera que Nate podría poner un pie dentro del departamento, quizás Mello…sólo si su actitud era diferente, por supuesto.
Otra vez silencio.
Suspiré apartando la mano de su agarre, solo entonces me miró de nuevo.
--Matt…--murmuró al ponerse en pie.
Acercó los labios a los míos suavemente, luego, simplemente se alejó rumbo a la cama con aquel paso tan zombi propio de él.
No puede evitar sonreír levemente.

POV LINDA

--¡Linda!—Misa agitó con fuerza su brazo por sobre las cabezas de los demás comensales.
Intenté sonreírle lo mejor posible.
--¿Cómo estas, Misa?—me senté en la silla desocupada justo frente a la rubia. Casi de inmediato miré por sobre mi hombro para verificar que nadie sospechoso me estuviese siguiendo.
--Muy feliz ahora que he sabido de ti—canturreó con excesivo ánimo. Tal como recordaba a Amane.
Esperé que no escuchara mi corazón desbocarse de esa forma. “¿Qué estas pensado, tonta?” me reprendí, era obvio que ni Misa ni nadie sería capaz de oír el frenético latir del musculo…además, confiaba en que tampoco notara mi ansiedad.
--Espero no haber interrumpido algo importante—dije deseosa por terminar pronto aquello. Las manos me sudaban.
Ella detuvo algún monólogo al que no presté atención. Misa hablaba en mayor cantidad a como recordaba.
--¿Qué?—sus ojos se encendieron animadamente—Hay, no—hizo un ademán displicente—me sorprendió que llamaras, pero…--guardó silencio de forma robótica.
--Pero…¿Qué?—fruncí el ceño.
--Nada…nada…¿Dónde has estado, Linda? ¡Te hemos extrañado tanto!—estiró los brazos para rodearme con ellos. Retrocedí el cuerpo hasta el respaldo.
Algo no andaba bien, mierda, ¿y que no estaba mal?
--Misa…--la voz me tembló levemente--¿Por qué no vamos a la plaza?—ofrecí deseosa por salir de allí, alejarme hasta un lugar lo suficientemente público.
Su expresión sufrió un simulacro de alerta, mas logró conservar la expresión cerrada, cual muñeca de porcelana con sus gestos cuidadosamente ensayados. No revelaba nada.
--Ya ordené aquí, Linda. Además el lugar es muy lindo—celebró.
Mis nervios explotaron. La sensación de peligro regresó y tuve el impulso por salir corriendo de allí.
Me obligué a calmarme, quizás podría sacar provecho de sus propias palabras, Amane no era precisamente brillante, en realidad, desde que la conocí Misa fue amable y dulce, pero jamás inteligente.
--Tienes razón—acepté con una fingida sonrisa—mis padres adoptivos me trajeron a un lugar así una vez, antes de que huyera, claro.
--¿En serio?—en realidad lució interesada--¡Súper! Y…--dudó-- ¿Dónde estás viviendo ahora?
--Si ¿Qué me dices de ti?—ignoré la pregunta y seguiría haciéndolo mientras fueran referentes a mi paradero o al de Nate y el rubio loco--¿vienes muy seguido aquí?—apoyé el brazo sobre la mesa para que el celular grabara claramente.
--Yo…
--¿Tu novio te trae a lugares como éstos?—di cuerda—debe ser muy dulce…
Y fue suficiente, las pupilas de Misa brillaron con genuina alegría mientras entrelazaba sus manos.
--¡Lo es! Es guapo, trabajador…--enumeró dedo a dedo—elegante, importante…
--Una ganga—musité entre dientes, recobrando el aire.
--¡Sí!
--Lástima que en realidad no importe, aunque claro si lo convences de volverse un delincuente quizás funcione su relación—exclamé con desdén, esperando que no sonara sobre actuado.
Su expresión cambió.
--¿A qué te refieres?—la vocecilla chillona se hizo dudosa.
--Misa, por favor, tu “maravilloso” novio desaparecerá en medio de su mundo de “niño bonito”—me burlé con cinismo.
--¡No es verdad!—se defendió golpeando la superficie con las palmas, algunos comensales la miraron al instante.
--Misa, a menos que no le importe ensuciarse las manos como nosotras va a desaparecer.
--¿Cómo puedes decirme eso? Creí que éramos amigas, Linda—gritó con indignación.
Hice un mohín.
--¿Crees que en serio vale la pena?—reté—No todos son como Mikami que pretenden jugar a buenas personas cuando en realidad son una mierda—escupí--¿o qué? ¿No es tan “buen chico”?—sonreí con descaro, la rubia me miró con los ojos llameantes en irritación. Era muy sencillo apelar el lado descuidado de Misa, y, si estaba aparentando era la única forma de romper su escudo. Sobre todo poniéndolo en la misma oración con Mikami.
--¡Basta, Linda!—hizo ademán de ponerse en pie. La alcancé con una mano para devolverla a su asiento. No podía dejarla ir.
--Misa…--la voz me tembló cuando noté que sus ojos de cristalizaban. Tal vez fui muy dura—entiéndelo…--aspiré hondo--¿crees que tu perfecto novio es real?
--¡Light es real!
--No lo es.
--¡Por supuesto que sí! Viviremos juntos apenas termine sus asuntos. ¡El me ama!
--¿Conoces a su familia? ¿Saben quién eres y que…eres?
Su gesto se alteró visiblemente. La tenía.
--Misa ¿en verdad crees que este tipo arrogante pasó una noche por el capitolio, vio a una prostituta y se enamoró?—saqué el aire de golpe, si lo mencionaba sonaba aún más absurdo—Los cuentos de hadas no existen.
--¡Light me ama!
Dijo su nombre.
Iba a presionar nuevamente, sin embargo, su cabeza baja me detuvo en seco, los sollozos hicieron vibrar sus delgados hombros.
Una punzada de culpabilidad me atacó, una cosa era buscar desesperadamente salir con vida, otra muy distinta era tener ánimo de lastimarla más. Misa fue y siempre ha sido frágil. No la culpo por creer ciegamente en un sujeto de auto deportivo que le promete sacarla de la mierda de abrir las piernas al mejor postor en un hotelucho de Richmond o cualquier otro barrio…hasta yo creería algo así.
Me mordí los labios de pronto sin saber que hacer o decir.
--Linda…--la oí balbucear.
--¿Sí?
--Él me ama, estoy segura—murmuró con una sonrisa sin alegría.
--Misa…
--Tú sabes que eso no es verdad…
-- ¡Solo estás celosa!-- alzó el rostro vivazmente, las lágrimas cristalizaban sus ojos claros—¡porque logré encontrar a alguien que me amara y tú, en cambio te hundes más y más! ¡Mikami te encontrará junto con Light!
Ahí estaba. Mi cuerpo retrocedió hasta el respaldo.
Nate y Mello tenían razón…
Un escalofrío me recorrió la espalda, miré en todas direcciones del restaurante, de pronto cada persona allí dentro parecía mirarme, analizarme…vigilarme…querer asesinarme.
Mi corazón se desató.
¿Oyeron eso, chicos? Tenían razón. Tengo que irme.
--Además…--prosiguió ella, como siempre hablando extra--¡ya no somos amigas!
Me volví a Misa Amane.
--Yo…
--Iba a interceder por ti con Light para que convenciera a Light para que intercediera por ti y no fuera a prisión pero ahora…
--Misa—interrumpí—Light Yagami está con Mikami porque quiere matarme—se me formó un nudo en la garganta—tú, mejor que nadie conoce sobre Mikami…Richmond es su dominio y él…
--No va a matarte—aseguró infantilmente, recuperando la calma que perdió hace un momento—Light me lo dijo.
--¿Cuándo?
--Esta tarde—se encogió de hombros—Es un excelente novio y me lo dice todo.
--¿Te dijo que…vinieras…a verme?—tragué saliva con dificultad.
--Quiere ayudarte—toco mi mano con la suya, sonriéndome de forma lastimera—si me dices donde puedo encontrarte luego…te aseguro que te ayudará.

POV NEAR

Los ojos azules de Mello brillaron en cuanto las palabras salieron de la boca de Misa. No era precisamente un argumento que fundamentara nuestra teoría al cien por ciento, quizás solo en un treinta, sin embargo, podría funcionar…
Halle guardó silencio también mientras escuchaba atentamente, harta de intentar retirarme el móvil de mi posesión, no le quedó más remedio que permitirme conservarlo, solo mientras Mihael no se atreviera a tocarlo.
Me observó con sus pupilas vibrantes, expectantes. Simplemente me limité a retorcerme el cabello.
Si Light Yagami trabajaba con Teru significaba que mi hermano mayor, Elle, estaba inmiscuido con él aún, ya que, su concepto de justicia iba más allá de cualquier situación en la que pudiese aceptar rebajarse a un criminal que seguramente estaría en su lista negra.
Elle trabajaba sin Yagami.
--Idiota—masculló Mello ensanchando su sonrisa autosuficiente—te tengo.
Un zumbido extraño captó la atención de Lidner, quien se volvió a los ordenadores escupiendo una maldición entre dientes.
Mihael miró también.
--¡Al baño ahora!—ordenó mi madre adoptiva poniéndose en pie.
Casi al instante la puerta cimbró con fuerza, un vaporoso humo se introdujo por los espacios entre ésta y el marco.
La mano violenta del rubio me levantó del sofá para ponerme tras su espalda. Halle se puso en pie.
La placa de metal se abrió.
--¡Agente Bullock, buen trabajo!—la voz de Giovanni surgió entre la neblina.
Oí el gruñido de Mello. Asomé los ojos por encima del brazo de Mihael. No pude evitar entrecerrar los ojos.
--¿Qué haces aquí?—quiso saber ella, entornando la mirada.
--Hemos venido por Nate y Mihael Keehl…--miró con mala cara a mi protector.
“Hemos venido” era evidente que Elle enviaría un ejército de ser necesario. Un ligero temblor me hizo vacilar.
--¿Cómo llegaste aquí? Desactivé mi GPS…
--El sistema de seguridad interno del búnker se activó y envió una señal de ayuda—respondió--¿Se abrió fuego?
Lidner frunció los labios. La respuesta era obvia, fue necesario para mi madre adoptiva el disparar contra la manija para abrir el cuarto de baño.
La mano de Mello se alargó hasta Lidner, extrayendo el arma de su cinturón.
Giovanni alzó su pistola al momento.
--¡Baja el arma!—quitó el seguro. Un repentino ataque de ansiedad turbó mi mente, esta vez Mihael no correría con la misma paciencia del agente.
--Oye, mujer—habló él—escuchaste todo…nadie más va a eliminar al tal Yagami…
--Nate se queda—escupió entre dientes luego de un momento de titubeo.
--¡Aléjate de Nate!—exigió el agente.
Mi corazón apresuró su marcha. Lentamente bajé la mano de mi cabello para dar unos pasos rodeando el cuerpo de Mello.
Sentí una mirada fugaz, cargada de ansiedad, pero no objetó.
Los ojos de Lidner se abrieron con sorpresa. Era incomodo a decir verdad.
--¡Apártate, Nate!
--¡Quítate de en medio, Near!—ordenó Mello.
--Agente—exclamé—por favor dispare, de ese modo habrá cumplido su misión y mi hermano no podrá destituirle—jugué con un mechón sin verle—habrá enviado a pena capital a dos personas que tienen una orden de aprehensión en su contra.
--¡Nate!—regañó Lidner.
Giovanni la miró a ella y a mí con indecisión.
La agente bajó la mirada.

POV LINDA

El aire me faltaba. Un sujeto de la mesa contraria a la nuestra se puso en pie.
Lo conocía…le había visto antes.
Era un perro de Mikami. ¿O no?
Aparté la mano de su agarre, retrocediendo trémulamente hasta ponerme en pie, tirando una silla de paso.
--¡Linda!—el grito de Amane fue lejano.
Apresuré el paso por el salón hasta salir, el aire frío me golpeó el rostro. Estaba anocheciendo.
Era preciso que me alejara, que acudiera el lugar donde supuestamente me encontraría con Mello y Nate, cuando lograran escapar de la madre policía.
Tenía que ir con Ratt. El espía personal del rubio psicópata. Significaría acercarme a Richmond, pero era el único lugar al que podía acudir.
Anduve calle arriba, jadeando para mantener una respiración más o menos cordial. Iba a tomar el móvil de mi manga cuando una fuerza externa me hizo perder el equilibrio. Me volví de golpe, alejándome.
La señora con la que me estrellé me dirigió una mirada de repulsión antes de seguir su camino murmurando un insulto como “loca”.
Hasta entonces descubrí que me temblaban las manos. Debía tranquilizarme.
Retrocedí un pie para avanzar.
Mis plantas perdieron el piso. Me debatí por automático contra los brazos que me alzaban en vilo.

Intenté, en vano, sujetarme de algo. Alcancé a gritar pero tampoco a nadie le importaría mucho.
--¡SUELTAME!
Aquellos segundos en que mi corazón se golpeó con violencia contra el pecho fueron fugaces.
El penetrante olor del automóvil me rodeó junto con su oscuridad. En el transcurso mi cabeza se estrelló contra algo. Fue doloroso, pero carecía de valor en este instante.
El cañón del arma de pegó a mi frente.
--Vámonos—ordenaron.
“Mikami” me dije, llena de terror al reconocer su gélido perfil mirarme desde el asiento copiloto.

POV NEAR

Un zumbido llegó apenas a mis oídos. Mello se tensó, elevando el arma por sobre mi cabeza.
Las pupilas se me dilataron en cuanto reconocí la voz de Linda gritar del otro lado.
--¡Envía a la policía a…!
--¡Abriré fuego, Nate!—interrumpió Giovanni.
--¡Con una mierda, cierra la boca!—retomó Mello, realmente amenazador—Escúchame bien...
--Agente—hablé
Lidner alcanzó el arma de la mesa, encañonando a su compañero.
--Agente Bullock—dudó—hay policías afuera esperando ordenes…lo que está haciendo no funcionará…
--Aún existe la orden en contra de Nate…
--Elle conoce a la perfección las…
La voz de Linda desapareció de la trasmisión del móvil.
--Mierda—maldijo Mello en voz baja.
--Su hermano es capaz de enviarlo a prisión.
--Halle, comprendo tu preocupación pero Nate y Beyond estarán mejor…
--¡Cállate!—quitó el seguro del arma—No te atrevas a hablar de mis hijos ¿crees que he sido tan estúpida?
Me encogí ante el adjetivo con el que nos mencionó a B y a mí.
--Agente...
--¿Crees que no me di cuenta de la forma con la que mirabas a Beyond?—reclamó, interrumpiendo a Giovanni, cuyo gesto se alteró.
--No sé de qué hablas…
Lidner soltó una risotada.
--Los quieren en prisión o peor…con ustedes—escupió—y los prefiero libres.
Alzó el cañón disparando a las lámparas.
La habitación se oscureció por completo.
Casi caigo cuando Mello sujetó mi brazo para obligarme a correr, tirando de mi cuerpo con fuerza.
Las pisadas de los policías hicieron eco contra el piso.
La luz del cuarto de baño nos rodeó antes de que Mihael recurriera al buró de nuevo para trabar la entrada.
Maldijo varias veces.
Miré alrededor, jugueteando con mi cabello. Mi madre adoptiva nos hubo enviado a este lugar antes de que Giovanni entrara…
--Una salida alterna—murmuré.
Mello guardó el arma tras su cinto mientras buscaba. La puerta rebotó.
Mi corazón se agitó nuevamente; me obligué a desempolvar de mi mente los recuerdos, hallar el lugar ideal donde la salida pudiera ubicarse. Repasé cada imagen de las investigaciones de mis padrastros…
--La regadera…
Mello giró las llaves, nada. La puerta rebotó otra vez.
Disparos rebotaban contra las paredes de la otra habitación.
Me volví por automático. ¿Lidner? El deseo por saber su estado asaltó mi mente, sin embargo, era tarde, pues me vi remolcado nuevamente.
Ni siquiera me enteré de la forma con la que Mihael logró encontrar una salida.
Oí un disparo…dos…los proyectiles derribaron a los agentes que se interpusieron en el camino.
Afuera hacía frio.
Se acercó hasta un par de personas que charlaban, un repartidor de comida y alguien más.
Se apartaron de inmediato, Mello volcó la caja trasera antes de montar el vehículo y alargarme la mano para que lo acompañara.

Notas finales:

Gracias por leer =)

GRACIAS por sus comentarios <3! me hacen muuuy feliz!! Y GRACIAS tambien por su apoyo <3 sobre todo por ése!!!

y nuevamente, una enorme disculpaa por lo ocurrido, no, no he olvidado este fic!

PD: se extrañaba el lemon jijij bueno, este fue una probadita de lemooon =D es que bueno, si no le avanzo a la trama de fondo esto no acabaria xP
PD: si notaron q la ultima parte fue muy rapida es porque estaba mega cansada

 

BSHOOOSS TRONADHOOS!


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