Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXCESOS por HakudiNN

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

K rock! Bueno soii Daniiel (si leen el otro fic sabran q io vine a actualizar hoyy porq la autorrita anda en clase fingiendo q prende xDDD)

Y sii..me dejaron afuera ;)

POV MATT

Me despierto con pocas ganas, además me siento adolorido. Trato de moverme pero no puedo, aun tengo sujetas las muñecas sobre mi cabeza, atadas a la cabecera. Tengo acalambrados los músculos.
La luz del medio día, o más, entra hasta donde estoy desde la ventana abierta de la otra habitación.
El sonido metálico de las esposas en mis manos cruje cuando trato de zafarme, perfecto, no puedo moverme.
--Mello—llamo sin recibir respuesta. Apenas tengo cubierta de la cintura hacia abajo con las mantas, el roce suave es agradable contra mi piel desnuda pero en verdad me duelen los brazos.
Asomo los ojos hacia arriba para ver mis manos.
--Maldición.
Esto comienza a ser demasiado molesto.
--¡¡MELLO!!
Creo que no hay nadie. ¿Qué hago para olvidar este estado tan doloroso?
--Esto no estaría pasando si no hubiera dejado que me ataras, rubio tonto—refunfuño.
Suspiro derrotado, tengo que distraerme, quizás podría funcionar recordar la forma en que aprobé mis ultimas materias antes de dejar la escuela, el ultimo semestre, a unos días de conocer a Mello.
--No, no creo que recordar como termine sobre el escritorio con mi profesor encima sea buena idea…--me digo.
Es oficial, estoy muy incomodo. A punto de resignarme a quedarme allí escucho el sonido del cerrojo al abrirse.
--¡Mello!—llamo de inmediato, tengo los brazos entumidos y es doloroso.
--Que bajo has caído, Matt—se ríe la inesperada voz de Linda al detenerse en el pórtico de la entrada al cuarto.
--¿Puedes soltarme?—pregunto evitando s mirada, esto es vergonzoso.
--Por supuesto—se acerca hasta mí, sin embargo lejos de hacer algo bueno se subo sobre mi hincándose en la cama.
--Linda…
--Descuida, Matthew…--se baja el cierre de la sudadera lentamente frente a mi
--Matt—corrijo.
Acerca los labios a mi rostro con intención de besarme.
--Ya basta, Linda—oigo la voz de Mello—No voy a sacar a Matt de enredos con acosadores toda mi vida.
--¡Mello!—celebro como un estúpido, pero no me importa, es el estado en el que normalmente me deja ese maniático rubio.
Linda se ríe por lo bajo y me desmonta, pero, lejos de ayudarme se aleja hacia el cuarto de baño.
--¡Oye!—aun estoy atado.
--Mello me dio autorización—grita una vez adentro.
El rubio entra hasta donde estoy, aun le noto distraído. Se saca la chamarra negra y la bota en la cama. Se agacha luego para rebuscar en su “caja mágica” ¿alguien nota que sigo atado?
Estiro el cuello para tratar de ver lo que busca ¿piensa meterse algo otra vez? Quizás, y entonces por eso no se molesta en desatarme, ya que…probablemente tendría que hacerlo de nuevo cuando la euforia le llegue al cerebro.
Pero no, lo que extrae es una enorme barra de chocolate.
El sonido de la regadera se oye en la otra habitación.
--Oye…--llamo.
--¿Qué quieres?—se mete el dulce a la boca.
--¡Mello!—ya no siento los brazos.
--¡¿Qué?!—se vuelve con brusquedad, su expresión se suaviza cuando evalúa mi estado, y por ultimo se suelta a reír con burla.
--No es gracioso—replico. Pero no para de reír--¡Rubio idiota desátame de una buena vez!
Ahora si se interrumpe su burla. Me mira molesto por el insulto. Maldición creo que no debí decir eso. Comienzo a ponerme nervioso, y el que Mello se esté acercando a mi con una renovada sonrisa algo cruel no esta ayudándome mucho.
--Mello…
Se sube en el borde de la cama y se acerca gateando hasta mí, llevando el chocolate en los labios y sin parar de sonreírme de esa forma tan…suya.
--Mello…--comienzo a retroceder, pero las punzadas en los brazos no me ayudan mucho.
Llega hasta donde estoy, pegando su nariz a la mía, clavando las manos a cada costado de mi cuerpo.
--Podría dejarte así…--masculla –te lo mereces por insultarme, perro…
--Mello—me quejo. Realmente duele.
--¿Crees que oírte suplicar es de ayuda para ti, Matt?—habla pegado a mi oreja. El olor de chocolate inunda mi nariz.
--Yo…escucha, lo siento ¿de acuerdo?
--No—deja caer el dulce y siento sus labios en el lóbulo de mi oreja. Comienzo a hiperventilar.
--Si lo van a hacer, por lo menos esperen a que me vaya—interrumpe la inesperada voz de Linda.
Me vuelvo a ella, esta de pie chorreando agua por el cabello.
Mello resopla y lleva una mano a mis muñecas, un tirón y ya esta: ¡estoy libre!
--¿Ya te vas?—pregunta Mello con poca amabilidad.
Yo bajo los brazos lentamente, sintiendo los calambres punzarme por toda la extensión.
--Siempre tan dulce—dice ella con sarcasmo andando hacia nosotros, pasando a traer su sudadera.
Mello se aparta para sentarse sobre el colchón, dándome un mayor rango de movimiento.
--Llevate una mía—le ofrezco cuando noto que va a vestirse su mismo sucio abrigo. Linda me sonríe en agradecimiento y se acerca a nuestro desordenado armario, rebusca en el hasta hallar una vieja sudadera rayada a blanco y negro. Hacia mucho que no veía esa prenda.
Mello se baja de la cama y se aleja con todo y su chocolate.
--¡Piensa rápido!—grita ella lanzándome algo, no lo esperaba, así que no logro atraparlo, y el paquete cae sobre las mantas—Despistado—murmura negando con la cabeza.
Tomo lentamente lo que me arrojo, aun me duelen los brazos, es una pequeña bolsita con polvo blanco dentro. Frunzo los labios, ella bien sabe que odio aquello.
--No lo quiero—digo. El rubio mira con desinterés pero estoy seguro que no va a permitirme devolverlo.
--Eso es porque no te devolveré la chamarra en un rato, Mathew. No regalo mercancía así como así.
--Matt—corrijo.
--¿te vas?—inquiere Mello mirándola de reojo.
--Mikami se entero que estuve ayer en su círculo de peleas—responde en medio de un suspiro cansino. Eso no este bien, nada bien.
--¿Cuándo regresas?
--No se—se encoge de hombros pero a pesar de ello le veo preocupada, y no es para menos, Mikami es de cuidado—Ya sabes que Mikami elimina personas como hormigas.
--Como si fuera su hobby—bromeo, y funciona, Linda se ríe. Mello pone los ojos en blanco.
--Me tengo que ir, gracias—levanta la sudadera que tiene en manos y se encamina a la salida.
Resoplo una vez que escucho la puerta cerrarse, desde que Linda tuvo problemas con Mikami ha estado huyendo continuamente, no se a donde, pero es mejor, la ignorancia es algo preciado en estos rumbos. Te evita morir.
--¿Sabes a donde ira?—pregunto. Mello me mira pero no responde. Se acerca hasta el lecho y toma la bolsilla, la juega entre sus manos y alza sus pupilas azules a mi.
--Matt…
--Dime
--¿Estas muy lastimado?
Eso me sorprende, pero de una forma grata.
--Pues…no…
--En ese caso muévete de aquí, si mal no recuerdo no hay comida—me ordena recostándose a mi lado. Si, me alegre muy pronto.
--Nunca comes más que chocolates—refunfuño.
--¿y que?—ni me mira—tu si comes.
--No tengo hambre…--insinúo volviéndome a él, caminando con mis dedos sobre su pecho. Voltea entonces, subiendo ágilmente sobre mí, aprisionando mis muñecas contra la cama. Le sonrío.
--¿sabes que pensé mientras estaba atado?—pregunto pero me respondo antes de que abra la boca—en como logre pasar mi ultima materia…
Me mira malhumorado. Me rio.
--Ya sé que no te gusta recordar eso…cuando aun no éramos…--me interrumpo ¿Qué somos exactamente?
Acerca sus labios a mí para besarme, complacerme buscando quizás que me calle. Poco a poco voy cargando su peso, hasta que siento toda su humanidad sobre mí, extendido encima de mi cuerpo, revolviendo las mantas con las piernas para posicionarse entre las mías. Lo único que nos separa es la delgada manta que cubre mi desnudez, y que, si Mello quiere, puede destrozar.

POV NEAR

Camino sin rumbo fijo en realidad, sigo absorto en la forma casi magnética con la que me atrae a volver a ese barrio de mala muerte. Sigo caminando por la propiedad de la escuela, a punto de salir luego de un monótono día de clases.
No tengo interés en llegar pronto a la casa, si Giovanni esta por allí me acosara para que resuelva os puzles de prueba, si no, Lidner tratara de actuar su papel de madre, y eso…es aun peor.
Es extraño, por primera vez en mi vida, siento la necesidad de algo...regresar a ese tugurio, no importa la seguridad, no importa si B no me acompaña…por alguna razón…tengo que encontrar la razón…una causa lógica a este ¿deseo?
Una vibración extraña llama mi atención, reconozco la vibración de mi móvil, lo saco del bolsillo de mi pantalón y lo llevo al oído. Si no respondo esta pregunta, mi interlocutor llamara a B…lo cual no es una opción.
--Elle…
--Nate, creí que habías olvidado como responder una llamada—me dice la casi extraña voz de mi hermano. Gracias a él es que B y yo no tendemos a hablar con mucha emoción, ya que, si bien fue un sarcasmo la falta de tono lo hace ver como un simple informe.
No respondo.
--Necesito que me digas como van las cosas—dice, suena aburrido.
--No hay nada que decir—me llevo una mano al cabello para retorcérmelo con los dedos.
--Tengo entendido que la convivencia con Rester y Lidner no ha resultado de la mejor manera…
--Me parece que ya estabas consciente de ello…
--Quería oírlo de ti, Nate.
Me detengo.
--Elle…
El móvil desaparece de mi mano de repente, al alzar la mirada me encuentro con los enojados ojos de Beyond.
Cierra el teléfono sin decir una palabra y me extiende el aparato sin dejar de mirarme.
Resoplo.
--Ven conmigo—indica dándose vuelta, esta tratando de controlar su molestia. Le sigo en silencio.
--¿A dónde es tu intención llegar?—pregunto cuando nos detenemos en la estación de tren.
No recibo respuesta, así que me limito a seguirlo por entre los apretujados cuerpos de las personas. Aspiro hondamente al retorcer mi cabello, no necesitaba preguntar ahora que lo analizo: vamos al mismo barrio de ayer por la noche. Y de nuevo, por esa ajena causa, no me opongo.
Cuando bajamos, ya traspasa de las dos de la tarde. Caminamos otra vez mientras la apariencia de las calles, establecimientos y edificios cambian, degradándose en su miseria, hasta que nos adentramos en el mismo barrio de ayer.
Hay algunos locales abiertos, los muros grafiteados con palabras que no se reconocer, al menos no en su completo significado, deben tener más de una acepción aquí que en el diccionario.
B va con las manos en los bolsillos, anda sin interés en mi, aunque se tomo la molestia de ir a recogerme al colegio, y se la razón: quiere tener una distracción, alguien con quien hacer que el rubio de ayer pierda el tiempo cuando encuentre al muchacho pelirrojo…y Beyond sabe que conozco esas intenciones y no le importa.
Me da la impresión de estar dando vueltas sin parar, no hay más que una larga calle gris solitaria, solo algunas personas caminan, la mayoría nos mira con recelo y sospecha. Más de una midiendo las posibilidades de matarnos.
Un indigente duerme sobre la acera, una muchacha que no debe ser mayor que yo, entra a un local de licor barato; un par de niños corren de un lado a otro jugando a dispararse con armas formadas con sus manos…Otros portones as se cierran, en ellos la vida empieza de noche.
Si, cuando este oscuro el ambiente las peleas clandestinas deben comenzar, y con ellas la participación del violento rubio que “conocimos” ayer, o quizás no, tal vez solo estaba allí esa noche, es una posibilidad.
Es casi un 96% que no volveré a verlo nunca…y bueno si así es…no veo razón para que me moleste…es solo una persona mas que se cruza en mi aburrida existencia.
--Ahí esta—masculla mi hermano caminando directo a una esquina. Miro hacia donde B esta caminando, dejándome atrás.
Esta esa chica que dijo conocerme ayer…trato de recordar su nombre pero no logro acordarme.
Camino hacia ellos.
--¡B!—saluda alegremente alzando la mano que tiene libre, pues carga algo con la otra.
--No grites, Linda—habla mi hermano mirando a otro lado.
--Hoy más que ningún otro día me da gusto verte, gracias por venir—admite ella, y entonces sus ojos me notan --¡Nate!
Creí que B le dejo en claro que no gritara.
--¿aun no te acuerdas de mi?
--No.
--Vaya—frunce los labios.
--Linda…--llama Beyond.
--Claro. Solo necesito un lugar por unos días.
--No utilizo el dormitorio de la universidad, así que es tuyo.
--Gracias—suspira con alivio—Nunca hagas enojar a alguien malvado—me aconseja cuando nota mi sospecha.
Giro los ojos retorciéndome el cabello, realmente no es algo que sea poco obvio.
--Pero…no me dijiste que es lo que quieres a cambio—dice como de paso.
--¿Dónde vive Matt?—pregunta de golpe, mirando a la muchacha con atención.
--¿Matt?—parpadea confusa.
Si, esa es la intención de B.
--Viven cerca—señala a su izquierda.
--viven—medita mi hermano.
--Si, viven. Dos personas—dice ella—B…es mejor que te apartes de Matt…
Beyond la mira. La chica es lista, y bastante deductiva para una vendedora de drogas.
--¿Por qué?—reta--¿por ese sujeto rubio?—hace un ademan con la mano sobre su cabello negro. Presto atención a ello, entonces de verdad el muchacho pelirrojo vive con el rubio violento…eso me hace sentir extraño, casi frustrado.
--Porque si—sentencia ella—Créeme…es mejor.
--¿Cómo es Matt?
--¿Qué? ¿No me escuchaste?
--Te escuche—dice con molestia—y te hice una pregunta, lo mas educado cuando alguien te hace una pregunta es contestar.
Ella pone mala cara, me echa una ojeada de reconocimiento y, tras suspirar se decide por responder.
--Es bastante…amable—sonríe, parece conocerlo de bastante tiempo—me presto esta—levanta lo que sostiene.
--Hagamos un intercambio—B se lleva un pulgar los labios.
--¿de que?—ella desconfía. Miro con el rabillo del ojo a B, también quiero oír la respuesta.
--Dame la chamarra.
Linda se quedo en silencio un momento, quizás analizando si Beyond esta hablando en serio.
Mi hermano procede a pasarse las manos por la playera y sacársela sin mucho interés en el lugar, ella parpadea confundida.
--Te la daré…si tú me das esa chamarra…y tendrás mi dormitorio cuando quieras sin necesidad de preguntármelo—ofrece mordiéndose el pulgar.
--¿Te das cuenta de lo lunático que estas?
También yo me lo he preguntado, y personalmente llegue a la conclusión de que lo que lo hace mas peligroso para los demás esta precisamente en que esta consciente de su mentalidad.
Ella mira por encima de nuestro hombro, sus ojos se dilatan en pánico y sin pensarlo mas le extiende la sudadera y toma la playera de mi hermano mayor. Se la viste de inmediato y se cubre con la capucha.
--Gracias, B. Adiós, Nate—me sonríe antes de darse la vuelta y marcharse.
Giro mis ojos sobre el hombro, un par de hombres desaparecen por la calle, así que de ellos Linda esta huyendo.
--Vámonos—digo. B, con el torso desnudo, extiende la sudadera para mirarla. Es rayada y amplia. Pasa los brazos por la prenda para vestírsela, atora los carritos del cierre y se lo sube hasta el cuello para estar cubierto de nuevo.
Aspira hondamente la tela del abrigo, se queda por un momento en silencio con los ojos cerrados. Sigo retorciéndome el cabello.
--Vamos, Nate—avanza a la izquierda, en dirección exacta a donde Linda señalo hace un momento. Mis pies se mueven por si solos, siguiéndolo, a sabiendas de sus intenciones y…hasta curioso, con un interés científico en asegurarme que mis deducciones son correctas y que no volveré a ver al muchacho rubio… ¿estaré equivocado?

POV MATT

--Estúpido y sensual rubio—me repito mientras camino, cada vez que creo que tendremos un momento de goce…termino frustrado cuando Mello se pone en pie y me deja solo…y excitado. Esta vez pensé que sus labios podrían reconfortar el dolor que aun adormecía mis brazos, y que se mano que acariciaba mi vientre viajaría hasta el final de mi abdomen para llevarme al cielo…Mordería mis labios suavemente, oiría mis propios suspiros ahogados contra su cuello, le enredaría la cintura con mis piernas para sentir su hombría junto a la mía…y entonces, descubrí que estaba fantaseando mientras camino. No es buena idea, porque puedo tener reacciones vergonzosas frente a todos.
Pero no logro enojarme con el…después de todo siempre ha sido así, y es su forma de ser…pensando en aquello la sonrisa regresa a mi rostro.
Por ahora tengo que darle crédito por su “preocupación”, en verdad el casi no come mas que chocolate, es lo único que entra a su sistema además de los químicos…y yo, además del tabaco y el alcohol…si acostumbro comer…de vez en vez.
Sigo caminando, normalmente usaría el auto pero esta vez prefiero solo andar, es más saludable, y además olvide cargarle gasolina. Creo que esa es la razón principal.
Enciendo un cigarro mientras sigo caminando, me espera un largo camino antes de llegar a la estación del tren y parar cerca de un supermercado. Oh si, nunca compraría en el almacén del barrio…creo que en la vida han limpiado los estantes, o revisado la caducidad del jamón.
Saco el humo de mis pulmones, el barrio se ve mas animado de lo normal, hay mas personas. Un vagabundo me saluda, no se como se llama, pero una vez le compre una cerveza. Le devuelvo el gesto y sigo mi camino.
Una calada mas y…me estrello contra alguien.
¡Maldición! Debo ver por donde camino. Sacudo la cabeza sobándome la frente, si me dolió.
Cuando abro los ojos veo a través de las micas a un muchachito por completo blanco ¿choque con alguien o me atropellaron y morí?
Tras un breve momento mi visión regresa a la normalidad, esperen, conozco a ese chico que se retuerce el cabello.
--Lo siento—oigo otra voz, demasiado cerca. Vuelvo los ojos para encontrarme con un chico que definitivamente no olvide…
Sus oscuras pupilas me miran detenidamente, su cabello oscuro luce mas aterrador en contraste con la blancura de su piel.
--¡Tu!—retrocedo encontrándome con el muro.
--Hola, Matt—ladea la cabeza con curiosidad, acercándose.
--B...—le doy la vuelta rodeándolo para tener un amplio margen de movimiento.
--Me recuerdas—esboza una extraña sonrisa que no le llega a los inexpresivos ojos negros.
--¿Qué hacen aquí?—prefiero tomar en cuenta al otro chico antes de que crea que le tengo demasiada atención.
--Vine a buscarte.
Que directo. No sé que responder, estoy nervioso.
--Vives con el tipo rubio—otro argumento directo.
Doy una calada.
--Si…somos…--titubeo cuando se vuelve a acercar, y entonces noto algo mas en el—Tengo una igual—digo sin pensar, señalando su sudadera.
--En ese caso es bastante extraño que vivas aquí.
--¿Por qué?
--La marca, el precio, el lugar donde las venden… ¿Cómo llegaste a vivir aquí?—inquiere, chico observador.
Evito su mirada, pero el albino también me esta mirando, eso es incomodo. Que un completo extraño, con complejo de acosador, me recuerde el día en que compre esa sudadera, cuando aun no conocía a Mello y vivía aburridamente en la universidad…es algo perturbador.
Como si leyera mi vida con solo oír un comentario mio. Como si pudiera conocerme.
--Hay lugares donde se consiguen mas baratas—le digo encogiéndome de hombros.
Me mira con atención.
--Agresivamente no soy alguien que suele equivocarse.
Oigo un leve suspiro detrás de mí, posiblemente el otro chico. Luego un sonido de móvil llena el silencio…
--Te veré esta noche—avisa terminando el espacio entre ambos, posando ambas manos en mi cadera para evitar que me aparte. Abro los ojos cuando creo que me besara pero…no lo hace…simplemente se queda allí, mirándome a escasos milímetros. ¿Cómo que nos veremos más tarde?
--Es más agradable si ese sujeto rubio no nos interrumpe—exclama sin tono alguno, pero luego sonríe de forma adorable. Mierda, ¿Qué estoy pensando?—Hueles aun mejor en persona…
Esperen ¿nos? ¿Habla en plural?... ¿esta oliéndome?
Se separa de mí y se da la vuelta, algo lo detiene. Me encojo cuando lo veo mirar a varias direcciones.
Por fin se da vuelta y sigue su camino. Resoplo aliviado, eso fue bastante extraño, y peor, parece que no podre evitar verlo mas tarde…y viendo como me encontró…es un hecho.
Le doy otra calada a mi cilindro y noto que falta alguien ¿no había un chico blanco de pies a cabeza por aquí? Es posible que B estuviera buscándolo a él.
--B—balbuceo.
--Por cierto—lo oigo de nuevo, alzo los ojos pero el sigue caminando sin darse vuelta—“Esta”—se señala la sudadera—es tuya.
Abro los ojos por completo… ¿será cierto?
Lo miro alejarse, su despeinada cabellera se alborota con la brisa.
--B…

Notas finales:

Pues le dejan rr va? o eiia se deprimira...juro q lo haria xDDD y NO soy gay, por cierto xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).