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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Alohaaa!! mega rapido pro actualizando!!!

Espero q les guste <3!

POV NEAR

Aburrición, hastío, resignación y mucha molestia fue exactamente lo que paso por mi mente en cuanto Beyond se estrello contra ese muchacho pelirrojo, al que en realidad iba a buscar. El chico tiene real mala suerte.
No tenía intención alguna de presenciar hasta el final aquella escena que estaba incomodándome en verdad. Si B quería llamar la atención del pelirrojo, no era obligación mía estar en primera fila cuando lograra su cometido. Trate de ignorarlos, de alejar mis pensamientos de todo que pudiera relacionarse con ellos, hasta que escuche al muchacho decir que vivía con el joven rubio, y aunque no dejo en claro su relación de forma expresa, dejaba claro para mi análisis que su relación no era simplemente amistosa. Pero eso, de nuevo, no debía molestarme, lo cual no por ser lo más coherente fuera lo real. Y eso incluía, por supuesto, la causa desconocida que me frustraba.
Cuando mi móvil reclamo atención y mire la pantalla, por primera vez en bastante tiempo sentí una especie de alivio, el que Elle me llamara era una excusa ideal para alejarme de B y del pelirrojo en ese momento.
Tome el aparato y me lo lleve al oído, andando en la primer dirección que se me presento, confiando plenamente en que Beyond ni siquiera notaria mi ausencia. Y así fue.
--Seria mas conveniente para la comunicación que te mantengas alejado de Beyond cuando hables conmigo—soltó la voz de mi hermano apenas la llamada se conecto. Suspire en silencio, Elle era, sin lugar a dudas, bastante acertado siempre.
--Me parece que aun no me has dicho en realidad que es lo que necesitas—dije sin tono, torciéndome el cabello automáticamente—Conocer la situación de nuestra vida aquí es un hecho que ya monitoreas-- Oí un respiro hondo del otro lado de la línea.
--Nate, sabes a la perfección que no puedo entrar en contacto contigo o Beyond sin una razón. Se supone que no somos hermanos.
Eche una ojeada al móvil en mi oreja.
--Rivers, Birthday y…Lawliet—enumere con calma—Si estas tratando de averiguar cada movimiento de B, es mejor que hables directamente con Rester. Él es su niñera, no yo.
--Necesito oírlo de ti, su hermano. Eres el único en que confía realmente.
Me detuve.
--Elle—dije con dureza y colgué.
Me quede inmóvil un momento. Éramos, mi hermano Beyond y yo, Nate, un experimento para Elle, un monitoreo continuo que no llevaba a cabo precisamente por cariño, ni siquiera obligación fraternal. Simplemente lo hacia para evitar que nos matáramos un día.
Nunca culpe a mi hermano Elle, cada acción que hacia era para mi la mas sensata, mientras que me limitaba a mirar a Beyond en su descabellados actos…pero bajo ningún motivo iba a contarle a Elle cada contratiempo en que B se ha ya visto inmiscuido…no si eso significaba que Elle encerraría a B en algún psiquiátrico, y yo, debiera tomar su puesto, siguiendo ordenes, con la agencia de inteligencia para la que nuestro padrastro trabaja y que, según B…Elle conoce.
Baje la mano aun con el móvil en ella, el viento helado me alboroto el cabello, y solo entonces deje de retorcerme un mechón.
Un movimiento llamo mi atención del otro lado de la acera, volví los ojos, indiferente, hacia el origen, un tipo alto y robusto intercambio un par de palabras con otro, quien atravesó la carretera para llegar a la acera donde me encontraba.
Seguí mi camino sin mucho interés, iban a interceptarme en cualquier momento, volver no era una opción, pero presentarme por voluntad propia ante los ladrones tampoco lo era.
Mi móvil volvió a timbrar, mire la pantalla, esta vez el número que reconocí fue el de Beyond. Pero no tenía ánimos para hablar ni verlo, esta era una ocasión donde ver al clon de Elle no era precisamente lo que buscaba.
Seguí mi camino, el tipo robusto se me adelanto por la acera, acercándose rápidamente directo a mi. Me detuve entonces dejando el móvil a la vista, no tenia caso alguno ocultarlo, si de todas formas, pretendían robarlo.
--Oye, niño—dijo el tipo cuando llego hasta mi—no eres de por aquí.
--¿te perdiste?—oí la voz de su compañero tras mi espalda. Sin exaltación alguna, le extendí el móvil, no había razón para tratar de evitar algo que sucedería, y mi integridad corporal estaba por encima aunque…morir era una posibilidad que tampoco estaba fuera de mi abanico de alternativas.
--Aquí tiene—avise extendiendo el aparato que volvía a sonar. Los tipos se miraron fugazmente.
No supe quien fue, simplemente me encontré contra la pared en un momento, el dolor en la espalda me recorrió la columna logrando que me encogiera levemente.
--Trabajas para la policía ¿eh?—exclamo el sujeto que me tenia contra el muro, sosteniendo mi cuello con su antebrazo. El aire estaba empezando a faltarme.
Un objeto puntiagudo se pego a mi costado. Devolví la mirada al hombre, este me miraba con la ansiedad creciendo en su rostro, quizás se preguntaba porque no gritaba o suplicaba, pero…no le veo mayor caso hacerlo.
--¿Te crees muy listo?—gruño empotrándome de nuevo. Tras el eleve resentimiento por el golpe, alce los ojos.
--No veo porque sigue aquí—dije—puede llevárselo y huir—obvie, la violencia era innecesaria pero en caso de ladrones como ellos, su normal modus operandi. Predecibles criminales.
El otro hombre miro a su compañero, podía sentir que estaba nervioso.
--Ya, ya, Rod, vámonos—dijo tirando de su brazo. El sujeto frunció los labios y tras un momento me soltó. Mi garganta carraspeo suavemente para recuperar el ritmo del paso del oxigeno.
Los tipos salieron corriendo en dirección contraria a la que yo seguía, ni siquiera se llevaron mi móvil.
Me acomode la ropa y levante mi mochila que había dejado caer con el primer tirón, y me volví a mirar donde estaba.
Algo más llamo mi atención: una figura alta, vestida por completo de negro, me contemplaba desde el otro lado del cristal de un local de alcohol.
Le devolví la mirada un momento, lo mas inteligente era regresar sobre mis pasos, B estaría ya cansado de buscarme y lo vería hasta llegar a casa…si llegaba.
Reanude mi paso tranquilamente. De la nada oí pasos detrás de mí. Volví el rostro sobre el hombro para descubrir la misma figura oscura de brillante y enmarañado cabello rubio.
Me detuve.
Se detuvo.
Nos miramos durante un eterno segundo. Sus pupilas azules se fijaban de mí, podría decir que me atravesaban con su pesadez. Vestía de ajustados pantalones de cuero, botas y una playera de mangas largas negra también. Llevaba algo en la mano.
Reconocible donde fuera, y era patético considerando que solo le había visto una vez la noche anterior…el mismo escalofrío recorrió mi cuerpo.
--Si tu estas aquí significa que también esta el otro sujeto—dijo de golpe, con la voz mas amenazante que había escuchado. Me volví por completo, se refería a B sin duda--¡Responde, idiota!—me ordeno, era claro que no era muy paciente.
Un nuevo escalofrío. Gire los ojos para evitar que lo notara, y me torcí el cabello…tímidamente.
--Si tus asuntos son con el…entonces no veo porque seguirme a mi—dije. Debió interpretarlo como falta de interés.
--¡Mírame!—ordeno ofendido, acercándose. No obedecí—Escucha…
--Nate—interrumpí, dejándolo pasmado por un segundo.
--¿Qué?
--Mi nombres es…Nate—le mire entonces. Su gesto se hizo serio un segundo y luego burlón.
--Eso no me importa.
--Ibas a insultarme de nuevo así que preferí decirte mi nombre, prefiero que lo sepas—admití torciéndome el cabello-- ¿Sabias que insultar a las personas es un síntoma de inteligencia subdesarrollada, inseguridad y un léxico poco abundante?
Su rostro paso de la burla a la furia en medio segundo. Sus pupilas se encendieron con enojo y se acercó los pasos que nos separaban. Me tomo del cuello de la camisa y acerco su rostro a mí.
--Retráctate de eso, idiota--ordeno cerrando el puño cerca de mi rostro.
--Solo confirmas lo que he dicho—hice notar girando los ojos. Gruño con real molestia soltándome de golpe, empujándome al mismo tiempo, que trastabille al retroceder. Casi caigo, de verdad me arrojo con fuerza.
--Escúchame bien, y que te quede claro a ti y al otro sujeto—dijo mordiendo una enorme barra de chocolate—no pienso repetir lo que ocurrió ayer así que es mejor que se larguen de aquí—hizo ademan de irse.
--Te preocupa el muchacho pelirrojo—dije retorciéndome el cabello de nuevo, no era una pregunta, en realidad era algo obvio, cualquiera podía verlo.
Se volvió bruscamente.
--¡Cállate, Nate!—ordeno en un grito. Alce los ojos cuando me nombro, no creí que recordara mi nombre. Debió darse cuenta de su “error” pues aparto los ojos con rapidez, renuente otra vez.
Me echo una última mirada, y sus ojos se hicieron atentos, tal como la noche anterior, y como ayer, me recorrió una descarga de electricidad en la espalda.
Farfullo algo que no alcance a comprender y dio un paso para alejarse, mas de nuevo se detuvo, miro por encima de mi hombro, y solo entonces me atreví a imitarlo. El tipo robusto venia de vuelta con su compañero…y cinco tipos mas.
Entorne levemente los ojos, esa actitud criminal era patética en verdad: siendo dos desde un principio, bien hubiesen sido capaces de atacarme, mas eran innecesarios.
--Camina—ordeno Mello llamando mi atención.
Le mire comenzar a andar, pero no me moví ¿realmente estaba invitándome a ir con el? ¿Estaría planeando una trampa para B?... ¿porque se molestaba en sacarme de allí?
--Si no vienes te mataran—dijo con naturalidad en medio de un bocado de chocolate y sin volverse.
Mis pies se movieron por si solos, siguiéndole por la larga calle grisácea, nublada y apagada, peligrosa.
Mi mente me gritaba con fuerza, casi podría decir que vociferaba, que mirara el camino, que lo memorizara en caso de tener que volver solo (lo cual seria lo mas seguro), o correr…lo cual, no era bien augurio. Me exigía que pensara, que mirara la lógica: el rubio, Mello, era un criminal, cada poro de su cuerpo despedía el aroma de “peligroso”. Peleador a muerte en barrios de la peor calaña. ¡Seguramente vive aquí, en Richmond!
Pero no puedo pensar en eso…simplemente estoy allí, siguiéndole, con los ojos fijos en su espalda. Vuelve el rostro, va a decirme algo, evito su mirada. Bufa, otra vez piensa que es indiferencia.
--O eres muy estúpido o trabajas para la policía—dice.
--El hecho de que te siga momentáneamente es solo porque representas seguridad por ahora—le dije sin mirarlo. Soltó una risotada.
--O podría matarte aquí mismo—dijo malévolamente. Era cierto.
De la nada me vi acorralado contra el muro, cerré los ojos con el fugaz movimiento, al abrirlos me encontré con sus pupilas azules, mortíferas, contemplándome con detenimiento.
--Quédate aquí—ordeno.
Trate de apartar los ojos, no funciono, me tomo por la barbilla con fuerza para obligarme a mirarlo.
--Cuando te hable me miraras—ordeno con una media sonrisa arrogante, sus pupilas están dilatadas. Siento su aliento encima de mi rostro, la descarga eléctrica vuelve y me hace estremecer suavemente.
Frunce los labios con descontento ante algo que vio en mí: nada. O al menos por fuera, así soy, siempre he sido así, demostrando mi imperturbabilidad ante cualquier situación…pero eso no quiere decir que deje de ser humano y que…me pone nervioso tenerlo cerca.
Por fin se aparta y se aleja sin decirme más.
Me quedo allí, con el corazón bombeando más rápido de lo normal.
Cuando logro mirar donde estoy parece que estoy mas lejos de lo que debiera.
Oigo el rechinido del metal, volteo al origen y miro a Mello abrir una portezuela de un auto abandonado y en total estado de chatarra.
--Entra allí y vete en un rato—ordena con voz más apagada, como si su mente estuviera en otro lado.
No me ve cuando simplemente desaparece en la esquina.

POV MATT

Aun no puedo sacarme de la cabeza los oscuros ojos de ese chico…B. No es que me haya gustado ni nada parecido, simplemente es una de esas personas que son extrañas y que se quedan grabas en tu mente por el simple hecho de su excentricismo.
Sea como fuese…he andado toda la tarde recordando el encuentro tan inesperado, y también cuando menciono que nos veríamos…pero sobre todo…¿realmente seria “esa” mi sudadera?
Resoplo.
Escucho una risita y me vuelvo a un costado, un par de chicas hablan por lo bajo bastante divertidas, seguramente se ríen de mí, y no las culpo: he estado con la vista fija en la misma caja de cereal por bastante tiempo, y todo por culpa de B.
Tomo la primer caja que dice tener hojuelas con chocolate, quizás Mello se anime a comer algo. Voy a dar la vuelta para salir de ese pasillo del centro comercial.
--¡oye!—una chica corre hacia mí. Me giro.
--¿si?
--Mi amiga y yo queremos preguntarte algo—suena nerviosa, le sonrío para infundirle ánimos--¿vives por aquí?
La contemplo detenidamente, es una chica agradable, hasta linda, del tipo que conocí un tiempo cuando estudiaba antes de Mello; de ropa a la moda y citas continúas a salones de belleza. Una estudiante, con pretensiones y ganas de diversión…pero de un barrio decente.
Niego a su pregunta en silencio y sigo mi camino, es mejor evitarle problemas.
--¡Oye!—corre detrás de mí--¿fui muy directa o tienes novia?—sonríe.
--No…yo…tengo prisa es todo—respondo amablemente.
--¿puedo…hacer las compras contigo?—ofrece dando un paso al frente, es dulce su intento de seducción. Su amiga se ríe impresionada por su “valor”.
--De acuerdo—acepto.
Fue divertido, no lo niego. Me hablo de ella y de su escuela, de sus amigos, creo que me invito a una fiesta e insistió en que asistiera. Quiso saber donde vivo y donde estudio, un par de respuestas embusteras no fueron tan malas después de todo.
Y las compras se hicieron más llevaderas.
Pasillo por pasillo anduvimos eligiendo algunos artículos, tardamos más de lo normal en el área de licores…
--A tus amigos les gusta la fiesta ¿cierto?—bromeo mirando las cinco botellas de tequila y ron que eche al carrito.
Me limite a sonreírle. Mis botellas no estaban precisamente destinadas a muchas personas.
--Debo irme—anuncie una vez afuera del establecimiento, luego de comprar mis cigarros.
--¿vendrás a la fiesta?—pregunto con un exceso de animo.
--Seguro—me encogí de hombros y me dispuse a irme.
--Oye, Matt… ¿vas a…invitarme a salir?
De acuerdo no esperaba eso.
--Bueno yo—dude—ahora estoy con alguien, de hecho voy a ver a esa persona en este momento…
Y me di cuenta de lo tarde que era.
La tarde estaba apagándose cercana al atardecer, di unos pasos retrocediendo antes de salir disparado sin despedirme si quiera de… ¿Cuál era su nombre? Ni idea.
Seguí corriendo, agitándome cada vez mas, quizás debería dejar de fumar tanto. Las calles de California se hacían mas concurridas conforme se acercaba la salida de empleos, el transporte estaba demasiado lento…y yo seguí corriendo hasta la entrada del tren subterráneo.
Baje las escaleras, saltando la fila de rehiletes de metal que dividían la taquilla de la salida del tren. Me frene derrapando y solo entonces escuche lo agitado que estaba mi corazón; me incline para recuperar el aliento.
¡Estúpido tren que tarda tanto!
Mello va a salir rumbo al circulo dentro de una o dos horas, depende de si me esperara o no… ¡Maldición!
Perdí la tarde titánicamente.
Cuando al fin llega el tren, entro junto con toda la gente, sentándome en el primer asiento que veo, aun es largo el camino hasta casa. Trato de relajarme sacando mi consola portátil: me faltan tres niveles para terminar.
Mi móvil vibra.
--¿Mello?—musito.
--¿Quién mas, imbécil?—se oye irritado.
--Sé que me tarde pero…
--¡Eso no me importa, perro!—gruñe.
--Entonces…
--¿Estas solo?—se oye serio.
--Si—respondo confundido ¿desde cuando se le olvido que no tengo muchos amigos… o mas bien alguno?
--Bien—y cuelga.
¿Qué fue eso? Parpadeo confundido…

POV NEAR

Estoy por completo seguro que debí irme cuando aun estaba claro el día. Pero no lo hice.
Se cual es la razón también: quiero volver a ese bodegón de peleas clandestinas. Hay dos causas fundamentales, una es que mi hermano estará allí para ver al pelirrojo y si el rubio también asiste…habrá un seguro “desacuerdo”. La segunda opción es precisamente el rubio.
--Hola—oigo una infantil voz femenina. Giro los ojos hacia la ventanilla de la chatarra donde estoy metido.
En medio de las primeras sombras de la noche alcanzo a distinguir un par de ojos azules que me miran con exceso de alegría, su cabello rubio sujetado por dos infantiles coletillas se bambolea con la brisa fría.
--No te he visto por aquí—admite recargándose en el borde, dejando ver el pronunciado escote. Resoplo ligeramente, es una prostituta.
--¿Sabes como llegar a ese cuadrilátero barato donde los sujetos se matan a golpes?—quiero saber. Me lanza una sonrisa dulce.
--Eres muy pequeño para entrar al club de Mikami—se ríe. Me tuerzo el cabello—Y además lindo—ensancha la estúpida sonrisa.
--Necesito ver a alguien.
--Me queda de paso…puedo llevarte—ofrece apartándose, permitiendo así que el resto de su atuendo fuera visible, el pedazo de tela que hace las veces de falda, las largas botas y el sostén de brillante rojo chillón.
El camino fue realmente…irritante. No paro de hablar en todo el tramo, ni siquiera cuando cayo la noche detuvo su monologo sobre estupideces. Pero tampoco podía quejarme directamente puesto que caminando con ella, nadie de los pocos transeúntes se me acerco con intenciones notables de atacarme, estar allí con la rubia era parecido a estar con Mello…por lo menos garantizaba un poco de seguridad en ese tugurio.
Cuando por fin reconocí el inmueble resople mirando a mí alrededor, en busca de B.
--¡Misa Misa!—llamo alguien, ella le saludo con efusividad y tras darme un beso en la cabeza se alejó corriendo.
Me eche a andar hacia la pesada entrada cuando recibí un fuerte empujón por detrás.
--¡Creí haberte dicho que te largaras!—exclamo Mello. Aguce la vista para distinguirlo en medio de la noche.
--No tengo razón para obedecerte—replique tranquilamente llevándome una mano al cabello.
--Escucha bien, enano hijo de…
--¡Mello!—interrumpió.
Mire por lo bajo, el muchacho pelirrojo se acercó hasta nosotros respirando agitadamente.
--No grites, perro—ordeno apartando los ojos y mordiendo otro de sus dulces.
--Lo siento—jadeo—llegue a casa y no te encontré así que vine directo hacia aquí…
--Cállate—me echo una mirada, y al pareces hasta ese momento el chico se dio cuenta de mi presencia.
--¿eh? Hola—saludo mirando hacia varios lados. Esta buscando a Beyond.
--No lo he visto—avise retorciéndome el cabello.
--¿A quien?—me miro nervioso—No estoy buscando a nadie—se apresuró a contestar.
Mello frunció los labios y se dio la vuelta andando hacia el otro lado de la bodega. Alguien lo saludo pero ni contesto.
--¿No vendrá tu…amigo?—oí.
--Es mi hermano—respondí mirando hacia donde desapareció el chico rubio.
--¿Vendrá?
No respondí a lo obvio, me limite a encaminarme hacia la entrada principal, esperando no tener ningún tipo de contacto con nadie más.

POV MATT

Apenas deje al muchachito me encamine hacia Mello. La concurrencia apenas llegaba al lugar, ya que, en realidad era temprano para que iniciara es espectáculo.
Baje por la rampa trasera hasta el oscuro y pestilente pasillo, anduve un momento mas hasta llegar ante la pesada puerta corrediza de aluminio que daba hacia la sala de espera de los peleadores.
La empuje a un lado y me adentre al espacio. No era amplio en verdad, un lavabo oxidado que se conectaba directamente al muro, dos bancas de madera con tablas faltantes, unos cuantos casilleros a los lados, oxidados y con las bisagras a punto de vencerse. Y lo más importante: una tabla empotrada a la pared a la altura de mi cadera, simulaba una especie de mesa.
Cuando entre Mello era el único, estaba inclinado sobre la “mesa”, aspiraba pausadamente, luego tras un respiro hondo se incorporo. Con la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados se sostuvo del muro mientras disfrutaba de los primeros efectos que le producía aquella línea blanca.
Abrió los ojos luego de un momento y me miro.
--¿Dónde esta Nate?
--¿Quién?
--Nate…--se saco la pesada chamarra roja—el…chico de afuera.
Chico. ¿Dónde quedaron los insultos?
--No sabía que ese era su nom…
--¿Dónde esta, perro?—interrumpió con violencia.
--No se, creo que entro o algo así…
--¿Y el otro sujeto?
--¿Quién?
--B…--me mira con frustración ¿Cómo pretende que sepa siempre a que se refiere cuando esta drogado? Un segundo, pregunto por B…¿sabe que vendría?
--¿lo viste?—exige con calma.
--No—miento.
Se echa a andar hacia mí. Me acorrala contra la pesada puerta, posando cada palma a los costados de mi cabeza.
--¿estabas solo?
--Si—y no evito sonreír, al ver al chico albino dio por hecho que estaba su hermano también, B, cosa bastante acertada y entonces Mello: ¡estaba celoso!--¿estabas preocupado porque B quisiera…
Me sonríe malévolamente.
--Idiota, Matt—pega su cuerpo al mio, puedo sentir su aliento chocando contra mis labios. No puedo más, me acerco y lo beso, lo atraigo hacia mí con las manos abrazando su cintura.
Su lengua entra en mi boca con fuerza, exigiendo atención, ordenándome con el movimiento a que le corresponda.
Se me escapa un jadeo ansioso. El intensifica el beso, embarrándose en mi cuerpo, y clavando sus manos en mi cadera.
Bajo lentamente mis palas por su silueta hasta el final de su espalda para aferrarme a ese lugar y atraerlo con violencia hacia mi propia entrepierna.
--Apestas a alcohol---masculla contra mi boca. Me causa gracia, nunca dejara de quejarse de ese sabor.
Me muerde el labio en represalia.
--No te burles de mi—ordena pasando las manos contra mi piel bajo la ropa, tallando sus palmas, dejando una estela de ligero dolor conforme su paso.
Sus manos buscan mi cinturón con ansias, aflojándolo y desabotonando luego el pantalón.
Me estremezco con fuerza cuando siento su palma enguantada sujetar mi miembro y masajearlo contra su cuerpo. Mi garganta se revela y me obliga a dejar salir jadeos que no logro ahogar por completo.
Sus dientes muerden la unión de mi cuello y el hombro, me hace vibrar. Lo atraigo bruscamente.
--No—ordena con la voz ronca. Entiendo, si sale “sensible” a pelear puede tener consecuencias…realmente malas.
Por su seguridad, y de paso la mía, aparto las manos de su delicioso cuerpo. Desde la escuela no recordaba como era la excitación de un revolcón en un lugar público, ni siquiera de un simple frotamiento de cuerpos. Pero me gusta.
El tacto del cuero contra mi sensible miembro pasa desapercibido, vencido el ardor por las sensaciones que estoy experimentando. Mi extensión se pone dura contra su mano, pero Mello no le da tregua.
Sus labios están dejando marcas en toda mi garganta, su lengua lame los hematomas solo antes de encajar sus dientes de nuevo.
Mi respiración esta en medio de un colapso.
Sujeta con mas fuerza mi miembro, masajeando la punta y…no puedo mas.
Vibro contra su cuerpo, mordiendo su cuello para no gritar y derramándome en su mano.
Retira la mano sacudiéndola a un lado.
Pero…no soporto estar sin su cuerpo.
Como puedo guardo mi miembro y abrazo a Mello por completo, llevándolo conmigo hasta el otro extremo. Creo que no lo esperaba porque se deja hacer retrocediendo torpemente hasta el intento burdo de mesa. Al verse acorralado, tiene que subir para evitar que la madera se le encaje…y porque trato de ayudarle.
Me posiciono en medio de sus piernas atrayendo su espalda baja hacia mi, besándole; lamiendo sus deliciosos labios sabor chocolate…
Frotando nuestros cuerpos otra vez.
Y entonces un golpe seco en el aluminio me sobresalta. Mello me aparta levemente para mirar, pero nadie entro. Otro golpe.
--¡Ey, Mello!—llama la voz del tipo de las apuestas.
--¿Qué?
Muerdo su oreja.
--Veinte más si separas a los hijos de perra que están destrozando el lugar.
Me aparta bajándose y caminando hacia la puerta, la corre sin aviso, así que, lleno de vergüenza, me cierro el pantalón lo más rápido que puedo.
El calvo hombre mira ansioso al rubio.
--Veinticinco mil—ofrece—Pero separa a los malditos…
Vaya, una pelea clandestina y problemática dentro de la ilicitud normal

POV NEAR.

Cuando entre lo primero que vi fue a Beyond. De pie al fondo del lugar que comenzaba a llenarse. Me dirigí hacia él.
--¿Problemas para entrar?—menciono sin mirarme apenas llegue a su lado.
--No—musite—mencione a B.
Sonrió con arrogancia.
--Creí que te encontraría muerto por algún lugar.
No respondo, me limito a apartar la mirada.
Un móvil suena, lo reconozco como mio y lo miro.
--Rester…--murmuro. No es de sorprenderse que ya este buscándome.
B me arrebata el aparato de golpe.
--Puede rastrearnos—dice rápidamente.
--Lo apagare…
--No funcionara—dice con los ojos desenfocados, pensando. De pronto, con un pulgar en los labios, se gira hacia el hombre que tenemos al lado y sin aviso previo, deja caer el móvil dentro de su vaso de plástico.
Para pensarlo mucho no fue una gran hazaña.
--¿¡QUE OCURRE CONTIGO, IDIOTA?!—grita el sujeto mirando su vaso de cerveza que acaba de hacer corto circuito.
Beyond no le responde, vuelve a su sitio.
El tipo farfulla algo inentendible lanzando el vaso, y acercando su puño a mi hermano. La mano de B me empuja por el pecho para sacarme de la periferia del ataque, da un paso atrás evadiendo el golpe y arremete contra el tipo.
Y allí…alguien, molesto por la cerveza barata que le cayo encima se acerca para vengarse…la batalla campal se desata.
Retrocedo hasta el muro para no verme inmiscuido en ello, además Beyond me da la espalda, creo que es protección.
Todos gritan, golpes, maldiciones e insultos vuelan, incluso armas blancas.
--¡Sepárense!—grita alguien
--Llego Mello—avisa otro--¡¡Llámenlo!!
Volteo los ojos vivazmente, al parecer la presencia del rubio es amenazadora para todos pero incluso si lograra separarlos…puede resultar herido…

Notas finales:

Gracias por leer =)
PD: ¿quieren saber exactamente como fue que Matt paso esas materias en la escuela? Lo redacte pero como no es relevante para la trama no lo subi, asi que si alguien quiere saber como el pelirrojo "convencio" a su profesor...puedo subirlo como oone-shot del mismo fic!!


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