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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Holaaa!! jujuju me acabo de dar cuenta que estaba mal puestos los numeros de los capitulos, ya los corregi x.x con razon no me cuadraban con el documento xD!!! pero como solo son los numeros no afecta en nada =)))!!

Aki de nuevo, actualizando ahora que tengo hora libre =D y posiblemente actualice el miercoles tambien porq tambien tendre una hora libre =D!! yuhuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Bueno, les dejo aki este capi n.n!!

Espero que les guste!

POV MATT

Un repetido ruido me despertó, pero no quería levantarme. El sonido se repitió mas veces, por fin, me revolví sobre el incomodo espacio del asiento trasero del auto y abrí los ojos con poca disposición. Mi visión borrosa se aclaró mientras el golpeteo se repetía, me incorpore sobre los brazos para mirar la silueta que me miraba inclinada desde el exterior, alzo la mano y golpeo con algún objeto oscuro la ventanilla.

Termine de ponerme erguido hasta sentarme y acerque la mano a la manija del cristal para bajarlo. Genial, un policía.

En cuanto el cristal que nos separaba desaparece, el uniformado aparta el rostro probablemente asqueado por el penetrante olor del brandy que se seco sobre el piso del auto.

Me llevo una mano a la cabeza, me da vueltas pero esta vez no es por resaca, mas bien, por la incomodidad en la que me vi obligado a dormir.

--¿Sabes que hora es?—regaña con una mueca de asco. Alzo los ojos por encima de su cabeza, el cielo esta nublado pero es de día. Respondiendo a su pregunta: no, no tengo idea.

--¡Oye, te estoy hablando!—grita golpeando el marco de la ventanilla con su macana. Le miro en silencio.

--¿Dónde estabas ayer en la noche?—pregunta.

--¿Soy sospechoso de algo?—quiero saber, mi voz sonó pastosa.

--Eso depende, ¿fuiste a una fiesta no?—señala con despotismo el interior de mi auto.

--No, señor—respondo—Aquí no hay muchas fiestas—dije señalándole el escenario, el edificio de enfrente cayéndose en moho y las casas de una sola planta que alguna vez fueron de un brillante color pero que ahora esta desvaído.

Asiente con cuidado.

--¿Cuántos años tienes, hijo?—inquiere apoyando la mano contra el auto.

--¿Eso que relevancia tiene?—pregunto con real interés buscando un cigarro.

--Si sigues así una mañana no despertaras—exclamo quitándome el tabaco. Como si no estuviera consciente de ello.

--Un vago menos, no esta tan mal—insiste. Le devuelvo la mirada, sé que tome decisiones precipitadas, decisiones peligrosas que podrían costarme la vida en cualquier momento, pero no me arrepiento de ellas. Realmente quiero estar aquí…con Mello.

La patrulla, estacionada adelante, suena con el claxon, el policía mira hacia allí y luego nota los automóviles que pasan constantemente por la avenida siguiente.  Sin decir más se aleja rumbo a su auto patrulla. Para los policías, para ellos más que para  nadie, es peligroso estar aquí más de una hora.

Me dejo caer de espaldas sobre el asiento.

--Un vago…--murmuro. En el peor  de los escenarios es eso lo que mis padres creen que soy ahora, en el mejor, estoy muerto.

Me muevo de nuevo, un dolor incomodo me consume la espalda. Hare una nota mental: “no hacer enojar a Mello en el auto”. Luego de mi fugaz triunfo se vengo, claro que lo haría, me pateo y después subió encima de mi, al principio creí que iba a violarme, pero no, porque al final eso tendría un final feliz para mi, lo que ocurrió fue en serio malo: uso lo único que realmente me “dolería” (además de que destruya mis videojuegos): mientras estaba sobre mi, besándome con violencia, intente seguir el paso pero resulto muy torpe mi correspondencia, tiro de mi cabello para dejar expuesto mi cuello, lo mordió, araño mis costillas por debajo de la ropa, mi miembro estaba respondiendo al tacto y entonces su rodilla presiono contra el con fuerza.

Me queje por supuesto ¿Quién no lo haría? Intente quitarme, Mello siguió jugueteando en mi garganta, lamiéndola, el dolor y el cosquilleo eran fuerzas encontradas que creaban un caos en mi cuerpo. Seguía moviéndome debajo de él, me besó con fuerza, introduciendo su lengua en mi boca, sujetando mi cintura con fuerza; mi respiración estaba dividida entre la satisfacción y el dolor. La verdad el dolor estaba ganando la contienda-.

Luego  simplemente desapareció, Mello bajo del auto sin decir nada, camino y entro al edificio para dirigirse al departamento, dejándome allí.

Me vi en la necesidad de permaneces en  el interior de automóvil cuando caí en la cuenta de que si le seguía me iría peor, aunado al hecho de que mi entrepierna estaba punzándome en recriminación por el maltrato recibido.

Así que decidí que esa noche la pasaría en el automóvil.

Resople dejando ese pasado tan cercano atrás, y baje del auto. Me mire en las ventanillas, llevaba el cabello demasiado revuelto, creo que un ave podría hacer su nido allí. Hace frio, es una mañana (o quizás tarde) fría.

Estiro mis articulaciones y me dirijo a casa.

 

POV NEAR

 

Viernes. Era realmente la primera vez que un día de la semana me causa especial repulsión, y es debido a que no puedo solo salir de esta casa con la excusa de la escuela sin cruzarme con mis padres adoptivos. Tendría que quedarme aquí, y hoy peor que todos los demás días de la semana tengo la sensación de estar enjaulado.

En la madrugada cuando llegue, Rester dijo demasiadas cosas que no me fueron de especial importancia, luego simplemente hizo una llamada que si capto mi atención: organizo un equipo para peinar las avenidas de Richmond y traer de vuelta a B, si, creía que seguía allí. Y es que su móvil fue rastreado hasta un punto en particular hasta que simplemente desapareció, Halle creyó que la batería se acabó.

No objete nada: Beyond no quería ser encontrado.

Baje de la inservible cama que no me ayudo a conciliar el sueño y me dirijo hasta la puerta, no es como si tuviera miedo de salir y recibir la segura reprimenda fingida de la imperfecta actuación de Rester, no, en realidad no tengo ánimos simplemente.  Por fin bajo las escaleras lentamente, Halle esta pegada al teléfono, siguen buscando a Beyond sin lugar a dudas.

--Nate—llama desde el salón la esperada voz de nuestro padrastro. Me detengo indicándole que lo escucho—Hay alguien que quiere hablar contigo—dice con cuidado. Giro los ojos en su dirección. Su mirada se vuelve dura, como si con ello pudiera intimidarme  para hacer lo que quiere. Aparto los ojos mientras elevo una mano para torcerme el cabello.

--Es sobre Beyond—dice Rester—Queremos que vuelva, Nate.

--Es probable que no regrese-- digo al instante sin mirarlo aun.

--Es por su propia seguridad: Richmond es muy peligroso y la redada organizada por tu padre no ha dado con el—exclama una nueva voz, una que no he escuchado antes.  Vuelvo los ojos entonces echándome a andar hacia la estancia, con curiosidad por saber quien esta con mis padrastros—La policía no tiene las suficientes unidades para manejar un lugar con ese.

Estaba sentado frente a Rester, vestía traje, el cabello castaño era excesivamente acomodado con sumo cuidado, y cruzaba una pierna sobre la otra con aire de arrogancia elegante. Dejo la taza de café que tenía junto a los labios y alzo los ojos hacia mí.

--Mi nombre es Light—se presento con amabilidad pero a mi me pareció que creía hablar con un lento mental—Estoy a cargo de la búsqueda de tu hermano Beyond.

Sigo en silencio, me parece que B y el comparten la edad.

--El joven Yagami—intervino Rester—es un agente especial encargado de los criminales de lugares como Richmond, Nate, el lugar a donde fue rastreado tu móvil.

Les dirijo una mirada indiferente.

--La búsqueda es una medida poco útil—digo, lo único que buscan es encontrar a B para evitar que su mina de genialidad desaparezca—Beyond es impredecible.

--E inestable—agrega Light Yagami, le miro de lado y él me sonríe—El estado es muy grande—explica con calma.

Halle deja el teléfono y mira a su supuesto esposo, este le corresponde el gesto significativo y se pone en pie dispuesto a salir con ella de la habitación.

--Los dejaremos solos, quizás Nate recuerde donde puede estar Beyond—dijo con dureza pasando a mi lado. Mi madrastra me acaricia el cabello cuando pasa junto a mí.

--Nate ¿cierto?—comienza a hablar.

--Puedes ahorrarte la pantomima—dije sin mirarlo—no se donde esta.

--Es una pena, realmente queremos encontrarlo.

“Queremos” uso un claro plural y no le importo hacerlo, en realidad parece que lo hizo con completa intención.

Me mantuve cauteloso, era muy probable que solo se refiera a Rester y a Halle.

--Elle quiere encontrar a su hermano—agrego. Mi cuerpo reacciono al instante, se tenso mientras las pupilas me vibraban, pero no pudo verlo, pues seguía con la mirada en otro lugar del salón.

--Le interesa mucho la seguridad de Beyond, Nate, no tienes idea de…

--Mentira—interrumpí—Elle sabe a la perfección donde hallar a  B—le mire con frialdad—y lo saben Rester y Halle también, no tiene otro lugar a donde ir por ahora, así que eso me hace cuestionarme ¿Por qué se molestan en pretender que no saben donde esta?—quise saber, repentinamente molesto por la mención de mi hermano mayor.

El gesto de Light se mantuvo impasible, sin embargo sus ojos perdieron la chispa de amabilidad.

--¿Por qué estaban en Richomnd, Nate?—pregunto sin mas rodeos—Es un lugar peligroso para cualquiera—prosiguió en un tono de falsa preocupación antes de que pudiera responderle. Y ni siquiera quería contestar. Suspiro ante mi silencio—No soy policía, no aun al menos, Nate—admitió—tus padres no lo saben, estoy aquí porque Elle se entero que su hermano esta perdido.

--B no esta perdido.

--De acuerdo: que su hermano ha escapado.

--B no ha escapado, huir necesitaría tener una razón la cual quiera evadir, B no la tiene—mentí. B en realidad  la tuvo y esa no es la causa por la que no esta aquí, y Elle lo sabe a la perfección.

Y la puerta principal se abrió.

Light Yagami alzo los ojos hacia el nuevo llegado, me mantuve en mi lugar. Rester y Halle aparecieron desde el comedor, ella suspiro con algo parecido al alivio y entonces me atreví a girar los ojos.

Beyond nos miraba con aburrición aun con la mano sobre el pomo de la puerta, dio un paso y se adentro en la casa. Nuestra madrastra camino con rapidez hasta B para rodearlo con los brazos, por supuesto no fue correspondida.

--Impredecible e inestable—murmuro Light poniéndose en pie.

B se separo de Halle para caminar rumbo a su dormitorio.

--¡Beyond!—grito Rester pero el interpelado no se inmuto siguió caminando escaleras arriba.

--¡Beyond Birthday!—volvió a tratar subiendo tras el.

Halle les siguió.

 

POV MATT

 

--¿Si?—escucho la conocida voz de Linda del otro lado de la línea.

--Hola—saludo alegremente—soy Matt.

--Mierda, Matthew, ¿Cuánto bebiste ayer?—escucho un tono entre la alarma y la diversión, al parecer mi voz sigue siendo un desastre.

Resoplo con resignación contra mi móvil.

--Linda quiero preguntarte algo—digo.

--¿Tienes guardado mi número?—interrumpe de golpe.

--No.

--Bien, no dejes que Mikami se entere que hablas conmigo ¿de acuerdo?

--Valoro mi vida—admito.

--Lo dudo, Matthew: vives con Mello—se echa a reír. Frunzo los labios levemente con descontento ante su comentario pero no objeto, tiene su parte de razón: vivir con ese rubio es…bueno es.

--¿Qué querías?—pregunta ella.

Por un momento me perdí en los relieves del techo del pasillo mientras pensaba en Mello, y en que seguía dentro del departamento, molesto seguramente, y yo, aquí, justo del otro lado de la puerta principal del piso, recostado en la extensión del pasillo, sobre el suelo frio, con la cara hacia el desvaído color del techo.

--¿Le diste mi sudadera a B?—al grano, quiero saber.

Solo escucho silencio del otro lado de la línea y de pronto el pitido constante que me avisa que me han colgado.

Eso me revelo más que cualquier otra respuesta. Miro el aparato y vuelvo a marcar, quizás no me conteste…

--Matthew—o quizás si.

--¿Por qué se la diste?—pregunto realmente interesado.

--Tenía prisa por salir de Richmond y el bueno…me ofreció el intercambio ideal—explica con duda.

--¿Por qué querría mi ropa?

Otro momento de silencio.

--A veces me pregunto como has sobrevivido, eres tan distraído—dice al fin luego se escucha un ruido del otro lado de la línea—Espera…

Escucho lejanos pasos, luego una puerta abrirse.

--¡B!—la oigo decir.

--¿B?—pregunto al instante, pero casi de inmediato se corta la comunicación.

Me quedo un momento allí tendido con el móvil pegado al oído, como si pudiera conseguir escuchar algo más.

B…es un sujeto muy extraño.

La puerta del departamento que espero se abra oye mis plegarias. Me incorporo hasta sentarme sobre el suelo sucio del corredor.

--La puerta es el único lugar donde el perro esta invariablemente del otro lado—la voz hosca de Mello llena mis oídos. Alzo los ojos y lo miro recargado en el marco.

--Mello…

Me mira como si pensara: ¿Quién mas, inútil?

Luego simplemente se da la vuelta para regresar adentro empujando con desinterés la puerta, me levanto torpemente deteniendo el avance de la madera antes de que me deje afuera de nuevo.

Entro al desordenado departamento, lo primero que veo es un montón de instrumental casero bastante útil cuando se tiene los medios y los contactos para conseguir heroína. Es en realidad, lo más costoso que he visto en cuanto a toxinas se refiere.

El instrumental esta intacto aun, las mangueras sueltas, el mortero de gas apagado, las cucharas botadas a un lado, y junto a ellas una de mis botellas de tequila.

Camino hasta allí para tomarla, antes de que mi mano toque el cristal un objeto se estrella contra mi cabeza, no me dolió en realidad simplemente me sobresalto.

--¡Oye!—me queje mirando la almohada que me había arrojado.

--Das asco—dijo sentándose a sus anchas sobre el sillón individual, llevándose una barra de dulce a la boca. Me sonríe con sorna.

Giro mi rostro en busca de algo con que reflejarme, por fin me decido por sacar mi consola de PSP del cajón y mirarme en la pantalla, ¡maldición! Mi cabello realmente es un desastre, los mechones apuntan a todas direcciones distintas menos a donde deberían colocarse.

También mi ropa debe apestar.

--¿Fue suficiente castigo, perro?—se burla al contemplarme en completo desastre.

--No es gracioso, Mello—me defiendo volviéndome a él, tratando de arreglar mi cabello, mas luego recuerdo que hubo una parte en todo este frio nocturno en el auto que valió la pena y que si fue de mi total agrado--  Casi nos estrellas contra algún lugar así que no estés molestando—le digo con una renovada sonrisa. El gesto autosuficiente desaparece de su rostro, sus pupilas azules me atraviesan con mal humor. Ensancho la sonrisa mientras me acerco a su posición, sin detenerme subo sobre su regazo, Mello me sigue con la mirada aun seria. Me acomodo sobre sus muslos para pegar mi cuerpo al suyo, no aparta los ojos.

Llevo mis dedos a su cabello dorado, me detiene la mano con poca amabilidad.

--No me toques—ordena—Tengo mejores cosas que decirte, perro…

--¿Cómo que?—susurro inclinándome para besarlo. El tacto frio del metal siendo presionado contra mi sien me detiene a medio camino, un escalofrío recorre mi cuerpo conforme me doy cuenta de la procedencia del cañón que esta amenazando mi existencia.

No me di cuenta cuando Mello sujeto su arma.

Carraspeo inseguro y nervioso echándome hacia atrás para bajarme de encima de él, no creí que se molestara tanto.

A decir verdad Mello nunca ha usado esa pistola que yo haya visto, lo cual, tampoco asegura que no sepa como utilizarla.

Me atrevo a mirar sus ojos, Mello me corresponde con una expresión confiada y arrogante.  Presiona con mayor fuerza, mi corazón comienza a agitarse, no es como si pensara que Mello en verdad quiere asesinarme, no lo haría (lo cual también es una suposición)  pero aun así, sentir el frio del arma, sea cual sea, es un peligro que a cualquiera puede hacer temblar. Aun no acabo de acostumbrarme.

Su palma sujeta mi cabeza para mantenerme inmóvil.

--Mello—maniobro para salir de su agarre y ponerme en pie.  Me recompongo poco a poco.

--Rod cree que Nate y “B” son parte de la policía…--exclama mordiendo su dulce.

--¿Creen que ellos fueron parte de la redada?—inquiero.

--No tocaran a Nate…

--¿Por qué?—es extraño, aquí se paga hasta quien no tiene culpa del crimen, incluso el más absurdo.

--Porque no—replica molesto—Pero si ven a B por aquí de nuevo,…--sonríe malévolo ante la idea, dejando al vuelo el comentario.

Bajo los ojos entonces…quizás eso aplaque a B y no regrese, quizás así me deshaga de un acosador…

--La situación aquí cambiara un tiempo—agrego poniéndose en pie echándose a andar hacia el cuarto de baño, guiado por la curiosidad, le seguí.

Se agacho junto al muro y metió la mano en el hueco entre el inodoro y la pared; volvió a mi altura con una bolsa de plástico.

¿Es lo que creo que es?

Saca el pesado objeto negro que guardaba allí.

Si, lo es. Un arma, mi propia arma.

--Tendrás que hacer lo necesario—dice ofreciéndomela.

Al tomarla entre mis dedos no puedo evitar  la honda de emoción que me causa tener un arma de ese calibre aunque claro…no estoy seguro de poder quitarle la vida a alguien, se necesita mucha valentía o…mucha cobardía.

--Mello…yo…

El frio metal vuelve a mi cuerpo, esta vez debajo de mi mandíbula. Retrocedo hasta el muro encajándome en este, Mello me sigue sin despegar el cañón de mi cuerpo.

Mi cuerpo esta nervioso.

Me levanta el rostro usando su pistola y acerca los labios a mi cuello. Siento el tacto suave de sus labios sobre mi piel, luego sus dientes encajarse en mi garganta, mordiendo la ultima marca que me dejo. Su mano libre rodea mi cintura para pegarme a él.

Mi corazón se desboca cuando el tacto de la tela sobre su mano se talla contra mi cuerpo, la respiración se me acelera cada vez más. Mis manos vuelan ansiosas hasta su cadera, atrayéndolo hacia mi cuerpo para cerrar cualquier espacio entre ambos.

El metal aun amenaza mi vida, esta vez se desliza hasta mi sien  presionando contra mi desordenado cabello, lame las heridas rojizas que me esta dejando, y un estremecimiento me recorre la espalda.

Se me escapa un gemido ahogado, aquel contacto se lleva mi conciencia al punto de dejar de importarme que mi vida siga pendiendo del gatillo que Mello sostiene. La punta de su nariz roza contra mi piel, atraigo con fuerza su cuerpo contra el mio, su garganta responde satisfecha.

Empujo su cuerpo con mi peso para girar y cambiar posiciones, su mano se entierra en mi espalda, lo cual se lleva mi cordura. El cañón que me amenaza me empuja con una suave fuerza, algo mas cargado de lujuria que de violencia. Obedezco como siempre, me dejo llevar hasta el suelo, el frio metal juega ahora sobre mi cabeza, Mello esta disfrutando esto…ya también yo. Mi miembro esta palpitando como prueba.

Mis dientes se aferran al borde de su playera negra, la levanto mientras me pongo en pie, llevándome conmigo la prenda. Solo entonces deja de apuntarme pues sube los brazos para permitirme desnudarle el torso.

Se me ocurre algo más cuando mis labios llegan a los suyos.

Mello rompe el contacto cuando el cañón de mi propia arma se pega a su costado. Sus ojos azules me atraviesan y luego sonríe con autosuficiencia. Su mano coge mi arma y la separa de su cuerpo lentamente. Supongo que no funciono.

--Ni siquiera lo pienses—amenaza botándola lejos.  Resoplo frustrado mientras vuelvo a acercarme.

Esta vez el cañón que me detiene lo hace frente a mi rostro. Parpadeo confundido, ya no quiero esperar más.

Mello da unos pasos mismos que yo retrocedo.

--Mello…--trato de hablar, no vaya a ser que va a dejarme afuera de nuevo. No responde, sigue avanzando y yo retrocediendo, amenazado por su arma. Por fin choco contra la cama, creo que estaba guiándome.

--Date vuelta—ordena con voz poco paciente.

--Mello—me quejo. Le quita el seguro al arma—De acuerdo—me resigno y me doy vuelta, la adrenalina esta tomando mi cuerpo, producto del peligro.

El frio metal juega en mi nuca, un escalofrío me recorre. Voy a decirle que ya no es divertido, cuando sus labios muerden el lóbulo de mi oreja. Tiemblo con la sensación tan placentera, sin embargo, aun no deja de encañonarme.

--No te mueves—ordena.

Vuelve a morder mi cuello dándole lamidas de vez en vez. Estoy hiperventilando. Quiero darme vuelta pero no me deja.

Su otra mano viaja hasta mi bragueta, la baja de golpe y tira de ella para desabotonar mi pantalón, en cuanto su mano se introduce en el bóxer, llena mi cuerpo de satisfacción, de un calor excitante que me hace rogarle mentalmente que no se detenga.

Muerde la unión de mi hombro con el cuello, estoy doblándome de placer, su mano esta masajeando con una leve presión mi entrepierna. Estoy duro a estas alturas.

--Quítatelos—ordena en un susurro contra mi oído. No dudo y le obedezco, me retuerzo en el poco espacio para despojarme de mi ropa inferior. Apenas estoy bajando una pierna cuando su palma empuja mi espalda con fuerza. Pierdo el equilibrio y caigo sobre la cama.

Mi abdomen me da un retortijón, mi sexo esta esperando y no es muy paciente que digamos.

La mano libre de Mello levanta mi cadera obligándome a sostenerme con los brazos, oh no, oh esperen, oh si…

Su arma se pega a mi cabeza, espero que no se le vaya a escapar una bala en medio de su agitación, aunque no me quejaría por la forma de muerte en si.

Se acomoda detrás de mí, aspiro hondo para relajarme lo cual no es muy sencillo debido a mi evidente excitación.

Su punta roza mi entrada, me estremezco, su liquido pre seminal esta sirviendo de lubricante pero…

Y entra de golpe con un gemido complacido.

Tiemblo a causa del dolor, pero intento humanamente calmarme, relajarme o la puedo pasar mal.

Me muerdo los labios y no puedo evitar quejarme. La presión de su arma disminuye aunque aun esta allí.

Comienza a moverse lentamente primero, dentro de mí, introduciéndose cada vez mas logrando en mi una mezcla de dolor y placer indescriptible. Cuando lo siento por completo en mi, las embestidas se vuelven mas violentas, la cama se agita debajo de mi, mi espalda se curvea cuando el placer se abre paso al dolor, mi miembro esta a explotar.

Su mano libre araña mi espalda, oigo sus gemidos acompasados con la fuerza de sus movimientos; escondo la cabeza contra el colchón, entre mis brazos. Me muerdo los labios y cierro los ojos. Las sensaciones son mayores cuando no se ve el entorno.

La pistola esta perdiendo fuerza contra mi nuca, la violencia la esta concentrando en otra parte, y a mi me gusta.

No puedo mas, doy libertad a mi garganta para gemir, suspirar con real goce.

Lo oigo jadear ahogadamente, lo puedo imaginar con el rostro echado hacia atrás, los ojos cerrados, los labios entreabiertos producto de las sensaciones, su mano sujetando mi cadera y la otra amenazando mi vida con el arma. Esa imagen solo llena de calor mi entrepierna.

Las embestidas se vuelven más fuertes, más violentas y bruscas, pasando del sexo a la violación, del contacto o coger.  Tiemblo por completo sintiendo el hormigueo en mi cuerpo concentrarse en mi extensión, me vendré.

Mello deja de lado el arma cuando se entierra en mi, curveando la espalda hacia atrás con una ultima embestida.

La vibración me recorre con placer cuando me derramo.

El líquido caliente llena mi cuerpo, eso se siente aun mejor. Me dejo caer sobre el colchón, necesito descansar. Mello, aun caliente dentro de mí, cae sobre mi, oigo su corazón agitado y su respiración entrecortada.

--Perro…--masculla un tanto inquieto contra mi oído, no puedo evitar medio sonreír, si esta drogado poco le importa cuando me quejo de algo, mas si esta en su juicio total…las cosas cambian.

--Estoy bien—murmuro tratando de sonar convincente.

Se mueve para salir y recostarse sobre la cama.

--Quiero hacer algo—mascullo mirándolo, el voltea el rostro y me devuelve la mirada.

--Haz lo que quieras—dice hundiendo el rostro en el colcho—pero será conveniente que te lleves el arma.

 

Notas finales:

Gracias por leer!!! y claro y aun mas por dejar revieww!! <3!

bshizitoz tronadozh!


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