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My Devil, My Angel por taka_shima

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Notas del fanfic:

lo siento debo subirlo rapido es en respuesta al desafio Show me love

 

My devil, my ángel

 

 

“Nunca creí amar a alguien de tu especie, desearte, soñar contigo, siempre rozo mis labios con mis dedos recordando cuando los tuyo jugaban con los míos, lamiéndolos, dándole suaves mordidas, sentir tu cálido cuerpo sobre el mío, tus manos como brazas sobre mi piel, me hacías fallecer de gozo con todo lo que hacías con mi cuerpo, corrompiéndome una y otra vez, se que te sentías culpable, ya que nunca quisiste corromper mi pureza, sabías que esto no era correcto y yo también era consciente de lo que hacíamos, pero como negar mis sentimientos, siempre me decía que no era necesario subir al cielo para ver el paraíso, ya que tu cálida presencia y esa sonrisa, para mí era algo mejor que eso, sé que nuestro amor rompió las reglas de lo divino, ya que nuestros mundo nunca debieron relacionarse, pero que hago si te amo tanto ”

 

Estaba caminando en los ardientes caminos del infierno, no extendía sus alas para alzar el vuelo; no se le daba la gana. Miraba con una sonrisa el collar que le regalo su ángel, eran dos finos anillos de oro enlazados en una cadena del mismo material que ocultaba entres sus oscuras prendas para que nadie lo viera, aunque estaba cansado de tener que verlo a escondida, esperar a que Lucifer abriera las puertas del inframundo para dejarlos salir, no solo a él, sino a sus demoniacos camaradas en busca de almas humanas, tratar de llevar más a su mundo antes que los ángeles intervinieran, era una batalla se milenios de ver quien llevaba más almas a su mundo y siempre algunos salían con una estúpida conclusión de que debía mantenerse en el equilibrio, pero en una parte agradecía haber salido; se estaba sofocando en su mundo, ahora camina en el mundo de los humanos, no dejaba a la vista sus enorme y arañadas alas negras, su cadena que rodeaba su mano derecha, su ojos rojos, sus colmillos, todo lo que diera aspecto demoniaco.

—Kai vamos a corromper a todos. —Abrió los ojos mirando a Reita,un rubio con un bendita negra que cubría su nariz; él era su mejor amigo y camarada.Sonrió ante eso ya que su naturaleza era así, jugar con los humanos, tentarlos, jugar con sus mentes, susúrrales al oído alguna palabra para darles un empujón y lograr que cometieran las peores acciones.

Entraron a un callejón desapareciendo en las sombras dejando a la vista unos destellos rojos provenir de sus ojos, extendieron sus alas negras y elevándose sobre los cielos, dejando caer plumas negras, que no eran vistas por los simples ojos humanos. Mientras volaba su vista iba dirigida al cielo, entre las nubes y se preguntaba qué estaría haciendo su pequeño ángel, deseaba verlo, estar a su lado, ya que su sola presencia calmaba su endemoniada esencia, quizás él debe estar convenciendo a los humanos con suaves y cariñosas palabras como una conciencia o acompañarlos en sus últimos segundos de vida, no como él que corrompe sus corazones, atormentarlos, decirles lo que les esperaba después de la muerte, siempre haciendo lo contrario que su angelical amor.

—Mira—Su rubio amigo le señaló una casa sacándolo de sus pensamientos—; siento una presencia pura y también como la de nosotros —Estaba emocionado—. Deben ser ángeles batallando —Se dirigió emocionado con un aura negra rodeando su cuerpo

Kai lo siguió por la curiosidad, entraron a la habitación donde había un hombre, en el se encontraron a Aoi susurrando aberraciones desde una esquina mientras sonreía, de la otra había un ángel hermoso; todos lo conocían como Uruha. La batalla de bien y el mal dentro de la mente de ese hombre llegó a su final y hubo un vencedor; Aoi anchó su sonrisa al ver que ese hombre tomó un arma y salió en una dirección desconocida.

—Qué lindo ángel. —Reita quedó sorprendido al ver a Uruha ir en dirección de balcón

—Qué asco Reita—dijo Aoi con una mueca de absoluto asco—, mejor regreso al infierno; las presencias de ángeles me dan nauseas —El demonio desapareció entre las sombras.

El ángel estaba parado en la barandilla del balcón e iba a saltar mientras extendía sus blancas alas, pero Reita se acerco a él, estaba hipnotizado por su belleza

—Espera —El rubio se para a su lado—, ¿puedo volar a tu lado?—Kai vio la cola de demonio de Reita, moverse de un lado a otro de manera emocionada y eso le hizo mucha gracia.

Uruha casi estalla en risa, pero le respondió:

—Estás loco, jamás volaría al lado de un demonio. —Saltó al vacío.

—Espera. —Reita saltó al vacío para ir detrás de Uruha.

Kai se asomó al balcón y le causó gracia que Reita volara tras ese ángel que se reía y gritaba: «aléjate de mí». Era muy hermoso ver esa lluvia de plumas negras y blancas. Voló en otra dirección dejando a Reita tratando de convencer a ese ángel, que de por sí disfrutaba jugar, así eran los ángeles, caprichosos, juguetones, pero amables, dulces, cariñosos, bondadosos, eran puros.

—Ruki—susurro mirando al cielo, quería verlo. Si supieran sus camaradas en el inframundo que suspiraba por un ángel, primero se reirían al saber que el gran demonio Kai, el que provocaba temor en su misma especie estaba enamorado de un ángel, de la especie que aborrecía, con las que siempre batallaban por las almas y la otra si supieran sería condenado a muerte y le darían casería a Ruki, lo acusarían de intentar purificar el inframundo y eso no lo permitiría. Alejó esos pensamientos de su mente al sentir el viento helado en su cara, mirar la luna y llenarse con su frio resplandor—. El mundo de los humanos tiene muchos lugares hermosos—Seguía admirando la luna y decidió parar sobre la azotea de un gran edificio, miró al cielo cuando escuchó una voz que lo llamaba, sonrió de inmensa alegría al ver que su pequeño ángel descendía a sus brazos

—Kai—Descendía lentamente con una sonrisa, dejando caer plumas a su alrededor—. Kai-chiii, te extrañé —dijo una vez que terminó en los brazos de su demonio al estilo nupcias.

—No sabes cuánto te extrañaba. —Kai rozó su mejilla contra la de Ruki en una especie de cariño, darle un casto beso, para después perderse en eso cálidos ojos, que lo miraban con amor, ternura, entrega. Se dejó caer al vacío junto a su pequeño ángel, pegando su pequeño cuerpo al suyo, besando sus carnosos labios.

Volaban entre los edificios besándose, expresándose su amor que estaba prohibido por las leyes del cielo y el infierno, olvidándose de un gran, importante y mortal detalle, no debía ser visto por nadie, para desgracia de ambos Aoi aún estaba en el mundo de los humanos y presenció la escena del beso; por un momento pensó que vomitaría de repulsión al ver eso y con prudencia decidió seguir a la pareja, estaba tan impactado que necesitaba comprobar todo y no creer que lo que vio fue un ilusión.

 

 

 

Estaba planeando por los aires ya que Ruki no estiraba su alas, estaba pegado a su cuerpo besando sus labios; solo se dejaba sujetar por los brazos de Kai que le impedía cayera al vacio, no sabían por donde volaban, estaban tan al pendiente de ellos y no eran conscientes de que salieron de la ciudad, terminando en un pequeño bosque. Si no fuera que Kai miró al frente, mientras mordía el cuello de su ángel, se hubiera estrellando contra las rocas que formaban una cascada, con dificultad cambió la dirección, cayendo al lago que se formaba a los pies de la cascada, ocultando sus alas antes del impacto ya que podrían romperse.

—Está helada —se quejó el demonio una vez que salieron a la superficie y el agua le llegaba un poco más arriba de sus caderas, ya que estaba acostumbrado a lugares cálidos; el infierno era un horno, ese era su clima

—Así estás mejor. —Ruki pegó su cuerpo al del demonio besándolo con hambre.

—Mucho mejor —susurró sobre sus labios, acariciando sus costados—. ¿Estás seguro con seguir? —Besaba su cuello—; nunca hemos pasado las carisias y besos —Sus manos se movían bajo el agua acariciando sus muslos, caderas estomago, rosaba su ingle con sus uñas, provocando deliciosos escalofríos en su angelito.

—No me quieres de esta forma. —Hizo un puchero alejándose de Kai, cruzó sus brazos y miró a otro lado.

Se acercó a Ruki con una sonrisa y dijo:

—No te quiero de esta forma—vio que el ángel lo miraba con pena—; no sabes cómo te deseo de esta forma —Lo besó pegándose a su cuerpo, rodeando la cintura del ángel con sus fuertes brazos, recibiendo como respuesta que Ruki rodeara su cuello con sus brazos, y la cadera con su piernas.

Sus labios descendían por su cuello, besando sus hombros y dejando pequeñas marcas de sus colmillos en la blanca piel de Ruki; sus manos se dedicaban a quitar las pendras del ángel, que se estremecía antes sus movimientos. Terminó por salir del agua para recostarlo en el césped, besándolo con ternura, admirando la gracia del cielo en el cuerpo de Ruki, ya que era perfecto, su piel blanca, suave como la porcelana, lo único que tenia Ruki puesto en su cuerpo era un collar de calavera que le obsequió y un leve rubor en sus mejillas al estar bajo la lujuriosa mirada de ese demonio. Se quitó su propia ropa; sonreía al escuchar suspiros de Ruki, el cual se sentó y dio unas cuantas lamidas sobre su pecho, ascendiendo, llegando a su cuello, mordió el lóbulo de su oreja con ansiedad y se llenó de gemidos cuando el demonio agarro su miembro, masajeándolo de arriba abajo.

—Qué hermoso —Su voz salió gruesa al ver una fina capa de sudor en el cuerpo de Ruki, viéndose muy luminoso, más puro. Beso esos apetitosos labios entreabiertos, jugando con su lengua, invitando a la de Ruki a participar, la que no dudó en seguir ese juego que aumentaba la temperatura. Gruñó de gozo cuando un chillido placentero murió en su boca cuando el ángel se corrió en su mano. Lamió el resto de saliva de los labios de Ruki, para besar su mejilla y acariciarla con su mano—. ¿Quieres que siga? —Tragóde su saliva al ver que Ruki sonreía agitado tratando de regularizar su respiración

—No te detengas, sabes que te pertenezco, al igual que tú a mí. —Le acarició los cabellos a Kai y sonreía al ver que éste se preocupaba tanto; sabia que no quería lastimarlo.

Suspiró de alivio, ansioso, deseoso y entre jadeos susurró:

—Eres mío hasta el final de los tiempo —Escucho un risita traviesa—. Lámelos —Llevo tres dedos a la boca del ángel, éste le sujetó su mano con las de él y lamió cada dedo con lentitud, sin dejar de mirarlo a los ojos. Sentía las mismas llamas del inframundo dentro de su interior que lo estaban consumiendo, nunca pensó que este acto que hacen los humanos fuera tan delicioso, pero no solo era deseo, había grandes sentimientos de por medio y eso hacía que ese acto carnal cobrara más sentido.

Llevó sus dedos a la entrada de Ruki y los introdujo uno por uno, mientras su boca se dedicaba a besar los de su ángel al cual estaba corrompiendo, una vez que vio que Ruki estaba preparado sustituyo sus dedo por su miembro. Le susurraba palabras cariñosas al oído esperando que se relajara, le besaba las mejillas, veía que su bello ángel apretaba el césped con sus manos, notaba que trataba de gemir pero solo gritos mudos salían por su boca, estaba pensando seriamente salir del interior de su angelito pero todo pensamiento se esfumo cuando este le pedía que se moviera. Deseaba iniciar ese vaivén, ya que también le dolía la presión de las estrechas paredes de Ruki sobre su miembro, sentía que se asfixiaba.

—¡Ahí!—grito el ángel mareado de placer, cuando en uno de las tantas estocadas de Kai, tocó algo en su interior que le hizo delirar y el sonido de la cascada no era suficiente para acallar esos gemidos.

Ese momento era mágico, celestial, lleno de dicha. No sabía cómo llegó a ese ritmo frenético, en el que entraba y salía de su bello ángel, el cual gritaba por mas; arañaba su espalda y fue más cuando alzó una de sus piernas entrando mas en él, ganándose más gemidos, que acompañaban sus gruñidos de animal en celo y mordía el suave cuello de su ángel. El tiempo del final se  acercaba, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo llegando al orgasmo corriéndose en el interior de Ruki segundo después que éste, quien gritó de gloria al sentir la caliente esencia del demonio inundar su interior.

Apretó sus labios al escuchar el coro de gemidos de su ángel tratando de regularizar su respiración; sentía leves temblores de su cuerpo. Se lamió los labios de apetito, quería más, mucho más, sentía su cuerpo arder, el fuego estaba abrazando su interior, a este paso se volvería loco. Se sentó en el césped con Ruki sobre sus piernas, rodeando su cintura con ambas piernas besaba a su pequeño ángel con desesperación, robándole todo rastro de aire, mordía sus labios, se sentía más a deleite sabiendo que su ángel respondía de esa misma manera incluso más atrevido, notó el brillo de los ojos de su Ruki; eran destellos azules y no dudaba que los suyos estuvieran destellando un brillo rojo de pura lujuria.

De manera increíble otra vez estabanempalmados, pero esta vez dejó que su pequeño tomara el control, quien se acomodó apoyando sus rodillas en el césped. Acarició el cabello de Kai, con sus dedos acarició sus labios, sus colmillos cuando abrió levemente su boca; se quedó hechizado por el rojo destello que Kai le dedicaba, sin ser consciente que el destello azul causaba lo mismo en su amado demonio, vio una sonrisa adornar el rostro de Kai y eso le produjo escalofríos. Sonrió al ver que éste lo miraba sin entender al levantarse y alejarse de su demonio robándose suspiros, cuando éste ya no estaba en su interior y él mismo se sintió vacio. Se lanzó al lago y nadó llegando a la cascada, llamó a Kai haciéndole una señal con un dedo, desde esa distancia presenció más el destello rojo de los ojos del demonio y el brillo de sus colmillos, hasta que los vio desaparecer al ver que Kai se sumergió en el agua. Ruki estaba agitado, miraba a todos lados y Kai no deba señales, dio un brinco al sentir un brazo rodearlo desde atrás y una mano tapaba sus ojos

—Adivina ¿Quién soy? —La voz de Kai era muy gruesa, casi ronca. Dio una gran lamida en su nuca atrayendo a Ruki para terminar ambos bajo la cascada, acorralo al ángel en una de las piedras que había cerca de él.

Acariciaba la blanca espalda de su ángel, ya que el pecho de Ruki estaba contra la piedra. Mordió su oreja y susurraba palabras que eran calladas por la cascada, mientras se abría paso en el interior de su angelito que gemía y arañaba la piedra, tratando de aliviar el abrasador placer. Se movía a ritmo bestial, pero lo compensaba con mimosas carisias y palabras llenas de afecto. Estaban llegando al final, Kai antes de terminar dio una gran estocada, enterró sus garra negras en la piedra trisándola por completo, y apretó el cuerpo de su ángel, el cual temblaba y se estremecía por el clímax.

Kai salió de su interior y lo abrazó para darle suaves besos alejándose de la cascada, acariciaba su espalda con cariño mientras sus manos regresaban a la normalidad, al igual que sus colmillos y el destello rojizo lentamente se iba.

—Casi me trasformo —Sonrió un poco cansado y acariciando las mejillas de Ruki—, pero fue perfecto —Le dio un corto beso.

—Te amo mucho. —Se apoyó en el pecho de Kai y enterró su rostro en su cuello.

—Yo igual te amo. —Besó sus cabellos y le dio un abrazo

Se quedaron un rato más en el agua dándose mimos mutuamente o diciéndose palabras dulces, quedando ajeno a lo que pasaba a su alrededor. No supieron que Aoi con repugnancia presenció todo y en silencio se sumergió en las sombras.

 

 

Se quedaron juntos hasta el amanecer Ruki debía encontrarse con un compañero; con dignidad se levanto a pesar que su cara hacia pequeñas muecas de dolor y él debía encontrarse con Reita. Mientras volaba en busca de su rubio amigo sonreía de felicidad y dio un beso a los anillos que le regalo su ángel. Buscó a Reita por varios días hasta que lo encontró sentado en una azotea, suspirando, mirando el cielo y lo vio con algo en sus labios que tiraba humo.

—Reita…¿Qué es eso? —Se acercó a su amigo señalando lo que tenía en la boca.

—A esto se le llama cigarro, es un estúpido invento de los humanos pero muy adictivo —Rio mucho—; si supieran que todos morirán con todas las cosas que trae, si lo vemos de este modo es bueno para nosotros ya que es un especie de suicidio, pero de forma lenta, y sabemos que las almas suicidas van al infierno.

—¿Y por qué tú fumas? —Le quitó el cigarrillo y le dio una calada.

—Me envicié —Movió sus hombro restándole importancia—, además qué importa si somos demonios; esto no nos mata.

—¿Qué paso con el ángel que perseguías? —Sonrió curioso sentándose al lado de Reita al escuchar un gran suspiro.

—Ay Kai, sé que me matarás cuando te lo diga —Suspiro—, pero ese ángel me trae loco, baboso, pero no solo es eso; veo su pureza, su bondad, su amabilidad —Suspiro mirando el atardecer—. Si quieres rómpeme el cuello, sé que no debemos sentir estas cosas por ángeles —Cerró los ojos esperando a que Kai hiciera algo.

—Reita,¿por qué te iba a romper el cuello? —Soltó una gran risa—; si lo amas ve por él, no porque esté prohibido relacionarse no lo harás —Respiró—. Si sientes algo por él, demuéstrale que no somos seres desvergonzados, desalmados, engañadores —Frunció el seño—; vaya, tenemos muchos más defectos que virtudes — Suspiró pensando que era un demonio afortunado al ver que Ruki por ser un ángel se fijara en un criatura como él.

—Hablas como si fueras un experto en relaciones angelicales/demoniacas —Soltó un suspiro—, pero creo que tienes razón —Se levantó y extendió sus grande alas negras— ¡Uruha te conquistaré! ¡Aunque me lleve siglos! —Gritó a los cielos—. ¡Lo haré! —Los ojos de Reita brillaron rojos por la emoción

Kai sonrió ante eso y después de que Reita gritó muchas cosas en dirección del cielo, volaron por la ciudad. Iba con una sonrisa pintada en la cara cada vez que miraba el cielo y las nubes, recordando el momento mágico de la cascada. Escuchó un gran estruendo provenir y se puso alerta, descendió junto con Reita, al llegar casi se le detiene el corazón al ver que Aoi tenía a Ruki sujeto del cuello, vio que no se movía y notó sus alas rotas.

—¡Aoi qué mierda haces! —Fue Reita el que habló y miró a su alrededor y vio a Uruha, que estaba inconsciente en el suelo.

—Lidio con un problema —Un destello rojo estaban en los ojos de él—. Qué asco —Miró a Ruki que estaba inconsciente—; no sé cómo te gusta Kai —Miró Kai que desprendía un destello rojo amenazante y un aura negra rodeaba su cuerpo.

Reita miraba a Kai con sorpresa y veía la ira gobernar su cuerpo, Aoi desapareció junto con Ruki antes de que Kai se lanzara contra el.

—¡Ruki! —gritó desesperado; sabía que su ángel no duraríamás de media hora en el infierno, ese no era su mundo.

Uruha despertó y vio a Reita a su lado, no le dijo nada desagradable, pero miró a Kai que no dejaba de dar vueltas como león enfurecido, mientras sus ojos destellaban ira y lágrimas de sangre recorrían sus mejillas. Estaba en una parte sorprendido, ya que era la primera vez que veía a un demonio llorar, pero eso lo dejó de lado cuando pensó en Ruki.

—¡Esto es tu culpa!—le grito Uruha—; tú lo engatusaste con tus juegos de demonio y ahora todos saben la relación que tenían—Uruha dejo caer lagrimas de perlas—. El cielo no le prestara ayuda, mi amigo morirá al convertirse en un ángel caído —Sollozó y por un extraña razón se apegó a Reita

—Estoy aún confundido, no me dijiste nunca que tenías un amorío con un ángel —Miró dolido—. Sé que nosotros por ser demonios no somos de fiar, pero si me hubieras dicho, te juro que no hubiera dicho nada, te hubiera apoyado.

—Reita, yo… —No sabía qué decir; esas palabras de Reita le llegaron a fondo.

—Pero si hubiera estado en tu lugar, creo que hubiera hecho lo mismo —Suspiró—. No esperemos mas, vamos rescatar a Ruki.

Kai sollozó al recibir ese apoyo de Reita, pero recuperó la compostura. Abrió un portal que te llevaba al infierno y no dudó en entrar. En la entrada quedó Reita junto a Uruha.

—No debes entrar al infierno, es peligroso para un ángel, puedes morir —Miró a ese alto ángel—; no quiero que te pase algo.

Uruha sonrió y dijo:

—Gracias Reita, pero un amigo me necesita y no voya abandonarlo — Extendió sus alas y entró al portal.

Reita en una parte se sentía bien; al fin Uruha lo llamó por su nombre y no lo trato de “demonio” aunque por ironía eso era. Entró al portal y se acercó a Uruha que volaba con dificultad; le dio la mano para no dejarlo y alejar demonios que osaban en atacarlo.

 

 

Aoi dejó a Ruki tirado, sabía que ese ángel no tenía salvación y sabía que sus minutos de existencia, serian horribles si permanecía en el infierno.

—Aoi. —Miró en donde venía y vio a Kai volar en su dirección, veía sus ojos rojos, sus garras negras y sus afilados colmillos.

Estruendos azotaron el inframundo, relámpagos, ondas expansivas antes los golpes. Uruha llegó al lado de Ruki y lo vio lastimado, lo cargó y extendió el vuelo para salir del inframundo, mientras Reita quitaba del camino a todos los demonios en su él.

—Uruha espera—vio que el ángel se detuvo unos metros ante la salida, se acerco y le dio un beso—cuídate mucho—sonrió con pena—no creo que tenga perdón por ayudar a Kai—

—Reita—su voz salió en un susurro y vio que Reita se alejaba con una sonrisa.

—Vete—le dio la espalda a ese ángel que con unos días gano su corazón.

Uruha apretó sus labios—no mueras—fue lo único que dijo antes de salir con un agónico Ruki del inframundo.

 

 

Aoi respiraba con dificultad— no importa lo que hagas el morirá—soltó una carajada, para después ver arrepentirse al ver los ojos de Kai destellando chispas rojas llenos de ira —¡ah!—grito cuando Kai le arranco las alas.

Kai se alejo de Aoi, ahora sentía el pesar de los golpes iba a irse, cuando apareció el dueño y señor del inframundo, lo que le hizo no fue hermoso, recibió un castigo por lo que le hizo a Aoi que eso no era grave, no era lo primera vez que sucedía, pero lo que no tolero fue el romance con ese ángel hizo que el prestigio de los demonios se viniera abajo y no solo eso rompió las reglas divinas al mezclarse con un angel, por mezclar mundos que por la eternidad deben estar separados.

 

Reita se acerco a lado de Kai vio las lesiones productos del castigo de Lucifer, veía una lesión en la espalda y sus alas rotas.

—Kai —el rubio no sabía que hacer, ya que esas lesiones no tenían arreglos

—Reita—abrió sus ojos con dificultad—llévame con Ruki, por favor—se incorporo un poco, pero fue reita que lo ayudo a levantarse, colocando su brazo sobre sus hombros y afirmándolo con su otro brazo su cintura

—solo resiste hasta que te lleve con el—le sonrió con pena. Extendió sus alas y sao a Kai del inframundo y extermino a todo demonio que se cruzo en su camino tratando de detenerlo.

 

 

 

Uruha estaba al lado de Ruki en un lugar tranquilo fuera de la ciudad, que cada vez perdía más su fuerza vital, no podía dejar de llorar al ver en ese estado a su amigo. Miro a la distancia y veía el sol ocultarse lentamente, estaba afligido, no sabíaqué hacer.

—Uruha no llores—miro a Ruki que sonría, veía su rostro cansado— no me arrepiento de amar a Kai los siglos que pasamos juntos fueron los más felices de mi existencia—suspiro— de lo único que me arrepiento de no haber hecho el amor con el mucho años antes—

Uruha lloro mas—maldito enano incluso en estos momentos dices cosas como esas—se limpiaba las perlas que caía por su mejillas

—No maldigas a un ángel—susurro mirando el cielo rojizo por el atardecer que le hizo recordar mas a Kai—te extrañare Uruha—emitió pequeños quejidos—si renazco volvamos a encontrarnos, quiero volver a ver a Kai—sollozo mientras apretaba la mano de su angelical amigo

Uruha se acostó sobre el césped al lado de Ruki, miro al horizonte y vio a Reita que se acercaba junto con Kai quien estaba muy mal herido. Se incorporo y ayudo a cargar a Kai que apenas podía moverse

—Ruki ¿dónde está Ruki?— respiraba agitado y apenas mantiene sus ojos abiertos

Lo llamo con una voz amable, cariñosa pero rota—está aquí—fue Uruha que acomodo a Kai al lado de Ruki, ya que Reita colapso en llanto de sangre al ver que la vida de su amigo se extinguía a segundos.

—Ven—Uruha tomo la mano de Reita y ambos dieron la espalda, dejando que sus agónicos amigos se despidieran.

 

Ruki ya le quedaba segundos y no dejaba de mirar la cálida mirada de su amado demonio, y no puedo evitar que lagrimas cayeran por sus mejillas.

—No llores—sonrió mientras con una gran dificultad acercaba su mano a la cara de Ruki y limpio sus lagrimas—perdón por no protegerte y dejar que te pasara esto—

—No te culpo de nada— su voz era susurro—no me arrepiento de nada—sonrió mientras sus labios tiritaban tratando de contener el llanto—Kai quiero vivir un poco más, vivir un tiempo más a tu lado—

—Hagamos una promesa—sus fuerzas ya estaban agotadas— si nos dan la oportunidad de vivir otra vez, volvamos a encontrarnos—sus voz sonaba esperanzada

—Volvamos a encontrarnos—enlazo su mano con la de Kai—te amo por toda la eternidad—cerro sus ojos con una sonrisa

Kai apoyo su frente contra la de Ruki—por toda la eternidad—sonrió por última vez.

 Uruha y Reita se dieron la vuelta después de escuchar todo eso, sin soltarse de la mano, a ambos les conmovió ver a Kai y a Ruki juntos con sus manos enlazadas, sus rostros juntos y una apacible sonrisa. Se quedaron con ellos hasta que sus cuerpo se desvanecieron ante sus ojos, Ruki por ser un angel se desvaneció en fino polvo que brillaba, en cuanto a Kai como demonio  que era se desvaneció en cenizas  mezclándose con el fino polvo, que fueron arrastrados suavemente por el viento.

 

 

 

 

Habían pasado 500 años desde aquello, la tecnología avanzaba mucho Uruha y Reita recibieron un castigo por ayudar a sus amigos, no de muerte sino que tendría que soportar la mortalidad de los humanos, vivir, sufrir enfermedades y esperar la muerte.

—ui nunca pensé que tuve que convertirme en mortal para que aceptaras salir conmigo—Reita comía un chocolate—ohhh son muy ricos estos kit-kat—

—En realidad te iba aceptar igual—sonrió Uruha comiendo un trozo de pastel—ahh que rico —vio un puchero en Reita

—los humanos comen cosas deliciosas, pero es raro ir a la escuela—suspiro Reita prendiendo un cigarrillo

—no de puede fumar aquí­— una voz intervino la conversación

Ambos abrieron los ojos al reconocer esa voz, a Uruha se le pusieron los ojos aguados, pero sus lentes lo ocultaban. Miro al mesero el cual enarco una ceja

— ¿Los conozco?—los miro con curiosidad

—He si somos compañeros de clase—dijo Reita nervioso ya que Uruha no decía nada—es que somos los nuevos alumnos Ruki—

—Ruki—los miro sorprendido—¿como saben mi apodo?—

—es que tu…tu…—Uruha miraba a Reita—es que ere muy popular en la escuela por eso—

—ahh si necesitan búsquenme como Takanori Matsumoto­—sonrió—solo mi novio me dice Ruki—

—me llamo Takashima Kouyou y el es Akira Suzuki­—sonrió Uruha— pero dinos Uruha y a el Reita—

­—esta bien, nos veremos en tora ocasión—soltó un risa para alejarse a atender otras mesas.

 

La tarde paso rápido Reita y Uruha estuvieron es ese lugar consumiendo todo lo que querían causando la risa del mesero llamado Ruki, estaban cerrando y el turno del mesero termino. Los dos siguieron al mesero el cual se encontró con un chico de su edad. Ambos sonrieron cuando Ruki grito el nombre Kai y se lanzo en un abrazo.

—Lo lograron—susurraron los dos al ver a la pareja caminar de la mano iluminados por el atardecer. Abrieron los ojos al ver las sombras de la pareja, una de las sombras tenía alas demoniacas y la otra era de un ángel que aun desprendía plumas al caminar.

 

 

Notas finales:

etto no se si fui romantica y quizas me fue encontra de mas de una regla pero ahi esta xD

suerte a las demas participantes *^*)9

 

 PD:mi comu  se me hecho a perder por eso la demora, no se si habra un problema por eso 


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