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El pasado se puede cambiar por yanilisa100

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Notas del fanfic:

 

Notas del capitulo:

¡¡Hola!!, bueno hoy les traigo uno de mis fic que fue editado por mi viejo editor que ya esta enterado que Misaki-san es mi nueva editora, luego de una dura discusión y una pelea al estilo egoísta, acepto, con la condición de que este fic sea grandioso, y que tenga muchos reviews.

Este era una propuesta antigua de un fic a medio terminar, luego de pensarlo mucho con mi editor, y con mis amigos y amigas fujoshis y fudashis, decidí que seria lo mejor experimentar con este fic a ver que sucede.

Y también tengo un mensaje para Misaki-san de parte de mi editor…

Misaki-san, como editor de Yanilisa100, estoy mas que tranquilo que tu la edites, porque como ya sabrás, y habrás leído, los fic de mi escritora-mangaka apestan, pero yo digo que no, pero es un honor que la edites durante mi ausencia, eso me hace relajarme en mis vacaciones indefinidas, así que deseo lo mejor a los futuros capítulos y futuras ideas que tenga mi escritora, pero te pongo una advertencia, ella no cumple con los plazos, en ese aspecto es idéntica a Usagi-san, pero bueno, además que a veces se deprime, y hay que animarla mucho.

Bueno sin mas, me despido, y le deseo suerte Misaki-san, necesitara mucha…   

 

 En una calle ocultan entre los edificios, mejor dicho, en un callejón no muy concurrido, se encontraban dos jóvenes discutiendo sobre la tontería que uno de ellos trataba de hacer, aparte de que eran las 5 de la mañana y ellos estaban mas que cansados, sobre todo que esperaban a  otros jóvenes que aun no llegaban.  

“Fukushu, no creo que sea buena idea”, decía un joven de cabello castaño a su mejor amigo, sin embargo este no escuchaba. Ya llevaba cinco minutos tratando de convencer a ese pequeño ingrato que llevaba unos jeans rasgados y un polo con chaleco, como el de un motociclista, y el casco ocultaba los cabellos rubios, mientras sacaba de su mochila una capsula.

“Pero tengo que hacerlo Yori, tengo que averiguar quien es mi verdadero padre”, decía entristecido el rubio, “Mi papá jamás me ha dicho sombre mi verdadero padre, además, dudo mucho de que Nowaki-san sea mi padre”

“En eso tienes razón, no creo que Kusama-san sea tu padre”, y era la completa verdad, Fukushu, de 19 años y ocho meses, era hijo de un exitoso abogado, llamado Shinobu Takatsuki, y también de un afanado pediatra conocido como, Kusama Nowaki, sin embargo, sentía serias dudas de que el pediatra no fuese su padre, luego de que hace unas pocas semanas encontrara unas antiguas fotos en donde salía su papá junto con otro hombre, además de la apariencia, ya que Fukushu tenia los ojos obscuros, no azules como los de su “Padre”.

Usami Yori de 20 años, de hermoso cabello castaño largo, largo, largo, tanto así que lo llevaba amarrado en una coleta que hacia que su cabello llegara a la cintura baja, ojos azules penetrantes, y de carácter fuerte, era un joven alto pero de buen corazón, “Fukushu, lo que estas a punto de hacer es una tontería, no puedes regresar al pasado, si tu papá no quiere que sepas quien es tu verdadero padre, será por algo, ¿no?”, este tenia un buen punto a pesar de que solo vio a los padres de su amigo por fotografía.

El joven menos alto se quito el casco y dejo que sus cabellos rubios revoloteen mientras volteaba a ver a su amigo con cara de amenaza, “Yori, es inútil, no puedes detenerme, yo quiero saber quien es mi verdadero padre, además, Usami-san tampoco es tu padre eso lo sabes muy bien,  tus ojos no son violetas, ni marrones como los de Kamijou-san”, en el blanco, Yori recibió el golpe mas bajo de todos.

“Iría contigo si Arashi fuera, después de todo es mi hermano, y Rui parece que está en la misma situación”, respondió el castaño ojiazul, su hermano, ellos son cuates de nacimiento por lo cual no son constreñidos a parecerse, ese joven dos minutos menor que él, de cabellos cortos azabache, realmente fastuoso, una mirada caramelo verdaderamente misteriosa, la actitud amable se destacaba en el en todo momento, sin embargo, era su mas convincente faceta, ya que un demonio era lo que reposaba dentro de sus sentimientos.

“Hey, hablando de tu hermano y Rui, ¿Dónde están?”, pregunto el menor con un dejo de molestia.

“¡Ah!, ya los veo, allí vienen…”, dijo Yori apuntando en dirección contraria donde miraba el rubio, este volteo y observo a los dos muchachos que corrían hacia ellos, cansados y jadeantes llegaron luego de unos instantes.

“¿Donde estaban?”, pregunto el rubio, parado enfrente de los dos chicos, el primero en hablar fue Miyagi Rui, un joven un poco mas grande, pero solo por meses, su hermoso cabello plateado era medio largo, solo rosaba los hombros, y sus ojos verdes reflejaban un brillo único que casi nadie se atrevía a revelar, su mal humor en la mañanas no era desconocido para sus amigos, pero aun así les daba miedo, al menos sabe cocinar, pero descartando los malos hábitos del mayor, se podría decir que era muy atractivo, en pocas palabras, todo un seme.

“Tranquilo Fuk-chii, lo que importa es que ya estamos aquí, ahora dime la razón por la que me han llamado…”, el rubio frunció un poco el ceño ante el apodo que su amigo le había dado, pero lo dejo pasar.

“Los llame aquí para saber la verdad…”, el joven de ojos oscuros hablo, mientras que dos de ellos lo miraban desconcertados, “Quiero decir, para saber quien son nuestros verdaderos padres…”, los jóvenes que llegaron al ultimo se miraron entre si, pero el Arashi hablo no muy convencido.

“¿No crees que intervenir en el pasado pueda provocar cambios en el futuro?, dijo  Usami Arashi de 20 años, acomodando su mochila en su hombro, aquel joven de ojos caramelo tenia razón, pero Fukushu sabe como atacar, “Intervenir no es la palabra correcta, además no vamos al pasado para cambiar las cosas, solo para averiguar eso es todo”, buen punto, pensó el pelinegro.

 Antes que cualquiera pueda hablar, el rubio, quien tenia en su mano una pequeña capsula azul, la tiró al suelo, en eso un humo salió de este y de un momento a otro una motocicleta antigua salió a relucir ante los tres pares de ojos que solo miraban como el menor se subía y se volvía a poner el casco.

“¿Van a venir o que?”, pregunto el joven que voleaba a ver a sus amigos quienes aun lo miraban extraño, “¿Qué?, si vamos al pasado no podemos llamar la atención…¬¬”, en eso todos calmaron su impresión pareciendo tontos enfrente de la persona equivocada.

Yori y Rui sacaron capsulas del mismo color azul de sus mochilas, y de ellas salieron dos motos. Rui se subió a una, y saco un casco de su mochila ocultando con ella sus cabellos plateados. En la otra moto los dos hermanos se acomodaban por orden de edad, ósea, primero Yori y luego Arashi.

El joven de cabello castaño largo sentía como dos brazos ajustaban su cintura y sentía como su hermano se apoyaba en su espalda, demonios, olvido que a Arashi no le gusta viajar en maquina con ruedas.

“¡¿Listos?!”, grito Fukushu, este miraba como sus amigos le daban una seña con la mano dando a entender que estaban preparados, entonces el rubio encendiendo los motores.

El primero en salir fue, por su puesto, Fukushu, seguido por Rui, y luego por Yori y Arashi. Las calles estaban desiertas, ya que era de madrugada. A penas se podía ver con claridad las calles que se iluminaban con un tono rojizo por  el amanecer que esta pronto en aparecer, el grupo se adentro a una carretera amplia, esperando a que el primero de ellos, abriera una grieta temporal que los llevara hacia el pasado.

Aun conduciendo, este llevaba la mirada pegada en el tablero del vehículo, este estaba lleno de botones multicolor, el blondo inserto un código realmente difícil y comenzó a acomodar la fecha.

“Tokio, Japón, 12 de Marzo, del 2013, nos vamos al cumpleaños de Kamijou-san”, dijo acomodando botones con la mano izquierda la fecha, hora, y minutos. A Hiroki no le gusta celebrar su cumpleaños ahora sabrían el porqué, además que se notaba que esos hermanos se morían de ganas de saber quien era su  verdadero padre.

Sin esperar mas, Fukushu apretó un botón haciendo que una parte de la moto se desprendiera, formando como una especie de láser, este artefacto disparó un rayo violeta que formo un agujero en medio de la carretera, ya preparado, se adentro a las profundidades de este seguido de sus amigos.

En el presente…      

Eran las seis de la mañana ya, y un peliazul comenzaba a despertar de una agotadora noche de pasión vivida con su amado, se levanto de la cama viendo como su hermoso castaño se revolvía entre las sabanas buscando algo que ya no estaba allí. Nowaki, enternecido por aquella muestra de necesidad de su amante decidió despertarlo, primero lo movió suavemente, susurrando en su oído, “Levántate Hiro-san ya es de día”, pero aun si no funciono.

Se rasco un poco la nuca buscando alguna manera despertar a su amado sin recibir un golpe o regaño por parte de este. Pero esas advertencias no causaron efecto completo en el pelinegro. Él tomo dócilmente la barbilla del castaño y le planto un casto beso en los labios.

Obviamente el mayor no se despierta, pero el pelinegro aun no se rinde,  y siguió con los besos, repartidos equitativamente en los labios mejillas nariz, hasta llegar al cuello, recibiendo un suspiro sutil que salía del castaño.

“mmm…”, suspiró Hiroki, en eso Nowaki sonrió, si, lo estaba disfrutando, sin embargo, no había logrado despertarlo, ya en su intento numero 25, se canso y decidió que el profesor se despertara solo, tenia que consentirlo en todo hoy.     

Porque hoy era un grandioso día, era el cumpleaños de su Hiro-san, todo estaba preparado, pastel, el pequeño pero especial regalo que le tenia proyectado, lastima que hoy era martes y tenia que ir los dos a trabajar, sin embargo, a Nowaki le debían unos días de descanso así que su sempai le dio algunos días de descanso, y según el todo andaría de maravilla.

Salió del cuarto solo con boxers, y aun con un aura de sueño, se encamino a la cocina, no se había dado cuenta de que estaba en ropa interior y solo se puso a cocinar, lo bueno es que había preparado el pastel ayer y estaba guardado en el refrigerador, nada podría salir mal. 

El ojiazul preparo el desayuno y se quedo esperando pacientemente a su novio viendo el noticiero.

Mientras en el cuarto un hombre castaño se revolvía entre las sabanas buscando un cuerpo que estaba acostumbrado a sentir, al no encontrar contacto, sus ojos castaños se abrieron perezosamente.

“Nowaki…”, murmuro cansadamente volteando la cabeza hacia el lado de la puerta, y la encontró abierta, eso significa que Nowaki estaba despierto y esperándolo.

Movió las sabanas fuera de su cuerpo, detectando una pequeña punzada de dolor, no, era mentira, el dolor era casi intenso, sentía que un alambre de púas se sacudía dentro de su entrada cada vez que se movía, enojado se dejo caer de nuevo en la cama.

“Ahg, maldito mocoso, no debí dejar que hiciera conmigo lo que quisiera”, se auto renegó el mayor mirando al techo, aun sus caderas estaban adoloridas para poder levantarse, solo se movió un poco para ver el reloj que reposaba en la mesa de noche.

“Solo unos minutos mas”, pensó en voz baja, sabiendo que a las 9:00 am debería estar en la universidad, aun faltaba tres horas, aunque tenia que revisar algunas tareas y trabajos…, nah, no pasa nada….

1 Hora y media después….

El noticiero ya había acabado, y Nowaki aun seguía sentado en el sofá, esperando, y ni señales de vida en el dormitorio, ya un poco preocupado se encamino a la alcoba para ver si su amado castaño estaba despierto, y se encontró con una vista realmente hermosa: su precioso castaño recostado en la cama, tenia señales de haber despertado, sin embargo aun mantenía sus hipnotizastes ojos avellanas cerrados,  y su cuerpo bello y frágil era cubierto por las sabanas blancas que lo hacían lucir mas angelical de lo que ya era.

Si, sinceramente Nowaki se enamoraba mas cada día de su amado castaño que lo hacia delirar con cada movimiento mirada incluso palabra, cada noche de pasión que vivían era mejor cada vez y escuchar su nombre salir de su boca lo llevaba hasta el mismo cielo y de allí se llenaba del éxtasis mas deseado por la gente, si, era afortunado, no podría ni pensar que seria de el si tuviera que vivir la vida sin Hiro-san.

Él se acercó a la cama simulando los movimientos de un felino, él sabia que Hiro estaba despierto y a pesar de tener los ojos cerrados podía detectar su presencia. Una ves que estaba cerca del castaño le susurro sensualmente en el oído, “Hiro-san levántate que el desayuno se enfría”.

El sonrojo no se hizo esperar y Hiroki no hizo nada para evitarlo,  solo abrió los ojos para encontrarse con la mirada de su novio quien lo miraba con adoración, a decir verdad y se había acostumbrado a que lo mire y le hable de esa manera, pero eso no significaba que no causara ningún efecto en él.

“Nowaki…”, dijo Hiroki en un susurro antes de recibir un besito en los labios, un tanto inesperado pero no tanto, el color carmesí siguió predominando en el color de sus mejillas.

“Vamos, cámbiate, te espero en la cocina para desayunar…”,  dijo Nowaki sonriéndole con la misma dulzura de siempre, se levanto de su actual posición y cerro la puerta detrás suyo para recalentar la comida.

Hiroki, quien ya no sentía tanto dolor en las caderas, decidió salir de la cama en el momento en el que la puerta se cerro, simplemente no había notado una cosa antes, Nowaki solo llevaba ropa interior, y el carmesí en su rostro se torno en un rojo algo acalorado,  aun no se había acostumbrado a esas cosas y no sabia si lo haría.

En el trayecto al baño para darse una ducha rápida, noto también una cosa mas, ya era el colmo de que no tuviera en cuenta su propia desnudes, se tapo con la sabana y volvió al baño, se dio esa vital ducha, se vistió tranquilamente con su ropa de siempre y salió del cuarto para encontrar a su novio sentado en la mesa esperándolo.

El desayuno se ejecuto silenciosamente, un poco incomodo a decir verdad, ya que la mayoría de las mañanas el castaño salía corriendo del departamento para no llegar tarde a su clase.

“Dime Hiro-san…”, dijo Nowaki dejando de lado su desayuno a medio terminar, “¿Saldrás temprano de la universidad?”

Hiroki solo lo miro un momento ya que no podía hablar con la boca llena, él también había dejado de lado su desayuno para hablara.

“Si, hoy es martes, no tengo tantas clases…”, dijo levantándose de la mesa, ante la atenta mirada de su amante quien recogía la mesa.

Unos minutos pasaron para que el profesor tuviera que irse, así que decidió ver un poco de tele para que no se aburriera mientras alistaba las clases que debía dar aquel día y quizás aprovechar y adelantar el trabajo.  Porque aunque no lo admitiera, quería pasar tiempo con Nowaki. 

Ya aburrido de la televisión se dirigió a la cocina.

“Quiero un poco de leche”, pensó en voz alta. El pelinegro, quien veía a donde se dirigía su amado, salió corriendo  adelantando a un sorprendido y extrañado castaño, quien estaba a punto de abrir la nevera pero ese intento fue frustrado por Nowaki quien estaba delante de la refrigeradora.

“Nowaki, ¿Qué diablos haces?”, pregunto el castaño un poco molesto al ver que trataba de apartar a su novio de la nevera pero este ni se movía.

“No puedo decírtelo Hiro-san, a menos que me des un beso”, decía el pelinegro con una hermosa sonrisa que hizo sonrojar al castaño.

“Entonces olvídalo…”, dijo mirando el reloj pulsera que tenia, “Bueno… me voy”

El castaño recogió su maleta y se encamino a la puerta, pero antes de abrir esta, sintió como unos brazos aprisionaban su cintura, “Nowaki ¿Qué crees que estas…”

Su queja fue interrumpida por unos labios que estaban posados sobres los suyos, el beso fue suave, delicioso, y con el tiempo demandante, el castaño no parecía molestarle, lo que hizo que el pelinegro se llenara de felicidad. El beso dio a su fin por la falta de aire, que hizo que a duras penas y pocas ganas se separaran.

Hiroki miro un poco a Nowaki antes de voltear un poco sonrojado, agarro sus cosas para salir pitando de la puerta, no sin antes escuchar un, “Cuídate Hiro-san, nos vemos en la noche…”

Cuando el castaño despareció de su vista entro al departamento.

“Bueno es hora de que yo también baja a trabajar”, dijo encerrándose en el cuarto.

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En una calle prácticamente abandonada, un vórtice se abría estrepitosamente, dejando ver tres motos que salían rápidamente, cuando la ultima de las tres motos salió del alcance del vórtice, este se cerro casi a la velocidad de la luz junto con un rayo de luz un poco llamativo.

 Las tres motos se detuvieron, y los cuatro jóvenes bajaban de estas, todo estaba en silencio hasta que el líder de todo esto es decir Fukushu, hablo.

“Ahora cada uno tratara de encontrar a sus respectivos padres, cuando alguien de nosotros lo haya encontrado le avisara a los demás y cuando el ultimo lo haya encontrado nos volveremos a encontrar aquí, ¿de acuerdo?”, todos asintieron para la alegría del rubio.

Cada uno sabía a donde ir, la razón por la que hacían esto, era que el papa de cada uno de ellos escondía algo y eso lo tenían presente, pero también sufrían la indiferencia de sus padres cuando hablaban de su apariencia física con ellos.

Eso molesto mucho a los jóvenes…    

Yori y Arashi fueron los primeros en partir, dejando al rubio y al peliplata solos.

“¿En que piensas Fuk-chii?”, dijo Rui sin mirar a su amigo, sabia que este tenia varios problemas, es mas, no estaba del todo cómodo que digamos.

“¿Yo?, en nada…”, dijo volviendo a subir a su motocicleta, el rubio vio que fue imitado por el peliplata, “Primero debo ir a la universidad en donde estudiaba mi papa, si mis cálculos no fallan, papa ahora tendrá unos 18 años… y tu también debes ir allí porque me contaste que tu papa estudiaba en la universidad M., y creo que él ahora tendrá con unos 20…”, dijo mientras se colocaba el casco tapando sus cabellos con el.

El joven ojiverde lo miro con asombro, claro, su amigo era muy inteligente, solo atino a sonreír, y se coloco el casco cuando vio que su amigo encendía la moto para emprender el camino hacia la universidad.

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Dos hermanos iban de camino a una universidad en particular, viendo y memorizando las avenidas cada uno por separado, viendo a la gente, quienes solo pasaban por allí sin percatarse de la presencia de la moto y los que la montaban, y solo seguían su camino.

“Onni-san,  ¿En serio recuerdas donde queda la universidad en donde trabajaba papa?”, pregunto Arashi un poco alto para que su hermano lo escuchara, este sin apartar la mirada de su camino le respondió.

“Claro que si hermano, siempre le llevaba a papa el bento a su trabajo”, dijo embolsando una sutil sonrisa cuando sintió que el agarre de su hermano era un poco mas suave y soltaba un suspiro de alivio, que divertido.

El pelinegro veía a la gente que pasaba, y como entraban y salían de los edificios unos tomándose su tiempo y otras corriendo como si su vida dependiera de ello.

Pero algo le llamo la atención.

Un joven, que no pasaba de los 24 años, pelo azabache, alto, que comparándolo con Yori, el joven es solo un par de centímetros mas alto, aquel hombre iba caminando como si su vida fuera la mejor de todas, con un paso firme y suave a la vez, y a juzgar por su bata blanca se podría decir que era un doctor, Arashi no pudo ver muy bien los ojos del joven que caminaba.

Pero aun así, su mirada no se apartaba de aquel joven, sintió como una descarga cuando este joven noto su mirada, sintió como si lo conociera, pero cuando vio que el joven desconocido lo miraba este volteo pero no sonrojado, sino intimidado, sentía que lo había visto antes, pero ¿donde?

Aquella mirada del joven se desvaneció a medida que se iban alejando, Arashi se movía un poco incomodo, llamando la atención de su hermano mayor.

“Hermano, ¿Te pasa algo?”, inquirió el castaño al sentir que su hermano no se quedaba tranquilo, ¿será que algo lo ha perturbado?, pensó viendo que faltaba poco para arribar a la universidad.

“¿Eh?, no, no, estoy bien…”, señaló relajándose.

 “Bueno ya llegamos…”, dijo el mayor bajando la velocidad para terminar en la entrada de la universidad, donde se veían a varios jóvenes y al parecer maestros entrar por aquella entrada.

Pero para la incomodidad de los dos hermanos, todos los voltearon a ver, ya que el modelo de la moto que llevaban era uno que todavía no había llegado a Japón.

Un poco incomodos se bajaron del vehículo, Yori fue el primero en quitarse el casco y cuando lo hizo, su coleta de caballo cayo como si estuviera en cámara lenta mientras que brillaba. Las chicas que pasaban por allí, como por arte de magia sintieron como una hemorragia nasal salía con descontrol, mientras que gritaban y lo miraban con corazones en los ojos mientras que hilos de sangre caían de sus narices. Mientras que los chicos lo miraban unos con un sonrojo y otros con odio.

Arashi un poco extrañado por el comportamiento de las chicas también se quito el casco, eso fue todo para las chicas que estaban allí.

Los cabellos azabaches se movían un poco rebeldes  por la briza que había mientras que sus hermosos ojos castaños observaban como las personas que lo miraban o se sonrojaban o le daba un derrame nasal.

Los dos hermanos entraron mas que extrañados e incomodos ante los murmullos y miradas que provocaban en la gente.

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Tanto rubio como peliplata estaban extrañadísimos, sabían que eran bien parecidos pero esto era demasiado.

Aunque querían pasar desapercibidos sucedió todo lo contrario.

Todos los miraban, todos, como si fueran de otro mundo, ¡que va!, solo son del futuro, nada mas.

Sabían que los hermanos estaba allí porque su papa trabajaba aquí, solo debía averiguar en donde estaba su papa y el papa de Rui.

Ambos se separaron en el comedor, deseándose buena suerte con un abrazo fraternal, nada de amor, solo cariño de hermano, pero fue mal interpretado por algunos, unas gritaban y se desmayaban con cara de felicidad y otros bajaban la mirada derrotados.

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Hiroki había llegado antes de lo imprevisto, pero satisfecho de no tener complicaciones en la mañana, se dedico a adelantar clases hasta las 90:45 que daba su primera clase a los jóvenes estudiantes de economía y luego los de derecho, sip, nada arruinaría este día.

Que iluso…

Tan concentrado estaba que no se dio cuenta de que un hombre, de por lo menos 35 años, había entrado a la oficina un poco sorprendido de que su compañero estaba allí, solo sonrió y saludo como lo hacia todos los días.

“Hi my sweet honey~~~~””, dijo Miyagi dirigiéndose al escritorio de Hiroki para abrazarlo, pero como siempre recibía un golpe y una reprenda de su subordinado.

“¡Profesor apártese, por favor!”, decía molesto el castaño, quien estaba dispuesto a golpear a su superior, “¡¿Cuantas veces debo decirle que no me gusta para nada su forma de saludar?! Hágalo como una persona normal”, dijo sin mas.

“Oh vamos Kamijou, que manera de tratar a tu superior, apiádate de este pobre viejo”, decía con ojos de borreguito degollado, lo que molestaba mas al menor.

“Solo no haga nada innecesario por favor”, se quejo Hiroki viendo como el pelinegro se iba a su escritorio con una cajetilla de cigarrillos en la mano.

“Como digas~~”

Paso un poco de tiempo para que ellos volvieran a hablarse, últimamente como que se sentían un poco más cercanos se podría decir que eran muy amigos, lo único que faltaba era que sus parejas se conocieran para que su amistad se concretara.

“Oi Kamijou”

“Que quiere profesor…”

“Felicidades”

“¿Eh?”

Hiroki levanto la mirada para ver a Miyagi quien estaba a unos metros de él con una bolsa blanca en la mano. El castaño tomó la bolsa en la sus manos y comenzó a rebuscar en ella, encontrando una caja negra. Extrañado la abrió, encontrándose con un Rolex, alzo una ceja en señal de confusión, pero fue mal interpretado por Miyagi.

“OHHH, no me digas que no te gusto~~, amorcito perdóname!!”, decía abrazando al castaño quien lo aparto y lo miro un poco extrañado.

“No profesor, si me gusto su regalo, ¿pero porque me lo da?”, dijo Hiroki sosteniendo el reloj carísimo en las manos.

“¿Que?, ¿Lo olvidaste?”, dijo con ironía el mayor riendo a carajadas que solo hicieron que Hiroki se molestara.

“Olvidarme ¿Qué?”, pregunto aun mas confundido.

“¿Qué día es hoy?”

“Martes 12”

“¿Mes?”

“Marzo”

“¿Ahora lo recuerdas?”

“¿Pero que se supone que debiera ahhhhh…”, se dio cuenta por fin el castaño llegándose una mano a la cara demostrando lo enojado que estaba con su estupidez.

“Feliz cumpleaños, Kamijou”

“Gracias profesor”, y ante eso el mayor sonrió y con un poco de sarcasmo le dijo.

“No me sorprende que te hayas olvidado…”, dijo embolsando una sonrisa.

“¿Qué quiere decir con eso p-r-o-f-e-s-o-r?”, dijo Hiroki con una mirada asesina que erizó al instante los bellos de Miyagi.

“Yo nada…”, respondió haciéndose el que no sabia, “Oi, amorcito, ¿No tenias clase a las 9:45?”, pregunto con curiosidad mirando al castaño que se levanto de su asiento un tanto exaltado.

“¿Queeee?”, se alteró rápidamente poniendo el regalo de Miyagi en su maleta y juntando todos sus papeles para salir pitando hacia su clase ante la mirada y la burla de su superior.

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Tanto castaño como azabache estaban más que perdidos en las instalaciones de la universidad, estaban cansados de andar de aquí para acá, buscando sin éxito alguno, y por eso optaron por una idea mas practica.

“Bueno Arashi, tu vas a la facultad de leyes y yo al de economía, ¿de acuerdo?”

“¡Si!”, dijo el pelinegro corriendo a la derecha.

“Espero poder encontrar a papa”, pensó en voz alta el castaño corriendo a la izquierda.

Lo gracioso de todo este plan que habían elaborado aquellos hermanos era porque se habían olvidado en que materia enseñaba su papa, lo cual era un poco vergonzoso, pero Yori, sin darle mas vueltas al asunto siguió su camino chocándose con alguien que corría distraído.

Los dos jóvenes cayeron al suelo, Yori levanto la vista para poder ver bien al joven con el que había chocado, iba a reclamarle su estupidez pero sus palabras se murieron en su garganta con solo ver al chico.   

Un joven de cabello castaño, según la vista exigente de Yori diría que era un poco ingenuo, aparentemente unos 20 años, encantadores ojos esmeraldas, su cuerpo magro, y de baja estatura, Yori sentía que lo había visto antes.

“Oh, discúlpame, no me fije en donde iba…”, dijo apenado el joven, quien por la vergüenza no había visto aun la cara de la persona con la que había chocado.

“No te preocupes, le puede pasar a cualquiera”, dijo un poco indiferente levantándose y acomodándose la ropa. Fue imitado por el joven castaño quien al levantar la mirada un lindo sonrojo lo delato ante la mirada penetrante del chico.

“Etto… ¿eres nuevo?, no te había visto antes…”, pregunto sin pensar el castaño mas pequeño, sin notar que el joven mas alto se había puesto nervioso.

“Eh… yo… si soy nuevo, solo buscaba la facultad de… ehhh, economía, si economía, ejejeje…”, dijo un tanto nervioso, eso extraño un poco al castaño mas pequeño.

“¿En serio?, yo estaba yendo  para allá, si quieres puedo mostrarte el camino…”, dijo sonriendo cosa que enterneció un poco la mirada indiferente y nerviosa de Yori.

“Claro si no es mucha molestia…”, dijo con educación sonrojando un poco al castaño.

“Y por cierto, mi nombre es Takahashi Misaki…”, dijo extendiendo su mano en señal de saludo.

“Misaki, Misaki, Misaki”,  repetía su nombre, lo había escuchado antes, claro que lo había escuchado pero ¿Dónde?, y ¿De quien?

“Usami Yori, es un placer conocerte Misaki”, correspondiendo el saludo de Misaki sujetando su mano con la suya en un honesto apretón.

Misaki no sabia que pensar, “¿Usami Yori?”, que extraño, tenia el mismo apellido de Usagi-san, eso era realmente raro, Usami no es un apellido muy común, ¿o si?

“¿U-Usami has dicho?”, dijo el ojiverde un tanto extrañado.

“¿Qué tan feo es mi apellido?”, dijo en forma de burla haciendo que el mas pequeño riera un poco olvidándose de porque estaba corriendo como bestia.

 “No, no es solo que me recuerdas a alguien”, dijo mientras una gota de sudor al estilo anime caía en su frente.

“A ya veo, y dime Misaki-kun… ¿Por qué estaba corriendo de esa manera?”, Misaki solo respondió de manera un poco fresca y sin pensar.

“Ah, es solo que llegaba tarde a la clase del demo…”, se quedo paralizado mientras que su sonrisa se volvía nerviosa y comenzó a estremecerse presa del miedo y eso fue notado por el mas alto, “¡¡WAAAA, LEGARE TARDE!!”, grito desconsolado, tomo la muñeca del joven que corrió hasta el aula donde comenzarían las clases de la hora.

Yori iba memorizando cada pasillo y cada aula por la que pasaban mientras era arrastrado por el ojiverde a donde parecía ser un aula más.

“Por favor que no me mate”, dijo Misaki asustado rezando por piedad porque recordaba que la clase anterior recibió una advertencia muy severa de su profesor quien le dijo, “La próxima vez que llegues tarde Takahashi, no la cuentas…”. Un sudor frio corrió por su cuerpo mientras abría lentamente la puerta, su reloj marcaban las 9:58, 12 minutos tarde que vergüenza.

Los ojos de Misaki  se encontraron con la fría mirada de su maestro, aquel hombre lo miro y en milisegundos frunció el ceño, para gritar, “¡Takahashi, le advertí que si llegaba tarde no la contaba!”

“Lo lamento Kamijou-sensei, es solo que me encontré con un joven que buscaba la clase”, dijo haciéndose a un lado para que  Hiroki pudiera ver al joven que se encontraba detrás de Misaki.

Hiroki quedo impresionado al ver al joven que había mencionado su alumno, era alto, demasiado diría, sus ojos cobalto eran impresionantes y profundos, y su cabellera castaña tan larga y sedosa. Pero algo le llamaba mucho la atención… mirando bien a ese chico, Hiroki diría que tenia un aura de tranquilidad, le recordaba tanto a Nowaki. Y pensándolo mejor, ese joven era idéntico a él, excepto que tenia el cabello castaño muy largo, eso le había parecido muy extraño.

“En ese caso, tomen asiento que la clase ya comenzó”, dijo un poco irritado el demonio Kamijou, los dos jóvenes subieron a sus asientos, Misaki se sentó en los últimos puestos, se encontraba solo ya que su sempai se había resfriado y no podía venir a clases. Le dio una seña para que se sentara junto con él.   

 Yori se quedo sorprendido, sin embargo no se vio físicamente, cuando su mirada se encontró con la del maestro de Misaki, no cabía de la felicidad, encontró a su papa, solo que estaba joven, y las arrugas en el entrecejo aun no estaban, y su cabello castaño aun no era adornado con una mecha de color plata.

Cuando escucho la indicación de su papa, se fue a su asiento. Se sentó junto a Misaki a pedido de este.

En medio de la clase un castaño ojiverde luchaba para mantener su concentración, hasta que no puedo más. La curiosidad de saber más sobre el castaño más alto era muy grande, y solo atino a preguntar.

“Y dígame Yori-san, ¿De donde viene?”, pregunto curioso Misaki.   

“Yo nací aquí en Tokio, tengo un hermano menor, pero solo por un para de minutos, se llama Arashi”, respondo sin mirar a Misaki, el ojiazul estaba mirando como su papa ejecutaba sus clases, a pesar de lo años su forma de enseñar era el mismo que el de años después.   

“¿Y ahora donde se encuentra ahora su hermano Yori-san?, pregunto sin pensar el castaño pero con una clara mirada de curiosidad.

“Él esta ahora en la facultad de leyes, pero no te recomiendo que lo busques, somos diferentes”

“¿A que se refiere con diferentes?”

“Yo tengo el pelo castaño y ojos azules y él tiene el pelo negro y ojos marrones, ¿Lo captas?”

“Ya veo”

Y la conversación siguió y siguió, para Misaki fue agradable, pero para Yori, no mucho, su indiferencia se notaba, sin embargo su amabilidad no mato la conversación.

Ya la clase se había terminado, y lo alumnos salían para continuar con la jornada de clases.

“Yori-san, ¿me acompañaría a la siguiente clase?”, dijo el castaño, necesitaba compañía ya que su sempai no estaba y se había vuelto amigo de ese joven.

“Claro, ve y te alcanzo en un rato”, dijo el ojiazul mientras como su papa alistaba sus cosas para salir a su próxima clase.

“Esta bien”, respondió Misaki saliendo por la puerta, dejando a Yori y a Hiroki solos.

Yori había observado como el castaño mayor no se había percatado de su presencia, veía como se levantaba de su asiento dispuesto a irse.

“Eh…, disculpe, Kamijou-Sensei”, Yori llamo la atención de su papa, acercándose a él.

“Si, ¿Qué sucede?”, pregunto Hiroki mirándolo otra vez con impresión, ahora que lo veía mejor era casi el retrato exacto de Nowaki.

*En un abrir y cerrar de ojos, unos brazos fuertes se aferraban al castaño abrazándolo por los hombros, un abrazo puro, sin malos sentimientos, sin malas intenciones, en ese momento Hiroki sintió que un calor agradable, sin embargo intenta apartar al joven mientras este sonreía y decía con alegría, “Finalmente te encontré papa”.

“¿papa?”, pensó Hiroki confundido, tratando de apartar al chico, lográndolo luego del tercer intento.

Yori estaba feliz de encontrar a su papa, sin embargo había cometido un grave error al hacer eso,  ahora debía enmendar su error diciendo la verdad.

“Te has equivocado niño, no sé de que hablas”, respondió confundido, tomando sus cosas, sin embargo el mas alto fue mas rápido y bloqueo la puerta con su propio cuerpo.

“No papa, necesitamos hablar”, dijo con cara seria el ojiazul.

“Tu tienes problemas, yo no soy tu padre”

“Te lo puedo demostrar”, dijo, sacando de su mochila una especie de Tablet, “Abrir fotos”, pronunció poniendo el Tablet en el piso, aquel aparto se encendió elevándose en el aire mostrando una bella foto, donde esta aquel joven, un chico mas pequeño que el de pelo azabache y ojos marrones, adorable en pocas palabras, y detrás de ellos estaban él, Hiroki quedo estupefacto al ver que el mismo estaba en la foto, solo que en su cara habían un poco de arrugas por el ceño fruncido y un mechón plateado adornaba su cabellera castaña  y al costado de él se encontraba nada mas ni nada menos que Akihiko, solo que un poco viejo, unas ojeras sutiles estaban debajo de sus ojos violetas y unas cuantas arrugas que lo hacían ver mas guapo de lo que era.     

Hiroki tenia los ojos tremendamente abiertos, mientras veía la foto, luego vio como Yori se acercaba, tomando el Tablet con las manos, “Reproducir video”, pronuncio para que el Tablet cambiara de color y la foto desapareciera.

En eso una luz salió de nuevo, y Hiroki vio como una imagen salía, era como una película, en el video salió él con un niño pequeño tomado de la mano mientras que la cámara se deslizaba para enfocar a Akihiko quien tenia a otro niño, pero este lo cargaba ya que el pequeño estaba dormido, cuando Usami se dio cuenta de que estaba siendo enfocado, su sonrisa de borro para liberar un gruñido.

“Aikawa deja de grabar, que sabes que ni a Hiroki ni a mi nos gusta que nos graben”, luego de aquella frase, se acercó a la cámara tapándola con una mano, y así fue como el video termino.

 El castaño no hablo solo se quedo allí, viendo, no, eso no puede ser verdad, no puede.

“Ahora me crees papa”, dijo  Yori con una media sonrisa nostálgica al ver un pequeño recuerdo de su niñez, mientras se acercaba al castaño mayor para volverlo a abrazar.

Hiroki se dejo abrazar, no solo por la impresión sino que también porque parecía que el chico decía la verdad, pero ¿Cómo?

“Solo quiero que me digas algo papa”

Hiroki no dijo nada solo movió la cabeza, lo cual Yori tomo como una afirmación.

“¿Quien es mi verdadero padre?” *

Notas finales:

Hey you!!, lo dejo aca soy muy mala ejejejeje muajajajajaja y ¿que? ¿Les ha gustado?, ¿merece conty?, ¿alguna vez dejare de tener ideas tan retorcidas?, no se, solo espero que Misaki-san me perdone por no haberle dicho sobre mis fic que aun he tenido la oportunidad de publicar antes.

Lol, en serio que lo siento tanto y para compensarte mi mala educación por no avisarle a mi nuevo editor, te dedico a ti Misaki-san esta imagen que le pertenece a este fic.

Acá esta el link: http://yanilisa100.deviantart.com/art/El-pasado-se-puede-cambiar-fan-fic-355930926?q=gallery%3Ayanilisa100&qo=0

Para aclarar una duda:

Fushuku: tiene pelo rubio, y ojos obscuros, y la personalidad es igual a la de Shinobu pero tiene su lado gracioso y sarcástico de Miyagi.

Rui: tiene pelo plata, y ojos verdes, tiene la habilidad en la cocina, pero se dedica a escribir ya que desde niño se encerraba en la biblioteca de su casa.

 

Arashi: tiene el pelo negro azulado, y ojos avellanas, es adorable, pero también es completamente parecido a Hiroki, en carácter y físico.

Yori: es el retrato exacto de Nowaki, su cabello es castaño muy largo y sus ojos son de un hermoso azul marino, pero también adopto la mirada seria e indiferente de Hiroki, pero en lo demás es amable y muy alto  

Y para aclarar algunos puntos importantes:

Cunado hay un texto entre ~, * o #, es porque hay una canción que se acomoda a la situación y en este caso en la que había un texto subrayado con *, significa que en esa parte aparece una canción acomodada a la situación, aca les dejo la canción:

* Sekaiichi Hatsukoi OST2 track 19 認めたくない想い* esta es la canción o soundtrack que deben escuchar cuando hay algo subrayado y entre*, así que no se confundan, además que en esta historia y en los demás fics también habrá de ahora en adelante.

Y les pongo un ejemplo cuando leen algo se lo imaginan en anime, ¿si o no?, bueno imagínense esa parte que señale junto con la canción, lo hace mucho mejor, esta comprobado jejejeje.

Sin más me despido chau chau….

 


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