Después de su examen Grell no se separaba de William, siempre acosándolo con obsequios y citas, Grell estaba solo y necesitaba de alguien, un "amigo", William pensó que tal ves si aceptaba salir una vez con el este lo dejaría de molestar al fin. Dejo todo muy claro antes de acceder a la cita, pero las cosas se habían salido de su control, Grell fue muy insistente y cuando menos lo imagino ya estaba teniendo relaciones con su subordinado, tal vez antes de convertirse en gerente esto no lo hubiera importado en lo más mínimo pero ahora no tenia tiempo para esas cosas y tenia una reputación que mantener, ademas de que eran "amigos" y "hombres", dos hombres no podían ser amantes y Grell, seria el ultimo hombre que el escogería como pareja, era descuidado, alborotador, sanguinario, engreído, presumido y salvaje, todo lo contrario a el, pero esta escena se repitió más de una vez, ambos se necesitaban, se complementaban, uno buscaba amor y el otro tenia la necesidad de sentir , de liberarse de la monotonía, la necesidad de cuidar y proteger.
Una habitación, un acto prohibido, corazones que laten en desenfreno, el testigo una cama, sobre de ella dos cuerpos buscando complementarse. Debajo un cuerpo pequeño y delgado, espalda fuerte y hombros anchos, cintura pequeña y caderas rectas, un pecho plano y firme, brazos delgados, manos finas y un abdomen plano y delicado, una piernas largas y bien torneadas. Encima un cuerpo grande, fuerte, marcado y bien proporcionado, movimientos erráticos, caderas que se mueven en un ritmo nuevo y desconocido, piernas que estorban y buscan un lugar para permanecer, manos que se toman fuertemente y dedos que se entrelazan, labios que se unen y lenguas que buscan el dominio de una boca, dos personas, distintos sentimientos y un mismo deseo, la felicidad.
Un joven William de cabello desordenado despertó en una recamara ajena, estaba cansado y muy cómodo, no querida moverse, pero debía irse, no le gustaba dormir en esa habitación, pero el cansancio lo venció, ahora debía marcharse, las cosas eran más fáciles antes, menos responsabilidades, nada de sentimientos. Antes de que William tomara las riendas de la división de Londres todo era más fácil y esto funcionaba para ambos.
William ya no quería estar ahí, se levanto con cuidado para no despertar a su compañero, salio de la cama, coloco los pies descalzos en el frío suelo, un escalofrió recorrió su cuerpo, tomo su ropa y se vistió, se puso de pie y avanzo rumbo a la puerta.
-¿Will?...
-...¿A donde vas?.- Grell despertó.
-Es tarde.-dijo el moreno sin mirar al pelirrojo.
-¿Por que no te quedas?.- Grell estiro su brazo para tomar de la mano a William y regresarlo a la cama, William solo suspiro con fastidio, "¿cuantas veces había pasado ya por esto?"
-¿Por que insistes Sutcliff?, creí habértelo explicado antes.- dijo William con el ceño fruncido.
-No soy tonto William, se que no me quieres, "solo tomo lo que puedo".- el pelirrojo hablo con la mirada hacia el suelo y con un tono de voz miserable.
Solo se escucho el ruido de la puerta cerrándose, un abatido Grell Sutcliff se quedo solo en su cuarto, de verdad estaba tan feliz de tener a "su" William en su cama, pero su amigo había cambiado todo era "trabajo, trabajo, trabajo, siempre el maldito trabajo ante todo". Grell solo se dejo caer en su cama en posición fetal y volvió a dormir, de nada servia llorar.
William ya estaba en su propia cama, por fin podría dormir sin los ronquidos de Sutcliff, sin sus abrazos y sin su calor, estaba solo, "solo". ¿Porque no podía darle lo que quería ", "amor", "ternura", realmente no era mucho lo que pedía el pelirrojo, pero para William si lo era, todo eso era una perdida de tiempo y el no pasaría por lo mismo nuevamente.
La misma rutina, día con día , año con año, décadas, la soledad, el deseo, regalos, presentes, lo que sea por ganarse una palabra de afecto o aprobación, pero el sexo no lo era todo, Grell necesitaba amor y solo recibía reprimendas y rechazos, sus besos no eran bien recibidos, sus abrazos eran castigados.
Una solución, una mujer, las coincidencias, las necesidades, el amor, la sangre, la adrenalina, un complemento. Las visitas disminuyen a la mitad, no más besos, no más atención, no más amor, libertad, soledad, algo falta "rojo", William quería sentir, pero no estos sentimientos, ira, celos, necesidad de calor.
Grell ya no esta, Grell es feliz, dos cuerpos, un juego, una cama distinta, nuevas sensaciones, un corazón roto, venganza justicia, las rameras mueren y el trabajo se incrementa, la amargura crece en William y la felicidad en Grell, pero una acción, un niño y su mayordomo, la familia y los recuerdos, un grave error, dos corazones rotos, listos para sanarse uno a otro, la misma rutina regresa.
-¿porque tenias que aterrizar en mi cara?.- Grell esta en la bañera enojado mientras William lo atiende.
-Te fuiste a jugar, abandonaste tu trabajo.- William dice sin emoción en su rostro.
-Yo no soy tu tapete, solo porque crees que el suelo no es digno de ti no significa que puedes tratarme así.- reclama Grell.
-Me dejaste.- dijo William mientras curaba las heridas del cuerpo del pelirrojo. Grell se queda cayado, no hay palabras. solo sentimientos tristes.
-Lo siento Will.- una caricia, un beso, actos que llevan a algo más pero ya conocido, la rutina, el perdón, la redención el amor.