Sobra describir la rutina antes de ir dormir del joven Conde Ciel Phantomhive a manos de su escrupuloso y atento mayordomo, sin embargo mientras este lo preparaba con cautela todos los movimientos, cambios y arreglos para un sueño placentero, el pequeño invante no paraba de seguir con una mirada cautivadora a su DEMONIO, anmiraba a esa criatura que lo cuidaba desde aquel fatidico dia el cual cambio su vida.
-Joven amo, se encuentra bien, joven amo, joven amo
- Sebastian, decia el infante mientras buscaba con la mirada los ojos escarlatinos de su mayordomo, no, no pasa nada, continua de lo contrario me quedare dormido fuera de la cama otra vez y no quiero que me vuelvas a reprender decia este en tomo burlos haciendo un mohin.
-Joven amo usted empieza a enterder, me satisface el educarlo del modo en que se espera de un noble, estas palabras hicieron sonrojar al Ciel al ser alabado de esa manera por ese ser tan especial para el, Ciel solo pensaba en como lograr que ese demonio que lo habia salvado de las garras de la desesperacion, de la tristeza he ira infinita que se acumulaban en el por la humillacion que sintio al ser touturado, al recordar esto no pudo evitar el salir de una de sus lagrimas que su mayordomo no pudo evitar.
-Joven amo, dijo sebastian mientras tomaba con su mano desnuda el rostro del primero para recoger con suma ternura el rastro de desesperacion de un niño el cual tuvo el poder de inbocarlo en medio del pandemonium, una lagrima igual a las de aquella noche en que se vieron por primera vez, solo que ahora estaba fuera de la jaula, ya no corria peligro puesto que el lo protegeria con cada musculo, todo su ser era lo que necesitaba, solo eso y nada mas.
Ciel no pudo evitar el ruborizarse de sus mejillas al ver como Sebastian bebia su lagime como si se tratase del mas delicioso nectar o la gota del oasis mas refrescante en medio del desierto, sus labios se deleitaban por una lagrima de el, como podia ser cierto, como agua salada podia probocar tal reaccion, como es que una respuesta biologica a sus recuerdos de un doloroso pasado provocaban tal reaccion en un ser que habia vivido mucho tiempo, alguien que solo queria conseguir su alma, -si, mi alma penso para si mismo.
-Es tarde joven amo momento de que Morfeo lo llame a sus brazos dijo Sebastian a Ciel mientras lo arropaba, -Sebastian quedate, hasta que me duerma, -Si, joven amo, una vez que Ciel se quedo profundamente dormido, el mayordomo se retiro de la habitacion del pequeño, -Esta noche descansa, aunque dudo que tu sue;o sea placentero, Morfeo se aproxima y gusta de jugar malas bromas a los durmientes, escapa, escapa de el y de sus sucios juegos puesto que no duermo, no puedo so;ar y no puedo protegerte en ese mundo prohibido para mi.
Con esta advertencia el apuesto mayordomo se dirigia a calentar un poco de leche, su instinto le decia que tendria que estar preparado para cuando su amor despierte en medio de la penumbra, despues de todo que seria de un mayordomo de la familia Phantomhive si no podria estar cerca de su amo cuando este lo necesitara. se decia, mientras una risilla divertida se dibujaba en su rostro.