THE FIRST KISS
- ¡que tanto hace allá adentro Ciel-chan!!!- farfullaba el pelí-rosado -¡¡¡no es justo!!!! Y yo que venía a jugar con él….
El agraciado demonio miraba absorto la puerta por la que el menor y cobalto demonio había entrado; pero hasta el momento no se atrevía a salir; dejando en la expectativa al impaciente akuma.
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- ¿Volverás pronto?….- no tenía por qué preguntarle eso, pero realmente quería saberlo, no se inmuto ni un poco al preguntar, permaneció tendido en el piso con la cabeza baja
- No lo sé…
- ¡responde!- pero pronto se dio cuenta, de que no tenía caso tratarlo como antes, esta vez sus amenazas no resultarían, si bien antes el moreno akuma hacia cuanto le pedía, eso simplemente era debido a sus ansias de saborear su alma, pero ahora no tenía nada que ofrecer, por lo mismo, no se sintió en posición de reclamarle nada, cambiando rápidamente su tono prosiguió- …ya veo, entonces, buen viaje Seb….- pero una vez más se le atravesaron un conglomerado de reflexiones, ¿cuál era el nombre del demonio? Sebastian era el nombre que él le había dado; aunque sinceramente nunca supo su verdadero nombre
- ¿Qué sucede?- pregunto extrañado el azabache, encendiendo ligeramente sus demoniacos ojos
- Etto… ¡puedo ir contigo!
- Imposible… debe quedarse aquí por su bien
- Prometo no ser una molestia, te lo aseguro, Seb… ¡senpai!
- ¿senpai?
- De hecho… más que desear seguirte, lo necesito- organizo un poco sus ideas, analizando lo precipitado de sus palabras- creo que es tiempo de que tenga un amo, así, ya no tendrás que soportarme
- Así que era eso -lanzo un largo y cansino suspiro como si se lamentara, para finalmente resignarse - de acuerdo, pero antes de conseguir un amo… primero debes oír los deseos de los humanos
- ¿deseos de los humanos?
- ¿escuchas alguno?
- ¿Qué si escucho alguno?…. ¡¡¡cómo se supone que voy a hacer eso!!!! -su temperamental personalidad relucía a flor de piel; lo que saco una risilla del mayor- ¡¡¡no te burles!!!
- Qué bueno que siga siendo el mismo, por otra parte que no escuche deseos será un problema- como antes, cuando era mayordomo, coloco una de sus manos sobre su barbilla- entonces… no hay más remedio
- ¡¡¡¿¿¿qué… qué te sucede….???!!!! ¡¡¡suéltame!!!!- pero el mayor ignoro los reclamos del menor, y con firme decisión sujeto fuertemente de la muñeca al pequeño; prácticamente arrastrándolo hasta la cama, donde lo dejo caer como si se tratara de cualquier otra cosa menos de otro demonio- ¡¡¡que rayos crees que haces!!!!!!!
Literalmente parecía que le hablara a la pared, puesto que el mayor andaba en otro mundo, ajeno a él y a sus quejas; sin más, aprisiono al pequeño cobalto entre su cuerpo y la cama
- Quédese quieto!!! -el tono del mayor peleaba entre malhumorado y serio
- ¡¡¡¿¿¿Qué me quede quieto!!!??? ¡¡¡¿¿¿cómo se te ocurre decir eso???!!! Cuando ni siquiera sé que te propones!!!!
Entre pataletas y casi imperceptibles golpes en el pecho de Sebastian, el sensual demonio, logro dominar el cuerpo del menor; sus masculinas manos aprisionaban las delgadas muñecas del pequeño, y sus piernas rodeaban la definida cadera del menor; dejando al azulino a su merced en una pose litúrgica de los tiempos de la crucifixión; con ciertos toques contemporáneos propios de una escena sado.
- Finalmente
- Sebastian…. ¿qué vas a hac…??
No eran costumbres demoniacas responder absurdas preguntas, no, lo propio de los demonios era la acción; y así fue como desvirgino los dulces labios de Ciel Phantomhive; el contacto tan solo duro un instante, casi como un simple roce; y fue el mayor quien detuvo esa primera caricia, no por que debiese, más bien era, que comenzaba a agradarle aquella sensación, y claro eso sería un problema.
- Listo, está hecho
- Que… fue eso…
- No lo sabes -respondía sarcástico, para continuar con el mismo tono- acabo de besart….
- ¡¡¡¡no lo digas!!!!!! -gritaba, tremendamente sonrojado- ¿por… qué… hiciste algo así…?
Para poder tener un amo…..
- ¿qué??
- …necesitas oír los deseos de los humanos, ¿dime, escuchas algo ahora?
- ¿Eh? –el menor medito un poco y se atrevió a responder, haciendo a un lado lo antes sucedido- hummm…. Etto… ahora que lo mencionas, si, escucho como zumbidos en mis oídos
- Bien, ya escuchas los deseos, aunque no perfectamente…. Pero, por ahora eso bastara, solo necesitas concentrarte y podrás oír claramente- repetía, dedicándole una tierna sonrisa, nada usual en un demonio
- El… beso… ¿era para eso?
- Sí, claro, para que más -su voz sonaba tan inocente que hasta era creíble, quien lo diría, un demonio hecho todo un angelito- ¿o es qué pensaste otra cosa??
- Etto… me sentí…
- ¿ehh?
- a merced de un pervertido -asevero tajante, al mismo tiempo de que cruzaba las manos- aunque tu actitud me decepciona no me sorprende, después de todo somos demonios; pero… ¡¡¡la próxima vez avisa!!!!
- Gomenasai, la próxima vez seré más cuidadoso, bocch… no, Ciel
- ¿Ciel??
- Soy tu senpai, ¿cierto?, por lo mismo, te llamare como quiera, y así me gusta más…. ¿suena bien, no?
- Hai, llámeme como quiera, senpai -no iba a admitirlo, pero de alguna forma su nombre sonaba mejor cuando Sebastian lo decía
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- Ya se tardó… ¿no crees?
- Es normal, supongo…. Además, tú no deberías quejarte, tienes suerte de seguir vivo, después de que senpai supo que estabas aquí Yume-san
- Siempre estoy aquí, pero ahora que se entera me golpea, ¡que cruel!!!!-lloriqueaba el demonio sobándose la cabeza- y por cierto, ¿a qué se debe tanto respeto???
- Desafortunadamente, tengo, una gran deuda con él, y hasta que no la pague, no puedo comportarme de otra forma
- Ah… así que solo es eso
- ¡No te rías!
- Gomen, pero de verdad es muy cómico, un… demonio con principios
- Solo será por un tiempo, después tendré un nuevo amo, en cierta forma…. También será una adiós para ti Yume-san
- ¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿QUEEEE!!!!!??? –su grito se escuchó en todas las habitaciones, incluyendo en las que iban otros universos- y… ¿no me extrañaras ni un poquito…???
- Hummnnn…. No
- ¡¡¡¡QUE CRUEL!!!!!!!!!!!........ ¡¡NO!!! ¡¡¡NI HABLAR, NADIE ME ALEJARA DE TI!!!!!!- el pelí-rosa se abalanzo sobre el demonio de cobalto, privándole del vital oxígeno, con el abrazo más efusivo que se le pudo idear
- ¡¡¡detente!!!! -el menor se retorcía, tratando de zafarse del abraso, si no lo soltaba pronto se vería obligado a usar su demoniaca fuerza, aunque era algo que realmente detestaba- ¡¡¡Yume-san!!! ¡¡¡tranquilícese!!!!
El azabache demonio, que había salido finalmente de sus habitaciones, encaminándose hacia las escaleras vio la escena, corriendo de tal forma que una humareda de polvo se levantó tras sus pasos, apartando de forma brusca al otro demonio, arrojándolo contra uno de los pilares victorianos de la gran mansión.
- Vaya, vaya, eres un sirviente bastante juguetón….
- ¿sirviente?? –cuestionaba con desconfianza- como fue que me convertí en sirviente
- Prefieres, ¿esclavo?
- Sirviente está bien, gracias –el sarcasmo del azulino no se hizo esperar
- ¿quieres ser mi esclavo, Ciel-chan??? –apenas y podía incorporarse, pero Yume tan solo oír la palabra “esclavo” recobro nuevas fuerzas, junto a un brillo particular en los ojos, concibiendo en esa mentecilla suya ideas de un Ciel amordazado y maniatado, con un revelador traje de nekito
- ¿de dónde demonios sacaste el látigo?
- ¡¡¡¿eso es un sí?!!!
- Tsk, ya quita esa mirada –pero como un toro guiado por el rojo del color, el pelí-rosa corrió con los brazos por delante en dirección del pelí-azul, que para sorpresa suya fue quitado del paso, atraído por los brazos del moreno hacia su pecho
- Desafortunadamente, debo enseñarle una que otra cosas a mi joven sirviente, así que no puedo dejártelo, usagi-san, o debería llamarte ¿yume-san?
- Yume es un nombre que invente para mi Ciel, al igual que él invento uno para ti Cuervo
- Estás en un error –ciertamente el nombre que le había dado no era una imposición, sino parte del acuerdo que habían hecho con su irrealizable contrato, pero…- él no es tuyo, sino mío, soy el único que puedo llamarlo mi Ciel
- ¡¡¡¡ese era su error!!!! –protestaba el menor, creyendo al igual que el rosáceo que la discusión sería por su nombre, y no por a quién pertenecía Ciel Phantomhive
- Por supuesto, ¿nos vamos? –en un nuevo secuestro, tomo gentil pero firmemente la mano del pequeño akuma, para conducirlo a la salida, dejando atrás con un gotita de confusión al de pelo rosa
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- ¿Vamos a andar todo el camino así?
- ¿Así cómo?
- ¡no te hagas al tonto!
- Cuida tu tono conmigo, ahora, yo soy tu amo
- Gomenasai –se reprendió mentalmente, por olvidar que los papeles se habían invertido- entonces…
- ¿Entonces qué?
- Tsk, entonces… ¿iremos todo el camino tomados de las manos?
- Sí, me parece una buena idea
- ¡pues a mí no!
- Que lastima a mí sí
- ¡¡¿¿Qué no tengo opinión en esto??!!
- No, claro que no –aquellas reacciones eran tan divertidas que no se molestaría en parar, esos momentos le recordaban como en el mundo humano de vez en cuando, podía gastarle una broma a su bocchan; y ahora en los infiernos molestarlo no había dejado de ser divertido, por alguna razón siempre se divertía junto a ese niño, ciertamente sin importar fuese humano o demonio Ciel Phantomhive seguía siendo Ciel Phantomhive- de esta forma no te perderás
- Esa excusa es muy tonta, senpai
- Entonces, diré que de esta forma no te perderé
- De todos modos no va a perderme, al menos hasta que encuentre a mi ama
- ¿ama? ¿Esperas que sea una mujer?
- No de hecho; pero, dudo que algún tipo me quiera para que lo proteja, aunque me duela admitirlo me doy cuenta que no parezco una amenaza, ¿o sí? –no era buena idea mirar al mayor con esos inocentes ojos carmesí, pues con su comentario, accidentalmente había sacado un rubor en las níveas mejillas del moreno
- No lo sé, los humanos son muy extraños, quizá consiga algún amo
- Posiblemente… aunque sería un problema que fuera uno como Yume-san…. Supongo que si ese fuera el caso tendría que obedecer todas sus órdenes sin importar que…
- ¿lo dice enserio?
- Tú soportabas todos mis caprichos, supongo que tendría que hacer lo mismo, será difícil; sin embargo, aun así lo haré
- Te oyes muy decidido, como en ese entonces -agrego tristemente el mayor
- Lo estoy
Para ser un los confines del averno, curiosamente habían extensos jardines de flores blancas, que adornaban bellamente el monocromo paisaje; allá en los confines de la tierra nunca había ni un solo rayo de sol, no por eso vivían en las penumbras; pues gozaban de la más cautivadora de las luces; así pues la luna no solo alumbraba el camino para aquellos viajeros, sino que también bañaba con sus rayos un pequeño río.
El puente que atravesaba aquel río sirvió de entretenimiento al más joven, que sin pedir permiso al barandal o a su provisional amo, comenzó a caminar peligrosamente por el extremo del barandal, aferrándose fuertemente a la mano del moreno, esas muestras de inocencia e infantilidad que dé humano nunca se había permitido demostrar, extrañamente lo había hecho cuando se había convertido en un demonio.
- Si, sigues jugando te caerás
- Si, está bien –contesto dispuesto a bajarse, sin embargo un paso en falso, marco lo que sería una más de sus torpezas, la primera de hecho desde el día en que se convirtió en demonio
- Le dije que se caería -regañaba sin mostrar el menor rasgo de molestia, sosteniendo por el brazo al pelí-azul- si lo suelto sería una forma de reprenderlo efectivamente
- ¡Déjate de tonterías y súbeme!!
- No está muy alto, así que solo te mojaras, y ya
- ¡¡¡¿¿¿hablas en serio???!!!
- Digamos que es tu primera prueba como demonio, al fin y al cabo tengo que entrenarte, creo que es buen momento para empezar…. –su sonrisa maliciosa advertía que estaba pensando seriamente en cumplir sus palabras- buen viaje, koneko-chan ^^
- Ah…. –el grito fue cortado por una interrogante- ¿ah?
- ¿Creías que realmente te soltaría? -sí, había soltado la mano del menor, pero poco antes de caer, lo volvió a sujetar, salvándolo- sufrirás mucho antes de encontrar tu verdadero poder, pero, no quiero ser yo el culpable de tu sufrimiento……