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Strangers por SasuDaiii

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Notas del fanfic:

Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. 

Notas del capitulo:

Vine con algo más. Otro estilo morboso y dramático.  Espero os guste y, antes de empezar, les dejo unas aclaraciones.

Al empezar el capítulo verán esto: +Hola y esto: '—Hola'

No con esos textos pero sí en contexto, cuando así sea, es porque hace referencia a una conversación en línea.

Saludes. 

 

 

 

Strangers.

No grites, nadie te escucha. No llores, nadie te consolará. No me observes de esa forma, no funcionará.

Ahora, eres tan sólo una pieza que sirve para efectuar negocios. Ahora, no te perteneces a ti, sino a aquellos que, dispuestos a pagar el precio, obtienen tu cuerpo.

¿Acaso no te enseñaron a no entablar conversaciones con extraños, eh, Naruto?

SasuNaru/NaruSasu.

 

 

 

Mención: MadaNaru. OroNaru. JuugoSasu.

 

 

 

 

Mamá siempre me ha dicho que no hable con extraños; hasta hace poco lo creía paranoia, ahora, realmente, ni sé si así es.

 

+No sé… no te conozco. ¿Crees que esté bien encontrarnos?’

Sasuke sonrió, cómplice; por la escritura podía deducir que era sagaz. No le molestaba aquello, al contrario, le emocionaba. Le inspiraba el saber que existía algún reto por derribar.

— ¿Confías en mí?‘ La vieja técnica pocas veces fallaba, por no decir que ninguna. Constaba del simple acto de alegar mediante preguntas.

Ella misma se respondería. Su trabajo había acabado.

‘+Sí… pero…’

‘—Si no confías en mí, no veo por qué continuamos charlando‘

Aspiró un poco de su cigarrillo y, paciente, esperó a la respuesta, tan predecible como siempre.

+ ¡No, espera! No es eso.’

Sonrió, entre dientes. Su trabajo ya estaba hecho.

 

 

 

 SasuNaru 

 

 

 

— ¡Yuno, Yuno1! —Derribó toda expresión preocupada, y, una vez sus ojos se estrellaron contra los de la pelirroja, sonrió sátiro.

— ¿Tu mamá no te ha dicho que no hables con extraños? — Si bien no era correcto deleitarse ante el terror de la mujer frente a él, le fue imposible no coincidirle así.

Sara, según recordaba se llamaba, soltó un quejido de dolor; producto del terror presente por la inconcebible situación que se vivía, aparentemente, tan sólo en telenovelas. Y, siendo arrastrada por Juugo, su ‘socio’ de más alta confianza, desapareció de su panorama.

Sasuke perdió su vista en el piso de baldosa y esperó paciente al regreso del más alto.

—Sasuke… ¿Estás seguro de no haber revelado algún tipo de información? —El susodicho entrecerró sus ojos, con fastidio, y viró su rostro hasta el trigueño.

— ¿Me he equivocado alguna vez? —Juugo negó suavemente, simuladamente, temeroso—Entonces no preguntes idioteces.

 

Sasuke tenía todo a su favor, no era el simple hecho de poseer la apariencia lo suficientemente llamativa como para cautivar a su víctima, sino también que, con su ingenio informático, lograba borrar toda prueba existente en su contra. Si bien prefería trabajar aparte, no le creía conveniente. Necesitaba quien se encargara de la basura, y, ¿quién mejor que su amigo de la infancia?, el cual le profesó lealtad desde los trece años de edad, luego de salvar a su mascota de ser atropellada.

— ¿Algún comprador? —Cuestionó, antes de sentarse en el mullido sillón del vacío salón. El ‘peli naranja2’ asintió con lentitud y entreabrió sus labios, luego de pasar saliva ruidosamente.

—No sé cuan rentable será, pero el líder de la organización Akatsuki necesita cuerpos para sus experimentos. Según entendí, Madara desea la obtención de un ser más poderoso, y los procesos en animales son lentos e inconsistentes.

— ¿Cuánto ofreció?

Los más claros ojos, se desviaron del rostro Uchiha —Hay otro asunto…

Sasuke asintió, para que prosiguiese.

—Es de otro tipo—Al ver la acabada paciencia del menor, prosiguió—Dada la importancia del pedido, me… solicitó personalmente, que le convenciese.

El moreno arrojó el consumado cigarrillo al suelo, y enarcó su ceja derecha, altanera— ¿Estás pensando en traicionarme?

—Si así fuese, ¿me convendría comentarle sobre ello? —Sonrió con falsedad— La petición es más personal. Y, gracias a que desea mantenernos la boca cerrada, el dinero será un segundo plazo.

— ¿Qué desea?

—Un hombre.

— ¿Para qué?

—Prostitución.

— ¿Rasgos? — Cuestionó, sin remordimiento, observando cómo Juugo, al verlo sacar otro cigarrillo del bolsillo, se arrodillaba ante él y, con su encendedor, echado sobre sus rodillas, lo encendía.

Aspiró con anhelo y se pasó el humo, ásperamente.

—Rubio, ojos azules. De preferencia homosexual.

Asintió, inexpresivo.

 

 

 

 SasuNaru 

 

 

 

Tragó pesado el licor, y se sentó una vez más frente a la pc. A ese paso, terminaría con problemas de vista a finales del año.

Suspiró sin pensar más en ello y actualizó su página. Para quien lo viese en línea, su nombre era: Umaki Yamahada. Edad: 21 años, la cual no se alejaba de la realidad, y, para finalizar, estudiante de psicología, amante de los gatos, los libros y la cafeína.

Las especificaciones tenían que ser claras. Rasgos andróginos, personalidad vivaz, carácter domable. Al parecer, Madara, deseaba sodomizar al que él encontrase, y a pesar de mantener la moral corrompida, una parte de él, recóndita, le expresaba remordimiento.

El sonido de un chat iniciante llegó hasta él, y, para su sorpresa, su ‘encargo’ había llegado hasta él, sin necesidad de que le buscase.

 

 

 

 

 

 

Dos semanas después.

 

El olor a estupefacientes inundó sus fosas nasales, y, la incesante luz, le provocó jaqueca. Se sentía en estado de embriaguez, a pesar de no haber ingerido alcohol. No recordaba con certeza los sucesos de la noche anterior, ¿Cómo había llegado ahí, quién era aquel sujeto de cabellos naranja?

Y lo más importante, ¿Dónde se encontraba Umaki?

— ¿Dónde… estoy? —Murmuró, con un sabor amargo invadiendo sus papilas gustativas.

No obtuvo respuesta, y, aunque desease levantarse para lograr marcharse, hubo algo que se lo impidió. No sintió de inmediato los tirantes encadenados en sus muñecas, o su desnudo cuerpo sobre la fría camilla, lo único de lo que era consciente era de la falta de fuerza, ni más, ni menos.

Tragó con pesadez y apretó los dientes, temblorosos, contra su labio inferior. La sensación helada le embargada lentamente y sus erectos pezones, dolían. Quiso abrir los ojos una vez más, pero la luz sobre él, angustiosamente brillante, se lo impidió. Parpadeo inerte y dejó escapar aire de su adolorida garganta.

 — ¿Umaki? —Murmuró, impaciente, y sólo logró escuchar un bufido lleno de pretensión.

—Umaki no está aquí, él…—No supo por qué la oración se vio interrumpida. Tan concentrado como estaba en ignorar su estado, pasó de largo los pasos constantes, cada vez más cerca de él.

—Naruto…—Sonrió. Conocía esa voz, y, a pesar de saber que estaba mal sentirse aliviado, así fue.

Abrió los ojos una vez más, pero no distinguió más que brillantez.

— ¿Dónde estoy, estás bien?

Un dedo recorrió su bronceado pecho y suspiró ante el frío tacto—Retírate, Juugo.

—P-pero…

—Obedece—La autoritaria voz surtió efecto en su adormecido cuerpo. Y, como última estancia, la puerta se estrelló suave al cerrarse.

Los tirantes que apresaban sus muñecas fueron removidos y el pálido, le ayudó a sentarse. Acarició ambas manos y se estremeció ante el ahora sí, frío ambiente.

—Toma— No sabía por qué, pero, aun estando en esa situación, se sentía a salvo. El pelinegro le arropó con un edredón de algodón, y acercó una silla de metal hasta su camilla.

La helada cadena que apresaba sus tobillos le produjo un corrientazo alrededor de su espalda, pero lo ignoró, tan sólo parpadeó varias veces, acostumbrándose a la luz del lugar.

Umaki le observaba, opaco.

— Gracias—  Dijo, sonriente.

— ¿Sabes por qué estás acá? —Cuestionó, ignorando todo ápice de buen humor en el otro.

—Tengo una clara idea de ello—Confesó, deseando en el fondo, estar equivocado.

—Mi nombre es: Sasuke Uchiha—Aclaró, y, sorprendido ante el apacible rostro del otro, prosiguió —Y…

— ¿Para qué mentir sobre el nombre? —Cuestionó—Bien sabes que no tengo quien me reclame o note mi ausencia. Fue innecesario.

—Precauciones.

— ¿Entonces, estoy en la tan llamada: trata de blancas? —Asintió, autómata— ¿Me podrías al menos dar un poco de agua?

No contestó y continuó perplejo, sin perder vista del rosáceo rostro —Antes, necesito realizar ciertas preguntas.

Naruto abrazó su pecho en busca de calor, y desvió la mirada hacia el lado contrario de la habitación; Sasuke suspiró.

— ¿Cuántos años tienes?

—… 16.

—Dijiste tener 19—Bramó— ¡Mierda! ¿Por qué mentiste, idiota?

El bermejo sonrió, vacío — Vaya ironía—No se intimidó ante Sasuke, quien arrojó la silla al suelo — Pensé que las mentiras manejaban la situación aquí, ¿Oh no?

El otro chirrió los dientes de manera irritante y se acercó al otro, reteniendo el puño cerrado a un costado, el cual amenazaba con estrellarse al rostro del menor.

— ¿Por qué mentir?

—Es obvio—Su  sonrisa desapareció—Quería follar. Y parecías el indicado. Vaya mierda, según tenía entendido era más sencillo que esto.

— ¿Algo más por saber?

—No sé, dime tú. Supongo que no serás el amante de los  gatos que me hiciste creer, ¿o sí?

—En lo absoluto.

El rubio enarcó uno de sus cejas, sarcástico— ¿Algo de lo que me dijiste es verdad? ¿O…sólo estabas conquistando al pobre huerfanito?

—Juugo vendrá por ti, para hacerte ciertos análisis. Tenemos que saber si estás en óptimas condiciones.

— ¿Algo como sida, sífilis? Para que lo sepas, Sasuke… soy virgen.

El Uchiha no se inmutó, algo así creía y si bien, pagarían por él mucho más de lo acordado gracias a eso, existía una sensación que no le agradaba para nada.

—Por cierto…sí me gusta el café. También prefiero leer a ver películas y, si me preguntas, a  pesar de ser excelente con los números, nunca me gustaron.

 

 

 SasuNaru 

 

 

— ¡Tiene dieciséis! — Exclamó y el de ojos miel, sonrió perdido.

—Algo así creí… —Balbuceó.

— ¿Qué haremos ahora? —Sujetando todavía el vaso de cristal, se volvió y dio un amenazante paso hacia delante, de modo que entre sus rostros no hubo más que unos centímetros. Juugo reparó en los ojos de su amigo la irritación. 

El más alto alzó una mano hasta el rostro del otro y lo acarició a la altura del pómulo, ansioso.

Sasuke, entonces, tomó a la intrusa entre las suyas y la alejó de su rostro, como solía hacer siempre. Al contrario de sentirse herido, Juugo sonrió, condescendiente.

—Sabes que lo que hacemos no es exactamente legal, ¿cierto? —Preguntó, aún cerca del cuerpo del Uchiha.

El moreno asintió, malhumorado, y, una vez más, cuando las oscuras cuencas se encontraron con las suyas, se debilitó mentalmente.

 —Sólo se le falsificará el documento de identidad. Madara se encargará de eso.

—…Yo mismo viajaré con él.

El ojimiel entrecerró sus ojos y, sin reprimirse más, apoyó su barbilla en la suave frente, blanquecina— Será peligroso.

—Lo he hecho centenares de veces.

Sasuke se alejó, tal como si su ‘amigo’ quemase. E, ingirió un poco más de alcohol.

—Él no me causa confianza.

 

 

 

 

 

— ¿Cómo se llama?

— ¿Quién? —Preguntó, fijándose en la amplia pantalla ante él.

—El comprador—Sasuke viró su rostro hasta él, y sonrió vago. No mentiría, existía algo en Naruto que le hacía sentir ansioso. Pensó entonces que era la presión ante tratar con su primer menor, así que lo dejó pasar.

—¿Para qué deseas saberlo? —Naruto, con sus grandes ojos azules, lo observó fijo, como si su fascinación se concentrase en esa sola parte.

—Curiosidad.

El moreno divagó sobre cómo responder con exactitud, optando al final, por ser sincero —Madara Uchiha.

Las dilatadas pupilas se agrandaron y, aquel rostro virginal, cambió abruptamente —¿Uchiha, son familiares?

—Lejanos... Sí.

—¿Por qué haces esto? No pareces de ese tipo.

Sus opacos ojos perdieron temple y, como sabía, según su vasta experiencia, retiró la mirada, respondiendo a su vez, tardío —La adrenalina— ‘Estaba siendo más sincero de lo esperado o permitido’.

—¿Sólo eso? Pensé que tendrías una razón de mayor peso para ello.

—¿Debería?

—Moralmente, sí.

Bufó, en desacuerdo — ¿Qué esperas de alguien que os mintió para venderte?

—Supongo que tienes razón.

El silencio los embargó a ambos, y Sasuke finalmente respiró, aliviado. Sin embargo, aquella vana satisfacción no duró demasiado

— ¿Qué tal será estar allá?— Musitó, endeble, con las rodillas sobre el asiento y su barbilla descansando en ellas. Lo miraba fijamente.

—Horrible.

—Dices ser un mentiroso, pero para ello, respondes mis preguntas con suma sinceridad.

— ¿Por qué debería suavizarte el golpe? —Murmuró, más para él que para Naruto.

— ¿Piedad?

—No estoy relacionado con ese término—Confesó a medias. Había cierta mentira en aquel hecho.

—Mi pregunta radicaría más bien, en por qué te esfuerzas tanto por mentirte a ti mismo.

Silenció una vez más, pero, a diferencia de la otra, en esta ocasión el silencio se le clavó en el pecho, como un duro acusante. Siempre tan certero.

No sabía qué le molestaba más, si aquel comentario, tan acertado, o que para aquel rubio, quien hace apenas unas semanas conocía, le fuese tan fácil leerlo.

—¿Qué hay de esta sala? Nunca he viajado, pero no me parece familiar—Cuestionó el blondo, permitiéndole respirar una vez más.

—Pertenece a la familia Uchiha.

Naruto sonrió— Así que gracias a eso pueden manejar tan bien la trata de personas.

Sasuke vaciló en responder, y se limitó a hacerlo, tan sincero como la ocasión se lo consentía — No hay que dejar cabos sueltos.

—¿Piensas que puedo escapar? Ya te dije que no tengo a nadie por quien volver.

—No eres la primera persona en esta sala, usualmente se encuentran en estado mortecino; siéntete orgulloso de eso.  

Naruto le sonrió, mostrando todos sus dientes en el proceso. Y Sasuke, quien había utilizado un tono de voz irónico ante su comentario, encogió su rostro, violento.

El rubio, quien pareció consciente de ello, dejó de sonreír, y, con aquella expresión serena que el Uchiha no conocía, tragó en seco. Al parecer, reuniendo valor —Sólo, acudiendo a tu lado humano, os digo una última cosa.

—¿Qué?

—Sé el primero.

Pasó ciertos segundos para que entendiese a lo que se refería —¿Por qué?

—Yo te escogí a ti, es lo justo.

—¿Desde cuándo esto es un trato amistoso?

—¿Tanta repulsión te causo?

—No— Admitió.

—¿Entonces por qué tu negativa?

El moreno asintió, sin conocer por qué, y se perdió una vez más en aquellos ojos tan azules.

... Tenía que alejarse de ese rubio, con suma rapidez, antes de que le trajese consecuencias.

 

 

 

Notas finales:

Aclaración 1: Sasuke cambia su nombre al interactuar con sus víctimas.

Aclaración 2: No me gusta ese término, pero me quedé corta en las descripciones :| 

Espero os guste, vendré pronto con la continuación. 

También, les menciono que no tengo planeado un fic larguísimo. Constará de al menos unos 10 ó 12 capítulos. No más.

Como siempre, link para que preguntáis: http://ask.fm/DaiiGonzalez23

Muchas gracias por leer, nos 'vemos' en la próxima. 


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