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La paja por Grendel

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Notas del fanfic:

No entiendo todavía para que está esta opción xD

Notas del capitulo:

Henry, estas son mis disculpas por no actualizar mis otros fics... ES QUE NO ME PUEDO INSPIRAR!!!

Yeah, yeah, love love, Chuu chuu!!!! (?)

 

Es tarde y tengo sueño, teneme paciencia XD

 

 

- ¡Carlo me hacía más feliz! ¡A él estas cosas no le importaban! - Gritó desde la cama un jóven de 24 años, ojos celestes, cabello castaño y un culo moldeado por los dioses del Olimpo. Julio.

 

- ¡Entonces te hubieras quedado con Carlo! ¡O tal vez Esteban, o Adrián, o Felipe, o Adán, o cualquiera de todos los que te “querían como nadie”! ¿Sabés qué? - Sacó de su bolsillo su celular y lo arrojó con fuerza hacia Julio, quien lo esquivó escuchando como se golpeaba y desarmaba contra el suelo. - Llamá a tu amado Carlo y decile a él que te venga a calentar la cama de ahora en más, ¡SE ACABÓ! - Christian, un abogado de casi 30 años, ojos verdes y cabellos rubios angelicales se volteó abandonando la habitación.

 

- ¡Se acabó un carajo! ¡Mové tu culo para esta habitación inmediatamente o no me vuelvas a ver nunca más Christian Pedazo de Mierda Bennett!

 

- Nosotros nunca nos deberíamos haber conocido.

 

- ¡Te odio! Me costó tanto conseguirte, pedazo de hijo de puta, y te enojas por una idiotez como esta. - Amargado, aplastó su cabeza contra la almohada. Oyó los pasos de Christian acercarse nuevamente.

 

- ¿Idiotez? ¿Realmente te parece una idiotez? ¿Qué es lo que querés de mi? ¿Que te diga: “Julio, por favor, cuéntame en verso y prosa cómo perdiste tu inocencia con tus amores, cuéntame de cómo te rompían el culo en habitaciones baratas de hotel, exprésame lo que sentías al chuparles los huevos, dejá que mi mi mente se paladee con tus cabalgatas y artísticas posiciones extravagantes que terminaban en lefazos de esas vergas que te alimentaban de leche”? - Respondió sarcástico.

 

- Christian, no me jodas, llevamos 6 meses saliendo, te quedás a dormir en mi departamento, pero dormís en el sillón, no pasamos de los besos ¡Y te escandaliza encontrarme haciéndome una paja!

    

- ¡Es que es algo totalmente impúdico! - Sacó un pañuelo de su impecable traje y lo repasó por su rostro quitando los rastros de sudor.

 

- Ja, claro, entonces nunca me vas a romper el culo porque Dante te va a encontrar con Aquiles, Cleopatra, Paris y no se quienes mas en el infierno...Si haces donaciones en tu iglesia ¿no te absuelven de tus pecados cuando te toca estirar la pata?

 

- Cuando quieras podés ser mas ordinario, eh.

 

- PERDOOOOOON Señor “mi estatus social es mucho mas importante que este tarado al que tengo de almohada para dormir, porque ni siquiera mojo la galleta en la leche porque es PECADO”. Pero no, el es el señor  “Siempre dar una limosna en la calle, siempre dar ofrendas en la catedral, siempre sonreir, nunca maltratar” - Repetía una y otra vez el castaño remedando al rubio. Esa era una de las frases que repetía siempre antes de salir de su departamento, o como le había dicho en varias ocasiones a su madre: lo de un amigo. - “El qué dirán es muy importante, mi familia es muy influyente, tenemos siempre la mirada puesta encima”

 

La realidad era que Christian venía de una familia de clase hipócritamente alta, una familia regida por el ojo ajeno y la boca del que dirán.

 

- Es un acto deshonesto, me da asco, repulsión...

 

- ¿Ira, rabia, mal genio terrible? Sos un idiota Christian, ¿nunca pensaste cuando comenzamos a salir que en algún momento uno de los dos desearía intimar? - Julio se levantó de la cama y luego de toda la charla se acomodó los boxers que, desde que su novio lo había visto y comenzaron a discutir no se los había subido.

 

Christian se acercó al más joven y lo abrazó.

 

- ¿Podrías solamente esperar a que me sienta listo? No me presiones, me cuesta mucho dejar toda esta estructura en la que crecí y viví treinta años, no estoy preparado.

 

- Veintinueve. - Cortó rápidamente el menor respondiendo al abrazo.

 

- Bueno, solo, ¿podrías esperar...?

 

Se hizo un ínfimo silencio. Julio deshizo lentamente el abrazo, tomó los brazos de su novio con fuerza, lo empujó hasta sentarlo en la cama y seriamente le habló.

 

- Por vos largué el cigarrillo, el porro, el alcohol, las fiestas, la mala comida. Dejé de mentir, intento no putear, deje de pensar demasiado las cosas, deje de soñar despierto, de probar “para ver”, y de mirarles el culo a todos, y hasta de cojer por cojer, solo por hacerlo por amor... Pero hay una sola cosa, y escuchame muy bien Christian, que jamás, JAMÁS voy a dejar...

 

Christian se sentía extraño, el sabía como terminaría esa oración: “Jamás te voy a dejar a vos”. Él sabía todo lo que su novio había dejado para conquistarlo. Lo conocía bien, él era ese tipo de persona detestable que cualquiera puede encontrar en cualquier esquina pasada la medianoche, y cambió, cambió sólo por él. Se sintió tan lleno, tan feliz que repentinamente se levantó y abrazó a Julio.

 

-Yo tampoco te voy a dejar...

 

- Jamás voy a dejar la paja, Christian.

 

Julio lo sintió tragar duro. Se separaron lentamente. Christian sintió como hervía su sangre.

 

- Hay algo que no entiendo. Si Carlo era tan perfecto, decime.. ¿Por qué mierda se fué, si aseguras que el te quería como nadie te podía querer? - Siseó venenoso.

 

- No te vayas a la concha Chris. Siempre te negaste a saber sobre mis parejas anteriores, ¿ahora qué es lo que tanto te interesa? ¿Querés que te cuente como me la chupaban? ¿Cómo me hacían gritar con solo meterme los dedos en mi agujero? - Sonrió, con fuerza empujó al rubio que, confundido, cayó en la cama. Christian, atónito y absorto, vió a Julio gatear sobre él hasta sentarse sobre su pelvis y comenzar a juguetear con los botones de su camisa, desabotonándola lentamente. - ¿Querés que te diga que me querían por mi sonrisa, que me querían con el corazón y el alma por como era mi persona? ¿O que era por como sé tirar la goma?

 

Chris tomando la poca fuerza de voluntad que todavía no había escapado de sí, con su respiración entrecortada atrapó los brazos de Julio y lo detuvo - Basta, no vayas más lejos. Por favor. -  La forma en la que su novio le provocaba, esa voz, hacía nacer en él deseos impuros, oscuros, casi animales, que lo sofocaban. Se sentía embelesado por su mirada, sus manos quemando su piel en cada roce. Realmente ese chico lo hacía sentir sucio.

 

Julio sin deshacerse del agarre del rubio se inclinó y le habló suavemente en el oído. - ¿Querés que te diga las obscenidades que me susurraban para calentarme? - Su lengua húmeda se arrastró suavemente por la oreja del otro, y exhalando un suave gemido mordió su lóbulo. Sintió como las manos del otro cedían y tímidamente se apoyaban sobre sus costados. - ¿Querés saber los calibres que chupaba? - Y al decir esto presionó sus caderas y las rozó con el miembro del mayor.

 

El rubio no podía contenerse más, ese roce lo llevó hasta las nubes y más allá. Apretó la cintura del otro, con los ojos cerrados, luchando por no dejarse llevar. - Basta, por favor, me estas matando, me muero de celos. - Le acarició suavemente los cabellos sintiendo en su cuello besos húmedos, ardientes, que lo calentaban cada vez más. Los besos bajaron hasta la hebilla de su cinturón aumentando repentinamente los latidos de su corazón.

 

- Te voy a enseñar como se hace una mamada al estilo de Julio. - Luego de quitarle los pantalones y la camisa velozmente se zambulló entre sus piernas. Con la mirada fija en su novio, lentamente comenzó a acariciar sus piernas, metiendo las manos por las musculosas piernas del boxer, sacándolas para acariciar sus firmes abdominales, el ombligo y nuevamente bajar, sin tocar su miembro, pero si verlo crecer. Los suspiros de Christian inundaban sus oídos y un grave gemido golpeó su entrepierna cuando su lengua comenzó a recorrer el miembro sobre su ropa interior de su novio.Julio silbó como un niño travieso  sacando de los labios entreabiertos de su novio dulces y calientes suspiros - Con este garrote podrías ser policía y castigarme todas las veces que quieras.

 

- Si fuera policía ya te habría llevado preso por tentar a la autoridad. - Ambos sonrieron, vió como Julio tomaba sus boxers por las aberturas de las piernas y comenzaba a jalar, dejándolo completamente desnudo. - Mmm, Julio por favor, no me tortures más.

 

- ¿¡El señor rectitud me esta pidiendo que lo arrastre al pecado!? - Dijo haciendo una dramática mueca de espanto. - Te voy a llevar hasta el infierno amore mio. - Sin decir más nada sacó su lengua y la arrastró sobre el miembro de su novio varias veces antes de meterse la punta en la boca y masturbarlo mientras el rubio gemía, y gemía.

 

Julio lo seguía mirando fijo. Por un momento creyó que su amado era el osito Pooh y que el era una jarra de deliciosa miel. Vió como su novio le sonreía hasta que se tensó al sentir esa lengua bajando más allá de lo que creía ya bastante indecoroso. - Ah Julio, creo que te equivocaste de caminoooooo ah. - Nunca hubiera imaginado que una mano masturbándolo y una lengua paseándose por el más recóndito rincón de su cuerpo lo haría sentir tan extraño. Sentía una avalancha de calor y embriaguez que lo atontaban de tanto placer, ya sólo de su boca salía aire caliente sonando de forma extraña y vergonzosa que parecía un “ahhh, ahh, mmm, siiii, más”. De repente la mano de Julio irrumpió en su boca metiendo tres dedos, los que comenzó a lamer y chupar.

 

- Mi amor, voy a hacer que dejes de ser virgen de mi. Dame el lubricante que está debajo de mi almohada. - Chris tragó duro mientras tanteaba en búsqueda del maldito lubricante.

 

- ¿Que me vas a hacer? - Dijo entregándoselo.

 

- ¿Sabés que es lo que quería ser de peque? - El lubricante chorreaba sobre el miembro de su novio y comenzó a desparramarlo con cariño. Christian negó silenciosamente con la mirada fija en su pene caliente y chorreante. Suavemente Julio se sentó entre las piernas de su novio y cuando terminó de meterlo en su apretado culo. - Siempre quise ser COWBOY!!!! - Y sin decir más, comenzó a gritar y a cabalgar sobre su novio, que gemía como animal en celo.

 

<> Hubiera querido decirle, pero era imposible, ese enjendro que saltaba sobre el con una mano levantada imitando a un cowboy con su lazo y gritando “iiiijaaaaaa” o algo parecido, lo estaba matando. Intentndo dejar su calentura a un lado y con toda la fuerza de voluntad que su pene le permitía, echó a Julio sobre la cama, lo puso en cuatro y comenzó a darle como conejo, con la fuerza y vigor propios de la juventud. Aunque gemían como perras... No sé que definición de la fauna es mas apropiada pero eso ahora no importa.

 

- Ay, siiii así te quería, ahh, dame mas, llename de lechita, este gatito bebe necesita lechitaaaaaaaaa, así... más, más, que ya acabo, mas, por favor...

 

El rubió paró y se lo quedó mirando serio (y muy agitado. Y más caliente). - ¿Es necesario que seas como una puta escandalosa todo el tiempo? - Vió a Julio retirarse con suavidad, recostándose  frente a él y con el cuerpo sudoroso, los ojos húmedos y la cara abochornada suplicar.

 

- Por favor, dame lechita...

 

De lo mas profundo de los infiernos había venido ese demonio. De eso estaba seguro, no había otra explicación. Lo comenzó a meter sintiendo como lo engullía ese trasero de los mil infiernos.

 

- Ah, por favor, m... más, más rapido, es que... ah.. Chris, ah, más, me muero, más... ah - gimoteó - por favor, por favor...

 

Los susurros de Julio, pegados a su oído fueron como una orden, y obedeciendo aceleró el ritmo. Sentía su cuerpo chorrear sudor y a Julio como un fuego bajo él. Sus gemidos, su piel tersa y ese bendito culo apretado y jugoso hicieron que alcance la locura y pocos segundos después sintió como llegaba su pegajoso orgasmo.

 

- Chris, me aplastás...

 

Le besó el cuello y se recostó a su lado - Perdón, princesa.

 

- ¡No me digas princesa! Soy un hombre, hecho y derecho, con pito, bolas y pelo en pecho.

 

- Siempre imaginé que mi primera vez iba a ser tierna y dulce, no que me iban a tomar como un caballo...

 

- Pero si sos todo un pura sangre, con este pecho musculoso, estos brazos fuertes - dijo tocando cada parte, y luego llevó su mano mas abajo. - ¡Y ESTA VERGA TITANICA! - Corrió a la ventana y abriéndola gritó: - ¡MI NOVIO TIENE LA VERGA MAS GRANDE QUE UN BURRO!

 

El rubio levantó una de sus cejas y con cara de poker preguntó - ¿Cuando le viste el pito a un burro?

 

- No es de tu incumbencia. Por cierto - se sentó nuevamente sobre las caderas de su novio y preguntó coqueto- ¿Cuando vas a ser mi Cowboy?

 

- No...

 

- ¿Eh? Pero si ya lo hicimos, ya te podes ir al infierno tranquilo... Digo, ya podemos hacer muchas mas cosas! Christian, si no te dejas hacer el culo, no solo voy a ir a una de tus misas a gritar que me follaste y muy rico, si no que voy a ir a hablar con TU MADRE y le voy a decir que te enviciaste con mi tunel del amor hasta casi destrozarlo.

 

El rubio lo abrazó y susurró en su oído: - No hasta que me compres un sombrero de Cowboy...



Notas finales:

Sueño, muero de... Henry, algún día voy a actualizar la otra que querés... siempre y cuando pueda inspirarme...

 


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