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Vaso con agua por Risu

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Notas del fanfic:

Los personajes no son míos, son del maravilloso Masashi Kishimoto, quien si viera lo que hago con sus personajes me colgaría, sin duda alguna.

 

Hi, people!

 

Aquí yo, trayendo algo nuevo, sacado de mi mentecita que la muy desgraciada no quiso estudiar ni un maldito curso, los cuales jalaré de la peor manera. Lo peor de todo es que me prometí estudiar, y no lo hice, que poca fuerza de voluntad. Encima son los mensuales del primer bimestre *llora, llora*.

 

Como habrán visto, la pareja principal no es la suelo escribir, but what can I say? Es para mi amiga Kaede y a ella le gusta esa pareja, así que la puse. Any problem with that?

 

Sara: Virtualmente, eres gallito, ¿no? ¬¬'

 

Jejeje, espero que —las pocas personas que se han atrevido a leer esto— les guste, pero lo más importante, que a mi dedicada le guste, porque lo hice con mucho amorcito.

Notas del capitulo:

Abajo tengo aclaraciones como siempre, lo único que diré será:

 

Mmmm... Bacon...

 

Sara: ¿Qué es lo salió mal en ti?

 

Mi mami dice que de pequeña mi hermana me pisó la cabeza, pero que no pasó a mayores.

 

Sara: Ahora todo está claro ¬¬'

 

Pero ¡hey!, yo estoy bien, ¿no? Pero bueno, enjoy the lecture!

 

P.D: Creo que me tomaré unas vacaciones, unas pequeñitas, para no explotar mi cerebro.

 

 

    Era sábado por la tarde, cerca de las seis, y cuatro estudiantes de la escuela de Konoha veían una película de zombies en la habitación de uno de ellos. Al menos lo intentaban, pues la pareja presente no dejaba de besuquearse en todo el film —y eso que recién la habían puesto—, además que se tocaban sin pudor alguno, olvidando las presencias de sus amigos que a veces fijaban sus incómodas miradas hacia ellos, pero poco les importaba.

 

    No fue hasta que uno de ellos se aclaró la garganta alegando una dudosa sed, no obstante, el único rubio del grupo se contagió de su deseo de tomar un vaso con agua y se paró para acompañarlo a la cocina. Pidieron poner pausa a la película hasta que ellos regresaran, lo cual no les tomaría más de cinco minutos, y eso si iban despacio. Se fueron tranquilos sabiendo que no verían ni un segundo, ambos con una sonrisa: uno tenía una picara mueca, y el otro, una ladina.

 

    Kiba no se sentía cómodo, no con Sasuke a su costado, quien por observar por la ventana había estirando su cuello al máximo, dejando al descubierto toda esa blanquecina piel: la mayor tentación del Inuzuka.

 

    Muchas veces había visto al moreno con moretones en esa parte, obviamente eran las marcas que dejaba su celosa pareja, y le parecían que contrastaban perfectamente con su nívea piel. Su gran fantasía era dejar un chupetón en el cuello desnudo de su compañero de clase, Uchiha Sasuke.

 

    Habían pasado los cinco minutos prometidos y aún no aparecían, el castaño sabía la razón de su tardanza: el Namikaze debería estar embistiendo al estrafalario Shino contra la refrigeradora, eso era lo más seguro. Para su suerte, o no, Sasuke ahora lo miraba fijamente con aburrimiento, el sólo esbozaba una sonrisa nerviosa. Y la perdió cuando sintió la cercanía del moreno.

 

    —¿Pasa algo, Sasuke? —tartamudeó al sentir el olor varonil que desprendía, le parecía tan embriagadora, tan excitante, así como el dueño.

 

    La respuesta que recibió a su pregunta fueron unos cálidos labios que le devoraron hambrientamente la boca, que gracias a la húmeda lengua que pasó por sus labios se encontraban ensalivados y de un color rojo. Obviamente que no sé quedó atrás, tal vez lo cogió helado, pero aún así su cuerpo sabía que era una oportunidad que no pensaba desperdiciar; por ello, lo atrajo más, y, casi por inercia, abrió su boca para poder explorar la cavidad ajena. La batalla húmeda estaba reñida, pero ya había un ganador: Sasuke, el cual se separó de su amigo con una sonrisa orgullosa, que fácilmente podía confundirse con una de sorna.

 

    —¿Por qué hiciste eso? —preguntó una vez recuperado el aire que había sido arrebatado.

 

    —¿Por qué no hacerlo? —la mueca, que se tornó completamente burlona, predominó en ese fino rostro adornado por un rosa pálido casi imperceptible en sus mejillas.

 

    —Porque sales con Naruto —respondió como si fuera obvio—. Además que eres mi amigo.

 

    —¿De verdad crees que me trago el cuento del vaso con agua? ¡Por favor! Sé que en estos momentos Naruto está metiéndoselo a Shino, y que cuando lleguen se excusaran con eso de que cocinaron pizza —no parecía molesto, resentido o celoso, mejor dicho, no mostraba sentimiento alguno, como si hubiera estado al tanto de las infidelidades del zafiro—. Y sé que me tienes unas ganas…

 

    —¡No es cierto! —interrumpió empujando con todas sus fuerzas al ojinoche, el cual cayó echado en la única cama que había en esa habitación. Su corazón latía desesperado; su respiración se había agitado; y su miembro, despertado.

 

    —¿A quién quieres engañar, Kiba? Si quieres hacer, hazlo ahora —sentenció acomodándose en la cama.

 

    Si no fuera por las hormonas que dominaron su cuerpo (aunque tenía que admitir que en su mente solo había posturas indecorosas que quería probar con el chico que tenía a su merced), él lo hubiera mandado bien lejos. Sin embargo, ese no era el caso, y sólo atinó a tumbarse encima de su amigo, buscando nuevamente esos adictivos labios. Aún no se creía que lo iba a hacer con Sasuke, su mayor fantasía desde los trece, cuando tuvo su primer sueño húmedo homosexual.

 

    No había tiempo que perder, y eso lo sabían bien: Naruto sólo duraba dos rounds de quince minutos, y un descanso de cinco. Y les quedaba exactamente veinte minutos.

 

    Sin perder más tiempo, Kiba alzó el polo negro del Uchiha, y bajó directamente a los pezones, eran tal y como los había imaginado: rosados, suaves y deliciosos. No sabía cómo describirlos, pero en el instante que depositó uno en su boca y lo atrapó con sus blancos dientes, sintió una extraña calidez que consiguió excitarlo más. Sin contar los gemidos que escapaban roncos de los labios del azabache, quien parecía importarle un bledo que su infiel pareja lo escuchara, aunque ésta debía de estar ocupada recibiendo una mamada de su amante.

 

    Quiso continuar jugando con los botones del ónix, pero éste le dijo que se apresurara, aquello le produjo una alegría inmensa: había logrado excitar tanto a Sasuke, al punto de hacerlo rogar por un poco de placer. De esta manera había traducido el Inuzuka las palabras soeces que pronunció el blanquecino.

 

    Se deshizo de los pantalones negros del Uchiha, y desde donde estaba contempló la imagen erótica que tenía al frente suyo, hubiera preferido tomarle una foto como estaba —como las que tenía Naruto en su celular y que una vez le mostró victorioso—, pero tenía miedo de arruinar el momento. Así que cogió el miembro erecto del moreno y comenzó a mastúrbalo lentamente.

 

    —Kiba —llamó entre suspiros—, hazlo ya.

 

    No pretendía hacerlo esperar, y, sin más cavilaciones, sacó su erguido pene en busca de satisfacción. No obstante, se aguantó las ganas de penetrarlo bestialmente, no quería lastimarlo. Se llevó tres dedos a la boca y los llenó de su propia saliva; después de introducir el primer digito que entró sin dificultades, el moreno le advirtió que no era necesario, ya que no era virgen. Dudó por un instante, pero si Sasuke lo decía, lo mejor sería obedecer.

 

    Elevó las pálidas piernas y las posicionó en sus hombros, y sin más preámbulos, lo penetró de una sola pero certera estocada que logró sacarles un gemido a ambos. Como dijo el ojinegro, no era necesario la preparación; por lo visto, Sasuke mantenía una vida sexual muy activa con Naruto, o tal vez no era solo con el blondo y había más como él que caían rendidos a sus pies. A decir verdad, no le importaba, su raciocinio se apagó cuando se adentró al azabache.

 

    —Muévete —ordenó echando su cabeza hacia atrás, dejando su cuello desprotegido, lo cual llamó al castaño a morder.

 

    Acató el pedido del Uchiha: primero eran lentas y parsimoniosas, disfrutando cada roce, cada paso que daba; pero luego de percatarse que no había mucho tiempo, pasó a unas embestidas más vigorosas y apasionadas que buscaban cierto punto en particular. Por mientras, una de sus manos tanteaba hasta llegar al ansioso miembro del otro, lo masturbó al ritmo de las arremetidas.

 

    No soportó más y llegó hasta el cuello níveo, y finalmente probar aquella piel que tanto deseó, y fue como la había imaginado. Mordió un pedazo y lo succionó con fuerza, Sasuke debió agradecer que Kiba no era ningún vampiro o, caso contrario, lo hubiera matado con semejante mordida; tenían razón al llamarlo hombre-perro: sus colmillos eran más sobresalientes que los comunes, y por ende, causaban mayor daño.

 

    —Sasuke —observó contento la marca que dejó en territorio blanco, Naruto podía irse a la mismísima mierda con Shino—, yo…

 

    —Más rápido —interrumpió al sentir el clímax próximo. Su pedido fue cumpido y, tanto las embestidas (que lograron hacerlo gemir como perra en celo al tocar un punto interior que lo enloqueció: su próstata) como la masturbación que recibía, aumentaron de velocidad para acelerar el final de su faena. La cual llegó minutos más tarde, cuando él se corrió sobre su vientre al descubierto, al mismo tiempo que el Inuzuka eyaculó dentro de él.

 

    —“Te amo” —se mordió el labio inferior para no soltar tremenda estupidez, tenía tantas ganas de decirlo, pero temía no ser correspondido y prefirió callar.

 

    Se separó del moreno y se dirigió al baño en busca de papel higiénico para limpiar las sobras de su propio semen que salía de la entrada contraria y la barriga manchada. Una vez terminada su tarea, arreglaron todo para que pareciera que nada había pasado ahí. A los minutos aparecieron los dos sobrantes y, tal como lo predijo Sasuke, se excusaron con la imaginaria pizza, que no fue interrogada como Kiba deseó hacerlo, porque él no tenía cara para eso: se había acostado con el novio de su mejor amigo y no se arrepentía de nada…

 

    Naruto se acomodó al costado de su pareja y comenzaron a besuquearse, y los toqueteos indebidos no tardaron en llegar. Los otros sólo se miraron entre sí y mostraron una sonrisa hipócrita. Pusieron play a la película y la vieron como si nada, olvidando lo que había pasado e ignorando el hecho que la habitación (y ellos mismos) apestaba a sexo.

 

 

Notas finales:

Hola, soy yo, nuevamente.

 

Ya sé, ya sé, deben de estar diciéndome que el lemon no es para mí, y, hasta cierto punto, estoy consciente de ello, pero es que de verdad quiero aprender a escribir lemonadas, y si no practico, nunca lo lograré.

 

Aclaraciones:

 

1. Como ya dije arriba, es para Kaede, la cual me ha ayudado demasiado en mi crecimiento como escritora, aunque aún me falta un largo camino, ella a atribuido bastante. Se le agradece *aplausos*. Lastimosamente, no sé cuándo es su compleaños, sólo sé que es en abril, despistada de mí que no se lo pregunté.

2. Originalmente, este one-shot era así: Sasuke y Kiba eran una pareja que ya se pasaban de descarados, pero el Inuzuka tenía una relación secreta con Shino. En este caso, el Uchiha era quien iba a la cocina por un vaso con agua; y fue Naruto quien baja a acompañarlo (porque Kiba lo saca a patadas), y ahí se lleva la sorpresa que el moreno sabe sobre las infidelidades de su pareja, y le propone tener relaciones en la cocina. Pero a último momento decidí cambiar de parejas y modificarlos a los gustos de mi amiguita.

3. ¿Por qué Sasuke actua como una perra? ¿Acaso nunca se los dije? Pues, amo a sasuke cuando se comporta como una perra sin escrúpulos, me parece tan hermoso. Nah~ Él es perfecto en cualquier rol o actitud que le den.

4. ¿Por qué lo sigues intentando? ¡Porque la práctica hace al maestro!

 

En fin, mi queridísima amiga Kaede, espero que te haya gustado, recuerda que no estás obligada a decir que te gustó, tienes que ser sincera, ojito, ojito. Asimismo, si quieren pueden corregirme, todos están permitos a hacerlo.

 

P.D: Como habrán leído, me voy a tomar un mes sabático, creo que es hora de concentrarme en mis estudios y darle un break a mi cerebro, el pobre ha sido explotado estás semanas cruelmente. Además que tengo que ir ideando mi próximo lemon, porque es tan complicado para mí *llora, llora*.

 

P.D.2: Alguna duda, yo se las responderé, así, con confianza. Bueno, me voy a tomar mi lonche, cuidaos, gentecilla picarilla.


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