Seung es el mejor detective en el mundo, no existía villano que no pudiera encontrar y casos sin resolver que él no llegara a cerrar, e incluso existía el rumor que había una cárcel exclusiva para todos los tipos que arrestaba.
Paraca que aquel tipo de hombre lo tenía todo, inteligente, extremadamente sexy, con un cuerpo bien formado por su afición al entrenamiento, una voz profunda que hacía temblar a cualquiera, pero no conocía lo que era el amor.
Jiyong, mejor conocido como GD, era un experto en cualquier delito que le llamara la atención, a excepción de la tortura y el homicidio, él tenía una gran lista de antecedentes que nunca llegaron a ser procesados debido a su facilidad para falsificar documentos.
Ambos conocían de la existencia del otro, pero jamás creyeron que cuando se conocieran iban a caer perdidamente enamorados. Lo malo era, ¿un poli y un delincuente? No lo creo.
Aunque los dos eran conscientes del riesgo en que colocaban al otro, no podían vivir mucho tiempo apartados, y así fue como empezó un romance tan extraño.
Un año antes:
Seung se encontraba aburrido dentro de su despacho, no habían llegado casos que le llamaran la atención y los pocos que había eran tan sencillos que prefirió dejárselos a sus otros colegas para que tuvieran algo que hacer.
Ser tan genial no es tan bueno cuando no hay nada que hacer
El, a diferencia del resto de los policías y detectives, no tenía vida personal, nunca había sido bueno para relacionarse con los demás y el único que lo soportaba era su pareja de campo, Ri, que en ese momento estaba de descanso.
Tan siquiera con él podría pasar el rato pensó poniéndose de pie Aunque me haga enojar, es mejor que estar esperando
Decidió que una buena forma de matar el tiempo seria ir a comer, nadie se opondría y además no tenían derecho a hacerlo, no por nada era uno de los mejores agentes.
En ese momento la puerta se abrió y entro uno de los oficiales del turno de la tarde y del cual no recordaba su nombre, con un joven hermoso y bien vestido esposado.
- ¿Te suena de algo el nombre GD? – pregunto depositando al chico en la silla frente a mi escritorio
Por supuesto que conozco el nombre se acercó al escritorio y tomo la carpeta que le entregaba su colega antes de que se fuera.
- Vaya, es un honor tener a una celebridad aquí – dijo con voz profunda Seung sentándose sobre el escritorio - ¿Algo que me quieras decir?
El famoso y meticuloso GD se encontraba arrestado en su oficina, aquello era una verdadera sorpresa, ¿quién pensaría que uno de los delincuentes más buscados seria arrestado por un delito menor?
El chico frente a él era hermoso, a pesar de que para describir a un hombre esa palabra no era adecuada, no existía otra para hacerlo; su complexión era delgada, su piel parecía la de un bebe, su cabello rubio enmarcaba las facciones exquisitas de su rostro
- No creo que GD sea tu nombre – dijo Seung hojeando el expediente gordo que había recibido
- Jiyong – dijo el pequeño mirando directamente a los ojos del mayor y cuando escucho que había revelado su verdadero nombre se sorprendió - ¿Cómo lo has hecho? – pregunto inclinándose hacia el frente - ¿Eres muy bueno en esto? – lo miro de pies a cabeza, deteniéndose un momento en sus carnosos labios - ¿O es que por lo guapísimo que estas?
Sin poder evitarlo, Seung soltó una risilla leve, le causaba gracia que el rubio se comporta de esa manera y que en vez de tenerle miedo, le hablara con franqueza
- Llevo años en esto – dejo el expediente a su lado – Continuemos Jiyong…
- Ji – le interrumpió – Llámame Ji – sonrió tiernamente
Seung suspiro, aquello parecía que no terminaría rápido
- Ji – volvió a iniciar la conversación - ¿Tienes algo que quieras decir acerca de todos los cargos de los que se te acusan; robo de identidades, falsificación de documentos, lavado de dinero, robo de joyas, etc.?
La forma en que había pronunciado su nombre hizo sonrojar al rubio, miro nuevamente al hombre que estaba frente a él y deseo que lo poseyera.
- Soy todo un estuche de monerías – su sonría se volvió seductora y picara – Soy culpable, ¿eso quieres oír? – su sonrisa se ensancho – La verdad es que soy, extremadamente, bueno en todo
Seung no paso por alto la insinuación del pequeño, sonrió alagado, mas no le iba a seguir el juego.
- Si tú lo dices, pequeño - respondió neutralmente cruzándose de brazos – No sé tú, pero yo opinión que no tienes muchas opciones para el futuro
Jiyong rodo los ojos, la única razón por la que se encontraba sentado ahí era porque a él se le había metido la idea de quiere conocer al famoso detective al que apodan Top, porque estaba en lo más alto.
- Estoy aquí por gusto - se puse de pie acercándose peligrosamente al pelinegro – Soy extremamente curioso, he escuchado hablar de ti tantas veces que quería verte con mis propios ojos y juzgar que tan ciertas eran las habladurías – coloco las palmas de sus manos en el pecho del detective
Seung había sentido cierta atracción por el chico desde que sus ojos se posaron en él, pero no quería dejarse guiar hacia ese lado, por eso intento por todos los medios mantener cierta distancia, pero ahora que el menor lo tocaba, su autocontrol iba al pique
Su cuerpo se movió por inercia rodeando la cintura del joven apegándolo más hacia él mientras que el rubio deslizaba suavemente sus manos hasta el cuello del pelinegro.
- ¿Y bien, señor oficial? – la voz Ji demostraba impaciencia - ¿Cree que podamos terminar rápido esto? – se lamio los labios
Seung perdió el control, acerco sus labios al menor tentativamente, pero al no verse rechazo, profundizo el beso de manera salvaje introduciendo su lengua dentro de la boca del rubio, mordiéndole los labios y volviendo a aprisionarlo con su lengua.
Jiyong comenzaba a excitarse, aquel beso era mucho mejor de lo se imaginaba y quería sentirlo más, agarro la cabeza se Seung y lo presiono contra el cuándo intento separarse para tomar aire.
La necesidad de aire les obligo a separarse, Jiyong se deshizo del abrazo de Top, y este trato de encerrarlo entre sus brazos, sin embargo el menor tenía otra idea y se dejó caer de rodillas frente al miembro erecto del detective.
No sigas con esto, Seung, cometerás un grave error si no pones un alto su conciencia lo atormentaba, pero su cuerpo necesitaba más.
Jiyong desabrocho la cremallera del pelinegro rápidamente y con sus manos comenzó a masajear su miembro, era tan grande que por un momento creyó que no podría entrar en él, y aun así, lo quería dentro.
Para acelerar el proceso, Ji metió el miembro de Seung a su boca, lo succionaba con avidez haciendo que el mayor se estremeciera de placer hasta que sintió que el clímax estaba cerca.
Seung levanto a Jiyong del suelo, lo arrojo contra el escritorio de forma que le diera la espalda, le bajo el pantalón y sin preparación lo penetro.
Jiyong se cubrió la boca con las manos para no gritar, si no hacia eso significaría que los de afuera entrarían e interrumpirían su momento.
Seung se sentía muy bien dentro del pequeño, nunca había experimentado el sexo con un hombre, pero no era tan malo como pensaba, el estrecho ano de Jiyong le oprimía el miembro de tal forma que lo excitaba aún más.
Con cada embestida el final se acercaba, hasta que Seung sintió que su cuerpo no podía más y dejo que su semen se vaciara en la entrada del menor, lo cual hizo que Jiyong también experimentara el orgasmo.
Jiyong al encontrar débil se debo caer en el suelo mientras Seung entraba su baño privado, tomaba una toalla y la remojaba antes de arrojársela
El rubio tomo la toalla y comenzó a limpiarse el trasero y después su miembro, no quería que ni su semen ni el del Top le ensuciaran la ropa que tendría que usar varias días cuando escapara.
- Apresúrate – le apremio el mayor levantándolo de golpe – No falta mucho para que vengan por ti y te trasladen a prisión
- ¿Debería temer? – pregunto recogiéndose el pelo hacia atrás – Te aseguro, que esto no será el fin y sufrirás mucho al tratar de buscarme
Seung sabía que lo que acaban de hacer lo marcaria de por vida y que sería un recuerdo que lo asecharía día y noche, pero no estaba de acuerdo con lo último, después de todo, ya lo habían atrapado.
El oficial que lo había llevado entro a la habitación y sujeto a GD del brazo, lo obligo a caminar hacia la salida rumbo a la patrulla que lo estaba esperando fuera de la estación.