Colores arriba de mi cabeza.
Destellos que mis dedos pueden tocar.
Puedo acariciar las nubes y probarlas… no es como los malvaviscos~
Tu sonrisa me ciega. Malditos brillos en tus dientes.
Me sentía mareado, toda mi cabeza ardía horrible. Abrí los ojos y un brazo alrededor de mi cintura no me dejaba levantarme.
-Jjong… -carraspeé. La garganta la traía seca. Necesitaba un trago y lo necesitaba ya. -Jonghyun quítate -con la poca fuerza me deshice de su abrazo.
-No vayas a ningún lugar -rodó sobre el asiento y me dio una nalgada.
-Mierda Jonghyun ¿que has hecho ahora? -con pereza se levantó y rebuscó en los asientos delanteros del carro.
-Conseguirte el desayuno. No salgas que nos buscan. -Crucé mis brazos sobre mi pecho, descubriendo que seguía desnudo y entre mis muslos descansaba su playera. -Te ves hermoso así de vulnerable~ - sentí sus gruesas manos sobre mi pantorrilla.
-Aléjate. Hoy no quiero -abrí la bolsa de sándwiches y le di una fuerte mordida.
-Oye, te amo -me miró con ojos de cachorro y asentí. Me acerqué hasta su mentón y entre besitos llegué a su boca. -Besito de jamón. -sonreí.
-También lo hago.
Llevábamos ya dos años y 2 meses de relación.
Dos años de vivir en un coche, de robar para comer y apostar el poco dinero que teníamos.
Jonghyun no hacía nada de su vida, en general, no tenía nada que ofrecerme y eso ya lo sabía. Y aun así, decidí encaminarme con el, sabiendo que pasaríamos necesidades.
Pero todo tenía su lado positivo. Nos amábamos.
Podíamos experimentar de todo con la ayuda de algunas drogas, me hacían ver un cielo rosado, en un paisaje sin preocupaciones, donde solo éramos nosotros, haciendo el amor y con el Sol como voyerista pervertido.
Me encantaba esta vida. Apostar, ganar, perder, mal gastarlo en ropa, bebida y si sobraba en alimentos.
A su lado, todo parecía mágico y hermoso. No me faltaba nada.
~
-andando, los chicos nos invitaron por algo de beber.
-No iré desarreglado. Consígueme una buena ducha -me miró sonriente y solo sentí mis mejillas enrojecer.
-Si la consigo, ¿esta vez si dejarás que me bañe contigo? - le arrebaté el cigarro a la mitad, dándole una fuerte calada y expirando el humo sobre sus labios. Lo miré y sin darle tiempo a nada choqué mis labios con los suyos. Rodeé su cuello y hundiéndome en sus labios una vez más.
Me levantó de las piernas para empotrarme sobre la cajuela del auto, bajando mis shorts de un solo tirón.
-¿en… en serio lo haremos aquí?~ -pregunté succionando su cuello, sintiendo sus manos recorrerme todo el cuerpo, con su tacto caliente.
-Aquí, allá, en el auto, en la ducha, en la biblioteca, en la luna, en cualquier lugar me dan ganas de hacértelo~ - mordió mi clavícula, enterrando sus dientes sobre mi piel. Aún seguía bajo los efectos de las anfetaminas, por la manera desesperada en que trataba de prepararme.
Sentía sus dedos dentro de mí, jugando y haciéndome estremecer entre sus fuertes brazos y el frío metal de la cajuela.
-Bésame~ -rogué tirando de su cabello. Asintió y me besó agresivamente, colando su lengua entre mi boca, chupando y mordisqueando mi lengua.
-¿listo? - mordió mi cuello tratando de dejar sus marcas. Tomó mi trasero entre sus manos, levantándome e introduciéndose de una vez por todas en mí.
-¡Mierda! -gruñí al sentir su miembro chocar contra mi próstata. Era tan delicioso y me sentía a morir sobre sus brazos. Las embestidas eran salvajes y eso me encantaba. Era tan rudo pero a la vez suave, tierno y dedicado.
Tomó mi miembro entre su mano, sacándome un par de gemidos. Estaba a punto de terminar y por los movimientos frenéticos de su pelvis, el igual. Tomé preso su lóbulo y contraía mi interior para que alcanzara el éxtasis.
Yo lo sentía cada vez que estaba junto a mi. Una vida llena de placeres.
~
-Toma -me pasó una caja de jugo a medio beber -para que se refresque tu garganta.
-¿Como lo…? -me calló con un beso y acarició mi mejilla.
-Al besarte noté que tu boca estaba algo reseca. - me tendió la caja de nuevo, sabiendo que moría por un trago en ese momento. -aparte, me suele suceder cuando ingiero más de dos hileras. -pasó su brazo sobre mis hombros, saliendo del autoservicio sin que la encargada se diera cuenta.
-Eres el mejor -sonreímos como idiotas y emprendimos la marcha hacia su fiesta.
~
-¡Jjong, amigo! -nos jaló Minho, el que se encargaba de repartir los polvos y las pastillas. - Pasen, Taemin estaba impaciente porque llegaran.
Entre los pasillos se sentía el olor a sexo y placer. Cubierto por una ligera capa de humo, donde o se follaban sin pudor o ingerían todo tipo de solventes o drogas.
Jonghyun sostuvo mi mano.
Esto era mi paraíso.
Encontramos a nuestro pequeño amigo montando a su hermano.
-¡Hey Taemin! -gritó Jonghyun. El solo volteó la cabeza, dejándome ver su cara de placer.
-¡Hola hyung!~ -suspiró. Jalé a Jonghyun para que pudieran tener privacidad. Ese era Taemin, novio de Minho y adicto al sexo y a su hermano, Jinki.
-Sica tiene todo en la cocina, si me disculpan, mi amorcito me espera impaciente.- rió mientras abría la puerta y observaba a Taemin subir y bajar y llenar la habitación de gemidos.
Caminamos hasta la cocina, donde la novia de Jinki estaba sentada bebiendo pequeños tragos.
-Lo de siempre corazón - pidió Jonghyun por los dos. La chia asintió y se acercó a besarlo. Desvié la mirada porque Jessica tenía la necesidad de besar a Jonghyun cada vez que lo veía. Y si no me molestaba, era solo porque haciendo eso, nos conseguía productos gratis.
Sonrió tomando la bolsa y me dirigió hacia la sala, donde un montón de gente se besaba y bailaba provocativamente.
-¿Te sirvo?
-No, quiero una cerveza -asintió y en cuestión de segundos ya la traía para mi.
Me ponía a pensar, que ahora podría estar con un chico con un trabajo estable, con una buena casa y una buena vida, componiendo la sonrisa de mi padre al hacer eso, chillando junto a mi abuela y mi madre sobre que tan maravilloso ese chico podría llegar a ser.
Pero en cambio, estaba sentado, sin una moneda en mis pantalones, viviendo en un auto y tomando alcohol de mala calidad. Acariciando el hombro del chico que me enamoró con su sonrisa.
El no tenía nada para mí.
Nada y ala vez todo.
Porque su amor bastaba.
~
-¡Mierda Jonghyun me duele! -grité tratando de zafarme de su agarre.
-Esto es para que aprendas -sonrió victorioso, dirigiendo la aguja hacia mi trasero.
-¡Ah! -hizo presión de nuevo, llenando mi piel con tinta negra, marcándome como si fuera un animal.
“Mine”
Se tatuó mi nombre en su pecho, como castigo. Siempre tan celoso.
Y me gustaba así.
Luego de eso, lo hicimos dos veces más sobre el viejo sillón de nuestro amigo.
-Te amo
-Te amo y no quiero separarme de ti -varias veces había pensado en irme y dejarlo, pedirle perdón a mi padre y casarme con el idiota de Minhyuk, porque simplemente no soportaba el estar rodeado de nada, de tener que robar para comer, apostar y perder lo poco que teníamos, dormir en el asiento trasero de un auto.
-Jamás me dejes. - pero allí estaba su maldita sonrisa que calaba mi corazón, repitiéndome porque aguantaba esta vida de mierda. Por el.
Por el y el infinito amor que le tenía.
~*
-Jonghyun pareces una paleta~ -me sostuvo entre sus brazos.
-Bummie ¿Te encuentras bien? -le sonreí, porque me sentía bien, había devuelto mi estómago y aun así me sentía jodidamente bien.
-Jonggie~ quiero ir a la luna~ - le miré haciendo un puchero, tratando de besarlo.
-Primero hay que curarte esa herida en la cabeza, en la luna no permiten gente lastimada
-¿Por qué noo?~- pregunté infantilmente. Sentía como mi cuerpo se despegaba del frío suelo, y sus brazos me llenaban de calor. Me acurruqué en su pecho, cerrando los ojos y olvidándome del maldito dolor por la caída.
~**~
Desperté en un lugar cómodo. Más que el cuero negro del asiento, observando pequeñas luces de navidad colgando del techo, con un colchón blanco y una pequeña mesita rosada.
Entró con una bandeja y una tostada con mermelada y el pequeño vaso de jugo.
-Quería mostrártelo de una mejor manera, pero mientras estás feliz y te caes me es imposible -depositó un beso sobre mi cuello. Me llevé las manos a la cabeza, con la imágenes chocando en mi mente.
Había discutido con el porque había gastado el buen dinero que ganamos, me bajé del auto y por andar drogado y seguir bebiendo me caí y rodé.
-Jjong ¿donde estoy? -pregunté dándole un sorbo a mi jugo.
-En nuestra casa. -Abrí los ojos y enseguida me levantó en sus brazos, abriendo la puerta y dejándome ver el pequeño y perfecto apartamento en donde estaba.
-El dinero que ganamos, lo invertí en este lugar. -Me dejó en el sillón de la improvisada sala y se sentó a mis pies. - me he dado cuenta que yo no soy lo que mereces, que la vida que tu esperabas obtener es diferente a esta y quiero cambiar. Es poco, pero prometo ser mejor para ti -Acaricié su mano, sintiendo mis ojos humedecerse.
-Es perfecto. Todo esto es perfecto -se acercó y me besó.
Consumir sustancias peligrosas, beber hasta caerme, robar y bailar hasta el cansancio. Esa era mi vida, absurda imperfecta y arriesgada.
Podía pintar de colores el cielo, iluminar las noches, irme a la luna, sentir millones de sensaciones solo si estaba junto a el.
Porque habíamos encontrado el amor en un lugar sin esperanzas.
Y todo era perfecto si Jonghyun estaba conmigo.