Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dos clases de sentimientos por Likachu

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí está la continuación aunque creo que no sacará mucho de dudas.

Sekaiichi Hatsukoi y sus personajes pertenecen a Shungiku Nakamura. Este es un fanfiction hecho por diversión y sin finalidad de lucro.

 

Capítulo 10: Consecuencias

 

 

Ritsu… acaso esto es una pesadilla, ¿este es un castigo?; se que si lo es lo merezco, pero por favor tienen que estar bien, por favor perdóname, no se  que haré si algo les sucede.

  

      ¿Por qué tuve que reaccionar de esa forma, por qué dejé que mi razón se cegará y no pude confiar en tí, por qué…?

.

.

.

 

      Se escucha que alguien viene corriendo. ¡Demonios es un hospital!

 

–¡Qué pasó, cómo están, están bien? –esa voz, entiendo, es la madre de Onodera.

 

–Cálmate Kotomi, Densuke no ha salido, pero esperamos que alguien nos informe en cualquier momento, la operación no debe tardar mucho en terminar.

 

–¡Pero por qué pasó todo esto ahora, la cesárea estaba programada para dentro de dos meses!

 

       Al parecer a quién se dirige es a mí, porque son sus pies ¿cierto? He mantenido la vista en dirección al suelo desde que él desapareció tras aquella puerta por lo que no puedo ver más.

 

      Pero, ¿acaso debería decir algo? Cuando lo último que yo quiero es recordar lo sucedido.

 

–¡Takano, contésteme!

 

–Señora, por favor, sabemos como se siente pero este no es el momento para discutir, le pido que también trate de comprender a Masamune,  ellos también son su familia.

 

      Vaya, en verdad ya había olvidado que Yokozawa se encontraba a mí lado, imposible apartar el pensamiento de que no me merezco una amistad como la suya.

 

–Tiene razón Kotomi, ahora mismo lo importante es la salud de Ritsu y la bebé, todo lo demás puede esperar, anda vamos a sentarnos.

 

–…Sí –responde ella con una voz entre molesta y resignada, permitiéndome observar como ambos se alejan, supongo que en busca de un asiento lo más lejano posible al mío.

 

      Y de nuevo este silencio…

.

.

.

 

      Por fin puedo escuchar como esa puerta ha vuelto a abrirse y por primera vez en lo que parecieron años, alzo la mirada poniéndome de pie a toda prisa para encontrarme con la persona que ya se dirige hacia nosotros, sin embargo su semblante no me hace sentir el menor alivio. 

 

–Ritsu… parece estar estable –habla una vez frente a nosotros–, y aunque necesitamos esperar a que despierte para confirmar que las contusiones causadas en el accidente no tuvieron mayores consecuencias, no creo que haya nada serio de que preocuparse  –pude sentir como el alma regresó a mí cuerpo con aquellas palabras–. Pero la bebé se encuentra ahora en la unidad de cuidados intensivos –¿QUÉ?

 

–¡Eso qué se supone que significa?

 

–Verá Takano-san, es común en recién nacidos prematuros el requerir respiración asistida debido a que sus pulmones que son el último órgano del cuerpo en desarrollarse, no se encuentran preparados para funcionar por si solos.

 

–Eso quiere decir que ¿es normal, ella estará bien? –interroga la señora Onodera que parece haber superado su irritación ante la noticia.

 

–No, lo siento eso no puedo asegurarlo, su caso es delicado, su corta edad gestacional aunada a una cesárea de emergencia sin trabajo de parto previo al parecer han generado en ella un cuadro respiratorio… complicado.

 

–Pero entonces, ¿qué es lo que tiene? –es ahora Onodera Naoki que hasta ahora permanecía con absoluta compostura, quien formula aquello con ya notoria exaltación.

 

–Como dije, eso aún no puede saberse con certeza, durante las primeras horas de vida, los pacientes afectados con enfermedades diferentes de dichas características, comparten síntomas muy parecidos y es hasta pasadas seis horas, que puede determinarse el padecimiento preciso.

 

–Bueno, pero como sea ya deben tener alguna idea de que tan grave puede ser, y supongo que la diferencia solo sería la cantidad de tiempo que deberá permanecer en una incubadora –por favor, que diga que tengo razón.

 

–Por desgracia los riesgos no son tan limitados en el peor de los casos, pero si ella responde como esperamos al tratamiento, su estadía en el hospital será menor a una semana, es decir si lo que ella padece es solo una taquipnea neonatal transitoria, ya que es sin duda el cuadro más benigno entre estos males y por fortuna no deja problemas posteriores a largo o corto plazo.

 

–¿Y qué ocurriría en el “peor de los casos”? –me atrevo a preguntar sin saber realmente si quiero conocer la repuesta a ello.

 

–Bueno, eso significaría una enfermedad de membrana hialina, la cual deja secuelas de enfermedades respiratorias en los sobrevivientes durante los primeros años, o incluso durante toda su vida.

 

–¿En los sobrevivientes, Densuke?

 

–Así es Naoki, la enfermedad de membrana hialina, es la principal causa de mortalidad en recién nacidos. Lo siento, pero de ser el caso es necesario estar preparados para todo.

 

–Sanjoin, ¿podemos entrar a ver a Ritsu? –cuestiona la señora Onodera con voz quebradiza.

 

–Desafortunadamente aún no será posible, pero los mantendré informados ya sea personalmente o por medio del personal; debo regresar ahora disculpen –finaliza para de nuevo desaparecer tras esa puerta, al igual que “ellos”.

 

–Sí entendemos Densuke, gracias por todo –dice aquel hombre que desde hace un par de minutos no ha soltado a su esposa y continúa tratando de reconfortarla entre sus brazos.

 

      Desde el momento en que escuchamos que Asumi podría morir…

 

–Masamune es mejor que volvamos a sentarnos y trata de relajarte, ya escuchaste al doctor todavía no hay que adelantar conclusiones, solo debemos esperar unas horas más.

 

–Te lo agradezco Yokozawa, pero tú ya deberías marcharte, cuando te llamé estaba completamente histérico y te incité a que vinieras interrumpiendo tu trabajo, pero como verás ya me siento más calmado  –digo una vez que tomamos asiento, tratando de fingir que verdaderamente aquella histeria me ha abandonado.

 

–No seas imbécil, todavía no pienso moverme de aquí.

 

–Mmf, como quieras –y obviamente, nunca conseguiré engañarlo –Asumi… –pronuncio en voz alta traicionado por mí subconsciente.

 

–¿Eh?; ¿quién es?

 

–…Mí hija.

 

      Hacia apenas una semana que habíamos logrado ponernos de acuerdo sobre como llamaríamos a nuestra hija, «Onodera Asumi», recuerdo que Onodera se sorprendió cuando le dije que estaba de acuerdo con que llevará su apellido y no el mío, solo podía ser uno, y si yo terminé llevando el de mi madre ¿por qué mi pequeña no? ja, ese comentario fue suficiente para que armara una de sus típicas rabietas; en ese momento pensé, dentro de poco estaré criando a dos niños…

 

      ¿Por qué el tiempo no retrocede?; ¿acaso días como aquellos regresarán a nuestras vidas? ¿y a caso algún día, podrás perdonarme?

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer y comentar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).