Capítulo 13: Tiempo
¿Que regrese? ¿En verdad puede ser eso posible, por qué, por qué siempre debe ocurrirme lo mismo ante tu cercanía? Hace nada estaba seguro que mi determinación era absoluta y tu como siempre logras destruir todas mis barreras. ¡NO! No todas…
–Todo estará bien, regresemos a casa los tres juntos a…
–¡No! –exclamo desasiendo bruscamente su agarre– puedes tener razón sobre muchas cosas, pero, aún si tu amor y preocupación por Asumi son verdaderas, e incluso cuando es cierto q- que no he dejado… de amarte, aún así no significa que pueda perdonar lo que pasó y no sólo me refiero a ti, tampoco he logrado perdonarme a mi mismo por haber hecho a un lado todo ante tus palabras, inclusive… el bienestar de mi bebé. Dices que ella será más feliz con nosotros juntos, y probablemente es cierto, pero antes que pensar en un sentimiento de felicidad o de tristeza, está pensar en la propia vida.
–Es cierto, la responsabilidad por aquel incidente también me persigue, pero no ganaré nada huyendo de ustedes, limitándome a imaginarme que estarán mejor sin mí. Por lo tanto pienso luchar por estar a su lado y pasar el resto de mi vida reivindicándome, aún si no lo lograse jamás rendirme no es una opción, así que, por favor.
–No, todavía no puedo y no se si en verdad algún día podré simplemente pretender que nada pasó.
–Pretender que no ocurrió no es lo que te pido, déjame probarte que…
–Tú no confías en mí, eso es lo único que has probado hasta ahora –espeto con todo el resentimiento que me causa el solo recordar ese día.
–Si eso es lo que piensas, dime que tengo que hacer para convencerte, y que me aceptes –aquella mirada en su rostro mientras pronuncia esas palabras de nuevo logra hacerme dudar, haciéndome sentir dentro de un profundo abismo del que no soy capaz de escapar, en verdad no puedo más, necesito estar solo, necesito…
–Dame espacio, quiero tomarme un tiempo para pensar sin sentirme asediado por tu desconfianza y se que no debería pedirte esto pero al menos unas semanas deja de venir a ver a Asumi –claro a quién engaño, como si fueras a aceptar eso.
–Muy bien –¡qué?–. Entonces me iré ahora y esperaré hasta que tu me llames –¿es en serio?–, pero antes de irme…
–Mmnn –¡IDIOTA! ¿CUÁNDO SE ACERCO TANTO PARA AHORA…?– ¡Qué demonios crees qué estás haciendo? –pregunto desesperadamente intentando moderar mi tono de voz al momento de separarnos.
–Un beso de despedida –responde con una cínica sonrisa dibujada en su rostro– hasta muy pronto… los amo –finaliza el muy estúpido para dirigirse a la puerta y marcharse de una buena vez. Sin que sus últimas palabras dichas en un susurro logren afectarme, porque el hecho de que sienta mis mejillas arder o mis ojos humedecerse no tiene nada que ver con él o con lo que dijo, por más que así parezca.
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Takano-san en verdad ha cumplido con su palabra y en tres días no ha venido o llamado una sola vez. Me hace sentir culpable el hecho de que yo mismo no tengo idea del tiempo que necesito y mientras tanto el no puede ver a su propia hija. Es realmente injusto y más cuando pienso que en parte hago esto para que me demuestre que es capaz de confiar en mí, sin que para ello deba vigilarme todo el tiempo.
Sí… esto es más como un pretexto, porque una parte de mí quiere creerle todo y volver con él; pero lo que resta no me lo permite, tengo miedo, miedo de que todo se repita ¿y si así fuera, realmente sería él quién tuviese la culpa? No, y lo se muy bien.
–¿Mm? –mi teléfono está vibrando, ¿un mensaje?; es verdad, le quite el sonido por miedo a que sonara en el momento más inoportuno cuando estuviera con Asumi. Ya que desde aquel encuentro con Takano-san he procurado traer mi teléfono siempre conmigo sin importar que me encuentre en casa. ¡Pero claro que solo pensando que podría suscitarse una emergencia!
Ah vaya, el mensaje es de Aoi. Me siento mal de pensar que por mi culpa ninguno de sus planes se llevaron a cabo, aunque no lo diga debe haberse decepcionado mucho por eso. ¿Quiere que nos veamos?; me pregunto si habrá decido posponer todo en vez de cancelarlo; de ser así realmente me sentiría mejor. Es una buena idea, entonces… le confirmaré. Y enviado, ¡listo!
Cuando Aoi me contó que sin querer Sanjoin-sensei le había dicho todo acerca de mi condición creo que me puse blanco, me explicó que fué un completo accidente el que se lo haya mencionado y casi bajo “amenaza de muerte” le hizo prometer que no lo diría a nadie; irónicamente ni siquiera a mí o a mis padres, no quería que pensáramos que había traicionado nuestra confianza. Por lo tanto, tampoco yo debo mencionarle a sensei que es de mi conocimiento el que Aoi comparte ese secreto. Ya que no pudo evitar confesármelo ese día, junto con todo aquello que guardaba.
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–Gracias por haber pasado por mí pero no era necesario –digo una vez dentro del auto de Aoi.
–Mmm pues yo creo que sí, quiero decir todavía te estás recuperando de la operación –menciona el “rubio” es gracioso pensar que se siga tiñendo el cabello como si aún fuese un adolescente rebelde–. ¿Dije algo divertido? –cuestiona confundido al notar la sonrisa que aquel pensamiento dibujara en mi rostro.
–No, nada estaba pensando en otra cosa –evado sin sonar muy convincente al estar a punto de estallar en risa por haber recordado como se veía en sus auténticos días de “rebeldía”.
–Oye si sigues con esa expresión, terminaré pensando que estás conspirando en mi contra o algo así –dice ahora con un semblante entre asustado y divertido.
–Lo siento, es que de repente no pude evitar visualizarte como el Aoi que yo recordaba de hace años.
–Entonces lo gracioso ¿era yo?; Vaya gracias –añade con tono ofendido, creo que hable de más.
–Amh, disculpa no fue mi intención ofenderte solo…
–Jajajajaja –¡pero qué…?–. Perdón, perdón –repite mientras mantiene sus manos unidas frente a su rostro y los ojos cerrados fuertemente con el aparente propósito de darle mayor énfasis a su disculpa–, pero lo anterior lo dije de forma tan mal fingida que jamás pensé que lo tomarías en serio. Y es que pareciera lo contrario, pero en realidad no haz cambiado nada. Aunque en tu caso eso no tiene nada de malo –concluye ahora con tristeza en su mirada.
–No te preocupes, ya me explicaste la razón de tu comportamiento en aquellos días y eso ya es cosa del pasado, ahora eres una persona diferente.
–Gracias Ritsu, significa mucho –habla cambiando su expresión en una cálida sonrisa–. Bueno parece que llegamos.
Es verdad, no me había percatado que ya estábamos en el hospital.
–¿No vienes? –le cuestiono una vez fuera del auto, al notar que no tiene intenciones de salir también.
–No, te espero aquí. Siento que si mi tío me ve rondando demasiado por aquí, sospechará que estoy planeando algo y no quiero que nada arruine mi sorpresa. Por lo tanto, no digas que viniste conmigo, ¿quieres?
–Está bien, entonces ahora regreso –es extraño, había pensado que me traía al hospital con el fin de saludar a Sanjoin-sensei, pero supongo que tiene razón, eso podría hacer evidente que estamos planeando algo, aunque esos planes tendrán que esperar a que termine mi revisión.
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–Regresaste pronto ¿todo bien?
–Sí, perfecto en cuatro días regresaré para la primera revisión mensual de Asumi.
–¿En serio, ya tiene un mes? El tiempo pasa volando.
–Es verdad… un mes, no imagino cómo me sentiré cuando este cumpliendo un año, si ahora mismo quisiera llevarla a todas partes para celebrar su primer mes de vida –y aún cuando mis padres están a mi lado apoyándome en todo, siento la creciente necesidad de compartir esto contigo, a la vez que se que tu no desearías perderte nada en la vida de la bebé. Como siempre decías en los días que esperábamos su llegada. Y Quiero que todo vuelva a como era, pero…
–Oye, Ritsu –¿eh?, oh, ya veo, Aoi ha estado llamándome–. ¿Te sientes bien?
–S-Sí por supuesto, ¿me decías?
–Te decía si te parece que vayamos a mi casa para ponernos de acuerdo con calma, porque allá había pensado que fuera la fiesta, o si lo prefieres en una cafetería cercana si no cuentas con demasiado tiempo.
–No, en tu casa me parece bien, mi madre está cuidando a Asumi y quedo de llamarme para cualquier cosa.
–Entonces todo arreglado.
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Por fortuna no había tanto que alistar, solo espero lograr cumplir con mi encomienda cuando el momento llegué. Se ve que Aoi le tiene mucho cariño a su tío, en verdad se esmeró por cada pequeño detalle.
–Gracias por ayudarme Ritsu, oye… estoy solo hoy ¿no te quedarías a cenar?
–Lo lamento pero no puedo, es mejor que regrese a casa ahora por la bebé, así que creo que llamaré para que vengan a recogerme.
–No es necesario, dije que yo te llevaría y además es lo menos que puedo hacer así que… –se pone de pie con aparente intención de que nos dirijamos a su auto, por lo que me dispongo a hacer lo mismo, sin embargo, repentinamente se da vuelta con semblante serio haciendo que me detenga en seco justo detrás suyo– Ritsu, hay algo que necesito decirte.
–Está bien ¿habías olvidado algo? –indago con una sonrisa, debe sentirse avergonzado al tener que pedir algo más, por lo que deseo trasmitirle que no tiene nada de que preocuparse.
–Te amo.
CONTINUARÁ…