Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dos clases de sentimientos por Likachu

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Está es la continuación, aunque sigo sintiendo la historia muy lenta.

 

Sekaiichi Hatsukoi y sus personajes pertenecen a Shungiku Nakamura. Este es un fanfiction hecho por diversión y sin finalidad de lucro.

Capítulo 2: Pesadilla

 

      Escuche un estrepitoso ruido, tal vez producto de mi silla al caer por haberme puesto de pie tan precipitadamente, sentía que el aire me faltaba, por lo que en acto reflejo coloqué las manos sobre el escritorio que tenía delante, –Ritsu –mi vista comenzaba a nublarse, –¡Ritsu! –mi cabeza a dar vueltas, –¡RITSU! –podía sentir como alguien parecía sostenerme a la vez que una voz lejana no dejaba de gritar mi nombre, mientras yo me sumergía en la completa oscuridad.

.

.

.

 

–¿Dónde estoy? –hago aquella pregunta sin dirigirla a nadie en particular, a final de cuentas no hay nadie conmigo en esta habitación de… ¿hospital?

 

 –¿Cómo llegue a…? –como si hubiese recibido un fuerte golpe en el rostro, la escena vivida antes de encontrarme en tan confusa situación invade mi mente, respondiendo a cada una de mis preguntas, o al menos… eso desearía.

 

–Onodera-san, veo que ya ha despertado –No me percaté del momento en que la dueña de esa juvenil voz femenina había entrado, pero de inmediato captó mi atención, provocando que girara mi cabeza en su dirección.

 

–Disculpe… Sanjoin-sensei, ¿el aún se encuentra en el hospital? –hasta este momento no había notado lo débil que sonaba mi propia voz, e internamente deseaba que ella pudiese oírme con claridad, no me sentía con fuerza para hablar con mayor volumen.

 

–Así es, el está aquí todavía no tiene de que preocuparse, su desmayo fue de a penas un poco más de media hora, me pidió que lo vigilara hasta que volviera en si –decía  con tono amable la joven enfermera que ahora me doy cuenta tiene el cabello negro a los hombros y ojos verdes, aunque de un tono muy claro, diferente al mío.

 

–Todo parece estar en orden pero debe tomarlo con calma –continuo ella, mientras al parecer me revisaba el pulso, para posteriormente alejarse algunos pasos.

 

 –Bueno todo luce normal –dijo con una sonrisa –. Permítame un momento para informarle a Sanjoin-sensei que ya recupero la conciencia y también le traeré un vaso con agua ¿desea que le traiga algo más?

 

  –No, el agua esta bien, se lo agradezco es muy amable –dije en respuesta; era apenas la segunda vez que hablaba desde que ella apareció, pero yo aún me encontraba aturdido por lo que me había ocurrido; afortunadamente mi interlocutora parecía entenderlo a la perfección.

 

 

–Me retiro entonces el doctor estará con usted en breve.

 

      No parecía que siquiera hubiesen transcurrido cinco minutos, cuando sensei apareció en la puerta con un vaso de agua en la mano. Pude notar que su expresión no había cambiado, aún era de profunda preocupación y con ese entendimiento sentí desaparecer el último rayo de esperanza de que todo lo dicho por él minutos antes, se tratase de un simple sueño.

 

–Aquí tienes Ritsu, ¿te sientes mejor? –habló mientras se acercaba a mi y me entregaba el vaso con agua.

 

–Sí, gracias –respondí sin quitar los ojos de aquel líquido cristalino, que sin pensarlo dos veces me bebí de un solo trago, nunca antes había sentido la boca tan seca como en estos momentos.

 

–Es normal que sientas deshidratación ¿necesitas que te pida más?

 

–No, está bien, con eso fue suficiente –el mayor tomó asiento en una silla ubicada justo al lado de mi cama y entrelazo las manos acercándolas a su rostro, casi como si pretendiese rezar, pero la posición que adquirió, era más bien dubitativa.

 

–Me diste un buen susto hace unos momentos –hablo con una sonrisa totalmente falsa, la cual se encontraba notoriamente ensombrecida por la consternación que sentía.

 

–Pero no puedo quejarme, el que comenzó con eso de los sustos fui yo ¿no es cierto? –se detuvo un instante y por segunda vez en ese ya “memorable” día, pude escuchar un largo suspiro de su parte.

 

–El.. el –la selección de sus palabras pareció cambiar abruptamente –¿Crees que necesites tomarte algún tiempo para asimilarlo, antes de hablar con tus padres?

 

      Debo haberme puesto aún más pálido por aquella pregunta de lo que ya me encontraba, a juzgar por su rápida intervención y su tono al hablar.

 

–No quiero alterarte, por supuesto que el momento en qué decidas comunicárselos es tu decisión y no voy a presionarte al respecto.

 

      Respire más tranquilo después de aquellas palabras, pero el tenía razón, debía hacerles saber cuanto antes lo que estaba ocurriendo. Es verdad que ellos nunca lo hicieron, sin embargo al tratar de ponerme en su lugar, no puedo visualizar que mis acciones pudieran llegar a ser diferentes. Muy por el contrario, me sentiría orgulloso si un hijo mío llegara a tener algún día de mí, la opinión que yo tengo de mis padres.

  

      ¿Padres…? Algo resonó en mi mente ante lo último; cierto, de la misma forma que yo tengo a mi padre y a mi madre, mi hijo tiene a alguien más además de mi, pero…

 

–¿Ritsu? –al parecer Sanjoin-sensei me había llamado ya más de una vez, pero yo recién lo había escuchado.

 

–¿Ocurre algo? Si no te sientes bien todavía puedes quedarte aquí a pasar la noche; supongo que no ayudaría en nada a tu condición que te quedes solo, y siendo que vives por tu propia cuenta…

 

–No, la verdad es que preferiría marcharme a casa; pero no tiene de que preocuparse mi eh… ya me siento bien.

 

      No podía creer que estuve a punto de mencionar a Takano-san, además el no sabe nada y no se si debería decirle… entre otras cosas porque lo que esta ocurriendo no tiene sentido.

 

–Sanjoin-sensei yo… –es inaudito que este por preguntar esto –bueno, menciono que tengo la estructura interna de una mujer, por lo que el embarazo debería ser posible, pero yo jamás he tenido amh… un ciclo menstrual. ¿Acaso no es ello algo indispensable?

 

–Ciertamente el período menstrual se conoce comúnmente como el primer signo de fertilidad femenina; sin embargo no siempre sucede de esta forma y aunque la ovulación es claramente menor en alguien con periodos irregulares, esta persiste en la mayoría de los casos y el embarazo es posible, aún cuando puede tardar meses o incluso años en lograrse.

 

–Ya veo –Sí, definitivamente debo ser la persona más “afortunada” del mundo. Aunque supongo que eso explica que en secundaria nunca haya pa… Argh ¡qué estoy pensando?

 

      Después de haber respondido a mis dudas, sensei me dio un millón de explicaciones, las cuales ya tenía escritas en una hoja que me entrego junto a una bolsa llena de vitaminas.

 

      Justo cuando pensé que ya había terminado, abrió un cajón del que saco al parecer un expediente.

 

 –Y por último aquí esta tu nueva dieta para lo que resta del primer trimestre, que por supuesto deberás seguir al pie de la letra, dentro de un mes verificaremos los cambios que deberán hacerse.

 

      Tomé el folder que me extendía y comencé a leer ¡ERA ENSERIO?

 

–Sensei esto no lo como ni en una semana ¿y se supone que es lo del primer día?– pregunté deseando que se hubiese equivocado, y eso fuera lo del último trimestre de alguien que espera quintillizos. Pero dado que la suerte no estaba de mi lado o en primer lugar no me encontraría aquí ahora mismo, no existía error alguno.

 

      Resignado me despedí de mi medico, habiendo acordado regresar en una semana; sin estar seguro si para entonces ya habría tenido el valor de confrontar a mis padres. Pero Sanjoin-sensei estaba en lo correcto cuando antes de retirarme menciono que si bien se impactarían con la… noticia, no tendría que preocuparme mucho con su reacción posterior.

 

      Tomé un taxi a mi apartamento, le indiqué al chofer mi dirección, para luego tomarme el resto del camino para reflexionar sobre todo lo que había sucedido este día; o mejor  dicho todo lo que había descubierto de una sola vez.

 

      No tuve mucho tiempo para pensar, o al menos así lo sentí, porque en lo que me parecieron segundos, el taxista ya se encontraba estacionado frente a mí edificio departamental.

 

      Pagué la tarifa y me dirigí a mi hogar, lo único que quería era dormir y despertar de esta pesadilla; pero sabía perfectamente que eso no era posible, cuanto antes tenía que enfrentar la realidad y por lo visto otro tanto de ella volvía a chocar conmigo justo ahora. Parece que este día nunca termina.

 

–¿Onodera? –me llamó Takano-san, por lo visto confundido por las cosas que vengo cargando. ¿Cómo puedo tener tan mala suerte para llegar frente a mi departamento, en el preciso momento que el sale del suyo?

 

–Buenas noches Takano-san –sin dar oportunidad a que diga nada más entro rápidamente a mi departamento, aún cuando alcanzó a escuchar su voz llamándome nuevamente. Hoy ya no puedo más…

 

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, igual si les gusta espero leerlo en un review.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).