Capítulo 22: Final
Después de haberme tomado dos años sin trabajar para cuidar a Asumi finalmente regresé a editar. Y aunque me causó algo de nostalgia el no volver a Esmeralda o a Marukawa con Takano-san, sentí que era importante dar el paso de regresar a Editoriales Onodera y hacer frente a mis inseguridades para demostrarles a todos aquellos que me veían por debajo que ya no dejaría que eso me afectara.
Me dediqué a cumplir con mi trabajo a cabalidad sin preocuparme de los comentarios mal intencionados que naturalmente aún ahora no se han detenido. Sin embargo, continuaré en mi puesto haciendo lo que me gusta, es algo que ya decidí y se que cuento con el apoyo de toda mi familia para alcanzar mis metas. Eso es más que suficiente para mi.
Desde que volví al trabajo mi madre ha sido la encargada de cuidar a Asumi a insistencia suya, la verdad Takano-san y yo no teníamos inconveniente en que fuese a una guardería, pero mamá como siempre quería pasar tiempo con ella y en realidad fue lo mejor, ya que hasta cierto punto eso ha mejorado la relación de mis padres y Takano-san.
Tampoco ha sido un remedio milagroso, pero bueno… ya se hablan sin que para ello tengan que discutir todo el tiempo; porque no pelearían en frente de Asumi. Todos la adoran y jamás dejarían que tuviera que presenciar algo así.
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–¡Papi!
–Hola, ¿lista para irnos a casa?
–¿Por qué no se quedan hoy también a cenar con nosotros?
–No, lo siento mamá, ayer podíamos porque Takano-san ya me…
–¡Papi, papá dice que de tienes que decid Mafamune!*
–Sí, gracias por recordármelo Asumi –le acaricio la cabecita a mi niña que en su total inocencia ha caído víctima del lavado de cerebro de su maligno padre, el cual insiste en su ya insoportable idea de que lo llame por su nombre, cuando ya le he explicado hasta el cansancio que es algo que no soy capaz de controlar y aún así ha llegado al grado de utilizar a mi propia hija como arma en contra mía sin que ella lo sepa siquiera. ¡No podría caer más bajo!–. Te decía mamá que como Masamune –se siente tan extraño decirlo, ¿qué de malo hay con seguirlo llamando Takano-san!– ya me había llamado ayer para decirme que llegaría tarde, aceptamos quedarnos, pero hoy saldrá temprano. Nos lo dijo en la mañana, ¿verdad cariño?
–¡Sí! Y yo le voy a ayudan a cocinad.
–¡Oh, sabes cocinar ya querida?
–Sí, ya podque mi papá me está ensellando.
–Nos vemos entonces mamá.
–Hasda mallana –me da ternura que sin importar que Asumi sepa que volverá a ver a su abuela hasta dentro de dos días o más, ella seguirá diciendo hasta mañana. De la misma forma que si algo ocurrió hace una semana o más para ella sigue siendo ayer. Supongo que debería explicarle la diferencia una vez más…
–Sí niños cuídense –eso de niños estuvo de más. Si mi madre y Takano-san conversarán con calma un día, se darían cuenta de todo lo que tienen en común y podrían llegar a llevarse mejor. Sin embargo llegado a este punto comprendo perfectamente que eso sería demasiado pedir.
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–Papá ya degaste –exclama Asumi emocionada mientras corre a abrazar a su padre.
–Por supuesto, te prometí en la mañana que haríamos la cena juntos, ¿no es cierto? –le cuestiona a lo que mi niña asiente aún mas entusiasmada que antes.
–¿Hace mucho que nos estás esperando? –pregunto cuando se acerca a mi para besarme aún cargando a Asumi. A lo que ella lo imita besándome en la mejilla.
–Un poco pero me dió tiempo de tomar una ducha, ¿por qué no haces lo mismo en lo que preparamos todo?
–Está bien ahora vuelvo.
Me dirijo al baño escuchando el desastre de ese par detrás de mi. Takano-san es muy ordenado pero cuando se juntan padre e hija parecen un torbellino, sobre todo en la cocina. Por fortuna dejar todo brillante al final es parte de su “diversión”, en eso nunca podré seguirles el paso…
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–Pobre, terminó más que exhausta con el banquete tipo regimiento que prepararon entre los dos –susurro apenas audible para que Takano-san pueda escucharme, mientras arropo a Asumi que verdaderamente ha caído rendida.
–Tu siempre piensas que una comida completa es algo exagerado. Así que por el futuro y salud de mi hija debo instruirla en la realidad lo antes posible.
–¿Exactamente qué quieres decir con eso? –replico cuando hemos salido y cerrado la puerta de la habitación.
–Mmf, algo me dice que ya lo sabes –“responde” acercándose a mi lo suficiente para que pueda sentir su aliento sobre mi rostro, observo como se inclina buscando mis labios, a lo que sin pensar entre abro la boca casi sintiendo ese esperado contacto. Sin embargo detiene sus intenciones y en su lugar coloca su mano en mi mejilla acariciándola suavemente y atrayéndome de forma que su frente queda sostenida en la mía–. Dí mi nombre –pronuncia tan dulcemente que siento como mi conciencia y sentidos se pierden en el sonido de su voz–. Dilo, Ritsu –repite de la misma forma para terminar de estremecerme al decir mi nombre con tanta ternura.
–Ma-Masamune… –digo por fin antes de siquiera darme cuenta de ello. Solo puedo sentir mi rostro arder y deleitarme con su sonrisa la cual súbitamente se ha hecho más amplia y brillante aún.
–No fué tan difícil ¿verdad? –habla antes de finalmente unir nuestros labios y mi cuerpo hasta ahora inmóvil reacciona instantáneamente aferrándose al suyo envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Siento su brazo aferrarse a mi espalda y eso solo hace subir aún más la temperatura de mi cuerpo.
–Papi… –¿eh?; ¿pero qué…?; con la puerta del cuarto de Asumi entre abierta, puedo escucharla llamarme y súbitamente me separo de Takano-san.
–¿Qu-qué pasa cariño, algo te despertó? –le cuestiono tratando de disimular mi agitación, aunque viendo como se frota uno de sus ojitos y apenas logrando mantener abierto el otro me tranquilizo rápidamente.
–Es que… ¿mallana si vamos a id al zológuico, vesda? –tanto Takano-san como yo dejamos escapar una pequeña sonrisa al escuchar aquella preocupación que consigue quitarle el sueño a nuestra pequeña.
–Pues claro que sí. ¿No me digas que solo para eso te levantaste? –ella solo asiente y parece que va a caer rendida en cualquier momento.
–Vamos entonces, de vuelta a la cama –la alza Takano-san para llevarla a su habitación.
–¿Puedo domid con ustedes hoy?
–No veo porqué n…
–Hoy no princesa, recuerda que habíamos acordado que por lo menos los fines de semana no habría tropiezos en dormir por tu cuenta. Pero te diré algo, si está noche lo consigues, mañana iremos al parque de diversiones después del zoológico.
–¡En sedio? –nueva energía parece haber sido inyectada en ella después de escuchar semejante y ABSURDO trato.
–¿Acaso alguna vez he roto una promesa? –mmm… con la imprenta tal vez, aunque no se si eso cuenta como promesa.
–Nuca.
–Entonces es un trato –se dan la mano cerrando su acuerdo y feliz cada quien de haberse salido con la suya se procede a que la hija empiece con cumplir su parte.
–Bonas noches papi.
–Buenas noches, señorita Onodera, que bueno que terminaron con éxito sus negociaciones –respondo cuando pasan a mi lado y aprovecho para besar y abrazar a mi pequeña réplica de Takano-san.
Me dirijo a nuestra recamara para también dormir. Y espero poder hacerlo, todo indica que mañana será un día muy pesado… Sin embargo es exactamente así como me gusta pasar el tiempo y si todo permanece por siempre de está forma no podría estar más feliz.
–Ya se durmió –entra hablando Takan… ¡Masamune!
–No lo dudo –aclaro con algo de sarcasmo–. Sabes, me gustaría saber como haremos mañana para cumplir con todas tus promesas sin morir en el intento –digo de brazos cruzados con mis ojos clavados en los suyos–. ¡Oye qué…? Mmmn –repentinamente salta hacia mi, separando mis brazos y comenzando a besarme, posicionándose sobre mi cuerpo.
–Otro trato –susurra a centímetros de mi cara sonriendo de manera lasciva–, si para cuando terminemos aún puedes mantenerte despierto, te explicaré cada paso de lo que ocurrirá mañana con lujo de detalle.
–¿Ha-a! Pero yo… –como era de imaginarse no espera mi respuesta y de inmediato vuelve a reclamar mis labios que no tardan en traicionarme entregándose a él junto con mi cuerpo, mi corazón y todo mi ser.
Solo él puede hacer hervir mi sangre de está forma, de robarme la lucidez y hacerme olvidar todo a mi alrededor. Eres el único con quién deseo estar, el padre de mi hija, el dueño de mi felicidad y mi futuro. Sí… a tu lado finalmente he llegado a entender el significado de vivieron felices para siempre. Te amo Masamune.
FIN