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Eterno por Litau

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¿Qué es la eternidad sino 
la continuación de la agonía?

¿Qué es la eternidad 
sino la muerte sin fin?

¿Qué es… 
La vida de todos modos?  

***

Luhan no recordaba una vida antes de la muerte.

Tampoco es que quisiera recordar.

Estaba bastante satisfecho con lo que era. Sea lo que fuere. Le gustaba la brisa helada de la noche en forma de viento, respirar ese aire cargado de noche y energía lo hacía sentir vivo.

Eterno.

Le gustaba el andar quieto de las calles y la soledad de los pavimentos. Caminaba por el asfalto como si toda la ciudad y sus luces le pertenecieran. Le gustaba caminar sin tenerle miedo a nada y sin hablar con nadie.

“Solitario”, diría Sehun.

¿Pero a quién carajos le importaba?

“Ten cuidado” Luhan recordaba la voz de Kyungsoo siempre que sabía que haría algo estúpido.

Esta vez no le importaba.

Luhan quería beberse el mundo completo en una sola noche.

Se paró en medio de la calle. Cerró los ojos cuando vio las primeras luces de un coche y extendió los brazos. El conductor tocó el claxon varias veces antes de intentar desviarse.

Luhan sólo sonrió.

El rechinido de los frenos y un estruendo resonaron en la calle con un eco. Como si el accidente se repitiera una y otra vez.

Como si fuera eterno.

***

Las luces lo aturdían. Había flashes por todos lados.

—¡Mira aquí!

—¡Una foto! ¡Una foto!

—¡Mira hacia acá!

Los clicks de las cámaras le daban náuseas. Oía gritos por todos lados, y aplausos, y sonrisas. La gente gritaba su nombre.

—¡Kris!

—¡Kris!

—¡Kris!

Kris cerró los ojos, aspiró aire con todas sus fuerzas y luego lo soltó de golpe. Una sonrisa hermosa y completamente falsa se dibujó en sus labios.

Volteó a cada uno de los lados que le indicaban. Sonrisa, guiño, saludo.

—¿Es cierto que ayer fuiste a EXO?

—¿Cómo te sientes después de haber salido de la cárcel?

—¿Tu madre sigue en rehabilitación?

—¿Por qué se retiraron los cargos?

“No digas nada” Kris recordaba la voz de Lay mientras le apretaba el hombro. “Sólo sonríe. No dejes de hacerlo”. 

Kris sólo tenía ganas de vomitar enfrente de los costosos lentes de las cámaras y sobre aquellas personas morbosas que fingían conocerlo. Quería vomitar enfrente de todos y decirles que se fueran a la mierda. Quería golpearlos y meterles sus estúpidos chismes por el trasero.

—Muchas gracias por venir.

Los flashes lo golpearon por unos minutos más. Cuando sintió que era suficiente hizo una reverencia y caminó lentamente hacia el edificio. No quería que pareciera que estaba huyendo aunque era exactamente lo que quería hacer.

—¿Cómo estás? —Joonmyun lo miraba como si sintiera pena por él. Kris frunció el ceño y se roció más agua helada en la cara. Su reflejo en el pequeño espejo del baño no le parecía igual de atractivo que siempre ¿Tan mal estaba?

—He estado mejor —Kris cerró la llave y salió. El baño de la oficina de Joonmyun era demasiado pequeño para su gusto pero ya se había cansado de decirlo. Sabía que Joonmyun no lo cambiaría sólo por él.

—Estuviste genial allá afuera —lo halagó el otro mientras se recargaba en su silla de cuero ridículamente costosa. Sonreía. Kris sabía que no había estado tan bien pero no dijo nada—. Supongo que ahora los diarios dirán que tu regreso a IGAB models es oficial.

—Supongo.

—Es un gran momento. Zitao acaba de entrar en un pleito legal con su agencia y no hay ningún modelo popular que tome trabajo grandes ¿entiendes? Estamos de suerte.

Kris suspiró. Aquí iban de nuevo.

—Suho…

Joonmyun lo miró con extrañeza por encima de una serie de folders con su nombre.

—¿Mmmh?

—Yo… No estoy seguro si quiero volver.

El comentario pareció alterar un poco al chico de traje detrás del escritorio pero fue sólo un segundo. Kris apenas pudo percibirlo antes que el otro compusiera una amplia sonrisa. Una sonrisa terrible.

—Kris, ya pasaron tres meses.

—Pero…

—Tienes que superarlo.

—Yo…

—Me dijiste que necesitabas tiempo, te di tiempo… Tres meses.

Kris sabía lo que venía a continuación…

—¿Sabes cuánto dinero ha perdido la agencia en tres meses?

Kris volvió a respirar con todas sus fuerzas.

—¿Sabes cuántos dinero pagamos por cancelar tus contratos sin armar escándalos?

—Lo sé.

—¿En serio lo sabes? Porque yo sólo estoy viendo a un cobarde hijo de puta lloriqueando que necesita más tiempo como si se mereciera el mundo.

Kris no esperaba menos que eso.

—Yo sólo veo que a ti te importa un carajo si mi agencia se hunde por tus estupideces.

¿De qué servía replicar?

—Tienes razón.

—Por supuesto que la tengo —esta vez Suho dejó de sonreír y miró a Kris directamente a los ojos—. Tuve razón en cuanto te vi y supe que serías alguien grande. Tuve razón cuando te dije que no te metieras con él. Y míranos. Nos hemos equivocado pero esta vez sé que no dejaré que vuelva a pasar. Te haré llegar a la cima. Quieras o no.

—Lo haré.

Suho puso enfrente de él un montón de carpetas. Su charla “motivacional” había terminado.

—Haz que no me equivoque.

Kris sólo asintió y tomó los documentos.

***

Las cosas no habían salido tan bien como Luhan esperaba. Estrellarse enfrente de un coche en una de las avenidas principales nunca había sido algo muy sensato pero no esperaba que la policía llegara tan rápido. Las sirenas y sus colores lo desesperaban y ni qué decir de las ambulancias con su andar histérico.

No habían pasado ni diez minutos.

Luhan salió de entre las capas de metal como si se desenredara de sábanas de seda. Observó a través del parabrisas roto. Su víctima había muerto casi instatáneamente. Luhan se sintió orgulloso, estaba ganando experiencia. Caminó hacia el lado de la puerta del conductor y con su puño golpeó la ventana. El cristal se rompió y miles de fragmentos volaron como gotas de lluvia congeladas. Luhan sintió algunas incrustarse en su piel. Era curioso cómo dolía y después dejaba de hacerlo.

Luhan volvió a concentrarse en el sonido de las ambulancias y las patrullas ¿a cuántos kilómetros de distancia las había escuchado?

Treinta… Quizá veinte. No tardarían mucho en llegar y tenía que apurarse si es que quería sacar algo de ahí.

Metió la mano y abrió el seguro de la puerta. La víctima estaba enfrente del volante y las bolsas antichoque no se habían activado. Luhan lo empujó con delicadeza contra el asiento y casi pudo sentir como los huesos del otro se desbarataban contra sus manos.

¿Cosquillas fracturadas? ¿Derrame interno?

Sea lo que fuere iba a darle mucho trabajo. Era mejor comenzar de una vez.

***

Había ambulancias cerca del edificio de Kris mientras éste iba caminando de regreso de la oficina. Vio un auto destrozado y su estómago se encogió de miedo. Los recuerdos comenzaron a llegar.

No quiero ir. 
No te estoy preguntando, vístete. 

Los policías acordonaban la zona y los paramédicos salían de sus vehículos. La gente curiosa se empujaban para ver la sangre de cerca y era difícil caminar por las acercas con tanta gente amontonada.

¿Te sientes bien? Deberíamos quedarnos.

Kris Caminó lo más rápido que pudo y sus manos temblaban cuando tecleó la contraseña de la entrada principal de su edificio.

—¡PROMETISTE QUE LO DEJARÍAS!

—Señor, ¿se siente bien? —Lee Hyun, el portero, lo miraba preocupado mientras cerraba la puerta detrás de él.

En verdad no entiendo que sucede contigo, Kris. 

Kris se recargó en la mesa de la recepción y trató de olvidar la imagen de los cadáveres dentro del auto.

—¿Quiere que llame a su médico?

—No, estoy bien.

—Parece mareado.

No pudimos hacer nada. Lo siento. 

Kris trató de enfocar al portero pero la cabeza le daba vueltas.

—No necesito un médico.

Caminó con todas sus fuerzas hacia el elevador y presionó el botón de llamado casi con desesperación.

¿Sabes, me gusta mucho cuando sonríes?

Su piel. El color de sus ojos. Su sonrisa. Kris sacudió la cabeza tratando de alejar todas la voces que venían a su mente. Tenía que huir.

—Debería descansar —el portero se veía cada vez más preocupado—¿Quiere que lo acompañe a su departamento?

¿Te gustaría quedarte conmigo esta noche?

Kris negó con la cabeza mientras entraba al elevador.

Las puertas de metal se cerraron y él se dejó caer. El olor a gasolina y a metal quemado aún lo perseguían. Los sentía en la garganta. Su cuerpo estaba empapado en sudor y por alguna extraña razón no podía dejar de temblar.

Te amo, no lo olvides. 

Sí. Kris estaba enfermo. Enfermo de recuerdos.


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