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Cuando vayas a morir... por kozzha

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Notas del capitulo:

Hoooola, pa que vean que no soy tan mala jaja publico un cap más de este fic.

 

Ahora si ya he llegado a mi límite.

En este día escribí tres caps de distinstos fics pero pues si me quiero dedicar a esto pues tendré que acostumbrarme.

Mmmm...respecto al cap; creo q muchos se van a decepcionar o no sé  ay no sé como vaya a reaccionar pero bueno, toda crptica es bien recibida.

Sin más q decir.

les dejo este nuevo cap.

 

 

El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí porque se nos escapa el presente.

 

 

Capítulo 10

Ciudad Futura.

 

 

 

-En nombre Azznarepze y de un servidor, le entregamos esta cordial invitación-el hombre se hincó y le tendió un sobre a el rubio.

-¿Invitación?-dubitativo miró a Esog quien tenía el rostro desencajado por la cólera de aquella intromisión.

-Así es, es una invitación a mi territorio, a ciudad Futura.

-¿Ciudad Futura?-el joven miró a la pequeña muerte esperando alguna respuesta pero ésta simplemente desvió la mirada.

-En el camino le aclararé todas sus dudas-Haitir le dio el brazo a Eiri quien se sonrojó ante la acción de aquel hombre-No se sonroje corazón, como todo caballero, mi deber es tratar educadamente a las almas.

-¿Corazón?-musitó aún más abochornado el rubio.

-Que asco-masculló Esog.

-Celoso-le contestó Haitir, provocando que tánatos se encolerizara aún más.

Eiri viendo la insistencia del extraño hombre, aceptó el brazo de éste.

-Me siento como una niña-murmuró.

Haitir lo dirigió hacia el carruaje donde esperaba su caballo alado.

-Este es mi mascota Blodia-musitó el peligris. Blodia agitó sus tres pares de alas en forma de saludo. Haitir ayudó a subir al escritor al carruaje.

-No te confíes tonto-vociferó Esog- nadie impedirá que yo me lo lleve al infierno...yo siempre gano...yo siempre soy la victoriosa en esto.

-No siempre, hay veces que Aznarepzze te deja ganar para que no llores como párvulo-respondió Haitir. Esog apretó la mandíbula.

-Lebúcull, atácalos-ordenó la parca. El cerberos pegó la carrera en contra del carruaje donde se encontraban Haitri, Eiri y Blodia. Pero el pegaso abrió sus alas e inició el vuelo, por lo que el perro de tres cabezas no pudo alcanzarlo- El es mío...su alma es mía...e iré por ella-se oyó decir a Esog.

-¿Pero que demonios es todo esto?-preguntó Eiri, aún confundido.

-¿Sabes sobre la antigua cultura griega?

-Y eso a que viene con todo esto... la carta...

-Aquellos humanos tenían algo...que ni nosotros mismos sabemos pero en su cultura existe el cerberos, el pegaso, etc.

-Lebúcull...y...Blodia-Eiri miró al gran caballo.

-Así es. También parecía que conocían de nuestra existencia.

-¿Cómo?

-¿Alguna vez en tu vida escuchaste hablar de "Las tres Moiras"?

-En el colegio.

-Bien...pues la tres Moiras somos nosotros.

-Aznaprepzze es Cloto, la que hila y crea la vida, un servidor es Láquesis, la que asigna el destino...

-Pero...¿Yo que tengo que ver contigo?

-En un momento aclaro eso...Continuando, yo que soy la que asigna el destino, me dedico a coser cada uno de los miles de destinos del humano mortal.

-¿Por eso tu costurero?

-Jajajaja...si-rió Haitir-Por último está Atropos...

-La inflexible, la que corta el hilo con sus tijeras, la muerte, o sea ...Esog.

-Así es.

-¿Y sus tijeras? ¿No debería tenerlas?

-Madre se las quitó porque, como la niña que es, cortaba a todas las almas con sus tijeras-el hombre suspiró.

-Me lo imaginé. Pero...-el escritor miró al peligris-¿Por qué la invitación? Si tu eres destino, ¿Por qué me buscaste? Yo ya no tengo destino, no tengo futuro...

-Aquí va lo interesante. Al ver la manera en que nuestra hermana utilizaba sus poderes, Aznarepzze y yo decidimos darte una invitación a mi territorio, en donde habitan los destinos de todo humano. Aquí viene la pregunta, ¿Qué es lo que deseas ahora? Ver lo pudo ser tu futuro si es que hubieras sigo vivo o ver el futuro y los distintos destinos de Shuichi Shindo-ante la mención de su amante Eiri abrió los ojos.

-Deseo ver a Shuichi.

-Eres igual de transparente que el agua-Blodia se mezcló entre la muy espesa niebla y cuando ésta se desvaneció, apareció bajo ellos una ciudad, o eso fue lo que le pareció a Eiri. El animal aterrizó en la entrada de ésta, en donde había un gran letrero que decía "Bienvenidos a ciudad Futura". El par apeó del carruaje y antes de pisar la entra de aquel lugar, Eiri vió un letrero pequeño en un costado que decía: "Sólo se permite el paso a las almas con boleto de cortesía"

-Que lugar tan raro.

-No ofendas mi territorio y mejor saca tu invitación que sin ella no podrás entrar-Haitir cruzó la entrada seguido por el rubio quien ya llevaba en la mano su invitación que era plateada y decía el nombre de la ciudad. Al ver la supuesta ciudad, el rubio arqueó una ceja pues frente a él sólo se veía una casa en ruinas, un gran edificio, una casa campesina y una de tipo oriental de dos pisos.

-¿A esto llamas ciudad?

-Son pocos los distintos caminos en el destino de éste individuo de nombre Shindo Shuichi, por tal motivo no es una metrópolis como me imagino que pensabas.

-Y esas casas, ¿Qué son?

-Son los distintos destinos, ¿Cuál quieres visitar primero?

-La casa que está a punto de caerse pero...

-No se va a derrumbar y si así pasara...no nos afectaría en nada-Haitir le volvió a ofrecer el brazo al rubio, quien bufando lo aceptó. Con paso lento se adentraron a la casa, en su interior se encontraba un gran cementerio. A lo lejos el rubio pudo ver a un gran grupo de gente de luto, miró al hombre destino.

-Así es corazón, éste es tu entierro- el par caminó hacia el gran grupo el cuál consistía en los familiares de él, algunas amistades y Shuichi, quien se encontraba con la mirada perdida; su rostro estaba completamente demacrado y los ojos hinchados de tanto llorar, se veía frágil.

-Shuichi...-el mencionado se acercaba hacia la tumba de su amado, ayudado por su inseparable amigo, Hiroshi Nakano. Todos lo miraban con lástima. Se hincó a la altura de la tumba y se abrazó a ella.

-Yuki...pronto estaremos juntos...juntos de nuevo...-dicho esto soltó en llanto, un llanto amargo y lleno de dolor, que ni yo podría describirlo.

-Vamos Shu...necesitas descansar-comentó el pelirrojo.

-No..no me alejes de Yuki-suplicó el joven, soltándose del agarre de su amigo. Entre Tatsuha y Nakano tomaron a Shu de la fuerza para que se alejara de la tumba y pudieran enterrarla por fin-¡No!...No me alejen de la persona que amo...quiero estar con él...no me alejen por favor...Yuki..Yuki ayúdame-al ver el estado en que se encontraba el par lo soltó, Hiro se limpió unas lágrimas pues no podía ver así a su amigo. Tat se armó de valor e ignorando de su dolor abrazó a Shuichi.

-Desahógate Shuichi-le murmuró, mientras lo abrazaba cada vez más fuerte.

Al ver el dolor en rostro de su amor se sintió miserable, pero las lárgrimas ya no salían, ¿Por qué? De seguro su alma ya se estaba desvaneciendo.

-Shuichi...-volvió a susurrar.

 

 

Después de darle la última despedida al escritor, se habían dirigido hacia la casa de los Seguchi, en donde iba a ser la reunión y velorio del joven.

Shindo permanecía ido, mientras su amigo le obligaba a comer algo pero éste se negaba. Después de insistir tanto, se dio por rendido y sólo se mantuvo callado, apoyando a su amigo ante la gran pérdida. Mika se acercó al pelirrosa.

-¿Podemos hablar?-Hiro ante lo dicho se alejó, dejando solo a su amigo con su cuñada-Creo que a ti te corresponde quedarte con todas las pertenencias de mi hermano, no dejó testamento pero creo que es lo mejor.

-Eso me da igual...todo ya me da igual.

-Si no deseas quedarte en el apartamento, serás bienvenido en nuestra casa.

-Gracias, lo pensaré.-La castaña le frotó la espalda en forma de apoyo para después alejarse del jovencito y volver junto a su esposo.

Cuando todo hubo finalizado, Shindo le pidió a Nakano que lo llevara al apartamento, el joven a regañadientes obedeció a su amigo y no lo presionó. Al llegar al lugar, el pelirrojo se ofreció en acompañarlo pero el cantante se negó.

Cuando entró al lugar y vio todo, el mundo se le vino encima. Con decisión se encaminó hacia el tocador y de ahí buscó en la alacena unas píldoras, los antidepresivos que su novio tomaba.

-No...no Shuichi, no lo hagas-gritó Eiri, al recordar lo que sucedía con las almas que se adelantaban a Esog.

El pelirrosa se tomó todo el contenido del frasco. Con lentitud se dirigió hacia la habitación en donde se recostó y se curbió con las frazadas.

-Te lo dije...pronto estaremos juntos Yuki...-el aire empezó a faltarle y la visión se le hacía cada vez nublada. Le dieron deseos de volver el estomago pero hizo un gran esfuerzo y se contuvo. Después de sufrir unos cuantos espasmos el último suspiro se le fue. Se quedó ahí, con la mirada hacia el vacío.

-Shu...Shuichi...¡No!

Esog apareció, le miró con sus ojos taciturnos, se quitó la túnica, cubrió el cuerpo del cantante para después volvérsela a poner, en la orilla de ésta se podía ver el rostro de Shuichi, llorando y lamentándose.

-¡Maldito! Devuélveme a Shuichi-el rubio se dirigió a la visión de la parca pero en ese instante la casa se derrumbó.

 

 

Cuando abrió los ojos ya se encontraba en la acera contraria de donde había estado la casa en ruinas.

-Eso...¿Eso le va a suceder a Shuichi?

-No lo sé, eso ya depende de él.

-No quiero...no quiero que ese sea su final...el tan lleno de vida y...y que haga eso.

-Lo siento corazón pero en eso yo no puedo interferir, yo coso los destinos, hago distintos caminos y el mortal es el que elige cuál.

-Shuichi...

-¿Quieres seguir el recorrido?

-Si.

-¿A cuál deseas ir?

-A la campesina.

-Bien-Haitir le dio el brazo a Eiri quien lo aceptó. Se dirigieron a la casa que el escritor había elegido.

Dentro de ésta se encontraba un Shuichi sonriente quien hablaba con Hiro en la cocina del apartamento que había compartido con el escritor, junto al pelirrosa yacía le retrato de Eiri.

-Esto es un año después de tu muerte.

En la imagen se veía como el pelirrojo se despedía de Shuichi.

-Hey Hiro, ¿No piensas despedirte de Yuki?

-Ah...es cierto-suspiró Nakano-nos veos joven Yuki-hizo una reverencia frente al retrato.

-Bien-sonrió Shu-Hoy amaneció de buenas, ¿verdad Yuki?-pero cómo el Yuki ahí presente sólo era un retrato, el cantante no recibió respuesta-Siempre tan parco-rió. Nakano miró a su amigo con preocupación.

Eiri miró al Destino.

-Después de tu muerte, aquel joven no lo pudo superar y perdió la cordura.

-No puede ser...

-Nos vemos mañana amigo.

-Claro-el guitarrista se encaminó a la puerta seguido por Shu quien despidió a su amigo.

 

Volvió a la cocina y miró su reloj de pulsera.

-Wou...ya es tarde, tengo que preparar la cena, ¿Qué vas a querer que te prepare Yuki?-pero no recibió ninguna respuesta-Mmm...veo que no te importa lo que guise, está bien, haré sopa miso.

Mientras preparaba la cena, el joven tarareaba una de las canciones de Bad Luck; cuando terminó la sopa, le sirvió su porción a su novio para después servirse él. Después de terminarse su cena Shu habló:

-¿No te gusto la cena?-pero no recibió ninguna respuesta-Yuki, te estoy hablando...-tomó el portarretratos-¿Estas enojado? ¿Por qué no me diriges la palabra? Yuki...-apretó el marco para después azotarlo contra el suelo-¡Háblame!-vociferó, exasperado para después soltarse a llorar.

La puerta principal se abrió y el hermano menor de Eiri entró. Desde que el mayor había fallecido, Tatsuha se había comprometido en cuidar a Shuichi, por tal motivo, cada dos veces a la semana iba a visitarlo para ver como se encontraba.

Al entrar y escuchar los sollozos de su cuñado se apresuró a entrar a la cocina donde se encontraba de rodillas el pelirrosa, llorando frente a una fotografía de su hermano.

-Shuichi, ¿Qué sucede?

-Yuki...Yuki ya no quiere hablar conmigo.

-Pero...mi hermano.

-Basta...no quiero ver más.

-Como tu digas corazón.

-Ya sé como va a terminar esto o al menos me lo imagino-miró con ojos llenos de dolor a Haitir.

-Así es... Shindo Shuichi vivirá el resto de su vida en un  psiquiátrico.

-No lo quiero escuchar-el rubio se cubrió los oídos.

-Lo siento.-tomó de la mano al joven rubio y lo dirigió hacia la salida.

 

 

Fuera de la casa de tipo rural, láquesis miró al Usegui.

-¿Deseas continuar?

-Si...ahora quiero ir a la casa de dos pisos-la señaló. Sabía que lo que adentro podría ser peor que las dos anteriores pero deseaba conocer los distintos caminos de su novio.

Ahora Haitir no lo tomó del brazo, sólo lo haló hacia el interior de la casa oriental.

-Esta casa muestra lo que sucedió después de tres años de tú fallecimiento.

En aquella casa se podía mostrar a Shuichi quien había forjado una relación seria con su ídolo Ryuichi Sakuma. Después de lo que había sucedido con el rubio, el cantante se había dedicado a consolar al menor hasta que el menor se fue encariñando con su ídolo.

-No puede ser-musitó el escritor, dolido, al ver como es que Sakuma le hacía el amor a su novio.

-Me decepcionas corazón. Eres más egoísta de lo pensé.

-Lo siento pero, tan sólo han pasado tres años y...

-Ese joven merece ser feliz, la vida siguió para él, si tanto lo amas como decías, es para que te hubieras alegrado por él. Este camino es distinto a los otros dos, o, ¿A caso deseas verlo en la túnica de Esog o en un manicomio?

-No

-Entonces sonríe.

Salieron de aquella casa, Eiri sonreía un poco pues su compañero tenía razón; Shuichi era feliz a pesar de que fuera con otro.

-Ahora al edificio, el último y más largo camino del joven llamado Shuichi Shindo.-Yuki Eiri se armó de valor y siguió al peligris.

A pesar de que el edifico era muy grande, sólo se podía ver un piso, el tercero.

Ahí se mostraba un Shuichi maduro, de unos treinta y algo de edad, portaba un traje sastre de color vino. Cenaba en un amplio comedor en compañía de una mujer de la misma edad y un niño de ojos brillosos y violetas como los del pelirrosa.

-Esta es su familia.

-¿Familia?

-Así es...ya te había dicho " La vida sigue"

-Creo que tienes razón.

La familia después de cenar se había dirigido a la sala a ver algunos programas del televisor, cuando fue hora de que el pequeño, que aparentaba unos seis años, fuera a la cama.

Shuichi lo llevaba en brazos. Lo recostó en su cama.

-Papá...-musitó el niño, un poco somnoliento.

-Dime.

-Hoy en la escuela la profesora nos preguntó el motivo de por que nos habían puesto los nombres que teníamos y yo fue de los pocos que no supe que decir.

-¿Quieres saber por que te llamas Yuki Eiri?

-Yuki Eiri-repitió el escritor, asombrado.

-Si papi-respondió el pequeño niño.

-Bien, pues eso es por que así se llamaba una persona muy especial para tu papá.

-¿Lo conozco?

-No, desgraciadamente no.

-¿Es tu mejor amigo?

-Jajaja...si el escuchara esto hubiera puesto una cara de cabreado-rió el pelirrosa.

-¿Por qué?

-Pues mi amigo era de un gran temperamento.

-¿Qué es temperamento?-Shuichi pensó un poco.

-Cuando alguien dice que es de gran temperamento se refiere a que es una persona con el carácter fuerte, que es muy gruñón.

-¿Cómo un ogro?

-Jajaja...si exacto, Yuki era un ogro...jajajaja...pero un lindo ogro.-la mirada de Shu se tornó melancólica.

-Papá, ¿Tú amigo vive lejos?

-Si...muy lejos...por eso desde hace más de diez años que no lo veo.

-Eso es mucho.

-Lo sé.

-Y, ¿Algún día piensas ir a visitarlo?

-Si, pero creo que falta mucho para eso.

-¿Por qué?

-Vaya... pero que niño tan preguntón-sonrió Shindo-mañana continuamos, es hora de dormir, descansa hijo.

-Si papi- el niño recibió un beso cálido en la frente.

 

El pelirrosa salió de la habitación de su hijo, en el pasillo se encontró con su esposa, quien se dirigía hacia la cama también.

-Me voy a dormir amor, ¿Puedes cerrar las ventanas de la sala por favor?

-Claro Nana-la mujer le dio un beso en la boca en forma de despedida y después se encaminó hacia la recámara que compartía con Shindo. El hombre se fue hacia la sala para cerrar las ventanas, le sorprendió ver que allá fuera comenzaba a nevar-Yuki...-una traviesa lágrima recorrió su mejilla.

-Shuichi... aún a pesar de todo él nunca me olvidó.

-Así es...sea cual sea el destino de éste humano, siempre te recordará.

-Basta de cursilerías-Esog apareció montado en su mascota-ya terminó la visita así que ésta alma es mía ahora.

-No lo creo-Haitir sonrió.

-No fastidies-tomó del brazo a Eiri quien se soltó del agarre de la parca.

-Por favor-se hincó hacia Haitir-sé que no lo merezco pero por favor, permíteme quedarme aquí...deseo quedarme aquí a ver una y otra vez el futuro de Shuichi, de mí Shuichi.

-Jajajaja, eres muy tonto pequeño-rió tánatos.

-Lo siento...no puedo hacer eso, no me agrada que las almas estén deambulando junto a mí-dijo el hombre destino, láquesis. Eiri abrió los ojos ante el comentario del hombre.

-Suficiente-Esog bajó del cerberos y tomó en brazos al escitor-es hora de tu juicio antes de que te quedes en el infierno, ay como he deseado esto.-aún con el rubio en brazos montó en cerberos quien atravesó el edificio que había creado Haitir.

-¡No!-gritó el rubio al hombre destino, quien desvió la mirada e intentó ignorar las súplicas de aquella alma.

 

 

Notas finales:

Si hay algún error pues mil disculpas pero no lo revisé y estoy agotada.

Y si...casi siempre no reviso loq  escribo p si han notado más d eun error en cada cap es p eso, perdón pero es q pues cuando termino de escribir termino egotada.

bueno esos es todo .


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