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La fuga. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Konichiwa gente bonita y ecchi!

En este capi le toca lo suyo a Draquito, ñacañaca, aunque a el le fue mucho mejor que a Theo.

Que lo disfruten.

 

Avarus Nott condujo a la estupefacta presa a la mansión Black. Ahí moraba el mas joven vástago de la endogámica y casi extinta raza de los Black.

Regulus Black no se había unido a los mortifagos como si lo hicieron sus tres primas pues el solo vivía para el amor y todo lo que no fuese amar la parecía una ordinarez y una perdida de tiempo.

El joven vástago de los Black había vivido 28 primaveras y era alto, delgado  y apuesto, con unas facciones finas que eran enmarcadas por sus negros, cortos y disparejos cabellos. Sus ojos grises parecían mirar a algo sublime mas alla de este mundo y prematuras ojeras, aunadas a una extrema palidez habían hecho correr rumores sobre si no seria vampiro.

Tales rumores estaban lejos de la verdad. Regulus vivía de noche, a la bohemia, padeciendo un incurable mal de amores imposibles que había convertido su existencia en una oda a la melancolía.

Con frecuencia se le veía en la opera, con los prismáticos sobre el regazo y la mejilla apoyada en la mano (lo que había hecho correr el rumor de que padecía de dolor de muelas además de mal de amores), siempre elegante, todo un caballero. Uno que de vez en cuando trataba de sentirse vivo en orgias en la “Casa de los Placeres”, del padrote turco Abdallas, y otras en “El gallinero”, propiedad del proxeneta chino Lang Yao, y ambos regenteadores de putos y putas, enemigos acérrimos, se esmeraban en complacerlo para que decidiera cual de los dos locales era el mejor. Regulus, muy prudente, jamás se expresaba y así conseguía que cada orgia fuera mejor a la anterior.

Sin embargo, tanta calaverada lo hacia sentirse… vacio.

Fue durante una representación de “Abelardo y Eloisa” cuando dejando su dolor de muelas (¡ah, no! No lo padecía, era una pose melancólica) se puso los prismáticos frente a los ojos y miro al publico cuando lo vio. Tan rubio, tan inocente, tan conmovido. Una florecita pura que recitaba entre dientes los versos que Eloísa desgranaba, apretando las manos cerca de su corazón. Un corazón que adivino rebosante de amor, y que al hablar con su padre se entero que sin dueño.

Lucius Malfoy, a cambio de que le cediera la cita que tenia con “Eloìsa” dos horas mas tarde en la suite egipcia del Hôtel Belvedere le  dijo que su hijo era soltero y nunca había tenido novio. Le dio permiso de invitarlo a comer pastelillos daneses en el café del teatro y de llevarlo a la casa. (esto ultimo porque el quería irse ya a la suite egipcia con la actriz)

Draco paso una agradable velada con Regulus, quien era pariente lejano suyo, y de Theo, y de todos los magos sangre limpia, prácticamente. Ante la amable y culta conversación del pelinegro el jovencito paso del recelo (digo, el otro tenia fama de vampiro calavera) a contarle francamente de sus cosas, de lo mucho que le gustaba el teatro, jugar con Theo, estudiar con Theo… Tanto le mentó al Theo de las narices que acabo preguntándole:

-¿Y Theo que es de ti?

-Oh, creo que mi primo cuarto o tío tercero… - Draco ruborizado cambio de tema y procuró no hablar mas de Theo.

Y como Regulus había fumado “plumas de Quetzalcoatl” ; una hierba llamada asi porque te hacia volar, para amenizarse la velada. Su cerebro no estaba al 100% y catalogo a Theo como un amigo de su candoroso rubio.

Después de aquella cita en la que ni siquiera le dio un beso Regulus había seguido pensando en Draco, en su pelito rubio, en sus ojotes grises, tan alegres y llenos de vida, a diferencia de los suyos.

Por eso, cuando Avarus Nott fue a proponerle conseguirle la mano del jovencito Regulus acepto sin chistar. Total, el amor de su vida nunca seria suyo; bien podía mitigar su melancolía con ese encantador jovencito.

-¿Y por mis trabajos me darás una parte de la dote? – pregunto el viejo codicioso.

Con un ademan displicente Regulus le contesto:

-Te daré unas monedas por tus servicios. No pediré dote Draco es un tesoro tan valioso en si mismo que a su lado el oro carece de valor.

El sr. Nott asintió y se fue, a pedir la dote en nombre de Regulus para clavársela el, y además, recibiría un pago por parte del Black. Se le ocurrió redondear la operación con la entrega de su propio hijo al sr. Malfoy.

-Lucius, eres demasiado joven para permanecer viudo – le dijo- Ya van a ser dos los años que vives sin cónyuge , a un hombre de tu apasionado temperamento no le cuadra dormir solo…

-¿Y quien ha dicho que duermo solo? Todas las noches tengo compañía, todas las noches diferente. – y rio.

-Pero una esposa, Lucius, o mejor aun un esposito, un esclavo sexual que te pertenezca solo a ti, subyugado a tu voluntad, con el cual puedas practicar todas las perversiones sin temer que se vaya de la lengua… una cosita primorosa y encantadora solo para ti, solo tuyo…

Malfoy se dejaba convencer relamiéndose sus labios de gato maldito. Era cierto, un esposo siempre estaba a mano y quizá teniendo alguien a mano a quien follar dejara de quererse follar a su hijo, que también estaba a mano.

El discurso digno del marques de Sade del sr. Nott lo convenció con facilidad, pues quería ser convencido.

-¿Y a quien propones, Avarus? Porque no me hablarías asi de no tener un negocio entre manos.

-Te ofrezco a mi hijo. – le dijo señalándolo en el jardín nevado desde el balcón en el que se habían reunido- Difícilmente encontraras un muchacho tan bello, excepción hecha de tu hijo que salió hermoso como su padre. Mira sus cabellos castaños, suaves como el aroma del chocolate; mira sus ojos azules, como una mañana invernal – señalo el cielo – mira esas largas pestañas que velan púdicamente su mirada, mira su boquita pequeña y enrojecida…

Era tal el ahínco con el que el viejo Nott alababa los encantos de su pequeño que temió que sintiera las mismas inclinaciones que el por su Draco.

-¿Es virgen verdad?

-Puro como la nieve.- garantizo Avarus- Ni siquiera ha besado y dudo que haya siquiera pensado en hacerlo, pues solo tiene catorce primaveras (ya casi eran quince, pero mientras, catorce). Si encuentras la mas mínima evidencia de que no sea inmaculado puedes descontarme hasta el 3% de la dote que exijo.- termino, con evidente dolor del corazón al pensar en separarse del 3% de treinta mil galeones.

-Trato hecho.- Malfoy se relamió una vez mas los labios e hizo aparecer una botella de champan de hada para celebrar.

-Aun hay mas.- le dijo Avarus- Regulus Black me solicita interceda ante ti, como tu intimo amigo, para que le concedas la mano de tu hijo.

-¿Mi Draco? – Lucius pareció turbado. Sus cejas se fruncieron. -¿Darle a mi Draco?

Lucius, como los viejos pervertidos, celaba a su hijo como un dragon mientras juntaba el atrevimiento para hacerle lo peor.

-Es un excelente partido. De la sangre mas limpia que puedas encontrar, rico, guapo, interesante, joven…  Exige poquísimo de dote, solo veinte mil galeones, y tu hijo vivirá con el mismo lujo que ha conocido hasta ahora. Es una gran oportunidad Lucius: incluso podrían celebrar las fiestas de compromiso y las bodas dobles, para ahorrar. – el sr. Nott siempre tenia el dinero en mente- Incluso te dejaría la casa sola para que practicaras de todo con tu nuevo esposo… - termino con una voz socarrona y tentadora.

Umh, si. La minima parte de decencia que quedaba en Malfoy se hizo oir en su libertina conciencia: seria quitarse definitivamente la tentación de poseer a su bello hijo, tentación que cada día era mas fuerte. Seria una excelente alianza y labraría un futuro magnifico a Draco.

-¿Pero que no el joven Black vive inmerso en la melancolía que le produce su amor perdido? ¿Y quien es el amor perdido? Nunca lo he sabido.

-Nadie sabe quien es aquel que Regulus Black ama tan locamente y sin esperanza.- dijo Avarus, y era verdad, nadie sabia... sospechar era distinto.

Regulus nunca se habia pronunciado sobre el nombre de amor imposible pero todos los enterados en las cosas del bajo mundo apostaban a que se trataba de su hermano, Sirius Black, felizmente casado desde hacia años con Remus Lupin  y con tres cachorritos que les alegraban la vida.

Esto el sr. Nott no considero prudente mencionarlo, pues eso de ser un incestuoso es de muy mala fama en todos lados. ¡Si hubiera sabido que su amigo compartía esa oscura inclinación con el joven Black quien sabe que negocios hubiera propuesto! El viejo no tenia corazón sino caja registradora.

-Pero desde que conoció a tu hijo en la opera solo piensa en el. Tu dragoncito le ha robado el corazón.

-Solo yo le digo dragoncito.- aclaro Lucius con el gesto hosco. Luego sonrió- Acepto también.- dijo- Dile a Regulus Black que le doy la mano de mi hijo de buen grado. Dile que mis duendes se entenderán con los suyos para el deposito monetario, y que no quiero contradote. Ya que estas en eso haz que mis duendes traten con los tuyos, también.

-Yo tratare directamente con los duendes: son unos ladrones que esperan la primera oportunidad para robarnos… - confió Avarus con desconfianza.

Ambos se carcajearon y brindaron con el rosado champan mientras sus hijos, cuyos destinos acababan de decidir sin consultarlos jugaban inocentemente sobre la nieve.

 

*

 

Una vez presentados los turbadores hechos que precedieron a la escena de salvaje lujuria que relatamos en el capitulo anterior, donde un pobre y enamorado doncel fue inmolado en aras de la voluptuosidad de Lucius Malfoy nos trasladaremos donde la otra victima de esta tragedia aguardaba su suerte.

El viejo Nott lo sostenía con una mano seca como garra de buitre por el hombro, manteniéndolo sentado en la noble y ancestral butaca de los Black, a la espera de que el noctambulo dueño de la casa se levantara para recibir la visita de su prometido.

Eran las dos de la tarde cuando, desmañanado y con unas tremendas ojeras Regulus Black hizo su aparición, eso si, impecablemente vestido, con un pañuelo atado como al descuido y perfumado con agua de lavanda.

Sus ojos, que casi diríamos lagañosos, brillaron al ver ahí al hermoso con el que soñaba despierto (porque dormido invariablemente soñaba con su hermano) y se inclino a besarle la mano.

-¿Qué te pasa mi pequeño ángel de amor? ¿Por qué estas turbado? – le pregunto al notar que temblaba y estaba pálido.

-Es que esta muy emocionado. – se apresuro a contestar Avarus Nott- Viene a comunicarte que su mano es tuya. – pausa para que Regulus soltara un ¡Aaah! – Su padre ha consentido en dártelo, es todo tuyo. – Avarus se acerco a cuchichearle al oído, y su apestoso aliento trasmitió también palabras venenosas- Y me ha dicho que no le molestara si haces uso de tus privilegios conyugales antes de la boda. – el viejo se obstinaba en ofrecer que tomaran a los pequeños antes de la boda para asi tenerla bien asegurada y que no se fueran a echar para atrás – Después de todo, estamos entre caballeros.

El viejo guiño un ojo y rio con lascivia: lo ultimo que parecía era un caballero. Regulus Black curvo sus labios hacia abajo y lo miro con desdén.

-¿Es cierto eso Draco? – pregunto.

-¿Qué? – respondió un poco agudo, tenia los nervios crispados- ¡Ah, la boda! Si, si, es verdad, mi papa ha decidido casarme. – el jovencito se tapo la cara con las manos para contener las lagrimas.

-¿Ves? Esta todo en orden, solo que es muy tímido. – Avarus – Confió en que lo harás sentir, ejem, cómodo, Regulus. Tengo que dejaros a solas: importantes asuntos me llaman. He de ir a Gringotts a arreglar las tediosas cuentas de las dotes y contradotes, mas no me importa hacerme cargo de tan pesada tarea mientras ustedes se divierten: mi pecho se hincha de felicidad de ver a dos jóvenes enamorados.

Y se fue, a hinchar sus bolsillos de oro. Dejo al pequeño rubio en manos de su prometido, confiando en que la copa de poción Deseotencia que le había dado en el camino contribuyera a limar asperezas. El dorado elixir producía en el que lo bebía un intenso deseo carnal.

Draco se quedo a solas con Regulus, quien se sentó a su lado y le cogió las manos. Unas lagrimas, que el pelinegro creyó de felicidad corrían por las mejillas alabastrinas del menor; Regulus se las seco con su perfumado pañuelo.

-¿No es maravilloso Draco? Desde la primera vez que te vi, te ame…

-¿Por qué yo? – pregunto Draco retóricamente, porque a el le tenia que pasar eso.

Regulus lo tomo como una pregunta directa.

-Fueron tus ojos. – le dijo levantándole el mentón con dos dedos y mirando ansioso el rostro hermoso – No, tus labios.- decidió un segundo antes de apoderarse de ellos.

El beso del pelinegro fue seductor y experto. El rubiecito se quedo privado, estático, como siempre que no sabia que hacer. (lo que sucedía con frecuencia) Theo no estaba ahí. Theo estaba con su padre, haciendo quien sabe que cosas. No podía creer que su pelicastaño lo hubiera traicionado, pero el mismo estaba traicionándolo, separando los labios para permitir que la lengua talentosa de Regulus penetrara en su boca, cosquilleándole el paladar de un modo delicioso. Aquella lengua enredaba a la suya y lo colmaba de sensaciones que avivaban el extraño calorcillo que sentía en el vientre desde hacia un rato.

Aquel beso delicioso se prolongo, húmedo, y le siguió otro, y otro… Regulus ya no le sostenía la cara, lo estrechaba contra si, llegando al punto en el que se lo sentó sobre las piernas, de ladito, abrazándolo y besándolo mientras el roce del trasero del jovencito despertaba su hombría. Draco sentía que algo le picaba incómodamente las nalgas y se remolinaba mas, con lo que solo conseguía que lo picaran mas duro. Finalmente Regulus rompió el beso y con ojos embargados de lujuria le dijo:

-¡Por Merlín pequeño! Deja de hacer eso o en verdad voy a perder el control.

-¿Hacer que? – pregunto Draco, que se sostenía de el para no caerse.

-Eso.- Regulus gruño y atrajo el pechito, hundiendo el rostro en su cuello.

-Es que me pica. – protesto el rubio.

Regulus rio ahogadamente, besuqueando el cuello que exponía abriendo el abriguito.

-Te va a picar en serio si sigues provocándolo. – le advirtió.

Draco, a quien el calorcillo obnubilaba la mente creyó que se burlaba de el.

-No es gracioso.

-No espero que lo sea. – Regulus dejo caer el abrigo y desabotono la camisa.

-No, ¿Qué haces? ¡Tengo frio!

-Esto te va a calentar. – se acomodo al jovencito en las rodillas para que quedara de espaldas a el. Su boca busco innatamente su cuello, como si de un vampiro se tratase y sus manos recorrieron en sentidos opuestos su torso desnudo, complaciéndose en sentir aquella piel tan suave. Pulgares e índices se encargaron de sobar los pezoncitos, erectandolos de inmediato y haciendo jadear a Draco, que encontraba la sensación entre horrible y deliciosa. Se remolió mas con lo que la erección de Regulus mojo su ropa interior con unas gotas de fluido.

Se llevo primero unos dedos y luego otros a la boca del menor, susurrándole al oído que los chupara. Draco, acostumbrado a obedecer lo hizo. Los dedos humedecidos acariciaron los pezones y los dejaron asi. La sensación fría y mojada sobre ellos era deliciosa. Las manos de Regulus abrieron el pantalón del chico y sin que este protestara se los bajo, junto con la ropa interior. El jovencito rubio quedo desnudo sobre sus rodillas, con su pene semierecto colgando entre los muslos esbeltos. Regulus lo recorrió una y otra vez, desde los muslos hasta el cuello, moviendo la cadera para frotarse contra el.

-Oh, pequeño, pequeño! Eres delicioso…

Draco se sonrojo. No decía nada, su mente estaba en blanco. Solo las sensaciones lo bombardeaban y el calorcillo se habia convertido en un hormigueo dentro de su vientre, como cuando llevaba un buen rato besándose con Theo y este se acostaba sobre el para imitar el acto sexual, frotándosele… Draco abrió mucho los ojos pues habia comprendido: Regulus iba a desvirgarlo, por eso se le frotaba, por eso lo desnudo.

-¡No, oh, no! – protesto meneándose sobre el cuerpo vestido del otro varón.

Regulus le chupo el lóbulo de la oreja y eso enloqueció al pequeño Malfoy. No lo sabia, pero las orejas eran la debilidad de los Malfoy, y mas cuando el que las atacaba era un experto como Regulus Black. El jovencito gimió y siguió negándose, débilmente conforme el placer crecia. La mano del pelinegro se cerro sobre su miembro y con hábiles caricias lo puso en su estado de máxima dureza.

La boca sensual cambio de oreja y mano derecha continuo su labor mientras la izquierda estrechaba al jovencito por el pecho para que no resbalara de sus piernas. Las nalgas de Draco se apretaban, capturando su bulto. Regulus llego a su limite y se paro sin dejar de sujetar al rubiecito para bajarse los pantalones. Se desabonotono la camisa en un intento por quitársela pero ansiedad era mucha, y la corbata se le atoro. Se la dejo floja en torno al cuello y paso su erección entre las nalgas del muchacho, hundiéndola a lo largo entre las no muy abundantes masas. Draco se estremeció: estaban a punto de violarlo y no podía ni gritar.

Regulus se sentó y jalo a Draco, arrodillándolo entre sus piernas abiertas, indicándole que lo felara.

-¿Qué que? – pregunto Draco aterrorizado.

-Que abras esa linda boquita y te metas mi pene en ella.

-¡Que! ¡Es enorme, me voy a ahogar! – protesto.

Con el ego acariciado Regulus contesto:

-Te garantizo que no vas a ahogarte.- le cogió la cabeza con suavidad- Ábrela lo mas que puedas, - se la separo con los dedos – cubre tus dientes con los labios, eso, ahora, ahí te va… ohhh dioses!!! Solo ha entrado la puntita y esto siento, ohhhh, por Belzenef! – y sujetando la cabeza de Draco clavo su pene hasta el fondo de la garganta del jovencito, quien lloroso y sintiendo que se ahogaba movió los labios y la lengua. – Eso, eso es encanto, chupa, oh si!

Regulus movía la cabeza de un lado a otro con los ojos cerrados, experimentando deliciosas sensaciones. Pronto sus manos dejaron la cabecita rubia y procedieron a tocarse a si mismo. Draco lamia, chupaba, se lo sacaba de la boca solo para que la mano de Regulus volviera a empujársela para que se lo metiera. El pelinegro se inclino al frente y acarició la espalda de camino a su verdadero objetivo, las firmes nalgas del jovencito. Un dedo ensalivado se abrió paso entre ellas y sobo en círculos el esfínter, tanteándolo, haciendo delirar de placer al rubiecito con aquello, por lo menos hasta que el dedo se hundió bruscamente en aquel remanso de suavidad.

-¡Aaaghhh… - grito Draco ahogadamente, pues tenia todo el pene del otro metido en la boca.

El dedo se movio en vaivén y la punzada de dolor paso. Un extraño y avasallador placer tomo su lugar. Draco seguía soltando ruiditos mientras meneaba las caderas, instintivamente, buscando empalarse mas en aquel digito. Su culito le estaba haciendo sentir lo que nunca habia sentido. Unas pocas penetraciones mas y alcanzo el orgasmo. Regulus lo sintió y le aparto la cabeza.

-Suficiente pequeño. – dijo con voz ronca - Voy a tomarte.

-¡No! – exclamo Draco cerrando fuertemente las piernas y abrazándose a si mismo.

-¿No? – pregunto Regulus algo aturdido.

-¡No, yo solo quiero que me tome Theo!

El Black tardo un poco en ubicar quien era el Theo de las narices. La información desfilo por su cerebro.

-¿El Theo que siempre esta contigo? – Draco asintió- ¿El que van a casar con tu padre? – Draco asintió y estallo en llanto – Y quieres que te tome el… ¡por Merlin! Estáis enamorados.

Regulus casi se dio una palmada en la frente. De haber estado menos drogado esa noche lo habría notado, se dijo.

-Pequeño, ahora eso es imposible… a menos, claro, que huyais.- Draco dejo de llorar y lo miro como si fuera el inventor del hilo negro – Personalmente lo encuentro romántico.- suspiro, pensando en si se hubiera fugado con su hermano cuando este se fugo de casa, entre otros motivos, para que el dejara de acosarlo. - ¡Oh, c’est la vié! Otro amor que se me va. – meneo la cabeza recordando el adagio que reza: afortunado en el juego, desafortunado en el amor.

-¿Entonces no me vas a obligar?

-¡No, por Merlin! ¿Qué clase de bárbaro crees que soy? – mejor no añadió, ¿tu padre? Pues sospechaba que la integridad del amado del rubiecito estaba, como menos, en peligro. – Deberías huir lo mas pronto posible.

Draco asintió y se dio la vuelta, obedeciendo como un nazi.

-¡Pero no ahora, pequeño!- Regulus rio y lo tomo del brazo- Tenéis que planearlo un poco.- dijo, esperando de todo corazón que el tal Theo fuera menos inútil que la belleza blonda en sus manos – Tenemos un asuntito pendiente.- se le repego – Un problemita entre las piernas.

-Pero me dijiste que no…

-Y no. Pero de un modo tengo que satisfacerme, ¿no? Y tu igual, aunque ya has gozado bastante- Draco se sonrojo- pero no has eyaculado y si no lo haces tendrás un horrible dolor de bolas. Ven.- el hombre se sentó con las piernas algo abiertas y la imponente erección bien arrecha. Se sentó al jovencito sobre las rodillas de nuevo, pero de frente a el, y lo deslizo por sus muslos hasta que sus penes quedaron uno contra otro- Abrazate, pequeño, bésame y goza.

Draco tuvo que abrazarse fuerte pues el placer que Regulus le daba frotando su pene contra el de el con ambas manos era abrumador. El pelinegro estaba concentrado en jalar aire y en jalar ambos penes, sobándoles las hendiduras de la punta con los pulgares, haciendo delirar de placer de nuevo al rubio, que gemía y jadeaba entregándose a las embriagadoras sensaciones. Regulus miraba entre sus vientres, aquellos dos miembros hinchados y brillantes por los fluidos que había liberado, y los jalaba mas rápido, mas duro, gozando mas y mas hasta que todo estallo como fuegos artificiales blancos, mojando sus manos y salpicando sus vientres.

Cuando se relajaron dio unos últimos y expertos besos al bello jovencito. Este cayo rendido por el cansancio y se durmió. Regulus se vistió y lo dejo asi, desnudo sobre su butaca, acurrucado, tan hermoso como una pieza de arte. Le dejo su ropa y un poco de dinero, contribución a su fuga.

Luego se reviso al espejo, abrió su guardapelo y beso sus reliquias: la foto y el mechón de pelo de su hermano, menguado pues de vez en cuando se valia de la poción multijugos para hacer realidad su sueño de amor aunque fuese por una hora. Suspiro con melancolía y salió a su diaria visita al club exclusivísimo del que era socio de honor. Después de todo, la idea del matrimonio era un capricho cualquiera, como los que inventaba cada dos por tres para mitigar su melancolía.

 

Continuara...

Notas finales: Proximo capitulo: algo de incesto! (digo, incesto en vivo, no solo amor mencionado como el de Regsie por Siri ;)

Besitos y nos leemos!!!


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