Ciel proseguía bajando las escaleras pensando en aquella visita extraña y en como calmar al tedioso y ansioso perro que merodeaba destruyendo sus jardines.
Topo un minuto su mirada con el barandal de la escalera roto por finny y solo murmuro. – Mejor no pregunto… - siguió su camino hacia la entrada de la mansión-
Sebastian-saaaaaaaaaaaan ayúdenos! –coreaban los tres sirvientes al unísono que eran arrastrados por el perro hacia diferentes direcciones y Tanaka que había logrado quedar enganchado en un árbol y lucia pasivo mientras exclamaba su habitual – JO JO JO – a la vez que bebía su té que nadie podía comprender de donde había salido.
Sebastian solo permanecía atento al desastre pensando en como solucionarlo y uno de sus cabellos cayó debido al stress que debía soportar habitualmente gracias a esos tres.
El pequeño Phantomhive abrió la puerta de entrada dispuesto a salir de la mansión en cuando tuvo ambos pies fuera en el jardín, sorpresivamente Pluto dirigió todo su cuerpo en busca de avanzársele encima al ojiazul con “cariño”.
En el instante que estaba por suceder Sebastian se encontraba frente a su amo sosteniendo las grandes patas del can y bloqueando todo su peso, luego solo lo lanzo hacia arriba y le propino una patada en la mandíbula que lo dejo desmayado en el suelo al caer.
Por un momento pensé que me utilizarían como juguete de mascotas. –Solo atino a decir el joven conde-
Eso no puede pasar mientras yo este junto a usted Bocchan. – dijo Sebastian desentendido mientras permanecía observando al can desmayado- Acaso duda de mis habilidades?
Esa afirmación tomo al joven Ciel por sorpresa ya que por alguna extraña razón la tomo con doble sentido. Solo permaneció unos segundos en silencio y desvío su mirada para luego saltear la frase y contestar a la siguiente.
No dudo de tus habilidades, de otro modo jamás te hubiera convocado. –Dijo con arrogancia ante su sonriente mayordomo-
Sebastian solo se giro para dedicarle una falsa sonrisa y en el momento menos esperado sin saber como, el pequeño Phantomhive solo dirigió su mirada a su pierna que la notaba pesada y vio a Pluto en su forma humana abrazado a ella y escalando haciendo movimientos sugestivos y nada educados contra su cuerpo.
Se-Se-Sebastian – solo logro decir entrecortado el joven Ciel, totalmente avergonzado y pasmado por el momento que atravesaba-
Su mayordomo tomo del cuello al peliblanco y lo separo con fuerza del cuerpo del pequeño.
Este perro realmente esta sediento… -dijo sin importancia el de mirada carmesí-
Pero porque a mi? que horror... adonde se va toda mi descencia con esto. Porque a mi? –dijo Ciel totalmente avergonzado y traumado-
Si eso mismo, porque a Bocchan? – espeto meirin que había lograba recobrar sus anteojos y se incorporaba tambaleando-
Si, Pluto hace más de una hora que esta en ese estado pero… -dijo Bard también caminando junto a meirin-
Pero Plu Plu hasta ahora no había hecho algo como eso a ninguno de nosotros. – Resolvió aun lloriqueando finny-
Los tres sirvientes y el conde permanecían buscando alguna respuesta.
El mayordomo sin darle demasiada importancia solo soltó una frase de sus labios – No lo sé, supongo que todos los demonios tienen los mismos gustos.
AAH –soltaron al mismo tiempo los tres sirvientes como si fuera la verdad más elemental del universo y se dirigieron a sus quehaceres (mejor dicho desastres) matutinos.
Mientras tanto Ciel se quedo pasmado nuevamente pero esta vez no fue la situación anterior lo que lo dejo así, sino las palabras recientes de Sebastian.
Era su imaginación o ya era la tercera insinuación que hacia el demonio mayordomo a su persona en el mismo día.
Algo le estaba pasando para pensar de esa forma. Así que solo imagino que aun seguia dormido y decidió volver a su estudio para distraerse con algunos papeles de la compañía ya que las lecciones de esgrima habían sido evidentemente suspendidas por los desastres del jardín.
Pero antes de volver simplemente pregunto con curiosidad el pequeño de ojos color cielo. - Que haremos con Pluto?. – Los otros sirvientes voltearon para escuchar la resolución impacientes-
Bueno…, ya que no podremos encontrar una hembra de su especie.
Solo queda una opción para curarlo. – Soltó con una sonrisa tranquilizadora el elegante mayordomo-
En respuesta a su sonrisa los tres sirvientes miraron esperanzados a Sebastian – Si Sebastian-san?? Cual es la solución? –vociferaron con alegría.
La solución es… -sonreía- CAS TRAR LO – soltó de una vez con una cara totalmente endemoniada y fuera de si pero a la vez cómica-
Al lo que el can al escuchar esto se levanto de la nada y salio disparado hacia otra dirección escondiéndose muy muy lejos junto con los 3 sirvientes que corrían tras el uno llorando, la otra sonrojada pensando y el ultimo gritando cosas sobre que no le quitaran su virilidad.
Um, ni que fuera tanto problema. Es solo un perro…-murmuro Ciel observando la escena que se alejaba rápidamente-
Su mayordomo pasó a su lado y simplemente dijo – Todos quieren tener la oportunidad de usarlo con su presa… -sonrío y siguió su camino para reconstruir el jardín ya que las molestias se habían marchado-
Cuatro.
Ya era la cuarta insinuación en el día y Ciel realmente pensaba... que se estaba volviendo completamente loco.
A lo lejos, el demonio esbozo una sutil sonrisa.
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