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Insinuaciones por Akuma Michaelis

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Notas del capitulo: Bueno, bueno.
Primero que todo quieor aclarar que hoy ya me voy de vacaciones 15 dias a la playa asi que, les dejo un ultimo capitulo hasta que vuelva.
En cuento vuelva lo continuo asi que disfruten mucho este capitulo.

Las cosas se empiezan a aclarar.
Le dolía.
Estaba seguro, todo eso le dolía.
Pero lo que mas le dolía en ese momento, no era ni sus sentimientos ni su orgullo.
Lo que VERDADERAMENTE le dolía, es reconocer y darse cuenta que había empezado a sentir algo más por su endemoniado mayordomo.



Había pasado allí, sentado, en el jardín casi toda la tarde.
Extrañamente no hubiese sido molestado por nadie, exceptuando alguna que otra escena de la excéntrica forma de podar (o mejor dicho decapitar) las flores del jardín por parte de finny.
El caso era que no apartaba un momento su mirada de lo que seria el lugar donde ayer había pasado la mayor de sus vergüenzas.
Aunque de forma singular eso no era lo que más lo consternaba.

Suspiro un momento.
Le agrada el aroma a rosas blancas que inundaba su amplio jardín.

El perro esta atado a las órdenes de su amo, pero con ojos de cachorro hasta el amo mas duro puede suavizarse. – Ciel suspiro esas palabras, y sus mejillas se tiñeron de rosado quizás por la vergüenza. Se sentía demasiado impotente y lo peor era que la situación dentro de el no le parecía del todo incomoda.

Algo definitivamente estaba mal con él, pero por otro lado debía aceptar que…

Su mayordomo le gustaba.
Así como gustaba de gran variedad de dulces, juegos de ingenio y de la tranquilidad, Sebastian había pasado a formar parte de sus gustos.
Aunque tal vez fuere porque el demonio era una recopilación de todo ello?.

Que más daba, porque negarlo ahora que era claro.

Lo tomaría como algo normal, como si su agrado fuese algo común como su aprecio por el resto de sus objetos.
Lo haría de esta forma, porque sabía y estaba realmente seguro que como demonio jamás aceptaría cualquier clase de sentimiento ajeno.
Por lo cual solo se limitaría a admirarlo como un simple objeto, una bella pieza de cristal en su tablero de ajedrez de madera.

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Ahora que todos esos pensamientos habían sido aclarados, se sentía tranquilo.
No debía palabras innecesarias a nadie y su estima descansaba en paz.

Con un orgullo reluciente por poder resolver sus situaciones sin ayuda de nadie, caminaba altivo a lo largo del pasillo de la mansión en busca de llegar a su estudio donde iniciaría el papeleo de su renombrada empresa.

No había reparado en nadie en toda la tarde, se sentía verdaderamente bien y con su orgullo de siempre.
Lo que más regocijo le daba era darse cuenta de las miradas ambiguas que su mayordomo le dirigía al pequeño al pasar y darse cuenta de que el mismo conde no prestaba atención en su endemoniado ser.
Eso le producía un disimulado rencor al demonio, y un agradable gusto a triunfo en la boca del ojiazul.


Con pasos firmes, caminaba despreocupado por ese elegante camino de alfombra aterciopelada, se sentía tranquilo hasta que por un segundo se vio aprisionado por un brazo que lo descoloco y lo llevo hasta dentro de una habitación.
Se hallaba confundido en lo que pudo reconocer como la biblioteca bajo el fuerte cuerpo de alguien que lo aprisionaba contra la puerta firmemente sellada.
De igual forma, lo que más lo descolocaba en ese momento eran los suaves y calidos labios de su mayordomo demonio que en ese momento no se despegaban de la tersa piel de su cuello.

Su reciente estima había caído en pedazos al suelo, conforme el rubor en las mejillas del conde se extendía calurosamente.

Sebastian… - dijo en un suspiro alargado, sentía calor y vergüenza.- Dijiste que no sentías y no podías sentir nada hacia mi. Dijiste que no podías querer o algo así, adonde se fue todo aquello? – exclamo tentando al orgullo del propio demonio.

Dije eso, y es la pura verdad. Yo no puedo querer a nadie, -confirmo con una tranquila y seductora sonrisa dirigida al conde-

Pero… eso no quita, que no pueda gustarme. – Concluyo el demonio naturalmente, pero con ojos ligeramente atrevidos- Hasta los demonios tenemos tentaciones, y usted se ha convertido en una de las mías, my lord.

Si, definitivamente.
La poca cordura de Ciel, se había desvanecido con esas palabras.

El pequeño aparto al pesado mayordomo con toda la fuerza de sus brazos, y expiro totalmente hastiado.

Como puedes decir algo así? Que no tienes orgullo alguno sucio demonio? – vociferaba el ojiazul de forma irritada, su mayordomo lo estaba descolocando con tantos vaivenes –

Para que negarlo?... Es inminente que usted me agrada por demás. – sonrío complacientemente el pelinegro, haciendo una de sus muecas tan habituales de cortesía.
Acaso usted lo negaría si fuese verdad?

El demonio lo había encerrado en su juego, y eso lo estaba molestando.
Si afirmaba, destruiría su honor, si lo negaba destruiría su orgullo y si simplemente lo esquivaba destruiría su mentira.

Solo quedaba una opción.

La verdad? – pensaba apresuradamente, estaba en medio de una batalla entre su orgullo y su nuevo revivido corazón.

Tiene algo que declararme Bocchan? – sonreía victorioso y con falsa modestia el mas alto ante la espera por hablar del pequeño conde.

No, para nada. Te diré la verdad porque realmente me estas molestando con todo esto… - dijo sin más el menor que pronunciaba las palabras despectivamente y fingiendo orgullo, el cual en ese momento no poseía- La verdad.. Es que si quieres continuar con este jueguito puedes hacerlo, yo no estoy interesado en aberrantes divertimentos de seres como tu pero no te detendré no es mi asunto. – Dicho esto se dio la vuelta dispuesto a salir de la habitación, pero una fuerte mano lo detuvo aplacando la puerta.

No me detendrá? Dejará que juegue con usted? Yo pensé que usted era mi amo… pensé que usted daba las ordenes. –sintió al demonio triunfante tras sus palabras.

Yo doy las ordenes, además querías la verdad y ahí la tienes… no es mi asunto lo que tu hagas… no me importas para na… -apresuro a decir el conde pero fue interrumpido por las siguientes palabras de su mayordomo.

Porque no admite que siente atracción por mí… -solo sonreía dentro de ese juego el de ojos escarlatas.

Porque eso seria mentir y tu querías que fuera verdadero. –afirmo algo irritado el pequeño.

Así es, pero lo que no tomó en cuenta Bocchan. Es que su verdad generalmente esta compuesta de mentiras… Lo que usted niega es lo que yo sé que es verdadero… -el cuerpo de Sebastian se acercaba lentamente a Ciel con cada palabra que expresaba aprisionando el cuerpo mas pequeño contra la madera de la puerta-
No olvide quien es… pequeño conde de Phantomhive… - susurro el demonio en su oído, a su vez que sus dedos se entrelazaban con los tensos dedos del pequeño conde que no sabía como responder, se hallaba estático en ese momento bajo el cuerpo del mayor.


Había caído bajo su propio juego iniciado, y ahora como encontraría la salida?
Notas finales: Que les parecio?
Reviewwws, espero ver muchos lindos reviews cuando vuelva.
Y gracias por los de siempre :) Muy lindos todos.
Nos veremos hasta dentro de dos semanas ^^

x Akuma.

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