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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Amam e fideliter, fidem meam noto: de corde totaliter et ex mente tota sum presentialiter absens in remota, quisquis amat taliter, volvitur in rota.

Ámame fielmente, piensa que confío en ti; con todo mi corazón, con toda mi voluntad estoy contigo, aun cuando esté lejos. Quien ama como yo, está girando en la rueda de la fortuna.  (Omnia sol temperat, fragmento.)

7 Pidiendo imposibles.

Los cascos del caballo levantaban nubes de polvo ocre en las callejuelas desiertas. Caa el otoo y las hojas cobrizas, quebradizas, de los rboles danzaban en aras del viento, formando caprichosos remolinos. En las afueras de la ciudad, en la cercana de las murallas, haba muchos rboles y mucho viento.

El caballero tarareaba, feliz de llevar a buen termino su largo viaje. Al doblar las esquinas lo hacia con precaucin, no quera que las cubetadas de orines que las mujeres lanzaban al grito de "agua va" le estropearan su fina capa de terciopelo rojo.

Llam al portn de roble remachado de la mansin en el barrio nuevo de la siempre creciente ciudad de Miln. Apenas verlo por la mirilla los criados armaron un gran alborozo y lo recibieron como si fuera de la casa.

Lotario no perteneca a la familia que habitaba aquel hogar, pero como si lo fuera. Todos daban por sentado que contraera matrimonio con Teodora, la nica hija del amo. Aquel era un enlace provechoso para ambas familias: la noble, pero venida a menos, de Lotario, se enriquecera con la dote de Teodora. La familia rica, pero de origen burgus (era un escndalo que su fortuna proviniese de la seda) se ennoblecera con el apellido de Lotario.

-Seor Ortolano. - salud el joven sacudindose con un pauelo el polvo de sus botas de ante.

-Seoria, es un honor recibirlo en nuestra humilde morada. - el viejo comerciante, vestido quiz con un lujo excesivo en purpuras y azures, se inclin. - Tuvo su seora un buen viaje?

-Lo tuve. Importantes nuevas traigo para los magistrados, pero antes incluso de saludar a mi madre quera presentar mis respetos a vuestra hija.

El viejo comerciante se llev una mano llena de anillos a la cara.

-Teodora, Teodora! - se lament - Oh, si su seora supiera cuantas desventuras me causa! El disgusto que me ha dado esta maana!

-Cmo seor Ortolano, si Teodora es un ngel? - inquiri con displicencia el noble, enjugndose las manos en al aguamanil de cobre que un criado le presentaba.

-Uno renegado, uno cado del cielo. Oh seora! Teodora abusa de mi paternal afecto. Yo no s tratarla con mano dura. Vos, sin embargo, habis nacido para mandar. Desposadla mi seor, y hacedla entrar en cintura. Callad la boca a todos aquellos que murmuran "mujer que sabe latn no tiene marido ni buen fin".

-Permitidme entonces verla, para, con vuestro permiso, cortejarla.

-Lo tenis, lo tenis. Est donde siempre, en la malhadada biblioteca.

Lotario inclin la cabeza ante su anfitrin y se dirigi a la amplia habitacin, la que posea mejor luz en toda la casa. Tena sed, y hambre, pero era mas la sed que tenia de mirar a su amada con los ojos del cuerpo, porque con los del alma, siempre la vea.

Entr impetuoso, abriendo de par en par las puertas talladas y repujadas en metal. Su figura alta, delgada, se recort en el umbral. Su cabello rubio se volvi casi trasparente a contraluz. Sus ojos grises brillaron en la oscuridad en que haba quedado sumida su cara, de viriles, armoniosas, facciones.

-Teodora, mi bella seora. - se destoc del gorro de terciopelo rojo, y haciendo una genuflexin barri el piso de losas con el mismo.

-Lotario! Caro amigo! - Teodora dej de lado su libro y se adelant a recibir a su amigo.

Quedaron frente a frente, mirndose los ojos y atrevindose a cogerse de las manos, levantndolas hasta la altura del pecho.

-Teodora... - Lotario acariciaba con la mirada las facciones regulares de la doncella. Sus cabellos tenan el color de las hojas secas que se arremolinaban en el patio, sus ojos tenan el color de la miel. Era baja y menuda, sus pechos sobresalan solo un poco y estaban ceidos por el corpio de su vestido de seda azul - Os noto algo diferente, mas no atino a precisar que.

-Sern los cabellos. - dijo ella, soltando sus manos.

-Cara ma! Qu habis hecho con vuestros cabellos?

-Los he cortado. - respondi con naturalidad - Peinarlos y despiojarlos me demoraba demasiado tiempo. As es ms pulcro.

-Pero seora, que habis hecho con vuestro cabello... - se lament Lotario. El cabello de Teodora, antes hasta sus caderas, estaba ahora casi al ras del crneo, como el de los prisioneros.

-Oh, lo he regalado al dicono de Santa Radegunda para que confeccione nueva peluca a la Madonna. - respondi, tomndose la pregunta literal.

-De manera que ese es el disgusto que habis dado a vuestro padre.

-Aun me duele la bofetada que me dio... - los ojos de Lotario se encendieron - ... y que bien merecida tena. Pero decidme mi seor, Cmo marcha el mundo en Alemania? Qu planes tiene el emperador? Va a apoyar a los franciscanos?

Teodora era una apasionada de las revolucionarias teoras de los frailes pobres. Lotario era un apasionado de ella.

-Seora, Qu necesidad tenis de vivir con vuestro padre, que en el corazn siempre ser un tendero? - Lotario manifestaba un gran desagrado por la violencia contra el sexo dbil, a quienes el Todopoderoso, en las Sagradas Escrituras, mandaba cuidar. - Yo nunca levantar la mano contra la criatura que ha salido de mi costado. Ni me importara como gustis de llevar vuestros cabellos. Vos siempre seris hermosa para m.

-Os lo suplico seor, no llevis vuestra agua a ese molino.

-Teodora... - Lotario sentse a su lado, en el amplio asiento cubierto de piel de oso - Casaos conmigo.

-No Lotario. - ella recogi sus manos en su regazo. Mir al fuego de la chimenea.

-Por qu seora?

-Ya conocis la respuesta, no me obliguis a heriros repitindola.

-Teodora, permitidme amaros.

Haba tal vehemencia en aquel susurro que Teodora bajo los ojos, ruborizada.

-Si os lo permito dejareis de insistir? - haba odo decir que los hombres, una vez que han amado a la mujer, ven casi extinta su pasin.

-Naturalmente. - Lotario crea que, a fuerza de amarla, la orillara a amarlo a su vez.

-Podis hacerlo ahora. An falta para que la cena sea servida, nadie osara irrumpir aqu. - Teodora se volte para el otro lado, exponiendo su cuello, y se quedo quieta.

-Seora, Qu hacis?

-Yo, nada. Sois vos el que debis hacer.

Lotario no entenda. Ante su inactividad, Teodora se desat las cintas que cean su cintura. Al entender parse de un brinco.

-Seora! Deteneos. Ataos eso. - pase hacia un lado y hacia otro - Cmo... como habis podido creer que mis intensiones eran deshonestas?

-Me he dejado llevar por la fama de vuestro sexo. - Teodora se haba recompuesto el vestido. Le arda la cara de vergenza.

-Yo no. Os amo, Teodora, con el ms puro amor. Deseo llevaros a mi lecho, si, - Lotario no sabia de donde sacaba valor para decir aquellas cosas tan impdicas - pero mas aun deseo que me miris con amor.

-Peds lo nico que no puedo concederos, Lotario. Yo no siento ninguna inclinacin al amor. No est en mis humores. - Lotario se detuvo, le dio la espalda - Vos sois caro para mi, mas querido incluso que mi padre, pero...

-Pero no tanto como vuestros libros. - dijo Lotario con rabia - A veces siento tantos celos de ellos que quisiera destruirlos todos!

-No digis eso, por favor! Sin los libros, Cmo seria trasmitido el conocimiento? Cmo podra progresar el saber?

-Teodora me hacis salir de mis cabales. Casaos conmigo: aceptar la superioridad de esos rivales, en quienes yo tambin creo, y amo.

-Vendran los hijos - repuso Teodora - gobernar el hogar. No se puede servir a dos amos.

-No los sirvis. Sabr ser un esposo casto, como San Jos.

Teodora dudaba que algn varn, a excepcin del padre putativo de Nuestro Seor, supiera ser eso. Pero no quiso herir sus sentimientos.

-No Lotario. No podra estafaros as. Vos debis tener herederos para vuestra noble casa. Dar vasallos al emperador...

-Yo no quiero herederos Teodora: solo os quiero a vos.

-Caro amigo, yo no puedo quereros de otro modo salvo del que ya os quiero.

-Sois cruel, Teodora.

Lotario tena los ojos anegados en lgrimas. El gesto de Teodora se endureci.

-No ms que vos. La mujer es como un soldado que se ha perdido en el territorio enemigo. No tiene aliados, esta sola. Si la capturan la sometern, la matarn. Por eso tiene que luchar con todas sus fuerzas.

-Teodora...

-Hay tres vocaciones dentro del pueblo de Dios: los casados, los religiosos y los solteros. Si un hombre se siente inclinado a la soltera y dedica su vida al estudio nadie se lo reprocha. Por qu no es as con la mujer Lotario?

Lotario se quedo agachado. Tomas de Aquino haba dicho que la mujer era igual y compaera del hombre. Pero el mundo que el Aquinate describa en sus libros era muy distinto al mundo en que Teodora y Lotario vivan.

-Os amo. - dijo simplemente.

-Yo no. Ese es todo nuestro problema. Yo no. - se encamin a la puerta. Lotario la sujet del brazo - Dejadme ir... - suplic.

-Vos tambin me peds lo nico que no puedo concederos. - deposit un beso en la mano manchada de tinta, y a pesar de la fuerza con que cerraba los parpados la humedeci con sus lagrimas. - Os amar siempre.

Luego la solt, entendiendo que de momento solo eso poda hacer. Dejarla ir. Teodora sali en silencio y Lotario se quedo de pie ah, llorando como un nio.

***

Las impresoras Italik Lser Color no saben fallar: as lo dice su publicidad. En los dos juegos de impresiones que Teodoro haba sacado aparecan esas manchitas, esas lucecitas.

Los originales, en la pantalla de la desktop de uso pblico que Enrico tenia en la biblioteca tambin los tenan. A Teo no le temblaba el pulso, pero poco faltaba. Las lucecitas siempre estaban con el, cerca de su cara. Debi de haberlas visto, si realmente hubieran estado ah, en lo cerrado de la noche. Pero no haba ninguna lucecita, no. Sin embargo, aparecan en todas las fotos donde el sala. Eso, y la mano con el anillote, era para meter miedo a cualquiera.

El barn pareca mas asustado que el. Se abanicaba con dos de las funestas fotografas. Jess! Tal vez, esta vez, ni siquiera mam supiera que hacer.

Continuar...

Notas finales:

¡Dios santo!!! ¡En el manga de Fullmetal Alchemist los han matado a todos!!! ¡Han sometido a dios!!! OMG!!! ¡Esperar todo un mes por el proximo capitulo, que tormento!!!

Ok: lo anterior no tiene nada que ver con el relato pero me esta volviendo loca!!! ¡Alguien vaya a Japón y saquele a Arakawa-sama toda la sopa!!!

 Aggg... Besos, apapachos, dejen review, el "agua va" al lanzar orines es veridica, el despiajamiento tambien, las impresoras Italik laser color no existen, me las invente.

Chaux.


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