Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

[Reviews - 339]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

We're drifting apart, but I want you to know  wherever you are I belong. Death sings our song and we eagerly sing along. Wherever you go I will follow.

(Nos estamos distanciando, pero quiero que sepas que yo pertenezco a donde quiera que estés. La muerte canta nuestra canción y ansiosos avanzamos cantando. A donde quiera que vayas te seguiré. - H.I.M., Please don't let it go, fragmento.)

54º  Please don't let it go.

 

Enrico se había quedado desconsolado en su habitación. Lloraba pues era lo único que podía hacer. Conocía a Teo, sabia que luchar era inútil. Cuando ese valeroso hombre se decidía a algo no había poder humano que lo disuadiese.

Para su mala fortuna Teo había dejado la puerta abierta y a Teodorico, que pasaba, se le ocurrió entrar a preguntarle de que largo quería los lazos de las sillas que iban a rentar vestidas para la boda.

-¡Caro! - gritó asustado - ¡¿Qué te pasa?! ¿Estás bien?

Enrico, con sendos lagrimones, trató de despedirlo.

-Pero caro mío, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras así? ¿No ves que se te van a hinchar los ojos? ¡Y a días de tu boda!

Aquella palabra recrudeció el llanto de Enrico. A su sonido sumado a las voces de Teodorico llegó su madre.

-¡Mi bebé! - corrió a abrazarlo del otro lado - ¿Qué tienes mi cielo?

Ante las insistentes preguntas y el creciente espanto de ambos confesó.

-Teo no se va a casar conmigo.

Ambos estallaron en indignación, lo que aumentó el pesar de Enrico.

-¡Como que no se casan! ¡Faltan cinco días para la boda! ¡Lorraine adelantó sus conferencias a la INTERPOL una semana para poder venir! - gritó Teodorico.

-¡Sporco trollo, hijo de mala madre! - maldecía Madonna al jodido crio.

-¡Se casan! - tronó Teodorico - ¡No me importa que problemas tengan, se casan! Si quieren se divorcian al día siguiente, ¡pero se casan!

-Teodorico, no te alteres. - Madonna acaba de ver la mejor parte de aquello, y era que su bebé, su heredero, no contraería matrimonio con un plebeyo extranjero ni seria "oficialmente" gay. Por Dios que la solución que iba encontrando le gustaba, sobre todo, porque en nombre de vengar a su hijo, podría ella desquitarse de todo con el crio. - Si tu hermano no se quiere casar no podemos obligarlo.

-¡Oh, si que podemos! - gritó Teodorico.

-Es Teo quien no se quiere casar. - explicó entre moqueos Enrico.

-¿Y donde esta ese cabrón para darle una convencidita? - preguntó Teodorico tronándose los nudillos.

-Si, que se explique. - dijo Madonna - ¡Ludovico!

Enrico se asustó al ver que mamá llamaba a su matón. No podía creer que su familia de veras pretendiera imitar al príncipe Tancredi o a cualquiera de esos locos que mataban a los amantes indebidos o prohibidos de sus nobles parientes.

-¿Si mamá? - llegó este presto.

-Trae a Teodoro.

Ludovico asintió.

-¡No! - exclamó Enrico - Basta mamá, Teodorico. - recobro el aplomo. Se le helaba la sangre de pensar que su propia madre pudiera hacerle daño a Teo - No vamos a casarnos. Hemos decidido que es lo mejor.

Madre e hijo soltaron una larga letanía de blasfemias. Como en ninguna de ellas Madonna revocara la orden Ludovico desapareció diligente.

-Es una decisión de nosotros como pareja, no deben entrometerse. - se plantó muy firme Enrico.

-¡No! ¡No es una decisión de ustedes! - exclamó Teodorico - ¡Mi vida amorosa depende de ello! ¿Cómo pueden ser tan desconsiderados?

Enrico y Madonna enarcaron la ceja del mismo modo.

-Perdona, pero, ¿Cómo mi boda afecta a tu vida amorosa?

-¡Tengo que demostrarle a Lorraine que soy perfecto con esta boda, o ella nunca será mi novia!

-Vaya... - eso también gustaba a Madonna, uno de sus hijos desviados volvía al buen camino de la heterosexualidad.

-Bueno hermano - dijo Enrico en tono ecuánime - no creo que ella valga la pena si es tan exigente.

Teodorico se puso rojo.

-No te pego solo porque te acaba de dejar el novio. - le dijo con rabia apenas contenida.

 

***

 

-Teodora...

El escondite que la doncella medieval ideara para esconderse por si un día querían obligarla a casarse estaba casi tal como Lotario lo recordaba. Le sorprendió ver su estado de decrepitud. ¿Tan viejo estaba?

Los ojos azules que el se obstinaba en visualizar melados se alzaron. Estaban rojos. Se espantó, no recordaba haber visto jamás a Teodora tan derrotada, ni cuando el murió...

-¿Por qué lloras?

Teo sentía un nudo en la garganta. Negó con la cabeza. Estaba tan triste: ¡amaba tanto a Enrico! Pero menos de lo que quería a Lotario. Fuese o no libre, había algo verdadero, lo que sentía en lo mas profundo de su alma. Fuera o no suya, había tomado una decisión: su lugar estaba junto a Lotario. Tenia que llevarlo al más allá. A que gozara del paraíso de los justos, ya que no pudo gozar del de los enamorados.

-Lotario...

Se le quebraba la voz. Era un muchacho y estaba llorando, daba tanta pena.

-No voy a casarme con Enrico.

-¿Cómo? - inquirió Lotario, sorprendido.

-No voy a casarme con él.

-¿Se ha echado atrás? - la posibilidad de tamaño deshonor le llenaba de indignación.

-No, he sido yo.

Aquello era como de locos: ¡Teodora desdiciéndose!

-¿Tú? - el joven asintió - ¿No le amas?

-Sí que le amo.

-Entonces Teodora, ¿a que se debe este desacato?

-Yo... - Teodoro se sentía cohibido, la autoridad moral de Lotario era enorme - yo debo... estar contigo.

-¿M-me amas? - preguntó tembloroso. Aquella Esperanza, vana, que para él era la esencia misma de la vida, no lo abandonaba.

-¡Ay Lotario! Como quisiera haberme enamorado de ti en mi vida pasada. - reflexionó con tristeza - Todo hubiera sido mejor. Pero en los afectos no se manda, y aunque eres la persona que mas quiero en el mundo te quiero como un amigo.

¿Por qué aunque pasaran los siglos esas razones no dejaban de dolerle igual que la primera vez que le fueron dichas? Lotario se sintió avergonzado, como un crío que no entiende que no puede llevarse un animal salvaje a casa.

-Pero no te deprimas. - Teo apretó su mano - Voy a llevarte a un lugar donde tal vez no sufras más.

Lotario lo miró sorprendido, captando el terrible alcanza de sus palabras.

-Si, voy a llevarte al paraíso.

Aun con los ojos hinchados le sonreía. Trataba de consolarlo, cuando lo que necesitaba era consuelo. ¿Por qué no era capaz de darle a Teodora lo que ella necesitaba? Siempre era ella quien se hacia cargo de él. Incluso había regresado de la muerte por él.

En ese momento, al ver a ese pobre muchacho enamorado, dispuesto a renunciar a su amor por hacerlo feliz a él, Lotario se sintió embargado. Embargado por muchas emociones muy distintas: felicidad, ternura, agradecimiento... pesar. Mucho pesar. No podía dejarle hacer eso.

-Teo... - "Teodora", quería decir, pero por primera vez se dio cuenta de que podía estar equivocado.

Ese chico le había dicho desde un principio que él no era Teodora, y él se había negado a aceptarlo. Pero quizás era cierto. Era cierto. Ese chico no era su amada. Pretender que lo fuera era... injusto.

-Teodoro. - le dijo por vez primera - No tienes que sacrificarte por mi. Agradezco muchísimo el gesto de tu alma generosa pero me iré solo. Creo que ya es tiempo de que me vaya. Ya moleste toda una vida a Teodora, seria injusto que te molestara también a ti.

-Lotario, tu jamás me molestaste: ni antes ni ahora. - apretó sus manos - Y lo que no es justo es que yo te haga esperar más, sufrir más. Ya que no pude darte amor déjame darte consuelo. Te llevaré... al lugar al que perteneces.

-Teo, eres un hombre maravilloso. - dijo Lotario emocionado - No cabe duda que tienes el alma de Teodora. Pero tenías razón: ella se ha ido y tú no eres ella.

-No, no lo soy, pero... - no le había contado lo que la gitana le ayudó a recordar - provengo de ella. Soy su segunda vida, su continuación. Y estoy orgulloso de serlo porque así tengo el placer de ser tu amigo.

-Yo también estoy honrado de conocerte. Pero, fincarte las responsabilidades de Teodora es... excesivo. A final de cuentas - dijo triste - si ella se fue sin mi no veo porque tu tengas que acompañarme.

-¡Ay Lotario! - se lamentó de nuevo Teo - Fue un accidente: una malhadada casualidad, que tu no te encontraras cerca de ella en el momento de su muerte. Y como era la primera vez que moría ella tampoco supo detenerse y llamarte. Cuando me di cuenta de que estaba muerta era demasiado tarde, ya no podía traerte conmigo. - Lotario escuchaba muy atento - Tú no llegaste el final del túnel, yo sí. Y ahí me tope con dos opciones: seguir adelante al paraíso o volver por ti. Y volví por ti, no podía dejarte atrás.

-Teodora... - Lotario estaba conmovido.

-No podía dejarte atrás, ¿lo entiendes? Ni aunque le costara lo mas preciado para ella, su mente. Para poder volver habría de beber de las aguas del olvido. Tuvo que apostar por que su alma volvería a generar una mente parecida, a que tú la encontrarías de algún modo, como sucedió. - le acariciaba la mejilla -Ella se sacrificó Lotario, murió del modo mas verdadero en que se pueda morir, desapareció, por ti, para volver a encontrarte y llevarte al paraíso porque tú de verdad lo mereces.

Lotario lloraba, abatido. Su Teodora, su Teodora... ¡se había ido! ¡No volvería a encontrarla ni en el paraíso! Jamás hubo, ni habrá, sobre la faz de la tierra, quien sufriera una perdida tan dolorosa como que sufrió Lotario da Milano.

-Pero yo sigo siendo ella. - se apresuró a decir Teodoro- Puede que haya cambiado en algunas cosas, pero mis sentimientos por ti son los mismos de ella. Te quiero Lotario, y quiero que tú me quieras como lo que soy, una nueva versión de ella.

Lotario se le abrazó: tenía los sentimientos de Teodora, su fortaleza de ánimo, su valor, su decisión. Era ella, un poco cambiada, como las gentes que se golpean la cabeza y tardan en recordar quienes son. Un efecto así había tenido la muerte en su amada. ¡Y a que horrible sacrificio se había enfrentado por amistad a él!

-Te comprendo Teo... la prueba mas verdadera de que sigues siendo ella es este vinculo tan especial que tengo contigo. Nuestra mutua comprensión, la manera en que te amo...

-Lotario...

-Calla Teodora. Déjame por una vez darte las instrucciones de lo que habrás de hacer: habrás de desposarte con Enrico, porque lo amas, y el amor es algo tan maravilloso que ahora que tus humores cambiados te han permitido encontrarlo no debes dejarlo ir, mucho menos siendo tan noblemente correspondida. Cásate con tu amado mi cielo, ya bastante has hecho por mi. Me iré a donde pertenezco pues al fin he comprendido que como te amo debo dejarte ser feliz. Harto confortado partiré al otro mundo sabiéndote felizmente casada con Enrico.

-Amigo mío, tu nobleza me abruma. Eres tan bueno que más que un ángel te has ganado tu lugar en el paraíso. Créeme que de verdad seguiría tu consejo, pero no puedo. Ir al más allá no es tan fácil, Lotario. Tú no puedes ir solo: ya no posees un cuerpo que genere el túnel que has de cruzar. Si tratas de generar un  túnel solo te convertirás en algo monstruoso, miserable... Necesitas abordar mi túnel en el momento de mi muerte, pues soy la única persona viva con quien tu alma esta enlazada. Este vinculo tan especial que tenemos te permitirá ver mi túnel e ir por el. - tomó su rostro por las mejillas - ¿Comprendes ahora porque tenemos que ir juntos?

Lotario negaba con la cabeza, apesadumbrado.

-Que desgracia amor mío, que desgracia...

-Esta bien Lotario, ya te lo he dicho, no del modo que tu quisieras, pero te amo, y más que a Enrico. Por eso he decidido no casarme con el e irme contigo. Soy Teodora; soy tuya.

-Teo... amigo mío: no tienes que morir ahora. Cuando llegue tu hora estaré muy agradecido de que me lleves contigo. Pero si he aguantado ocho siglos puedo aguantar más. Cásate, sé feliz, y me harás feliz a mi también.

Teo lo abrazó, pensativo. ¿De verdad podría aguantar más? Dicho así sonaba fácil, pero si la vida se regia por leyes de precisión matemática, como se temía, había un punto de quiebre exacto que no podía superarse. El limite de la resistencia de Lotario. No podían pasarse ni por un minuto, porque daba lo mismo pasarse por un minuto que por un milenio: Lotario estaría perdido. En matemáticas siempre hay una respuesta correcta, y un número infinito de respuestas erróneas.

Podía intentarlo, por el momento, podía hacerle creer que seguiría su consejo. Igual necesitaba tiempo para dar con un modo de coordinar su muerte con la presencia de Lotario; debía encontrar un modo de suicidarse sin cometer suicidio, por aquello de que los suicidas van al infierno y no estaba seguro de que el camino fuera el mismo si iba uno al infierno que al paraíso, además que necesitaba saber a en que momento moriría exactamente para que Lotario estuviera presente y pudiera irse juntos, porque si la cagaba esta vez y se iba sin él... mejor ni pensar en ello.

-¿Lo resistirás Lotario? ¿Verme casado con Enrico?

-No solo lo resistiré, estaré feliz por ti.

Teo exhaló mientras cerraba los ojos.

-Lo haré. Pero tu debes prometerme que no tratarás de irte solo: solo te destruirías, y entonces el sacrificio de Teodora no habría servido de nada. Sobre la cruz de tu espada júrame, por el amor que me tienes, que partirás conmigo cuando yo te lo indique.

El caballero desenvainó y clavó su espada entre sus rodillas y las de Teodora.

-Lo juro. - dijo con voz solemne.

Apretando la espada que no podía hacerle daño entre los dos Teo lo abrazó, reposando su mejilla en el hombro de Lotario. Sus recuerdos habían vuelto tanto que ahora incluso podía olerlo. Que lastima que la química no lo conectara con él como con Enrico.

¡Su pobre Enrico! Si todavía quería casarse con el iba a dejarlo viudo muy pronto. No acaba de creer que fuera justo.

Pero luego recordó su situación, el infierno vivido cuando Enrico enfermó y él fue alejado por no ser legalmente nada de él. Imaginó que si no se casaban su madre no lo dejaría ni asistir a su funeral. Necesitaba casarse con el aunque fuera para evitarle la pena de que alguien le hiciera pensar aquel terrible "no somos nada".

 

Continuará...

 

Notas finales:

Please don't let it,
Please don't let it go 
'Cause if you won't let it I won't let it go 
Oh no!

Link: http://www.youtube.com/watch?v=vHM8G5Qx9PM

Carpe noctem! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).