Si, baka usagi…—se separo un poco, “solo pido una vez, solo pido poder hacerlo feliz esta noche, solo quiero entregarme a él plenamente, solo una vez, Dios permíteme ser feliz solo unos instantes, te lo ruego” —te amo más que a nadie y quiero demostrártelo—lo beso con suavidad, sus labios fríos por la noche por fin estaban tomando el color rojizo que delataba su personalidad alegre y juguetona—y no se te ocurra decirme que no tengo que hacerlo—jalo un poco sus mechones rojos, a manera de castigo, si se atrevía a negársele lo golpearía hasta quedar satisfecho—Mmm…usagi…—le había besado sin avisar, pero le había gustado, sonreían agachando el rostro para que Lavi no lo viera, estaba contento, tontamente enamorado de un baka usagi, se sentía ridículamente feliz estando de esa manera.
Nee Yuu? —se escucho su voz juguetona de nuevo, “me encantas” —me abrazas para quitarme el frio? —le miro fingiendo inocencia—Yuu… —su aroma era tan embriagante, hace mucho que no lo tenía tan cerca. Beso su cabello, descendiendo poco a poco hasta su cuello, recorrió sus mechones azuados para dejar esa zona libre, no era tonto, sabía que esta vez las marcas permanecerían en su piel, debería elegir correctamente donde las dejaba, saco la lengua acariciando entre su hombro derecho y el final de su cuello, trago saliva, era un sabor único, y se lo estaba dando solo a él, no como con el Noé, sabía que era idiota al pensarlo, pero era verdad, su Yuu era totalmente diferente, estaba seguro que esta sería la primera vez que deseaba algo como lo que estaba ocurriendo.
Ngh…Lavi…—sujetaba sus brazos, disfrutando, sabiéndose más amado que cualquiera, le amaba y le amaban—ah…—los dientes de Lavi se cerraban alrededor de su piel, le estrujaron de manera posesiva, Lavi era tan abrumadoramente encantador, sus ojos volvieron a encontrarse deteniéndose en el tiempo, su boca fue automáticamente a la de Lavi, lo necesitaba, había querido pensar que eso no era apto en su persona, pero también tenía deseos, hormonas, no sabía cómo su pelirrojo se controlaba a diario por él—mmm…—le había encajado los colmillos al cuello del uniojo, justo como le había hecho a él, poco a poco fue tirándolo en la cama, colocando sus piernas alrededor de su cadera, se puso su hermosa cortina de cabello atrás de la oreja, pensando en lo pervertido que era por tener a Lavi a su merced—eres muy guapo lo sabías? —lo beso sin que este pudiera responder, un día tendría que robárselo frente a las chicas que solían estar detrás de él, les demostraría que ese muchacho ya tena dueño—Nhg! Lavi! —le había apretado sus glúteos, era excito su contacto, como es que se lo había impedido, agradecía llevar poca ropa—mmm!! —se mordió el labio inferior, esas manos acariciaban sus muslos y nalgas aleatoriamente, subían y descendían, brindándole extraños espasmos de placer.
Mi Yuu-chan, te gusta tenerme así verdad? —el también lo disfrutaba, su lindo asiático se puso rojo por el comentario, le había avergonzado su comportamiento—no te preocupes…yo también me siento así—beso su mejilla tranquilizándolo rápidamente, era obvio que ambos estuvieran nerviosos, su novio también estaba ansioso, al parecer lo había estado ansiando desde hacía algún tiempo, lo comprendía—Ngh Yuu—le acaricio una pierna, abriéndola un poco más frotando su propia intimidad con la de él, quería que Kanda lo sintiera, lo que le provocaba de a diario con su sola presencia—Agrh! —cerro su ojo, Kanda le había abrazado el cuello fuertemente ahogando un gemido, le gustaba—Yuu…ngh! —le cargo y lo sentó en sus piernas besándole con algo de rudeza, sus manos subieron a su rostro para profundizar más su contacto, sus lenguas estaban en la boca contraria, explorando como si jamás lo hubieran hecho.
Agh!...mnn…—Lavi le había abierto su única prenda apretando un poco su pezón sin dejar el beso, pero él tampoco se quedaría atrás, mientras seguían besándose, tomando aire de vez en vez, le quito su suéter con desesperación deleitándose con la vista que le entregaba su pelirrojo—ah…—suspiro agotado, sus pulmones necesitaban oxigeno, por más que lo evitara era vital para continuar—Oh! La-Lavi!! —le había acostado con fuerza sobre la cama, ese hotel sí que había sido amable en dejares camas dobles en vez de individuales—Ah! —estaba entre sus piernas, rozándose contra él, enloqueciéndolo por hacerlo sufrir así—Ah Ah!! Lavi!! —las manos de su pareja estaban sobre su miembro duro—Agh!!! —lo masturbaba, bajaba y subía, presionando, tocando la punta con el pulgar, provocando que su habitación se llenara de gemidos de su propia garganta.
Yuu…te vez…—el estar tocando al japonés a su antojo le daba una vista estupenda, su boca tenía un fino hilo de saliva de su último beso, su cabellera revuelta sobre la almohada, sus ojos semi-cerrados, las mejillas sonrojadas, su cuerpo temblando por el libido y las piernas abiertas rodeándolo para impedir que escapara, cosa que no haría aunque le costara la vida—Ahhh!! Yuu!! —le sentía introducir una mano dentro de su bóxer presionando su erección desatendida, pronto ambos estaban gimiendo por el placer, sus manos tocaban puntos que otros no habían sido capaces de hallar.
Ah! Lavi…que sucede?—se levanto un poco, Lavi había alejado su mano besándola dulcemente, su sonrisa le indicaba que pronto continuarían, el ojiverde se dirigió a su entrepierna—Mnm!! —cerro sus ojos dejándose caer nuevamente en el colchón, Lavi había pasado su lengua exactamente en la punta, era un lujurioso, le encantaba tenerlo así—Ahh! Lavi …no…ahh!! —le lamia y succionaba, no podía hacer nada, era delirante, su sexo rodeado por la boca de Lavi, pronto se unieron sus manos al juego, acariciando su pecho y apretando sus pezones, trazando círculos que no hacían más que endurecerlos más.
Ngh! Kanda…estas…delicioso—no había pensado en tratar de esa manera al samurái, de hecho a nadie, pero le encantaba a idea, Yuu no aguantaría por mucho, y eso le gustaba, que gritara por él, escuchar su nombre en gemidos saliendo de esos labios le erizaba cada bello de su cuerpo.
La-Lavi!...a-apar-apártate ngh!! —pronto llegaría al final, no quería ensuciarlo, pero no se alejaba y el placer nublaba sus sentidos y todas sus fuerzas, no podía alejarlo con sus brazos, parecían incluso incitarlo a metérselo más—Ngh!! Lavi Lavi Aahhh!!! —se corrió en la boca de su amante, respiraba agitado, no pudo resistirlo, era lo mejor que le había pasado en su vida, nunca había sentido tanto placer recorrerle en tan poco tiempo—lo…lo siento...lo siento mi amor—esas últimas palabras le hacían sentir cursi, Lavi se lo decía a cada rato, pero no sabía cómo era decirlo tan cómodamente—Ahh…—una sustancia pegajosa y húmeda estaba siendo depositada en su entrada, miro un poco abochornado lo que sucedía, Lavi abría su boca dejando la semilla en su parte más erógena junto con su propia saliva.
No te preocupes, eres lo mejor que he probado—trago el resto, sonrojando a Yuu aun más de lo que ya estaba—quítate esto…—zafo su yukata arrojándola lejos junto con sus bóxers, así era como debía de ser, ambos desnudos entregándose el uno al otro—lo siento no vine preparado tendrás que aguantar—le aclaro con suavidad envolviéndole en un abrazo tierno y sensible, le dolería, seguramente lo sabía—…o si prefieres que nos detengamos? —recordó su ultima vez, lo haría correctamente, pediría su permiso ante todo, el era suyo, por lo tanto lo cuidaría como a una joya, no, más que a eso, más que a una vida, Yuu era invaluable.
No, tu sigue…—correspondió el abrazo con Lavi sobre él, no lo soltó, sinceramente quería continuar, pero primero quería tenerlo entre sus brazos bríndale el valor para seguir adelante, lo soltó despacio, dejando que lo marcara con besos y caricias que poco a poco iban tomando un color rojizo en su piel—Ahh…—Lavi había llevado una mano su entrada trazando figuras para excitarlo de nuevo.
Yuu mírame—le pidió acariciando su rostro con la mano libre, este le obedeció sintiendo el primer dedo introducirse lentamente en su cuerpo—…si quieres que me detenga…—Yuu negó con la cabeza, cerrando sus labios con fuerza.
Agh!! —el segundo dedo acompaño al primero, era mejor hacerlo rápido, eso dijo Lavi alguna vez cuando intento explicarle como era eso—Lavi! —de sus ojos brotaron lagrimas al sentir el tercero introducirse, era doloroso, pero la mirada de Lavi en la suya le tranquilizaba, quería estar con el más de lo que se había maginado, pronto los quejidos se volvieron de placer, sus manos tocaban el pecho de Lavi rozando sus pezones, quería enloquecerlo justo como estaba haciendo con el—Ahh…Lavi…ngh!! —sus caderas empezaron a moverse lentamente hacia sus dedos, era tan satisfactorio en ese momento que se quejo y quiso reclamarle en cuanto salieron de él.
Yuu-chan…yo—Lavi le vio necesitado, Kanda calló sus protestas y beso sus labios fugazmente rodeándole el cuello, era obvio que ya no aguantara, sintió como su pene presionaba contra el—Agh! Yuu! Ngh!! —entraba despacio, sacando quejidos de la garganta del samurái, era tan estrecho, como si nunca—Te amo Yuu—finalmente se introdujo completamente, el japonés le abrazaba con mucha fuerza, le había dolido, pero no parecía querer detenerse.
Ahh!! Lavi!!! —se movió despacio pero sentía hasta el más mínimo de sus toques ahora que eran uno solo—Ahh!!! —Lavi embistió una vez, comprobando si Yuu ya estaba listo—Por dios Lavi!!! —había sido glorioso, le había tocado una parte que el mismo no conocía, pero que deseaba experimentar cuanto antes—Ahh!!!...Ahh!!...La-Lavi!!! —sus cuerpo lo recibía con gusto, cada embate contra él le hacía perder la cordura un poco más.
Ahh!!!, Yuu!! —ambas manos permanecían en las caderas de Yuu, ayudándolo a profundizar más—Ngh…mmm—se besaron a petición muda del japonés, sus lenguas danzaban confundidas, perdidas en tanto placer, el cuerpo de Kanda era tan…—Ahg!!! —se estaba contrayendo, era delicioso.
Lavi!! Ahh!! —la mano del pelirrojo toco su miembro de nuevo, masajeándolo a su antojo buscando endurecerlo más de lo que ya estaba—No Lavi!!!...ya-ya no puedo Ahhh!!! —pronto llegarían al orgasmo, sabia a la perfección que su pelirrojo estaba en las mismas, sus gemidos roncos y llenos de lujuria lo delataban.
Nghg YUU!!! —
LAVI!!!! —
Ambos terminaron al mismo tiempo, Lavi dentro de Kanda y este sobre la mano del pelirrojo, Lavi se dejo caer en su novio, agotado, en su vida se había sentido tan satisfecho.
Lavi…—Kanda le abrazo, todavía no salía de él, pero no le importaba, era el mejor momento de su vida, jamás lo olvidaría—te amo…—cerro los ojos y recibió un beso al instante, sintió a Lavi salir de él, admitía que era incomodo tener la semilla de Lavi en su vientre, pero también le agradaba, le hacía sentir suyo.
Yo también te amo Yuu…—se abrazaron, Lavi sobre el pecho del japonés, era tan dulce estar con él, habían terminado su misión a la perfección, volverían al medio día a la orden, tenían el tiempo suficiente para dormir.
La luz se poso sobre el rostro de ambos jóvenes, Kanda abrazo más a Lavi, mientras este se escondía en su pecho huyendo de los rayos del sol, ambos estaban sumamente tranquilos, descansando, después de su noche juntos y la batalla necesitaban descansar, Lavi dio un suave beso en el pecho del japonés mientras este le acariciaba la espalda cómplice.
Usagi…dormiste bien? —Pregunto Kanda sin abrir los ojos, sus manos estaban acariciando al pelirrojo, este se hacía el dormido, no quería quitarse de encima de Kanda—ya sé que estas despierto…—no le importaba, el también estaba muy cómodo en esa posición si quería quedarse ahí lo dejaría con gusto.
Yuu-chan…hay que quedarnos hasta que la luz se baya—trago saliva, en su cuarto solo había una ventana, y anoche se había asegurado de cerrar la cortina perfectamente, esa luz que entro repentinamente no provenía de ella si no de la puerta.
Kan..da?—Ambos, Lavi y Yuu voltearon sobresaltándose, Allen estaba en la puerta con la boca abierta, el había dejado la luz entrar en la habitación del pelirrojo.
Allen ya despertaste a Lavi?—habían escuchado mucho ajetreo en su habitación seguro y se había divertido anoche con alguna chica, por lo que no quisieron interrumpir, precisamente por eso habían dejado que se despertara por sí mismo, pero no encontraban a Kanda y se preocuparon, querían preguntarle pero—qué pasa? —la china miro a donde Allen miraba, encontrándose a Kanda y a Lavi juntos y desnudos en la cama, el pelirrojo estaba sobre el nipón, recién se habían despertado se notaba, Kanda miraba a otro lado con rubor en sus mejillas, mientras que el ojiverde lo abrazaba tapándose a ambos con la sabana.