A light in the dark
Capítulo 9
Estaba con ChanYeol en la sala. Él leía y yo seguía intentando terminar la canción que había empezado con mi hermana. Estaba nervioso porque había decidido a hablar con SuHo al día siguiente.
No podía concentrarme. Lo miré a ChanYeol que, todo lo contrario a mi situación, si estaba concentrado, leyendo y muy serio. Era una persona muy fuerte. Había pasado por un desengaño amoroso muy feo, y lo había superado. Se hizo más fuerte de la experiencia y además lo perdonó, a pesar de que lo había lastimado profundamente. Y se habían vuelto a hacer cercanos, como amigos. Eso me molestaba un poco, ya que sabía que Kris sentía algo por él y tenía miedo de perderlo. De haber estado con él, lo habría ayudado... Pero... ¿Cómo hubiera podido ayudar a alguien si yo estaba tan roto? Sólo miraba el dolor y la parte mala de mi vida. Pero por ahí, todo hubiera sido diferente de haberlo conocido antes. Yo hubiera... Empecé a escribir frenéticamente las palabras que se me habían ocurrido.
"If I were a different man
And if I had a passage in a comedy
I would set fire to all the changed wounds that you and he made"
Escuché una risita y miré a ChanYeol con curiosidad.
- Tenés cara de desquiciado. ¿Te salió algo nuevo?- preguntó, riendo nuevamente.
- Sí... no quería que se me olvide- reí avergonzado.
- Casi prendes fuego el papel... ¿Puedo ver?- dijo parándose del sillón en el que estaba y sentándose al lado mío.
- Sí- le quise pasar el papel pero él no lo agarró.
- No, cantalo... todo lo que tenés hasta ahora.
Lo miré fijo y, sonrojado, le canté lo poco que tenía mientras sus ojos no se despegaban de los míos.
"If I were a different man
And if I had a passage in a comedy
I would set fire to all the changed wounds that you and he made
Baby don’t cry, tonight
After the darkness has lifted
Baby don’t cry, tonight
It’ll be like nothing ever happened
You will never become a bubble,
In the end you don’t have to know
So baby don’t cry, cry
For my love will protect you."
- Me gusta mucho... la parte que le agregaste es muy tierna. Muestra mucho amor- parpadeé confuso. Me había salido pensando en él. Lo vi acercarse a mí.
- ¿Sí?- reí nerviosamente -Supongo que esa es la idea de la canción...- dejé de hablar. Sus ojos estaban a mi altura, a muy poca distancia. Y de golpe, antes de que pudiera hacer algo para evitarlo, sus labios se posaron sobre los míos, ejerciendo una leve presión. Un calor me inundó el corazón, el cuerpo y los sentidos. Se separó de mí rápidamente, rojo de la vergüenza.
- Perdón Baek...- dijo con los ojos muy abiertos -Me dejé llevar por el sentimiento de la canción...- me miró con precaución. Yo estaba inmóvil, todavía abrumado por las intensas sensaciones que había tenido con el simple roce -¿Baek...?- lo miré y le sonreí.
- No te sientas mal, Channie. No estoy molesto- mis ojos se desviaron a sus labios. Por algún motivo quería probar más, explorar en toda su extensión esa boca.
***
Al otro día, después de las clases, me dirigí a lo de SuHo. Él había faltado, por lo que decidí ir a visitarlo para hablar.
- Hola- dije sonrojado cuando abrió la puerta y me miró sorprendido.
- Hola...- desvió la mirada.
- ¿Puedo pasar?- le pregunté.
- Sí, claro- respondió, haciéndose a un lado.
Entré y él me ofreció algo para tomar. Nos sentamos en la mesa del comedor con un té cada uno.
- Quería hablar con vos... pedirte perdón por evitarte...- lo miré.
- Yo también quería hablar con vos. Por tus reacciones, me di cuenta que tenés una idea equivocada de lo que realmente pasó. Pero no me dejaste explicarte...- dijo mirando para otro lado, claramente triste.
- Perdón... no quiero perder tu amistad por esto... ¿Una idea equivocada?- le pregunté curioso.
- Sí.
- Yo no me acuerdo de todo. Simplemente saqué conclusiones con lo poco que me acuerdo y lo que vi.
- ¿De qué te acordás?- tomó de su taza. Desvié la mirada.
- Recuerdo que te besé. Y vos, arriba mío... sin remera ninguno... el cuello, el pecho... estómago... caderas...- me sonrojé furiosamente -y tu mano... ahí y la mía... allá...- no pude seguir hablando, la vergüenza me consumía. Él tosió incómodo.
- Sí... bueno... ¿Nada más?- negué -Tengo suerte por un lado, no importa cuánto tome, siempre me acuerdo de todo. Sin contar que tomé menos que vos, aunque estaba más borracho de lo que había estado nunca- se rió -No pasó mucho más... ni siquiera... terminamos esa parte.
- ¿No?- me sentí tan aliviado que quería salir al balcón y gritar de felicidad. Pero luego recordé algo -Pero... caminabas raro- volví a sonrojarme.
- Sin ofender, pero nunca... ocuparía ese papel en una relación con un hombre- rió de nuevo -Si caminaba raro era por otra cosa- lo miré a los ojos y él sonrió -Te voy a contar lo que pasó- asentí tímidamente -Sí, estábamos... en eso. Pero estábamos tan borrachos que ninguno pensaba claramente. Te sentaste de golpe y yo me caí de la cama, golpeándome. De ahí cómo caminaba: me golpeé muy mal con la mesita de noche. No sé qué pasó por tu cabeza, pero por suerte reaccionaste... creo- ambos estábamos muy rojos y ya no nos mirábamos -No creo que vayamos a perder nuestra amistad por esto. Sólo fue... una sesión de besos algo subida de tono. Había alcohol de por medio. Y me hizo darme cuenta de algo muy importante, por lo que creo que podemos ser incluso mejores amigos que antes- me sonrió.
- ¿De qué te diste cuenta?- le pregunté mirándolo.
- De que te amo, pero no de la manera que yo creía- lo miré con los ojos muy abiertos, sorprendido -Baek, estuve enamorado de vos muchos años. O eso creía. Sí, te quería, pero lo que yo creía amor de pareja, era un amor más... fraternal, de amistad. Me di cuenta por lo incorrecto que se sintió todo ese día. Puede ser que al principio sí era ese tipo de amor, pero lo superé hace tiempo. Aunque no lo había notado, lo transformé en un amor diferente. Siempre fuiste y vas a ser importante en mi vida. Te amo como amo a un hermano o a un amigo de toda la vida.
- Nunca me di cuenta... perdón- volví a sonrojarme -Vos también sos importante para mí. Te quiero mucho, hyung- me sonrió.
- De todos modos, no creo que me hubieras correspondido- lo miré con el ceño fruncido.
- ¿Por qué?- le pregunté. Su comentario me había parecido extraño -¿Porque sos hombre? -se rió.
- No. Porque tu corazón ya tiene dueño- dijo simplemente. Mis ojos se abrieron grande de nuevo y lo miré -Ya te vas a dar cuenta de lo que hablo.
- ¿DueñO? Pero hyung, me gustan las muje...- puso su mano en mi boca para callarme.
- Deja de mentirte -me sonrió y la sacó. Me quedé tieso, sentado, mirando a la nada mientras él esperaba que asimilara sus palabras -Vamos, te invito a comer.
***
Íbamos caminando por una calle poco transitada, charlando. De golpe, al doblar una esquina, un chico con anteojos salió disparado de la nada chocando con SuHo. Ambos cayeron al piso y el desconocido miró hacia atrás con miedo. Se pararon y SuHo y él se miraron. El chico era más alto que él, de piel muy blanca, con el pelo castaño y flequillo al costado.
A lo lejos, se escucharon unos gritos y pasos que se acercaban. El chico miró para todos lados, se puso la capucha y estampó a SuHo contra la pared, acercando su cara a la de él. Me quedé inmóvil de la sorpresa y no pude reaccionar para ayudarlo. El chico sólo se quedó a centímetros de la boca de SuHo, mirándolo a los ojos con vergüenza. En ese momento unos chicos doblaron por esa esquina.
- ¡Se debe haber ido por ahí!- gritó uno, señalando una calle y todos se fueron corriendo.
El chico se alejó de SuHo y suspiró aliviado.
- Perdón- le dijo con un extraño acento. Ambos estaban sonrojados -Pero me estaban siguiendo para pegarme y no supe qué hacer. Se me ocurrió eso.
- Está... bien. ¿Por qué te querían pegar?- preguntó preocupado.
- Soy nuevo en la escuela. Y soy de China. No sé... simplemente me odian. Podría decirse que me salvaste de mi dosis de golpes diaria- le sonrió muy cálidamente. Yo me limitaba a mirarlos. Pude notar, gracias a que tenía abierto el comienzo de la camisa del colegio, que tenía golpes en el pecho. Y se le veía otro curándose en su pómulo derecho.
- Eso está muy mal...- dijo SuHo muy serio. Yo sabía lo mucho que él odiaba a las personas que hacían eso.
- Estoy acostumbrado- dijo con un gesto de cansancio -Soy Zhang Yixing por cierto. Pueden decirme Lay.
- Soy Kim Jun Myeon, pero me dicen SuHo, él es Byun Baek Hyun- me señaló.
- Un gusto. Ya me tengo que ir, gracias por todo- nos sonrió.
- No es nada...- respondí al ver que mi amigo no lo iba a hacer. Él hizo un gesto con la mano y se fue.
SuHo se quedó quieto mirando el lugar por el que Lay se había ido.
- BaekHyun...- me dijo muy bajito.
- ¿Qué?- le respondí en el mismo tono de voz.
- ¿De qué colegio era su uniforme?- me reí.
- Tenés suerte de que lo sé. Vení, te muestro.
Lo agarré de la manga de la campera, llevándolo por el camino que dirigía a esa escuela.
***
Llegué a la casa y al entrar me encontré con un ChanYeol muy serio sentado en el sillón de la sala.
- ChanYeol... ¿Estás bien?- le pregunté, acercándome y acuclillándome frente a él. Abrió la boca para contestarme y en ese momento, se escuchó el ruido de la canilla del lava manos del baño -¿Quién está?
Él me miró, levantó su mano y acarició mi mejilla suavemente, pero la dejó caer rápidamente cuando se escuchó la puerta del baño abrirse.
Una mujer entró al living y se quedó mirándome. Me paré inmediatamente e hice una pequeña reverencia.
- ¿No vas a presentarme, ChanYeol?- le dijo la mujer. Era alta, con el pelo castaño cobrizo, muy arreglada y parecía correcta. Demasiado correcta.
- Mamá, él es Byun BaekHyun. Vive conmigo...- me alarmé. Su voz jamás había sonado tan apagada -Baek, ella es mi mamá.
- ¿Cuantos años tenés?- me preguntó directamente la mujer.
- Dieciocho...- le respondí sin entender.
- Es más grande, mostrale más respeto. Yo no te crié así- le dijo fríamente. ChanYeol se paró y la enfrentó.
- Vos no me criaste. Sos mi mamá sólo porque la sangre y el documento lo dicen- se fue por el pasillo y entró en el cuarto, cerrando la puerta de un golpe.
- Disculpalo- me dijo.
- No hay nada que disculpar, yo le pedí que no me diga hyung...
- Aún así- se acercó a la puerta de la habitación -¡Te espero en el aeropuerto el martes!- le gritó. Me quedé sin aire. ¿Para qué quiere que vaya al aeropuerto? -¡Vas a viajar y a empezar a trabajar con tu padre! ¡Te guste o no! Francia te espera- ¿Francia? Escuché como se partía el mundo. Francia era muy lejos. Volvió a entrar a la sala y me miró -Por favor, asegurate que sea puntual el martes.
Asentí y le sonreí. La mujer se sobresaltó al ver mi sonrisa rota.
***
Cuando se fue, entré en la habitación y lo busqué con la mirada. No lo encontré. Me fijé en el baño y tampoco estaba ahí. ¿Dónde está? me pregunté angustiado. Corrí a la ventana al borde de las lágrimas y la abrí. Miré para abajo y sentí alivio de no ver nada. Qué tonto... él no sería capaz de suicidarse. Él es mejor que eso.
Desesperado, abrí el armario y ahí estaba, con la cabeza entre sus rodillas. Su espalda se convulsionaba con los sollozos que trataba de contener.
- ¿Qué pasó?- le pregunté, acariciando su espalda.
- Quiere que vaya a Francia a trabajar con ella y mi papá- dijo entrecortadamente -Apareció de la nada y me quiere sacar del país. Alejarme de la vida que creé acá. Con lo perfecta que estaba siendo últimamente...
Una lágrima me sorprendió cayendo lentamente por mi rostro. La sequé rápidamente para que ChanYeol no lo notara. Sin saber qué decir, lo ayudé a salir del armario y él se sentó en el suelo, contra la pared. Me puse adelante de él y lo abracé.
- Decile que no querés ir. Que tenés tu vida acá...- le susurré y él negó con la cabeza.
- Es imposible hacerla cambiar de opinión cuando quiere algo- empezó a llorar de nuevo y lo abracé más fuerte. No me pude contener y yo también empecé a llorar. Me miró con la cara mojada y, al ver mi estado, habló -No te preocupes- dijo secándome las lágrimas -No te vas a quedar en la calle. Te voy a dejar el departamento a vos- agregó con dificultad. Incluso en estas circunstancias se preocupa por mí.
- Tonto, no lloro por eso. No quiero que te vayas, te voy a extrañar muchísimo- hundí mi cara en su cuello, sollozando más fuerte.
Nos quedamos abrazados, llorando los dos hasta dormirnos.
***
Me desperté, sintiendo una leve y tierna caricia en mi cabeza que estaba apoyada en el pecho de ChanYeol. Me separé levemente y lo miré. Él miraba el techo mientras enredaba y desenredaba distraídamente sus dedos en mi pelo. Cuando sintió que me movía dejó quieta la mano y me miró.
- Perdón... ¿Te desperté?- me dijo sonriendo.
- No- volví a apoyar mi cabeza en su pecho y él apoyó la mano de nuevo, reanudando las caricias. Yo me quedé quieto, disfrutando.
- ¿No estás incómodo?- preguntó. Yo negué con la cabeza y le abracé fuerte.
- Quiero estar así un ratito más- sonreí y sentí como su pecho temblaba con la breve risita que dejó escapar.
Él susurró algo que no llegué a escuchar.