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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

YOU MADE ME FEEL LIKE I`M LOOSIN`THIS ALL FOR NOTHING
THIS IS WHY I WANT YOU, IT`S THE DEEPEST TOUCH
IT`S THE DEEPEST LUST AND I HOPE THE SAME FOR YOU
COME TONIGHT MY SAVIOUR, CRY TONIGHT MY ANGEL CHILD

ME HACES SENTIR COMO QUE PIERDO TODO POR NADA

ES POR ESTO QUE TE QUIERO, ESTE ES EL TOQUE MAS PROFUNDO

ES LA LUJURIA MAS PROFUNDA Y ESPERO QUE SIENTAS LO MISMO

VEN ESTA NOCHE MI SALVADOR, LLORA ESTA NOCHE MI ANGELITO – CHARON, COME TONIGHT, FRAGMENTO.

 

Mikko se sobresaltó al ver tan cerca de si a un tipo rubio. Cuarentón. Alto y con barba en dos trencitas. De larga melena.

-Sí. ¿Tienes un cigarro?

Se lo dio.

-¿Esperas a alguien?

-Podría decirse…

-¿Tu novia?

Mikko negó y lo examinó. Feo no era, viejo para su gusto, sí. Se notaba nervioso. No parecía el tipo de hombres que ocupan los servicios de un puto, pero, ¿Qué sabia el sobre los tipos de clientes? Llevaba menos de un día en el negocio. Decidió lanzarse.

-Soy gay. Y me gustan los rubios de ojos azules. – terminó escaneándolo de arriba abajo, con especial atención al paquete que marcaba en sus jeans ajustados.

Marco enrojeció levemente. Ese chico era más arrojado que sus gruppies. (No hay tipo en Finlandia que no sea músico)

-Vaya. ¿Te han dicho que te pareces mucho a Juha Kylmanen? – por eso lo había seguido desde el centro comercial, observado su extraña conducta y en base a ella sospechado algo que no podía ser. Se veía un chico de familia, bien cuidado.

Mikko se asustó, pero mantuvo la calma.

-Por supuesto – rió – Me lo dicen siempre. Tú también me recuerdas a alguien…

-Eres muy parecido. – insistió.

-Cosas del azar.

-¿No eres pariente suyo?

-¿Yo? – rió de nuevo. Quizá demasiado – Soy ruso. – era cierto, ruso, y finlandés. Hablaba los dos idiomas, se habia criado entre ambos países y muchos más.

Marco asintió. Así que no tenía nada que ver con (el terrible) Jarmo Kylmanen. Conocía a Juha a través de Tuomas, un amigo en común que había estado durante un año en una banda con Juha, pero que actualmente estaba en la banda de Marco. O más bien Marco en la suya. Tuomas tenía en común con Kristian la afición al despótico dominio, así como a una decencia victoriana. Jamás habría permitido que su amigo con hijos (Marco) tuviera un romance con su amigo sobreprotegido (Juha), o esto opinaba Marco.

Aun así, Juha era de una belleza extraordinaria, y, como decía el mismo Tuomas en una de sus canciones, la belleza siempre viene acompañada por pensamientos oscuros… Había deseado larga e intensamente a Juha sin osar proponerle algo por tres motivos: Jarmo, Tuomas y la heterosexualidad declarada de ambos.

Pero ahora se presentaba este rusito. Había creído que era Juha en el centro comercial y se había acercado a saludarlo, pero este corrió hacia un hotel y ahí vio que no era Juha… y que se comportaba de modo extraño. Como las putas de los hoteles de Bucarest. El guardia había opinado lo mismo y fue a correrlo. Y él lo siguió hasta esta calle, llena de hoteles…

-Ya veo… ¿Y vienes de Rusia con amor? – preguntó en son de broma.

-Oh sí – le guiñó el ojo Mikko – Con mucho amor. ¿Quieres? – le puso una mano en la cintura y otra en la espalda. Acercó sus labios entreabiertos. Marco no pudo resistirlos. Se besaron y lo abrazó, lo manoseó… estaba tan bueno ese chico. Emanaba una sensualidad tan poderosa, tan atrayente… y era demasiado joven para él. Pero besaba tan bien. - ¿Quieres ir al hotel?

-Sí… - lo que fuera por poseerlo. Seguramente no se sentiría orgulloso después pero no volvería a tener una oportunidad así.

Entraron al más discreto y pidieron una habitación para dos. No se las dieron porque Mikko no traía su identificación (la tenía su padre). Marco casi se arrepintió, pero otro apasionado beso del muchacho lo convenció de llevarlo a su departamento. Se comieron y se manosearon en el taxi. La barba del rubio le hacía cosquillas a Mikko pero no protestaba.

-¡No puedo creerlo! – exclamó al entrar en el departamento - ¡Eres el bajista y vocalista de…

Marco lo calló con un beso, estampándolo contra la pared decorada con el disco de platino que había ganado su segunda banda. Si, era él, el de la famosa banda de sinfónico que cambiaba de vocalista femenina como de calzones, pero eso importaba un carajo. Importaba la tersa piel del jovencito, sus labios sensuales, sus ojos como los de Juha.

Marco le arrancó la ropa, ansioso: ¡lo había deseado durante tanto tiempo! Le mordió el cuello, lo tiró bruscamente al piso del pasillo, se le montó encima ansioso, devorándolo, chupando de más su pezón y agarrándole entre las piernas, masajeando su pene y metiéndole un dedo sin lubricante que le hizo sentir dolor.

-No tan rudo… - pidió, pero por primera vez se encontraba con un depredador sexual mayor que él, cuya ansiedad lo espantaba un poco.

Marco engulló su pene, sin sacarle el dedo. Mikko se arqueó y gimió, poniéndose flojito para disfrutar de ambas cosas. Marco chupaba su pene con ganas, dejándole escurrir saliva hacia atrás. La introdujo con ayuda de otro dedo. Mikko gimió, adolorido. No era virgen pero había tenido pocas experiencias, todas en las que había sido uke más suaves.

Marco dejó de mamársela, pero no de dedearlo. Besuqueó el interior de sus muslos, su bajo vientre. Lamió una de las líneas de su cadera, miró su hermoso rostro, imaginándolo enmarcado por una melena roja. Le sacó los dedos y subió a besos por su abdomen y pecho. El chico buscó su boca, otra señal de que no era puto. Menos mal. Le enseñó como llevar la lengua hasta el fondo de la garganta y luego se arrodilló a su lado, demandándole que chupara su polla.

Mikko lo hizo con entusiasmo. Su nuez de adán se movía conforme succionaba, una y otra vez, con su flequillo negro cayéndole sobre la cara. Marco buscó su cartera en sus pantalones y el condón en ella. Guió la cabeza del chico, disfrutando de su boca. Cuando sintió que estaba excitándose demasiado la apartó.

-¿Cómo me pongo? – preguntó Mikko en lo que él se ponía el condón.

-En cuatro.

Marco se relamió al ver que sus deseos eran órdenes para el pelinegro. Le puso las rodillas juntas y él se arrodilló detrás con las rodillas separadas, a cada lado de las piernas del chico. Acarició su cadera, sus nalgas, separándolas para ver el pequeño orificio que iba a taladrar. Era tan joven, pensó mientras se hundía en el, pura carnita tierna, por donde agarrara… y procuraba agarrar todo.

Mikko soltaba una especie de gritito ronco cada que Marco lo embestía. Con las piernas cerradas lo sentía más grande, y la lubricación del condón resultaba insuficiente para esos primeros momentos… Aun así lo disfrutaba. El viejo se conservaba bastante bien y la metía como nunca nadie se lo había metido: bueno comprobar que la experiencia de los viejos no era un mito.

Sentía sus manos tan pronto sobre sus muslos que sobre su pene, sobre su vientre, pellizcando sus pezones. Sus grititos fueron cada vez más complacidos.

-¿Te gusta? – le preguntó sobre su nuca.

-Mucho. – Mikko era sincero.

-Eres una belleza… Móntame – ordenó, deteniéndose y acostándose bocaarriba en el pasillo.

Mikko se acomodó sobre él, como había aprendido a hacerlo en las películas porno. Se sostuvo del pecho de Marco, cubierto de tenue vello, y este lo ayudó a empalarse, sosteniendo recto su pene mientras Mikko se sentaba sobre él, introduciéndolo en su cuerpo para gran placer de los dos. Mikko era estrecho, por lo que a pesar de la sensación resbalosa del lubricante, la polla al introducirse generaba mas fricción que la de costumbre para Marco, haciéndolo jadear de placer mientras veía ese hermoso rostro dibujar diferentes y deleitadas expresiones de placer.

Mikko estaba montándose sobre la polla más grande que se había metido en su vida, lo que también le producía mucho mas placer que los dedos con los que solía consolarse. Se apoyaba del pecho del rubio, amplio y firme; movía vigorosamente la cadera de arriba abajo, empalándose y desempalándose deliciosamente, gritando, gimiendo, gritando cuando Marco lo empezó a masturbar. El doble placer, por el culo y por el pene amenazaba con ser demasiado para él. Cayó sobre el pecho de Marco, jadeante. Le chupó las tetillas hasta que el rubio le dio la vuelta para penetrarlo mientras le sostenía las piernas en alto, su espalda apoyada contra el piso.

Mikko se masturbó como más le gustaba, mirando la piel enrojecida bajo el vello rubio del hombre que lo penetraba. Iba a partirlo en dos de tanto placer. Dobló las rodillas y arqueó el torso en el momento de correrse, salpicándose su propio pecho con su semen, apretando tan rico a Marco que este también empezó a correrse, empujando y pujando recio para obtener el máximo placer dentro de Mikko.

En cuando pudo se salió. No le gustaba acabar en el condón por lo excesivamente mojado que se sentía ahí dentro. Se lo quitó y masajeó su polla, firme aún, ante los deleitados ojos de Mikko. Luego, sin que este apartara la vista vertió el semen del condón sobre el pecho de Mikko, juntándolo al del jovencito, embarrándolo a dos manos, inclinándose luego sobre él para besarlo en la boca.

Terminado el placer Mikko solo quería dormir… pero debía cobrar. Su gesto se torno angustiado, ¿Cómo decirle a ese viejo hot que le había dado tanto placer que eran tantos euros? ¿Cuándo cobrar? ¿Y si cobraba mucho… o poco? ¿Cómo cobrar si el mismo había querido y disfrutado? Se sintió avergonzado.

-¿Estás bien? – Marco temía haber sido demasiado rudo, o… que sus sospechas fueran ciertas.

-¡No, no estoy bien! – Mikko lo empujó y se volteó contra el pasillo.

-¿Quieres…

-¡No quiero tu dinero! – gritó, furioso.

-Iba a ofrecerte una cerveza.

Marco se levantó acomodándose los pantalones. Fue por las cervezas para darle la oportunidad al chico de huir sin más. Lo encontró vistiéndose. Le ofreció una, que el chico aceptó y vació de un jalón.

-¿Necesitas ayuda?

Mikko negó con la cabeza. Luego puso los brazos sobre las rodillas y escondió la cabeza detrás de los brazos. Marco se puso la camisa y lo miro: se veía tan pequeño e indefenso… ¡diablos! Ojala no hubiera traído un problema a casa.

-¿Seguro?

-Sí – Mikko se puso su chaqueta – Tendré que vivir con mi papá… por un tiempo.

-¿Cuántos años tienes? – preguntó Marco temiendo que se viera más grande de lo que era.

-Dieciséis – le guiño un ojo disfrutando de su gesto de pasmo – Pero no te preocupes, no le diré nada a mi papá.

“¡Ni a servicios sociales!” rogó mentalmente Marco. Gruñó al verlo tan divertido.

-¿Alguna otra confesión irrelevante?

-De hecho – añadió divertido – sí soy pariente de Juha Kylmanen… su sobrino.

-¡O sea que… Jarmo…  es… tu papá!?- pregunto llevándose la mano al pecho.

Mikko se carcajeó en lo que al viejo casi le daba. Hiperventilaba apoyado en la pared cuando tiró de su barba para darle un beso.

-Byebye viejito sexy.

Marco volvió a sentir que le daba: ¿¡viejito!? Quiso decirle algo más al chico pero ya se había ido.

Mikko regresó al puente donde había dejado a su hermanito. Hacía bastante frío. Ville y Cuyo estaba acurrucados juntos, dormidos y tapados con la caja vacía de corn flakes. No podían vivir así. Prostituirse no era tan guay como había imaginado. Ni modo.

-Ville, despierta. – sacudió al pequeño – Vamos con papá.

-¡Sí! – exclamó Ville colgándose su mochila y cargando a Cuyo.

 

***

 

Kristian sonrió. La saboteadora había sido tan estúpida como para tratar de acceder a la cuenta cancelada desde su celular. ¡Estupendo! Si conectándose desde una computadora el juez podría albergar alguna duda de que hubiera sido ella (no era muy probable, pero había que tenerlo en cuenta) desde su celular era prácticamente imposible que pensara que no había sido ella.

Se había servido a sí misma en bandeja de plata; incluso había creado otra cuenta, redhead_slut_fuckme2. Intención criminal: Kristian saboreó el alegato que presentaría, llegado caso; intención criminal, reincidencia, mala fe. Gozaría hundiendo a esa puta. No la conocía personalmente, pero por lo que sabía de ella… era un asco.

Un asco que le había hecho ganar 50000 euros, pero un asco. Llamó a Mathias para comunicarle la buena noticia, y preguntarle si quería demandarla. Se lo dejaría en 40000: resultaba que en Dubai, la más cara era la primera noche de hotel, ya las siguientes te salían menos caras. Petri estaba haciendo su maleta, así que quería saber de una vez si tenía que decirle que empacara otros dos calzones.

-¿Mathias? – preguntó al prolongarse el silencio luego de pasarle los datos - ¿Mathias? ¿Vas a demandarla?

Un gruñido gutural lo espantó.

-Dice que te lo dirá después – dijo la voz gutural de Vreth – si queda algo de esa puta luego de que yo acabe con ella.

-Ok – respondió Kristian. Tres noches de vacaciones eran suficientes – Si necesita que te defienda, que me llame en cuatro días.

Colgó. Vreth colgó. Cogió la pintura negra para pintarse sus rayas guerreras. Cogió su maza y condujo hasta el departamento de Samuli. Tiró la puerta de una patada lanzando un grito gutural y encontró a la bruja pintándose las uñas como si fueran estampado de leopardo. Iban a combinar muy bien con su piel, cuando la dejara como estampado de leopardo a base de moretones.

 

***

 

El día de Jari había empezado bien: mientras se hacia la paja a las seis de la mañana notó lo reluciente que estaba su baño, sin una sola mancha de tinte o moho. Pero luego de esos sagrados minutos de bienestar masculino la cosa empeoro rápidamente.

-¡Juha, ¿Dónde están mis corn flakes?! – gritó como cualquiera de los tres ositos del cuento.

Sabiendo que Juha no se iba a parar a sus reclamos fue a la sala, donde había improvisado una cama para los malditos sobrinitos… Que no estaban. Claro, con la puerta colgando de sus goznes los malditos críos se habían largado.

Fue con Juha y lo despertó echándole un vaso de agua en la cara.

-Tus malditos sobrinos se han largado – le comunicó mientras hacía gorgoritos y chillaba - ¡con mis corn flakes!

-¿¡Que!?

-Se largaron por la puerta que tu maldito hermano arrancó. ¡Mi guitarra! – exclamo súbitamente aterrado.

Juha se puso la bata y lo alcanzó en la sala-estudio, acurrucando a su guitarra como una madre a su recién nacido. Vio el lecho vacío. Tampoco estaban las mochilas de los niños. Llamó a la policía. Jari tuvo que responder a un interrogatorio de rigor mientras desayunaba chococrispis: o sea, luego de que había brindado hospitalidad a los jodidos críos ahora tenía que convencer a la policía de que no los había matado antes de irse a trabajar.

-¡Juha! – gritó furioso mientras se abrochaba el abrigo – Cuando regrese quiero esa puerta en su lugar.

-Sí. – contestó modosito.

-Y no quiero ver ningún jodido poli ni ningún jodido pariente tuyo en mi departamento, ¡nunca jamás!

Jari creía haber sido muy específico. No le gustaba la desobediencia ni el desorden. Estaba tan alterado que hasta Stanek lo notó (y no había notado que su exesposa le era infiel con su cirujano plástico siete meses antes del divorcio).Por eso cuando regresó del trabajo sintió una furia asesina al ver que la puerta seguía colgando, que un maldito perro se había cagado en su alfombra y meado la pata de su mesa. Sonrió diabólico al ver la escopeta (con moñito de regalo) sobre el sofá.

¡Oh sí! Con esa iba a matar al primer Kylmanen que cruzara su puerta.

Que resultó ser el niño de la rata gigante. Justo cuando acababa de limpiar las gracias del perro lanzado a la calle y ordenar el caos que dejó la policía en su inspección del lugar.

-¡Fuera! – exclamó, con tal vozarrón que le voló los pelitos del flequillo a Mikko.

-Queremos ver a nuestro tío. – dijo sin espantarse.

Jari cogió el teléfono y llamó a Juha.

-Tus sobrinos están en mi departamento. Ven a recogerlos. – y colgó antes de recibir respuesta.  

Fue por una caja de cartón y echó en ella todas las pertenencias de Juha.

Este y su hermano habían pasado todo el día buscando a los niños. Juha llamó a Jarmo para darle la buena noticia y se dirigió a casa. Fue el primero en llegar.

-¡Tío Juha! – el pequeñito corrió hacia el dejando al cuyo sobre el sillón recién limpiado.

-¡Ville! – se arrodilló para abrazarlo. Muy fuerte. Luego lo inspeccionó. -¿Estás bien? – Ville asintió – No sabes lo preocupados que estábamos.

Mikko estaba sentado. Malhumorado en defensa propia. Esperaba un regaño monumental y un castigo desproporcionado y todas esas chocantes cosas.

-Mikko – lo abrazó Juha – Estábamos muy preocupados por ustedes.

-¿En serio? – pregunto irónico.

-Por supuesto que sí. No sabíamos donde estaban, si estaban bien…

-Durante dieciséis años ni han sabido que existíamos, no creí que un día importara.

-Por supuesto que importa. Porque ahora ya sabemos que existen. Si tu madre nos hubiera dicho que existían habríamos estado muy al pendiente de ustedes.

Mikko rompió a llorar. Ocultó la cara en el hombro de su tío y lloró ahí. Habían sido tantas malas experiencias: la muerte de mama, dejar el circo, el temor-rencor hacia su padre, el intento de prostitución…

-Ya, ya… todo va a estar bien. – Juha le acariciaba la cabeza.

-¿No me odias por tratar de acostarme con tu novio? – lo miró con el moco escurriendo.

-No. Pero no lo vuelvas a hacer. – dijo muy serio.

-No lo volverá a hacer – aseveró Jari. Juha le sonrió – porque ya no somos novios.

La sonrisa se le congeló a Juha mientras recibía la caja con sus pertenencias.

-Fuera – Jari señaló la puerta – no quiero volver a verlos en los días de mi vida.

-Jari… - comenzó Juha espantado.

-¡Fuera! – tronó el vozarrón gutural de Jari, cogiendo la escopeta.

Los ojos de Juha se humedecieron.

-Vámonos tío, tu mereces algo mejor que este histérico maniático de la limpieza. – Mikko lo fulminaba con la mirada.

Juha, que quería al histérico maniático de la limpieza sintió que el corazón se le iba a los pies. Aun así tuvo fuerzas para contener las lágrimas.

-Eres un desgraciado Jari Maenpaa. Vas a acabar solo… ¡y sin haber terminado tu álbum!

Se dio media vuelta, muy digno, haciendo restellar su cabello.

-Le tienes miedo a mi papá. – le dijo Mikko, lleno de desprecio.

Este le aventó la escopeta. En cuanto salieron puso una barricada detrás de la puerta, enfadado, sintiéndose un idiota, un cobarde. ¿De verdad le había molestado tanto que destruyeran su casa? ¿O tenía razón el emo y lo que quería era evitar vérselas con Jarmo Kylmanen?

De todos modos cabía la posibilidad de que fuera a matarlo. Por haber corrido a sus parientes, si no se enteraba de lo otro.

 

Continuara...

 

Notas finales:

 

Jari malvado >.<

He aqui el enlace a una fotito de un chico que se parece bastante a Miko recibiendo lo suyo *¬* La puse censurada T.T, espero que no me la hagan de emocion... En fin, si les gusta y alguien quiere la foto sin censura (es gift, se mueve, babas) pidamela por facebook, soy Nezal Millán.

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/parecidoamikocensurado_zpsf65e2ecc.jpg

Y aqui esta el enlace a la cancion del principio, de una buena banda de semes hot que se ha desintegrado T.T:

http://www.youtube.com/watch?v=mL5Snd2Pqho

 

Lean mucho yaoi!

 


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