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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Miko no podia creer que su tío despachara a Vreth...

 

Jari se había hecho la paja viendo el video… por tercera vez. Consecutiva. Nunca imaginó que lo excitara tanto ver a Juha haciéndolo con otro. Y para ser sincero, lamentaba que Vreth no saliera tanto en el video: estaba muy bien, y él estaba al tanto de la doble personalidad del pelicastaño… Con Vreth no había mucho que hacer, seme y seme se repelen, pero con Mathias…

Mientras miraba el video por tercera vez se imaginaba ya entre los dos ukes: seme tanto de su hermoso pelirrojo como del buenísimo pelicastaño. Quizá Juha había tenido razón todo el tiempo y la fidelidad no era una cosa tan importante…

No, sí lo era. Quizá si lograba reconquistarlo de ahora en adelante ya no, pero en el tiempo que habían andado juntos ese había sido el trato: Juha le seria fiel y el también. Nunca había tenido motivos para dudar del pelirrojo, incluso viendo el video… No lo creía capaz de haberlo engañado mientras andaban. Pero lo carcomía la duda sembrada por el remitente del video: “Este video de su novio teniendo relaciones con Vreth Lillmans circuló en el internet hace un par de días J”

Si el video había circulado hacia un par de días, ¿significaba que había sido filmado hacia un par de días? Y la segunda vez que vio el video se dio cuenta de que Juha estaba usando unos zapatos a la moda. A la moda total, de esos que estaban arrasando y llevaban profesoras, alumnas y hasta las encargadas de la limpieza: con un tacón altísimo, estrecho, y una gruesa plataforma delante para soportar el tacón altísimo.

Ese detalle, que alguien menos observador podría haber pasado por alto exarberaba sus dudas. Si Juha había sido capaz de serle infiel se merecía que terminara con él, habría estado en lo justo (aunque sin saberlo) al dejarlo… pero si no seguía siendo un miserable gusano demasiado asustado de enfrentarse a Jarmo Kylmanen por el amor del uke al que amaba.

Jari también amaba la verdad. Conocerla, poseerla: su necesidad de saber era intensa. Y de saber que había pasado en este caso en específico aún más.

Solo había un modo de conocer la verdad: obteniéndola de quien la sabía. Haciendo uso de la fuerza si era necesario. Demoró cinco minutos en facebook averiguar la dirección de Mathias “Vreth” Lillmans, tiempo que también aprovechó para enterarse de que su novio se encontraba en Oulu.

*

 

Pegado en la puerta de Mathias había un post it gigante, escrito con una letra pulcra (como la de él mismo) que Jari leyó estupefacto: “Fui a Oulu a visitar a Juha Kylmanen. Señor repartidor, por favor pase el periódico por debajo de la puerta.”

Así que su novio (ex novio) estaba en Oulu y Vreth corría a visitarlo ahí. La sospecha de que Juha le hubiera sido infiel con Vreth se intensificó. Si había llegado a fantasear con la posibilidad de un trío, ahora fantaseaba con la posibilidad de un asesinato. Nadie tocaba sus cosas, en especial a su novio.

El también iría a Oulu a visitar a Juha: si le había sido infiel con Vreth le daría… al menos dos cachetadas. Pero como no era de semes viriles y valientes, de larga ascendencia vikinga, ir a cachetear a ukes infieles a escondidas de los hermanos mayores sobreprotectores iría primero a Impaviraa a decirle a Jarmo Kylmanen que se acostaba con su hermano, como debió haber hecho el día en que sus hijos regresaron a su departamento.

 

 

***

 

Mikko se daba a todos los diablos. ¿Por qué había tenido que venir Vreth? O Mathias, daba igual, los dos eran ex novios. Y un ex novio no atraviesa el país sin intenciones de regresar. Golpeó con más fuerza de la debida su masa para hacer crossaints. ¿¡Es que Juha no podía pasar ni tres días soltero sin que lo rondaran los moscones?!

En tres días él no había reunido valor suficiente para preguntarle (de nuevo) si quería andar con él, por temor a que lo rechazara (de nuevo), ¿¡y este fresco volaba desde Helsinki para enseñarle su video porno con un tipo desnalgado?!

La masa iba a arruinarse si seguía golpeándola así. La dejó reposar sobre la mesa de mármol y se recargó abatido en el refrigerador.

-¿Por qué esa cara tan larga, Mikko? – la sensual voz del otro Miko lo hizo tensarse: cada que se quedaban a solas, el sobrino de Juha lo acosaba.

-Vreth vino a visitar…

-¡Vreth!?! – exclamó Miko Kylmanen, corriendo hacia la sala. Abrió la boca como para recibir la corrida que el Vreth de la pantalla echaba sobre las nalgas del tipo flaco y se relamió al ver que el Vreth de carne y hueso lo miraba – Vreth, soy tu máximo admirador – corrió hacia el sin dejar de mirar el final del video.

Mathias recibió el impacto del chico y el flash del celular al tomar la foto. Juha apagó la tele pues el video ya había terminado.

-Dame tu autógrafo – pidió Miko.

-Sí – Mathias asintió, admirado todavía de ver a un chico tan parecido a Juha. - ¿Tienes una pluma?

Miko se abrió la camisa teatralmente, ofreciendo su pecho.

-Grábala con tus dientes entre mis pezones.

Mathias se quedó aun más admirado. Juha resopló y le cerró la camisa.

-Miko compórtate. Mathias es mi amigo y no puedes violarlo.

-Ush… dijiste lo mismo de Mikko. – protestó Miko.

-Porque también es mi amigo y tampoco puedes violarlo.

-Tienes unos amigos muy sexys tío… no puedes acapararlos exclusivamente para ti.

-Eres tú el que no puede acostarse con cada tío sexy que ve. – lo regañó Juha.

Miko hizo pucherito, sacando mucho su sexy labio inferior y mirando a Mathias.

-Ve con tu hermanito. – Jarmo ya había regresado a la base de Impaviraa.

-Que Vreth me dé su autógrafo – dijo yendo hacia el mostrador por un marcador. Juha asintió - ¡En el trasero!

Antes de que pudiera evitarlo Miko se bajó los pantalones y empinó el culo, ofreciéndoselo junto con el marcador a Mathias, quien estaba con los ojos como platos. El chico se parecía a Juha también por ese lado, quizá un poco más carnosito. Y el gesto con que lo veía, ¡por el troll!, pura lujuria.

Juha lo nalgueó y eso le agradó a Vreth más de lo que Mathias pudo disimular. Le subió los pantalones y lo echó a nalgadas de ahí.

-¡Que trabajo da ser un buen tío! – exclamo Juha, acomodándose el pelo.

-¿Él es tu sobrino? – preguntó tímidamente Mathias.

-Sí, el grande, Miko. Ville, el pequeñito, es un amor. Ya abre los frascos de mermelada como si nada. – Mikko Uusima solía batallar mucho para abrirlos.

-¿Son tus sobrinos los que andabas buscando ese día que el abogado nos dijo que el video ya había sido bajado de la red?

-Sí, ellos, los hijos de Jarmo. – sacudió la cabeza, ofreciendo el cuello en un ademan seductor del que no era consciente – Pero Mathias, ¡que video! – lo miró como diciéndole “no te creía capaz”

-Fue Vreth.

-Agradécele de mi parte.

-Si quieres lo dejo salir para que se lo agradezcas personalmente… - Vreth estaba teniendo fantasías con tío y sobrino.

-¡No! – exclamó Juha. No quería soltar a un depredador sexual en casa de Mikko, menos teniendo dos niños ahí, uno en edad y con ganas de merecer.

-¿No quieres verlo? – preguntó Mathias.

-No me lo tomes a mal… Pero en cuanto me vea va a querer sexo y… yo no estoy listo. Todavía me duele mucho lo de Jari.

Mathias lo abrazó disimulando muy bien su maña. Mientras tenía su barbilla hundida en su cabello rojo, aspirando su maravilloso aroma, le pareció ver al otro chico pelirrojo espiando.

-Está bien. – Mathias lo soltó para verlo de frente – Tomate tu tiempo… Vreth y yo estaremos esperándote, por si quieres volver con nosotros.

Juha parpadeó. Luego adquirió una expresión pensativa.

-Pero… el video… tú y Samuli…

-Samuli va a divorciarse de Lola… 

-¡Felicidades!

-Pero… no sé si quiero darle una segunda oportunidad. No después de todo lo que me hizo…

-¿Te corrió de su casa y rompió contigo cuando más lo necesitabas? – preguntó amargamente Juha.

-Y además se casó con la tipa que más detestaba. – afirmó Mathias.

-¡Semes! – resopló Juha.

-Semes. – repitió Mathias. Le pareció ver que también el sobrino espiaba por la puerta apenas abierta.

-Bueno Mathias, te agradezco mucho el regalo y que hayas venido hasta aquí a dármelo pero…

-Sí, ya me iba… - Mathias volvió a abrazarlo - ¡Oh Juha! Vuelve conmigo, si sólo me quieres a mí y no a Vreth prometo no dejarlo salir. – desde la prisión de su cuerpo Vreth gritó: ¡traición!!!

-Oh Mathias! – Juha le pusó la mano sobre la mejilla. Si supiera que en caso de querer solo a uno querría a Vreth… ¿o no? – Dame tiempo, ¿sí?

Mathias asintió como un cachorrito lindo y salió. Apenas había llegado a la calle cuando Mikko salió corriendo de su escondite y abrazado a sus piernas le suplicó:

-¡No Juha, no vuelvas con esos locos! Se mi novio, por favor, prometo hacerte feliz, ¡sólo dame la oportunidad!

-¡Oh Mikko! – Juha le acarició la cabecita, teñida del mismo color que la suya por puro amor.

-Yo también puedo ser seme, ¡lo sabes!

-¡Oh Mikko! Dame tiempo tú también…

-Pero, ¿me tendrás en cuenta? – lo veía con ojos de borrego degollado, hacia arriba.

-Sí – dijo – los semes me han decepcionado tanto que tal vez deba probar a ser yo uno y tener un uke.

Mikko se quedó exultante de felicidad con esa respuesta.

 

***

 

-¡Noventa y ocho! ¡Noventa y nueve! ¡Cien! ¡Arriba! ¡Corran!

Los agotados reclutas reemprendieron el ascenso de la montaña de Impaviraa como si los enemigos estuvieran ametrallándoles los talones. Y era que tenían algo mucho peor que terroristas musulmanes detrás: tenían al sargento Kylmanen.

No podían creer que los hubiera hecho hacer cien flexiones a las seis de la mañana, cuando hasta la estrella polar parecía haber detenido su titileo congelada por el frío, luego correr montaña arriba, otras cien flexiones en el puesto de guardia, más carrera arriba. Odiaron ver el siguiente puesto de guardia, temiendo otras cien flexiones pero lo que tocaba ahí era.

-¡Muy bien! ¡Uno contra otro, combate sencillo a mano limpia! ¡Toivonen, contra mí!

El gordo antipático, que se había creído muy fuerte y poderoso, un verdadero vikingo en la vida civil de la que lo había arrebatado el abogado Ranta (había ofendido a su novio Petri), embistió al instructor como un topo ciego contra un oso.

Jarmo lo detuvo del brazo con que pretendía golpearlo, lo alzó, lo azotó a un lado y otro de la nieve, la barrió en circulo a su alrededor con él, lo arrojó hacia arriba unos dos metros y cuando venia cayendo, víctima de esa hermosa e incomprendida fuerza de la física que llamamos gravedad lo golpeó con el puño cerrado, mandándolo de nuevo hacia arriba y hacia la derecha, con un ángulo de inclinación más o menos agudo, cayendo sobre un par de combatientes unos diez metros más allá.

-¡Freyberg, su turno!

El enano bizco recibió un tratamiento similar al del gordo antipático. Como la mayoría de los reclutas ya tenían a su oponente en tierra decidió que era hora de correr hasta la cima de la montaña: ahí les daría un descanso para que apreciaran el hermoso paisaje finlandés y se sintieran llenos de patriotismo.

Al descender de la montaña los hizo hacer cien sentadillas en cada puesto de guardia, y luchar de nuevo en la base: su entrenamiento estaba orientado a ser realista. En una guerra el enemigo no iba a esperar a que estuvieran descansaditos para pelear. Cuando se fue a almorzar al comedor de oficiales, cerca del mediodía, estaba de un humor inmejorable: nada como un poco de ejercicio para entrar en calor en una mañana de invierno. Se sirvió triple porción de carne y mientras comía el medio reno asado saco su celular y apuntó ahí “Subir una montaña” en la lista de cosas que quería hacer con sus hijos cuando su servicio terminara.

Subir una montaña con Juha había sido una experiencia maravillosa y ahora quería compartirla con sus hijos, para que se sintieran unos verdaderos varones finlandeses. Había tantas hermosas experiencias que quería compartir con sus hijos: construir un refugio de nieve, pescar en el lago, cortar leña, construir un sauna, componer en los días oscuros del invierno y presentarse en vivo en las noches blancas del verano…

Recuperaría el tiempo perdido y crearía hermosas memorias que pudieran compartir con sus hijos, nietos y bisnietos. Los educaría para que fueran hombres de bien, viriles y amantes del metal. Miko ya era lo bastante mayor para tener con él la plática de padre a hijo sobre la sexualidad. Al igual que había hecho con Juha lo prevendría sobre las acechanzas a los que los gays lo someterían por ser bonito y le enseñaría como defenderse.

Apuntó “Enseñar a Miko a pelear” y se quedó pensativo. Con el tenía que hacerlo mejor que con Juha. Se puso a repasar, como tantas veces desde que Juha le diera la terrible noticia de que le gustaban los hombres, como lo había criado. Que había hecho mal para que adorado hermanito terminara siendo gay. En qué se había equivocado. Seguía amando a su hermanito, por supuesto, él no tenía la culpa de ser gay, siendo tan hermoso tenía una predisposición genética y algo había hecho mal él.

Quizá no lo había llevado de caza lo suficiente. Sabía que debía haberle comprado un paquete de herramientas en vez de uno de maquillaje cuando sus dulces dieciséis. Instadolo a que siguiera tocando la batería en vez de alentarlo a que cantara, ¡pero qué bonita era su voz! Debió permitirle hacerse un tatuaje, aunque fuera ese de lunita…

Bueno, se dio ánimos, aun puedo enmendarlo. Cuando acabe mi servicio iré a Oulu con mi amada familia: mi hermanito, mi hijo y mi hijito, y haremos todos cosas de hombres, para que a Juha se le quite lo gay y para prevenir que Miko se vuelva. Encendió un cigarrillo y salió al pabellón de fumar. Aun no lo terminaba cuando un ordenanza lo llamó:

-Sargento Kylmanen, lo busca un tal Jari Maenpaa. Dice ser el novio de su hermano.

 

***

 

Miko no podía creer que su tío despachara a Vreth. O sea: ¡era Vreth! ¡El tío mas bueno del metal, con un torso que grrr! y una boca que grrrrr!! y una polla que grarrr!!!: la había calculado de acuerdo al bulto que a veces, en el escenario, se formaba a la altura de la entrepierna, levantando su falda de cuero, y acababa de comprobar en pantalla lo acertado de sus cálculos.

Tenía que estar loco su tío para decirle que no quería tener sexo con él porque extrañaba al narizón de Jari. O sea.

En cuanto vio que se despedían dejó a Mikko que siguiera espiando solito por la puerta apenas abierta (habían estado juntos, empujándose)  y él se apresuró a salir por la puerta trasera. Alcanzó a Vreth en la calle.

-¡Espera! – le gritó, estirando la mano para agarrarlo.

-Oh, sí. Tu autógrafo. – sonrió Mathias.

-Si mi tío no quiere contigo yo sí! – y sin más lo agarró por la nuca (era más bajito de lo que creía) para plantarle un beso. Uno intenso, de lengua, que le dejara bien claro que no se las veía con un niñito inocente.

Mathias respondió a su beso, dejándose dominar. Miko le dobló la espalda hacia atrás, besándolo como Rodolfo Valentino. Pero fue más allá de lo que el actor italiano jamás se hubiera atrevido a hacer y le agarró el paquete, sobándolo bien por todos lados para apreciar esa polla de campeonato.

Rompió el beso para esbozar una sonrisota.

-Por favor no hagas eso. – le pidió Mathias.

-¿Qué? – Miko siguió sobando. Mathias le apartó la mano.

-Eso. – Miko volvió a besarlo – No, eso tampoco, por favor. Vas a sacarlo…

-¡Eso quiero!

-No mi pene, a Vreth…

Miko lo miró intrigado. Había oído rumores de que Vreth era incluso tímido cuando estaba fuera del escenario, y lo que acaba de ver lo confirmaba… Pero lo que había visto en tantos videos en youtube también era verdad: Vreth exudaba una sexualidad intensa, animal, que no percibía por ningún lado en esos momentos.

-¿De qué hablas? Tú eres Vreth.

-No, yo soy Mathias. Vreth es mi otro yo… el que canta. El es insaciable. Le gustaste mucho desde que nos pediste el autógrafo y quiere salir…

-¡Déjalo!

-No, tú no entiendes… si lo dejo salir te poseerá aquí mismo en la calle.

Miko sonrió insano: no solo cumpliría su fantasía de hacerlo con Vreth sino también la de hacerlo en público.

-Por mí no hay problema. – respondió.

-Pero por tu papá sí. Ya me golpeó por andar con tu tío, fue un milagro que saliera con vida… ¡y el sólo es su hermano!

-Bueno… - Miko se había apoderado de un mechón de cabello castaño – no tenemos porque decírselo – jugaba con él – ni a mi papá ni a mi tío. – tiró bruscamente del mechón para besarlo, llevando la otra mano al paquete - ¡Venga machazo, hazme tuyo aquí mismo!

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Hella! bueno, la semana pasada no hubo capitulo porque me fui a la capital a ver a Turisas! Mathias Nygard tiene los muslos mas sexys del metal *¬* babeo de recordarlos!

Ya recorde tmb que cosa les iba a poner en el capitulo pasado: links a  fanarts que algunas amigas o yo misma hemos hecho sobre Juha.

Empieza la coleccion con el que Knaxzerim hizo de Juha como odalisca para (adivinaron) "Rapto en la epoca vikinga", helo aqui:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/juhaodaliscafanartbyknaxzerim_zps995ea398.jpg

Seguimos con un fanart que Lunawolf hizo de Marco y Juha caracterizados en la epoca victoriana:

http://instagram.com/p/Wc6vVHAuP8/ 

y tmb vestidos normal:

http://instagram.com/p/WFXpwAguMW/

Para orgasmearse, Evilgackt, quien es diseñadora grafica profesional vuelve este 2013 con su calendario metalero yaoizable, y decidio dedicarle marzo a Marco y Juha por peticion de Julxen y mia:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/Calendariometalero2013byEvilgackt_zps99b7409f.jpg

Si nos siguen en facebook esten pendientes de las votaciones para las parejas, trios o gang-bands ;) de metaleros ricos que estelerizaran los meses siguientes.

Les dejo el enlace al calendario del 2011: 

http://evilgackt.deviantart.com/gallery/28310205

Por ultimo les dejo el fanart que yo misma hize con tanto amor como exfuerzo de Marco y Juha:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/solotengoojosparati_zpsf59aaa94.jpg

Kiitos y bueno, se aprecian los comentarios!

 


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