Cerró los ojos, dejando que el agua cayera sobre él. Las imágenes de la noche anterior pasaron ante sus ojos como si de una película se tratara. Y es que no podía evitarlo, no podía porque él recordaba todo los detalles de cada noche a su lado. Recordaba cada beso, cada caricia, cada gemido. Todo, absolutamente todo.
Y ahora con el agua cayendo sobre él, venían de nuevo los pensamientos nada agradables. De que servía recriminarse el día después, si cuando MinHo lo llamara, él iría hasta donde el otro quisiera. A veces pensaba que en realidad no le importaba, no debía importarle que las personas a su alrededor sufrieran, si él seguía cayendo ante MinHo.
Amor.
Amor, le gritaba su conciencia. Porque cuando amas a una persona, siempre haces lo que la otra quiere, y era tan masoquista por aceptar esa relación así. Y era tan conformista por aceptar tenerlo bajo esos límites. Noches, un departamento, cuatro paredes, esos eran sus limites.
Unos brazos sobre su cintura, hicieron que se estremeciera. Abrió los ojos cuando sintió pequeños besos alrededor de su cuello. Las manos de MinHo comenzaron a recorrer su cuerpo de arriba hacia abajo, logrando que un pequeño gemido escapara de su boca. Sentía el cuerpo desnudo de MinHo pegado a él, haciéndolo excitarse.
-Te despertaste temprano, KiBum- susurró en su oído, girándolo entre sus brazos.
KiBum se perdió en los grandes ojos del alto, y una sonrisa apareció en su rostro. Y esa sonrisa significaba que olvidaba todo, que los pensamientos se esfumaban, olvidaba lo que había detrás de esa puerta, y se permitía sentir las caricias.
Sentía el ambiente calentarse, la mirada de Choi que demostraba deseo y para que mentir la de él era igual, solo que rogaba que la de MinHo tuviera otro sentido aparte de las ganas de tener sexo. Las manos de MinHo recorrieron sus muslos y una se perdió en el trasero del rubio.
-MinHo- mordió su labio, reprimiendo un gemido, al sentir los dedos del moreno rozar su entrada.
Para MinHo la escena era excitante. KiBum mojado, con sus dorados cabellos cubriendo su frente con las mejillas encendidas, mordiéndose el labio. ¡Dios! Esa simple imagen, hacia que se excitara en sobremanera.
Estrello el cuerpo del rubio en la pared, devorando su boca con necesidad. KiBum era el pecado en persona, al menos para MinHo así lo era. El agua aun caía sobre ellos, y las respiraciones cada vez eran más irregulares.
La lengua experta del alto, recorría la calidad cavidad, mientras sus manos viajaban por todo el cuerpo del rubio. Mordió y succiono el labio inferior y no estuvo feliz, hasta no ver los labios rojos y las mejillas aun mas encendidas.
-¿No te parece excitante hacerlo aquí, KiBum?- susurró. Las uñas de KiBum se enterraron el la espalda del alto, cuando este comenzó a masajear su miembro- Dime, KiBum ¿No te parece excitante?-
-Lo es- y la ducha era tal vez el único lugar en todo ese departamento, en donde MinHo aun no había hecho al rubio suyo.
MinHo besó de nuevo al rubio, sus manos bajando por la espalda para llegar a su trasero y apretarlo, logrando un gemido por parte de KiBum.
KiBum ladeo la cabeza, dejando su cuello expuesto. Una terrible tentación para Choi, pues ellos no debían dejar marcas en el otro. Pero en ese momento, cuando la mano de KiBum bajo por su vientre hasta su hombría, olvido la regla y succiono la piel expuesta dejando una gran marca roja.
El rubio enredó sus piernas en la cintura del otro, mientras los besos seguían llegando. Las manos de MinHo viajaban a través de sus muslos. La lengua de Choi bajó por la mandíbula, hasta llegar de nuevo a su cuello.
Choi llevo tres dedos a la boca del rubio y este los acepto gustoso, humedeciéndolos, ante la atenta mirada del alto, que no podía despegar su vista de esa boca. KiBum movió su cuerpo creando una deliciosa fricción entre sus miembros.
KiBum frunció el ceño, cuando MinHo introdujo uno de sus dedos. Choi besó los labios, distrayéndolo, mientras seguía con su tarea. Bajo los besos por el cuello, hasta llegar a los pezones, adueñándose de uno con su boca.
Gimió fuerte cuando los tres dedos estuvieron dentro. Choi seguía entretenido en el cuello del más bajo, KiBum lo atrajo de nuevo, besando los labios con desespero. Enredó sus dedos en los cabellos castaños y jaló de ellos cuando Choi comenzó a mover sus dedos.
-Hazlo- casi rogó.
-¿Desesperado?- rió, mirando a los ojos- también lo estoy, KiBum- aceptó con una sonrisa.
De una sola estocada entro en él. Las uñas de KiBum dejaron grandes marcas en la espalda del alto, mientras este esperaba a que el otro se acostumbrara. Beso los labios acorazonados una vez mas, jugando con uno de los pezones.
-Muévete-
MinHo obedeció moviéndose lentamente, haciendo sufrir al otro. Los gemidos no se hicieron esperar, a KiBum le encantaba susurrarle palabras al oído a Choi. Las manos de Choi admiraban por completo el cuerpo del mayor.
La entrada apresaba deliciosamente el miembro de Choi, sentía tanto placer que estaba seguro que en cualquier momento se correría. Gemidos callados con besos, caricias por todo el cuerpo, gritos perdiéndose con el sonido de la ducha.
-Mas fuerte- pidió el rubio, cuando MinHo encontró ese punto que lo hacia estremecer de placer.
Choi de nuevo obedeció. Besó de nuevo los acorazonados labios, mientras una de sus manos se colaba entre ellos para llegar al miembro del rubio.
KiBum mordió el hombro de Choi cuando sintió no poder soportar mas placer. MinHo daba con ese punto en cada estocada. Las embestidas se volvían cada vez más erráticas, Choi embestía fuertemente sintiendo el orgasmo cerca.
Una embestidas más y ambos se corrieron al mismo tiempo, MinHo en su interior y el rubio entre sus vientres. Tomo el rostro de KiBum en sus manos y lo besó suavemente, tratando de normalizar su respiración.
-Te quiero- susurró- te quiero- repitió, besándolo una ultima vez.
Rozó la mejilla de KiBum, pasando por su nariz. Delineo sus labios y sintió un impulso de besarlo. Movió la cabeza y alejo la mano del rostro bonito. Choi miro la hora, eran las ocho en punto. Ese mañana se había despertado mas temprano de lo normal, por lo general era KiBum, él siempre se despertaba primero.
Llevaba más de media hora ahí, en la cama, observando a KiBum dormir. No podía, ni quería quitar la vista de KiBum. Pocas veces eran las que podía apreciar el rostro del rubio así, con los gestos adorables que lo caracterizaban. Estaba seguro que él se encontraba cansado, fue un largo fin semana para ellos, y hoy se terminaba.
TaeMin regresaba de su pequeño viaje y MinHo tenia que ir a recogerlo. Aunque para ser sinceros, prefería quedarse ahí, sin hacer nada, con KiBum a su lado durmiendo. Prefería estar con KiBum acariciándolo o simplemente observarlo.
Pasó una mano por su cabello, revolviéndolo. Las ideas que tenia sobre KiBum lo estaban confundiendo. ¿Por qué quedarse observándolo? Si antes esa idea jamás se le pasaría por la cabeza, tenia mejores cosas que hacer con KiBum que solo observarlo.
¡Pero no! Lo ultimo que se le pasaba a MinHo por la mente, era una sesión como la que tuvieron en la ducha el día anterior. Lo único que quería era abrazar a KiBum o simplemente poder salir de esa habitación con él.
¿Acaso se estaba cansando de KiBum? O ¿Quería más de esa relación? Cansado no estaba, quería siempre mas de KiBum y estaba seguro que nunca se cansaría de ese cuerpo, el día anterior fue para Choi uno de los mejores con KiBum.
¿Querer algo más? ¿Por qué seguía pensando en eso? “Como amigos” se aseguro. Quería volver a esos días en donde podía verse con KiBum, sin tener el miedo de que alguien sospechara. Era eso, tenia que ser eso. ¡No podía empezar a quererlo como algo más que amigos! Ellos prometieron no rebasar los límites de la diversión, prometieron no dejar en juego sus sentimientos.
KiBum se removió, frunciendo la nariz de manera adorable, MinHo lo observó con una tonta sonrisa en el rostro. Estiró una mano para acariciar suavemente la mejilla del rubio. Por un momento quiso abrazarlo, protegerlo entre sus brazos, y no que estuviera durmiendo a un costado.
¿Por qué siempre tenia reglas? Porque no quería enamorarse de él. No debían de dejar marcas, y MinHo siempre trataba de evitar besarlo, pero eso era imposible, los labios de KiBum tenían la palabra “bésame” incrustada y él no podía negarse a eso. Pocas veces MinHo lo abrazaba cuando dormían, por lo general, siempre dejaban una considerable distancia y se daban la espalda, y ahora teniéndolo ahí, quería abrazarlo, rodear su cintura y besar su frente.
Recordó todo lo sucedido en día anterior, cada beso, cada caricia y ese “te quiero” que siempre se escapaba de su boca.
¿Por qué siempre terminaba con un “te quiero”? Porque siempre tenía que hacerle saber que de una manera u otra lo quería y se preocupaba por él. KiBum era su amigo y lo quería, demasiado, KiBum siempre era el primero.
Siempre tenia que terminar con esas palabras, porque necesitaba sacarlas. Porque él no solo quería a KiBum de la manera física, no por sus besos, no por sus caricias, él quería a KiBum por quien era. Porque siempre fue un buen amigo, porque KiBum siempre estaba ahí para escucharlo y apoyarlo. Porque su relación no solo se encerraba a cuatro paredes y una cama, su relación abarcaba más que eso.
Y después de todas esas conclusiones, no podía evitar preguntarse ¿Qué es lo que esperaba de esa relación? ¿Qué esperaba con KiBum? Todo tenía un inicio y un final, y esta relación no era excepción. Cuando todo inicio sabia que llegaría el día en que todo termine, que el día en que dejaría de serle infiel a TaeMin tenia que llegar, que KiBum también tenia derecho a ser una vida con una persona y tal vez lejos de Corea, como el rubio siempre quiso.
Pero no se podía imaginar una vida sin KiBum a su lado. No quería pasar el resto de vida con una persona que no amaba. Entonces ¿Qué haría? No lo sabia, no estaba seguro de nada, por ahora solo disfrutaría con KiBum.
Su móvil vibro y lo tomó. Después de unos minutos, tecleo una respuesta rápida y regreso su vista a KiBum. TaeMin llegaría dentro de unas horas y se encargo de recordarle que lo pasara a recoger. ¿Cómo si no se acordara? Su maravilloso fin de semana llegaba a su fin y no sabia cuando volvería a tener a KiBum a su lado.
KiBum tenia que salir de viaje algún lugar que no le dijo, y él se quedaría con TaeMin, tratando de mejorar esa relación que sentía no tenia arreglo. Si, él claro que no era el mejor novio y si, también tenia toda la culpa, pero por TaeMin, por esa persona que sabia que quería, lo hacia. No amaba a TaeMin, pero lo quería y siempre seria una persona importante en su vida.
De nuevo su móvil vibro y esta vez no contesto, en cambio hizo lo que tenia horas queriendo hacer. Acerco el cuerpo de KiBum, hacia él, rodeo su cintura, mientras que una de sus manos jugaba con su cabello.
¡Se sentía tan bien! Definitivamente debería abrazar a KiBum mas seguido.
KiBum abrió los ojos, cuando sintió las caricias en su rostro. Sintió un brazo rodearlo posesivamente y subió la mirada encontrándose con un MinHo sonriente.
-¿MinHo?- pregunto extrañado, al encontrarse en esa posición.
-Buen día- KiBum sonrió en respuesta. Se sentía demasiado feliz estando así. Después de unos minutos en esa posición, KiBum quiso levantarse, pero MinHo no se lo permitió- ¿A dónde vas?-
-Pensaba en tomar una ducha y después preparar algo para desayunar. Hoy llega TaeMin, así que supongo que pronto te iras ¿No?-
-Si, pero aun es muy pronto- KiBum se sentó en la cama, mirando hacia la puerta. Pronto el mágico día se acabaría y cada uno debería de regresar a su hogar.
Odiaba las mañanas en que MinHo se iba de su lado, pero él no podía hacer nada para evitarlo.
-Entonces, tomare una ducha y después preparo algo- MinHo tomo su muñeca y de nuevo lo atrajo hacia él- ¿MinHo?-
-Solo quédate así- pidió- por favor- asintió, recostando su cabeza en el pecho del alto. MinHo dejo un beso en su frente y después cerro los ojos, disfrutando de este momento.