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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

-No estás en condiciones de follar…


-Dame doce segundos. – se lo empezó a sobar.

Juha se sentó en el suelo al lado de Mikko para que este dejara de abrazarle las rodillas.

-Mikko, ¿de verdad me quieres tanto? – le preguntó conmovido por sus lágrimas de felicidad.

-Sí. ¡Oh Juha! Desde la primera vez que te vi, eres tan hermoso, tan perfecto… - las pupilas de Mikko casi casi formaban un corazón.

-¡Oh… - a Juha le encantaba que le dijeran cosas bonitas – Pero Mikko, no sé si yo podría ser un buen seme… solo fui seme (emocional) con Mathias (de follar con algunos más), y no resultó…

-No resultó tampoco con Vreth, ¿no? Y eran la misma persona… Pero yo no estoy loco Juha, bueno, si lo estoy, ¡pero por ti!

-¡Oh Mikko! Eres tan lindo… - le acarició el rostro, casi ovalado (la barbilla era muy masculina) y casi sin querer acerco lentamente sus labios a los suyos. Compartieron un besito lento y dulce.

Al terminar Mikko se le abrazó, acurrucándose en su pecho. Juha lo abrazó también, restregando su mejilla contra su cabello. Lo habían hecho varias veces como amigos con derechos, y el recuerdo, la cercanía, despertaban el deseo de Juha. Deslizó sus dedos por la mejilla de Mikko, por su cuello… buscó sus labios para otro beso, un poco más intenso. A ese beso siguió otro, y otro, y otro…

Sin saber cómo estaban besándose sentados uno frente al otro, acariciándose. El pene de Juha reaccionó bastante sememente, y de manera natural fue empujando a Mikko hasta que cayó de espaldas, montándose sobre él para continuar con el besuqueo. Aquello hacia a Juha sentirse muy bien, sin acordarse siquiera de Jari. No le habría gustado hacerlo con Vreth por la pasión y el dominio que este demostraría, pero con Mikko era diferente. Era todo tan suave, tan tierno; se daba de manera tan natural.

Sin saber el nombre del fenómeno, Juha experimentaba lo que las expertas fujoshis han catalogado como homoyuri. En cuanto a Mikko, era realmente tan uke, que creía estar en una relación yaoi heterodoxa.

Sin recordar que estaban en una pastelería, que el niño jugaba arriba, se desnudaron sobre la alfombra persa. Sin prisas, pero con creciente pasión. Juha se comía a Mikko y disfrutaba cada segundo como seme, cada pedacito de la piel del pelirrojo por imitación. Mikko se abrazaba a él y vivía un sueño en brazos de su amado. Esta vez era diferente, podía sentirlo: la ternura con que Juha volvía una y otra vez a sus labios para besarlos, prefiriéndolos a zonas más sexuales como los pezones.

Se restregaban uno contra otro, haciendo énfasis en la entrepierna. Los penes erectos de ambos se frotaban, ya fuera uno contra el otro, o contra el vientre, o contra los muslos: el placer era delicioso pero insuficiente. Mikko se atrevió a meter la mano entre sus cuerpos para masturbar ambos penes a la vez, juntos. Como recompensa, Juha lo beso con más pasión. Chupó su lengua y jugó con ella y luego jugó con los lóbulos de sus orejas. Mikko se derretía, frote y frote, hasta sacar gotitas de fluido del pene de Juha.

Este decidió que deseaba consumar el acto. Se instaló entre las piernas de Mikko, y, como no tenían condón, decidió lubricarlo con su propia lengua. Le alzó los muslos, separados, exponiendo el agujerito que deseaba poseer, lamiéndolo juguetonamente, dejando correr saliva que procuraba introducir dando piquetitos de lengua, penetrando fugazmente para gran placer de Mikko, que seguía masturbándose y lanzando gotitas de fluido blancuzco.

Finalmente Juha se chupó un dedo y se lo introdujo. Mikko gimió de placer y se corrió por delante. Juha chupó su pene para limpiarlo, y luego, con el dedo que había penetrado recogió lo que pudo del semen que perlaba el vientre agitado de Mikko, penetrando con esta nueva lubricación.

Juha le mordió el interior de un muslo, juguetón, y luego se acomodó sobre él. Se miraron a los ojos mientras introducía su pene en su cuerpo. Mikko se arqueó y gimió de placer. Juha se apoderó de su cuello, para chupetearlo. Comenzó a mover sus caderas a un ritmo mesurado, pues lo estrecho de Mikko no le permitía ir más rápido. Pero en cuanto pudo resbalar fácilmente por el culo de su amante aumentó el ritmo de sus embestidas. Jadeaba en su oído, chupaba su oreja, Mikko buscaba sus labios y él buscaba y rebuscaba con su polla en su interior.

-¡Oh Mikko! – exclamó siendo rodeado por el otro pelirrojo: sus piernas, sus brazos, su cálido interior que lo apretaba aumentando la fricción - ¡Oh Mikko! – repitió, sintiendo que no duraría mucho mas - ¡Mikko! – gritó corriéndose en su interior.

-¡Aaah! – Mikko le hizo los coros, como cuando cantaban.

Permanecieron unos minutos más abrazados, besándose y recorriéndose mutuamente sus cuerpos de ukes.

 

***

 

Jari se presentó con un ojo moro, un labio partido, agarrándose las costillas y cojeando.

-Vittu perkele! – exclamó Juha al verlo así en la sala-pastelería, corriendo hacia él. - ¿Qué te pasó?

-Le dije a tu hermano que eras mi novio.

Efectivamente, Jari había manejado hasta la montaña de Impaviraa, había solicitado ver al instructor Kylmanen, le había dicho hola muy buenas, me cojo a tu hermano y había recibido tal paliza que, como en las caricaturas, solo se veía la nubecita de polvo con estrellas y puños saliendo.

Jari se rió de la cara de pasmo de Juha, pero la risa se le convirtió en tos. Con sangre.

-Mitä vittua!? – Juha se alarmó y lo tocó - ¿¡Como se te ocurrió decirle eso?!

-Bueno… sé que técnicamente no somos novios en estos momentos, pero esperaba solucionarlo… - le sonrió, a pesar de que le dolía hacerlo.

Juha meneó la cabeza, auscultándolo. Jari hizo gesto de dolor cuando le paso la mano sobre un área del pecho especialmente lastimada.

-Pedazo de animal. ¿Estás bien? ¿Qué te dijo el doctor?

-Estoy bien – si había podido levantarse y andar, estaba bien.

-Pero el doctor, ¿Qué te dijo? ¿No te rompió nada Jarmo?

-No… - sorprendentemente, Jarmo se lo había tomado bastante bien: estaba vivo.

-Jari – Juha usó su tono regañón – no has ido al médico, ¿verdad?

-No necesito ir al médico. – renegó Jari.

-¡Por supuesto que sí! ¡Podrías tener algo roto! ¡Hemorragias internas! ¡Estar mal!

-Y eso, ¿te preocupa? – le pregunto Jari, coqueto a pesar del ojo moro, el labio partido y la mejilla hinchada.

-Sí. No me malinterpretes, que te lleve al hospital no significa que regrese contigo. Mikko – dijo a su amigo que se asomaba apenas a través de la puerta entreabierta – Voy a llevar a este idiota al hospital. Cuida a los niños por favor. Cualquier cosa me llamas al celular.

Mikko asintió. Juha se pasó un brazo de Jari sobre su espalda a pesar de las protestas de éste de que podía andar, cogió las llaves del auto de Mikko y lo metió a este.

-Pero si ahí está mi auto… - protestó Jari.

-Sí, para que te escapes del hospital, ¿no? Vittu! – hizo una seña obscena – Vas a quedarte ahí hasta que te curen.

-Había olvidado lo adorable que te ves preocupado.

-Pues yo tengo muy fresco lo desgraciado que te ves terminando conmigo.

-Perdóname Juha, cometí un error.

Juha piso el acelerador a fondo de la impresión. Casi chocan con un reno.

-No voi paska!

¿¡Jari, el orgulloso Jari admitiendo que cometió un error y pidiendo disculpas por ello?! Vittu! ¡Estaba peor de lo que creía! Retomó el control del auto y aceleró por la carretera.

-Jari, ¿te sientes bien? ¿Cuál es la ecuación de una recta si el ángulo de inclinación es de cuarenta y cinco grados y su distancia del origen es cuatro?

- Equis menos ye mas cuatro por la raíz cuadrada de dos y es igual a cero.

Juha se le quedo viendo con los ojos como platos.

-La otra es equis menos ye menos cuatro por la raíz cuadrada de dos y también es igual a cero.

Juha lo seguía viendo con los ojos como platos.

-Son las únicas dos soluciones.

-Si tú lo dices.

-Sí, porque siendo la recta aguda…

-Cariño, solo trataba de comprobar que no alucinaras. – lo interrumpió Juha.

-Me llamaste cariño. – sonrió Jari, a pesar de lo que le dolía hacerlo.

-Por no decirte jurpo. – se defendió rápidamente Juha - ¿Cuál fue el primer disco de Tarot?

-Spell of iron. – Jari hizo gesto de fastidio.- Juha si de verdad quieres saber si estoy en mis cabales hazme preguntas más difíciles.

-Ok, no alucinas.

-No… por otro lado, tú, ¿Cómo supiste plantearme un problema que existiera y cuya solución existiera también?

-¿Ah? ¿Lo de: cuál es la ecuación de una recta si el ángulo de inclinación es de cuarenta y cinco grados y su distancia del origen es cuatro?

-Exacto.

-Lo vi en un examen tuyo y me gustó como sonaba. Mamón. – le guiñó el ojo – pensaba convertírtelo en algo como: ¿Cuál es la mejor posición si el ángulo de inclinación del uke es de cuarenta y cinco grados y su distancia a la polla del seme nula?

Jari se relamió, probando el sabor de su propia sangre seca.

-Tengo la respuesta aquí mismo – se agarró la bragueta – y lo podemos solucionar ahora mismo. Estos asientos son reclinables, ¿verdad?

Juha estaba contrariado por haberle coqueteado a Jari. Maldita fuera.

-No estás en condiciones de follar…

-Dame doce segundos. – se lo empezó a sobar.

-No hagas eso.

-Te pone, ¿verdad? – se abrió la bragueta.

-No lo hagas. – advirtió tenso Juha.

-Te gusta, ¿verdad? – ya se lo había sacado y lo masajeaba – Me basta con pensar en ti para ponerme duro… - se le acercó y olfateó su cuello de una manera irresistiblemente seductora – cuando te tengo cerca no puedo contener mi deseo.

-Estas todo apaleado por follarme y quieres follarme…

-Un amigo me hizo ver que vale la pena soportar lo que sea por ti.

-Awww! – Juha lo volteó a ver enternecido y casi chocan con una ambulancia. – Perkele! Metete eso, ya casi llegamos al hospital.

-No quiero ir al hospital. – refunfuñó Jari, encogiéndose en el asiento como niño pequeño.

-Tienes, no quiero que mueras.

 

*

 

La doctora Xenia Nekrasov los atendió en urgencias. Era una facultativa rusa con sangre colombiana, amante de los chicos bellos y más cuando estos eran amantes entre sí. Tras revisar a Jari decidió mantenerlo en observación por aquella noche: no era tan grave lo suyo (la costilla rota no había pinchado nada), pero vaya si valía la pena estarlo observando. A él y a su novio.

Juha hizo todo el papeleo y llamó a Mikko para avisarle que tendría que pasar la noche con Jari.

-¿Todo bien? – preguntó al escuchar un prolongado silencio.

-Sí. – mintió Mikko.

-¿Qué pasa lindo? – insistió meloso.

-Vas a pasar la noche con Jari. – dijo Mikko, en vez de decir que Miko no había dejado de acosarlo.

-Yo en mi camilla y él en la suya, enyesado, vendado y conectado al suero y a un aparato.

-Juha… ¿todavía tienes esa fantasía de ser enfermera sexy? – Mikko sabía que su amado eran tan guarro que era capaz de ponerse de ver al otro hospitalizado.

-Vittu! – rió este – No, ahora tengo la de azotar a un lindo uke, cubrirlo de crema pastelera, comérmelo y volverlo a azotar.

Mikko se puso tan rojo como su pelo al otro lado de la línea.

-Ok. Vuelve pronto y hazlo.

-Lo haré. – Juha le ronroneó antes de colgarle.

 

*

 

Juha nunca había pasado la noche en un hospital; Jarmo tenía remedios caseros para todo y exceptuando accidentes de caza y pesca, era tan saludable que daba asco. Y nunca había tenido que cuidar a nadie, por el contrario, él era el cuidado. Se retorcía de incomodidad en la silla al lado de la camilla de Jari, viéndolo a la luz blanca y aséptica de la lámpara encendida sobre su cama.

Jari dormía. Su rostro se veía amoratado e hinchado. Pobrecito. Pero, ¿Cómo se le ocurrió ir a decirle eso a Jarmo? Tenía suerte de estar vivo. Aun así esos golpes… Sin darse cuenta Juha empezó a acariciar su rostro maltrecho con delicadeza. Sentía una gran ternura por ese hombre perfeccionista, por lo mismo, aun le dolía cuando volvía a escucharlo en su  mente diciéndole que no quería volver a verlo en los días de su vida.

Aunque nadie había terminado con él de un modo tan terminante no era su orgullo lo que estaba herido sino su corazón. Se había enamorado y lo habían mandado al infierno. Si volvía con Jari y Vivian más tiempo juntos se enamoraría más y sufriría más cuando Jari terminara con él y… no le gustaba sufrir.

Además, le había dado esperanzas a Mikko y tampoco le gustaba hacerlo sufrir.

Se sorprendió cuando al pasar sus dedos cerca de sus labios Jari se los atrapó.

-¡Estabas despierto! – le reclamó.

Jari le cogió la muñeca antes de soltarle los dedos. Lo miró a los ojos. Era el momento perfecto para preguntarle si le había sido infiel con Vreth. Pero los iris grises soportaban su escrutinio. No tenían nada que ocultar. Jari supo que Juha no le había sido infiel con Vreth: tenía la certeza sin necesidad de formular la pregunta, que más que pregunta era insulto.

-Te amo. – dijo por primera vez.

Vio los iris grises dilatarse de gozo, sus labios curvarse en la sonrisa más hermosa.

-Y yo a ti. – le respondió acariciándole la mejilla hinchada.

Jari le besó la mano.

-Cásate conmigo. – le dijo espontáneamente, pero sin arrepentirse. Quería que fuera suyo para siempre.

 

Continuará...

 

Notas finales:

Bueno, como habran podido darse cuenta, este si fue capitulo ;)

El titulo hace referencia a Juha, ¿querra nuestra zorra consentida ser seme o uke? Mi sobrina Adanhel dice que estoy oligofrénica por el simple hecho de plantear la pregunta. (tsk, tsk, ve a Juha uke)

Sé que muchas estaban esperando el lemon entre Vreth y Mikko, pero decidi que ustedes decidieran si habia habido o no y como fue si hubo. Algo en plan "elige e imagina tu propia aventura" (como ves Jul ;) Tenia ganas de probar a hacer algo asi, asi que eligen ustedes.

Ahora bien, las tenia acostumbradas a un capitulo semanal, lamento informar que eso va a cambiar. Ya casi tengo acabada esta historia pero por cuestiones de calidad creo que debo parar de publicar aqui hasta que la termine para revisar bien los detalles. Y bueno, quiza no pueda terminarla pronto porque no me salga. Estoy estudiando para ingresar a la universidad y puff... tengo geometria, algebra, calculo y memorizacion de formulas como para llenar un dia de 25 horas.

¿La buena noticia? ¡Que voy a ver a Jari, a Wintersun el 3 de agosto, kyaaa!!!

Besitos y gracias por su comprension. Se aceptan animos, comentarios, dinero para recuerditos del concierto, etc.

 


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