A Mikko se lo desayunaba Miko y se lo cenaba Juha. Como había caído en tamaña inmoralidad, tirándose al tío y al sobrino a escondidas del primero porque el segundo daba por ciertas sus sospechas sin necesidad de pruebas, era un misterio impenetrable para él.
Era de Juha todas las noches, a veces al despertar. Vivía con él, amándose, como si fueran novios. No había otro hombre (ni mujer) en la vida de Juha, no lo compartía con nadie, incluso podía hacerlo suyo cuando lo deseaba… tenía todo lo que siempre había soñado tener con Juha, entonces, ¿Qué estaba mal?
Miko, Miko estaba mal. Mikko había caído a la seducción (violación) de Miko el día que Juha se fue con Jari al hospital y creyó que volverían y lo dejaría. Se había entregado a él fantaseando con que fuera Juha, y luego lo habían hecho fantaseando con que fuera Vreth. Y le había gustado tanto que no pudo resistirse dos días más tarde, cuando Miko le llegó mientras Juha se bañaba (todo un ritual de belleza).
El jovencito le había dicho a su hermanito que jugarían a las escondidillas, cuando a lo que realmente quería jugar era a las manitas calientes con el aminovio de su tío. Lo hicieron como estudiante que seduce a su profesor, seme y uke. Y cada que Miko encontraba tiempo y lugar, a escondidas de Juha, realizaban otra fantasía.
Mikko ya había sido un oficial del ejército, el guitarrista de Charon, el bajista de CoB, un acróbata ruso, un sacerdote de la orden del Temple, una campesina en apuros, una criadita francesa y hasta un enano de la corte de Thorin, Escudo de Roble, versión fílmica.
Habían interpretado tantos roles que parecía que evitaban ser ellos mismos para no enamorarse, pues se entendían maravillosamente bien como amantes. A Mikko le habría gustado ser atrevido y sexy como Miko, y a Miko (como a Juha) le gustaban la docilidad y pasión de Mikko.
Si el adolescente sentía algún escrúpulo por tirarse al amigo de su tío no lo demostraba. Y era que en su mente uke y uke no podían tener una relación seria. Juegos entre ukes eran eso, solo juegos. Y Juha declaraba ser sólo amigo de Mikko y no tirárselo, así que mentira por mentira.
Miko volvió a ser Juha en la fantasía de Mikko la noche que el Juha de verdad se fue a Helsinki a ver a Jari. Esa noche, luego de hacerlo, la paso en vela temiendo lo peor. Y lo vio confirmado cuando, al volver Juha, este le dijo que iba a pensar seriamente en aceptar la propuesta de matrimoio de Jari.
Mikko sintió que se desmayaba. Juha lo atendió.
-Mikko, he dicho que lo pensaré, no que he aceptado.
-¡Juha, no puedes casarte con él! ¡Se folló a tu sobrino bajo la escalera de su departamento en Helsinki!
Juha se le quedó viendo raro.
-Eso es absurdo. No hay escaleras en el departamento de Helsinki y Jari jamás haría algo así.
-Miko me dijo.
-El trató de seducirlo conmigo durmiendo al lado, pero Jari lo rechazó.
-¡Oh Juha! ¡Cásate conmigo!
-No puedo ser bígamo…
-¡En un país musulmán sí!
Juha lo sabía porque su padre se había convertido para ser el cuarto esposo de un jeque, pero lo había olvidado.
-It’s so fucking weird… - lo descartó. – Vamos lindo, no llores. Todavía no lo decido.
-¡No me dejes Juha! Te amo, eres todo para mi… ¿Qué tiene Jari que no tenga yo? (¿Además de la polla más grande?)
-Ay Mikko… te quiero pero nunca he podido sentir por ti algo tan intenso como lo que siento por Jari… y no se ha ido… pero lo que siento por ti tampoco se irá… it’s so fucking hard!
Se lo cogió para que dejara de hablar.
***
Luego de pasar varios días rompiendo(el culo de Mikko)se la cabeza Juha concertó otra cita con Jari. Tenía la respuesta.
El rubio estaba muy nervioso luego de semejante sacrificio que había hecho (y de lo que le había gustado), juró que si Juha lo dejaba cambiaría el estilo de su banda de Extreme Majestic Technical Epic Melodic Metal a Hate Death Dark Loveless Melodic Metal, aunque eso significara que el álbum que ya casi terminaba quedara inútil.
Recibió a Juha aun más arreglado que la vez pasada, y con una cena más buena, la cual, para no dejar margen al error, ordenó de un restauran italiano. Cenaron, charlaron, lo hicieron de la manera tradicional y a la mañana siguiente (sábado, sin clases) Juha le dijo:
-Jari te amo. Pero no creo poder serte fiel por el resto de mi vida. Aunque seas mi seme y mi uke, hacerlo sólo contigo hasta que me muera… no creo poder cumplirlo. – Jari lo escuchaba respirando visiblemente – Lo siento. Imagina que Marco Hietala (tú sabes lo que me gusta Marco Hietala) viene un día y me dice que quiere hacerlo conmigo: le diría que sí aunque fuera tu esposo.
Jari hizo puchero.
-¿Sabes cuales son las probabilidades de que eso pase?
-Pero imagina que pasa. O que soy yo el que no contengo mi deseo por él y voy y se lo propongo. Incluso si me rechazara ya habría infidelidad de mi parte… Solo estoy siendo honesto contigo.
-Entonces… ¿quieres casarte conmigo o no? – Jari sentía una bola de pelos en la garganta.
-Sí quiero… - le tomó la mano y Jari sonrió de oreja a oreja – pero no puedo.
Juha le puso su otra mano encima y la acerco a su pecho.
-Compréndeme, por favor. – odiaba ver a Jari a punto de llorar. Besó su mano e hizo ademan de levantarse.
Pero Jari lo cogió por los brazos, como un desesperado.
-Juha, si te dejara tener a Marco Hietala, ¿te casarías conmigo?
Juha lo miró, perplejo.
-¿Estás diciendo que me dejarías tener un amante?
-Sí. – Jari lo había sopesado rápidamente, como le enseñara Stanek: ¿Valía la pena ser un cornudo por tener a Juha? Sí.
-Vittu! – Juha parpadeó – Estoy sorprendido…
-Juha te amo, quiero pasar el resto de mi vida contigo, y hacerte feliz, y si eso incluye dejarte tener sexo con otro está bien.
-¿De verdad? ¿No te arrepentirás ni me golpearas después?
-¡¿Cuándo te he golpeado!? – reclamó Jari.
-Nunca. – admitió Juha – Pero…
-¿Pero qué?
-Pero que podrías sentirte celoso después y dejarme… y te quiero demasiado como para soportar que me dejaras de nuevo.
-¡Nunca te dejaré Juha! Estos meses que he pasado sin ti han sido los más horribles de mi vida.
-Awww! – Juha le acarició el rostro, enternecido. Jari parecía sincero, lo que proponía lo decía de corazón… Pero una cosa es el dicho y otra el hecho. A pesar de toda su buena voluntad Jari podría no soportarlo a final de cuentas. Así que Juha pensó que era mejor hacer una prueba antes que cometer un error. – Voy a pensarlo. Visítame en Oulu el próximo sábado.
-¿Entonces me darás tu respuesta?
Juha asintió. Jari lo rodeó con sus brazos y lo hizo suyo como el hombre enamorado que era.
***
La invitación que hizo Juha a Jari de visitarlo en casa de Mikko tenía truco. Mejor que a Marco Hietala, su amor platónico, quería que Jari lo dejara tener a Mikko Uusima, su amorcito uke: total, si algún día Marco se lo proponía, quien tolera una aventura tolera dos.
Juha planeó que Jari lo viera coquetear con Mikko, para estudiar su reacción y si reaccionaba bien, pasaría al segundo paso, acostarse con Mikko sabiéndolo Jari, para ver si de verdad soportaba que lo hiciera con otro. Y si lo soportaba lo recompensaría con un trío, total, sabía que llegado el caso contaría con la cooperación de Mikko. El pobrecito estaba tan enamorado de él que haría cualquier cosa que le pidiera, y seguramente se alegraría de saber que no iba a dejarlo.
El plan era brillante, sin embargo… había dos factores que Juha no había tenido en cuenta: ignoraba el hecho de que Mikko se acostaba con Miko, y tampoco había tenido en cuenta la poderosa fuerza de la ley de Murphy, esa que dice que si algo puede salir mal, saldrá.
*
Jari tomó el primer vuelo a Oulu y luego un taxi hasta la casa del amigo con el que Juha y sus sobrinos se quedaban. Sabía que esta era una pastelería y que estaría abierta, por lo cual entró confiado, a pesar de no conocer al dueño ni a la casa. Se sorprendió bastante al escuchar gemidos y golpeteos inequívocamente rítmicos provenientes de la habitación detrás de una puerta entreabierta.
-¡Oh Juha! ¡Oh sí! ¡Móntame más duro! – decía una voz presa de la pasión.
Con el corazón acelerado Jari se asomó por la puerta entreabierta y lo que vio lo dejo impactado: el sobrino emo, ahora pelirrojo, estaba follándose al amigo también pelirrojo de Juha sobre una mesa.
-¡Oh Juha! ¡Qué hermoso eres! – decía el amigo acariciándole la cara, que bien que veía no era la de Juha – Que bien follas mi amor, eres tan seme.
-Y tu también Mikko, ummm, eres tan sexy… - y se dieron un beso atascadísimo.
Jari estaba petrificado, en más de un sentido. Vio al sobrino arquear la espalda hacia atrás mientras daba unos empujones tan vigorosos que debía estar corriéndose. El amigo se retorcía llamándolo Juha y cuando terminaron el sobrino se bajó de la mesa y como si hubiera sabido que estaba ahí desde antes lo miró y dijo.
-¡Tío Jari! Que agradable sorpresa.
El amigo saltó como impulsado por un resorte y se cubrió con un mandilito hecho de holanes rosas y lo miró aterrado.
-Son unos enfermos – entró Jari - ¿no te da pena que éste te llame por el nombre de tu tío y fantasee con que seas él?
-No.
-Eres un enfermo mocoso. Y tú, ¿qué sientes de follarte al sobrino de Juha pretendiendo que es él? – Miko se vestía pero Mikko mantenía las orejitas gachas mientras Jari les afeaba la conducta – Nada más falta que tú – señaló a Miko Kylmanen – te lo folles a él – señaló a Mikko Uusimaa – llamándolo Juha.
-Eso lo hicimos ayer. – replicó descarado Miko.
-Par de enfermos. – dijo Jari.
-La próxima vez que me coja a Mikko lo voy a llamar Jari. – dijo desafiante. Luego se encasquetó un sombrerito muy coqueto que tenía. – Vístete Mikko, sino este histérico te va a follar llamándote Teemu, que es lo que nunca hace porque es uke de su amigo!
Jari se quedó boquiabierto, ¿Cómo era posible que supiera? ¡Nadie (salvo Teemu, obviamente) sabía que Teemu era el único antes de Juha que se lo había ukeado!
-¿A dónde crees que vas? – Jari cogió del brazo a Miko.
-¡Suéltame o te acusaré con mi papá! – trató de soltarse pero Jari lo apretó dolorosamente.
-Seré yo quien te acuse, mocoso calenturiento, con tu papá y con tu tío.
-¡No por favor! – suplicó Mikko. Apenas se había puesto los pantalones y se veía realmente aterrado – No se lo digas a Juha, me odiaría…
Jari sintió pena por el chico, apenas podía contener las lágrimas. Seguramente estaba enamorado de Juha y como este no le hacía caso hacia esas guarradas con el sobrino.
-¿Qué pasa aquí? – Juha entró en la cocina proveniente de la puerta trasera, seguido por Ville, Husky, Cuyo y los gatos.
Los dos Mikkos lo vieron asustados. Jari, malvado, disfrutó de sus gestos… pero decidió no delatarlos. Le daba lástima el pobre ukesillo, tan desamparado y lindo… además, le ahorraría un disgusto a Juha.
-Nada – dijo Jari soltando a Miko – creo que los espanté llegando de imprevisto.
Juha sonrió y se fue derecho a él para rodearle el cuello con los brazos y darle un beso.
*
Luego de ver el descarado coqueteo del ukesillo a Juha, y como este le correspondía, la opinión de Jari respecto a él se había modificado: ya no le parecía desamparado y lindo si no ladino y arrastrado.
Juha, que no sabía lo que Jari había visto, interpretó las malas caras de Jari ante su coqueteo del único modo que podía: que a pesar de decirlo de corazón, su rubio narizón no era capaz de verlo con otro hombre. Muy triste, tomó la decisión de despedirlo.
-Se hace tarde Jari, y debes regresar a Helsinki.
-Pero – Jari también había notado que algo andaba mal con Juha – no me has dado tu respuesta.
Juha sintió que las lágrimas le subían a los ojos.
-Es no.
Jari sintió que el mundo se desvanecía bajo sus pies.
-¿Por qué? – lo aferró, mirándolo con ojos desorbitados.
-¡Porque no eres capaz de verme con otro hombre! – exclamó soltando el llanto – Se que hablabas de corazón pero planeé este experimento para ver si eras capaz y no has podido mi amor…
-¿Qué experimento? – Jari lo sacudió.
-Coquetearle un poco a Mikko para ver cómo te lo tomabas… ¡y ve tu cara!
Jari suspiró, soltándolo.
-Juha, no quería decírtelo, pero cuando llegue encontré a tu sobrino follándose a tu amigo, y tu amigo lo llamaba por tu nombre.
-Imposible – dijo Juha - ¡Jari! Te has enterado que Mikko dijo que te habías follado a Miko bajo las escaleras de tu departamento y te estás vengando. – se cruzó de brazos.
-¡No! – exclamó Jari - ¡Nunca haría eso! ¡Mi departamento ni siquiera tiene escaleras!
-Lo sé – le dijo Juha – y lo sé.
-Juha… - Jari lo miraba esperanzado de nuevo - ¿Entonces lo hacías adrede? ¿Coquetearle a tu amigo? – Juha asintió. Jari cogió su rostro con ambas manos y lo beso. Juha le respondió – Entonces, ¿te casarás conmigo? – se arrodilló y sacó un anillo en forma de calavera.
-Kyaaa! – Juha se llevó las manos a la boca - ¡Oh Jari! – dejó que este tomara su mano y pusiera el anillo en su dedo. Tenía ganas de gritar que sí pero… - Jari… tienes que saber que prefiero que me dejes acostarme con Mikko que con Marco Hietala.
-¡Pero ese guarro folla con tu sobrino llamándolo por tu nombre!
-¡Jari! No seas infantil, ¿Por qué habría de hacerlo si folla conmigo?
-¡¿Te follas a ese guarro!? – gritó con gesto de no puedo creerlo.
-¡Sí! – le respondió Juha con el mismo gesto – Soy un hombre soltero y con intensos deseos sexuales, por si lo has olvidado.
Jari suspiró y bajó los hombros.
-Supongo que da igual. Si no te da asco follarte a ese enfermo sigue haciéndolo. Solo báñate bien antes de follar conmigo.
-¿De verdad? – preguntó ilusionado Juha.
-Sí, usa jabón de lavandería.
Juha rió.
-Entonces… - Jari apretó su mano enanillada entre las suyas - ¿Te casarás conmigo?
Juha lo miró con todo el amor que le profesaba. Se sentía tan embargado por la emoción que creyó que no lograría pronunciar la palabra:
-Sí.
Continuará...