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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

"Juha lo abrazaba y lo besuqueaba, jadeando, gimiendo,
retorciéndose entre los dos hombres que mas deseaba y que se exforzaban en
complacerlo a su modo, uno apretándolo con su culito y el otro taladrándolo con
su polla."

Jarmo terminó su contrato en el ejército a mediados de la semana siguiente. Sus compañeros, subordinados y superiores lo despidieron afectuosamente, sin embargo, los que con más entusiasmo agitaron las manos hasta que el jeep que lo llevaba se perdió de vista por el camino que descendía de la montaña fueron los reclutas.

El ejército le había gustado, pero se sentía feliz de dejar el servicio: tenía unos hijos que cuidar, un álbum que sacar. En las ideas del álbum llevaba algún tiempo trabajando (no tanto como Jari), al igual que el resto de los miembros de la banda. Tenía también un plan detallado para la comenzar la crianza de sus hijos y continuar con la de su hermanito.

¡Oh sí! También Juha estaba incluido en los planes. No había vuelto a tener noticia de aquel novio gay pero no creía haberlo matado, había sido suave con él porque le había gustado que tuviera el valor de ir a decirle que amaba a su hermanito en su cara. Eso era apropiado, varonil. Pero como Juha no le había hablado de él creyó que lo había rechazado y estaba dispuesto a seguir el recto camino de la masculinidad.

Llegó a la casa del amigo pastelero con regalos para todos: una resortera de los Angry birds para Ville, un kit de herramientas para Miko, un set de cuchillos para Mikko y…

-¿Yo para qué diablos quiero un rifle? – preguntó Juha, acostumbrado a recibir mejores regalos de su hermano (como certificados de regalo de tiendas chic).

-Para que mates tus propios renos, por supuesto. – fue la respuesta de Jarmo.

-Ya sabes que no me gusta cazar… - dejó el rifle con cara de fuchi.

Desde que había alcanzado la mayoría de edad se negaba a ir de cacería. Todavía la pesca la aguantaba, pero disparar, con el golpe del culatazo amoratándole el hombro, el pobre animal que necesitaba tres o cuatro tiros para morirse y luego arrastrar su mole de media tonelada, abrirlo en canal, destriparlo y preparar la carne… so fucking hard, y para que encima supiera a…  ¡reno!

-Cuando eras pequeño te gustaba, te gustará de nuevo. Quiero pasar tiempo de calidad contigo y con los niños: tengo planeado el verano para toda la familia. Acamparemos en el bosque, - Ville estalló en exclamaciones de gozo – tú me ayudaras a enseñar a los niños a ser hombres Juha – lo miraba con ojitos brillantes - ¿recuerdas cuando te enseñé a construir un sauna?

-¡Sí! – todavía no entendía como no se había herniado cargando piedras.

-Esos maravillosos momentos, cuando te enseñé a cortar leña, a hacer fuego, a extraer las raíces comestibles… pues bien, todo eso quiero compartirlo ahora con Miko y Ville… – Miko tenía cara de what the fuck y Ville brincaba de felicidad – volver a vivirlo contigo y que tú me ayudes a hacer de mis hijos unos hombres mientras tú mismo te reencuentras con tu masculinidad.

Juha lo escuchaba con la boca abierta. Había pensado mucho en cómo darle la noticia de su boda a su hermano, de manera que no hiriera sus sentimientos, pero si este amenazaba con herir su integridad física (todavía tenía la horrible cicatriz de su primer cacería) mejor se lo soltaba de golpe:

-Jarmo, me voy a casar.

Jarmo puso cara de sorpresa pero luego abrazó a su hermanito que casi le rompe las costillas.

-¡Me alegro mucho! Ya sabía yo que se te pasaría eso de que te gustaban los hombres…

-Me caso con un hombre. – declaró Juha.

Jarmo volvió a poner cara de sorpresa. Luego arrugó el entrecejo:

-¿Con aquel rubio narizón que sacó un disco hace muchos años y que golpeé en Impaviraa?

-El mismo.

-¿Dónde está? – exigió saber.

-Jarmo no voy a permitir que lo golpees. – declaró Juha – Es el hombre que amo y que me ama y el único con el que quiero pasar el resto de mi vida (no así follar).

Jarmo hizo puchero, igualito que Juha, lo que en un hombre de su aspecto y talla desconcertaba. Juha se acercó a abrazarlo.

-Hermano, te quiero, pero tienes que aceptarlo. No soy menos hombre porque me gusten los hombres. Ni te querré menos a ti por amar a Jari.

-¿De verdad? – preguntó con un cordelito (porque hilito no) de voz.

-De verdad. – se puso de puntitas para besar su mejilla.

-Bueno… ¡pero más le vale a ese narizón amarte mucho y tenerte feliz o lo moleré a palos! – las costillas de Juha fueron puestas a prueba nuevamente.

-Gracias Jarmo – dijo Juha en cuanto pudo volver a meter aire en sus pulmones – Jari te encantará, es muy lindo y está aprendiendo a cocinar.

-Que venga con nosotros para que aprenda a hacer cosas de hombres.

Juha lo miró con los ojos desorbitados.

-Jarmo no podemos ir contigo a perdernos en los bosques, tenemos una boda que planear, Jari tiene un empleo como profesor y un disco que sacar…

-Su disco ha esperado diez años, puede esperar un verano más. – determinó Jarmo – Y tú no puedes dejar a tu familia. Y si ese hombre va a convertirse en parte de la familia tendrá que aprender a hacer lo que los hombres Kylmanen hacen. Vendrán con nosotros en al menos una expedición, y no se diga más.

Juha puso mal gesto pero se resignó: cuando Jarmo decía su última palabra no había más que agregar. Y de hecho, se había mostrado muy comprensivo y concesivo.

-¿Cuándo nos vamos a ir al bosque papá? – preguntó Ville, que se había quedado jugando con los gatos en lo que los adultos discutían.

-Mañana.

Miko sintió que caía en un abismo de horror: pasar de la cómoda casa donde comía cuantos pasteles quería y al pastelero cuando podía a vivir a la intemperie peor que en el circo le parecía una jodida broma cruel del destino.

-Papá – le dijo con una nota aguda – a mí tampoco me gusta cazar.

-¿Alguna vez has cazado? – gruñó papá.

-No.

-¿Ves? Te gustará.

-Preferiría ayudar al tío Juha con su boda... – lo tomó del brazo. Cosería el vestido de novia con tal de que no lo llevaran a despoblado.

-Awww! – exclamó Jarmo enternecido - ¿Ya quieres mucho a tu tío?

-Sí, nos hemos hecho muy cercanos, ¿verdad tiito? – le repegó el cachetito y Juha asintió.

-Que bien – dijo Jarmo – lo ayudarás cuando estemos en la ciudad.

-¡Pero…

-Hijo – Jarmo lo señaló desde su imponente altura – tu lugar esta con tu hermanito y con tu padre, aunque quieras mucho a tu tío. Además ya tienes dieciséis años y no sabes hacer cosas de hombres, tenemos que recuperar el tiempo perdido en tu crianza.

-Pero… pero… - se quedó balbuceando. Jarmo se dio la vuelta - ¡No es justo! – le dijo a Juha - ¡Que yo tenga que ir al bosque y tú puedas quedarte con Jari y Mikko!

-¡Ja! – le contestó este – Tú solo tendrás que soportarlo cinco años hasta los veintiuno, cuando te permitirá tener más libertad y negarte a ir de cacería. Yo ya llevo treinta años enteros de sobreprotección y ¡mírame! Tengo veintisiete y  aun no me lo quito de encima…

Miko torcía la boca en un pronunciado gesto de no quiero, que fastidio.

-¿Y si le digo que me caso con Mikko?

-¡No puedes! Es mi amante. Les pegaría a los dos y de todos modos te llevaría al bosque.

 

***

 

La primavera había llegado a Helsinki, no así a Oulu, notó Jari cuando bajó de la camioneta prestada por Teemu para ayudar a Juha con la mudanza. Habían acordado que vivirían en Helsinki y escaparían a relajarse los fines de semana y las vacaciones a Oulu, algo normal para un finlandés aunque bueno, la mayoría de los helsinguinos se escapaban a Espoo, distante solo un par de horas, y no a Oulu, medio largo país arriba.

Jari tocó la campana de la pastelería antes de entrar, no quería otra sorpresa XXX.  Un mohíno Mikko atendió la llamada y al verlo solo dijo:

-Oh. – y desapareció de nuevo mas cabizbajo que nunca.

Miko se había ido hacia un par de días con su papá, Ville, el perro y el cuyo (y a todos había llegado a apreciarlos) y ahora se iba Juha. Tenía dos botes de helado de un galón cada uno y tres gatos para sobrellevar la depresión. Si esto no era bastante, tenía la dirección del puente desde el que se había arrojado Tenmu “Somnium” Raimoranta algunos años atrás.

-Llegó. – le dijo a Juha, que se peinaba aun en bata.

-Dile que voy en un momento Mikko. – en el espejo vio que lo miraba con una tristeza como la de los solos de violín de Turisas – Awww! Corazón, ven acá. – lo abrazó – Todo va a estar bien, confía en mí. – pegó su frente a la suya y lo miró a los ojos – Todo va a estar bien, solo tienes que hacer lo que yo te diga, ¿entendido? – Mikko asintió, mansito. – Ve y dile a Jari que enseguida estoy con él. Hazlo sentir como en casa. – al ver que Mikko hacia gesto le dio un beso y añadió – Por mí.

Como un espectro Mikko obedeció. Encontró a Jari admirando su colección de gatos de porcelana.

-Juha se está arreglando. – anunció con voz bajita de pasivo agresivo, para que el otro tuviera que exforzarse en oírlo - ¿Quieres algo?

-Un café, si no es molestia. – Jari no podía ver al chico sin recordar cómo se veía debajo de Miko. Algo bastante incómodo, teniendo en cuanta que debería de darle asco.

-¿Expreso?

-Sí, gracias.

Mikko regreso con el café y se sentaron en extremos opuestos del sofá. No hay que explicar porque Mikko sentía una profunda antipatía por Jari, ¿verdad? El silencio era tal que podían escucharse los intentos del hielo de afuera por resquebrajarse.

Así los encontró Juha, sintiéndose decepcionado. En su fantasía, cuando él bajaba, Mikko ya estaba siendo cariñoso con Jari. Lo miró con reproche, ¿Cómo iba a montar un trío si se ignoraban?

-¿Qué tal el viaje querido? – preguntó a su prometido, saludándolo con un beso.

-Largo. ¿Ya tienes listo lo que vamos a llevarnos?

-Sí. – señaló unas cajas con artículos indispensables como cepillos, instrumentos, ropa.

-Bien – Jari se paró en dirección a una. Juha lo detuvo.

-¿Cuál es la prisa? Todavía no me visto. – cruzó las piernas desnudas bajo la bata, que se abrió hasta la mitad de los muslos. Por el escote de arriba también se veía su piel desnuda.

-Creí que te estabas arreglando.

-Así es. – sacudió la melena, lisa y brillante como nunca. También iba maquillado, ojos ahumados y dramáticos, y su collarcito.

-¡Oh! – exclamó Jari empezando a entender.

-¡Oh! – dijo Juha con intención.

-¡Oh! – suspiró Mikko, levantándose.

Juha lo detuvo y lo puso entre él y Jari. Luego lo apretó entre él y Jari, cogiendo las manos del rubio y poniéndolas sobre el otro pelirrojo.

Sorprendido, Jari se dejó besar y luego vio a Juha besar a Mikko. Sintió bastantes cosas al ver a los dos ukes besándose. Excitación, sobre todo.

-Mikko, besa a Jari. – ordenó la zorra pelirroja.

Sin entender pero sin cuestionar Mikko acercó sus labios a los de Jari. Este se quedó como hipnotizado, sintiendo sobre si la mirada intensa de su pelirrojo. Era la primera vez que era… ¿infiel? ¿Es infidelidad si tu propio uke te insta a tirarte a su uke, que le has dejado tener? Jari tuvo que dejar las reflexiones para después. El toque de los labios de Mikko lo electrizó, aunque no tanto como la mirada de Juha.

También el estaba probando a ver si podía ver a su rubio con otro. De momento podía, era jodidamente excitante ver a Jari besando a Mikko. Comenzó a desvestir a este, acariciándolo y besándolo conforme lo desenvolvía, y una vez desenvuelto lo ofreció a Jari. Este lo miró jadeante.

-¿No que era tu amante?

-Vamos a casarnos. Lo mío es tuyo y lo tuyo mío. – rodeó a Mikko con sus brazos, por la espalda – Y Mikko está de acuerdo ya que así no tendremos que separarnos.

-No me sorprende. – bufó Jari, dispuesto a creer las mayores inmoralidades del chico al que había pillado tirándose al sobrino llamándolo por el nombre del tío.

Mikko asintió, el plan también le acababa de ser revelado a él pero Juha tenía razón: si así no tenían que dejarse, estaba dispuesto a ser de Jari también.

Juha besó el cuello de Mikko y luego, desde ahí se dirigió al rubio:

-Vamos Jari, no seas enojón… yo que hasta busco la manera de incluirte en mis actividades extramaritales. – sonreía encontrándolo muy divertido.

Jari trató de disimular su risa con un gruñido.

-Vamos… - insistió Juha acariciando el torso desnudo de Mikko – Mikko es delicioso – lamió su oreja – si no lo quieres tú lo tomaré yo.

Mikko gimió al sentir que Juha le metía la mano entre las piernas, toqueteándolo por detrás mientras que con la otra mano seguía sobando su vientre. Mordisqueaba también su orejita, pero seguía mirando a Jari.

-Mira sus pezones – le dijo – ruegan porque alguien los muerda.

En ese momento Mikko también lo miró con deseo y Jari se dijo qué diablos. Se quitó la camisa (de su propia banda) y se lanzó sobre los erguidos pezones del segundo pelirrojo, chupándolos, mordiéndolos en lo que se quitaba los pantalones.

Mikko, convertido sin quererlo ni esperarlo en centro de un trío dudaba qué hacer. Con una mano le jaló la bata a Juha y con la otra abrazó la espalda de Jari. Juha tomó sus labios mientras Jari seguía comiéndose su pecho. Juha lo dedeaba mientras su polla se frotaba con el cuerpo de Jari. Este recorrió sus muslos con ardor y los cargó a ambos lados de su cadera. Agradeció que Juha lo hubiera preparado y lo penetró, haciéndolo arquearse en el regazo de Juha, quien apretó sus pezones y mordió su cuello.

Mikko se volvió para besarse con Juha. Jari los veía y penetraba con vigor al amigo de su prometido, quien, había que reconocerlo, tenía un culito más estrecho de lo que hubiera imaginado, deliciosamente suave y bien caliente. Lo taladraba que movía el sillón con todos encima y no iba a tardar mucho en correrse. Juha se dio cuenta y lo evitó; quería que su primer trío con Jari y Mikko fuera algo más memorable.

Se lo quitó a Jari, lo puso de rodillas en el sofá con el pecho pegado al respaldo, se soltó la bata, dejándola resbalar por sus hombros hasta sus codos doblados y penetró a Mikko, quien gimió como un gatito acoplándose a su seme favorito. Juha lo acarició, olisqueando su nuca y besando su pelo también rojo.

Jari se quedó viendo, desexcitandose físicamente, aunque lo que le entraba por los ojos… Se paró detrás de Juha y enrolló su cabello suave como nunca, besó sus hombros y sus brazos, hasta donde la bata de satén gris lo permitía. Se la quitó (con la colaboración de Juha) para acariciar sus esplendidos flancos, sus caderas, sus nalgas que formaban unos hoyuelos en el nacimiento de la espalda al ejecutar el movimiento adelante y atrás de la penetración. Acarició sus nalgas y se arrodilló para besarlas, separando sus muslos para ver como sus bolas se balanceaban adelante y atrás, y las de Mikko también, en lo que Juha lo penetraba. Metió sus manos entre las piernas de ambos y descubrió que Mikko se masturbaba. Jodido guarro. Lo ayudó, sustituyendo a poco su mano con la propia, jalando su polla en lo que, entre los muslos de Juha veía como este lo penetraba.

Luego dejó que Mikko volviera a encargarse de sí mismo y se ocupó él de Juha: lo sostuvo por las caderas, deteniendo su movimiento en lo que le comía el culito, hundiendo su nariz y su lengua entre sus nalgas, rozando su orificio con su húmeda lengua, metiéndola, mojando también sus dedos para meterlos. Ambos pelirrojos gemían, Mikko más fuerte (no dejaba de masturbarse). Juha volvió a menear la cadera, con los dedos de Jari dentro. Este se levantó sin sacárselos, dedeandolo más, acariciándolo mientras el penetraba a Mikko al ritmo que quería.

Tras unos instantes Jari volvió a imponerse: detuvo a Juha para penetrarlo, disfrutando de su gemido al meterse él en su carne cálida, abriéndose paso hasta el fondo en su túnel suave y convenientemente húmedo. Sin soltar sus caderas marcó el ritmo al que habría de penetrar y ser penetrado. Besuqueaba sus hombros y sus mejillas, pegaba su pecho a su espalda y empujaba, buscando la cercanía. Deslizó una de sus manos hacia arriba, hasta el pecho, frotándolo todo, masajeando uno y otro pezón. Juha hacia lo mismo con Mikko, pero a dos manos y el chico, a punto de correrse, babeaba el respaldo de su sillón. Terminó salpicándolo todo con el semen que salió disparado de su polla, apretada sin tregua por su propia mano.

Listo por delante siguió disfrutando por detrás, acariciando con su mano pegajosa el muslo y la cadera de Juha en un intento por metérselo más dentro. Empinaba el culo y con él frotaba la pelvis de Juha, apretando su polla en su interior. Juha lo abrazaba y lo besuqueaba, jadeando, gimiendo, retorciéndose entre los dos hombres que mas deseaba y que se exforzaban en complacerlo a su modo, uno apretándolo con su culito y el otro taladrándolo con su polla. Era divino experimentar las dos sensaciones a la vez. Se mordió los labios, con el cuello echado hacia atrás, restregando su nuca contra el hombro de Jari, quien lo contemplaba, lo besaba y lo penetraba adorándolo.

Jari hacia foco en penetrar a Juha, en las sensaciones que le daba su culo maravilloso, pero en ningún momento perdía la conciencia, ni la vista, de que Juha estaba penetrando a Mikko. Eso subía la excitación que sentía, pues habiendo probado en carne propia la polla de Juha se daba cabal idea de lo que estaba gozando el otro pelirrojo. Era excitante ver a Juha siendo seme de otro chico, y aunque ser su uke era delicioso, él prefería ser su seme; de entre su polla y su culito prefería su culito, ese apretado, caliente y perfectamente suave culito que parecía hecho para su polla, para que su polla lo taladrara bañándolo una y otra vez con su semen hasta que sus bolas quedaran secas. Quería penetrar a Juha hasta que dijera basta, o se desmayara, y aun así seguiría penetrándolo hasta desmayarse el mismo.

Se corrió en su delicioso culo y permaneció de pie, abrazándolo suavemente mientras Juha, en libertad de movimiento, apretaba el trasero que sentía mojado al centro y clavaba su propia polla en el trasero de Mikko. Cuando sintió que empezaba a correrse se salió de él y se masturbó con fuerza apuntando a las nalgas enrojecidas, bañándolas con el semen blanco que luego se encargó de untar con sus propias manos al masajear las nalgas, separándolas para ver  y lamer el culito abierto y anhelante por más.

 

Continuará...

Notas finales:

*¬*

En 0:37 de este video Juha, hermoso, se da unas vueltas de bailarina divinas de la muerte, y su trasero se ve tan pero tan pero tan jodidamente sensual que *¬*

https://www.youtube.com/watch?v=WVfLlZ0PQWo

Tríos, mas que dúos, es lo que marca la naturaleza. Los quarks existen en trio, y son inseparables. Literalmente.

 

Ya sé que el titulo no esta bien, de francés no se mas que pedir que me cojan, y eso hablado porque escrito no >.< (vulé vú cuché avec mua se suá?) y en esta compu ni siquiera tengo el acento frances (el palito inclinado de izquierda a derecha). Deberia aprender el idioma de los menages a trois porque es el que se habla en Suiza y yo quiero trabajar en el CERN *.*

Ya presenté mi examen de admision asi que ahora estoy mas relajada para escribir, asi como lo prometi, amantes de Lady Juha, habra 3er aventura este junio.

Tambien les comunico que voy a escribir mi primer fanfic policiaco, con Jeremy Irons como protagonista (me van los viejitos, como Marco jajaja).

Besitos!


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