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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Homoyaoi: dícese de aquella relación, preferentemente sexual, entre dos semes. Si es espectada por un uke fujoshi, muuucho mejor :D

 

Jari también tenía plan. Se llamaba Teemu, había prestado la camioneta y los estaba esperando en su departamento. La idea de Juha de poner a prueba su capacidad de verlo con otro hombre le había gustado, y había pensado en aplicársela, pero con sí mismo. Jari pensaba ponerse cariñoso con Teemu para ver que Juha fuera capaz de recibir lo que daba. Solo que no contó con que su pelirrojito era un maestro que cuando él iba con el demo él ya venía de vuelta con el álbum.

Así que luego del trío y de un delicioso pastel de manzana subieron las cosas de Juha a la camioneta de Teemu y emprendieron la marcha a Helsinki. Jari no sabía que hacer: de repente quería llamar a Teemu y decirle que el plan se cancelaba y que se fuera, pero imaginaba su cara de gatito al que le han quitado la leche y se sentía mal, y de repente le daban ganas de montar otro trío apenas llegaran a su departamento, pero su hadita de la moralidad (él mismo vestido como princesa, con sombrero cónico y alitas) le decía que era demasiado hacer dos tríos en el mismo día.

Ya se veían las luces de la enorme ciudad hacia el sur y aun no podía decidirse. Teemu no mudó su gesto siempre sonriente, un tanto coqueto, cuando le dijo que iba a casarse, ni tampoco cuando le dijo que lo ayudara a darle celos a su prometido. Seguramente tampoco lo cambiaria si le dijera que hiciera un trío con ambos. Bueno, tal vez aquí se permitiera una sonrisa de gatito al que le han dado doble ración de leche.

Juha lo veía arrugar la nariz y el ceño, como si estuviera molesto, pero la experiencia le había enseñado que cuando Jari estaba molesto era preferible no hacer nada. Así que se acurrucó en su asiento, tarareando, hasta que llegaron.

-Que bien quedó la puerta. – dijo un segundo antes de que se abriera y un apuesto chico de pelo castaño, pobladas cejas (bueno, para un finlandés) barbita corta y labios de gato apareciera tras ella.

Inspeccionó a Juha de arriba abajo y recibió la inspección de vuelta. Ambos estaban satisfechos con lo que veían. Hay que añadir que Teemu tenía un torso y brazos barbaros, a la vista, con los músculos más que bien definidos, a pesar de ser más bajo que Jari.

-Hola Jari, que sorpresa. –recitó. No era muy buen actor - El agua se fue en mi departamento así que vine a tomar una ducha. ¿Te molesta?

-No, para nada. – Jari era aun peor actor – Este es mi prometido, Juha.

-Hola. – saludo Teemu ladeando la cabeza.

-Hola. – saludo Juha ladeándola también.

Súbitamente, Teemu hizo cara como del gatito que ha recordado donde dejó la bola de pelusa. Abrazó a Jari como si este se hubiese ido a Kazajstán por veinte años.

-Muchas felicidades por tu boda. – sin soltarlo le dio dos besos en las mejillas.

Juha observaba con una ceja en alto. Jari se sintió un poco avergonzado. Hasta el se daba cuenta de que la actitud de Teemu no era natural. Se liberó del abrazo de su amigo seme.

-Vete a tu casa.

-¿Sin bañarme? – se extrañó Teemu – Ya estoy en toalla. – era verdad, una toalla enrollada alrededor de su cadera y unas sandalias de plástico era cuanto parecía llevar.

-Jari, no seas grosero. Deja que este pobre y desvestido amigo tuyo se lave ese cuerpazo que tiene.

-Gracias. – Teemu aprovechó para abrazarlo también. Luego se encamino rápidamente a la ducha y se soltó la toalla un paso antes de entrar, mostrando que efectivamente no llevaba nada bajo la toalla y que los músculos de sus nalgas y muslos estaban tan bien remarcados como los de brazos y tórax.

Juha silbó y asintió aprobador. Luego encaró a Jari que permanecía cabizbajo y sonrojado.

-Y bien – dijo - ¿Qué significa esta lamentable puesta en escena?

Jari meneó la cabeza y confesó:

-Me gustó tu plan de poner a prueba la capacidad de ver a la pareja con otro, así que le pedí a Teemu que me ayudara. Solo que no sabía que era así de malo actuando.

-¿Que te ayudara? – preguntó con los ojos muy abiertos - ¿Ibas a follar con él?

-¡No! No tanto… - exclamó Jari - ¡Y nunca he dicho que él me follaba! – Juha no supo si reír o llorar. Se sonrió, ecchi. Así que ése era el que se lo había follado antes – Íbamos a coquetear un poco para darte celos, quizá besarnos para ver como reaccionabas…

-Ujum. – Juha lo escuchaba con los brazos cruzados.

-Te lo juro. No planeaba hacer un trío contigo y con él, como tú si tenías planeado hacer un trío conmigo y tu amiguito. – terminó acusador.

-Bueno Jari, tu habías dicho que con tal de que me casara contigo me dejarías tener un amante, nunca habíamos hablado de que tú quisieras tener también un amante. Y si hice un trío contigo y Mikko fue porque pensé que te gustaría. Pero si no te gustó no lo volveremos a hacer.

-¡No! No… - exclamó Jari – no quise decir eso. Lo que pasa es que… - no hallaba que decir.

-Lo que pasa es que querías darme una lección, pero te salió el tiro por la culata. – sentenció Juha – Así que para que aprendas a darme lecciones a mi ahora vas a besarte con tu amigo, solo a besarte, y yo los veré, para que veas mi reacción. Y solo haremos eso para que veas que no soy una puta zorra cualquiera que no sabe resistir la tentación.  – Jari abrió la boca pero mejor la cerró y asintió. – Y si en el futuro quieres discutir la posibilidad de que te deje tener sexo con alguien más (además de con Mikko) ya lo discutiremos.

Jari sonrió y asintió. Juha fue a la habitación de ambos para acomodar sus cosas, sin necesidad de ocultar la sonrisa perver que tenia. Un rato después Jari lo llamó tímidamente y se sentaron los tres en la sala-estudio: Jari y Teemu juntos en el gran sofá blanco y Juha enfrente, en el sillón individual blanco (iba a tener que ponerle un poco de rojo al departamento de ambos).

Jari estaba sonrojado como una colegiala y eso le encantaba a Juha, quien tenía una cara de depredador sexual que hizo concebir esperanzas a Teemu, que sonreía más que de costumbre.

-Estoy listo. – dijo Juha, cruzándose de piernas.

-¿Listo para qué? – preguntó Teemu interesado.

-Para esto. – respondió Jari, besándolo tenuemente.

Teemu se emocionó, el también estaba listo: su bragueta lo atestiguaba. Puso una mano tras la nuca de Jari y otra en su baja espalda, atrayéndolo a él, besándolo menos suave. El pecho de Jari subía y bajaba agitadísimo y mantenía los ojos cerrados. Teemu besaba tan bien como recordaba de aquella ya algo lejana ultima vez. Su lengua se abrió paso entre sus labios y el beso se volvió más íntimo, más húmedo. Juha babeaba de ver a su seme besado por otro seme. Por uno más seme. Se mordió los labios al vislumbrar sus lenguas pasando de la boca de Jari a la de Teemu, con Jari poniéndole las manos sobre el pecho.

Juha apretó las piernas e inclinó el torso hacia delante completamente antojado de ver como Jari se dejaba besar por Teemu, como se ponía flojito en sus manos, una de las cuales ya estaba tocándolo por debajo de la camisa. El pelicastaño lo miró y sin dejar de besar a Jari lo invitó a unirse. Juha negó con la cabeza y Teemu, algo decepcionado, se esforzó en besar y manosear más rico al rubio para que el pelirrojo participara.

Pero cuando la mano de Teemu apretó la entrepierna de Jari este rompió el beso y se separó.

-Sólo besos. – dijo mirando a Juha, sin encontrar el más mínimo rastro de celos en su gesto.

-¿Sólo besos? – preguntó con tono desvalido Teemu.

-Sí.- respondió Juha – Puedes seguir besando a Jari.

Teemu se lamió el labio inferior sin romper el contacto visual con él y luego se volvió a Jari. Lo abrazó por la espalda apretándolo mucho contra su torso aún desnudo (sólo se había puesto un pantalón de camuflaje), besándolo posesivamente, acariciándole el rostro con una mano. Poco a poco empujo a Jari hasta dejarlo acostado en el sofá, bajo él, continuando con el beso, que rompía de vez en cuando para dejarlo jadear. Jari por fin se atrevió a mirar a Juha mientras era besado por Teemu y le dio la impresión de que su novio se contenía para no saltarles encima a él y a Teemu y ukearselos a los dos.

Jari le agarró el cabello a Teemu, cerca de la cabeza. Tenía el pelo muy suave, cuidado y brillante para ser seme. Tampoco sus gestos eran muy varoniles pero a ver, a la hora de la verdad sabia ponerse arriba. Se abrazó a su espalda y procuró ser más activo en el beso. Lo llevó a la boca de Teemu y lo dominó, reexplorandola. Teemu procuró que sus entrepiernas se frotaran y disfrutó del beso de Jari.

-Ok, suficiente. – dijo Juha. Tenía una carpa de circo no menor que la de los dos semes.

Teemu lo miró con ojitos de gatito abandonado. Jari lo empujó con violencia y le espetó:

-Vete a tu casa.

Tras otro par de parpadeos tan cutes que habrían dejado al Gato con botas de Shrek como un principiante Teemu se fue.

Jari seguía deliciosamente sonrojado y con los labios hinchados. Juha lo miraba con un gesto intensamente predativo, tenso, listo para saltarle encima.

-¿Y bien? – le dijo - ¿Qué tal mi reacción?

-Estupenda. – Jari se chupó los labios. Luego gimió – Juha, ¡ven y hazme tuyo!

 

***

 

Miko demostró ser toda una Kylmanen al cumplir con la tradición de “las nenas” de esta familia durante su primer cacería: romperse algo. La pierna derecha, en su caso. Exigía a gritos ser llevado al hospital a  pesar de que Jarmo estaba capacitado para dar los primeros auxilios, pues el jovencito jamás había ido a un hospital y tenía una idea muy particular y candente sobre cómo era ir a uno: en su fantasía, apenas llegar el paramédico lo manoseaba y se derretía de deseo por él, lamentando tener que pasárselo al médico. Este no podía solo con él y llamaba a varios colegas, especialistas de diversas partes corporales y entre todos lo atendían muy bien, al mismo tiempo: el otorrinolaringólogo lo besaba de lengua en tanto el proctólogo lo dedeaba con abundante lubricante y el urólogo le daba una mamada memorable. Todo encima de una camilla king size y los guapos semes usando sus batas y accesorios de doctor, pero sin nada debajo. El internista y un técnico de rayos X atendían cada uno un pezón en lo que él les masajeaba las pollas y luego el otorrinolaringólogo le arrimaba la suya y el la empezaba a mamar…

En fin, que el nene tenia tal gesto de estar alucinando que su papá tuvo miedo y lo llevó al hospital. Entraron en la sala de urgencias con Miko gritando, gimiendo y retorciendo como una parturienta. Rápidamente un paramédico (bastante feo, primer desencanto) lo atendió a él y otro a Jarmo, quien como buen macho estaba programado para no soportar el llanto femenino (o símil), menos de su hijo querido, y estaba poniéndose un poco histérico. (Y nadie quería un oso de dos metros histérico en una sala de urgencias.)

Los atendió la doctora Nekrasov (la misma que había atendido a Jari).

-No se permiten animales en el hospital. – dijo al ver el zoo que acompañaba a Ville a donde quiera que fuese.

-Pero no son animales, son mascotas. – dijo Ville.

Niño y mascotas miraron a la facultativa con tan cutes que habrían podido competir con Teemu Mantysaari. La doctora, que no podía resistirse a las cosas tiernas los envió a lavandería para que pudieran permanecer en la sala de espera y regresó a la sala de primeros auxilios para atender a sus pacientes.

-¿Doctora, mi hijo se pondrá bien? – preguntó Jarmo genuinamente preocupado.

-Sí. Tome este vaso de agua y bébalo despacito. Espere a su otro hijo aquí. En cuando tenga noticias saldré a comunicárselas. – dicho lo cual empujo la silla de ruedas (segundo fail) con el muchacho encima a la privacidad de una sala de emergencias.

Tras examinarlo a simple vista le pareció que padecía una belleza irresistible y que sufría de un alto grado de sensualidad. Además, le parecía conocido…

-¿No estuviste antes de la Navidad aquí con un rubio narizón?

-No, ese era mi tío con su novio. – respondió el chico, quien apenas salir del campo visual de su padre había dejado de retorcerse y desgañitarse.

-¡Oh! ¿Quién te hizo este cabrestillo?

-Mi papá.

-Está muy bien hecho, ¿es paramédico?

-No, es vocalista y estuvo en el ejército. Ahí le enseñaron.

-Veo que te duele menos… - la doctora se ajustó las gafas. Tenía un agradable acento colombiano.

-En realidad casi no me duele. – confesó sin más Miko – Pero si me rompí la pierna para salir de ese bosque iba a salir de ese bosque.

-¿Cómo te rompiste la pierna? – preguntó con intención, pues albergaba sospechas.

-Con la culata de mi rifle: me senté, estire la pierna y di el golpe con todas mis fuerzas.

Xenia Nekrasov silbó entre dientes, admirada del muchacho pelirrojo. Se necesita valor para romperse la propia pierna.

-Doctora – el muchacho la veía con sus grandes ojos grises – no le diga a mi papá. Por favor. Enyéseme, dígale que no podre volver a ir de cacería… - la mirada se había vuelto seductora. No le podías negar nada con esa carita. – Mi papá cree que me caí de un árbol.

-Cuando un paciente se autolesiona debemos informar…

-¡No, por favor, no lo haga! – la aferró. Su toque le trasmitió una descarga eléctrica – No soy ningún pendejo emo de mierda ni suicida imbécil, solo quería regresar a la ciudad para follar con chicos guapos…

Ok, si ya Xenia Nekrasov estaba del lado de Miko porque dudaba que el chico padeciera puñetas mentales que condujeran a la automutilación, con aquello de “para follar con chicos guapos” se la ganó absoluta y eternamente. Después de decir aquello podría haberle pedido que le recetara morfina, vicodin, una prueba de embarazo, lo que fuera. La facultativa le pertenecía.

-… o hermosas doctoras. – la desnudó con la mirada. Que fuera doctora en vez de doctor no era un fail para Miko. Que estuviera vestida, sí. Llevó la mano a su bata y desabotonó los tres botones, revelando una agradable figura ceñida por falda y blusa. Sobre todo en la blusa: tenía bubis, a diferencia de la mayoría de las escandinavas.

La doctora sintió que le flaqueaban las piernas. Miko la tomó por la cintura para evitar que cayera… al piso.

 

Media hora y varias normas quebradas después la doctora Xenia Nekrasov salió aun arreglándose el cabello en busca del técnico de rayos X.

 

***

 

A Jari no acababa de parecerle fabuloso que el sobrino de Juha estuviera en su departamento para ayudarle con cosas de la boda y la redecoración del mismo. Con la pierna enyesada y las muletas el niñato no suponía peligro para su integridad sexual (fail, Kristian Ranta le habría explicado que todo, desde la muerte de su mamá a manos del oso, era un plan de Miko para entrar en su casa con un arma, la muleta, que usaría para dejarlo inconsciente, violarlo y luego matarlo) ni la de su prometido (ídem, pero entonces el plan era para violarlos a ambos, mientras el otro miraba para torturarlo) pero aun así no terminaba de gustarle su presencia ahí. Sobre todo porque esta incluía la de su padre, hermanito y mascotas.

-¡Juha! – gritó al tropezar en la entrada con una maldita caja.

-¿¡Porque le gritas a mi hermanito!? – reclamó Jarmo, sentado sobre su otrora sillón blanco con una cerveza en una mano y el control remoto en la otra.

-¿Sí querido? – Juha se presentó, solícito y amo de casa, con un pañuelo anudado en la cabeza para hacer las tareas domésticas.

-¿Qué diablos es esto?

-Un puff.

-¿Un puff?

-Si, sácalo de la caja e ínflalo, por favor.

-Pero si no hay donde ponerlo.

-Claro que sí, con que recojas tu teclado un poco mas allá cabe.

Refunfuñando, Jari sacó el puff y empezó a soplar. Era roja, la porquería. Juha estaba convirtiendo su casa en la de la puta menstruación. Aun le dolía la espinilla de la colisión contra la caja cuando Jarmo le hirió el orgullo:

-¿Todavía no acabas de inflarlo?

Jari mismo ya estaba rojo.

-Trae acá. – lo arrebató con su manaza de oso y como el lobo del cuento de los tres cerditos, sopló y sopló y sopló tres veces y el puff quedó tan hinchado que se le veía la tensión.

-Limpia las boronas de botana de mi sofá, cuñado – Jari sabia cuanto odiaba Jarmo esta palabra -. Es cuero italiano, perkele.

-Que maricón.

-¿Qué, limpiar?

-No, “cuero italiano”. – lo arremedó.

-A tu hermano le gusta. Sobre todo contra su espalda desnuda.

Jarmo se levantó amenazador pero en ese momento volvió a irrumpir Juha en la pieza.

-¡Jarmo! – lo regañó - ¿Qué ibas a hacerle a Jari?

-Nada hermanito.

-Mas te vale, o te quedaras sin cenar.

Para sándwiches calientes o sopas maruchan, pensó Jarmo, harto de los platillos que mostraban cuanto había adelantado Juha en el arte culinario.

-Que bien te quedo el puff, cielo. Ahora ven y ayúdame a hacer una ensalada.

¡Ensalada! Otra palabra que odiaba Jarmo.

-Juha, ¿cuándo te casas? – había pasado a desear que la boda se realizara lo más pronto posible.

-Pronto. – besó a Jari de piquito – Aun faltan muchas cosas, los trajes, por ejemplo…

-Yo ayudo con eso. – propuso Jarmo.

Juha se le quedo viendo con el ojo desorbitado.

-Son los trajes de boda. La cosa más importante de la boda.

-Sí, yo los compro.

Juha se imaginó casándose en un horrible traje setentero de peluche morado como el que usara el líder de Korpiklaani en su boda, elegido por su hermano.

-Hagamos esto: los escogemos entre todos mañana y tú los pagas.

-Perfecto – sonrió Jarmo. De saber los precios que cotiza el mercado nupcial, no habría sonreído.

 

 

Coming... soon... ah, ah, aaah!!!

 

Notas finales:

Teemu san is cute. He likes pie, creampie *-*

Jari comiéndose con los ojos a Teemu:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/jariveateemu_zps46227443.jpg

Teemu viendo todo lindo a Jari sama:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/teemuveajarii_zpsc43fd319.jpg

 

¡Proxima actualizacion el "Extra - Vestido de novia"!

Prometo actualizar pronto, habia estado ocupada escribiendo otras historias pero que me demorara un poquito con Zorras ha sido bueno porque han surgido unas ideas poca madre. ¡A zorriar se ha dicho!

 


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