Los años había pasado por todos sin lugar a dudas, habían dejado de ser esos adolescentes que amaban el basketball a unos adultos profesionales que tenian una vida laboral bastante ajetreada, los primeros en llegar a la casa de los Kagami fueron Akashi y Atsushi, después le siguió el serio Midorima y su esposo Kazunari que llevaba en brazos a su bebe recien nacido, Kiyoshi y Hyuga pese a que nunca habían formalizado su relación demostraban con sus gestos y comentarios que vivian juntos, Kise había llegado incluso con el uniforme de piloto aun puesto argumentando que acababa de llegar de un viaje, pidio permiso a su amigo Kurokochi para usar su baño para darse una ducha rápida, cambiarse y estar presentable para la reunion, poco a poco el resto de invitados siguió llegando, las bebidas, los bocadillos, las bromas y los informes de los ultimos años que habían estado sin verse se hicieron presentes en la sala. Un niño de 3 años no dejaba ni a sol ni sombra al rubio, el pequeño de nombre Shirou tenia el cabello tan rojo como su padre y unos ojos azules tan perspicaces como los de Kuroko que de inmediato lograba llamar la atención de todos. Kise y Daiki eran sus padrinos, puesto que ellos no podian tener hijos propios el pequeñejo era el consentido de sus padres y de sus padrinos, cumpliendole cualquier capricho que quisiera siempre y cuando lo mereciera.
-Ryo-chan… Daichi tarda muuuucho en llegar- comento el pequeño pelirrojo mientras balanceaba sus piernitas en la silla y jalaba la camisa del rubio. Ante tal comentario Kise sonrío de manera tranquilizadora. –si, seguro su jefe gruñon no le deja salir de la oficina… no te preocupes, no tardara-
Pese a que Kise sonreia tan dulcemente una fuerte punzada de ansiedad palpitaba en su corazón, hacia mas de 4 horas que Daiki debia de haber llegado. Suspiro derrotado mientras cogia al niño en brazos e iba con los padres de este a platicar un poco, seguramente esa extraña sensación que tenia desapareceria poco a poco.
No fue asi…
Cuando los primeros invitados comenzaron a irse la extraña ansiedad se convirtió en verdadera preocupación, Daiki no contestaba sus llamadas, ni en el movil ni en la casa, en su trabajo no le habían logrado dar respuesta alguna. Sus manos comenzaron a temblar imperceptivamente, tenia un mal presentimiento, era como si…
¡no! ¡no le podia haber pasado nada a su esposo! Seguramente se le había olvidado la fecha de la reunion y se había ido de parranda con sus amigotes, si, seguro era eso.
-Ryota -Kun ¿estas bien?- la suave voz de Kuroko le saco de sus cavilaciones paranoicas, se miraron por un par de segundos.
-si… seguro… - contesto de manera dudosa el rubio mientras volteaba a ver por enesima vez el reloj de pared y la puerta principal.
-voy… voy a pasar a tu baño- el peliazul no fue capaz de decir nada, Kise se veia tan preocupado que había tratado de darle alguna palabra de animo, sin embargo aquello nunca había sido lo suyo. Se puso de pie cuando el timbre de su puerta sono.
Cuando termino de lavarse la cara para despejarse la cabeza un poco se seco con fuerza con una pequeña toalla de mano que estaba en el lateral del lavabo, miro su rostro cansado en el espejo y fue solo una fracción de segundos pero pudo verlo con total claridad. Daiki, parado justo a un lado de el, sonriente, joven, como cuando iban a la preparatoria. Giro rápidamente sobre su propio eje para encarar a su acompañante y cual fue su sorpresa al no ver a nadie detrás de el. La ansiedad que tenia se volvió preocupación mortifera, trago fuertemente saliba y brinco nervioso al escuchar el timbre de la casa sonar un par de veces. “no vallas” “no quieres escucharlo” “si vas tu…”
Su mente no dejaba de murmurar sinsentidos mientras su cuerpo avanzaba con paso lento y pesado hacia la entrada de la casa. Cuando vio la luz de la sirena de la patrulla sintió que su garganta se cerraba por completo y que sus piernas comenzaban a perder fuerza. Algo húmedo callo en su camisa y cuando levanto su mano para verificar que era se percato que las lagrimas escurrian silenciosas en sus mejillas.
Atsushi y Murasakibara habían tomado al pequeño Shirou en brazos y le miraban con profundo dolor, era como si todos supieran algo que el inconcientemente ya sabia, unos fuertes brazos rodearon sus hombros cuando estuvo frente a un oficial de policia.
-¿Aomine Ryota?- cuestiono con tono serio y lleno de pena el oficial mientras sacaba una credencial del bolsillo de su chaqueta para idetificarse. El rubio asintió tembloroso, su voz por mas que lo intentara no podia salir.
-su… esposo… tuvo un accidente- nada mas escuchar esas palabras las piernas del rubio perdieron en totalidad su fuerza, Taiga le sostuvo sin dificultad apoyandole tanto fisica como emocionalmente, Tetsuya había tomado su mano.
-¿esta vivo… verdad?- cuestiono Kuroko al ver que su amigo no tenia ni la mas minima idea de que hacer.
-si… el oficial ha sido llevado de urgencias al hospital central, esta grave… nos costo bastante dar con esta direccion-
Las lagrimas escurrian a raudales por las mejillas del rubio, Kuroko corrió por una silla y un vaso de agua mientras Taiga tomaba los datos que el oficial les había llevado, no tardaron mas de 5 minutos mas en subir a su auto, kagami al volante y los otros dos atrás, al parecer el rubio no podia ni sentarse por su propia cuenta.
Varios compañeros les siguieron, otros habían optado por quedarse en la casa a cuidar a los pequeños, y finalmente otros tenian que trabajar pero habían quedado en estar en contacto durante la noche.