Hacia mas de una semana que Kuroko hacia lo mismo y eso le preocupaba seriamente, el peliazul abría los labios como si quisiera decir algo pero en el momento crucial se retractaba y simplemente le daba la espalda o le daba comida o cambiaba el canal del televisor o simplemente le abrazaba, resguardándose en el calor de su pecho, justo como en esos momentos.
-hey… Tetsu… ¿Qué te pasa?- el menor suspiro pesadamente y se aferro a el con mas fuerza. –vamos… si no me dices que pasa no sabre como solucionarlo…-
Tras varios minutos de indecisión el peliazul susurro algo que Kagami no logro escuchar, incluso si aguzaba el oído y se inclinaba mas a su pareja desde hacia años.
-lo siento… no te escuche… ¿Qué dijiste?-
-quiero que dejes tu trabajo-
Pese a que lo había dicho bien bajito esta vez el pelirrojo había escuchado perfectamente aquello, sorprendido ante tal petición tomo a su amante de los hombros y lo separo de si para buscar su mirada.
-¿Por qué dices eso?... ¿Qué tiene de malo mi trabajo?- Taiga sonrío confundido ante tal sugerencia, caray… las ganancias monetarias eran buenas, había de todo lo que al pelirrojo tanto le gustaba (acción, compañerismo, peligro, fuego, agua, entrenamiento) y finalmente podía ayudar a las personas, algo que secretamente amaba hacer y solo Kuroko lo sabia.
La mirada triste y suplicante del peliazul hizo que la sonrisa se borrara de su rostro y fuera sustituida por verdadera preocupación.
-¿paso algo malo? ¿A que viene eso? Vamos Tetsu, sabes que no hay peligro, ya tengo 5 años trabajando, incluso no ha habido tanto trabajo, si es por el horario lo puedo cambiar dime… ¿Por qué?-
Los esposos se miraron en sepulcral silencio cotejando la situación, se habían casado en cuanto habían terminado la preparatoria, Kuroko se dedicaba a ser profesor de kinder garden, al parecer su falta de presencia que tanto les había ayudado en la preparatoria era un gran beneficio también en su vida laboral puesto que los niños eran bien vigilados sin darse cuenta, los profesores le apreciaban mucho y el peliazul realmente amaba a los niños. Kagami había elegido entrar a la brigada de bomberos en donde tras varios accidentes, quemaduras algo graves y varias intoxicaciones por el humo de los incendios (lo cual casi mataba a Kuroko de un infarto) se había vuelto el líder mas joven (tenia 23 años) de una de las unidades de bomberos. Si aquella petición la hubiera echo su esposo hacia 3 años cuando todavía llegaba con algunas heridas causadas en la jornada laboral lo hubiera creído justificable, sin embargo ahora no veía motivo para aquello.
-yo… - el peliazul trago fuertemente saliva. ¿Cómo decirlo? ¿Cómo decirle a tu esposo, que en tu vientre se gestaba un niño que no se tenía contemplado? ¡Caramba! Si tan solo un año después de su boda habían tenido una fuerte discusión en la que los dos habían quedado en común acuerdo de no tener hijos puesto que seria una responsabilidad que ellos no podrían manejar, era muy pronto y bla bla bla, incluso esa era una de las razones por las cuales Tetsuya amaba tanto su trabajo. Seguro Kagami se moría en cuanto le dijera “sabes… el anticonceptivo no funciono y ahora espero un bebe y… tengo miedo a que te pase algo, me dejes viudo y con un hijo”
-yo…- tartamudeo por segunda vez de manera pastosa y terriblemente nervioso.
-¿es algo que no pueda saber?- cuestiono el pelirrojo arrastrando con delicadeza sus manos de los hombros de su pareja a su cuello y de ahí a sus mejillas para tener mas facilidad a besarle, siendo correspondido con timidez por el peliazul.
-no se como decírtelo ahora… ¿podemos hablar mañana? ¿Después del trabajo?-
El pelirrojo asintió con renuencia, ese “después del trabajo” significaba después de las 5 de la tarde en que el peliazul salía.
-esta bien… mañana salgo a las 10 de la mañana, preparare la comida y dormiré un poco para ir por ti al trabajo ¿de acuerdo?- miro el reloj viendo que eran las 8 de la noche, tenia exactamente 10 minutos para tomar sus cosas y salir a su trabajo, esa semana le tocaba la guardia nocturna. Acordando la cita del día siguiente la pareja se despidió con un lento beso y Kuroko, recargado en la ventana de su departamento observo como el auto que manejaba su esposo se alejaba en la noche rumbo a su jornada laboral; llevo una mano a su vientre aun plano y respiro profundamente para tragarse las lagrimas y no temblar ¿Qué le diría Kagami?
Eran las 9 de la mañana y no había un solo músculo en toda su espalda que no le doliera, había sido una de esas noches en las que ni una llamada ¡ni una! Se había recibido en la estación, con paso perezoso salio de la oficina tras entregar su reporte al encargado de la guardia matutina y se dirigió a los lockers para cambiarse a su ropa de civil, no podía checar aun su hora de salida así que opto por esperar en el estacionamiento, sentado en las bancas y tomando un café mientras observaba con verdadero orgullo su área de trabajo. Frente a el estaban 3 unidades de bomberos estacionados, imponentes, de un rojo fuego que sin lugar a dudas le hacia competencia a su cabello, justo atrás de cada una de ellas estaban los tubos por los cuales se deslizaba cuando había algún llamado, era para el un verdadero honor el ser parte de aquel equipo, aun podía recordar como había salvado a una pequeña que llena de pánico se había encerrado en su closet cuando su casa es estaba incendiando, el había entrado sin dudar a la casa y la había buscado sin parar, había tenido que lanzarse desde un primer piso con ella en brazos, aun conservaba varias cicatrices de aquella ocasión, y muchas otras experiencias que ahora le hacían un verdadero bombero.
Sonó su móvil y lo saco del bolsillo trasero de su pantalón para ver que en la pantalla aparecía el nombre de su esposo junto con una foto de ellos abrazados, sin dudar contesto la llamada. –hola mi amor ¿Qué paso?- pese a estar solo en el estacionamiento un ligero rubor y una sonrisa tonta apareció en su rostro, después de casi 8 años de conocer a su pareja aun lo amaba como desde el primer día en que se había enterado que era amor lo que sentía por el, unos extraños ruidos y el grito de un niño le hicieron entrar en alerta.